tag:theconversation.com,2011:/us/topics/fisioterapia-60959/articlesfisioterapia – The Conversation2024-03-25T21:49:37Ztag:theconversation.com,2011:article/2250192024-03-25T21:49:37Z2024-03-25T21:49:37ZEl ejercicio físico ayuda a que los tratamientos médicos funcionen mejor<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/584333/original/file-20240326-22-2ci0xw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=36%2C27%2C5907%2C3953&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/older-basketball-player-shoots-some-hoops-2152218129">MDV Edwards/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><blockquote>
<p>“Si pudiéramos dar a cada individuo la cantidad correcta de ejercicio, ni muy poco ni demasiado, habríamos encontrado el camino más seguro hacia la salud”.</p>
</blockquote>
<p>Esta frase se le atribuye a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3crates">Hipócrates</a>, considerado el padre de la medicina en el mundo occidental. Su reflexión nos hace entender la importancia que ha tenido siempre el ejercicio físico para el ser humano.</p>
<h2>En la salud y en la enfermedad</h2>
<p>Y es que el ejercicio siempre ha estado ahí. Sabemos desde hace mucho tiempo que las personas que lo realizan de forma regular disfrutan de una buena salud. También que estos individuos activos enferman menos, y que si caen enfermos, se recuperan antes. Sin embargo, solo a partir de las útimas décadas hemos empezando a entender realmente su poder.</p>
<p>Antes, el hecho de sufrir una patología era motivo de excluir el ejercicio. El reposo era la regla general. Ahora sabemos que un paciente no solo puede, sino que debe ponerse en movimiento para tener una recuperación mejor y más rápida. Esto ha roto todos los moldes.</p>
<p>Tenemos evidencia de la efectividad del ejercicio físico como tratamiento en <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26606383/">más de 25 dolencias diferentes</a>: cardiovasculares, metabólicas, pulmonares, neurológicas, psiquiátricas e, incluso, <a href="https://theconversation.com/deben-hacer-ejercicio-los-pacientes-de-cancer-cinco-preguntas-con-respuesta-202541">diferentes tipos de cáncer</a>. </p>
<p>Esto abre muchísimas posibilidades, ya que hablamos de una herramienta barata, fácil de usar y muy efectiva. Con ella podemos mejorar el pronóstico de la mayoría de enfermedades. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/583751/original/file-20240322-25-qxhrmc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=30%2C0%2C4998%2C3038&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/583751/original/file-20240322-25-qxhrmc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=443&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/583751/original/file-20240322-25-qxhrmc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=443&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/583751/original/file-20240322-25-qxhrmc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=443&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/583751/original/file-20240322-25-qxhrmc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=556&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/583751/original/file-20240322-25-qxhrmc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=556&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/583751/original/file-20240322-25-qxhrmc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=556&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/physical-therapy-mature-woman-lift-dumbbell-1992584492">Peakstock / Shutterstock</a></span>
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</figure>
<h2>El poder de los músculos</h2>
<p>Además, hemos empezado a entender desde una perspectiva científica el porqué de su eficacia. El músculo no es solo el motor de nuestros movimientos: se trata de un órgano complejo con funciones reguladoras y metabólicas.</p>
<p>De hecho, resulta un actor tan importante en la regulación del sistema endocrino que cuenta con sus propias hormonas: las <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17347387/">mioquinas</a>. Estas hormonas tienen un efecto generalizado en el organismo, desde el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22473333/">sistema endocrino</a> al <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18417420/">inmune</a>, pasando por el <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38444767/">cerebro</a>.</p>
<h2>Beneficios palpables</h2>
<p>Hay enfermedades muy extendidas, como la diabetes tipo II y la hipertensión, en las que los réditos de la actividad física son especialmente tangibles. En estas personas, el ejercicio mejora la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18006170/">función endotelial y vascular</a>, reduce la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30148900/">presión arterial y los triglicéridos</a> y mejora los factores de riesgo de la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21450580/">enfermedad cardiovascular</a>.</p>
<p>En otras patologías, tales virtudes no resultan tan evidentes, aunque está aumentando el peso de la evidencia. Un buen ejemplo de ello son los tratamientos de diferentes tipos de cáncer. Se ha observado que los pacientes que realizan ejercicio durante la quimioterapia ven <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10326708/">reducida la fatiga</a> y <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34110712/">mantienen una mejor función de su sistema inmune</a>. </p>
<p>Las personas en diálisis también pueden beneficiarse de un <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26316654/">programa de ejercicio físico</a> adecuado a sus circunstancias. El ejercicio debe ser visto como parte fundamental en el tratamiento, como coadyuvante de la terapia farmacológica y la diálisis.</p>
<h2>Tres formas de moverse para mantener la salud</h2>
<p>Cuando hablamos de ejercicio físico, tendemos a meter todo en el mismo cajón. Sin embargo, los tipos de actividades que podemos incluir en nuestro día a día y que nos van a traer beneficios para la salud pueden dividirse en estas categorías:</p>
<ul>
<li><p><strong>Deporte.</strong> Baloncesto, judo, tenis, atletismo… El deporte no solo es una forma fantástica de ocio activo, sino que también nos va ayudar a mantenernos en forma y cuidar nuestra salud. Es importante tener en cuenta que si nunca lo hemos practicado y queremos empezar, posiblemente antes necesitemos un acondicionamiento físico para evitar lesiones y molestias. </p>
<p>En general, la práctica regular de cualquier disciplina deportiva va a venir bien para nuestra salud. Se ha demostrado que el hecho de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36316160/">empezar a moverse ya reduce la mortalidad</a>. Lo importante es la constancia y que disfrutemos con ello.</p></li>
<li><p><strong>Actividad física.</strong> Engloba todo el movimiento que realizamos a lo largo del día, sin objetivo concreto. Es el resultado de desplazamientos o de tareas domésticas o similares. </p>
<p>El gran paradigma es caminar. Acumular pasos diarios constituye una manera excelente de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36094529/">reducir la mortalidad por todas las causas</a>. Como objetivo deberíamos marcarnos entre 5 000 y 10 000 pasos diarios, <a href="https://theconversation.com/confirmado-caminar-10-000-pasos-diarios-es-lo-ideal-pero-tambien-depende-de-como-los-demos-192416">acercándonos todo lo posible a los 10 000</a>.</p></li>
<li><p><strong>Ejercicio físico.</strong> Se refiere a aquella actividad que sí está organizada para conseguir una adaptación biológica concreta y mejorar la condición física. Se ha demostrado que tanto el <a href="https://theconversation.com/siete-mitos-sobre-el-entrenamiento-de-fuerza-en-mujeres-200465">entrenamiento de fuerza</a> como el ejercicio aeróbico son buenos para la salud. De hecho, se pueden <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38169423/">combinar ambos</a> para maximizar sus efectos positivos.</p></li>
</ul>
<p>Por norma general, las personas enfermas que realizan ejercicio se cansan menos, toleran mejor y más tiempo el tratamiento y tienen una mayor capacidad de luchar contra la enfermedad. Practicarlo mejora la eficacia de las terapias farmacológicas y atenúa los efectos secundarios, incluso en tratamientos agresivos. Podría decirse que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23997192/">es la verdadera píldora mágica para la salud</a>.</p>
<p>Es la máxima que debe llegar a toda la población: hay que hacer ejercicio físico siempre, adaptado a nuestras circunstancias y situación personal, pero siempre. Incluso estando enfermo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/225019/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Prescribir reposo a un enfermos es cosa del pasado: está demostrado que el ejercicio físico ayuda a los tratamientos médicos y mejora el pronóstico de la enfermedad.Javier Prieto Troncoso, Investigador Universidad de Vigo en Endocrinología y Fisiología del Ejercicio. Miembro del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur., Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2233642024-03-24T21:26:29Z2024-03-24T21:26:29ZKinesiofobia: cuando el miedo al movimiento nos paraliza<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/582135/original/file-20240315-26-51e49.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=211%2C191%2C6498%2C4275&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-stretches-during-work-break-young-2282435293">Studio Romantic / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Está <a href="https://www.jospt.org/doi/10.2519/jospt.2018.0610?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori:rid:crossref.org&rfr_dat=cr_pub%20%200pubmed">demostrado</a> que <a href="https://theconversation.com/el-reto-de-mejorar-la-comunicacion-entre-medicos-y-pacientes-197056">una buena comunicación entre el profesional sanitario y el paciente</a> resulta fundamental para el proceso de recuperación. Desde el punto de vista de la fisioterapia, este es un factor particularmente decisivo cuando entra en escena la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/mesh/?term=Kinesiophobia">kinesiofobia</a> o fobia al movimiento. </p>
<h2>Las falsas creencias, en el origen del problema</h2>
<p>El individuo aquejado de kinesiofobia manifiesta miedo a que determinados movimientos afecten negativamente a su salud o le produzcan una lesión, lo que le lleva a evitarlos. Además, esta situación hace que experimente más dolor y esté más alerta sobre su estado. Puede llegar a afectar hasta al <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fnbeh.2022.933483/full">72 % de los pacientes con dolor crónico</a>. </p>
<p>A diferencia de otras fobias, en las que los afectados generalmente suelen ser conscientes de la irracionalidad de sus temores, las personas con kinesiofobia creen que evitar el movimiento es una respuesta apropiada. En consecuencia, llevan a cabo conductas nocivas y experimentan una disminución de su capacidad funcional general.</p>
<p>Las investigaciones sobre este trastorno han crecido exponencialmente en los últimos años. Nos enfrentamos a un concepto complejo, pues abarca factores no sólo relacionados con la conducta del individuo hacia el movimiento, sino con las creencias que tiene sobre el mismo, verdadero origen del problema. </p>
<p>El panorama se complica aún más si tenemos en cuenta que el afectado no es consciente de esas falsas ideas y no puede manejarlas voluntariamente. Veamos cómo se llega a esta situación.</p>
<h2>Buena comunicación contra la kinesiofobia</h2>
<p>En un artículo publicado en la revista <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-rehabilitacion-120-resumen-influye-con-el-paciente-sobre-S004871202400001X"><em>Rehabilitación</em></a>, analizamos un total de trece trabajos que abordaban cómo afecta la comunicación con el paciente sobre la kinesiofobia. Y de acuerdo a nuestro análisis, la evidencia científica demuestra que, efectivamente, el impacto es importante.</p>
<p>En los estudios examinados, cuando a los sujetos se les proporciona una expectativa positiva o se les imparte educación sobre su condición, disminuye el miedo al movimiento. En cambio, si los pacientes reciben mensajes con connotaciones negativas, discapacitantes o sobreprotectoras, aumenta la kinesiofobia. Por desgracia, el efecto de los mensajes negativos posiblemente es más duradero que el de los positivos. </p>
<h2>Abocados al sedentarismo</h2>
<p>La inactividad física y el sedentarismo –<a href="https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/physical-activity#:%7E:text=En%20todo%20el%20mundo%2C%20alrededor,actividad%20f%C3%ADsica%20para%20mantenerse%20sanos">que afectan al 36,8 % de la población en los países desarrollados</a>– constituyen importantes factores de riesgo de muchas enfermedades. Son dolencias que se verían favorecidas por el ejercicio, cuyos beneficios para la salud han sido <a href="https://doi.org/10.1111/sms.12581">ampliamente demostrados</a> en <a href="https://doi.org/10.14740/jocmr3001w">múltiples estudios</a>. Un individuo con kinesiofobia va a ser posiblemente sedentario.</p>
<p>Pero lo más grave son las informaciones u opiniones científicamente infundadas –seguro que muchas les suenan– que fomentan ese miedo al movimiento: “no cojas peso”, “cuidado con la postura"… Además, tiende a patologizarse la normalidad: "tienes una pierna más larga que otra, y por eso te duele”, “sufres mucho desgaste en la columna”, etcétera. A veces, incluso los consejos positivos son limitantes: “para el dolor de espalda, lo mejor es la natación”. </p>
<p>Estos mensajes siguen actuando como dogmas dentro de la sociedad actual. Se han interiorizado sin nuestro “permiso” y forman parte de nuestra cultura. Y, sin embargo, son rotundamente falsos.</p>
<h2>¿Qué hago si tengo kinesiofobia?</h2>
<p>La kinesiofobia no es algo que algunos tenemos y otros no, pues el miedo es una emoción ligada al comportamiento humano. Debemos juzgarla como un espectro, y valorar qué grado de kinesiofobia presenta el paciente. La consideraremos relevante cuando lo aboque a conductas disfuncionales.</p>
<p>La experiencia clínica y la formación del fisioterapeuta serán determinantes para detectarla en el relato del paciente y, sobre todo, para reconducirla. </p>
<p>El primer paso es “reparar”, a través de la educación, la brecha entre el conocimiento científico y las ideas que el individuo ha recibido. Esto es fundamental: no habrá cambio en la conducta si no hay un cambio en la creencia. El segundo paso será, igual que ante cualquier fobia, exponerse gradualmente a ella.</p>
<p>En definitiva, la kinesiofobia está detrás de muchas secuelas y disfunciones de movimiento. La ciencia es contundente en este tema: los profesionales sanitarios deben poseer las habilidades comunicativas adecuadas para guiar al paciente durante su proceso, a fin de evitar reforzar ideas erróneas y potencialmente incapacitantes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/223364/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La evolución de esta fobia, que afecta al 72 % de los pacientes con dolor crónico, está muy influida por creencias falsas sobre la actividad física y el origen del dolor.Lorenzo Antonio Justo Cousiño, Profesor de la Facultad de Fisioterapia. Fisioterapeuta, Doctor en Neurociencia, Universidade de VigoCarlos Pita Martínez, Fisioterapia, SERGAS Servizo Galego de SaúdeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2245552024-03-14T17:49:10Z2024-03-14T17:49:10Z¿Me tengo que poner hielo si sufro una lesión? La ciencia lo desaconseja, y por una buena razón<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/581908/original/file-20240314-16-qe1chz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=36%2C72%2C6004%2C3948&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/close-woman-feet-legs-hands-holding-1749901841">Eva March / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Seguro que lo han oído, lo han practicado o incluso lo han aconsejado alguna vez: tras sufrir una lesión aguda (un esguince, un golpe fuerte, una tendinitis…), hay que ponerse hielo en la zona afectada. Sin embargo, los nuevos protocolos de intervención lo desaconsejan como norma general.</p>
<p>Parece algo contraintuitivo, ya que el uso del hielo (crioterapia) produce una disminución de la conducción nerviosa y una vasoconstricción local (estrechamiento de los vasos sanguíneos), lo que alivia el <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7745493/">dolor</a> a corto plazo y reduce la inflamación y el edema. </p>
<p>Entonces, ¿por qué es mejor no hacerlo? Para saber la respuesta, veamos primero qué es la inflamación y si interesa actuar sobre ella.</p>
<h2>Una reacción natural</h2>
<p>La inflamación es un proceso fisiológico normal del cuerpo para recuperarse de un daño. Inmediatamente tras la lesión, los vasos sanguíneos se estrechan con el fin de evitar la pérdida de sangre. A los pocos minutos, una vez taponada la herida, el calibre y la permeabilidad de dichos vasos aumentan para permitir la llegada de sustancias y células inmunitarias con efectos inflamatorios. Es el momento de los neutrófilos, encargados de “las tareas de limpieza”. </p>
<p>El aumento de la permeabilidad vascular genera a su vez un incremento del volumen de líquido –medio de transporte de todas estas sustancias– que llega a la zona. Esta hinchazón es lo que conocemos como edema, y responde a las necesidades fisiológicas de sanación.</p>
<p>Cuando el proceso inflamatorio está en su punto más alto, la acumulación de sustancias produce una serie de señales bioquímicas que inician la fase de proliferación o curación del tejido. Los mismos procesos que en la etapa anterior generaban inflamación, ahora liberan compuestos como las <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-revista-clinica-periodoncia-implantologia-rehabilitacion-200-articulo-peptidos-antimicrobianos-mediadores-lipidicos-rol-S0718539116000227#:%7E:text=Las%20lipoxinas%20son%20mediadores%20lip%C3%ADdicos,leucocitarias%20durante%20la%20respuesta%20inflamatoria.">lipoxinas</a>, que poseen un gran poder antiinflamatorio. </p>
<p>Además, según estudios recientes, los <a href="https://www.bago.com.ar/vademecum/bibliografia/la-resolucion-de-la-inflamacion-es-un-proceso-activo-esencial-para-mantener-la-homeostasis-de-los-tejidos/">neutrófilos</a> que han acudido a “limpiar” la zona cambian en esta fase su forma de actuar y pasan a tener también efectos antiinflamatorios y de regeneración.</p>
<p>Es decir, que para que todo el proceso de curación transcurra correctamente, la inflamación debe seguir su curso fisiológico.</p>
<h2>Cambios de protocolo</h2>
<p>A medida que se conocían mejor estos mecanismos biológicos han ido cambiando las estrategias para abordar las lesiones agudas.</p>
<p>Creado en 1978 por el doctor americano <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Gabe_Mirkin">Gabe Mirkin</a>, el protocolo RICE confería protagonismo a la crioterapia. Sus siglas significan <em>Rest</em> (reposo), <em>Ice</em> (hielo), <em>Compression</em> (compresión) y <em>Elevation</em> (elevación). Desde los años 80, fue sustituido por el protocolo PRICE, que añadía la protección (la P) de la zona. </p>
<p>Posteriormente, en 2012, apareció el protocolo <a href="https://bjsm.bmj.com/content/46/4/220">POLICE</a>. Este método seguía recomendando el uso puntual del hielo en fases muy agudas, pero ofrecía un cambio sustancial para el tratamiento de este tipo de lesiones. Cambió la R de reposo por la OL de <em>Optimal Loading</em> (carga óptima). Es decir, el paciente debe empezar a moverse cuanto antes, comenzando por los movimientos que no involucren a la lesión y no produzcan dolor. </p>
<p>Esta <a href="https://bjsm.bmj.com/content/bjsports/46/4/220.full.pdf">estrategia de carga óptima y progresiva</a> ha demostrado que la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17279044/">movilización precoz</a> y la rehabilitación funcional son más eficaces que la inmovilización y el reposo total.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/578998/original/file-20240229-30-oh0a4k.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/578998/original/file-20240229-30-oh0a4k.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/578998/original/file-20240229-30-oh0a4k.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=849&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/578998/original/file-20240229-30-oh0a4k.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=849&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/578998/original/file-20240229-30-oh0a4k.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=849&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/578998/original/file-20240229-30-oh0a4k.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1066&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/578998/original/file-20240229-30-oh0a4k.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1066&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/578998/original/file-20240229-30-oh0a4k.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1066&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Protocolo actual: “PEACE and LOVE”</h2>
<p>A pesar de la aparente eficacia de los métodos anteriores para disminuir el dolor, las recidivas (reincidencia de viejas lesiones) son frecuentes. De hecho, las patologías de tendón más prevalentes suelen producirse por un <a href="https://www.npunto.es/content/src/pdf-articulo/6151a2f54df2cart1.pdf">fallo en el proceso de curación</a>. Por eso se suele decir que “los esguinces nunca se curan del todo”. </p>
<p>Así llegamos a 2019, cuando los expertos canadienses Blaise Dubois y Jean-Francois Esculier propusieron su protocolo <a href="https://bjsm.bmj.com/content/54/2/72.long">PEACE and LOVE</a>. Como principal novedad, sugiere evitar los antiinflamatorios (La A es de <em>Avoidance anti-inflamatory</em>), incluido el uso del hielo.</p>
<p>Estos cambios de enfoque responden a la evidencia científica. Anteriormente hemos explicado que la vasodilatación es necesaria para que lleguen todas las sustancias esenciales para la curación. Es de suponer que el hielo va a ralentizar el proceso y a modificar las vías de sanación óptimas.</p>
<p>Por ejemplo, una <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0363546503260757?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori:rid:crossref.org&rfr_dat=cr_pub%20%200pubmed">revisión sistemática</a> de 22 ensayos clínicos publicada en 2004 ya advertía que había pocas pruebas de que el hielo y la compresión tuvieran algún efecto significativo en la recuperación de las lesiones.</p>
<p>Ese mismo año, el especialista norteamericano <a href="https://www.painphysicianjournal.com/linkout?issn=1533-3159&vol=7&page=395">Scott F. Nadler</a> afirmó:</p>
<blockquote>
<p>“Aunque las modalidades de tratamiento con frío y calor disminuyen el dolor y el espasmo muscular, tienen efectos opuestos sobre el metabolismo tisular, el flujo sanguíneo, la inflamación, el edema y la extensibilidad del tejido conjuntivo”.</p>
</blockquote>
<p>En definitiva, tanto el hielo como algunos <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-integral-63-articulo-los-nuevos-antiinflamatorios-13018802">antiinflamatorios</a> modifican el proceso inflamatorio y favorecen procesos de mala recuperación y fibrosis. Esto puede llevar a que el tejido no se regenere de forma correcta y sea más susceptible a sufrir nuevas lesiones.</p>
<hr>
<p>
<em>
<strong>
Leer más:
<a href="https://theconversation.com/si-tengo-una-lesion-debo-acudir-al-fisioterapeuta-o-al-osteopata-213772">Si tengo una lesión, ¿debo acudir al fisioterapeuta o al osteópata?</a>
</strong>
</em>
</p>
<hr>
<p>El propio Mirkin, creador del protocolo RICE, admitió en 2015 que <a href="https://drmirkin.com/fitness/why-ice-delays-recovery.html">“el hielo retrasa la curación”</a>.</p>
<h2>¿Y qué pasa con el dolor?</h2>
<p>El dolor nociceptivo <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-curso-basico-sobre-dolor-tema-X0213932415727485#:%7E:text=El%20dolor%20nociceptivo%20es%20el,la%20gravedad%20de%20la%20agresi%C3%B3n.">(nocicepción)</a> es el que sentimos en respuesta a un daño en el tejido. Esta señal de alarma genera cambios adaptativos (como la limitación del movimiento y la carga) con el objetivo de permitir la correcta curación. </p>
<p>Así pues, anular la nocicepción con hielo o antiinflamatorios puede retrasar o empeorar la lesión, ya que deja de cumplir su función protectora si no cumplimos esas horas o pocos días de reposo adecuado. </p>
<p>Como consejo general, podemos recomendar que los afectados apliquen el protocolo PEACE and LOVE y, durante la fase de reparación, consuman alimentos ricos en omega-3 <a href="https://theconversation.com/omega-3-cuanto-hay-que-tomar-y-que-alimentos-son-los-mejores-para-obtenerlo-200478">(EPA y DHA)</a> y suplementen su dieta con <a href="https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-07522014000100009">vitamina C</a>. </p>
<p>De todos modos, si sufre una lesión severa, lo mejor es acudir a un médico o un fisioterapeuta, que le darán pautas y facilitarán el proceso de curación más adecuado.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/224555/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Si sufrimos un esguince, un golpe fuerte o una tendinitis, por ejemplo, la aplicación del frío calma el dolor y disminuye la inflamación, pero no es conveniente detener estos procesos fisiológicos.Beatriz Carpallo Porcar, Fisioterapeuta. Personal docente e investigador en los grados de Fisioterapia y Enfermería en la Universidad San Jorge. Miembro del grupo de investigación iPhysio., Universidad San JorgePaula Cordova Alegre, Personal docente - investigador en los grados de fisioterapia y enfermeria de la Universidad San Jorge, Universidad San JorgeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2244122024-03-05T18:28:13Z2024-03-05T18:28:13ZProblemas de suelo pélvico: más allá de la pérdida de orina<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/579517/original/file-20240304-49731-pvbg0o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5570%2C3423&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> </figcaption></figure><p>¡Achís! Laura ha estornudado, una acción de lo más normal y cotidiana para la mayor parte de la población. Aparentemente esto no tiene ninguna repercusión, ni trascendencia más allá del propio estornudo. Sin embargo, para Laura sí que supone un gran problema, ya que va acompañado de una involuntaria e indeseada pérdida de orina. </p>
<p>Esta accidental pérdida de orina le genera un sentimiento de vergüenza y temor a que se pueda notar la mancha en la ropa, o peor aún, a que pueda oler. Para lidiar con esta preocupación, Laura se ve obligada a usar salvaslips en todo momento, asumiendo que forma parte de ser mujer.</p>
<h2>Un problema muy presente, oculto y silenciado</h2>
<p>Las disfunciones de suelo pélvico abarcan una serie de problemas que tienen en común la afectación de alguno o varios músculos que dan soporte y sostén a la vejiga, al útero o a la parte final del intestino grueso, entre otros. Esto se traduce en que, sobre todo cuando realiza un esfuerzo físico que provoca un aumento de la presión intraabdominal –toser, reír, correr…–, la mujer puede tener pérdidas involuntarias de orina, de heces, dolor constante en la zona pélvica o, incluso, que sobresalga y se pueda ver por la vagina alguno de estos órganos (vejiga, recto o útero). </p>
<p>Lejos de ser un problema minoritario, la mitad de las mujeres declaran tener alguno de estos problemas siendo <a href="https://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12889-023-16901-3">el más frecuente la pérdida de orina</a>, con una clara una tendencia al alza. Sin embargo, se estima que tan sólo 1 de cada 4 mujeres que tienen este problema acude a consulta. ¿Por qué? Principalmente por la vergüenza que sienten, pero también por la falta de información y de sensibilización acerca del problema, que al no poner en peligro la vida de la mujer no se percibe como algo que requiera una atención sanitaria. </p>
<p>Por otra parte, existe un déficit importante de consultas especializadas que aborden el problema de forma específica y en las que las mujeres se sientan <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-06142010000900002&lng=es.">escuchadas, comprendidas y atendidas</a> </p>
<h2>El parto vaginal y el sobrepeso nos predisponen</h2>
<p>Aunque las disfunciones del suelo pélvico pueden afectar a cualquier mujer, hay una serie de factores que facilitan que aparezcan. Concretamente, son más habituales en mujeres que hayan dado a luz mediante un parto vaginal –más aún si se utilizó algún instrumento como ventosas o fórceps para ayudar al bebe a nacer– y también en aquellas con sobrepeso, de edad avanzada, en la menopausia o que han tenido hijos con un <a href="https://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12889-023-16901-3">peso superior a 4 kilogramos en el momento del nacimiento</a> .</p>
