tag:theconversation.com,2011:/us/topics/flexibilidad-laboral-82395/articlesflexibilidad laboral – The Conversation2021-03-10T20:50:15Ztag:theconversation.com,2011:article/1519422021-03-10T20:50:15Z2021-03-10T20:50:15ZCómo teletrabajar sin perder la salud en el intento<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/375853/original/file-20201218-23-1cazsid.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=12%2C651%2C4013%2C2366&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-man-works-home-europeans-were-1672388806">Shutterstock / del_selenio</a></span></figcaption></figure><p>No cabe duda de que la situación generada por la covid-19 nos ha hecho repensar muchos aspectos, algunos de forma intencional y otros, desafortunadamente, de manera forzada. Entre ellos, uno de los que mayor impacto ha tenido en nuestro día a día ha sido la obligación de teletrabajar. </p>
<p>Antes de que la pandemia irrumpiera en nuestras vidas, el teletrabajo era una especie de situación con mucho potencial para la conciliación familiar o determinadas condiciones relacionadas con el estado de salud. </p>
<p>Pero lo cierto es que nuestra manera de entenderlo era más ideal que concreta, puesto que su implantación en España <a href="https://www.mdpi.com/2071-1050/12/9/3662/htm">era minoritaria</a>. Por eso, con la nueva crisis, la situación ha tenido que revertirse a pasos forzados para pasar a ser una realidad con cifras impensables hace tan solo un año.</p>
<h2>La falta de preparación</h2>
<p>La rapidez de este cambio ha hecho que en muchos casos no tengamos adaptada nuestra forma de trabajo en casa. Hemos tenido que lidiar con muchas limitaciones que no teníamos en cuenta en nuestras conversaciones informales sobre el tema. </p>
<p>Por ejemplo, ¿cuál sería nuestra mesa de trabajo? ¿la misma que en la que comemos?, ¿la iluminación tenue es suficiente para estar tanto tiempo delante de una pantalla?, ¿cómo puedo postergar las demandas de las personas que conviven conmigo?, ¿alguna vez había tenido que lidiar con tantas posibilidades de procrastinar? </p>
<p>Todo lo anterior hay que trasladarlo a un nuevo lugar de trabajo en el que los recursos son limitados y el entorno no está adaptado. ¿Significa lo expuesto que haya que resignarse a un peor entorno de trabajo? </p>
<p>La respuesta es no. Si una cosa nos ha enseñado la historia evolutiva de nuestra especie es que la capacidad de <a href="https://evolucion.fcien.edu.uy/Lecturas/GouldyLewontin1979.pdf">adaptación está en lo más profundo de nuestra biología</a>. </p>
<p>Por tanto, vamos a intentar exponer una serie de aspectos a tener en cuenta para adaptar nuestro trabajo a una condiciones que a priori parecen limitadas. Sin embargo, estas pueden ser resignificadas en una adaptación a circunstancias en muchos casos desfavorables, para lo cual estamos más que preparados.</p>
<p>¿Por qué vamos a hablar de adaptación y no de resignación? Especialmente porque la adaptación de puestos de trabajo tiene una larga tradición dentro de la psicología y otras disciplinas. Concretamente de la <a href="http://www.ergonomos.es/ergonomia.php">ergonomía</a>. Su larga historia investigadora revela unos resultados muy útiles para afrontar nuestra adaptación, forzada, a nuestro nuevo lugar de trabajo.</p>
<h2>Claves para teletrabajar correctamente</h2>
<p>En primer lugar, deberíamos hacer un análisis de nuestro puesto de trabajo. Es decir, qué necesitamos para realizar nuestras tareas, tanto en términos de equipo, como de condiciones ambientales y demandas personales. </p>
<p>Tenemos que tener en cuenta que lejos de ser inocuo, el teletrabajo también tiene sus riesgos. Así lo explicó la propia Organización Mundial del Trabajo en una <a href="https://www.voced.edu.au/content/ngv:87335">reciente publicación</a>, especialmente para el teletrabajo que se desarrolla a tiempo completo:</p>
<ul>
<li><p>El <a href="https://www.insst.es/documents/94886/327446/ntp_730.pdf/55c1d085-13e9-4a24-9fae-349d98deeb8a">tecnoestrés</a>, aquel derivado del abuso de las nuevas tecnologías, así cómo la adicción a la tecnología. Estos aspectos aumentan la fatiga psicológica, pueden derivar en una mayor irritabilidad y una menor capacidad de desconexión y, por tanto, de beneficiarse de un descanso adecuado.</p></li>
<li><p>El <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7300689/">consumo de alcohol</a> y drogas recreativas y fármacos. Teniendo en cuenta que están más a nuestro alcance, el abuso de estos puede llevar a respuestas emocionales negativas. Además, podrían deteriorar la convivencia (aumento de discusiones, aumento de la tensión emocional en la convivencia, violencia, etc.).</p></li>
<li><p>El sedentarismo prolongado en el tiempo y permanecer en la misma posición durante largos periodos pueden dar lugar a <a href="https://link.springer.com/article/10.1186/s12245-020-00299-5">problemas de salud </a>. Por ejemplo, fatiga visual, enfermedades cardiacas y musculo-esqueléticas, sobrepeso y obesidad. El mobiliario no adaptado de nuestros hogares puede agravar la situación. </p></li>
