tag:theconversation.com,2011:/us/topics/guerra-nuclear-117544/articlesguerra nuclear – The Conversation2023-01-26T18:00:44Ztag:theconversation.com,2011:article/1986222023-01-26T18:00:44Z2023-01-26T18:00:44ZA 90 segundos de la medianoche, nunca hemos estado tan cerca de una catástrofe mundial<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/506640/original/file-20230126-18-6zvld7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=3%2C3%2C1194%2C794&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">A 90 segundos de la medianoche, el Reloj del Juicio Final indica el nivel de riesgo de las amenazas de origen humano.</span> <span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/Patrick Semansky)</span></span></figcaption></figure><p>El 24 de enero se volvió a hacer historia. Ese día el Boletín de los Científicos Atómicos acercó el segundero del Reloj del Juicio Final a la medianoche. Ahora está a “90 segundos”, lo más cerca que ha estado nunca de la simbólica catástrofe mundial.</p>
<p>El anuncio, realizado durante una conferencia de prensa celebrada en Washington D.C., se hizo en inglés, ucraniano y ruso. La declaración emitida describió este momento en la historia como “<a href="https://storage.pardot.com/878782/1674512728rAkm0Vt3/2023_doomsday_clock_statement.pdf">un momento de peligro sin precedentes</a>”.</p>
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<figcaption><span class="caption">La conferencia de prensa virtual organizada por el Boletín de los Científicos Atómicos para el anuncio del Reloj del Juicio Final.</span></figcaption>
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<p>El <a href="https://thebulletin.org/about-us/science-and-security-board/">Consejo de Ciencia y Seguridad</a> del Boletín de Científicos Atómicos es el encargado de mover las manecillas del Reloj del Juicio Final. Estos destacados expertos se centran en los peligros que plantean las potenciales catástrofes de origen humano, que emanan del <a href="https://thebulletin.org/doomsday-clock/current-time/nuclear-risk/">riesgo nuclear</a>, el <a href="https://thebulletin.org/doomsday-clock/current-time/climate-change/">cambio climático</a>, las <a href="https://thebulletin.org/doomsday-clock/current-time/biological-threats/">amenazas biológicas</a> y las <a href="https://thebulletin.org/doomsday-clock/current-time/disruptive-technologies/">tecnologías disruptivas</a>.</p>
<p>El Reloj del Juicio Final es la representación más gráfica de estas amenazas, y el acto de adelantar el reloj representa la necesidad clara y urgente de vigilar lo que ocurre. </p>
<p>En 2021 y 2022, las manecillas del reloj se colocaron a 100 segundos de la medianoche. Desde que este <a href="https://thebulletin.org/doomsday-clock/timeline/">ejercicio de cronometraje comenzase en 1947</a>, el anuncio del 24 de enero de 2023 representa lo más cerca que el reloj ha estado nunca del final: una clara llamada de atención. </p>
<h2>Amenazas a lo largo del tiempo</h2>
<p>En 1945, un grupo de científicos que trabajaban en el <a href="https://www.energy.gov/sites/default/files/The%20Manhattan%20Project.pdf">Proyecto Manhattan</a> –un proyecto de investigación estadounidense sobre armas atómicas– se unieron para formar el Boletín de los Científicos Atómicos. </p>
<p>A finales de la década de 1940, la nueva amenaza de las armas nucleares proyectaba una oscura nube sobre el mundo. El Reloj del Juicio Final pretendía ser una advertencia a la humanidad sobre los peligros de esta tecnología. Más tarde, en el siglo XX, se amplió para considerar otras amenazas de origen humano.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/506268/original/file-20230125-22-6yb4mn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="una cúpula blanca brillante sobre un fondo gris" src="https://images.theconversation.com/files/506268/original/file-20230125-22-6yb4mn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/506268/original/file-20230125-22-6yb4mn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=446&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/506268/original/file-20230125-22-6yb4mn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=446&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/506268/original/file-20230125-22-6yb4mn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=446&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/506268/original/file-20230125-22-6yb4mn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=561&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/506268/original/file-20230125-22-6yb4mn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=561&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/506268/original/file-20230125-22-6yb4mn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=561&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Una cúpula de plasma producida por la primera detonación de un arma atómica el 16 de julio de 1945 durante las investigaciones del Proyecto Manhattan en Nuevo México.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Shutterstock)</span></span>
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<p>En 1991, el reloj se colocó a 17 minutos de la medianoche, lo más lejos que ha estado nunca del día del juicio final. Este cambio se produjo tras <a href="https://www.history.com/topics/cold-war/fall-of-soviet-union">el colapso de la Unión Soviética</a> y la firma del <a href="https://www.armscontrol.org/factsheets/start1">Tratado de Reducción de Armas Estratégicas por parte de Estados Unidos y Rusia</a>. Durante los años 90 el mundo se sintió algo más seguro.</p>
<p>En la década de 2010, estuvimos muy cerca de colocarnos al borde de una guerra nuclear, aunque no tanto como ahora. </p>
<p>Las relaciones de Estados Unidos con otras potencias nucleares mundiales como <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/oct/12/nuclear-weapons-russia-china-us-national-security-strategy">Rusia y China</a> eran cada vez más tensas. Se había abandonado el <a href="https://www.cfr.org/backgrounder/what-iran-nuclear-deal">acuerdo nuclear con Irán</a>, lo que afectó a la <a href="https://www.thecairoreview.com/essays/what-losing-the-iran-deal-could-mean-for-the-region/">geopolítica de Oriente Próximo</a>. La amenaza del arsenal nuclear de Corea del Norte <a href="https://foreignpolicy.com/2022/12/08/north-korea-tactical-nuclear-threat/">se encontraba en una nueva fase alarmante</a>. Junto con la <a href="https://www.theguardian.com/us-news/2022/mar/23/donald-trump-nuclear-weapons-russia">peligrosa retórica del expresidente Donald Trump</a> y el ascenso global de la extrema derecha, todo apuntaba a que la década de 2020 iba a ser una época tumultuosa.</p>
<p>En 2023, las crisis mundiales a las que nos enfrentamos tienen consecuencias devastadoras y efectos potencialmente más duraderos. Nuestro momento actual es insostenible, sobre todo porque las amenazas catastróficas se multiplican e intensifican. </p>