<h2>Reduce la actividad sexual y la actividad física</h2>
<p>En un primer momento es fácil caer en la tentación de minimizar las consecuencias que los “escapes”, las molestias o el dolor derivado de estos problemas pueden tener sobre la vida de las mujeres. Sin embargo, las implicaciones son importantes. Las mujeres afectadas tienden a tener una menor actividad física e incluso pueden <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2666168323003890?via%3Dihub">caer en la inactividad</a>, lo cual se ha relacionado con <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38244776/">mayor riesgo de enfermedades como el cáncer</a> o las <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10875797/">patologías cardiacas</a>. </p>
<p>Además, las mujeres con disfunciones del suelo pélvico también tienen una peor salud sexual y una <a href="https://obgyn.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ijgo.15189">mayor presencia de problemas relacionados con la sexualidad</a>. Asimismo, se ha relacionado con <a href="https://journals.lww.com/jwocnonline/abstract/2020/03000/sleep_quality_and_quality_of_life_in_older_women.12.aspx">peor calidad del sueño</a> e incluso <a href="https://www.frontiersin.org/journals/public-health/articles/10.3389/fpubh.2023.1180907/full">peor calidad de vida</a>. </p>
<p>La salud mental también se resiente, requiriendo <a href="https://www.mdpi.com/2077-0383/13/1/185">una mayor atención por parte de los profesionales especialistas</a>. </p>
<p>Todo ello hace que estas mujeres puedan acabar sufriendo aislamiento social, ver afectadas sus relaciones personales e íntimas y <a href="https://bmcwomenshealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12905-018-0585-1">reducir su participación en actividades de ocio</a> </p>
<h2>Prevención y abordaje del problema</h2>
<p>El pilar fundamental para solucionar este problema de salud pública es la prevención. Por un lado, se puede llevar a cabo evitando la exposición a los factores de riesgo identificados, como mantener un peso adecuado. Pero también hay ejercicios sencillos y específicos para el suelo pélvico que han demostrado su eficacia: los <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37723962/">ejercicios de Kegel</a>. </p>
<p>Consisten en apretar los músculos del suelo pélvico y mantenerlos así durante unos 3 segundos para después relajarlos. Y deben <a href="https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/enfermedades-urologicas/ejercicios-kegel">repetirse entre 10 y 15 veces</a>.</p>
<p>Además, se dispone de otros tratamientos farmacológicos, fisioterápicos, médicos y quirúrgicos. Entre ellos, un amplio arsenal de medicamentos como los anticolinérgicos, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38353087/">inyecciones de toxina botulinica (botox)</a> o de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38424182/">fibrina rica en plaquetas</a> y la realización de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38432833/">ejercicios hipopresivos</a>.</p>
<p>En cualquier caso, las mujeres afectadas no deberían tener pudor en consultar a matronas, enfermeras, fisioterapeutas y médicos de familia acerca de este problema de salud. Con ello mejorarán su calidad de vida y ayudarán a eliminar el sesgo de género presente en los problemas de salud que afectan mayoritariamente a las mujeres y que perpetúan la desigualdad entre hombres y mujeres en el terreno de la salud.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/224412/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La mitad de las mujeres declara tener problemas de suelo pélvico que, en la mayoría de los casos, dan lugar a pérdidas de orina cuando tosen, ríen o hacen un esfuerzo físico que aumenta la presión dentro del abdomen.Juan Miguel Martínez Galiano, Profesor, Universidad de JaénAntonio Hernández Martínez, Profesor Enfermería Maternal e Infantil. Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Terapia Ocupacional, Universidad de Castilla-La ManchaRocío Adriana Peinado Molina, Assistant scientist, Universidad de JaénSergio Martínez Vázquez, Profesor de Enfermería, Universidad de JaénLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2213272024-02-26T20:54:30Z2024-02-26T20:54:30ZInteligencia artificial y robótica al servicio de la fisioterapia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/571268/original/file-20240124-21-8cj478.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1196%2C741&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Tratamiento de fisioterapia con el robot Adamo.</span> </figcaption></figure><p>La robótica y la inteligencia artificial están creciendo exponencialmente en el <a href="https://www.ospat.com.ar/blog/el-avance-de-la-robotica-y-la-inteligencia-artificial-en-salud/">ámbito sanitario</a>. De hecho, hace tiempo que las aplicaciones de <a href="https://theconversation.com/es/topics/inteligencia-artificial-55402">IA</a> ayudan a manejar una cantidad ingente de datos (como imágenes) y que se usan robots para intentar mejorar la eficiencia de los tratamientos (caso de los exoesqueletos).</p>
<p>De todos modos, es importante recalcar que el profesional sanitario es insustituible, y que, incluso por normativa, la decisión clínica debe ser tomada por un humano. En este contexto, herramientas como la inteligencia artificial y la robótica potencian las capacidades humanas en pro de mejorar la calidad de vida. </p>
<p>En lo que se refiere a la fisioterapia, los profesionales usan desde hace décadas dispositivos de electroterapia como los ultrasonidos, láseres de alta potencia, terapias superinductivas, terapias invasivas ecoguiadas, magnetoterapias o incluso mecanismos que fomentan la movilidad del paciente. </p>
<p>Además, la decisión clínica del especialista debe fundamentarse en un diagnóstico que garantice el tratamiento más adecuado. Para ello, los fisioterapeutas usan infinidad de test ortopédicos y evaluaciones de palpación, pero también se valen de herramientas tecnológicas que cuantifican el movimiento o aportan imágenes termográficas o ecográficas para valorar el estado del paciente y su evolución. </p>
<h2>Un proyecto ambicioso</h2>
<p>Dentro de la innovación en el campo de la fisioterapia, uno de los proyectos más ambiciosos es <a href="https://www.aei.gob.es/sites/default/files/convocatory_info/file/2023-10/CPP2022_PRD_WEB_FINAL.pdf">AIRESPALTER</a>, que aúna la inteligencia artificial aplicada al diagnóstico mediante imágenes termográficas con el tratamiento robótico a través de aire comprimido termorregulado. Las empresas <a href="https://thermohuman.com/es/">Thermohuman</a> y <a href="https://adamorobot.com">Adamo Robot</a> colaboran activamente junto a la <a href="https://www.ufv.es">Universidad Francisco de Vitoria</a> en el desarrollo de AIRESPALTER.</p>
<p>Su propósito es encontrar patrones térmicos relacionados con el dolor de espalda (cervical, dorsal o lumbar) y ofrecer al fisioterapeuta una propuesta de tratamiento automático con aire comprimido. El sistema robótico incorporará los ajustes necesarios de temperatura, velocidad y tipos de movimientos. </p>
<p>La compañía Thermohuman aporta el conocimiento y experiencia sobre la termografía, que detecta la temperatura del cuerpo del paciente. Así es posible determinar, entre otras cosas, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16287675/">la cantidad de vascularización en un área concreta del cuerpo</a>. Las zonas que presentan un aumento de temperatura son compatibles con procesos inflamatorios, mientras que las áreas más frías pueden indicar una menor vascularización. Esto último podría ser indicio, por ejemplo, de rigidez o disfunción muscular.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/un-traje-para-experimentar-que-se-siente-cuando-envejecemos-193736">Un traje para experimentar qué se siente cuando envejecemos</a>
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<p>Gracias a estas imágenes, el terapeuta puede mapear y analizar las distintas estructuras y detectar zonas patológicas. Se ha comprobado que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/2971100/">una diferencia de temperatura de 0,3 ºC-0,6 ºC</a> o más entre el lado izquierdo y derecho de una misma región del paciente indica una alteración con sospecha de disfunción clínica. Con esta información, la decisión del terapeuta puede ser más adecuada y puede hacer un seguimiento del paciente de manera rápida, inocua y barata.</p>
<h2>El robot Adamo entra en escena</h2>
<p>La segunda pata del proyecto es <a href="https://www.youtube.com/watch?v=zeS5gt3ZSlE">Adamo Robot</a>, un robot colaborativo preparado al 100 % para trabajar con humanos que, además, cuenta con una cámara termográfica de última generación. Utiliza dos herramientas básicas en fisioterapia: la presión de masaje y el uso terapéutico de la temperatura. Ambas son aplicadas en seco a través de aire comprimido termorregulado; es decir, Adamo trata con la presión ejercida por el aire comprimido el cuerpo del paciente y aplica frío o calor según requiera la patología. </p>
<p>Su brazo robótico puede reproducir movimientos en tres dimensiones, y la temperatura, velocidad y presión pueden regularse según el criterio del fisioterapeuta. Es importante destacar que un proceso clínico siempre conlleva el tratamiento pasivo –con el apoyo de estas herramientas– y la terapia activa, con movimiento y ejercicio. El fin último es aliviar el dolor y devolver la máxima funcionalidad posible al paciente.</p>
<h2>Automatizado e indoloro</h2>
<p>Adamo es una herramienta que incorpora dos grandes beneficios a los tratamientos pasivos:</p>
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<li><p>La automatización, que permite al fisioterapeuta dedicar su tiempo a lo que de verdad importa: recuperar la funcionalidad del segmento lesionado.</p></li>
<li><p>Es un tratamiento absolutamente indoloro, ya que no contacta con la piel del paciente. Aunque Adamo ejerza una presión de hasta 6 bares, no estimula ciertos neurotransmisores y vías neurológicas que activan la sensación de dolor. Incluso si es sensible a la palpación, el paciente no sufrirá molestias de ningún tipo.</p></li>
</ul>
<p>Queda claro que la inteligencia artificial y la robótica son una gran elección para mejorar y agilizar los procesos clínicos dirigidos por un profesional sanitario. En este caso, por un fisioterapeuta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/221327/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esta publicación es parte del proyecto de i+D+i CPP2022-009565 financiado por MCIN/AEI/10.13039/501100011033/ y por la Unión Europea NextGenerationEU/PRTR.</span></em></p>El proyecto AIRESPALTER combina el poder de la IA para realizar diagnósticos mediante imágenes termográficas con la precisión de un brazo robótico que hace masajes y aplica calor o frio según la patología del paciente.Pablo Terrón Manrique, Profesor Doctor Facultad de Salud, Universidad Francisco de VitoriaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2174632023-12-10T22:15:34Z2023-12-10T22:15:34ZFuerza de agarre: lo que un buen apretón de manos puede decir de nuestra salud<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/561916/original/file-20231127-17-xadz48.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=22%2C15%2C5039%2C3408&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">shutterstock</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/friendly-handshake-friends-greeting-teamwork-friendship-1913632063">Body Stock/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Como fisioterapeutas, tratamos con todo tipo de personas. Y entre ellas hay bastante gente mayor, incluso con más de 90 años. En concreto, recuerdo a un paciente de esa edad que cada vez que me saludaba me sorprendía por la contundencia de su apretón de manos. Lo que no sabía entonces es que ese simple gesto me estaba hablando muy bien de él.</p>
<p>Porque, según está comprobado, la llamada fuerza de agarre va más allá de la capacidad manual: es un indicador de salud tanto física como mental. </p>
<p>Este concepto se refiere específicamente a la capacidad de ejercer presión a través de la mano y el antebrazo. Se suele medir mediante <a href="https://www.youtube.com/watch?v=RPIQldwEvyE&ab_channel=UPM">dinamómetros</a>, que proporcionan una lectura objetiva en kilogramos o libras, en función del aparato utilizado. </p>
<p>No obstante, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21624928/">hay mucha variación en la manera de recoger y valorar los datos</a>. Aunque existen diferencias entre países, se recomienda seguir los <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4776623/">percentiles británicos</a> como los valores de referencia. </p>
<h2>Síntoma de males mayores</h2>
<p>Como sugeríamos más arriba, puntuar bajo en este marcador puede advertir de males mayores. Así, se ha relacionado directamente con un mayor riesgo de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25982159/">mortalidad</a>, aunque se debe seguir <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0261561422003314">investigando</a> a este respecto. </p>
<p>Una escasa fuerza de agarre también está vinculada con una mayor predisposición a la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4776623/#AFV192C1">morbilidad</a> (posibilidad de sufrir enfermedades), la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11253156/">fragilidad</a>, la sarcopenia (pérdida de fuerza y masa muscular en las personas mayores) y las <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37867368/">caídas</a>, entre otros.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/actividad-fisica-para-gente-ocupada-el-entrenamiento-intervalico-y-los-aperitivos-de-movimiento-198688">Actividad física para gente ocupada: el entrenamiento interválico y los aperitivos de movimiento</a>
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<p>En relación con la salud mental, dicha debilidad se ha asociado con la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33946502/">depresión</a> en las edades avanzadas. Y al contrario: un estudio que analizó los datos de más de 40 000 personas reveló que una mayor fuerza de agarre está ligada a una <a href="https://bmcmedicine.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12916-022-02490-2">mejor salud mental</a>.</p>
<p>Con todo lo expuesto cabe concluir que niveles óptimos de fuerza de agarre pueden considerarse un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0899900709002846">predictor de la calidad de vida</a>. Otros trabajos relacionan ese vigor manual con <a href="https://www.bmj.com/content/361/bmj.k1651">una disminución de todas las causas de mortalidad y morbilidad</a> en patologías cardiacas y respiratorias y en algunos tipos de cáncer. Más concretamente, se ha revelado como <a href="https://repositorio.ual.es/bitstream/handle/10835/12791/cancers-13-05292-v3.pdf?sequence=1">un indicador de buena función física y calidad de vida en pacientes supervivientes de cáncer de mama</a>. </p>
<h2>Ejercicios para fortalecerla</h2>
<p>Asearnos, comer, abrir tarros, limpiar, acarrear bolsas, abrir una puerta, mantener el equilibrio en el autobús… Son muchas las tareas de la vida cotidiana que implican aplicar fuerza con la mano y el antebrazo, por lo que mantener en forma esa capacidad nunca va a estar de más. Al margen de que, como hemos visto, se ha revelado como un síntoma de salud y seguridad. </p>
<p>De hecho, sabemos que es recomendable realizar intervenciones tempranas para <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8718040/">prevenir la sarcopenia</a>, por lo que comenzar a ejercitar la fuerza de agarre desde la infancia ayudará a esquivar esta situación.</p>
<p>¿Y cómo lo hacemos? Practicar actividades específicas para potenciarla <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31499496/">no es suficiente</a>, ya que no va a redundar en otros aspectos de nuestra salud. Es más recomendable realizar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32765951/">ejercicios de fuerza más generales</a> en los que la potencia de agarre también se vea implicada.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/caidas-de-mayores-como-prevenirlas-y-mejorar-la-fragilidad-asociada-al-envejecimiento-175413">Caídas de mayores: cómo prevenirlas y mejorar la fragilidad asociada al envejecimiento</a>
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<p>Entre los profesionales de la salud se recomiendan diferentes ejercicios, entre los que se encuentran los siguientes:</p>
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<li><p><a href="https://www.youtube.com/watch?v=_HQeMVfdMXo&t=324s">Paseo del granjero</a>. Consiste en caminar sosteniendo pesas u objetos en cada mano para fortalecer brazos, hombros y agarre. Es algo similar a llevar bolsas de la compra.</p></li>
<li><p>Colgarse de una barra con los brazos extendidos para fortalecer hombros y espalda.</p></li>
<li><p>Peso muerto. Así se llama a levantar pesos desde el suelo hasta la cadera. Hace falta familiarizarse con este ejercicio, pero es muy interesante para fortalecer la espalda, las piernas, los glúteos y la propia fuerza de agarre.</p></li>
<li><p><a href="https://www.youtube.com/watch?v=pmkP7zu6gW4">Ejercicios de prensión</a>. Se trata de apretar un objeto que genera resistencia con el objetivo de mejorar la fuerza de los antebrazos.</p></li>
</ul>
<p>Muchas son, pues, las maneras de robustecer nuestra fuerza de agarre, pero la más importante es mantenerse activo y realizar ejercicios de fuerza en todas sus facetas. La función que antes se pierde es aquella que no utilizamos, así que manténgase activo y recuerde lo importante que es poder dar un buen apretón de manos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/217463/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La capacidad de ejercer presión a través de la mano y el antebrazo puede ser un indicador de nuestra salud física y mental.Daniel Sanjuán Sánchez, Fisioterapeuta y personal docente investigador en la Facultad de Ciencias de la Salud en Universidad San Jorge, profesor asociado en la Facultad de Enfermería y Fisioterapia en la Universitat de Lleida. Miembro del grupo de investigación iPhysio, Universidad San JorgePaula Cordova Alegre, Personal docente - investigador en los grados de fisioterapia y enfermeria de la Universidad San Jorge, Universidad San JorgeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2150142023-11-19T21:52:02Z2023-11-19T21:52:02ZCómo detectar y tratar la diástasis abdominal, un problema frecuente en mujeres embarazadas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/560158/original/file-20231117-27-sg052g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=982%2C43%2C4630%2C3699&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/hands-physiotherapist-checking-diastasis-recti-on-2094676414">Jordi Mora/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Al común de los mortales puede resultarle un concepto desconocido, pero seguro que muchas mujeres embarazadas que nos lean tienen por lo menos una ligera idea de lo que hablamos. ¿Ha notado un pequeño abultamiento en torno al ombligo, sobre todo al incorporarse? ¿Se ha fijado si sus músculos rectos del abdomen (los famosos “cuadraditos” que se extienden desde el hueso pubis hasta la parte inferior del tórax) están inusualmente separados?</p>
<p>Entonces podría tener diástasis abdominal, un problema que va mucho más allá de lo estético y que no es exclusiva de gestantes: esta alteración de la pared abdominal también se da en deportistas y pueden sufrirla los hombres.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/560159/original/file-20231117-19-2b7ial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/560159/original/file-20231117-19-2b7ial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/560159/original/file-20231117-19-2b7ial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=292&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/560159/original/file-20231117-19-2b7ial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=292&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/560159/original/file-20231117-19-2b7ial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=292&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/560159/original/file-20231117-19-2b7ial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=367&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/560159/original/file-20231117-19-2b7ial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=367&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/560159/original/file-20231117-19-2b7ial.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=367&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Abdomen normal (izquierda) y abdomen con diástasis (derecha).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/diastasis-recti-3d-medical-vector-illustration-1334343155">medicalstocks/Shutterstock</a></span>
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<h2>¿En qué consiste?</h2>
<p>La diástasis abdominal es una separación de los músculos rectos del abdomen a lo largo de la línea alba. Esta línea es un tejido fascial conectivo, una especie de malla interna muy rica en colágeno que discurre verticalmente por la mitad del abdomen y mantiene unida su musculatura en la zona media del cuerpo.</p>
<p>Si aumenta el volumen o la presión abdominal, esa fascia se distorsiona, pierde elasticidad y hace que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34424636/">los rectos del abdomen se separen</a>, alterando la posición de los órganos pélvicos (la vejiga, el útero y el recto).</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/560021/original/file-20231116-17-4lxqoq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/560021/original/file-20231116-17-4lxqoq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/560021/original/file-20231116-17-4lxqoq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=448&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/560021/original/file-20231116-17-4lxqoq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=448&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/560021/original/file-20231116-17-4lxqoq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=448&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/560021/original/file-20231116-17-4lxqoq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/560021/original/file-20231116-17-4lxqoq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/560021/original/file-20231116-17-4lxqoq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Diástasis Abdominal: Abombamiento de la línea alba por aumento de presión.</span>
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<p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34363190/">El principal factor de riesgo es el embarazo</a>, y tienen más probabilidades de sufrir diástasis las mujeres multíparas (que han dado a luz más de una vez). También favorecen su aparición el aumento repentino de peso, la obesidad abdominal, el ejercicio inadecuado o la edad.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/actividad-fisica-para-gente-ocupada-el-entrenamiento-intervalico-y-los-aperitivos-de-movimiento-198688">Actividad física para gente ocupada: el entrenamiento interválico y los aperitivos de movimiento</a>
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<p>Nos enfrentamos a una diástasis abdominal cuando se manifiesta una separación de más de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29494833/">2,5 centímetros</a> entre los músculos rectos del abdomen en uno o más puntos a lo largo de la línea alba. Podemos encontrar esta separación a partir de 4,5 cm por encima y/o por debajo del ombligo. Y, aunque puede detectarse en reposo, es más evidente al realizar un esfuerzo abdominal. </p>
<h2>¿Hasta qué punto debe preocupar a las embarazadas?</h2>
<p>La diástasis abdominal en el embarazo es fisiológica –es decir, normal– debido al aumento del tamaño del bebé, y suele recuperarse de forma espontánea tras las primeras 6-8 semanas posparto. Sin embargo, se calcula que entre el <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-cirugia-espanola-36-congresos-xxiii-reunion-nacional-cirugia-140-sesion-pared-abdominal-6679-comunicacion-reparacion-supraponeurotica-de-diastasis-de-80434">30 y 70 % de las gestantes la presentarán</a> pasados incluso tres meses tras dar a luz. De ahí que sea recomendable hacerse una revisión tras el período de cuarentena, para asegurarse de que se ha recuperado bien la función del abdomen.</p>
<h2>¿Cómo se detecta?</h2>
<p>Habitualmente podemos comprobarlo nosotros mismos en casa, tumbados o tumbadas boca arriba. En esta posición, debemos aumentar la presión en el abdomen, tosiendo o realizando un ejercicio abdominal. Si al hacerlo podemos introducir dos dedos o más en horizontal en la línea media del abdomen, o si aparece una protuberancia en el centro de dicha línea, deberíamos acudir al fisioterapeuta para confirmar el diagnóstico. Aunque este sea el test más habitual, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22810966/">la ecografía resulta más fiable</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/560022/original/file-20231116-29-hrh5a3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/560022/original/file-20231116-29-hrh5a3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/560022/original/file-20231116-29-hrh5a3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=610&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/560022/original/file-20231116-29-hrh5a3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=610&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/560022/original/file-20231116-29-hrh5a3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=610&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/560022/original/file-20231116-29-hrh5a3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=767&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/560022/original/file-20231116-29-hrh5a3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=767&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/560022/original/file-20231116-29-hrh5a3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=767&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Diástasis abdominal: separación de los rectos del abdomen.</span>
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<h2>¿Qué consecuencias tiene para la salud?</h2>
<p>Actualmente se habla mucho del <em>core</em>: así se llama al conjunto de músculos abdominales, lumbares y pélvicos que trabajan de forma conjunta para estabilizar la postura, coordinar la respiración y permitir un movimiento eficaz. </p>
<p>El músculo más profundo del abdomen es el transverso. Conocido también como faja abdominal, se encarga de amortiguar las presiones cuando realizamos un esfuerzo. Un aumento del volumen abdominal puede producir una pérdida o disminución de dicha función, lo que repercutirá negativamente en la correcta gestión de las presiones intraabdominales. Y además empeorará la calidad de la línea alba, que experimenta un sobreestiramiento. Esto es lo que produce la separación de los rectos del abdomen.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/si-tengo-una-lesion-debo-acudir-al-fisioterapeuta-o-al-osteopata-213772">Si tengo una lesión, ¿debo acudir al fisioterapeuta o al osteópata?</a>
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<p>No solo es un problema estético. Al disminuir la integridad de la pared abdominal, el control mecánico y la funcionalidad también se ven alterados. Esto modifica la biomecánica del tronco, lo que puede provocar inestabilidad pélvica y cambios en la postura, generando <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27324871/">dolor lumbar crónico y, a veces, también pélvico</a>. Además, la diástasis abdominal es un factor de riesgo importante para desarrollar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/2149203/">una hernia abdominal, debido al deterioro de ese tejido.</a></p>
<h2>Cómo prevenirla y tratarla</h2>
<p>En la mayoría de los casos, la diástasis puede tratarse con ejercicio terapéutico pautado y personalizado por un fisioterapeuta, normalmente especializado en suelo pélvico.</p>
<p>Hasta hace pocos años, el tratamiento de elección eran unos ejercicios abdominales llamados <a href="https://theconversation.com/ayudan-a-adelgazar-y-a-reducir-la-cintura-los-ejercicios-hipopresivos-177109">hipopresivos</a>, inventados por el doctor belga Marcel Caufriez en los años ochenta. Consiste en colocar el cuerpo en una posición de autoelongación (como si quisiéramos “crecer” a lo alto, en una postura erguida) y, manteniendo ciertas posiciones específicas, hacer apneas después de haber exhalado todo el aire mientras se abren las costillas. </p>
<p>Pese a sus amplios beneficios, la evidencia científica actual reconoce que el ejercicio <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35908286/">hipopresivo</a> con apertura de costillas no genera cambios en la línea alba ni disminuye la diástasis abdominal.
