tag:theconversation.com,2011:/us/topics/habilidades-sociales-91867/articleshabilidades sociales – The Conversation2024-02-27T20:51:40Ztag:theconversation.com,2011:article/2210342024-02-27T20:51:40Z2024-02-27T20:51:40Z¿Cuándo es necesario ayudar a los niños a socializar?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/577921/original/file-20240226-24-ihj4ej.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5802%2C3817&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/little-girl-sitting-lonely-watching-friends-1066839968">eerawat Anothaistaporn/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Pablo tiene 8 años. Sus compañeros de clase, al principio, intentaron incluirlo en la pandilla. Pero al notar que Pablo no seguía las normas en los juegos, comenzaron a alejarse.</p>
<p>En el patio, cuando los niños se dividen en grupos para jugar, Pablo con frecuencia se encuentra solo, sin nadie con quien compartir sus momentos de recreo. A menudo es ignorado en los cumpleaños de sus compañeros, porque en una ocasión rompió la piñata y temen que pueda repetirse. </p>
<p>La falta de habilidades sociales de Pablo también se refleja en su incapacidad para reconocer las señales de otros niños cuando quieren compartir algo o expresar sus emociones.</p>
<h2>Reconocer las señales sociales</h2>
<p>Tareas cotidianas y tan habituales en el patio de la escuela como, por ejemplo, compartir o turnarse, que dependen de reconocer señales sociales, no son igual de obvias o sencillas para todo el mundo. Hay personas, como Pablo, que fallan en estas interacciones sociales básicas, lo que les puede llevar al aislamiento de sus compañeros, generando dificultades para hacer o conservar amigos y amigas.</p>
<p>Estas <a href="https://psicologiayeducacion.uic.mx/index.php/1/article/view/139">dificultades sociales</a> pueden causar dolor y vergüenza. Cuando se trata de niños y adolescentes, sus progenitores se angustian al no saber cómo ayudar. Todos necesitamos sentirnos queridos, amados, respetados y aceptados… Las decepciones sociales pueden hacer que nos sintamos aislados, impotentes, tristes, enojados o rechazados.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/el-rechazo-en-la-escuela-cuando-no-gustar-al-grupo-se-cronifica-176267">El rechazo en la escuela: cuando no gustar al grupo se cronifica</a>
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<h2>¿Qué son las habilidades sociales?</h2>
<p>Ser socialmente competente requiere una gran variedad de habilidades, y no se limita a un único estilo de personalidad o comportamiento. Un niño o niña socialmente competente puede adoptar diferentes enfoques según la situación y las necesidades del entorno. En la etapa infantil y juvenil, se puede establecer si un niño o joven <a href="https://www.routledge.com/Executive-Function-Development-Across-the-Life-Span/Wiebe-Karbach/p/book/9781138655553">es socialmente competente</a>. Para ello debe cumplir una serie de requisitos: </p>
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<li><p>Reconoce la importancia del lenguaje corporal y la comunicación no verbal.</p></li>
<li><p>Puede controlar sus emociones e impulsos. </p></li>
<li><p>Tiene capacidad para analizar situaciones y comprender los puntos de vista de otras personas.</p></li>
<li><p>Demuestra flexibilidad ante cambios de planes y circunstancias imprevistas.</p></li>
<li><p>Puede predecir lo que sucederá en función de sus palabras y acciones.</p></li>
<li><p>Puede responsabilizarse de sus actos.</p></li>
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<p>Todas estas habilidades se desarrollan de manera progresiva a lo largo de la infancia y la adolescencia. Los niños pequeños, por ejemplo, pueden tener dificultades para controlar impulsos debido a su inmadurez. Si quieren un juguete que no es suyo pueden cogerlo sin pedir permiso al dueño del mismo. A medida que crecen y maduran, mejoran en estas habilidades, y antes de coger un juguete que no es suyo y que les gusta serán capaces de pedirlo por favor.</p>
<h2>Funciones ejecutivas y su desarrollo</h2>