<p>Las crisis se amontonan y van desde la invasión rusa de Ucrania con <a href="https://www.atlanticcouncil.org/blogs/ukrainealert/putins-nuclear-blackmail-must-not-prevent-the-liberation-of-crimea/">las amenazas nucleares apenas veladas de Vladimir Putin</a> hasta las tensiones sociales y económicas aún presentes en el <a href="https://www.voanews.com/a/friday-marks-2nd-anniversary-of-covid-pandemic/6480486.html">tercer año de la pandemia de covid-19</a>. Se trata de desafíos sin precedentes para la supervivencia humana.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/506271/original/file-20230125-20-102fb3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="un soldado armado con uniforme militar ruso monta guardia en el exterior de una fábrica" src="https://images.theconversation.com/files/506271/original/file-20230125-20-102fb3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/506271/original/file-20230125-20-102fb3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/506271/original/file-20230125-20-102fb3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/506271/original/file-20230125-20-102fb3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/506271/original/file-20230125-20-102fb3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/506271/original/file-20230125-20-102fb3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/506271/original/file-20230125-20-102fb3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La central nuclear de Zaporiya, en el sureste de Ucrania, se encontraba en territorio controlado por Rusia cuando un misil ruso dañó una subestación eléctrica distante, aumentando el riesgo de catástrofe radiactiva.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(AP Photo/File)</span></span>
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<h2>Ansiedad apocalíptica</h2>
<p>Como el Reloj del Juicio Final está ahora a 90 segundos de la medianoche, la situación añade estrés a una población mundial ya ansiosa. </p>
<p>En Europa, <a href="https://www.nytimes.com/2022/03/12/world/europe/ukraine-europe-nuclear-war-anxiety.html">los temores a la covid-19 fueron rápidamente sustituidos por temores a una guerra nuclear</a>. </p>
<p><a href="https://doi.org/10.2190/H1EP-3HHW-3NYW-FXQ9">La ansiedad producida por el miedo a morir está relacionada con la ansiedad nuclear</a>, y la amenaza de guerra nuclear provocada por los titulares diarios <a href="https://www.bbc.com/worklife/article/20220929-the-unsettling-power-of-existential-dread">podría moldear nuestra forma de pensar y actuar</a>. </p>
<p>Las armas nucleares provocan una <a href="https://www.icanw.org/dealing_with_nuclear_anxiety">ansiedad existencial especial</a>, ya que las armas de destrucción masiva tienen el potencial de erradicar culturas, tierras, lenguas y vidas enteras. En caso de ataque nuclear, el futuro se vería alterado de un modo que nos resultaría inconcebible procesar.</p>
<p>El filósofo Langdon Winner escribió que “durante la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, en cierto sentido <a href="https://press.uchicago.edu/ucp/books/book/chicago/W/bo49911830.html">todos nosotros nos convertimos en sujetos involuntarios de una vasta serie de experimentos biológicos y sociales</a>, cuyos resultados se hicieron evidentes muy lentamente”.</p>
<p>Para los que crecieron durante el apogeo de la Guerra Fría a mediados del siglo XX, y hasta principios de la década de 1980, <a href="https://www.discovermagazine.com/mind/nuclear-anxiety-is-nothing-new-heres-how-to-handle-it">el resurgimiento de estas preocupaciones tiene aires de <em>déjà vu</em></a>. Con el objetivo de contrarrestar este temor recurrente, <a href="https://www.health.harvard.edu/blog/war-anxiety-how-to-cope-202205232748">las herramientas para afrontarlo incluyen</a> limitar la exposición a los medios de comunicación, acercarse a los demás, cultivar la compasión y cambiar de rutinas.</p>
<h2>El momento de actuar es ahora</h2>
<p>El significado del Reloj del Juicio Final como metáfora es un símbolo gráfico de la multiplicación de los peligros provocados por el hombre. A medida que se acerca la medianoche, la urgencia de la amenaza se intensifica. </p>
<p>Vivamos o no en una de las <a href="https://fas.org/issues/nuclear-weapons/status-world-nuclear-forces/">nueve naciones poseedoras de armas nucleares</a>, todos nos hemos convertido en sujetos involuntarios del experimento que comenzó con <a href="https://www.energy.gov/lm/doe-history/manhattan-project-background-information-and-preservation-work/manhattan-project-1">la detonación de la primera arma atómica</a>.</p>
<p>En 2023, el Reloj del Juicio Final nos dice que estamos a 90 segundos metafóricos de la extinción autoinfligida. El tiempo apremia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/198622/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jack L. Rozdilsky es profesor de la Universidad de York y recibe financiación externa de los Institutos Canadienses de Investigación Sanitaria como coinvestigador en un proyecto financiado con cargo a la subvención de funcionamiento Canadian 2019 Novel Coronavirus (COVID-19) Rapid Research Funding.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Christian Faize Canaan no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En 1945, científicos nucleares crearon el Reloj del Juicio Final para advertir de las amenazas de origen humano. Nunca hemos estado tan cerca como ahora de un desastre global.Jack L. Rozdilsky, Associate Professor of Disaster and Emergency Management, York University, CanadaChristian Faize Canaan, Master’s student, Disaster and Emergency Management, York University, CanadaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1874902022-09-11T17:42:26Z2022-09-11T17:42:26Z‘Crónicas marcianas’, de Ray Bradbury: cómo evitar la destrucción de la humanidad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/481291/original/file-20220826-14-nguhqg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1690%2C2507&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Imagen de portada de la edición en inglés de 'Crónicas marcianas' de 1958, editada por Doubleday & Co.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/uflinks/4956475896">RA.AZ / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>“¡No me dejen en este mundo horrible! ¡Tengo que escaparme! ¡Va a haber una guerra atómica! ¡No me dejen en la Tierra!”, grita desesperado el protagonista de la crónica “Marzo de 2031. El contribuyente”. En realidad Pritchard es la única persona que dice la verdad, el loco al que “los hombres de uniforme” se llevarán a rastras a comisaría al considerarle una grave amenaza por haberse atrevido a predecir la catástrofe nuclear que acabará con la Tierra. </p>
<p>En <em>Crónicas marcianas</em>, de Ray Bradbury, nos encontramos ante una serie de relatos cortos que tejen y componen un todo, un compendio de historias con vocación de novela que el autor articula como una magistral tela de araña argumental. Esto es clave para vertebrar las ideas que estructuran la filosofía del libro, diluida entre las fronteras de la fantasía y la ciencia ficción. El narrador omnisciente cuenta, a lo largo de veintisiete crónicas, un hipotético futuro que sucede entre enero de 2030 y octubre de 2057.</p>
<p>En las primeras veinte historias, Bradbury va preparando al lector para que sea testigo de cómo la vida en la Tierra va haciéndose insostenible desde el punto de vista geopolítico y ecológico. La primera crónica, “Enero de 2030. El verano del cohete”, advierte ya de las desastrosas consecuencias de un inminente cambio climático. Los últimos siete relatos tienen la guerra nuclear como telón de fondo argumental. </p>
<h2>El sueño americano… en Marte</h2>
<p><em>Crónicas marcianas</em> fue publicada en 1950, tras la Segunda Guerra Mundial, en plena Guerra Fría y bajo la amenaza de un conflicto nuclear entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Dentro de ese contexto histórico, Bradbury proyecta la idea del sueño americano mediante una nueva frontera. Esta vez son los colonos de las estrellas quienes incurren en los mismos pecados del pasado: la imposición de la civilización a costa de la destrucción del nativo y del entorno. </p>
<p>Todos estos nuevos emigrantes espaciales son americanos que ocupan Marte y acaban infestándolo de gérmenes terrícolas como el de la varicela, que virtualmente aniquila hasta el último de los marcianos. </p>