En cambio, los ejercicios de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30839304/">fuerza de <em>core</em> sí ayudan a cerrarla</a>, siempre y cuando la presión esté controlada. </p>
<p>Estos <a href="https://www.youtube.com/watch?v=xk7YRxyGUKo">ejercicios de fuerza</a> suelen comenzar con ejercicios de mantenimiento de posiciones y, conforme va aumentando el control muscular de los pacientes, se progresa hacia movimientos cada vez más intensos y complejos para el abdomen. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/559614/original/file-20231115-25-tusfxo.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/559614/original/file-20231115-25-tusfxo.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/559614/original/file-20231115-25-tusfxo.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/559614/original/file-20231115-25-tusfxo.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/559614/original/file-20231115-25-tusfxo.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/559614/original/file-20231115-25-tusfxo.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/559614/original/file-20231115-25-tusfxo.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/559614/original/file-20231115-25-tusfxo.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Ejercicio de plancha dinámica para fortalecer el abdomen.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>También se ha visto que los ejercicios especificos de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24268942/">fortalecimiento del musculo transverso</a> del abdomen y de la musculatura profunda del <a href="https://www.youtube.com/watch?v=bMKPi0pIcG8">suelo pélvico</a> benefician el cierre de la diástasis abdominal, sobre todo en mujeres posparto. </p>
<p>En cuanto a la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34363190/">prevención</a>, es importante controlar los factores de riesgo manteniendo un buen tono tanto en la musculatura profunda del abdomen como en la del suelo pélvico. Además, se recomienda realizar ejercicio moderado y controlado durante el embarazo y evitar ganar demasiados kilos durante este periodo. </p>
<p>Por último, es importante el control postural y evitar realizar esfuerzos en los que aumente la presión abdominal de forma abrupta, sin olvidar que los aumentos repentinos de peso y la obesidad aumentan las papeletas de sufrir este problema.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/215014/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Esto es lo que debemos hacer para prevenir y corregir esta alteración de la pared abdominal. El embarazo es el principal factor de riesgo, aunque también puede producirse por exceso de peso o un ejercicio inadecuado.Beatriz Carpallo Porcar, Docente en los grados de Fisioterapia y Enfermería de la Universidad San Jorge. Investigadora sobre Condición Post Covid en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón., Universidad San JorgePaula Cordova Alegre, Personal docente - investigador en los grados de fisioterapia y enfermeria de la Universidad San Jorge, Universidad San JorgeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2137722023-11-09T21:43:51Z2023-11-09T21:43:51ZSi tengo una lesión, ¿debo acudir al fisioterapeuta o al osteópata?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/558302/original/file-20231108-23-rl508p.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=223%2C126%2C6266%2C4193&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-having-chiropractic-back-adjustment-osteopathy-634196597">Albina Gavrilovic/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Si se encuentra en España, la respuesta a la pregunta del titular es clara: al fisioterapeuta. Como explica el <a href="https://www.cofiga.org/ciudadanos/sala-de-prensa/noticias/192/Osteopatia">Colexio Oficial de Galicia (COFIGA)</a>, la osteopatía no está catalogada como profesión sanitaria a nivel legislativo, ni es una <a href="https://www.boe.es/boe/dias/2003/11/22/pdfs/A41442-41458.pdf">titulación oficial</a>. </p>
<p>Partiendo de esta base, ningún curso o certificación en osteopatía –u otras formaciones, como quiropraxia– autorizará para abrir un centro sanitario. Legalmente, estas técnicas deben ser ejercidas por <a href="https://www.consejo-fisioterapia.org/adjuntos/legislacion/legislacion_54.pdf">un/una fisioterapeuta</a>, ya que en caso contrario se incurre en <a href="https://www.consejo-fisioterapia.org/noticias/413_INTRUSISMO_Condenado_un_osteopata_por_realizar_actos_sanitarios_sin_titulacion.html">intrusismo</a>.</p>
<p>Para aclarar posibles confusiones, se ha puesto en marcha el <a href="https://ikono.consejo-fisioterapia.org/">proyecto iKono</a>. Se trata de colocar una cruz fucsia en la fachada (algo similar a la cruz verde de las farmacias) que identifique las clínicas de fisioterapia y garantice a los ciudadanos que acuden a un centro sanitario, en vez de un falso profesional. </p>
<h2>El cuerpo humano como un todo</h2>
<p>La osteopatía surgió en <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=649469">Estados Unidos en el siglo XIX</a> como un sistema de tratamiento aplicado con las manos, lo que en parte explica su habitual asociación con la fisioterapia. La <a href="https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS=osteopat%C3%ADa">Real Academia Nacional de Medicina de España</a> la define como una corriente que acepta la metodología de la medicina científica y se focaliza en la corrección de alteraciones mecánicas utilizando diversas técnicas manuales. </p>
<p>Para los osteópatas, el cuerpo humano es una unidad funcional donde todo se encuentra interconectado y con capacidad de autocuración. Esta visión global de nuestro organismo no es exclusiva de la osteopatía (que en ocasiones publicita como propia), ya que otras profesiones sanitarias adoptaron también desde hace tiempo una perspectiva más amplia. Un ejemplo es el <a href="https://world.physio/policy/ps-descriptionPT">enfoque biopsicosocial</a>.</p>
<h2>¿Terapia o pseudoterapia?</h2>
<p>A día de hoy, el debate sobre su respetabilidad científica está lejos de haberse zanjado. Sin ir más lejos, el <a href="https://www.conprueba.es/sites/default/files/multimedia/documentos/informes-pseudoterapias_1_1.pdf">Ministerio de Sanidad</a> mantiene a la osteopatía en evaluación como técnica susceptible de considerarse una pseudoterapia. No obstante, se trata de un listado extenso y en borrador donde aparecen disciplinas más aceptadas como la hidroterapia o el pilates. </p>
<p>Más claro lo tienen el <a href="https://infopseudociencia.es/osteopatia/">Grupo de Investigación en Comunicación Científica (GRECC)</a>, para cuyos expertos entra sin duda en la categoría de pseudociencia, y la <a href="https://www.apetp.com/index.php/osteopatia/">Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas</a>, que la describe como una pseudoterapia que se encuentra en un vacío legal en España. Concretamente, destaca que la osteopatía visceral y craneosacra (basada en modificación de movimientos viscerales y craneales) carece por completo de base científica. </p>
<p>Una reciente publicación de <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1746068923000032"><em>International Journal of Osteopathic Medicine</em></a> daba argumentos a estas tesis destacando algunas debilidades de la osteopatía, como la predilección por mecanismos de acción inverosímiles para sus técnicas y unas bases teóricas débiles.</p>
<p>En el otro lado de la balanza, hay una clara aceptación de la osteopatía como parte de la fisioterapia en <a href="https://www.consejo-fisioterapia.org/adjuntos/legislacion/legislacion_54.pdf">organizaciones colegiales de fisioterapia</a> y el <a href="https://www.diariomedico.com/medicina/opinion/en-defensa-de-la-osteopatia.html">ámbito clínico</a>. De hecho, su <a href="https://repositorio.ucam.edu/bitstream/handle/10952/419/FISIOTER2001-0-21-27.pdf?sequence=1&isAllowed=y">formación está extendida en el sistema universitario</a>.</p>
<p>Muestra de este enconado debate son el libro <a href="https://editorialcirculorojo.com/la-osteopatia/"><em>Osteopatía, ¡vaya timo!</em></a>, del fisioterapeuta Rubén Tovar Ochovo, y el informe emitido como respuesta desde el <a href="https://rofe-do.com/noticias/82-informe-critico-un-elefante-en-una-cacharreria">Registro de Osteópatas titulados en Fisioterapia de España (ROFE</a>). </p>
<h2>Situación legal: ¿quién puede ejercer la osteopatía?</h2>
<p>El derecho a ejercer la profesión depende de la normativa de cada país. En Estados Unidos, <a href="https://elpais.com/buenavida/salud/2020-10-10/la-tradicion-curativa-americana-del-medico-de-trump-que-esta-atrapada-en-un-limbo-legal-en-espana.html">la formación está equiparada a la de medicina</a>. Un ejemplo de ello se vio claramente durante la pandemia de covid-19, cuando apareció en los <a href="https://www.latimes.com/espanol/eeuu/articulo/2020-10-07/el-medico-de-trump-es-doctor-en-osteopatia-en-que-difiere-de-un-experto-en-medicina-tradicional">medios de comunicación el médico-osteópata del expresidente Donald Trump</a>. </p>
<p>Al igual que sucede en otros países de habla hispana, y como apuntamos anteriormente, en España <a href="https://www.cofiga.org/adjuntos/adjunto_128.1466590515.PDF">no existen títulos oficiales de osteópata</a>, masajista, quiromasajista o naturópata. Pero como figura en el <a href="https://www.aneca.es/libros-blancos-verifica">Libro Blanco</a> del <a href="https://www.aneca.es/documents/20123/63950/libroblanco_jun05_fisioterapia.pdf/0a3eea24-ddda-c875-2100-d3e40ad4328d?t=1654601818802">Título de Grado en Fisioterapia</a>, dentro de la formación del fisioterapeuta se encuentran métodos específicos como la osteopatía y otras terapias manuales. De todos modos, la formación específica se realiza principalmente <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=649469">en estudios de posgrado</a>.</p>
<h2>¿Debería cobrar más un fisioterapeuta por una sesión de osteopatía?</h2>
<p>No hay ningún motivo que lo justifique. Los fisioterapeutas realizan una extensa formación de posgrado en otros ámbitos como fisioterapia deportiva, fisioterapia respiratoria, fisioterapia uroginecológica o en terapia manual sin aumentar la minuta por ello. Además, ese sobreprecio puede generar la idea errónea de que la fisioterapia es inferior a la osteopatía, cuando en realidad no se puede ejercer la osteopatía sin estudiar fisioterapia en la universidad. </p>
<p>A modo de ejemplo, una de las técnicas más llamativas en la osteopatía son las manipulaciones con impulso: maniobras rápidas que se asocian muchas veces a un chasquido articular. Estas técnicas, que a veces se llaman manipulaciones osteopáticas, en quiropraxia reciben el nombre de ajustes quiroprácticos y en fisioterapia, de forma genérica, <a href="https://www.ifompt.org/site/ifompt/IFOMPT%20Standards%20Document%20definitive%202016.pdf">manipulación</a> o técnicas de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34662041/">alta velocidad y corta amplitud</a>. No son, pues, un invento de la osteopatía o la quiropraxia. De hecho, algunos <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2538670/">escritos desvelan que se utilizaron incluso antes de los tiempos de Hipócrates (siglo V a. e. c.)</a>.</p>
<p>Considerando todo lo expuesto, resulta complicado dictaminar fehacientemente si la osteopatía debe o no formar parte de la fisioterapia. Lo que deben tener en cuenta los fisioterapeutas, <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-fisioterapia-146-articulo-fisioterapia-basada-evidencia-un-reto-10017330">basándose en la evidencia</a>, es que aunque el efecto de una técnica sea biológicamente viable, no constituye una prueba de que dicho efecto exista en verdad. No solo se deben comprender los mecanismos de una técnica o método, sino demostrar que un tratamiento realmente funciona.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213772/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lorenzo Antonio Justo Cousiño no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Es la osteopatía una pseudoterapia o una disciplina científicamente válida? El debate está abierto. De cualquier modo, en España y otros países de habla hispana solo los fisioterapeutas pueden practicarla con sus pacientes.Lorenzo Antonio Justo Cousiño, Profesor de la Facultad de Fisioterapia. Fisioterapeuta, Doctor en Neurociencia, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2161812023-10-31T19:27:02Z2023-10-31T19:27:02Z¿Qué es la telefisioterapia? La revolución digital también llega a la rehabilitación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/556814/original/file-20231031-25-fo6ni3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=68%2C17%2C5682%2C3794&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/senior-grayhaired-woman-doing-fitness-home-2126065892">voronaman/shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cada vez más, la frase “tengo que ir al fisio” dejará de ser obligatoria cuando, por ejemplo, busquemos un diagnóstico a las consecuencias de una lesión o necesitemos la ayuda de un profesional para aliviar las molestias de un dolor crónico de espalda. Porque gracias a la implantación de la <a href="https://theconversation.com/es-posible-la-telefisioterapia-154290">telefisioterapia</a>, es el especialista quien puede “pasar consulta” de forma virtual en la comodidad de nuestros hogares. </p>
<p>También conocido como <a href="https://www.forumfisioterapia.com/caso-clinico/curso-fisioterapia-digital/partes/4-practica-digital-en-fisioterapia-modalidad-sincrona-almacenamiento-y-envio-y-monitorizacion-a-distancia/">fisioterapia a distancia o fisioterapia virtual</a>, este enfoque utiliza la tecnología para conectar a los fisioterapeutas con sus pacientes a través de <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272019000100093">plataformas <em>online</em></a>. Es decir, recibimos la evaluación y el tratamiento a través de videollamadas, aplicaciones móviles u otros medios digitales.</p>
<h2>Razones para apostar por la fisioterapia <em>online</em></h2>
<p>La telefisioterapia cuenta con múltiples ventajas, que pueden resumirse en los siguientes puntos:</p>
<ol>
<li><p><strong>Accesibilidad universal</strong>. Elimina barreras geográficas, brindando servicios profesionales a personas que <a href="https://www.inderscience.com/offers.php?id=69763">residen en zonas remotas</a> o que afrontan <a href="https://europepmc.org/article/PMC/5679737">dificultades logísticas</a> para recibir atención tradicional.</p></li>
<li><p><strong>Conveniencia y flexibilidad</strong>. Obvia los desplazamientos costosos y los tiempos de espera en los centros de salud. También proporciona una mayor flexibilidad para programar las <a href="https://www.youtube.com/@telerehabilitacion8847/videos">sesiones de fisioterapia</a>.</p></li>
<li><p><strong>Seguimiento continuo</strong>. Gracias a la tecnología se puede <a href="https://world.physio/es/congress-proceeding/remote-patient-monitoring-adjunct-traditional-physical-therapy-does-it-work">monitorizar</a> el progreso del paciente de manera constante. Esto permite realizar ajustes en el tratamiento de forma oportuna y personalizada.</p></li>
<li><p><strong>Optimización de recursos</strong>. Al eliminar la necesidad de infraestructuras físicas y desplazamientos, contribuye a <a href="https://dl.acm.org/doi/10.1145/1592700.1592718">disminuir los costes</a> en el sistema de salud.</p></li>
<li><p><strong>Mayor compromiso del paciente</strong>. Su flexibilidad fomenta el <a href="https://www.hindawi.com/journals/bmri/2022/7366063/">cumplimiento</a> del tratamiento y las recomendaciones del fisioterapeuta, lo que se traduce en una recuperación más eficaz.</p></li>
</ol>
<h2>Contraindicaciones y puntos de mejora</h2>
<p>A pesar de sus numerosas ventajas, la fisioterapia a distancia no está exenta de limitaciones y desafíos:</p>
<ol>
<li><p><strong>Brecha digital</strong>. Tanto pacientes como fisioterapeutas deben contar con acceso a dispositivos electrónicos y conexiones a internet, lo que podría excluir a aquellas personas con <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16356311/">recursos limitados o que viven en áreas de baja conectividad</a>.</p></li>
<li><p><strong>Limitaciones en la evaluación</strong>. La ausencia de interacción física restringe la capacidad de efectuar evaluaciones minuciosas en determinadas circunstancias. Esto podría acarrear <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28527504/">diagnósticos menos precisos</a>.</p></li>
<li><p><strong>Equipo especializado</strong>. Algunos tratamientos <a href="https://www.fisiocomputer.com/es/">requieren un equipamiento y un espacio físico específicos</a>, algo que podría no estar disponible en un entorno de telefisioterapia.</p></li>
<li><p><strong>Privacidad y seguridad</strong>. La privacidad de los <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1386505622000211?via%3Dihub">datos y la seguridad</a> de las comunicaciones son preocupaciones importantes en la telefisioterapia. Hay que garantizar que se cumplan las regulaciones de protección de datos.</p></li>
<li><p><strong>Limitaciones en casos de emergencia</strong>. Es importante subrayar que la telefisioterapia <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/7083874/">no es adecuada para situaciones médicas de emergencia</a>, donde resulta imprescindible la atención presencial y en tiempo real.</p></li>
</ol>
<h2>¿Para quién es más adecuada?</h2>
<p>La fisioterapia virtual puede ofrecer una solución efectiva para un amplio espectro de personas, especialmente en los siguientes escenarios:</p>
<ol>
<li><p><strong>Rehabilitación a largo plazo</strong>. Representa una alternativa sostenible y eficaz para pacientes que requieren tratamientos de <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8108593/">duración prolongada</a>, como la rehabilitación postoperatoria o el manejo de enfermedades crónicas.</p></li>
<li><p><strong>Afecciones leves a moderadas</strong>. Los problemas musculoesqueléticos, las lesiones deportivas de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28733271/">intensidad leve a moderada</a> y otras afecciones similares se pueden gestionar de manera eficiente mediante la atención <em>online</em>.</p></li>
<li><p><strong>Dificultades de movilidad</strong>. Las personas con <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-fisioterapia-146-avance-resumen-telerehabilitacion-alta-latitud-sur-resultados-S0211563821000869?esCovid=Dr56DrLjUdaMjzAgze452SzSInMN&rfr=truhgiz&y=kEzTXsahn8atJufRpNPuIGh67s1">limitaciones de movilidad o discapacidades</a> pueden encontrar una solución con esta alternativa.</p></li>
<li><p><strong>Seguimiento a largo plazo</strong>. Resulta idónea para hacer el seguimiento a pacientes que, tras completar tratamientos tradicionales, requieren evaluación y apoyo continuo.</p></li>
<li><p><strong>Educación y prevención</strong>. Es una herramienta valiosa para educar a pacientes en <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32501277/">ejercicios terapéuticos y prácticas preventivas</a>, lo que puede contribuir significativamente a mejorar su calidad de vida a largo plazo.</p></li>
</ol>
<h2>Un futuro prometedor</h2>
<p>A medida que la tecnología continúa avanzando, cabe anticipar mejoras significativas en la calidad de las comunicaciones y la accesibilidad de esta modalidad terapéutica.</p>
<p>Así, la <a href="https://mhealth.jmir.org/2018/11/e198/">inteligencia artificial</a> (IA) y la <a href="https://www.youtube.com/watch?v=lSJF7rNS1fU">realidad virtual</a> (RV) comienzan a desempeñar un rol importante en la telefisioterapia. Algunas aplicaciones ya utilizan IA para ofrecer recomendaciones de ejercicios personalizados, mientras que la RV permite crear entornos de rehabilitación virtuales sumamente inmersivos.</p>
<p>Esta opción no solo beneficiará a los pacientes a nivel individual, sino que también contribuirá a la eficiencia en el sistema de salud en su conjunto. La reducción de las visitas presenciales <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10270614/">reducirá los costes</a>, lo que podría ser especialmente valioso en sistemas de atención médica con recursos limitados.</p>
<p>La accesibilidad, comodidad y capacidad para hacer un seguimiento constante otorgan a la telefisioterapia, pues, una posición central en el panorama de la atención médica actual. No obstante, es esencial abordar las limitaciones y desafíos de manera sistemática y garantizar que su aplicación sea segura y efectiva. </p>
<p>A medida que la tecnología continúe avanzando, la fisioterapia virtual promete mejorar la calidad de vida de numerosos pacientes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/216181/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Manuel Burgos Bragado no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Ya es posible que el fisioterapeuta atienda a un paciente en la comodidad de su hogar a través de videollamadas, aplicaciones móviles u otros medios digitales. ¿Cuáles son sus ventajas y limitaciones?José Manuel Burgos Bragado, Personal Docente e Investigador de la Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad San JorgeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2119422023-09-26T18:45:55Z2023-09-26T18:45:55ZPosparto: el dolor, la incontinencia y los problemas sexuales se corrigen con fisioterapia<p>Nadie discute que la gestación y el parto son procesos fisiológicos. Sin embargo, eso no impide que la salud de las embarazadas se resienta y padezcan desórdenes biomecánicos. Los más comunes son los que afectan a <a href="https://bmcmusculoskeletdisord.biomedcentral.com/articles/10.1186/1471-2474-11-91">la cintura lumbo-pélvica y a la musculatura perineal</a>. Es decir, a los abdominales y los músculos de la parte baja de la espalda y caderas y a los músculos del suelo pélvico.</p>
<p>Se debe, en primer lugar, a que durante el embarazo existe una <a href="https://article.imrpress.com/journal/CEOG/33/1/pii/2006006/23-25.pdf">sobrecarga de la barriga</a>, que crece a medida que avanza la gestación. Esa barriga, primer hogar del bebé, tiene un peso que, por efecto de la gravedad, recae en el periné. No hay que perder de vista que la parte inferior del tronco es la pelvis, hueca por debajo, sin huesos. Ese hueco está cubierto por los músculos del suelo pélvico (o perineales) que deben soportar todo el peso del feto, sin la ayuda de ningún hueso.</p>
<p>La cosa se complica en el momento del parto, sobre todo si es vaginal, ya que implica el sobreestiramiento de la musculatura perineal. Como es lógico, la vagina debe abrirse todo lo posible hasta permitir que pasen la cabeza y los hombros de un bebé, por lo que debe aumentar muchísimo su diámetro normal.</p>
<p>Además, aunque en un primer momento en el posparto no existe daño aparente, cuando se acerca la menopausia los cambios hormonales hacen que el colágeno se altere. Y en el caso de las mujeres que han dado a luz se hace más probable que aparezcan <a href="https://www.termedia.pl/Multidisciplinary-management-of-women-with-pelvic-organ-prolapse-urinary-incontinence-and-lower-urinary-tract-symptoms-A-clinical-and-psychological-overview,4,38488,0,1.html">prolapsos e incontinencia urinaria</a>.</p>
<h2>Incontinencia fecal, disfunciones sexuales, dolor y depresión</h2>
<p>En general, la mayoría de las lesiones del suelo pélvico ocurren durante el primer parto vaginal. La que mejor se entiende es la incontinencia fecal, que se produce cuando se lesiona el nervio pudendo (que inerva el esfínter anal), <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0029784499006316">o como consecuencia de la rotura o desgarro de las fibras musculares del esfínter</a>. Pero el parto vaginal también puede provocar <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0002937803005726">dolor y disfunciones urinarias y sexuales</a>.</p>
<p>Si el periné <a href="https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=3Lc-BfqLChgC&oi=fnd&pg=PR5&dq=dyspareunias+coccygodynia+postpartum+abdominal+diastasis&ots=pxWWxhwH6_&sig=XX5QexPinXQVcgJVflnZ2JFxP7I#v=onepage&q&f=false">se lesiona durante el parto</a> puede dar lugar a perinealgias (dolor en la zona perineal), dispareunias (dolor en la penetración vaginal), coccigodinias (dolor en el cóccix), diástasis abdominal (separación de los músculos del abdomen) y lumbo-ciáticas (dolor en la franja inferior de la espalda que puede expandirse hacia las piernas). </p>
<p>Cada uno de esos problemas acarrea consecuencias a nivel psicológico. Es decir, sufrir dolor en el <a href="https://obgyn.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/ijgo.13523">periné, cóccix o durante las relaciones sexuales</a> se asocia a una gran reducción de la calidad de vida y de la autoestima de las pacientes. Si a este cuadro se le añade la posibilidad de sufrir <a href="https://www.mdpi.com/1648-9144/58/10/1485">pérdidas de orina, de heces o de gases</a>, el impacto de los problemas a nivel psicológico aumenta exponencialmente. Tanto es así que puede hacer que las pacientes empiecen a reducir sus actividades familiares y sociales, aislándose de su entorno. </p>
<p>Esto, a su vez, aumenta exponencialmente la posibilidad de desarrollar <a href="https://dergipark.org.tr/en/pub/husbfd/issue/78946/1129919">depresión</a> en estas mujeres, además de elevar los niveles de estrés. Merece la pena recordar en este punto que la situación vital de estas pacientes ya es bastante compleja por el hecho de acabar de convertirse en mamás, algo que por sí mismo tiene un profundo impacto en sus dinámicas personales, familiares, sociales y laborales.</p>
<p>El intervalo de tiempo que transcurre entre el parto y el comienzo de los problemas funcionales es extremadamente variable. Así, si la aparición de síntomas como la pérdida de orina ocurre en el posparto inmediato, es fácil atribuirlo a causas obstétricas recientes. Por el contrario, si la incontinencia urinaria o el prolapso aparecen décadas más tarde, otros factores –<a href="https://karger.com/eur/article-abstract/37/6/637/133535/Risk-Factors-for-Urinary-Incontinence-in-Women">el envejecimiento, el aumento de peso o el estilo de vida</a>– pueden enmascarar las causas obstétricas. </p>
<p>Lo que parece indiscutible es que la prevención, tanto durante la gestación como tras el parto, es fundamental para reducir la incidencia de todos estos problemas.</p>
<h2>Fisioterapia durante y después del embarazo</h2>
<p>Por suerte, la fisioterapia tiene una gran capacidad de <a href="https://journals.viamedica.pl/ginekologia_polska/article/view/46464">reducir la incidencia</a> –o el impacto, una vez que aparecen– de todos estos problemas. </p>
<p>Por una parte, durante el embarazo los fisioterapeutas especializados en obstetricia <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S000495141460725X">participan activamente de la preparación al parto de las embarazadas</a> a través de entrenamiento en ejercicios respiratorios, de estiramiento y de fortalecimiento que previenen el desarrollo de lumbalgias y ciáticas. Este trabajo previo también facilita llegar al momento del parto con más y mejores estrategias para afrontar la dilatación y dar a luz. Además, el seguimiento de un embarazo por parte de un fisioterapeuta experto en el área facilita la <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jmwh.12736">identificación temprana de factores de riesgo asociados a más patologías posparto para poder prevenirlas</a>.</p>
<p>La visita al fisioterapeuta durante el posparto también es imprescindible. Conviene que el especialista realice una <a href="https://www.cureus.com/articles/170047-postpartum-mood-disorders-insights-into-diagnosis-prevention-and-treatment.pdf">valoración abdominal, pélvica y perineal completa</a> para identificar precozmente alteraciones, inicialmente asintomáticas, que pueden dar lugar patologías graves en el futuro. </p>
