Parece que, al fin, en una mayor sintonía con el siglo, la diplomacia española está en condiciones de asumir que Gibraltar, antes que a nadie, se pertenece a sí mismo.
Vista nocturna de Andorra la Vella.
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¿Cómo se gestionan los idiomas en un país de 20 000 habitantes? La sociolingüística estudia cómo las pequeñas dimensiones geográficas y demográficas condicionan la vida social de las lenguas.
Retirada de la bandera del Reino Unido que ondeaba en el exterior del edificio del Parlamento Europeo en Bruselas, el 31 de enero de 2020.
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María Luisa Sánchez Barrueco, experta en Derecho de la UE, asegura que el brexit refleja las deficiencias de la democracia en el Reino Unido y que la factura de la salida de la UE la pagarán los de siempre: las capas de la población más desfavorecidas.
La Primera Ministra británica Theresa May en conferencia de prensa al término del Consejo Europeo en Bruselas, Bélgica, el 25 de noviembre de 2018. Los líderes de los 27 países miembros de la UE (UE-27) han aprobado el proyecto de acuerdo de retirada de Brexit y el proyecto de declaración política sobre las futuras relaciones entre la UE y el Reino Unido en una reunión especial del Consejo Europeo sobre la salida de Gran Bretaña de la UE en virtud del artículo 50.
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Lo que se dice o afirma públicamente durante el proceso de negociación de un tratado o acuerdo internacional, conforme al principio jurídico de la buena fe, también tiene relevancia jurídica para las partes y por lo tanto resulta vinculante.
La relación entre España, Reino Unido y Gibraltar comenzó hace más de tres siglos. También fue el inicio de una disputa que se mantiene hasta estos días y en la que el Brexit tiene mucho que aportar.
Las libertades de los ciudadanos europeos por su condición de ser nacionales de un Estado miembro de la UE (libre circulación de personas, mercancías, servicios y capitales) están en juego por la salida británica del club comunitario.