<p>Con el paso del tiempo, <a href="https://www.upress.state.ms.us/Books/C/Conversations-with-Ray-Bradbury">en una entrevista del año 1990 a Rob Couteau</a>, Bradbury recordaba: </p>
<blockquote>
<p>“La Segunda Guerra Mundial fue una época muy negativa, con la bomba atómica (…). Fue a mediados del 46 o del 47 cuando iban a hacer explotar una cabeza nuclear en unas islas. Los científicos no tenían claro si la Tierra estallaría. ¿Podría la Tierra echar a arder y explotar por completo? (…) Gracias a Dios no sucedió. Escribí historias basadas en ese asunto, que incluí en <em>Crónicas marcianas</em>”. </p>
</blockquote>
<p>En este artículo nos centraremos en dos crónicas que cierran el libro, aquellas en las que Bradbury supura sus mayores miedos. En “Agosto de 2057. Vendrán lluvias suaves”, las guerras atómicas en la Tierra han acabado con todo vestigio de vida, salvo con nuestros avances tecnológicos, que serán los legítimos herederos de una Tierra baldía. En “Octubre de 2057. El pícnic de un millón de años”, los humanos nos convertimos en obligados “refugiados” en un nuevo planeta, Marte, tras haber destruido el nuestro. </p>
<h2>Aceptación/negación</h2>
<p>Con un marcado tinte existencialista cargado de humor negro, en la escena final de “Agosto de 2057. Vendrán lluvias suaves”, una casa-robot, a punto de derrumbarse, se resiste a su trágica e inexorable desaparición: “Hoy es 5 de agosto de 2057, hoy es 5 de agosto de 2057, hoy es…”. </p>
<p>El protagonista de esta crónica no es un ser humano, sino una casa en extremo mecanizada. Tras la muerte de sus anteriores propietarios y moradores, provocada por una bomba atómica, esta casa-robot sigue “viva”, realizando puntualmente todas sus funciones para facilitar la vida de unos moradores ya fallecidos. Cuando al final de la crónica, el inmueble comienza a arder debido a un accidente fortuito, insiste en aferrarse a la vida recurriendo a todos los dispositivos tecnológicos disponibles.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/481576/original/file-20220829-22-9oge3l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dos oficiales de la NASA en un pasaje desértico." src="https://images.theconversation.com/files/481576/original/file-20220829-22-9oge3l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/481576/original/file-20220829-22-9oge3l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=452&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/481576/original/file-20220829-22-9oge3l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=452&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/481576/original/file-20220829-22-9oge3l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=452&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/481576/original/file-20220829-22-9oge3l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=568&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/481576/original/file-20220829-22-9oge3l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=568&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/481576/original/file-20220829-22-9oge3l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=568&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Rock Hudson y Bernie Casey en la adaptación televisiva de <em>Crónicas marcianas</em> de (1980).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.imdb.com/title/tt0080242/mediaviewer/rm3015012096?ref_=ttmi_mi_all_sf_11">IMDB</a></span>
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</figure>
<p>La crónica plantea la dicotomía entre la aceptación de la muerte, como un proceso natural por parte del ser humano, y la negación de la muerte, como parte del circuito artificial del robot. </p>
<p><a href="https://hatandbeard.com/products/listen-to-the-echoes-the-ray-bradbury-interviews">Entrevistado en 1985 por Sam Weller</a>, uno de los mayores especialistas en su vida y obra, Bradbury revelará la fuente de inspiración de dicha crónica, volviendo a confesar sus más profundos temores ante una hipotética guerra nuclear: </p>
<blockquote>
<p>“Compré el periódico tras el bombardeo de Hiroshima, y traía la fotografía de una casa con las sombras de sus moradores quemados por la deflagración de la bomba. Los japoneses murieron, pero quedaron sus sombras. Me afectó tanto que escribí la historia”. </p>
</blockquote>
<p>Bradbury nos advierte en esta crónica –que en la obra traslada a la ciudad de Allendale, en California– de que nuestros avances científicos y tecnológicos parecen perpetuar el mundo que nosotros somos incapaces de preservar y salvar. Pese a su sofisticación y eficiencia, estos avances acabarán siendo el último vestigio de nuestra ingenuidad, condenados también a arder como el resto de nuestra civilización si no hacemos nada por evitarlo. La crónica no solo critica la utilización del armamento nuclear, sino, sobre todo, el hecho de haber confiado nuestras vidas únicamente a los robots, a la tecnología. </p>
<h2>Reflexionar sobre el pasado para gestionar el futuro</h2>
<p>La gran duda y pregunta que Bradbury plantea es si el ser humano será capaz de tomar nota y atender a la advertencia que arroja el protagonista del último relato. Dirigiéndose a su esposa y tres hijos, en un Marte urgido a convertirse en una nueva Tierra prometida tras la destrucción del planeta Tierra por las bombas atómicas, este les confiesa: “La Tierra ya no existe; no volverá́ a haber viajes interplanetarios durante muchos siglos, tal vez nunca” (“Octubre de 2057. El pícnic de un millón de años”). </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/481174/original/file-20220825-8254-cyguo0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Portada de la nueva edición española de _Crónicas marcianas_ de Ray Bradbury." src="https://images.theconversation.com/files/481174/original/file-20220825-8254-cyguo0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/481174/original/file-20220825-8254-cyguo0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=915&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/481174/original/file-20220825-8254-cyguo0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=915&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/481174/original/file-20220825-8254-cyguo0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=915&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/481174/original/file-20220825-8254-cyguo0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1150&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/481174/original/file-20220825-8254-cyguo0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1150&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/481174/original/file-20220825-8254-cyguo0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1150&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Última traducción al español de la obra, actualizada con la nueva cronología de las crónicas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.catedra.com/libro/letras-populares/cronicas-marcianas-ray-bradbury-9788437644462/">Cátedra</a></span>
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</figure>
<p>El camino que nos encontramos hoy día para intentar sortear estos males, en especial el de la bomba atómica, con el telón de fondo del armamento nuclear en el seno de Europa y una guerra provocada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, es largo y escabroso. La realidad nos sitúa ante el abismo de un escenario distópico, pues hemos entrado de lleno en una nueva Guerra Fría. </p>
<p>Si queremos descifrar las advertencias humanistas de todos estos relatos, estaremos a tiempo de prevenir la destrucción de nuestro mundo y civilización. Pero nosotros tenemos otro problema añadido: sabemos que Marte no es el paraíso que creían y querían habitar los personajes de estas crónicas. No hay escapatoria, estamos condenados a escribir un mundo mejor y más justo aquí mismo, en la Tierra. </p>