<p>Habitualmente en el posparto es necesario realizar algún tipo de <a href="https://academic.oup.com/ptj/article-abstract/90/3/348/2737784">programa de entrenamiento para reeducar y reintegrar la musculatura abdominal, lumbar, pélvica y perineal</a>, que se ha ido modificando en el espacio anatómico durante los anteriores meses para permitir la gestación y el parto. Hay que tener en cuenta que todos los cambios que sucedieron a lo largo de más de nueve meses se revierten bruscamente en el espacio de unas cuantas horas, durante el parto. Este “<em>shock</em>” puede provocar alteraciones musculares que, con un programa adecuado de reintegración neuromuscular, pueden ser resueltas antes de que desemboquen en problemas más graves. </p>
<p>Por si fuera poco, la fisioterapia tiene un amplio y eficaz abanico de técnicas de tratamiento para la gestión de cicatrices durante el posparto. Ya sea cicatrices de heridas en el abdomen (por la realización de una cesárea) o en el periné (por la realización de una episiotomía o por el desgarro muscular). En cualquiera de esos casos, el <a href="https://www.magonlinelibrary.com/doi/abs/10.12968/jowc.2020.29.Sup11a.S1">tratamiento precoz de la cicatriz reduce la posibilidad de que persistan en el tiempo el dolor y/o adormecimiento de la zona lesionada</a>.</p>
<p>Por todo lo anterior, debiera recomendarse, siempre que sea posible, el control del embarazo por parte de un fisioterapeuta experto, a modo preventivo y educacional durante la gestación. Pero, más importante aún, debiera estandarizarse que en el posparto todas las nuevas madres sean valoradas en relación a sus estructuras musculo-esqueléticas para su correcta recuperación e identificación precoz de alteraciones que puedan beneficiarse de tratamiento inmediato.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/211942/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raquel Leirós Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Nadie discute que la gestación y el parto son procesos fisiológicos. Sin embargo eso no impide que las embarazadas desarrollen problemas que afectan sobre todo a la parte baja de la espalda, a las caderas y a los músculos del suelo pélvico.Raquel Leirós Rodríguez, Profesora Ayudante Doctor en Fisioterapia, Universidad de LeónLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2098152023-07-30T20:36:49Z2023-07-30T20:36:49ZEl poder del ejercicio físico en las personas con esclerosis múltiple<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/539181/original/file-20230725-25-jcbua6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=252%2C58%2C5352%2C3484&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/disabled-man-training-gym-rehabilitation-center-1822517588">Roman Zaiets/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>¿Es recomendable que las personas con <a href="https://theconversation.com/es/topics/esclerosis-multiple-58119">esclerosis múltiple</a> hagan ejercicio? ¿Cómo puede beneficiarles física y mentalmente? ¿Y qué actividades serían entonces las más adecuadas? </p>
<p>Antes de responder a estas preguntas, conozcamos un poco mejor a una enfermedad que afecta de lleno al sistema nervioso y <a href="https://www.femmadrid.org/noticia/980/la-federacion-internacional-de-em-presenta-la-3-edicion-del-atlas-mundial-de-esclerosis-multiple#:%7E:text=1%20de%20cada%203.000%20personas,de%20EM%20en%20el%20mundo.">que sufre una de cada 3 000 personas en el mundo</a>. </p>
<p>En condiciones normales, nuestras fibras nerviosas están cubiertas por una capa llamada mielina, que protege y facilita la conducción de los impulsos eléctricos. En las personas con esclerosis múltiple, el sistema inmunológico ataca por error a la mielina, lo que hace que la transmisión de esos impulsos no sea adecuada, dando lugar a una amplia variedad de síntomas.</p>
<p>Estas manifestaciones varían según la zona del sistema nervioso afectada. Las más comunes incluyen fatiga, espasticidad (contracción de los músculos), problemas del control de la vejiga, dificultades de movilidad, problemas de equilibrio y coordinación, debilidad muscular, dolor y alteraciones cognitivas y emocionales.</p>
<p>Además de esta variada sintomatología, es importante destacar que la enfermedad puede progresar de forma diferente en cada paciente. Así, hay personas que siempre padecen algunos de estos síntomas, mientras que otras experimentan periodos donde desaparecen o disminuyen y después surgen de nuevo. A estas recaídas se les conoce como “brotes”.</p>
<h2>Los (indudables) beneficios de la actividad física</h2>
<p>Aunque la esclerosis múltiple no tiene cura, hay tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas, retrasar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida. En este aspecto, el ejercicio físico puede ser una estrategia útil para reducir la fatiga, restaurar la movilidad y mantener o aumentar la forma física, lo cual redunda en el bienestar de los pacientes. </p>
<p>Tales beneficios son ampliamente conocidos, pero las personas con esclerosis múltiple tienden a ser menos activas que la población general. Descubrir qué tipo de ejercicio es más beneficioso según sus necesidades individuales podría ayudarles a ser físicamente activos y mejorar su salud.</p>
<h2>¿Cuáles son los ejercicios más recomendables?</h2>
<p>No hay una única receta para mejorar todos los síntomas y cubrir las necesidades de salud de los pacientes. Sin embargo, la evidencia científica actual nos dice que algunos tipos de actividades son más efectivas que otras dependiendo del objetivo:</p>
<ul>
<li><p>Para <a href="https://www.archives-pmr.org/article/S0003-9993(21)01417-9/fulltext">aliviar la fatiga</a> o <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1877065721000968?via%3Dihub">mejorar la calidad de vida</a> se recomienda hacer ejercicios que incluyan actividades de resistencia aeróbica (caminar, correr, montar en bicicleta…) junto con otros que desarrollen la fuerza muscular mediante el uso de mancuernas, máquinas de pesas convencionales y bandas elásticas, ejercicios con el propio peso corporal, entrenamiento en plataformas vibratorias, etcétera. También conviene realizar actividades para mejorar el equilibrio con plataformas inestables, adoptando diferentes posiciones y puntos de apoyo. Para conseguir beneficios sería necesario realizar de dos a tres sesiones por semana durante al menos 6-12 semanas, con una duración total de 45 a 100 minutos por sesión.</p></li>
<li><p>Si se pretende <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1877065721000968?via%3Dihub">aumentar el bienestar mental</a>, los expertos aconsejan los ejercicios de pilates, con una frecuencia de dos veces por semana durante ocho semanas, con sesiones de 60 a 90 minutos.</p></li>
<li><p>Para <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/sms.14407">mejorar el bienestar físico y la función cardiorrespiratoria</a> es recomendable practicar actividades como caminar, correr (al aire libre o en una cinta rodante) o montar en bicicleta. Se debe realizar de 2 a 5 veces por semana durante un periodo de 8 a 15 semanas, con una duración de 30 a 50 minutos por sesión.</p></li>
<li><p>Cuando el objetivo es <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/sms.14407">mejorar la forma física muscular</a>, lo más eficaz es hacer ejercicios de fuerza utilizando máquinas de pesas convencionales, ejercicios con el propio peso corporal o entrenamiento en plataformas vibratorias, con una frecuencia de dos a tres veces por semana durante un periodo de 8 a 24 semanas. </p></li>
</ul>
<h2>Y antes de empezar…</h2>
<p>Como decíamos más arriba, la esclerosis múltiple afecta de forma diferente a cada paciente, por lo que antes de ponerse manos a la obra conviene seguir la siguiente “hoja de ruta”: </p>
<ul>
<li><p>Consultar con un médico. Este especialista hará una valoración previa del estado de salud y le derivará al profesional adecuado. En ocasiones se requiere de equipos de trabajo interdisciplinares.</p></li>
<li><p>Conocer bien los síntomas de la enfermedad y poder detectar si hay brotes o empeoramiento.</p></li>
<li><p>Conocer las barreras y las facilidades que tiene cada persona para realizar el ejercicio físico. Eso permitirá adaptarlo a sus necesidades y posibilidades, consiguiendo una mayor adherencia al tratamiento y que la práctica se convierta en un hábito.</p></li>
<li><p>Contar con el asesoramiento y la supervisión de un especialista en ejercicio físico con experiencia. Esto es fundamental, porque el profesional diseñará el ejercicio con la progresión e intensidades adaptadas al estado de salud de cada paciente.</p></li>
</ul><img src="https://counter.theconversation.com/content/209815/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Sara Reina Gutiérrez tiene un contrato predoctoral para la formación de personal investigador en el marco del Plan Propio de
I+D+i, cofinanciado por la Universidad de Castilla-La Mancha y por el Fondo Social Europeo (2020-PREDUCLM-15596).
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ana Isabel Torres Costoso y Mairena Sánchez López no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Practicar ejercicio reduce la fatiga, restaura la movilidad y mejora la forma física y mental de las personas afectadas por esclerosis múltiple. Aquí detallamos cuáles son las actividades más recomendables.Sara Reina Gutiérrez, Fisioterapeuta. Investigadora postdoctoral, Universidad de Castilla-La ManchaAna Isabel Torres Costoso, Professor, Universidad de Castilla-La ManchaMairena Sánchez López, Profesora de Educación Física, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2061252023-05-31T18:51:43Z2023-05-31T18:51:43ZLa fascia, un tejido omnipresente en nuestro cuerpo al que deberíamos prestar más atención<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/528777/original/file-20230529-16-p7lyop.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=534%2C0%2C4925%2C3300&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/human-male-body-anatomy-illustration-visible-1035310330">madesapix/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Cuando sufrimos dolor o sensación de rigidez, lo solemos atribuir de forma intuitiva a nuestros músculos o articulaciones. Sin embargo, en muchas ocasiones, estas molestias pueden originarse en un componente de nuestro cuerpo que quizá ni siquiera hayamos oído nombrar: la fascia. Tradicionalmente, se le adjudicaba un papel muy secundario, pero en los últimos años ha empezado a cobrar protagonismo. Veamos por qué.</p>
<h2>Materia deslizante</h2>
<p>La fascia es un tipo de <a href="https://1library.co/article/andrzej-pilat-fascia-gran-comunicadora-cuerpo.q7w049en">tejido conectivo de aspecto principalmente fibroso y fuerte</a> que cubre todas las estructuras corporales –músculos, huesos, vísceras, vasos, nervios…– de forma continua e ininterrumpida. Les da forma, sostén y protección y permite el intercambio de sustancias entre las mismas. </p>
<p>Se distribuye a lo largo, ancho y profundo de nuestro cuerpo, con una continuidad tanto anatómica como funcional. Y aunque tiene aspecto de hoja o membrana, en realidad está formada por múltiples capas con líquido entre ellas. </p>
<p>Para que el organismo se mueva óptimamente, estas capas deben deslizarse entre sí de forma suave y fluida. Y eso sólo puede pasar gracias a la intervención de algún “lubricante”; en este caso, el conocido <a href="https://theconversation.com/acido-hialuronico-un-compuesto-idolatrado-o-verdaderamente-magnifico-163786">ácido hialurónico</a> o hialuronato. Su consistencia y, por tanto, su acción lubricante dependen de la disponibilidad de agua en su entorno. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/528778/original/file-20230529-20-hhwic5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/528778/original/file-20230529-20-hhwic5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/528778/original/file-20230529-20-hhwic5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=376&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/528778/original/file-20230529-20-hhwic5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=376&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/528778/original/file-20230529-20-hhwic5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=376&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/528778/original/file-20230529-20-hhwic5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=472&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/528778/original/file-20230529-20-hhwic5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=472&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/528778/original/file-20230529-20-hhwic5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=472&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Estructura del músculo, rodeado por la fascia.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/illustration-structure-skeletal-muscle-anatomy-2162727471">Aldona Griskeviciene/Shutterstock</a></span>
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</figure>
<p>Cuando tiene agua, el ácido hialurónico se une al líquido elemento y es menos viscoso, permitiendo un adecuado deslizamiento. Pero si no la hay, se genera una macromolécula de hialuronato, lo cual aumenta la viscosidad y <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35077007">termina formando un punto de densificación</a>.</p>
<p>Además, <a href="https://www.mdpi.com/1422-0067/23/10/5674">varios estudios</a> están demostrando que la fascia es un tejido muy inervado, incluso más que la piel. Posee principalmente receptores del dolor y del movimiento, que pueden disponerse a lo largo del tejido o atravesarlo.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/528812/original/file-20230529-23-xp9htf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/528812/original/file-20230529-23-xp9htf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/528812/original/file-20230529-23-xp9htf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=383&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/528812/original/file-20230529-23-xp9htf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=383&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/528812/original/file-20230529-23-xp9htf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=383&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/528812/original/file-20230529-23-xp9htf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=481&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/528812/original/file-20230529-23-xp9htf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=481&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/528812/original/file-20230529-23-xp9htf.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=481&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Imagen de la fascia.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.pinterest.es/pin/844354630159181188/">Pinterest</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Alta tensión</h2>
<p>Una fascia sana es flexible y suave, y permite un movimiento óptimo, fluido y eficiente. Sin embargo, cuando se produce un punto de densificación, el aumento de tensión en esa zona se transmite a otros lugares debido a su continuidad anatómica. </p>
<p>Además, dicha tensión puede afectar al funcionamiento de los receptores nerviosos, que pueden emitir una señal de dolor por los cambios generados en el tejido (en el mismo punto donde se han producido o en la distancia).</p>
<p>Si esta circunstancia se mantiene, nuestro cuerpo irá compensando para huir del dolor y recuperar el movimiento que ha perdido en la zona. Así se producirán otras zonas de tensión, poniendo en peligro la movilidad de las articulaciones, la integridad postural y algunas funciones orgánicas. En último término, el dolor puede pasar a ser crónico.</p>
<p>Para llegar a esta situación, son varios los factores que pueden afectar negativamente a nuestra protagonista:</p>
<ul>
<li><p>Llevar a cabo poca actividad física.</p></li>
<li><p>Adoptar posturas forzadas o mantenidas durante largos períodos de tiempo.</p></li>
<li><p>Hacer movimientos repetitivos.</p></li>
<li><p>Sufrir traumatismos, que incluyen cirugías y lesiones, o afectaciones como un dolor menstrual o una mala digestión.</p></li>
</ul>
<h2>¿Es la fascia lo que me duele?</h2>
<p>Pero ¿cómo puedo saber si las molestias vienen realmente de la fascia? De forma general, si están afectados los músculos o las articulaciones, cuanto más nos movamos, peor nos sentiremos. En cambio, las tensiones en el tejido fascial mejoran con el movimiento. Además, responden muy bien a las terapias de calor, que ayudan a recuperar la elasticidad del tejido.</p>
<p>Para aliviar los dolores podemos, entonces, aplicar calor en la zona, darnos una ducha de agua caliente y realizar estiramientos suaves. Si la molestia es reciente, en unos días se suele resolver por sí misma. Cuando esto no ocurre, lo recomendable es acudir al fisioterapeuta.</p>
<p>Resulta habitual sufrir este tipo de problemas de vez en cuando. No obstante, hay que descartar otras causas más serias si el dolor es constante, muy intenso o crónico. Si continuamos sufriéndolo a pesar de las recomendaciones o no nos permite dormir o hacer nuestra vida normal, es aconsejable visitar al médico.</p>
<h2>Cómo mantenerla sana</h2>
<p>Tener una fascia saludable implica sentir menos dolor, contar con más rangos de movilidad articular y movernos de forma más sencilla. Estaremos menos cansados, puesto que nuestro cuerpo funcionará de forma más eficiente y no gastará más energía de la necesaria. Estas son algunas recomendaciones para prevenir problemas fasciales:</p>
<ul>
<li><p><strong>Muévase más</strong>: no sólo se trata de hacer ejercicio físico de forma regular; también es necesario que, si tiene un trabajo estático, cambie de posición o camine durante la jornada laboral. Si puede realizar alguna tarea moviéndose, hágala. Por ejemplo, subir escaleras en vez de coger el ascensor.</p></li>
<li><p><strong>Haga estiramientos</strong> habitualmente. </p></li>
<li><p><strong>Procure tener una buena consciencia corporal</strong> que le permita conocer en todo momento si la postura que adopta es adecuada. Y de no ser así, no la mantenga por mucho tiempo.</p></li>
</ul><img src="https://counter.theconversation.com/content/206125/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Vidina Suárez-Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Bastante desconocido, el tejido fascial es una especie de membrana que cubre y protege nuestros órganos, músculos, huesos, nervios… Mantenerlo en buen estado mejora nuestra movilidad y evita dolores, que pueden llegar a convertirse en crónicos.Vidina Suárez-Rodríguez, Fisioterapeuta. Doctora en Investigación Aplicada a las CC Sanitarias Profesora Asociada en el Grado de Fisioterapia, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2035172023-05-18T11:13:20Z2023-05-18T11:13:20ZConsejos para sentarse bien<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/527012/original/file-20230518-19908-uq5uhz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=588%2C36%2C6413%2C4218&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/bad-posture-sitting-office-chair-computer-2292386857">Andrey_Popov/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En la sociedad actual, gran parte de las actividades laborales se realizan en entornos de oficina, lo que implica largas horas sentados frente a un escritorio. El sedentarismo y las malas posturas adoptadas durante estas jornadas pueden tener <a href="https://www.ioshmagazine.com/2022/09/01/health-risks-associated-sedentarism">efectos negativos en la salud y el bienestar de los trabajadores</a>. </p>
<p>Es aquí donde la ergonomía del trabajo de oficina desempeña un papel fundamental, <a href="https://www.researchgate.net/profile/Surinder-Deswal/publication/270888471_Ergonomics_in_the_Office_Environment_A_Review/links/54b7c0960cf2bd04be33c6d8/Ergonomics-in-the-Office-Environment-A-Review.pdf">buscando optimizar el entorno laboral</a> y promover posturas adecuadas para minimizar riesgos para la salud, <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-319-94484-5_40">prevenir lesiones y mejorar la productividad </a>.</p>
<h2>Sillas ergonómicas y escritorios ajustables en altura</h2>
<p>Una de las principales maneras de alcanzar estos objetivos es mediante un <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/000368709190157D">mobiliario adecuado</a>. El uso de sillas ergonómicas y escritorios ajustables en altura permite adaptar el espacio a las características físicas de cada persona. </p>
<p>Concretamente, las sillas ergonómicas están diseñadas para proporcionar comodidad y soporte a largo plazo. Es importante que <a href="https://dergipark.org.tr/en/pub/muglajsci/article/632580">las sillas sean</a>: </p>
<ul>
<li><p>Ajustables en altura, para que los pies estén firmemente apoyados en el suelo y las rodillas formen un ángulo de 90 grados;</p></li>
<li><p>con respaldo reclinable y con soporte lumbar para mantener una postura adecuada;</p></li>
<li><p>con reposabrazos ajustables en altura y anchura: los codos deben estar cerca del cuerpo y los antebrazos deben estar paralelos al suelo;</p></li>
<li><p>de material acolchado, para brindar comodidad y reducir la presión sobre las áreas de contacto;</p></li>
<li><p>con base estable y con ruedas que permitan un movimiento suave y seguro.</p></li>
</ul>
<p>Los escritorios también deben ser ajustables en altura, porque permiten a los trabajadores <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/10803548.2021.1990581">cambiar entre estar sentados y de pie</a>. Eso ayuda a evitar el sedentarismo y reduce el riesgo de <a href="https://theconversation.com/estar-sentados-todo-el-dia-es-nefasto-para-la-salud-pero-hay-alternativa-197994">problemas de salud relacionados con estar sentado</a> durante largos períodos. </p>
<p>Un escritorio bien ajustado en altura debe permitir al trabajador colocar sus antebrazos y manos en una posición cómoda mientras utiliza el teclado y el ratón. Además, también debe permitir que la pantalla del ordenador esté a la altura de los ojos para evitar tensiones en el cuello y la espalda.</p>
<p>Las bandejas para teclado y ratón deben ser asimismo ajustables en ángulo e inclinación para permitir una posición neutral de las muñecas y evitar el desarrollo de trastornos musculoesqueléticos como el <a href="https://dergipark.org.tr/en/pub/joinihp/issue/64375/977826">síndrome del túnel carpiano</a>.</p>
<p>Tampoco está de más utilizar los monitores de pantalla ajustables en altura y ángulo de inclinación para que la parte superior de la pantalla esté a la altura de los ojos. Esto <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10055-022-00672-0">ayuda a mantener una postura adecuada del cuello y reduce la fatiga visual</a>.</p>
<h2>Colocarlo todo al alcance</h2>
<p>Organizar <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/09613218.2019.1710098">el área de trabajo de manera eficiente</a>, colocando los elementos necesarios al alcance y evitando movimientos repetitivos innecesarios, ayuda a prevenir lesiones y facilita la realización de tareas.</p>
<p>En este sentido, resulta útil distribuir de manera eficiente del mobiliario, de manera que permita un flujo de <a href="https://ebpj.e-iph.co.uk/index.php/EBProceedings/article/view/2927">trabajo óptimo y minimizar los movimientos repetitivos innecesarios</a>. </p>
<p>Para lograrlo resulta muy útil:</p>
<ul>
<li><p>Colocar los elementos más utilizados dentro del alcance fácil del usuario para evitar estiramientos y movimientos excesivos;</p></li>
<li><p>posicionar el teclado, el ratón y los documentos de trabajo en línea recta frente al trabajador para evitar torceduras o giros innecesarios del cuerpo;</p></li>
<li><p>mantener suficiente espacio libre debajo del escritorio para permitir el movimiento de las piernas y la colocación adecuada de los pies.</p></li>
</ul>
<p>Otro aspecto a tener en cuenta la iluminación. No tener luz suficiente ni adecuada al trabajo de oficina puede afectar a la <a href="https://www.mdpi.com/1996-1073/15/3/734">visión, la fatiga ocular y el estado de ánimo de los empleados</a>. Suele funcionar bien una combinación de luz natural y artificial. Además, conviene ajustar la intensidad de la iluminación según las tareas realizadas y las preferencias individuales. Y, por supuesto, evitar deslumbramientos y reflejos en las pantallas colocando adecuadamente las fuentes de luz y usando persianas o cortinas.</p>
<h2>Cada cosa en su lugar</h2>
<p>En este sentido viene muy bien contar con medidas y pautas específicas de organización y almacenamiento. Mantener el espacio de trabajo ordenado y organizado no solo mejora la eficiencia, sino que también <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/aisy.202100099">reduce el riesgo de accidentes y lesiones</a>. </p>
<p>Se recomienda utilizar cajones, estantes y archivadores cercanos al área de trabajo para almacenar y tener acceso rápido a documentos y suministros. También resulta muy útil etiquetar y clasificar los archivos y materiales para facilitar la búsqueda. Sin olvidarnos de eliminar objetos innecesarios o poco utilizados para mantener el espacio de trabajo despejado.</p>
<p>Actualmente, también se recomienda contar con <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S000368701930167X">zonas de descanso y movilidad</a>, dotadas con sillas y mesas cómodas, para permitir pausas adecuadas que alivien la tensión acumulada. Si es posible, incluso con áreas destinadas a hacer estiramiento o ejercicios físicos breves para fomentar la actividad y reducir el sedentarismo. No hay que olvidar que los descansos activos ayudan a mejorar la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30386249/">circulación sanguínea y aliviar la tensión muscular</a>.</p>
<p>Todos los aspectos descritos fomentan que los trabajadores adopten posturas adecuadas durante su jornada laboral. De esta forma, puede reducirse el negativo impacto socioeconómico de alteraciones como el <a href="https://theconversation.com/sentarse-recto-puede-causar-dolor-de-espalda-159948">dolor de espalda</a>, los problemas musculares y la fatiga crónica.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/203517/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raquel Leirós Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La mayoría de nosotros pasa largas horas sentado frente a un escritorio. ¿Evita lesiones el uso de sillas ergonómicas y escritorios ajustables? ¿La organización de cajones, estantes y archivadores también nos afecta?Raquel Leirós Rodríguez, Profesora Ayudante Doctor en Fisioterapia, Universidad de LeónLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2013112023-04-02T16:53:07Z2023-04-02T16:53:07ZLos verdaderos beneficios de la electroestimulación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/518892/original/file-20230402-2157-gvrfgl.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C5%2C1908%2C1067&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un momento del estudio de electroestimulación global de cuerpo completo.</span> <span class="attribution"><span class="source">Unai Adrián Pérez de Arrilucea Le Floc'h</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>La sociedad se ha vuelto muy sedentaria: entre el 60 % y el 85 % de la población mundial mantiene un estilo de vida físicamente inactivo. De hecho, <a href="https://www.who.int/teams/health-promotion/physical-activity/global-status-report-on-physical-activity-2022">la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene muy claro</a> que es necesario realizar ejercicio de forma recurrente para mantener un buen estado de salud.</p>