<p>Llamamos funciones ejecutivas a un conjunto de habilidades cognitivas y neuropsicológicas que son necesarias para planificar, organizar, iniciar, dirigir y controlar comportamientos y tareas con el objetivo de alcanzar metas. Estas habilidades son esenciales para el funcionamiento ejecutivo del cerebro y están involucradas en procesos mentales superiores que nos permiten gestionar nuestra vida diaria de manera eficiente.</p>
<p>Las funciones ejecutivas, que anatómicamente están asociadas principalmente con regiones de la corteza prefrontal del cerebro, incluyen diferentes dimensiones: </p>
<ol>
<li><p><strong>Inhibición:</strong> Capacidad de controlar impulsos y detener respuestas automáticas inapropiadas. </p></li>
<li><p><strong>Flexibilidad cognitiva:</strong> Habilidad para cambiar el enfoque mental y adaptarse a nuevas situaciones o demandas. </p></li>
<li><p><strong>Memoria de trabajo:</strong> Capacidad de retener y manipular información en la mente durante un breve periodo. </p></li>
<li><p><strong>Planificación y organización:</strong> Habilidad para desarrollar un plan de acción, organizar tareas y llevar a cabo una secuencia de pasos de manera efectiva. </p></li>
<li><p><strong>Autocontrol emocional:</strong> Capacidad de regular las emociones y mantener la calma en situaciones desafiantes. </p></li>
<li><p><strong>Iniciación y finalización de tareas:</strong> Capacidad de comenzar una tarea de manera eficiente y llevarla a cabo hasta su finalización.</p></li>
</ol>
<p>Hablamos de que existen disfunciones ejecutivas cuando aparecen dificultades en una o más de estas dimensiones, pudiendo interferir en la capacidad de una persona para funcionar de manera efectiva en la vida diaria. </p>
<p>Estas dificultades pueden manifestarse en diferentes trastornos del neurodesarrollo, entre ellos el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastornos del espectro autista (TEA) y lesiones cerebrales.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/por-que-se-portan-mal-los-ninos-cuando-estan-cansados-192763">Por qué se portan mal los niños cuando están cansados</a>
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<h2>Qué supone la disfunción ejecutiva</h2>
<p>Las investigaciones <a href="https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80247939009">muestran</a> que los niños y adolescentes con disfunción ejecutiva tienen más probabilidades de involucrarse en comportamientos socialmente inaceptables.</p>
<p>Pero las habilidades sociales, al igual que las habilidades académicas, pueden enseñarse explícitamente. Estos son <a href="https://www.routledge.com/Promoting-Executive-Function-in-the-Classroom/Meltzer/p/book/9781606236161">algunos consejos</a>, <a href="https://www.routledge.com/Executive-Function-in-Education-From-Theory-to-Practice/Meltzer/p/book/9781462534531">para ayudar</a> a los niños y adolescentes con dificultades. </p>
<p><strong>1. Analizar, conversar y empatizar</strong></p>
<p>Para abordar la resolución de problemas y discusiones, podemos seguir los siguientes pasos:</p>
<ol>
<li><p>Determinar la causa del problema. Observemos a los niños y niñas en diversas situaciones sociales (aulas, entrenamiento, juegos libres, fiestas de cumpleaños). </p></li>
<li><p>Observar y anotar tanto las fortalezas como las debilidades sociales.</p></li>
<li><p>Iniciar una conversación con ellos. Hacerles preguntas que demuestren que valoramos la percepción que la otra persona tiene del problema. Escucharlos, comprender su perspectiva y reconocer su dolor, enojo y sentimientos de tristeza.</p></li>
<li><p>Juntos, decidir formas alternativas de manejar situaciones similares en el futuro.</p></li>
<li><p>Animarles a practicar comportamientos alternativos con usted. </p></li>
<li><p>Contar qué pasó después de que tuvimos la oportunidad de discutir acciones alternativas en una situación de la vida real para verificar: ¿las cosas están mejor esta vez? Si no, ¿qué más puedes probar?</p></li>
</ol>
<p><strong>2. Enseñar usando señales</strong></p>