<p>En estas crónicas advertimos que nuestra sociedad necesita a Bradbury más que nunca. El progreso humanista solo se produce cuando el ser humano está por encima de la influencia de los <em>lobbies</em> y de la propaganda política, de los avances científicos y tecnológicos, y no al revés. </p>
<p><em>Crónicas marcianas</em> da una lección magistral sobre humanismo y educación, los antídotos que pueden paliar y prevenir estas enfermedades de nuestro mundo. <a href="https://books.google.es/books?id=gc3LDgAAQBAJ&printsec=copyright&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false">En una entrevista en 1982</a>, Bradbury era muy concluyente: “La gente me pide que prediga el futuro cuando lo único que quiero es prevenirlo”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187490/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jesús Isaías Gómez López no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La colección de relatos ‘Crónicas marcianas’ de Ray Bradbury está de actualidad ante el riesgo de un nuevo accidente nuclear por el conflicto entre Rusia y Ucrania.Jesús Isaías Gómez López, Filología Inglesa, Universidad de AlmeríaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1759552022-04-26T16:51:23Z2022-04-26T16:51:23ZAldous Huxley nos previno ante una Tercera Guerra Mundial atómica<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/459511/original/file-20220425-25-kbjv26.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C1479%2C1046&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Uno de los 'Disparates' de Goya ('La mujer y el potro, que los dome otro'), mencionado en 'Mono y esencia'.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Goya_-_Ausgelassene_Torheit_1819-23.jpeg">Oberösterreichische Landesmuseen / Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>Cuando <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Aldous_Huxley">Aldous Huxley</a> publica su novela <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Un_mundo_feliz"><em>Un mundo feliz</em></a> en febrero de 1932, la obra le consagra como uno de los referentes intelectuales del siglo XX. Dieciséis años después, en agosto de 1948, escribe otra novela distópica, <a href="https://www.catedra.com/libro/letras-populares/mono-y-esencia-aldous-huxley-9788437636795/"><em>Mono y esencia</em></a>. El libro sale a la venta en pleno telón de acero, con el mundo dividido en dos irreconciliables grandes bloques geopolíticos –la Unión Soviética y los gobiernos de Occidente– y enfrentándose a la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial librada con armamento nuclear.</p>
<h2>El escenario posapocalíptico</h2>
<p>La absoluta desconfianza de Huxley en la deriva que toman los ideales, los nacionalismos y el progreso científico de mediados del siglo XX le lleva, con fundado temor, a dar un paso más allá. El autor no espera a que se desencadene un holocausto nuclear, sino que pasa directamente a visionar y predecir el posapocalíptico escenario que le sucede. Contra todo pronóstico, el resultado, el reino de Belial en el sur de California en el año 2108, no provoca la fuerte repercusión que en el lector había causado <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Un_mundo_feliz">la científicamente edulcorada civilización del Estado Mundial</a>. </p>
<p>Desde su publicación hasta nuestros días, una de las cuestiones que sigue creando mayor expectación entre la crítica es encontrarle explicación a la especie de limbo literario en que cae la obra. Ni siquiera la apuesta de Huxley por un novedoso estilo narrativo, donde se construye la argumentación desde el lenguaje propiamente cinematográfico, fue suficiente para ser tratada como tema de estudio desde una perspectiva puramente semiótica. </p>
<p>La razón parece evidente: la fuerte repercusión literaria de <em>Un mundo feliz</em> y la proximidad temporal de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/1984_(novela)"><em>1984</em></a> de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/George_Orwell">George Orwell</a> destinan y condenan a <em>Mono y esencia</em> a convertirse en uno de los grandes «clásicos olvidados» de nuestra era contemporánea. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/459516/original/file-20220425-26-e0uzo3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/459516/original/file-20220425-26-e0uzo3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/459516/original/file-20220425-26-e0uzo3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=818&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/459516/original/file-20220425-26-e0uzo3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=818&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/459516/original/file-20220425-26-e0uzo3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=818&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/459516/original/file-20220425-26-e0uzo3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1028&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/459516/original/file-20220425-26-e0uzo3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1028&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/459516/original/file-20220425-26-e0uzo3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1028&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato de Aldous Huxley, 1947.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aldous_Huxley_1947.png">Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>En nuestros días, la amenaza de una Tercera Guerra Mundial pasada por bombas atómicas, con un Putin que mantiene en jaque a la población mundial, vuelve a convertir el “terror nuclear” en una de las causas de mayor preocupación en nuestra sociedad occidental. Por tanto, es oportuno rescatar el mensaje visionario que Huxley ofrece a la humanidad en 1948 con <em>Mono y esencia</em>: existe la posibilidad de que una inesperada guerra librada con armamento nuclear destruya la civilización tal y como la entendemos y nos acabe reduciendo a una especie de humano-bestia ya incapaz de volver a erigir la humanidad.</p>
<p>Teniendo en cuenta la importancia que el fundamentalismo religioso y político adquieren en la pseudocivilización representada en la novela, el lector se encuentra ahora ante una inmejorable oportunidad de leer y reinterpretar esta seria advertencia sobre nuestro futuro más inmediato. </p>
<p>En la ficción, el ser humano se ve instado a elegir entre uno de estos dos escenarios de la novela: </p>
<ul>
<li><p>Como dicen en el libro: «Hablar de paz para acabar con la guerra, o hablar de democracia independiente».</p></li>
<li><p>O dejarnos degradar como humanos hasta el punto de convertirnos en simples bestias adocenadas y guiadas por la versión más tétrica de la política, con independencia de ideologías. </p></li>
</ul>
<h2>Recepción en español</h2>
<p>En <em>Mono y esencia</em>, un abatido modelo social adopta la fórmula de Estado: «Miedo a las instituciones, demostrablemente fatales, por las que, en nuestra lealtad suicida, estamos dispuestos a matar y morir». Para nuestra suerte y desgracia, su mensaje visionario está a día de hoy más vigente que nunca. </p>
<p>Si a principios de los cincuenta la advertencia de la novela fue eclipsada por la infatigable y cruenta mirada del Gran Hermano de Orwell y por el Gran Estado de <em>Un mundo feliz</em>, en nuestros días encuentra una casi exacta reproducción precisamente en el monstruoso orden mundial que Rusia pretende imponer a cualquier precio. </p>