<p>Los argumentos que solemos utilizar para no realizar ejercicio físico son la falta de tiempo y la escasa motivación que suscitan los programas convencionales. Esta es la causa principal por la que el sector del <em>fitness</em> y del entrenamiento ha creado distintos tipos de actividad que reducen el tiempo de la sesión y parecen ofrecer los mismos resultados. </p>
<p>Así, hace unos años se puso de moda <a href="https://theconversation.com/actividad-fisica-para-gente-ocupada-el-entrenamiento-intervalico-y-los-aperitivos-de-movimiento-198688">el entrenamiento interválico de alta intensidad o HIIT</a> (siglas del inglés <em>High Intensity Interval Training</em>). Su principal ventaja es que mantiene los beneficios de un ejercicio prolongado pero en menos tiempo. Podríamos decir que en una sesión de media hora podríamos obtener los mismos resultados que con un entrenamiento de una hora, por ejemplo. </p>
<h2>Mal uso y buen uso de una herramienta más para entrenar</h2>
<p>En esta misma línea, han surgido nuevos métodos que aumentan la intensidad del ejercicio para obtener beneficios similares o incluso mejores pero con sensaciones distintas. </p>
<p>Es el caso de la electroestimulación global de cuerpo completo. Esta tecnología se ayuda de un traje y una aplicación móvil para producir una contracción involuntaria en distintas partes del cuerpo como el pecho, la espalda, el abdomen o los brazos. En 2021, <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fphys.2021.640657/full?fbclid=IwAR0gxDPd-poun8FORFkvXt_pdXWO2pQ-K3xUyoMQLqGS9dF10h_UHSzjiCE">una revisión de estudios</a> respaldó su eficacia para modificar la composición corporal y aumentar la fuerza muscular en personas no entrenadas.</p>
<p>Sin embargo, un mal <em>marketing</em> y una época “oscura” en la que surgieron más anuncios en la teletienda que artículos científicos provocaron que este método fuera demonizado a principios de la década de 2010. Por ejemplo, una <a href="https://www.bmj.com/content/352/bmj.i1693">investigación</a> reveló un aumento del daño muscular debido al uso de la electroestimulación.</p>
<p>Me gustaría destacar que hablamos de una herramienta más para entrenar, pero que una mala praxis puede volverla peligrosa. Esto no anula sus potenciales ventajas, ya que puede ayudar a reducir los tiempos de entrenamiento y motivar a la población a hacer ejercicio. </p>
<p>El problema principal reside en que la administración de corriente eléctrica se puede asociar a un aumento de la concentración de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Creatina_cinasa">proteína creatina quinasa</a> y llegar a dañar el riñón. Esta proteína de daño muscular también se ve elevada con la práctica de otras disciplinas, como el triatlón o el CrossFit, que no se consideran peligrosas.</p>
<p>Siempre y cuando sea utilizada por personal cualificado, no debería de haber problema alguno. Recientemente, un grupo de expertos hemos publicado una <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fphys.2023.1174103/full?utm_source=F-NTF&utm_medium=EMLX&utm_campaign=PRD_FEOPS_20170000_ARTICLE">guía</a> para hacer un uso adecuado de la electroestimulación global de cuerpo completo.</p>
<p>Y además, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36144186/">un estudio</a> llevado a cabo en nuestro laboratorio, situado en el <a href="https://imuds.ugr.es/">Instituto Mixto Universitario Deporte y Salud</a> de la Universidad de Granada, revela que puede ofrecer grandes beneficios. </p>
<h2>Diez hombres “electroestimulados”</h2>
<p>El objetivo del experimento fue comprobar si las distintas formas de aplicación de la corriente eléctrica producían distintos resultados. Para que lo entendamos, es como si comparamos levantar 10 kilos 20 veces frente a 20 kilos 10 veces. </p>
<p>Para ello contamos con la colaboración de 10 hombres sanos y físicamente activos que acudieron en dos ocasiones a nuestro laboratorio. Así pudimos realizar una comparativa con los distintos tipos de electroestimulación, tanto en reposo (tumbados) como caminando. </p>
<p>Los participantes iban conectados a un carro metabólico que mide el consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono a través de una mascarilla. Gracias a unas fórmulas matemáticas, obtenemos el número de calorías que se consumen con ese determinado ejercicio. Y el resultado fue sorprendente. </p>
<p>Los voluntarios lograron aumentar un 604 % el número de calorías que consumían mientras estaban tumbados, y un 44 % mientras realizaban ejercicio. Pero lo más increíble fue que el número de calorías quemadas con electroestimulación en reposo era similar al que gastaban caminando a una intensidad moderada sin el dispositivo. </p>
<p>Es decir, evidenciamos que en una exposición aguda –es decir, en una única sesión–, mantenerse tumbados con la electroestimulación equivale a estar caminando. No obstante, cabe advertir de que la electricidad aplicada era de alta intensidad y que las personas alcanzaban valores muy elevados de frecuencia cardiaca. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/518791/original/file-20230331-22-htrwcm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C35%2C5877%2C3871&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/518791/original/file-20230331-22-htrwcm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C35%2C5877%2C3871&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/518791/original/file-20230331-22-htrwcm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/518791/original/file-20230331-22-htrwcm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/518791/original/file-20230331-22-htrwcm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/518791/original/file-20230331-22-htrwcm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/518791/original/file-20230331-22-htrwcm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/518791/original/file-20230331-22-htrwcm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><span class="source">Unai Adrián Pérez de Arrilucea Le Floc'h</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>Un complemento interesante a la actividad física</h2>
<p>A modo de conclusión, podemos confirmar que la electroestimulación es una herramienta eficaz para elevar el número de calorías que se consumen tanto en reposo como durante el ejercicio. Esto puede ser de gran interés para personas que quieran aumentar el gasto calórico diario en ambas circunstancias.</p>
<p>Cabe señalar que este tipo de tecnología, aplicada en reposo, es muy interesante para personas con movilidad reducida o con extrema obesidad, ya que suelen reportar problemas y dolores durante el ejercicio. Esto nunca debe ser un sustitutivo de la actividad física, sino más bien un complemento. </p>
<p>Mantener una musculatura activa y unos niveles medios de actividad física son necesarios para conservar una buena salud. Y la electroestimulación global de cuerpo completo, según parece, puede ayudarnos a lograrlo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/201311/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Unai Adrian Pérez de Arrilucea Le Floc'h recibe fondos de WiemsPro S.L. </span></em></p>La administración de electricidad para generar contracciones musculares involuntarias puede ser un buen complemento al ejercicio físico. Especialmente en personas de movilidad reducida y siempre bajo la supervisión de personal cualificado.Unai Adrián Pérez de Arrilucea Le Floc'h, Doctor en Biomedicina, Universidad de GranadaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2015022023-03-27T19:19:58Z2023-03-27T19:19:58ZA la hora de hacer ejercicio, los estiramientos no son imprescindibles<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/516038/original/file-20230317-2279-mps24g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=28%2C459%2C4688%2C2418&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/full-length-shot-fit-young-woman-555693841">Shutterstock / Jacob Lund</a></span></figcaption></figure><p>En la actualidad, <a href="https://www.who.int/teams/health-promotion/physical-activity/global-status-report-on-physical-activity-2022">el porcentaje de población físicamente inactiva ha alcanzado dimensiones de pandemia</a>. A nivel global, más del 80 % de los adolescentes y el 27 % de los adultos no cumplen con los niveles de ejercicio recomendados por la OMS. </p>
<p>En España, por ejemplo, los últimos estudios apuntan a que esa inactividad afecta al 50 % de la población adulta y al 70 % de <a href="https://theconversation.com/la-paradoja-espanola-los-ninos-cumplen-las-recomendaciones-de-actividad-fisica-pero-siguen-siendo-demasiado-sedentarios-194835">niños y adolescentes</a>, con los consiguientes riesgos para la salud: obesidad, aumento del riesgo cardiovascular, hipertensión, diabetes, etc.</p>
<h2>Y entonces, ¿por qué no seguimos un estilo de vida activo?</h2>
<p>Nuestra excusa más frecuente es la falta de tiempo. Por eso es fundamental centrarnos en aquellas formas de actividad que realmente tengan un impacto positivo sobre nuestra salud. </p>
<p>Tradicionalmente, las modalidades más recomendadas son el ejercicio aeróbico entre moderado e intenso y el fortalecimiento muscular, además de los estiramientos para potenciar la flexibilidad. El argumento para pautar estos últimos es que mejoran el rango de movilidad de las articulaciones, lo que facilita llevar a cabo las actividades de la vida cotidiana. </p>
<p>La recomendación habitual es que dediquemos entre dos y tres sesiones semanales a esos movimientos, a razón de unos 10 minutos por sesión. Sin embargo, las actuales baterías de test de condición física para la población infantil y adulta <a href="https://bjsm.bmj.com/content/57/5/299.abstract">no lo tienen en consideración</a>, lo que cuestiona su validez.</p>
<p>Analizando estrictamente la evidencia científica, la mayoría de los estudios que evalúan el efecto beneficioso de los estiramientos sobre la movilidad prescriben <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31171470">un mínimo de 30 minutos por sesión</a>. No existen estudios que demuestren una mejoría con protocolos de hasta 10 minutos por sesión, la cantidad de tiempo que, desde un punto de realista, se dedica a estos movimientos. </p>
<h2>Estiramientos y beneficios en la salud: escasez de evidencias</h2>
<p>Recientemente se ha sugerido que los estiramientos deberían de <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s40279-019-01248-w">pasar a un segundo plano</a> dentro de los programas de ejercicio. La razón principal es que adquirir una mayor movilidad no se refleja en los indicadores de salud física. </p>
<p>En primer lugar, los expertos no han observado que aumentar la flexibilidad reduzca la <a href="https://journals.lww.com/acsm-msse/Fulltext/2002/05000/Musculoskeletal_fitness_and_risk_of_mortality.2.aspx">mortalidad por cualquier causa</a>. Tampoco han encontrado ninguna relación con un menor riesgo de caídas en mayores, el aumento de calidad de vida, la mejora de la capacidad cardiovascular o la <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/02701367.2008.10599513">fuerza muscular</a>. Ni, por último, existen pruebas de que los estiramientos reduzcan las probabilidades de sufrir una lesión cuando realizamos actividades deportivas. </p>
<p>La única evidencia positiva es que los ejercicios de flexibilidad incrementan la vascularización y disminuyen la rigidez en los vasos sanguíneos <a href="https://physoc.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1113/JP275459">en músculos de animales</a>. Se desconoce su efectividad en humanos, dado el carácter invasivo de los métodos de investigación aplicados a roedores. </p>
<p>Por lo tanto, este argumento no basta para generalizar y recomendar su uso de forma indiscriminada.</p>
<h2>¿Y cuáles son las actividades más recomendables?</h2>
<p>El tiempo que destinemos a realizar ejercicio físico debe concentrarse en diferentes formas de ejercicio aeróbico, fuerza, equilibrio <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35876120/">o una combinación de ellos</a>. Este tipo de actividades sí son capaces de generar los beneficios mencionados antes y otros adicionales. </p>
<p>Además, la combinación de estos modelos debe de ir adaptada en función de la edad, condición (por ejemplo, embarazadas), patologías, discapacidad y las <a href="https://bjsm.bmj.com/content/54/24/1451">preferencias individuales</a>.</p>
<p>La personalización de los programas es de vital importancia, ya que distintas modalidades de actividad física consiguen resultados parecidos. Por ejemplo, tanto <a href="https://theconversation.com/actividad-fisica-para-gente-ocupada-el-entrenamiento-intervalico-y-los-aperitivos-de-movimiento-198688">el ejercicio interválico</a> (intercalando movimientos de alta intensidad con momentos de descanso) como el continuo tienen efectos positivos sobre la condición cardiovascular. Lo mismo ocurre con diferentes programas de fuerza sobre varios marcadores de salud. </p>
<p>También resulta fundamental adoptar flexiblilidad en las pautas: sólo así la población se enganchará a hacer ejercicio regularmente. En este punto podría ser aconsejable incorporar los estiramientos si existe una preferencia individual, siempre que se prioricen los modelos de ejercicio que mayores beneficios aportan. </p>
<p>Otra posibilidad es prescribir los estiramientos a una población específica o en momentos determinados. Por ejemplo, a pacientes lesionados que no pueden realizar otros tipos de ejercicio o personas con fibromialgias.</p>
<p>El mensaje es claro: estirar no está prohibido. Pero ser eficientes en nuestros hábitos de actividad física nos ayudará a obtener el máximo beneficio con un menor coste de tiempo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/201502/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>No se ha demostrado que los ejercicios para mejorar la flexibilidad tengan beneficio alguno en la salud. Es mejor que dediquemos nuestro tiempo a otras actividades físicas: fuerza, ejercicio aeróbico, etcétera.Hugo Olmedillas Fernández, Profesor en el Departamento de Biologia Funcional, Universidad de OviedoMarcos Quintana Cepedal, Estudiante de doctorado en fisiología aplicada, Universidad de OviedoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2006592023-03-08T17:39:35Z2023-03-08T17:39:35ZLa práctica de eSports puede perjudicar la salud, pero hay formas de evitarlo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/513746/original/file-20230306-28-h9fwyf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=9%2C0%2C6221%2C4147&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/professional-gamer-playing-online-games-tournaments-1527549272">Parilov / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Los deportes electrónicos o <em>eSports</em> son una <a href="https://theconversation.com/los-e-sports-han-venido-para-quedarse-99569">actividad cada vez más popular</a> entre los jóvenes y adultos de todo el mundo. Todos los días, millones de personas se reúnen para competir <em>online</em> a través de videojuegos que requieren <a href="https://bmjopensem.bmj.com/content/5/1/e000606">habilidad, estrategia y rapidez de reflejos</a>. </p>
<p>Sin embargo, pasar mucho tiempo en la misma posición o realizando movimientos repetitivos pueden ocasionar impactos negativos para la salud física y mental de los videojugadores o <em>gamers</em>. ¿Cómo podemos prevenirlos?</p>
<h2>Una práctica en pleno auge</h2>
<p>Los deportes electrónicos involucran a equipos o jugadores individuales y son seguidos virtualmente por millones de espectadores en todo el mundo. En los últimos años, se han vuelto cada vez más populares y <a href="https://theconversation.com/los-esports-de-matar-marcianitos-a-ser-una-industria-multimillonaria-117029">han crecido exponencialmente</a>, tanto a nivel lúdico como profesional. </p>
<p>Estos eventos cuentan con patrocinadores y una <a href="https://www2.deloitte.com/es/es/pages/technology-media-and-telecommunications/articles/informe-consumidor-esports.html">comunidad de seguidores</a> que apoyan a sus equipos y jugadores favoritos.</p>
<p>Algunas competiciones de <em>eSports</em> presentan una estructura comparable a los deportes <em>analógicos</em> y se han ganado el <a href="https://theconversation.com/los-e-sports-han-venido-para-quedarse-99569">reconocimiento de organizaciones deportivas</a> tradicionales, como diversos <a href="https://olympics.com/es/noticias/coi-singapur-sede-olympic-esports-week-junio-2023">comités olímpicos nacionales</a> y la <a href="https://iesf.org/">Federación Internacional de Deportes Electrónicos</a>. En muchas ocasiones, los trofeos van acompañados de un importante premio económico.</p>
<p>Sin embargo, los jugadores, incluso los dotados con grandes habilidades y enfoque mental, necesitan muchas horas de preparación y entrenamiento para crecer y evolucionar. A pesar de que los practiquen desde el hogar, sentados en una posición cómoda, no se tienen en cuenta las exigencias de las competiciones y los <a href="https://journals.lww.com/acsm-csmr/fulltext/2020/12000/gamer_s_health_guide__optimizing_performance,.10.aspx">riesgos ergonómicos u otros posibles riesgos derivados</a> que pueden comprometer la salud de los <em>gamers</em> a largo plazo. </p>
<h2>La importancia de adoptar la postura correcta</h2>
<p>Según la <a href="https://iea.cc/about/what-is-ergonomics/">International Ergonomics Association (IEA)</a>, el término <em>ergonomía</em> se refiere al estudio científico de la relación entre el ser humano y su entorno, con el objetivo de reducir el estrés y prevenir lesiones. En el caso que nos ocupa, los <em>eSports</em> requieren horas y horas de juego frente a una pantalla y exponen a lesiones físicas si no se tienen en cuenta las posturas ergonómicas.</p>
<p>Por ello, es muy importante el entorno donde se juega. Pero ¿cuáles son los principales riesgos de los que debemos tomar consciencia cuando jugamos?</p>
<p>En primer lugar, el dolor muscular y articular. Si el jugador no está sentado correctamente o pasa demasiadas horas en una misma posición, puede experimentar una presión constante sobre el cuello, la columna vertebral y los hombros. Los codos, muñecas y manos también sufren debido a los movimientos repetitivos como hacer clic en el ratón o mover constantemente las manos o brazos.</p>
<p>A largo plazo, la rigidez en las articulaciones mencionadas puede generar lesiones como contracturas, <a href="https://theconversation.com/si-se-ha-lesionado-el-tendon-probablemente-no-tenga-una-tendinitis-187403">tendinopatías</a> o síndrome de túnel carpiano, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=PRpl7IyGJ9g">como bien saben los jugadores profesionales</a>.</p>
<p>Por otro lado, la exposición prolongada a la luz de las pantallas puede causar tensión en los ojos y provocar sequedad ocular, fatiga visual, dolor de cabeza y visión borrosa, lo que se traduce en <a href="https://apdev.org.pe/agotamiento-en-gamers-como-prevenirlo-y-prolongar-tu-carrera/">problemas de sueño y cansancio extremo</a>. </p>
<p>Esta situación puede afectar a la salud mental, con un aumento del riesgo de <a href="https://repository.eafit.edu.co/bitstream/handle/10784/31933/Jose_Henrique_Rizo_Acosta_2022.pdf?sequence=7&isAllowed=y">depresión, ansiedad y otros trastornos emocionales</a>. De hecho, ya se habla del <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7044624/"><em>gaming disorder</em> o adicción a los videojuegos</a>, un problema creciente a nivel global.</p>
<h2>Ejercicios, descansos y otras recomendaciones</h2>
<p>Existen multitud de consejos y protocolos de prevención, como los <a href="https://www.youtube.com/watch?v=degYaAE0Ehs">ejercicios de calentamiento</a>, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=7q--fFYWJ60">ejercicios de prevención</a> o <a href="https://www.youtube.com/watch?v=AIE83KMAtBY">ejercicios de vuelta a la calma</a> que se pueden encontrar en plataformas digitales en forma de vídeos o infografías. </p>
<p>No obstante, las últimas revisiones sistemáticas donde se recoge la información más actual sobre este tema no dejan claro cuáles son las mejores intervenciones. En lo que sí coinciden es que <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9288077/">dedicarle más de tres horas seguidas puede tener consecuencias negativas</a>. Por ello es necesario tener sentido común y seguir algunos consejos básicos:</p>
<ul>
<li><p>Realizar descansos activos entre partidas o entrenamientos: levantarse de la silla, dar un pequeño paseo y apartar la vista de la pantalla al menos diez minutos.</p></li>
<li><p>Hacer calentamientos: movilizaciones articulares que preparen el cuerpo para la sesión.</p></li>
<li><p>Llevar a cabo ejercicios de fortalecimiento/movilidad aparte de las sesiones, para que el cuerpo esté más adaptado a todos estos gestos.</p></li>
<li><p>Usar equipos ergonómicos (como monitores, ratones) que se adaptan mejor a la mano o reposapiés, ya que pueden mejorar la comodidad a la hora de entrenar o competir.</p></li>
</ul>
<p>A pesar de que existen muchos ejemplos en internet, lo óptimo es que una persona especializada revise este tipo de intervenciones.</p>
<p>En definitiva, es importante que los videojugadores utilicen equipos ergonómicos para mantener su rendimiento al máximo, tomen descansos regulares y realicen ejercicios de preparación para su deporte. Además, se recomienda que consulten a un médico o fisioterapeuta si experimentan dolor o molestias persistentes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/200659/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Cada vez más en auge, los ‘eSports’ exigen muchas horas de concentración delante de la pantalla, con el consiguiente riesgo de lesiones físicas y secuelas psicológicas en los videojugadores.Daniel Sanjuán Sánchez, Fisioterapeuta y personal docente investigador, Universidad San JorgeJosé Manuel Burgos Bragado, Personal Docente e Investigador de la Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad San JorgeLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1967562023-01-30T15:30:24Z2023-01-30T15:30:24ZCinco cosas que debería saber sobre el dolor de espalda<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/506824/original/file-20230127-20-rgrax8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C8%2C5447%2C3981&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-man-holding-his-neck-pain-754863862">Shutterstock / RomarioIen</a></span></figcaption></figure><p>En las sociedades desarrolladas, el dolor de espalda ha adquirido los rasgos propios de una <a href="https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS=epidemia">epidemia</a> y se considera unos los <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-rehabilitacion-120-articulo-el-dolor-lumbar-el-ano-S0048712009000127">problemas de salud más relevantes</a>. Afecta a más del 80 % de la población en algún momento de su vida.</p>
<p>Para entender mejor este concepto, antes debemos hacer las distinciones oportunas, ya que ese tipo de molestias reciben un nombre diferente según la parte de la espalda donde se experimenten. Los términos están formados uniendo el sufijo <a href="https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS=-algia"><em>–algia</em></a> (que significa dolor) a cada una de las regiones vertebrales. Así, tenemos la cervicalgia, cuando afecta a la zona cervical (cuello); la dorsalgia, si duele la la región dorsal; y la lumbalgia, en la parte más baja.</p>
<p>Es habitual encontrar estas palabras en multitud de informes clínicos, pero realmente no corresponden a un diagnóstico: simplemente, estamos indicando que hay dolor en un región concreta.</p>
<h2>1. ¿Cuándo tiene que preocuparnos?</h2>
<p>A pesar de que casi toda la población padecerá dolor de espalda en algún momento de su vida, afortunadamente no reviste gravedad en la mayoría de casos. En un gran porcentaje, disminuye al mes de iniciarse.</p>
<p>Los fisioterapeutas y médicos utilizan la expresión “banderas rojas” (traducción del inglés <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32740106/"><em>red flags</em></a>) para aquellos signos y síntomas que podrían delatar una enfermedad grave en la columna u otra parte del cuerpo. Algunas señales de aviso son experimentar alteraciones sensoriales y musculares (hormigueos en los miembros, pérdidas de fuerza, incontinencia urinaria…), perder peso sin justificación, haber sufrido un golpe, sentir dolor en la región torácica o tener fiebre. </p>
<p>Por eso, aunque el dolor de espalda habitualmente sea benigno, se debe acudir a un profesional sanitario siempre que existan dudas. Mientras no haya banderas rojas debemos mantener tranquilidad, porque <a href="https://www.bmj.com/content/326/7388/535">no hay señales de patología grave.</a></p>
<h2>2. ¿Influye la manera de afrontarlo a su evolución?</h2>
<p>Los factores <a href="https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS=psicosocial">psicosociales</a>, llamados “banderas amarillas”, son fundamentales para que el dolor se prolongue durante mucho tiempo. Es decir, que se vuelva <a href="https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS=cronico">crónico</a>.</p>
<p>Algunos ejemplos de banderas amarillas son: adoptar una actitud negativa (debemos tener presente que mucho dolor no es sinónimo de lesión grave o incapacidad); dejar de realizar actividades físicas por miedo a las molestias o a que empeore el problema (la llamada <em>kinesiofobia</em>); pensar que los tratamientos pasivos son mejores que el ejercicio; y enfrentarse por añadidura a problemas sociales, familiares o financieros.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/506826/original/file-20230127-1590-elwutx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/506826/original/file-20230127-1590-elwutx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/506826/original/file-20230127-1590-elwutx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/506826/original/file-20230127-1590-elwutx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/506826/original/file-20230127-1590-elwutx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/506826/original/file-20230127-1590-elwutx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/506826/original/file-20230127-1590-elwutx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/506826/original/file-20230127-1590-elwutx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/rheumatology-consultation-man-181679273">Shutterstock / Image Point Fr</a></span>
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</figure>
<h2>3. Si me duele la espalda, ¿deberían hacerme una radiografía?</h2>
<p>Es una decisión que debe ser tomada por el médico, porque las radiografías no son inocuas. <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-familia-semergen-40-articulo-el-dolor-lumbar-13025464">A partir de los 50 años</a> resulta normal padecer procesos degenerativos en la columna o alteraciones en los discos intervertebrales, pero también lo sufren personas sin molestias.</p>
<p>Al final, el diagnóstico de esos achaques mediante pruebas de imagen contribuye a sobremedicalizar a los pacientes y a aumentar el número de bajas laborales. La <a href="https://www.iasp-pain.org/">Asociación Internacional para el Estudio del Dolor</a> indica que el dolor es inespecífico (no puede asociarse a un problema concreto) en el 85 % de los casos. Por eso, las radiografías se suelen usar <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-rehabilitacion-120-articulo-el-dolor-lumbar-el-ano-S0048712009000127">cuando existen banderas rojas</a>.</p>
<h2>4. ¿Cuáles son los mejores ejercicios para combatirlo, según la ciencia?</h2>
<p>Considerando todas las opciones disponibles, desde actividades específicas para una zona a ejercicios para todo el cuerpo, es difícil realizar un resumen sin dejar fuera información relevante. El o la fisioterapeuta lo prescribirá en función de las necesidades y patología de cada paciente.</p>