<li><p>El aislamiento prolongado puede desencadenar <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7262128/">sentimientos de exclusión y agotamiento</a>.</p></li>
<li><p>El uso de tecnología anticuada con velocidades menores a las requeridas en la actualidad pued generar <a href="https://theconversation.com/se-debe-evaluar-y-pagar-de-modo-distinto-el-teletrabajo-148832">irritabilidad y frustración</a>.</p></li>
<li><p>Existe un riesgo de agravamiento de conflictos entre trabajo y vida privada. También en la gestión de los límites entre el tiempo dedicado al trabajo y a los asuntos personales (incluyendo el propio descanso y la desconexión del trabajo). Esto se hace más evidente en personas con hijos o que conviven con personas con necesidad de apoyo o supervisión.</p></li>
</ul>
<h2>Recomendaciones para no perder la salud teletrabajando</h2>
<p>Lo anterior nos debería llevar a una reflexión sobre si estamos desconectando de forma efectiva de nuestro trabajo. Igualmente tenemos que plantearnos si está <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0165032720325891">afectando de alguna manera a nuestra salud y vida personal</a>.</p>
<p>Una vez hayamos reflexionado, habría que plantearse ciertas cuestiones, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7165285/">tanto con nuestros empleadores como con nosotros mismos</a>:</p>
<ul>
<li><p>Establecer unos objetivos de trabajo claros y adaptar el horario a la consecución de estos objetivos. Es decir, flexibilizar la jornada laboral para adaptarla mejor a la realidad del trabajador.</p></li>
<li><p>Fijar descansos y permisos para desconectar del trabajo en momentos específicos o en respuesta a las necesidades del trabajador.</p></li>
<li><p>Limitar la disponibilidad al horario establecido y, si es el caso, delimitar bien la funciones de cada trabajador.</p></li>
<li><p>Tener en cuenta a aquellos trabajadores con responsabilidades de cuidado, las cuales pueden dar lugar a imprevistos que pueden retrasar la realización de algunas tareas asignadas.</p></li>
</ul><img src="https://counter.theconversation.com/content/151942/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jorge Marredo Rosa no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La falta de preparación ante la nueva realidad del teletrabajo conlleva riesgos que pueden afectar a nuestra salud y vida personal. Sin embargo, hay varias recomendaciones clave que pueden ayudarnos.Jorge Marredo Rosa, Profesor asociado en Universidad Internacional de Valencia., Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1306472020-02-11T20:31:21Z2020-02-11T20:31:21Z¿Cómo encontrar trabajo a partir de los 50 años? Formándose<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/314801/original/file-20200211-146690-1he0io8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C4977%2C3318&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/mature-students-learning-computer-skills-15816403"> Monkey Business Images / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En el tercer trimestre de 2019, en España hubo 19,87 millones de ocupados, correspondientes a <a href="https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=Estadistica_C&cid=1254736176918&menu=ultiDatos&idp=1254735976595">una tasa de actividad del 58,72 %</a>. En el mismo periodo, 3,21 millones de personas de ambos sexos estaban parados, lo que correzpondía a <a href="https://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=4084">una tasa de paro del 13,92 %</a>.</p>
<p>Desglosando los datos de la población en paro por edad, encontramos a hombres y mujeres entre 16 y 19 años (4 %); 20 y 29 años (24,6 %); 30 y 39 años (21 %); 40 y 49 años (24,2 %); 50 y 59 años (20,7 %); 60 y 69 años (5,4 %) y con 70 o más años (poco más del 0 %).</p>
<p>De todas las personas en paro en España, el 11,4 % tenía de 50 a 54 años de edad, el 9,3 % de 55 a 59, el 5,1 % de 60 a 64 y el 0,3 % de 65 a 69 años. </p>
<p>Los hombres y mujeres en paro entre los 50 y 59 años de edad fueron 666 600, un número con mucho significado simbólico. Diabólico, diríamos. Sobre todo, si pensamos que <a href="https://fundacionadecco.org/wp-content/uploads/2019/06/190619NDP-MAYORES-DE-55-A%C3%91OS-NACIONAL.pdf">encontrar trabajo después de los 50</a> puede ser muy difícil: de hecho, según la Fundación Adecco, casi el 45 % de los parados con más de 55 años puede estar más de 4 años sin encontrar un nuevo trabajo. Por lo cual, existen las prestaciones y los subsidios por el desempleo que, aunque necesarios, taponan el problema en el corto plazo, sin resolverlo.</p>
<h2>Relación entre crisis y paro</h2>
<p>¿Hay relación entre la crisis de 2008 y la discriminación de edad con el paro español, sobre todo después de los 50? Tal vez. Sin embargo, si bien es verdad que las condiciones del mercado laboral en España y en otros países europeos empeoraron de manera considerable a partir de 2008, también es cierto que dos factores ya tenían impacto negativo sobre el empleo en España antes de la crisis: la falta de flexibilidad laboral y la brecha entre demanda y oferta de trabajo. </p>