<p>La tímida repercusión de <em>Mono y esencia</em> en el panorama literario anglosajón podría haber retrasado su edición en español. Esto, por fortuna, no sucedió, gracias a la incondicional seguidora y amiga de Huxley, la escritora y editora argentina Victoria Ocampo. Ella fue quien impulsó la primera edición de <em>Mono y esencia</em> en español en 1951, apenas dos años después de la edición inglesa. La traducción entonces corrió a cargo del escritor y traductor catalán, exiliado en Argentina, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A8sar_August_Jordana">Cèsar August Jordana</a> (1893-1958). </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/459512/original/file-20220425-22-t59gfn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/459512/original/file-20220425-22-t59gfn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/459512/original/file-20220425-22-t59gfn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=920&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/459512/original/file-20220425-22-t59gfn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=920&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/459512/original/file-20220425-22-t59gfn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=920&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/459512/original/file-20220425-22-t59gfn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1156&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/459512/original/file-20220425-22-t59gfn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1156&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/459512/original/file-20220425-22-t59gfn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1156&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Portada de la última edición en español de <em>Mono y esencia</em>, de la Editorial Cátedra.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.catedra.com/libro/letras-populares/mono-y-esencia-aldous-huxley-9788437636795/">Editorial Cátedra</a></span>
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</figure>
<p>La última edición de <em>Mono y esencia</em>, de cuya edición y traducción me he encargado, la ofrece <a href="https://www.catedra.com/libro/letras-populares/mono-y-esencia-aldous-huxley-9788437636795/">la editorial Cátedra en el año 2017</a>, e incluye un exhaustivo estudio preliminar sobre la obra, con abundantes notas textuales y una traducción que reinterpreta las voces, los mensajes hipnopédicos y los registros del texto original inglés en su adaptación al español. </p>
<p>Aldous Huxley, con esta alegórica fábula moral de nuestro tiempo, <a href="https://books.google.es/books/about/Adonis_and_the_Alphabet.html?id=GORaAAAAMAAJ&redir_esc=y">nos recuerda que</a> «gracias a las palabras hemos podido superar a las bestias; y gracias a las palabras, a menudo nos hemos puesto al nivel de los demonios».</p>
<p>Esperemos que <em>Mono y esencia</em> nunca salte de la ficción a la realidad y siga siendo esa lectura necesaria y oportuna que nos invita a una reflexión serena para aprender a reconocer, y así frenar, “con las palabras” y no con la guerra, los demonios que merodean por la naturaleza humana. </p>
<p>Quedémonos con la reflexión que el autor de otra gran distopía, <em>La naranja mecánica</em>, <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Anthony_Burgess">Anthony Burgess</a>, <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Ninety-nine_Novels">realizase en su día sobre <em>Mono y esencia</em></a>: </p>
<blockquote>
<p>“Novelas como ‘Mono y esencia’ parecen, ahora más que nunca, productos de su tiempo (PosHiroshima), bastante anacrónicas. Pero esta es Huxliana, inteligente, brutal, reflexiva, original, y su línea argumental cautiva nuestra mente… Es una visión nauseabunda de un futuro más que posible… El hombre nuclear ha revertido en el simio”.</p>
</blockquote><img src="https://counter.theconversation.com/content/175955/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jesús Isaías Gómez López es responsable de la edición y traducción de "Mono y esencia", de Aldous Huxley, para la editorial Cátedra publicada en 2017. </span></em></p>Dieciséis años después de publicar la distopía ‘Un mundo feliz’, el novelista Aldous Huxley retrató un mundo posapocalíptico en ‘Mono y esencia’, un libro que no tuvo tanto éxito en su momento y que ahora está de plena actualidad.Jesús Isaías Gómez López, Filología Inglesa, Universidad de AlmeríaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1805542022-04-03T20:01:09Z2022-04-03T20:01:09Z¿Qué países tienen armas nucleares y dónde están?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/455939/original/file-20220403-23-rcruxk.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C125%2C2190%2C948&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos realiza un lanzamiento de prueba de una bomba B61-12 en diciembre de 2021. Esa bomba puede alojar una cabeza nuclear para su uso en tiempos de guerra.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://discover.lanl.gov/news/1220-b61-12-reaches-milestone"> Los Alamos National Laboratory</a></span></figcaption></figure><p>La invasión rusa de Ucrania <a href="https://www.vice.com/en/article/jgmke8/nuclear-war-anxiety-is-back-heres-how-to-manage-it">ha suscitado el temor de la opinión pública</a> al <a href="https://www.bloomberg.com/news/articles/2022-03-23/how-russia-has-revived-fears-of-nuclear-war-in-europe-quicktake">uso de armas nucleares</a> en Europa o contra Estados Unidos. <a href="https://www.usnews.com/news/politics/articles/2022-03-28/nuclear-fears-in-us-amid-russia-ukraine-war-ap-norc-poll">Este nivel de preocupación</a> no se había visto desde el final de la Guerra Fría.</p>
<p>Los países de la OTAN se han visto sorprendidos por las amenazas implícitas del presidente ruso, Vladimir Putin, de utilizar armas nucleares contra “quienquiera que interfiera con nosotros” en Ucrania, y por haber dispuesto a oficiales nucleares adicionales en turnos bajo un “<a href="https://theconversation.com/as-putin-puts-nuclear-forces-on-high-alert-here-are-5-genuine-nuclear-dangers-for-us-all-177923">régimen especial de servicio de combate</a>”.</p>
<p><iframe id="b2L6s" class="tc-infographic-datawrapper" src="https://datawrapper.dwcdn.net/b2L6s/2/" height="400px" width="100%" style="border: none" frameborder="0"></iframe></p>
<p>Tanto Rusia como Estados Unidos tienen miles de armas nucleares, la mayoría de las cuales son al menos cinco veces más potentes que las bombas atómicas que arrasaron Hiroshima y Nagasaki en 1945. Entre ellas hay unas 1 600 en cada bando capaces de alcanzar objetivos en todo el mundo.</p>
<p>Estas cifras se acercan a los límites permitidos por el <a href="https://www.armscontrol.org/factsheets/NewSTART">Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas</a> de 2011, a menudo llamado “Nuevo START”, que es el único tratado de control de armas nucleares actualmente activo entre Rusia y Estados Unidos. Sus arsenales incluyen misiles balísticos intercontinentales, más conocidos como ICBM, y misiles balísticos lanzados desde submarinos, así como misiles lanzados desde aviones especializados. Muchos de esos misiles pueden estar equipados con múltiples ojivas nucleares que pueden lanzarse sobre diferentes objetivos.</p>
<p>Para garantizar que los países respetan los límites de ojivas y misiles, el tratado incluye sistemas para que ambas partes supervisen y verifiquen su cumplimiento. En 2018, tanto Rusia como Estados Unidos <a href="https://www.themoscowtimes.com/2018/02/19/us-russia-tension-flares-over-nuclear-arms-control-now-at-risk-a60545">habían cumplido sus obligaciones</a> en virtud del Nuevo START, y a principios de 2021 <a href="https://www.armscontrol.org/act/2021-03/news/us-russia-extend-new-start-five-years">el tratado se prorrogó cinco años más</a>.</p>