<p>En la lumbalgia de larga duración, la red internacional de expertos <a href="https://es.cochrane.org/es/que-es-cochrane">Colaboración Cochrane</a> indica que el ejercicio terapéutico es más eficaz que otras intervenciones o tratamientos, pero <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11064524/">ningún programa demuestra una clara ventaja frente a otros</a>. </p>
<p>No obstante, algunas <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1836955321001028">publicaciones recientes</a> sí se aventuran a proponer el <a href="https://www.physio-pedia.com/Pilates?utm_source=physiopedia&utm_medium=search&utm_campaign=ongoing_internal">Pilates</a> y los ejercicios del <a href="https://www.physio-pedia.com/McKenzie_Method">método McKenzie</a> (que se focalizan en movimientos de extensión de espalda) como destacables para aliviar el dolor lumbar. </p>
<p>En <a href="https://www.scienceopen.com/document?vid=1466d5bb-b888-4fb9-a7fc-67c5687b3778">nuestra investigación</a> también hemos observado que el ejercicio terapéutico y un correcto asesoramiento del paciente incrementan el efecto de la terapia manual.</p>
<p>Por tanto, son múltiples las alternativas que se ofrecen desde la fisioterapia. Muchos ejercicios van encaminados a mejorar la movilidad de la columna y al estiramiento de musculatura acortada (por ejemplo, de los músculos extensores del raquis, los isquiotibiales y el psoas-ilíaco). Otros buscan el fortalecimiento y control adecuado de la musculatura, sobre todo en la zona central (<a href="https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/fitness/multimedia/core-strength/sls-20076575">los llamados músculos del <em>core</em></a>), así como la higiene postural como medida preventiva.</p>
<p>Pero cualquier actividad, desde la más sencilla, resulta beneficiosa. <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29207885/">La ciencia indica que caminar reduce el dolor</a> y mejora la calidad de vida, aparte de prevenir conductas de evitación de movimiento en la <a href="https://theconversation.com/cual-es-el-mejor-ejercicio-contra-la-lumbalgia-186234">lumbalgia crónica</a>. Además, <a href="https://theconversation.com/confirmado-caminar-10-000-pasos-diarios-es-lo-ideal-pero-tambien-depende-de-como-los-demos-192416">es una de las formas más sencillas y asequibles</a> de estar activos.</p>
<p>Lo importante es realizar una actividad que sea del agrado del paciente: el peor ejercicio es el que nunca se hace.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/506825/original/file-20230127-3249-hplq80.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/506825/original/file-20230127-3249-hplq80.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/506825/original/file-20230127-3249-hplq80.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=323&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/506825/original/file-20230127-3249-hplq80.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=323&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/506825/original/file-20230127-3249-hplq80.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=323&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/506825/original/file-20230127-3249-hplq80.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=406&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/506825/original/file-20230127-3249-hplq80.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=406&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/506825/original/file-20230127-3249-hplq80.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=406&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/sporting-people-practicing-pilates-studio-during-2151999131">Shutterstock / BearFotos</a></span>
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<h2>5. ¿Puedo hacer deporte después de haberlo sufrido?</h2>
<p>El sedentarismo, gran enemigo de nuestra salud en general, favorece que el dolor de espalda se alargue y genere mayor discapacidad. Por eso, el reposo debe estar debidamente justificado y limitarse al tiempo mínimo posible.</p>
<p><a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S187706571301292X">No se ha demostrado</a> que la práctica deportiva (de ocio o de competición) haga reaparecer el dolor de espalda. Más bien favorece que los beneficios del tratamiento de fisioterapia se mantengan, siempre que se regulen la intensidad y la duración. </p>
<p>De cualquier modo, deberemos escoger la disciplina adecuada y contar con el asesoramiento de un experto. Es el caso de la natación, cuya práctica debe ser supervisada si nos decantamos por el estilo mariposa. En ciclismo debemos ajustar la posición en el sillín para mantener una postura adecuada. </p>
<p>Si elegimos un deporte de equipo (fútbol, baloncesto…), lo importante es tener en cuenta el contacto entre los participantes y los movimientos repentinos e intensos. Y en el tenis, el saque o el servicio es especialmente estresante por los movimientos que exige a la espalda.</p>
<p>En cuanto a la actividad de correr, genera impactos repetidos y estrés en la columna lumbar en la fase de apoyo del talón, ya que soporta una compresión que oscila entre <a href="https://journals.lww.com/spinejournal/Abstract/2011/07150/Influence_of_Low_Back_Pain_Status_on_Pelvis_Trunk.15.aspx">2,7 y 5,7</a> veces el peso corporal. <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S187706571301292X#bib0290">Correr de forma intensa</a> podría ser un factor de riesgo para el dolor lumbar, pero hacerlo de forma moderada incluso mejora cualquier tipo de molestia de la espalda.</p>
<p>En resumen, la mejor formar de tratar el dolor de espalda es tranquilizar al paciente, insistir en evitar el reposo innecesario, controlar la sobremedicación y romper el sedentarismo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/196756/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lorenzo Antonio Justo Cousiño no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Consejos científicos para enfrentarse al dolor y escoger las mejores actividades físicas si somos víctimas de este mal tan extendido.Lorenzo Antonio Justo Cousiño, Profesor de la Facultad de Fisioterapia. Fisioterapeuta, Doctor en Neurociencia, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1959902023-01-10T18:22:36Z2023-01-10T18:22:36ZCómo ganar músculo con un torniquete: ¿qué es el entrenamiento con restricción de flujo sanguíneo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/503774/original/file-20230110-14-ppqq3s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C8%2C5590%2C3463&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/fit-bodybuilder-lifting-weight-red-muscle-353059250">Shutterstock / ra2 studio</a></span></figcaption></figure><p>En 1966, Yoshiaki Sato, un joven japonés interesado por el culturismo, asistía a una ceremonia budista. Mientras estaba atendiendo en postura de oración, sentado sobre sus talones, sintió el típico entumecimiento de las piernas acompañado de hormigueo. En ese momento, Sato tuvo su momento <em>eureka</em> y asoció esa sensación y la tirantez muscular a los entrenamientos de <a href="https://www.jstage.jst.go.jp/article/ijktr/1/1/1_1_1/_article">alta intensidad</a>. Así nació la hipótesis de que la restricción de flujo sanguíneo podía favorecer el crecimiento de los músculos. </p>
<p>Más tarde, Sato sufrió una lesión esquiando y se autoaplicó la técnica en sus propias piernas, lo que le ayudó a prevenir la atrofia derivada de la inmovilización. Y a finales de los años 90 patentó un programa formativo de instructores llamado Kaatsu, término que hasta hace muy poco también se ha utilizado para referirse al <a href="https://www.jstage.jst.go.jp/article/ijktr/1/1/1_1_1/_article">entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo</a>.</p>
<h2>Habitual entre deportistas olímpicos y futbolistas</h2>
<p>Conocido así mismo como BFR (por las siglas en inglés de <em>Blood Flow Restriction</em>), este método consiste precisamente en eso: en aplicar presión en el brazo o la pierna mediante un sistema de torniquete. Dicha presión produce una compresión de los vasos sanguíneos que limita principalmente el retorno venoso y de modo parcial el flujo arterial, lo que provoca una disminución de aporte de oxígeno (<a href="https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS=hipoxia">hipoxia</a>) <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25430600/">en el músculo</a>. </p>
<p>En la actualidad, deportistas olímpicos aprovechan la BRF para mejorar su rendimiento, y los fisioterapeutas de los clubes de fútbol ya lo emplean como complemento en la rehabilitación de los <a href="https://barcainnovationhub.com/es/entrenamiento-con-restriccion-del-flujo-sanguineo-de-la-ciencia-a-la-practica/">jugadores lesionados</a>. Durante el reciente <a href="https://hytro.com/journal/aston-villa-using-recovery-bfr-for-busiest-season-ever/">Mundial de Catar</a> se planteó usarlo con ese fin.</p>
<h2>¿Cómo funciona?</h2>
<p>Como ya ha quedado apuntado, la restricción de flujo sanguíneo se utiliza como <a href="https://ws208.juntadeandalucia.es/ojs/index.php/ramd/article/view/990">complemento al entrenamiento de fuerza</a> y para <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1888-75462017000400008">aumentar la masa de los músculos (hipertrofia muscular)</a>.</p>
<p>En el entrenamiento tradicional para ganar fuerza <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33671664/">se recomienda realizar pocas repeticiones de movimientos con cargas pesadas</a>, usando entre el 80 % y el 100 % de la capacidad máxima. Por el contrario, al provocar que el músculo trabaje en <a href="https://www.npunto.es/content/src/pdf-articulo/5fc4d6bf048bfart5.pdf">condiciones de estrés</a>, la hipoxia generada por la restricción de flujo sanguíneo facilita la ganancia muscular con menos cargas.</p>
<p>De forma simplificada, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26323350/">los estudios</a> indican que la BRF consigue con pesos ligeros beneficios similares al ejercicio con cargas elevadas. Además, los resultados se obtienen en un período inferior a tres semanas. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/503775/original/file-20230110-11-9f0guc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/503775/original/file-20230110-11-9f0guc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/503775/original/file-20230110-11-9f0guc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=312&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/503775/original/file-20230110-11-9f0guc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=312&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/503775/original/file-20230110-11-9f0guc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=312&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/503775/original/file-20230110-11-9f0guc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=393&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/503775/original/file-20230110-11-9f0guc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=393&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/503775/original/file-20230110-11-9f0guc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=393&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Útil en el tratamiento de lesiones</h2>
<p>La evidencia científica avala igualmente su potencial como herramienta para todo el proceso de recuperación de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28259850/">lesiones del aparato locomotor</a>.
En la fase de inmovilización, la BRF <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35965445/">ya se utiliza</a> en combinación con la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26110693/">electroestimulación</a>, ya que a veces el afectado no puede realizar ejercicio activo para reducir la atrofia muscular.</p>
<p>Durante las etapas posteriores, el paciente generalmente no puede ejercitarse con cargas muy pesadas porque puede empeorar su lesión o generar dolor. En este caso, la restricción de flujo sanguíneo, combinada con la actividad suave (mover pesos ligeros), disminuye el estrés <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30246795/">mecánico</a>. Así se consiguen resultados similares (hipertrofia y aumento de la fuerza) que con el ejercicio de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31156448/">alta intensidad</a>. </p>
<p>Aunque la restricción de flujo sanguíneo es una técnica prometedora en el ámbito clínico, los estudios actuales se centran principalmente en aplicarla a procesos posquirúrgicos de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32232065/">ligamento cruzado anterior</a>, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26971109/">artrosis de rodilla</a> y fractura de radio.</p>
<h2>¿Tiene algún riesgo este tipo de entrenamiento?</h2>
<p>Como todos los sistemas de entrenamiento y rehabilitación, la BRF es una técnica segura si se emplea adecuadamente. A mayor presión aplicada por el manguito y mayor intensidad en el ejercicio, más aumentarán las <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31156448/">probabilidades de provocar efectos adversos</a>. </p>
<p>Si la presión no restringe el flujo arterial (es decir, evitamos la oclusión completa) y se realizan ejercicios suaves, el riesgo es casi nulo, aunque <a href="http://194.249.2.56/index.php/AK/article/view/96">debe tenerse en cuenta la situación del paciente o deportista</a>. Por ejemplo, si este presenta <a href="https://medlineplus.gov/spanish/bleedingdisorders.html">problemas de coagulación</a> o ha sufrido una <a href="https://medlineplus.gov/spanish/deepveinthrombosis.html">trombosis venosa profunda</a>, las posibilidades de desencadenar un problema vascular son elevadas. </p>
<p>Ante la duda, lo ideal es consultar a un profesional cualificado. Lo mismo puede decirse para los entrenamientos interválicos de alta intensidad o de larga duración, por ejemplo.</p>
<p>En definitiva, la restricción de flujo sanguíneo es una técnica que ayuda a aumentar la masa muscular y la fuerza con menos carga que en el entrenamiento de alta intensidad. Además, se puede utilizar para aumentar el rendimiento deportivo y optimizar la rehabilitación de lesiones musculares, articulares y óseas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/195990/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Esta técnica, que consiste en privar controladamente de oxígeno a los músculos, ya se emplea para mejorar el rendimiento de los deportistas de élite y en la recuperación de lesiones.Lorenzo Antonio Justo Cousiño, Profesor de la Facultad de Fisioterapia. Fisioterapeuta, Doctor en Neurociencia, Universidade de VigoSalvador Santiago Pescador, Profesor de la Facultad de las Ciencias de la Salud de la Universidad Europea Miguel de Cervantes. Fisioterapeuta. Doctor por la Universidad de Salamanca., Universidad Europea Miguel de CervantesLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1931132022-11-29T12:38:00Z2022-11-29T12:38:00ZBailarinas de puntillas: ¿es malo para sus pies?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/497942/original/file-20221129-22-4rvz7x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5343%2C3570&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/ballerinas-feet-dancing-on-ballet-shoes-682201669">Shutterstock / markara</a></span></figcaption></figure><p><em>Assemblé</em>, <em>retiré</em>, <em>ballonné pas</em>, <em>sissonne</em>, <em>battement dégagé</em>, <em>brisé</em>, <em>échappé</em> sobre las puntas… Son los nombres de algunos de los pasos y saltos que ejecutan las bailarinas y los bailarines de ballet durante sus coreografías. En ellas pasan mucho tiempo con los talones elevados del suelo (<a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1886658106700032"><em>relevé</em></a>), a veces incluso apoyando todo su peso en la punta de los dedos.</p>
<p>Se entiende, por tanto, que los bailarines sean un grupo de población <a href="https://europepmc.org/article/med/6152608">especialmente sensible a las lesiones de los pies y tobillos</a>. Casi tanto como los deportistas profesionales y atletas de élite. A las elevadas exigencias físicas, la sobrecarga dinámica, las posiciones y los movimientos extremos se le suma que la danza se practica normalmente con los pies descalzos o con un calzado que no ayuda a la absorción de los impactos.</p>
<h2>Flamenco: juanetes, hipermovilidad y dedos en garra</h2>
<p>No solo el ballet somete a presión a los pies. Cada disciplina de baile tiene sus particularidades, y eso hace que también haya lesiones más recuentes. </p>
<p>El flamenco, por ejemplo, implica grandes exigencias biomecánicas, <a href="https://japmaonline.org/view/journals/apms/112/1/20-078.xml">comparables a las de un deporte de alto rendimiento</a>. Los movimientos técnicos del zapateado, los saltos y los giros aumentan <a href="https://japmaonline.org/view/journals/apms/112/1/20-078.xml">la prevalencia de lesiones y trastornos patológicos del pie</a>. De hecho, se ha calculado que hasta el 75 % de los bailarines de flamenco presentan <a href="https://go.gale.com/ps/i.do?id=GALE%7CA463513838&sid=googleScholar&v=2.1&it=r&linkaccess=abs&issn=1089313X&p=AONE&sw=w&userGroupName=anon%7E1134dde9"><em>hallux valgus</em> (etiqueta médica con la que se conoce a los “juanetes”), hipermovilidad del pie o dedos en garra</a>. </p>
<p>Todas esas alteraciones causan dolor a los bailarines, reducen su capacidad de movimiento, afectan a su calidad de vida y provocan una alteración estética negativa que, finalmente, les obliga a <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4004226/">usar calzado especial (calzado ortopédico o extra ancho)</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/497945/original/file-20221129-22-x6e4iz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/497945/original/file-20221129-22-x6e4iz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/497945/original/file-20221129-22-x6e4iz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/497945/original/file-20221129-22-x6e4iz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/497945/original/file-20221129-22-x6e4iz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=397&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/497945/original/file-20221129-22-x6e4iz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/497945/original/file-20221129-22-x6e4iz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/497945/original/file-20221129-22-x6e4iz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=499&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/closeup-typical-shoes-traditional-spanish-flamenco-1142157050">Shutterstock / Q77photo</a></span>
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<h2>El problema de la hipermovilidad</h2>
<p>La hipermovilidad es común a muchas disciplinas de baile. Se denomina así a la movilidad aumentada de las articulaciones fruto de mantenerlas en posiciones extremas, y tiene graves consecuencias a largo plazo para los bailarines. Sufrir esta alteración en los pies hace que el apoyo de estos en el suelo se modifique y que <a href="http://dspace.yalova.edu.tr/xmlui/handle/1/250">la distribución del peso del cuerpo por la planta no sea adecuada</a>. </p>
<p>De hecho, aunque no solemos ser conscientes, el buen apoyo del pie en el suelo desempeña un papel importantísimo para mantener el equilibrio del cuerpo. Además, también favorece la amortiguación de impactos, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25995591/">protegiendo así el sistema nervioso, la columna vertebral y los órganos internos de lesiones</a>.</p>
<p>A todos estos fenómenos hay que añadirle, en el caso del ballet, el agravante de la posición de puntillas. Estar de puntillas aumenta la carga de peso sobre la punta de los pies, cuando el área natural que está destinada a ese uso es la planta completa del pie.</p>
<p>Esta posición explica por qué tanto el desarrollo de juanetes como las alteraciones en el equilibrio entre bailarines de ballet aparecen <a href="https://japmaonline.org/view/journals/apms/112/4/21-030.xml">prematuramente en comparación con otras disciplinas</a>. Aunque no existe un tipo de pie ideal para las bailarinas clásicas, se ha descrito que <a href="https://japmaonline.org/view/journals/apms/97/5/0970385.xml">la mayor longitud del segundo dedo es un factor de riesgo que favorece el desarrollo de lesiones</a>. </p>
<p>A estos problemas se le suman los numerosos giros que <a href="https://ro.ecu.edu.au/theses/2101/">ejecutan los bailarines de ballet</a>. Un giro técnicamente correcto se consigue principalmente a través del trabajo de las caderas. Sin embargo, bailarines inexpertos, con alteraciones posturales o que ensayan a pesar del dolor o la fatiga, pueden empeorar su técnicas y <a href="https://www.ingentaconnect.com/content/jmrp/jdms/2021/00000025/00000001/art00008">forzar los tobillos</a>.</p>
<p>Estos gestos se repiten innumerablemente a lo largo de la práctica del ballet durante <a href="https://dergipark.org.tr/en/pub/ijhar/issue/64850/931902">la práctica intensiva que caracteriza esta disciplina</a>. Es decir, además de unas características de movimiento que favorecen las lesiones, el sobreuso y sobreexposición, este factor de riesgo hace que los bailarines con cada sesión de ensayo “compren más papeletas” para que les toque este poco deseado sorteo. Se han reportado cálculos de <a href="https://meridian.allenpress.com/jat/article/55/9/967/442552/Injury-Illness-and-Training-Load-in-a-Professional">incidencia</a> de entre 1 y 5 lesiones <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1440244013001783?via%3Dihub">por cada 1 000 horas de entrenamiento y ensayo de baile</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/497947/original/file-20221129-18-mvzru9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/497947/original/file-20221129-18-mvzru9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/497947/original/file-20221129-18-mvzru9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/497947/original/file-20221129-18-mvzru9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/497947/original/file-20221129-18-mvzru9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/497947/original/file-20221129-18-mvzru9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/497947/original/file-20221129-18-mvzru9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/497947/original/file-20221129-18-mvzru9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/feet-ballerina-pointe-shoes-ballet-dancer-1513716068">Shutterstock / Yulia Ivleva</a></span>
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<h2>La recuperación, mejor sin prisas</h2>
<p>Por fortuna, estas lesiones suelen ser disfunciones de pequeña gravedad que, con tratamientos no invasivos, pueden ser resueltas por podólogos y fisioterapeutas. La dificultad en la recuperación de los bailarines suele residir más bien en su ansia por retomar la danza. </p>
<p>Es en este punto donde se están volcando más esfuerzos de investigación. Es decir, los sanitarios especializados en el tratamiento de bailarines necesitan descubrir cómo ayudar a un bailarín de ballet lesionado a retomar la plena participación. Todo ello <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34730117/">evitando al mismo tiempo que pueda tener una nueva lesión o cronificar problemas musculoesqueléticos</a>. Al ser tanto un deporte como un arte escénico, el ballet es altamente físico, técnicamente exigente y <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/16/5/765">tiene unos requisitos de rehabilitación únicos</a>. </p>
<p>Una investigación reciente ha definido como signos indicativos de que un bailarín puede <a href="https://www.cureus.com/articles/106831-ballet-rehabilitation-a-novel-return-to-sport-protocol#references">volver a ensayar</a> en condiciones de seguridad que el dolor haya desaparecido, que la capacidad cardio-vascular no haya empeorado por el reposo, y que la fuerza muscular (especialmente de las piernas) sea la adecuada.</p>
<p>Estas tres condiciones deberían ser innegociables antes de la vuelta a la rutina. Además, también debería controlarse que, durante el tiempo de reposo, el bailarín no haya modificado su estilo de vida (hábitos de sueño y alimentación, fundamentalmente). </p>
<p>Aunque la especialidad en baile no es un área de la medicina específica, sí se puede concluir que el tratamiento y recuperación completa de estos pacientes tiene unas particularidades diferentes a las de otros profesionales y deportistas y, por supuesto, a las de la población en general.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/193113/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raquel Leirós Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los bailarines son un grupo de población especialmente sensible a las lesiones de los pies y tobillos, tanto si bailan flamenco como si andan de puntillas danzando ballet.Raquel Leirós Rodríguez, Profesora Ayudante Doctor en Fisioterapia, Universidad de LeónLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1933292022-11-07T17:18:08Z2022-11-07T17:18:08ZLa propiocepción, su desconocido ‘sexto sentido’ que puede ejercitar<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/493807/original/file-20221107-19-i1nisg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C8%2C5725%2C3819&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Ejercicios sobre un bosu, plataforma semiesférica con parte rígida que se utiliza para entrenar el equilibrio</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/dude-jogging-on-bosu-ball-gym-726681637">Shutterstock / the stock company</a></span></figcaption></figure><p>Se encuentra delante de la pantalla de su ordenador o su teléfono móvil y alguien le pregunta cómo tiene colocado su pie. ¿Sería capaz de contestar sin mirarlo? Muy probablemente la respuesta sea afirmativa, y se lo debe a la propiocepción.</p>
<p>Así se llama el sentido, poco conocido entre el público, que nos informa de la posición de las partes del cuerpo en el espacio. Permite detectar cambios de longitud y tensión en diferentes tejidos, así como modificaciones en la <a href="https://books.google.es/books?id=mxERzgEACAAJ&dq=">posición de las articulaciones</a>. Por este motivo, también se le denomina <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1293296516789031">sentido posicional</a>.</p>
<p>No conviene subestimar la propiocepción, ya que juega un papel muy relevante en la coordinación y el equilibrio: permite regular el movimiento y ayuda dar respuestas reflejas ante situaciones que podrían dañar nuestro aparato locomotor. Esto hace que sea <a href="https://www.apunts.org/es-rol-del-sistemasensoriomotor-estabilidad-articulo-X0213371713095325">fundamental para muchas actividades deportivas</a>. </p>
<h2>De los músculos y articulaciones a la corteza cerebral</h2>
<p>Pero ¿cómo funciona exactamente? El sistema propioceptivo recibe información de los llamados <a href="https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS=mecanorreceptor">mecanorreceptores</a>, receptores sensoriales que detectan los estímulos mecánicos para que sean procesados por el sistema nervioso. Existen más de 10 tipos, distribuidos en los músculos, los tendones, las articulaciones, <a href="https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS=mecanorreceptor">la fascia</a> (tejido conectivo que envuelve a los músculos y otras estructuras) y la piel. <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25703454/">Responden, principalmente, a los siguientes estímulos</a>: cambios en la longitud muscular, la velocidad de contracción muscular, la fuerza muscular, cargas en las articulaciones y deformaciones superficiales de los tejidos.</p>
<p>La <a href="https://www.apunts.org/es-rol-del-sistema-sensoriomotor-estabilidad-articulo-X0213371713095325">información propioceptiva debe ser procesada por el sistema nervioso</a> para crear respuestas de <a href="https://medlineplus.gov/spanish/ency/anatomyvideos/000016.htm">diversa complejidad</a>.
