Encuadrar la gestión de las redes sociales dentro de la estrategia empresarial permite potenciar el compromiso de cliente y, con ello, mejorar las cifras de venta y los ingresos.
El comercio del futuro será un híbrido entre lo digital y lo presencial; la experiencia de compra cobrará importancia, aunque haya menos contacto con el producto y las transacciones sean electrónicas.