<p>Los arsenales nucleares de ambos países también incluyen cientos de armas nucleares de menor alcance, que no están cubiertas por ningún tratado. Actualmente, Rusia tiene casi 2 000 de ellas, <a href="https://thebulletin.org/premium/2022-02/nuclear-notebook-how-many-nuclear-weapons-does-russia-have-in-2022/">unas 10 veces más</a> que Estados Unidos, según las estimaciones no gubernamentales más citadas.</p>
<p>Se cree que alrededor de la mitad de las aproximadamente 200 armas estadounidenses de menor alcance están desplegadas <a href="https://armscontrolcenter.org/fact-sheet-u-s-nuclear-weapons-in-europe/">en cinco países de la OTAN en Europa</a>: Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía, aunque Estados Unidos no confirma ni desmiente su ubicación. En tiempos de guerra, los aviones aliados despegarían de esos lugares y volarían hacia sus objetivos antes de lanzar las bombas.</p>
<p><iframe id="ryLq8" class="tc-infographic-datawrapper" src="https://datawrapper.dwcdn.net/ryLq8/2/" height="400px" width="100%" style="border: none" frameborder="0"></iframe></p>
<p>Otros dos miembros de la OTAN, Francia y el Reino Unido, también poseen sus propios arsenales nucleares. Tienen varios cientos de armas nucleares cada uno, muchas menos que las superpotencias nucleares. Francia tiene tanto misiles nucleares de lanzamiento desde submarinos como misiles nucleares de crucero para lanzar desde aviones; <a href="https://thebulletin.org/premium/2021-05/nuclear-notebook-how-many-nuclear-weapons-does-the-united-kingdom-have-in-2021/">el Reino Unido sólo tiene armas nucleares para ser lanzadas desde submarinos</a>. Ambos países han revelado públicamente el tamaño y la naturaleza de sus arsenales, pero ninguno de ellos es o ha sido parte de los acuerdos de control de armas entre Estados Unidos y Rusia.</p>
<p>Estados Unidos, el Reino Unido y Francia protegen a otros aliados de la OTAN bajo sus “<a href="https://www.nato.int/cps/en/natohq/news_185000.htm">paraguas nucleares</a>”, de acuerdo con el compromiso de la OTAN de que un ataque a cualquier aliado se considerará un ataque a toda la alianza.</p>
<p>El <a href="https://thebulletin.org/premium/2020-12/nuclear-notebook-chinese-nuclear-forces-2020/link">arsenal nuclear de China</a> tiene actualmente un tamaño similar al de los arsenales del Reino Unido y Francia. Pero está creciendo rápidamente, y algunos funcionarios estadounidenses temen que China <a href="https://media.defense.gov/2021/Nov/03/2002885874/-1/-1/0/2021-CMPR-FINAL.PDF">esté buscando la paridad</a> con Estados Unidos. China, Francia y el Reino Unido no están sujetos a ningún tratado de control de armas.</p>
<p><a href="https://thebulletin.org/premium/2020-07/nuclear-notebook-indian-nuclear-forces-2020/">India</a>, <a href="https://thebulletin.org/premium/2021-09/nuclear-notebook-how-many-nuclear-weapons-does-pakistan-have-in-2021/">Pakistán</a> e <a href="https://thebulletin.org/premium/2022-01/nuclear-notebook-israeli-nuclear-weapons-2022/">Israel</a> tienen docenas de armas nucleares cada uno. Ninguno de ellos ha firmado el <a href="https://treaties.unoda.org/t/NPT">Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares</a>, en el que los firmantes se comprometieron a limitar la posesión de armas nucleares a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, cada uno de los cuales ya poseía armas nucleares antes de firmarlo.</p>
<p>Corea del Norte, que también posee decenas de armas nucleares, firmó ese tratado en 1985, pero se retiró en 2003. Corea del Norte <a href="https://doi.org/10.1080/00963402.2021.1940803">ha probado repetidamente</a> armas nucleares y los misiles que las transportan.</p>
<p>Ha habido armas nucleares en otros países. Cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991, las repúblicas que se convirtieron en Bielorrusia, Ucrania y Kazajstán tenían armas nucleares de origen soviético en su territorio. A cambio de <a href="https://theconversation.com/ukraine-got-a-signed-commitment-in-1994-to-ensure-its-security-but-can-the-us-and-allies-stop-putins-aggression-now-173481">garantías internacionales para su seguridad</a>, los tres países transfirieron sus armas a Rusia.</p>
<p>Afortunadamente, ninguna de estas armas se ha utilizado en una guerra desde los bombardeos estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Pero, como nos recuerdan los últimos acontecimientos, el riesgo de su uso sigue siendo una posibilidad aterradora.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/180554/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Miles A. Pomper y la CNS reciben financiación de varios gobiernos de la OTAN. Es miembro senior de la CNS.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Vasilii Tuganov recibe financiación del Institute of International Education como estudiante graduado visitante Fulbright y participante en el programa de becas profesionales Edmund Muskie. Trabaja para el CNS como asistente de investigación de posgrado.
</span></em></p>Tanto los arsenales rusos como los estadounidenses cuentan con miles de armas nucleares, situadas en diversos lugares de sus propios países y, en el caso de Estados Unidos, también en Europa.Miles A. Pomper, Senior Fellow, James Martin Center for Nonproliferation Studies, MiddleburyVasilii Tuganov, Graduate Research Assistant at James Martin Center for Nonproliferation Studies, MiddleburyLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1789522022-03-10T22:08:08Z2022-03-10T22:08:08ZLa guerra en Ucrania y los riesgos de confiar en la disuasión nuclear a largo plazo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/451421/original/file-20220310-23-yx7t9v.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C7%2C5054%2C3379&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/nuclear-fallout-radioactive-cloud-over-world-760020211">Shutterstock / Lightspring</a></span></figcaption></figure><p>A juzgar por los múltiples análisis que aparecen estos días en los medios de comunicación, la guerra en Ucrania ha sido más o menos esperada por los analistas políticos, expertos en geopolítica y relaciones internacionales. Sin embargo, no sabemos cuál será su desenlace. </p>
<p>La razón es clara: existe una incertidumbre inherente asociada a la guerra que supera toda planificación y diseño estratégico de los asesores y analistas que pueda haber detrás de cada administración o gobierno de un país. En cualquier situación de guerra siempre se deberá lidiar con factores impredecibles o que puedan verse modificados durante el transcurso de una operación bélica.</p>
<p>La guerra en Ucrania ha vuelto a poner de relieve el papel que la disuasión y, en su máximo exponente, la disuasión nuclear, pueden llegar a tener en dichas planificaciones y posibles desenlaces. </p>
<p>La amenaza nuclear en la guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto la fragilidad del actual y cambiante orden internacional ante los riesgos de confiar en la disuasión nuclear como garantía de seguridad frente a las adversidades. Las consecuencias para la población civil, así como sus posibles graves consecuencias ambientales, aumentan la complejidad que conllevan asociadas las <a href="https://revistas.uam.es/reim/article/view/reim2020_28_006">armas nucleares</a>. </p>
<h2>La teoría de la disuasión nuclear</h2>
<p>Si analizamos la <a href="https://doi.org/10.21308/recp.54.05">teoría de la disuasión</a>, encontraremos un sinfín <a href="https://raco.cat/index.php/RevistaCIDOB/article/view/27870">de artículos académicos</a> con argumentos a favor y en contra del elemento central que nos presenta la teoría de la <a href="https://revista.ieee.es/article/view/258">disuasión nuclear</a>: el hecho o la ilusión de llegar a pensar que poseer capacidades nucleares puede ser una garantía de seguridad a largo plazo. </p>