En la médula espinal se generan reacciones estereotipadas y rápidas como <a href="https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/reflejo-miotatico">el reflejo de estiramiento</a>, el mismo que explora el especialista con el martillo en la consulta. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493809/original/file-20221107-17-fj54u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493809/original/file-20221107-17-fj54u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493809/original/file-20221107-17-fj54u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=541&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493809/original/file-20221107-17-fj54u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=541&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493809/original/file-20221107-17-fj54u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=541&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493809/original/file-20221107-17-fj54u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=680&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493809/original/file-20221107-17-fj54u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=680&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493809/original/file-20221107-17-fj54u.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=680&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Partes del cerebro. En amarillo, abajo, el tronco encefálico.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Diagram_showing_some_of_the_main_areas_of_the_brain_CRUK_188_notext.svg">Wikimedia Commons / CFCF</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Podría decirse que el tronco encefálico –parte del sistema nervioso entre el cerebro y la médula espinal– es uno de los <em>centros de operaciones</em> principales de la priopiocepción: allí es integrada la información sensorial procedente diferentes fuentes y se elaboran respuestas automáticas que ayudan a controlar la postura corporal. Y por último, en la corteza cerebral dicha información se vuelve consciente y se genera el movimiento voluntario. </p>
<p>Otras estructuras del<a href="https://medlineplus.gov/spanish/brainandnerves.html"> sistema nervioso</a> que intervienen en la modulación del movimiento son los ganglios basales (su deterioro se relaciona con el temblor en la <a href="https://medlineplus.gov/spanish/parkinsonsdisease.html">enfermedad de Parkinson</a>) y el cerebelo. </p>
<p>Un término asociado a este sentido es el control neuromuscular. Se trata de la capacidad de generar una activación muscular precisa por parte del sistema nervioso gracias, en gran medida, a la interpretación de la información propioceptiva. Tanto la propiocepción como el control neuromuscular son importantes para mantener la estabilidad de las articulaciones y protegerlas.</p>
<h2>Cómo potenciar nuestro <em>sentido arácnido</em></h2>
<p>El entrenamiento de la propiocepción (o entrenamiento propioceptivo) no solo se considera fundamental en la recuperación de lesiones, sino que también puede ayudar a prevenirlas. Esta capacidad informa del estado de las articulaciones y hace que la musculatura se contraiga para <a href="https://archivosdemedicinadeldeporte.com/articulo/es/83/2001/975/">evitar daños, como un esguince o una luxación</a>. </p>
<p>Además, podría actuar como una especie de <em>sexto sentido</em> para anticiparse a las lesiones (algo así como el sentido arácnido de Spiderman). Este mecanismo anticipatorio se consigue mediante el entrenamiento y el aprendizaje. </p>
<p>Si nos exponemos a estímulos potencialmente lesivos, cuando el sistema nervioso reconozca una situación similar provocará una <a href="http://cdeporte.rediris.es/revista/revista12/artpliometria.htm">preactivación de la musculatura</a>. Por ejemplo, si saltamos desde cierta altura, los músculos se activan antes de caer al suelo para no hacernos daño. La propiocepción proporciona la información necesaria para este adiestramiento.</p>
<p>Se considera que el trabajo propioceptivo y de control neuromuscular también ayuda a obtener una buena estabilidad articular (asociada a prevención de lesiones) <a href="https://www.apunts.org/es-rol-del-sistemasensoriomotor-estabilidad-articulo-X0213371713095325">y a un movimiento más eficaz</a>. Por eso en muchos programas deportivos se incluye este tipo de entrenamiento.</p>
<h2>La articulación se queda ciega</h2>
<p>Cuando una articulación se lesiona o no se mueve durante mucho tiempo, los mecanorreceptores también quedan afectados. Esto hace que la información que recibe el sistema nervioso sea inadecuada y la capacidad para regular el movimiento disminuya. Podríamos decir que hemos dejado <em>ciega</em> a la articulación y la exponemos a que vuelva a dañarse.</p>
<p>Hace años, el tratamiento para una lesión de ligamento (esguince) se centraba solo en la recuperación del tejido ligamentoso afectado. Hoy en día sabemos que si no tratamos también el componente propioceptivo estamos exponiendo a la articulación a sucesivas lesiones e incluso <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3064571">a inestabilidades crónicas</a>. Debido a esa <em>ceguera</em>, los deportistas describen a menudo que les falla la articulación o hablan de un esguince mal recuperado.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/493814/original/file-20221107-15-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493814/original/file-20221107-15-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493814/original/file-20221107-15-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493814/original/file-20221107-15-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493814/original/file-20221107-15-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493814/original/file-20221107-15-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493814/original/file-20221107-15-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493814/original/file-20221107-15-i2g9p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/male-athlete-applying-compression-bandage-onto-1162386961">Shutterstock / junpiiiiiiiiiii</a></span>
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<h2>¿Cómo se recupera y entrena la propiocepción?</h2>
<p>Se suele llamar entrenamiento propioceptivo a cualquier ejercicio de equilibrio sobre una superficie inestable, pero no es del todo correcto. En realidad, la propiocepción <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25787919/">sería solo el componente sensitivo que debe ser procesado por el sistema nervioso</a>. Después hace falta que se integre esa información y el sistema nervioso proporcione la orden muscular de corregir un movimiento (control neuromuscular). </p>
<p>Como consiste en una sensibilidad, nuestro sentido posicional se entrena exponiendo a estímulos mecánicos adecuados: <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1293296516789031">generalmente a un movimiento de la articulación que el paciente debe identificar</a>. Es como si un músico educase el oído para identificar las notas musicales. Cuando generamos respuestas musculares de reequilibración estamos trabajando conjuntamente la propiocepción y el control neuromuscular.</p>
<p>Ante una lesión, los fisioterapeutas debemos realizar un abordaje completo y progresivo. Lo primero que hay que hacer es trabajar los estímulos articulares: que el paciente reconozca una posición o sea capaz de reproducirla. Después, avanzaremos con ejercicios que generen respuestas automatizadas y reflejas, generalmente en <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7995552">superficies inestables</a>. </p>
<p>Y por último, en el caso de los deportistas, repetiremos el gesto deportivo en diferentes condiciones de menor a mayor intensidad. Por ejemplo, un futbolista dará toques a un balón sobre <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33344014/#&gid=article-figures&pid=figure-1-uid-0">un BOSU</a>, una plataforma semiesférica con la base rígida que se utiliza para entrenar el equilibrio.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/193329/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lorenzo Antonio Justo Cousiño no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Si sabe decir cómo están colocadas las distintas partes de su cuerpo sin mirarlas, entonces está usando la propiocepción. Entrenar esta capacidad ayuda a evitar lesiones y a controlar mejor los movimentos en la práctica deportiva.Lorenzo Antonio Justo Cousiño, Profesor de la Facultad de Fisioterapia. Fisioterapeuta, Doctor en Neurociencia, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1874032022-08-25T11:02:39Z2022-08-25T11:02:39ZSi se ha lesionado el tendón, probablemente no tenga una tendinitis<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/479831/original/file-20220818-2226-cm45kt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C16%2C5455%2C3620&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/archillis-tendinitis-injury-sustained-while-exercising-772897510">Comzeal images / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>“Tengo una tendinitis”. ¿Quién no lo ha dicho o escuchado alguna vez? Es una de las lesiones más conocidas y forma parte del acervo popular, pero a menudo empleamos ese término inapropiadamente. La tendinitis es un problema muy específico, y la confusión puede llevarnos a utilizar tratamientos inadecuados. </p>
<p>En primer lugar, debemos explicar qué función cumple el tendón en el cuerpo humano: es la estructura anatómica que se encarga de transmitir la fuerza de tracción que genera el músculo al hueso. <a href="https://medlineplus.gov/spanish/ency/esp_imagepages/19089.htm">No se debe confundir con el ligamento</a>, el encargado de unir las articulaciones evitando que se separen las piezas óseas (luxación).</p>
<h2>Lesiones frecuentes, pero sin inflamación</h2>
<p>Habitualmente, las lesiones tendinosas se producen por <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26390273/">movimientos repetitivos </a>(microtraumatismos). Consideradas como lesiones por <em>sobreuso</em> o <em>sobrecarga</em>, se observan en la práctica de múltiples deportes, como el tenis, el baloncesto, el fútbol, el atletismo… Aunque no solo afectan a deportistas, ya que las actividades laborales o recreativas que provoquen gestos repetitivos pueden afectar al tendón.</p>
<p>En ciencias de la salud utilizamos el <a href="https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS=-itis">sufijo <em>–itis</em></a> para referirnos a inflamación. Es el caso de la artritis (inflamación de las articulaciones), la amigdalitis (de las amígdalas), la conjuntivitis (de la conjuntiva del ojo), etcétera. Y, sin embargo, las lesiones más habituales del tendón no son casos agudos que cursen con inflamación; o, por lo menos, las investigaciones no han determinado que exista esa respuesta del sistema inmunitario.</p>
<h2>Esto sí son tendinitis</h2>
<p>Estrictamente hablando, solo son tendinitis las lesiones agudas de carácter traumático –como un desgarro, un golpe o un corte– con inflamación. Cuando se hincha el tejido que recubre algunos tendones, la vaina tendinosa, se denomina tenosinovitis.</p>
<p>Por tanto, la palabra solo debería aplicarse a ese tipo concreto de casos, cuando lo más común es que el afectado por una lesión de tendón sufra microtraumatismos repetidos, sin inflamación. </p>
<p>Los investigadores se dieron cuenta del error generalizado hace dos décadas y <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26390273/">consensuaron científicamente utilizar un término más general: tendinopatía </a>. A este respecto, resulta muy ilustrativo el artículo titulado <a href="https://www.bmj.com/content/324/7338/626.long"><em>Tiempo de abandonar el mito de la tendinitis</em></a>, que se publicó en el <em>British Medical Journal</em> en 2002.</p>
<h2>¿Sirven los antiinflamatorios para las lesiones de tendón?</h2>
<p>Si aplicamos la lógica, no tiene sentido utilizar antiinflamatorios cuando no existe inflamación. Un reciente <a href="http://www.revortopedia.sld.cu/index.php/revortopedia/article/view/523">trabajo de nuestro grupo de investigación </a> concluye que la utilización de este tipo de fármacos en tendinopatías no produce beneficios claros. Algunas <a href="https://www.apunts.org/index.php?p=revista&tipo=pdf-simple&pii=X0213371712807047">guías de práctica clínica</a> lo recomiendan cuando existe inflamación asociada o como mecanismo analgésico.</p>
<h2>¿Por qué aparece el dolor?</h2>
<p>El tendón se ve afectado cuando <a href="https://www.apunts.org/en-load-management-in-tendinopathy-clinical-articulo-S1886658117300580">la carga a la que lo sometemos es mayor de la que puede asumir</a>. Es decir, no está preparado para ese esfuerzo. Los entrenamientos excesivos, la ausencia de descanso, el control inadecuado de cargas y el cambio de alguna variable en el entrenamiento pueden comprometerlo.</p>
<p>Es importante destacar que más dolor no equivale a mayor afectación. <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1886658117300154">Las molestias</a> se presentan cuando el tendón, con o sin cambios en el tejido, intenta reaccionar a la sobrecarga. De hecho, se ha constatado que tendones con <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18812414/">signos degenerativos evidentes pueden no presentar síntomas.</a></p>
<p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35850720/">Hipótesis muy recientes</a> proponen enfocar el tratamiento farmacológico en el bloqueo del crecimiento nervioso que aumenta por la tendinopatía, lo que se asocia al dolor. </p>
<h2>Cómo recuperar un tendón lesionado</h2>
<p>Los <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27127294/">investigadores más expertos en este campo</a> indican que la porción del tendón que ya está degenerado difícilmente se recupera, por lo que debe trabajarse y adaptarse la porción sana.</p>
<p>El trabajo muscular excéntrico (cuando el músculo se contrae y estira al mismo tiempo) se considera una de las principales formas de abordar la tendinopatía, así como una medida preventiva importante. De esa manera se busca que la parte no afectada pueda <a href="https://bmjopen.bmj.com/content/10/11/e041433.long">soportar mejor la carga</a>, evitando que genere dolor y se acabe deteriorando. </p>
<p>Lo ideal es <a href="https://www.apunts.org/en-load-management-in-tendinopathy-clinical-articulo-S1886658117300580">adaptar las cargas</a> y el tipo de trabajo muscular a las necesidades de cada paciente y cada modalidad deportiva. </p>
<p>Además, una estrategia fundamental consiste en <a href="https://www.apunts.org/index.php?p=revista&tipo=pdf-simple&pii=X0213371712807047">identificar y eliminar los factores de riesgo</a>. Si no se corrigen dichos factores, es mucho más fácil que la lesión del tendón reaparezca. </p>
<p>En esta línea, las progresiones demasiado rápidas en los entrenamientos y una planificación deportiva inadecuada aumentan las probabilidades de padecer una tendinopatía. También influye el tipo de superficie de entrenamiento y los cambios de terrenos de juego. Las superficies duras están consideradas como las más lesivas porque no absorben los impactos.</p>
<p>El tendón sigue siendo una estructura fascinante y, en buena medida, desconocida para la ciencia. Una de las cuestiones por resolver es si realmente puede llegar a inflamarse con gestos repetitivos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187403/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lorenzo Antonio Justo Cousiño no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Solo podemos hablar de tendinitis si hay inflamación, y la mayoría de las lesiones del tendón no la manifiestan. Esto, por ejemplo, cuestionaría el uso de antiiflamatorios en los tratamientos.Lorenzo Antonio Justo Cousiño, Profesor de la Facultad de Fisioterapia. Fisioterapeuta, Doctor en Neurociencia, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1865712022-08-14T18:35:54Z2022-08-14T18:35:54ZEl verdadero poder de los masajes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/475125/original/file-20220720-9296-skq0p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C8%2C5408%2C3586&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/patient-physiotherapy-gets-massage-lymphatic-drainage-97993337">Kzenon / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El masaje se considera una de las formas de tratamiento más antiguas de la humanidad. Su utilización con fines curativos <a href="https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=66555">fue descrita por primera vez en el siglo V a. e. c. por Hipócrates</a>, padre de la medicina occidental, aunque existen <a href="https://www.colfisiocv.com/historiafisioterapia">indicios de que ya se practicaba antes</a>.</p>
<p>Cuando se aplica con objetivos terapéuticos también se denomina <a href="https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS=masoterapia">masoterapia</a>, y es una de las técnicas empleadas habitualmente en fisioterapia. </p>
<p>Su extendido uso a lo largo de los siglos y en la actualidad está, pues, plenamente acreditado, pero ¿qué evidencias científicas tenemos de que realmente funciona?</p>
<p>Antes que nada hay que precisar que sus efectos, variables en función de la técnica empleada, se clasifican en <a href="https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=pLRdF6hCCQwC&oi=fnd&pg=PA1&dq=Gui%CC%81a+de+masoterapia+para+fisioterapeutas.&ots=8mgDn0sHN3&sig=amMDA1zl9so_wsqj2_VEYJb1D9I#v=onepage&q=Gui%CC%81a%20de%20masoterapia%20para%20fisioterapeutas.&f=false">directos e indirectos</a>. Los primeros corresponden a la propia carga mecánica que ejerce la maniobra sobre los tejidos, como la compresión de la musculatura; mientras que los indirectos se asocian a cambios en el flujo sanguíneo, a la secreción de sustancias químicas o a cambios neurofisiológicos.</p>
<h2>¿Por qué disminuye el dolor cuando nos dan un masaje?</h2>
<p>La consecuencia más evidente y que todos hemos experimentado alguna vez al recibir uno es la disminución del dolor. Esto se debe a que el estímulo táctil y el incremento de temperatura generados por la acción masajeadora inhiben la entrada de información vinculada a la sensación de dolor o dolorosa. </p>
<p>Conocido como <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23034364/">teoría de la puerta de entrada</a>, se trata del mismo efecto que buscamos de forma natural cuando nos frotamos el codo después de golpearlo. En nuestro sistema nervioso, la información mecánica viaja más rápido que la dolorosa, lo que permite modificar la entrada de datos sensoriales en la médula espinal. </p>
<p>Además, el masaje podría estimular la secreción de sustancias analgésicas (endorfinas, serotonina o encefalinas) en nuestro organismo. De todos modos, los estudios publicados sobre la liberación de dichos compuestos son escasos, ya que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34812896/">la evidencia más sólida se centra en la percepción del paciente</a>.</p>
<h2>Incremento del flujo sanguíneo</h2>
<p>Por otro lado, también se considera que podría aumentar el flujo sanguíneo, lo que se asocia a un mejor aporte de nutrientes y facilita la eliminación de productos de desecho. Este es uno de los objetivos del masaje deportivo ejecutado después del ejercicio. </p>
<p>El incremento se debe a múltiples factores: al bombeo por compresión y descompresión de los tejidos, a la vasodilatación provocada por el sistema nervioso autónomo y a la liberación de sustancias químicas. </p>
<p>Pero el efecto es difícil de interpretar: mientras que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15114265/">algún estudio</a> sí observa que el masaje eleva la temperatura de la piel y el flujo sanguíneo local, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9140896/">otros</a>, realizados mediante ecografía, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15292737/">no detectan cambios</a>. Estos resultados cuestionan, por lo tanto, la eficacia de la masoterapia sobre esa variable cuando se aplica después de practicar deporte.</p>
<p>Para cerrar el apartado cardiovascular, una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24990417/">investigación publicada en 2015 en la revista <em>Nature</em></a> concluía que el masaje sí funciona para tratar la hipertensión como complemento a <a href="https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/007484.htm">los medicamentos</a>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/475162/original/file-20220720-16-7lpg17.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/475162/original/file-20220720-16-7lpg17.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/475162/original/file-20220720-16-7lpg17.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/475162/original/file-20220720-16-7lpg17.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/475162/original/file-20220720-16-7lpg17.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/475162/original/file-20220720-16-7lpg17.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/475162/original/file-20220720-16-7lpg17.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/475162/original/file-20220720-16-7lpg17.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/athletes-back-massage-after-fitness-activity-1020875992">Shutterstock / Giorgio Rossi</a></span>
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</figure>
<h2>Efecto sobre la musculatura</h2>
<p>A nivel científico, el masaje se considera como una de las herramientas más eficaces para <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29755363/">reducir el dolor muscular posterior al esfuerzo físico –las conocidas <em>agujetas</em>– y la fatiga percibida asociada al ejercicio</a>. Sin embargo, los cambios observados sobre los marcadores de daño muscular e inflamación son <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24990417/">moderados</a>. Tampoco existe evidencia directa de que mejore el rendimiento.</p>
<p>El efecto relajante sobre el músculo se ha asociado a una disminución de la excitabilidad de las neuronas que lo controlan, lo cual podría romper el círculo vicioso que facilita la perpetuación del dolor. Pese a su uso extendido para facilitar la recuperación después del ejercicio, se ha observado mayor impacto sobre la percepción subjetiva de las molestias que sobre la propia estructura muscular.</p>
<p>En general, se asume que el masaje provoca una clara <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24641083/">respuesta psicológica</a>. La disminución del <a href="https://medlineplus.gov/spanish/pruebas-de-laboratorio/prueba-de-cortisol/">cortisol (hormona del estrés)</a> sería la principal responsable del efecto relajante experimentado por muchos pacientes, aunque esos cambios no tienen por qué estar causados directamente por el masaje.</p>
<p>Un <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34441781/">artículo reciente</a> indica que la masoterapia en embarazadas podría incrementar los niveles de serotonina, ayudando reducir el estrés y ansiedad. </p>
<h2>Entonces, ¿para qué funciona realmente?</h2>
<p>Al masaje terapéutico se le atribuyen un número elevado de propiedades, algunas de ellas muy arraigadas en la sociedad, pero los <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27502797/">estudios científicos</a> no arrojan resultados concluyentes sobre ninguna de ellas.</p>
<p>Metafóricamente, podríamos decir que es el <em>paracetamol</em> de los fisioterapeutas (por sus propiedades analgésicas), mientras que la aplicación de frío, o crioterapia, sería el <em>ibuprofeno</em> (efecto antiinflamatorio).</p>
<p>Un hallazgo recurrente en las investigaciones es que el masaje <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26093806/">disminuye el dolor a corto plazo</a> en diferentes patologías. A largo plazo se desconoce su efectividad porque la mayoría de trabajos realizan un seguimiento inferior a 12 semanas.</p>
<p>Según un <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30892910/">análisis global</a> de la evidencia científica (que incluye 49 investigaciones), su mayor eficacia analgésica se produce en el dolor lumbar y cervical, las molestias de hombro, el dolor del parto, la artrosis, el dolor relacionado con el cáncer, el dolor posoperatorio y las agujetas. </p>
<p>Y pese a estos resultados, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26093806/">la masoterapia se muestra inferior cuando la comparamos con tratamientos activos</a> como el <a href="https://lafisioterapia.net/ejercicio-herramienta/">ejercicio terapéutico</a>, que involucra <a href="https://www.fisiotel.com/ejercicio-terapeutico-blog/">la participación del paciente</a>. Dar masajes es una terapia pasiva que resulta limitada como única estrategia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/186571/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lorenzo Antonio Justo Cousiño no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En general, los estudios no son concluyentes sobre la validez terapéutica de los masajes, más allá de su eficacia a corto plazo contra el dolor.Lorenzo Antonio Justo Cousiño, Profesor de la Facultad de Fisioterapia. Fisioterapeuta, Doctor en Neurociencia, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1844812022-07-10T16:21:35Z2022-07-10T16:21:35Z¿Qué deportistas se lesionan más?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/472461/original/file-20220705-16-otx7jz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=46%2C7%2C5175%2C2920&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El futbolista Maciej Makuszewski se duele de una lesión durante un partido de la liga polaca de 2014.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/gdansk-poland-april-05-2014-injured-204004207">Shutterstock / Dziurek</a></span></figcaption></figure><p>Nadie discute a estas alturas que el deporte aporta beneficios para la salud física y mental <a href="https://www.mdpi.com/2075-4663/7/5/127">de gran valor a los que lo practican</a>. Sin embargo, también lleva implícito el riesgo de sufrir una lesión. Entre las lesiones deportivas más frecuentes se han descrito <a href="https://injepijournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s40621-018-0136-0">los esguinces, las distensiones, las contusiones, las luxaciones, las fracturas y las laceraciones</a>. </p>
<p>En la mayoría de los casos se trata de lesiones de bajo impacto que se resuelven en pocas semanas con el <a href="https://bjsm.bmj.com/content/39/12/912.abstract">manejo sanitario adecuado</a>. </p>
<p>Sin embargo, las estadísticas indican que <a href="https://bjsm.bmj.com/content/48/7/576.3">alrededor del 20 % de los escolares se ausenta de la escuela al menos un día al año debido a lesiones deportivas, y 1 de cada 3 jóvenes busca atención médica por una lesión relacionada con el deporte cada año</a>. </p>
<p>Además, hay que reconocer que en algunos casos se ha asociado la práctica deportiva al desarrollo de <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fneur.2018.00196/full">conmoción cerebral y o parada cardiaca</a>. De ahí la recomendación de realizar chequeos médicos antes de la participación en prácticas deportivas, especialmente si estas <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/17/24/9424">son muy exigentes a nivel cardiovascular</a>.</p>
<p>Las lesiones deportivas habitualmente se deben a la <a href="https://journals.lww.com/cjsportsmed/abstract/1994/07000/assessing_causation_in_sport_injury__a.4.aspx">combinación de varios factores de riesgo</a>, unos extrínsecos y <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/1763246/">otros intrínsecos</a>. Los factores intrínsecos se refieren a la edad del propio deportista, sus alteraciones de salud previas o su estado emocional. El riesgo de contacto en el boxeo y el riesgo de caída en las gimnastas se consideran factores extrínsecos. </p>
<h2>Contacto y saltos aumentan las lesiones</h2>