<p>En el largo plazo es necesaria la adopción de un nuevo modelo competitivo que ponga soluciones a estos dos problemas estructurales que ya teníamos antes de la crisis financiera de 2008.</p>
<p>El primer problema por resolver es la rigidez laboral. Como recuerda en su libro <a href="https://www.marcialpons.es/libros/top-class-competitors/9780470025697/">Stephane Garelli</a>, profesor del IMD de Lausana, el mercado laboral de Europa continental es rígido frente a otros mercados laborales como el de Estados Unidos. Por ejemplo, ya antes de 2008, en Europa el 45 % de las personas en paro tardaba más de un año en encontrar un nuevo trabajo, mientras que en Estados Unidos se requerían tan solo seis semanas. </p>
<h2>Solución a la rigidez laboral</h2>
<p>En los últimos dos siglos, los países más competitivos han encontrado con éxito una solución a la rigidez laboral que en cierta medida podría ser introducida también en España, es decir, la adopción del modelo de competitividad anglosajón, flexible, internacional e innovador en las relaciones y el derecho laborales.</p>
<p>Por otro lado, otro problema está relacionado con la formación. Según los <a href="https://research.udemy.com/wp-content/uploads/2019/01/Udemy-Espan%CC%83a.pdf">Informes de Carencias en Capacidades de Udemy</a>, cada vez más los españoles han ido creyendo que existen unas carencias en las capacidades de los demandantes de empleo frente a la oferta de trabajo por los empleadores. Por estas razones, recuerda Garelli, ya en 2004, antes de la crisis global, la economía española empleaba solamente al 40 % de la población, frente al 47 % en Estados Unidos y al 57 % en Suiza, con tasas de desempleo del 11 % en España, del 4,4 % en Suiza y del 5,5 % en Estados Unidos. </p>
<p>En 2018, el 73 % de los españoles encuestados por Udemy pensaba que sí había carencias en España y el 62 % creía que éstas le afectaban negativamente a la hora de encontrar trabajo. Los mismos porcentajes, por ejemplo, fueron respectivamente del 79 % y 70 % en Portugal y del 93 % y 49 % en Francia.</p>
<p>¿En que sectores pueden trabajar los parados en España? Según las últimas <a href="https://www.sepe.es/HomeSepe/que-es-el-sepe/observatorio.html">encuestas del Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal</a>, en diciembre de 2019 el número de personas no ocupadas y demandantes empleo (DENOS) alcanzó los 3,39 millones de personas. Cabe destacar que la mayoría de estas personas tiene más de 45 años. Importante es el hecho de que el 68,15 % del total de los demandantes (2,31 millones) tiene capacidades en el sector de los servicios. El resto de los datos por sector indica que casi 200 000 personas llegan de la agricultura y alrededor de 900 000 llegan de manera uniforme de la industria, de la construcción o no han tenido empleo previo.</p>
<h2>Sin terminar la enseñanza secundaria</h2>
<p>Según el INE, <a href="https://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=24031">solo 1,67 millones de parados en 2018 habían finalizado la enseñanza secundaria superior</a> y, entre ellos, los de 55 años y más eran tan solo 183 700, educados sobre todo en la formación general, los negocios, la administración y el derecho, y en formación técnica como mecánica y electrónica. Destaca que la población española adulta resulta ser entre <a href="https://www.fedea.net/nsaw/descargas/NSAW02es.pdf">las menos formadas en Europa</a>.</p>
<p>La carencia de formación podría explicar el paro, sobre todo entre los mayores de 50, en un mundo cada vez más integrado que está viviendo la <a href="https://www.weforum.org/focus/fourth-industrial-revolution">Cuarta Revolución Industrial</a>, caracterizada por nuevas tecnologías físicas, digitales y biológicas. Varios trabajos <a href="https://ideas.repec.org/a/etc/journl/y2019i20p106-118.html">han sido relegados a cambios sustanciales en diferentes industrias</a> debido a los avances en la tecnología de la información y en las innovaciones robóticas: la inteligencia artificial, la edición de genomas, la realidad aumentada, la robótica y la imprenta 3D, más que los servicios y la industria tradicionales, están cambiando los entornos económicos y sociales.</p>
<p>Para que aumenten la flexibilidad laboral y la empleabilidad de los españoles es necesaria una política educativa de largo plazo que conduzca a España hacia la nueva Revolución Industrial. Para que los españoles más jóvenes encuentren trabajo a los 50 o más es necesaria mucha más formación en ciencias, tecnología e idiomas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/130647/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Andrea Carrera no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los datos evidencian que las personas mayores de 50 años tienen más dificultades para encontrar empleo que las jóvenes. Todo apunta a que el motivo es la falta de formación para desarrollar los nuevos trabajos que requieren de habilidades de las que este grupo de edad carece.Andrea Carrera, Profesor de Economía e Historia Económica, Universidad NebrijaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.