<p>Y es precisamente en este punto donde la vulnerabilidad de la disuasión nuclear reaparece: para que la disuasión nuclear funcione en una situación de conflicto entre dos potencias nucleares y que finalmente esta no se llegue a producir, los costes asociados a una hipotética situación de destrucción mutua asegurada deben ser iguales (situación conocida en inglés bajo el <a href="https://www.britannica.com/topic/mutual-assured-destruction">acrónimo MAD</a>). Dicho de otra manera, todos los actores implicados deben considerar de igual modo la ecuación de cálculos de costes beneficios de llegar a desplegar o utilizar su armamento nuclear, de tal modo que la probabilidad de que llegasen a aniquilarse mutuamente precisamente sería el hecho que frenaría que se diera la confrontación. </p>
<p>No obstante, la historia nos demuestra la triste paradoja de que poseer armas nucleares como garante de seguridad, lejos de su voluntad o razón de ser inicial, aumenta de facto el riesgo de una escalada nuclear. La guerra en Ucrania es un escenario más en donde reaparecen las dudas sobre si la teoría de la disuasión nuclear funcionaría más allá de la teoría o de si un fallo de cálculos por parte de una de las dos partes pueden terminar en un fatídico desenlace. </p>
<h2>Los dilemas del desenlace en Ucrania</h2>
<p>Analizar la probabilidad de un posible desenlace nuclear en la guerra en Ucrania se encuentra lleno de dilemas, complejidades y dudas que nos transportan a explorar y repasar los orígenes de la teoría de la disuasión nuclear, su consolidación durante la Guerra Fría y posterior evolución. </p>
<p>Es momento para detenerse a pensar y analizar de manera global los riesgos de la disuasión nuclear en Ucrania o más allá, en su posible papel desestabilizador en cualquier conflicto internacional. Según estimaciones del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), solo en 2021 existían más de 13 000 armas nucleares en el mundo, siendo Rusia (6 255) y Estados Unidos (5 550) los países que encabezan <a href="https://sipri.org/media/press-release/2021/global-nuclear-arsenals-grow-states-continue-modernize-new-sipri-yearbook-out-now">la lista</a>. Sin duda alguna, Ucrania es un escenario más donde los dilemas de la disuasión nuclear reaparecen. </p>
<p><strong>Número de ojivas nucleares en 2021</strong></p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/451419/original/file-20220310-27-19oqm2m.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/451419/original/file-20220310-27-19oqm2m.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/451419/original/file-20220310-27-19oqm2m.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=228&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/451419/original/file-20220310-27-19oqm2m.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=228&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/451419/original/file-20220310-27-19oqm2m.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=228&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/451419/original/file-20220310-27-19oqm2m.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=287&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/451419/original/file-20220310-27-19oqm2m.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=287&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/451419/original/file-20220310-27-19oqm2m.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=287&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Ojivas desplegadas</em> hace referencia a ojivas situadas en misiles o ubicadas en bases con fuerzas operativas. <em>Otras ojivas</em> hace referencia a ojivas almacenadas o reservadas y a ojivas en desuso esperando el desmantelamiento. En 2010, el Gobierno británico declaró que su reserva de armas nucleares no superaría las 225 ojivas. El SIPRI calcula que en enero de 2021 la reserva se mantenía en esta cifra. Los datos de Corea del Norte son estimaciones hechas por el SIPRI del número de ojivas que el país podría construir con la cantidad de material fisible que ha producido. No se dispone de ninguna evidencia pública que pruebe que Corea del Norte haya producido una ojiva nuclear operativa para lanzar con un misil balístico de alcance intercontinental, pero podría tener un pequeño número de ojivas para misiles balísticos de alcance medio. Las cifras de Corea del Norte son muy inciertas y no se incluyen en los totales globales.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://sipri.org/media/press-release/2021/global-nuclear-arsenals-grow-states-continue-modernize-new-sipri-yearbook-out-now">SIPRI Yearbook 2021</a></span>
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</figure>
<p>Ante la renovada importancia de la disuasión nuclear es necesario recuperar las enseñanzas del Premio Nobel de Economía de 2005, Thomas Schelling. En su <a href="https://www.youtube.com/watch?v=U9BMPxKke7w">discurso de recogida del galardón</a>, el brillante economista abría con una de las advertencias y reflexiones más simples, pero a su vez más contundentes sobre el uso de la disuasión nuclear en el sigo pasado: </p>
<blockquote>
<p>“El acontecimiento más espectacular de estos últimos 60 años es uno que no llegó a ocurrir”. </p>
</blockquote>
<p>Las palabras de Schelling se convierten en una alusión histórica más de los riesgos que comporta confiar en la disuasión nuclear como estrategia de seguridad a largo plazo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/178952/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Daniel Rajmil no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La guerra en Ucrania es un escenario en el que reaparecen las dudas sobre si la teoría de la disuasión nuclear funciona o sí un fallo de cálculos por parte de una de las partes puede terminar en un fatídico desenlace.Daniel Rajmil, Profesor e Investigador de Relaciones Internacionales, Geopolítica y Geoeconomía, UOC - Universitat Oberta de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1785942022-03-04T19:17:00Z2022-03-04T19:17:00ZGuerra en Ucrania: cuáles son los riesgos tras el ataque a la central nuclear de Zaporiyia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/450109/original/file-20220304-25-1bndrjh.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C20%2C1899%2C985&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El ataque a la central nuclear, visto en una captura de pantalla de una cámara de vigilancia. YOUTUBE/Central nuclear de Zaporizhzhya</span> </figcaption></figure><p>Tras las recientes noticias sobre el <a href="https://www.theguardian.com/world/2022/mar/04/ukraine-nuclear-power-plant-fire-zaporizhzhia-russian-shelling">bombardeo de la central nuclear de Zaporiyia</a> en el sur de Ucrania, que es la más grande de Europa, existe una gran preocupación por la posibilidad de que se produzca una liberación de material radiactivo similar a la de <a href="https://theconversation.com/los-efectos-de-chernobyl-radiacion-muerte-y-una-nueva-cultura-de-la-prevencion-119675">Chernóbil</a>. Varios miembros del personal de seguridad de la central resultaron heridos por el ataque. </p>
<p>Con seis grandes reactores de energía nuclear, en el lugar hay una cantidad significativa de material nuclear. Aunque no son el mismo tipo de reactores que los de la central de Chernóbil, y tienen un diseño mucho más seguro, esto no los hace menos vulnerables a las armas de guerra.</p>
<p>El edificio que sufrió el ataque y el posterior incendio está situado a unos 500 metros de un grupo de seis reactores. No contenía material nuclear, ya que se utilizaba únicamente para fines de formación y administración. No se ha detectado ningún aumento de los niveles de radiación.</p>