<p>Se ha definido que los deportes de alto riesgo lesional son aquellos que implican contacto. Es decir, deportes individuales o de equipo en los que hay una interacción física directa o indirecta entre los diferentes deportistas, como ocurre en <a href="https://bjsm.bmj.com/content/46/3/174.short?casa_token=grtagJkGjfoAAAAA:szASeFKGQ3eXpoZ4RJ58dIz_6rsIztzI3wmsdHZvRf9POa0_Ye75186Huj16SRvzNQ9eobi9kXs">el fútbol, el baloncesto, el balonmano o el waterpolo</a>. </p>
<p>De hecho, alarmadas por las elevadas tasas de lesiones graves y muy graves a nivel neurológico, traumático y ocular por contacto directo e indirecto en el hockey sobre hielo y el fútbol americano, instituciones estadounidenses han modificado los reglamentos de dichas disciplinas para reducir estas a través de su penalización. Los datos han mostrado que <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1521694219300312?casa_token=4c0yarf_gw4AAAAA:szzZOZJkaNL2INtocB3E508qNbnY5ORoWDl-HIJV2Dl9YKECKy3LFcxqHl9bWEci28r0KC48B1k">se trató de una decisión correcta, dado que las lesiones en dichos deportes en categorías juveniles se han reducido en más del 50 %</a>.</p>
<p>Otra característica frecuentemente asociada al riesgo de lesión es la necesidad de saltar para el desarrollo de la actividad. Algo característico del <em>snowboard</em>, el atletismo, la gimnasia rítmica y artística o, de nuevo, <a href="https://link.springer.com/article/10.2165/00007256-199112050-00005">el baloncesto</a>.</p>
<p>Finalmente, los deportes que se practican en espacios interiores (techados) también se han relacionado con más lesiones. Este fenómeno podría deberse a que la mayoría de los deportes de contacto se celebran es espacios cerrados. De hecho, esta explicación tendría sentido con lo identificado en una investigación en la que determinaron que no había diferencias en el riesgo de sufrir una lesión al <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0363546506288018?casa_token=gPGXC7Jw3awAAAAA%3A69wnlXOg9BO0RanVeY0nscJLYQftP6VKbJFKtrF6CslszVpB9p7XO1b-M-vMmoRcUJYmqDZUPliS">practicar fútbol en espacios interiores o exteriores</a>.</p>
<h2>Entrenamiento preventivo</h2>
<p>Una metodología de entrenamiento segura debe programar correctamente el tiempo de las sesiones de trabajo. Asimismo, conviene incluir diferentes modalidades de trabajo muscular y articular, además de entrenar adecuadamente el <a href="https://www.mdpi.com/1424-8220/16/11/1847">gesto deportivo específico</a>. Es decir, que los remeros y canoístas deben incluir en su rutina de entrenamiento ejercicios de movilidad y perfeccionamiento del movimiento de los miembros superiores (imprescindibles para el correcto desempeño de su práctica deportiva). De forma homóloga, los futbolistas deberían hacer lo mismo en relación a los miembros inferiores y los nadadores tanto de brazos como de espalda.</p>
<p>Además, dentro de la metodología de entrenamiento, el factor que más riesgo ha demostrado tener para los deportistas es la excesiva exposición a la práctica deportiva. O lo que es lo mismo, <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.3113/FAI.2008.0671?casa_token=r8NlKfEMYCQAAAAA%3Ak13L5SXeazbN9lsPzkJM8PMByDryI3UvpaN8myHTDCVD6JUD_Q1DKryF0X43wxG3VgULuPkvUICW">entrenar demasiado</a>.</p>
<h2>Dormir más y entrenar menos</h2>
<p>Independientemente de la disciplina deportiva, hay que tener en cuenta los <a href="https://bjsm.bmj.com/content/50/21/1309.short?casa_token=p12VOavqLHwAAAAA:ILA1QNNW9Qn9OsFHkVbJuw94wNi6oSPfBmZMCo53jWh_6U30fuXj33ya5iMq_EyEDBQUxTN3bpY">factores individuales</a>, tanto físicos como psicológicos.</p>
<p>Por ejemplo, el riesgo de lesión aumenta en <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5532190/">la ventana de los 20 a los 24 años</a>. ¿Por qué? Es posible que se deba a que los deportistas jóvenes son los que más frecuentemente se exponen a más entrenamientos y de mayor duración.</p>
<p>Además, mantener estilos de vida inadecuados con hábitos entre los que se encuentran <a href="https://journals.sagepub.com/doi/full/10.3113/FAI.2008.0671?casa_token=r8NlKfEMYCQAAAAA%3Ak13L5SXeazbN9lsPzkJM8PMByDryI3UvpaN8myHTDCVD6JUD_Q1DKryF0X43wxG3VgULuPkvUICW">dormir menos de siete horas al día</a> o el consumo de ultraprocesados y alcohol también incrementan el riesgo lesional, <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/07315724.2015.1080533">independientemente de la disciplina deportiva practicada</a>. </p>
<h2>¿Cómo prevenir las lesiones?</h2>
<p>Asumiendo que si un deporte en concreto exige interactuar físicamente con otros participantes o saltar podría lesionarnos más fácilmente, el resto de los factores de riesgo sí son manejables por los deportistas y los profesionales que les rodean. Es decir, entrenadores, fisioterapeutas y médicos de los equipos deportivos pueden identificar a los individuos propensos a las lesiones y adaptar sus programas de entrenamiento y rehabilitación <a href="https://link.springer.com/article/10.2165/00007256-200131140-00003#Tab2">para que el riesgo de lesión sea mínimo</a>. </p>
<p>Y como para tantas otras enfermedades y alteraciones de la salud, la capacidad individual para manejar aspectos de nuestro día a día como el descanso y la alimentación tendrá efectos notables.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/184481/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raquel Leirós Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>¿Gimnastas, tenistas, atletas o jugadores de baloncesto? ¿Quién sufre más lesiones en la pista? Depende de varios factores. Por ejemplo, si hay contacto físico el riesgo de lesión aumenta.Raquel Leirós Rodríguez, Profesora Ayudante Doctor en Fisioterapia, Universidad de LeónLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1789262022-04-28T17:01:14Z2022-04-28T17:01:14ZEl ‘gaming’ no tiene edad y puede ayudar a envejecer con salud<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/459419/original/file-20220425-18-3z9b8b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5751%2C3819&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/senior-couple-play-virtual-reality-glasses-1850670190">Shutterstock / adriaticfoto</a></span></figcaption></figure><p>¿Qué es la realidad virtual inmersiva? Desde luego, no es tan simple como jugar a la consola Wii. Para considerarse inmersiva, la tecnología debe conseguir que <a href="https://www.spiedigitallibrary.org/conference-proceedings-of-spie/2351/0000/Augmented-reality--a-class-of-displays-on-the-reality/10.1117/12.197321.short?SSO=1">abandonemos la realidad para introducirnos en un entorno 100 % virtual</a>. Cuando nos colocamos un casco de realidad virtual, todo lo que tenemos a nuestro alrededor desaparece para dar lugar a un universo distinto donde, en primera persona, podemos hacer casi cualquier cosa. </p>
<p>Suena divertido, pero va mucho más allá. Esta herramienta, nacida del <em>gaming</em>, se ha empezado a utilizar en diversos ámbitos como ingenierías, educación, simulación o marketing. Sus aplicaciones en salud son incipientes, relacionadas sobre todo con terapia psicológica, conductual o de distracción. </p>
<p>Por otro lado las terapias físicas, basadas en movimiento o actividad física, están en auge en esta nueva época en la que está de moda lo saludable (<em>healthy</em>, lo llaman los modernos). Todos procuramos cuidarnos más, ya sea practicando algún deporte, cuidando nuestra alimentación, descansando o evitando hábitos tóxicos.</p>
<p>Nuestros mayores no son una excepción. Cada vez más presentes en las sociedades de la <em>vieja</em> Europa (en las regiones españolas de Galicia y Asturias, por ejemplo, se aproximan ya al 30 % de su población total) saben muy bien que, como nos recuerda la <a href="https://apps.who.int/iris/handle/10665/67215">OMS</a>, “ejercicio y actividad física son pilares del envejecimiento activo”.</p>
<p>Y precisamente ejercicio y actividad física se combinan en el <em>exergaming</em> inmersivo, que no es otra cosa que juegos virtuales que implican interacción física o práctica de ejercicio. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/451388/original/file-20220310-23-1ongahg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/451388/original/file-20220310-23-1ongahg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/451388/original/file-20220310-23-1ongahg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=326&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/451388/original/file-20220310-23-1ongahg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=326&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/451388/original/file-20220310-23-1ongahg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=326&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/451388/original/file-20220310-23-1ongahg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=410&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/451388/original/file-20220310-23-1ongahg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=410&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/451388/original/file-20220310-23-1ongahg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=410&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Una persona mayor jugando con una consola inmersiva.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>¿Personas mayores y <em>gaming</em>? ¿Cómo se combina esto?</h2>
<p>Si el lector piensa que la mezcla que estoy sugiriendo –personas mayores y <em>exergaming</em>– suena algo descabellada, casi como el agua y el aceite, se equivoca. Hay precedentes que lo demuestran: las sesiones de fisioterapia basadas en ejercicio terapéutico, que han tenido tan buenos resultados en el <a href="https://www.hindawi.com/journals/jar/2013/657508/">colectivo sénior</a>. Incluso funcionan en otras patologías asociadas al envejecimiento como la <a href="https://n.neurology.org/content/98/8/e859">enfermedad de Parkinson</a>, considerada por muchos autores como un proceso de envejecimiento acelerado.</p>
<p>A pesar de los evidentes beneficios, tradicionalmente han tenido también sus <a href="https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/2333721418823604">“problemillas”</a>. Básicamente porque, por un lado, la adherencia en esta franja de edad ha sido baja (todos empiezan, pero muchos se quedan por el camino). Y, por otro lado, porque los beneficios en diversos parámetros de salud que se obtienen se evaporan cuando no somos lo suficientemente regulares en su práctica.</p>
<p>Aquí podrían converger diferentes teorías justificativas: que el terapeuta es algo soso, que el programa no es muy atractivo, que las instalaciones no convencen… E infinidad de excusas alternativas que se nos podrían ocurrir.</p>
<h2>Siempre estamos dispuestos a jugar</h2>
<p>Con este caldo de cultivo, investigadores de la Universidad de Vigo decidimos buscar evidencias científicas sobre el <em>exergaming</em> inmersivo en personas mayores. En dos revisiones sistemáticas comprobamos que su aplicación tanto en <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s10055-020-00495-x">personas mayores</a> como en afectados por la <a href="https://www.neurologia.com/articulo/2021330">enfermedad de Parkinson</a> se encuentra en una fase de predesarrollo.</p>
<p>La clave en ambos casos es aunar lo lúdico y lo novedoso de la experiencia para captar la atención, el interés y la motivación en la tarea que vamos a desarrollar. Se basa en la creencia popular de que siempre estamos dispuestos a jugar: jugamos cuando somos niños, jugamos con nuestros hijos cuando somos padres y jugamos con nuestros nietos cuando somos abuelos.</p>
<p>Jugar pero ¿a qué? Lo primero es buscar un juego atractivo, nada de temática bélica, ni mucho menos con zombis como protagonistas. De hecho, en los estudios antes mencionados se había visto que la temática del juego propuesto y la brecha tecnológica eran dos de las principales barreras con las que se encontraba esta tecnología, junto a los problemas con gafas correctoras y audífonos. Al fin y al cabo, puedo pensar en mi abuela de 91 años manejando su <em>smartphone</em> con soltura, pero no combatiendo zombis. </p>
<h2>Mareos y desorientación</h2>
<p>Otro problema común es el llamado <em>cybersickness</em>, que traducido sería algo así como el <em>mal del simulador</em>. Se trata de un viejo conocido <a href="https://ntrs.nasa.gov/citations/19650026830">documentado en los entrenamientos de los pilotos de la NASA en 1965</a>. </p>
<p>Consiste en que, si estamos inmersos en un escenario con aceleración o cambios bruscos de vista, puede aparecer una incongruencia o conflicto sensorial. La información que el sistema visual lanza al cerebro se contradice con lo que percibe el sistema vestibular (los otolitos del oído), que informa de una absoluta <em>calma chicha</em>. Resultado final: malestar general, mareos, sudoración, estómago revuelto… Un mal viaje, vamos. Por eso abundan los vídeos en la red que muestran accidentes y desorientaciones de los usuarios de realidad virtual.</p>
<p>Por tanto, que el <em>exergaming</em> propuesto sea factible en mayores y enfermos de Parkinson exige que sea seguro, que tenga facilidad de manejo, que genere buenas experiencias y altos niveles de satisfacción. Para ello se debe proponer <a href="https://parkinsonsnewstoday.com/2021/07/22/virtual-reality-video-games-parkinsons-may-be-helpful-exercise-tool/">un juego adecuado</a>, cuidar mucho los criterios de selección de la muestra y proponer tareas divertidas y que a la par encajen con los objetivos terapéuticos. </p>
<p>Nuestros <a href="https://www.mdpi.com/1424-8220/21/14/4825">primeros hallazgos</a> son <a href="https://www.mdpi.com/2414-4088/5/9/52">prometedores</a>, pero se debe continuar investigando para incorporar estas tecnologías a la práctica clínica. Quizás incluso, en un futuro no muy lejano, al ámbito domiciliario. Mark Zuckerberg y su <a href="https://theconversation.com/metaverso-una-sociedad-paralela-174235">metaverso</a> nos están esperando.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/178926/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Pablo Campo Prieto no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Colocarse un casco de realidad virtual y transportarse a un universo distinto donde cualquier cosa es posible no solo resulta divertido. Puede usarse con fines terapéuticos en persons mayores y enfermos de Párkinson.Pablo Campo Prieto, Fisioterapeuta especializado en Párkinson. Docente e investigador., Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1747892022-04-21T17:48:34Z2022-04-21T17:48:34ZEl primer robot social considerado como producto sanitario en Europa<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/447834/original/file-20220222-21-1fvk0m1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C5%2C3982%2C2988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Usuarios del Centro de Día de la Fundación Instituto San José (Madrid) realizando sesiones grupales con el robot Inrobics Rehab.</span> <span class="attribution"><span class="source">Inrobics Social Robotics</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Álvaro tenía 6 años cuando le conocimos. Acudía tres días a la semana a la Fundación Dacer para hacer rehabilitación. Su vida incluye esta rutina porque a los 14 meses de nacer le diagnosticaron atrofia muscular espinal tipo II. </p>
<p>Esta enfermedad neuromuscular, de carácter genético, se manifiesta por una pérdida progresiva de la fuerza muscular debida a la afectación de las neuronas motoras de la médula espinal. La afección hace que el impulso nervioso no se pueda transmitir correctamente a los músculos y que estos se atrofien, dificultando actividades esenciales como hablar, respirar, caminar o tragar. </p>
<p>Para Álvaro es esencial ir a rehabilitación para mantener activos sus músculos y ralentizar la progresión de la enfermedad. Sin embargo, en ocasiones las actividades terapéuticas le resultan repetitivas y aburridas, por lo que su fisioterapeuta tiene que utilizar diferentes recursos para captar su atención y aumentar la motivación. </p>
<p>En este sentido, el desarrollo tecnológico ha permitido durante las últimas décadas crear diferentes dispositivos para complementar los tratamientos rehabilitadores tradicionales. </p>
<h2>La era de los robots</h2>
<p>Algunos de estos dispositivos surgen a raíz de la aplicación de la robótica y la <a href="https://theconversation.com/es/topics/inteligencia-artificial-55402">inteligencia artificial</a>. Se agrupan en torno a diversos términos que hasta hace muy poco estaban restringidos al ámbito más científico. De esta forma, podemos encontrar productos basados en la robótica asistencial y otros desarrollados en base a la robótica social asistencial.</p>
<p>La robótica asistencial proporciona soporte a las personas mientras hacen diferentes actividades terapéuticas. Un ejemplo serían los exoesqueletos o los asistentes a la marcha. Por su parte, la <a href="https://theconversation.com/robots-sociales-como-relacionarnos-con-maquinas-que-fingen-no-serlo-119608">robótica social asistencial</a> proporciona asistencia a través de la interacción social con un robot, sin necesidad de contacto físico. De esta forma, se pueden llegar a establecer vínculos emocionales entre el usuario y el robot.</p>
<p>En la actualidad, existen diferentes empresas internacionales que han desarrollado productos aplicando la robótica social asistencial. Por ejemplo, la compañía Intuition Robotics (en Israel) creó <a href="https://blog.elliq.com/elliqs-new-wellness-features">ElliQ</a>, un dispositivo que presta asistencia personal a población adulta en sus domicilios. </p>
<p>Por otro lado, la empresa <a href="https://embodied.com/blogs/news/science-behind-moxie">Embodied</a> (en Estados Unidos) desarrolló un robot educativo y compañero de juegos llamado Moxie orientado a población infantil. </p>
<p>Asimismo, la <a href="https://www.robokind.com/recess/robots-teach-human-emotion">empresa RoboKind</a> (también en Estados Unidos) cuenta con diferentes productos orientados al mundo educativo. Su objetivo es mejorar habilidades físicas, cognitivas o sociales a través de la repetición y la práctica constante. </p>
<h2>Un robot para mejorar la rehabilitación sanitaria</h2>
<p>En España, mediante la empresa Inrobics hemos desarrollado Inrobics Rehab, una plataforma digital basada en robótica social que proporciona sesiones de rehabilitación a personas que presentan limitaciones en su capacidad motora, cognitiva y social derivadas de alteraciones neurológicas. Es la primera solución de robótica social en Europa en conseguir la certificación como producto sanitario.</p>
<p>Inrobics es una <a href="https://www.uc3m.es/ss/Satellite/UC3MInstitucional/es/Detalle/Comunicacion_C/1371320905082/1371215537949/Robotica_e_inteligencia_artificial_para_mejorar_la_rehabilitacion_sanitaria">empresa que surgió de la Universidad Carlos III de Madrid</a> tras más de siete años de investigación con el objetivo de ofrecer un servicio innovador.</p>
<p>El robot que hemos desarrollado pretende ser una solución destinada a centros de atención sociosanitaria, hospitales y residencias de la tercera edad. Su finalidad es que los terapeutas puedan configurar una sesión con tareas totalmente personalizadas para sus pacientes. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/449873/original/file-20220303-15-bmy6ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/449873/original/file-20220303-15-bmy6ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/449873/original/file-20220303-15-bmy6ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/449873/original/file-20220303-15-bmy6ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/449873/original/file-20220303-15-bmy6ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/449873/original/file-20220303-15-bmy6ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/449873/original/file-20220303-15-bmy6ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/449873/original/file-20220303-15-bmy6ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Imagen del robot Inrobics Rehab desarrollado por la empresa Inrobics, una <em>spin off</em> de la Universidad Carlos III de Madrid.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Inrobics Social Robotics</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En la actualidad, la plataforma cuenta con seis bloques de actividades que se especifican a continuación: </p>
<ul>
<li><p>EVAL: el paciente ha de realizar diferentes movimientos que el robot Robic le propone. El objetivo de esta actividad es conocer la amplitud del rango de movimiento de las diferentes articulaciones.</p></li>
<li><p>WARM UP: Robic propone unas secuencias de movimientos que la persona puede hacer de manera simultánea. Se utiliza como calentamiento previo al resto de la sesión.</p></li>
<li><p>DYNAMIC: propone secuencias de movimientos dirigidas al entrenamiento de fuerza y resistencia. Se trabaja mediante la repetición de secuencias de movimientos.</p></li>
<li><p>AVDs: el robot representa diferentes actividades de la vida diaria (alimentación, aseo y compra) a través de sus movimientos y ofrece guía verbal para que la persona las realice junto a él.</p></li>
<li><p>SYMBOLIC: ejercicio de atención y memoria en el que se presenta una serie de movimientos sencillos que luego Robic nombrará para que sean ejecutados por el usuario.</p></li>
<li><p>DANCE: ejercicio de baile en el que se enseña una coreografía con una canción añadiendo pasos de forma progresiva. Finalmente se realiza la coreografía completa.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/449872/original/file-20220303-23-1mpzwzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/449872/original/file-20220303-23-1mpzwzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/449872/original/file-20220303-23-1mpzwzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/449872/original/file-20220303-23-1mpzwzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/449872/original/file-20220303-23-1mpzwzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/449872/original/file-20220303-23-1mpzwzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/449872/original/file-20220303-23-1mpzwzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/449872/original/file-20220303-23-1mpzwzs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Imagen del robot Inrobics Rehab durante una sesión de rehabilitación.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Inrobics Social Robotics</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Inrobics Rehab se puede aplicar en diferentes edades y patologías. Desde población infantil con problemas de neurodesarrollo a adultos con daño cerebral adquirido o trastornos derivados del envejecimiento como pueden ser las demencias.</p>
<h2>Trabajo conjunto entre el robot y el terapeuta</h2>
<p>Como vemos, la plataforma, accesible desde cualquier dispositivo con conexión a internet, ofrece a los terapeutas una amplia gama de actividades fundamentadas en los principios de ludificación. Es decir, en el uso de técnicas y dinámicas propias de los juegos con el fin de potenciar la motivación y reforzar la conducta para solucionar un problema. Además, también pretende intensificar las terapias, fomentar la neuroplasticidad y el control motor. </p>
<p>Una vez iniciada la sesión, el terapeuta supervisa al paciente y le asiste si es necesario. El robot inteligente podría continuar él solo hasta el final, intercalando correcciones, descansos y recompensas en forma de bailes o historias animadas según corresponda. </p>
<p>Asimismo, incorpora un sensor 3D que monitoriza todos los movimientos del usuario y proporciona información de los rangos de movimiento de las diferentes articulaciones. Así, los terapeutas pueden comprobar si ha aumentado el rango de movimiento de los grupos articulares afectados por la lesión.</p>
<p>Uno de los retos futuros de esta tecnología es añadir un pulsómetro que aporte datos sobre la evolución de la frecuencia cardiaca durante la sesión. Este tipo de datos permitiría a los clínicos comprobar si ha habido un acondicionamiento vascular durante la sesión y controlar la fatiga.</p>
<h2>¿Ha logrado ayudar a los pacientes?</h2>
<p>Las primeras investigaciones acerca de la aplicabilidad terapéutica de Inrobics Rehab se realizaron en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla con niños con parálisis braquial obstétrica. También en un campamento de niños con parálisis cerebral organizado por la Universidad Europea de Madrid. Los <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12369-017-0402-2">resultados</a> de los desarrollos tecnológicos y los estudios realizados se recogieron en dos <a href="https://e-archivo.uc3m.es/handle/10016/31276?show=full#preview">tesis doctorales</a> y 12 publicaciones científicas.</p>
<p>Inrobics integra en su plantilla una terapeuta ocupacional y siempre cuenta con numerosos asesores clínicos de diferentes instituciones. Estas personas han colaborado para guiar y realizar todos nuestros desarrollos, de forma que se adapten lo mejor posible al día a día y la realidad del terapeuta y del paciente.</p>
<p>La experiencia sustraída confirma que la robótica social asistencial tiene las siguientes ventajas:</p>
<ol>
<li><p>Puede mejorar en gran medida la calidad y la duración de la adherencia en los tratamientos al dirigir interacciones sociales lúdicas diseñadas para producir un progreso medible hacia las metas del usuario.</p></li>
<li><p>Se puede usar de manera efectiva para involucrar en intervenciones terapéuticas basadas en el juego, potenciando la rutina diaria de los usuarios con diversidad funcional.</p></li>
<li><p>Influye en el aprendizaje motor, al focalizarse en inducir neuroplasticidad, la capacidad de un cerebro en desarrollo para formar nuevas conexiones neuronales.</p></li>
<li><p>Promueve la actitud positiva ante el esfuerzo y la frustración, pues valida el esfuerzo continuo del usuario.</p></li>
<li><p>Puede mejorar la concentración, participación y motivación del paciente al incluir en las sesiones poderosas mecánicas de juego.</p></li>
</ol>
<p>Inrobics Rehab ya se está comercializando. Por ejemplo, a principios de año, la plataforma fue adquirida por un centro de atención temprana en Palma de Mallorca.</p>
<h2>El futuro de Inrobics</h2>
<p>Para Inrobics es muy importante continuar mejorando el sistema, ampliar los usos de la plataforma y generar evidencia científica, por lo que colaboramos con diferentes organismos e instituciones.</p>
<p>El pasado mes de julio se realizó un estudio piloto en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo con niños con lesión medular. Según los <a href="http://iberdiscap.rehabilitamos.org/wp-content/uploads/2021/11/IBERDISCAP2021_paper_7.pdf">datos preliminares del estudio</a>, se observa una leve mejoría en los aspectos motores de los miembros superiores de los participantes y una mejor adaptación cardiovascular al esfuerzo.</p>
<p>A lo largo de este año 2022, lanzaremos la versión doméstica de Inrobics Rehab, que permitirá a los pacientes realizar sesiones de rehabilitación en sus domicilios previamente configuradas por sus terapeutas. </p>
<p>Los avances científicos en todas las áreas del conocimiento siguen apareciendo a un ritmo vertiginoso. Prueba de ello es el hecho de que ya estén aquí los primeros robots sociales capaces de interaccionar de forma autónoma e inteligente con seres humanos y, sobre todo, de mejorar su calidad de vida en aspectos cruciales como pueden ser los tratamientos rehabilitadores.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/174789/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Carlos Pulido Pascual recibe fondos del programa Caixa Validate (Fundación La Caixa), Dirección General de Autónomos y Emprendimiento de la Consejería de Economía, Hacienda y Empleo (Comunidad de Madrid) y Ayudas Torres Quevedo (Ministerio de Ciencia e Innovación). Además, es CEO de la empresa Inrobics Social Robotics, S.L.L.</span></em></p>Mediante juegos, el robot Robic ofrece sesiones de rehabilitación a personas que presentan limitaciones en su capacidad motora, cognitiva y social. El objetivo es potenciar la motivación de los pacientes.José Carlos Pulido Pascual, Profesor de Ingeniería Informática, Universidad Carlos IIILicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.