Nunca antes la esperanza de vida (con buena salud, además) de los españoles había sido tan alta como ahora. Y eso ha cambiado la temporalidad de algunos hitos vitales: acabar la carrera, comenzar a trabajar, formar una familia…
Si en 2021 patronal, sindicatos y Gobierno, estuvieron de acuerdo con la revalorización de las pensiones y la prolongación de la vida laboral (entre otros), en 2023 los empresarios rechazan el alza de las cotizaciones para el sostenimiento en el tiempo del sistema de pensiones español.
Lluís Montoliu, Centro Nacional de Biotecnología (CNB - CSIC)
Que los hombres mueran antes que las mujeres no tiene que ver con su profesión. Tampoco con su predisposición a las infecciones. Lo que hace que haya más viudas es la pérdida del cromosoma Y en células de la sangre masculina al envejecer.
Actuaciones preventivas individuales para evitar la soledad no deseada y el estrés prolongarían la vida con salud y ahorrarían gastos al sistema sanitario.
A un adulto, cualquier médico le haría estas cinco recomendaciones para una existencia longeva y saludable: No fumar ni beber alcohol, consumir fruta y verdura pero no comida basura y practicar ejercicio físico a diario. ¿Por qué nos las saltamos?
El envejecimiento de la población traerá consecuencias para todos los sectores de la sociedad y para las relaciones familiares. Durante los próximos años, tendrán que definirse nuevas fórmulas de convivencia y relaciones intergeneracionales, patrones de consumo o formas de ocio que tendrán como beneficiarias principales a las personas mayores.
Si tenemos en cuenta que la esperanza de vida ha retrasado la edad de jubilación, conviene enfrentarse a los años a partir de los 50 como años productivos en los que poner en práctica cambios y sueños.
Uno de los problemas a solventar por el estado de bienestar español es que mientras decrece la población en edad de trabajar, sube la esperanza de vida de la población. ¿Quién y cómo pagará las pensiones en el futuro?
La profesora e investigadora Idoia Labayen explica los riesgos de la obesidad infantil, que se encuentra en alza en los países mediterráneos debido a múltiples factores.
Cuando soñamos con la inmortalidad solemos olvidar que no es lo mismo aumentar la esperanza de vida que la esperanza de vida saludable. Sin la segunda, el estado de bienestar se ve comprometido.
Rafael Puyol, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
La pandemia va a tener efectos muy negativos en el maltrecho panorama demográfico en España, al elevar de forma intensa e imprevista el volumen de fallecidos y producir simultáneamente un retroceso de la esperanza de vida al nacer.
Nuestra temperatura corporal ha bajado a lo largo de las últimas décadas. Y esa es una buena noticia, porque implica un aumento de la esperanza de vida.
La obesidad, es decir, el exceso de tejido adiposo potenciador de múltiples enfermedades secundarias que reducen la calidad de vida, afecta tanto a los humanos como a los perros.
En la mayoría de los escenarios, las mujeres son más longevas que los hombres. Esto plantea una duda: ¿vive más años la mujer porque así lo dicta su fisiología o porque su mortalidad es menor?
Es probable que algún día la ciencia llegue a entender qué hace que las diferentes especies biológicas tengan longevidades tan dispares. Mientras el conocimiento avanza, advierte el autor, conviene que empecemos a preguntarnos si de verdad queremos ser eternamente viejos.
Una mirada a los datos clave muestra que el mundo está mucho mejor hoy que nunca antes en la historia, pero ya se sabe que las buenas noticias no son noticia.
España está a punto de convertirse en el país con mayor esperanza de vida del mundo. También en el de menor tasa de natalidad.
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Hogares donde conviven hasta cuatro y cinco generaciones. Vivimos un momento histórico de madurez demográfica. ¿Cómo afecta al Estado de Bienestar? ¿Preparados para afrontar el reto intergeneracional?
La población ocupada de más de 55 años en España la forman 3,2 millones de personas.
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La esperanza de vida y la baja natalidad dibuja un mercado laboral con cada vez menos jóvenes y más sénior. ¿Están las empresas preparadas para este escenario?
Catedrático Paleontología. Centro Mixto ISCIII-UCM de Evolución y Comportamiento Humanos. Director científico del Museo de la Evolución Humana, Universidad Complutense de Madrid
Profesor Asociado de Economía Aplicada e Investigador del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social (IAES) y de la Cátedra de Responsabilidad Social Corporativa, Universidad de Alcalá