<p>Mientras que el personal ucraniano sigue controlando los reactores, las fuerzas rusas han tomado el control del conjunto de la central. A juzgar por las imágenes de las cámaras de seguridad, no parece que se trate de un ataque accidental, sino de un ataque deliberado. Las fuerzas rusas están enviando un mensaje: pueden atacar la planta en cualquier momento, pero por ahora están eligiendo no hacerlo. Puede que el incendio se haya extinguido rápidamente, pero no la amenaza de lo que podría venir después.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/kK7xG_Q0Tkg?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
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<p>La situación es casi inédita. Los materiales nucleares han sido objetivo en tiempos de conflicto armado, como ocurrió con <a href="https://www.bbc.co.uk/news/world-middle-east-43481803">el bombardeo por parte de Israel de un reactor secreto sirio</a>. Sin embargo, teniendo en cuenta que el reactor sirio estaba todavía en construcción en aquel momento y el combustible nuclear aún no había sido cargado, estamos nadando en aguas desconocidas. </p>
<p>Se trata de una amenaza que yo mismo, hace sólo unos días, <a href="https://www.kcl.ac.uk/should-we-be-worried-about-nuclear-power-stations-in-ukraine">consideraba muy improbable</a>. Atacar una central nuclear, especialmente una tan cercana al propio territorio del agresor, es una estrategia muy arriesgada. Es probable que las consecuencias negativas superen con creces cualquier beneficio potencial. Sin embargo, los expertos como yo nos hemos equivocado constantemente al evaluar lo que Vladimir Putin hará o no hará.</p>
<p>En el momento del ataque, sólo uno de los seis reactores estaba en funcionamiento: la unidad 4 a un 60 % de potencia. Todas las demás unidades estaban ya apagadas para su mantenimiento o en estado de espera en baja potencia. Por tanto, la central sigue funcionando con cierta normalidad, aunque en circunstancias anormales.</p>
<h2>Mantener la seguridad del emplazamiento</h2>
<p>Por desgracia, las centrales nucleares de Ucrania siguen estando en peligro. Incluso el cierre de un reactor nuclear no lo hace inmediatamente seguro. Una vez que se ha colocado el combustible nuclear en un reactor, éste seguirá generando su propio calor mucho tiempo después de la parada. Los reactores más antiguos, como los de Ucrania, requieren medidas activas para mantener el combustible en un estado seguro. El agua debe circular por las piscinas de almacenamiento y el reactor incluso después de la parada, lo que significa que se necesita una fuente de electricidad, así como personal para supervisar y gestionar la planta. </p>
<p>Aunque la Unidad 4 puede proporcionar la energía necesaria para ello, los operadores capacitados seguirán necesitando un acceso rápido al emplazamiento para garantizarlo, así como acceso al agua de refrigeración tomada del río Dniéper. Sin esta refrigeración, pueden producirse diversos escenarios de accidentes, desde una fusión del combustible nuclear hasta una explosión del núcleo del reactor. </p>
<p>Si la Unidad 4 tuviera que cerrarse, la electricidad necesaria tendría que traerse desde fuera del emplazamiento. Sin embargo, en la situación actual, la energía externa puede no ser fiable, o incluso no estar disponible. Además, una vez que se apaga una central nuclear, no se puede volver a poner en marcha hasta pasados varios días. Por lo tanto, el cierre de la central la haría depender de una fuente de energía potencialmente poco fiable para mantener las funciones de seguridad. Así las cosas, mantener la Unidad 4 operativa en un estado de baja potencia puede ser la mejor opción.</p>
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<img alt="Imagen de los reactores de Zaporizhzhia." src="https://images.theconversation.com/files/450091/original/file-20220304-19-1uwdxja.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/450091/original/file-20220304-19-1uwdxja.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=433&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/450091/original/file-20220304-19-1uwdxja.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=433&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/450091/original/file-20220304-19-1uwdxja.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=433&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/450091/original/file-20220304-19-1uwdxja.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=545&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/450091/original/file-20220304-19-1uwdxja.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=545&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/450091/original/file-20220304-19-1uwdxja.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=545&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Los reactores de Zaporiyia.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Wikimedia Commons</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Cualquier ataque a una instalación nuclear es una importante violación de las normas internacionales. Sin embargo, este ataque podría haber sido mucho peor. Por ejemplo, un ataque directo a un reactor alimentado y en funcionamiento podría ser desastroso, liberando grandes cantidades de material nuclear al aire.</p>
<p>Esta nube de material nuclear podría ser arrastrada por el viento, contaminando vastas áreas de tierra y suministros de agua. Este escenario tampoco se limita a un reactor nuclear. Si una piscina de almacenamiento de combustible usado resultara dañada y el combustible no pudiera enfriarse, podría producirse un escenario similar, aunque a menor escala. </p>
<p>Sin embargo, lo anterior es un escenario improbable en el peor de los casos. Si la decisión de Rusia de apuntar a un edificio administrativo fue realmente deliberada, podemos esperar que esto signifique que no apuntarán a los reactores. Parece probable, al menos en la actualidad, que los planificadores de la “operación militar especial” de Rusia traten de capturar la planta como una pieza de infraestructura nacional crítica. Sin embargo, si el conflicto se prolonga más allá de la expectativa original de Moscú de tres o cuatro días, es posible que se tomen medidas más extremas.</p>
<p>En una <a href="https://www.iaea.org/newscenter/pressreleases/update-11-iaea-director-general-statement-on-situation-in-ukraine">conferencia de prensa a la mañana siguiente del ataque</a>, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, declaró que su organización no se quedará de brazos cruzados vigilando la situación desde Viena. </p>
<p>Grossi expresó su intención de viajar para mantener conversaciones tanto con Ucrania como con Rusia. Esperemos que pueda llegar a un acuerdo que minimice el peligro para la central y se permita que los reactores nucleares ucranianos funcionen con seguridad hasta que se resuelva la crisis.</p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/178594/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ross Peel está afiliado al Centro de Estudios de Ciencia y Seguridad, un grupo multidisciplinar de investigación y enseñanza dentro del Departamento de Estudios de Guerra del King's College de Londres.
</span></em></p>Pueden surgir problemas si el reactor en funcionamiento se apaga, con riesgos que van desde la fusión del combustible usado hasta la explosión del núcleo del reactor. Mientras, las fuerzas rusas nos envían un mensaje: pueden atacar la planta en cualquier momento.Ross Peel, Research and Knowledge Transfer Manager, King's College LondonLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.