<p>Podemos diseñar señales simples que les permitan saber que necesitan detener o cambiar su comportamiento en una situación determinada. Por ejemplo, si sabemos cuándo dejar de hablar de un tema porque el oyente muestra desinterés, llamar su atención con cuidado tocándonos la nariz con el dedo índice o cruzando los brazos. </p>
<p><strong>3. Generalizar habilidades</strong></p>
<p>Ampliar las situaciones que requieren una habilidad particular para que sean más aplicables en general. Por ejemplo: “Hiciste un gran trabajo manejando tu enojo cuando tu hermano tomó prestados tus patines sin preguntar”. Esto ayuda a los niños y niñas que luchan con la flexibilidad cognitiva a aprender cómo aplicar comportamientos en diferentes situaciones.</p>
<p><strong>4. Tener la mente abierta, incluso cuando es difícil</strong></p>
<p>Puede resultar complicado permanecer neutrales cuando escuchamos a los niños y niñas quejarse de un trato “injusto”. Sin embargo, es importante abrirse, expresar sus inquietudes y ofrecer ayuda. </p>
<p>Por ejemplo, en lugar de decir “¿Por qué seguiste interrumpiendo?”, podemos preguntar “¿Crees que habría ayudado si le hubieras permitido terminar su historia?” </p>
<p><strong>5. Estar ahí</strong></p>
<p>Quizás lo más importante sea el estímulo y el apoyo constantes y continuos. Reconocer incluso las pequeñas mejoras y fortalecerlas. Los niños y adolescentes con problemas sociales tienden a tener una baja autoestima. Sin embargo, tampoco podemos hacer demasiados elogios, ya que pueden darse cuenta de la falta de sinceridad. </p>
<h2>Un regalo para toda la vida</h2>
<p>Las habilidades sociales impactan en casi todos los aspectos de la vida (académica, personal o laboral). El tiempo y el esfuerzo que dediquemos a ayudar a nuestros hijos será un regalo que durará toda su vida. Verlos desarrollar mejores habilidades sociales y establecer relacionales exitosas puede ser una de las experiencias más gratificantes en la crianza de los hijos e hijas para los padres y madres.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/221034/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esperanza Bausela no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las habilidades sociales dependen de la función ejecutiva; cuando aparecen problemas de desarrollo, podemos ayudar a los niños a mejorar en ellas.Esperanza Bausela, Titular de Universidad de Psicología Evolutiva y de la Educación, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2093372023-08-16T18:30:55Z2023-08-16T18:30:55ZPonerse en la piel de los demás se puede entrenar<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/538005/original/file-20230718-9911-rnoyey.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=83%2C78%2C3403%2C2807&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/vector-illustration-unraveling-difficult-situations-concept-1756791947">Viktoria Kurpas/Sutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Los humanos somos seres sociales. Vivimos en compañía de otras personas desde que nacemos y desarrollamos nuestras habilidades sociales desde los primeros momentos de nuestra vida. Esas interacciones fluidas y adaptativas involucran a prácticamente todas las funciones cognitivas básicas de nuestro cerebro (percepción, atención, lenguaje, memoria, funciones ejecutivas…), así como habilidades mentales más específicas. Entre ellas se encuentra lo que denominamos “cognición social”. </p>
<h2>Reconocer emociones ajenas y vivirlas en primera persona</h2>
<p>Se trata de un concepto complejo en el que coexisten mecanismos que perciben, procesan y evalúan los estímulos sociales. Nos permite elaborar una representación del entorno social y posibilita emitir una respuesta adecuada a la situación. Y aunque no hay acuerdo absoluto sobre qué procesos incluye la cognición social, todos los autores <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/B9780444641502000228?via%3Dihub">coinciden en incluir tres componentes principales</a>:</p>
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<li><p><strong>Reconocimiento emocional</strong>. Hace alusión principalmente a la identificación de las expresiones faciales, que tienen una cantidad significativa de información relacionada con las emociones, motivaciones y creencias. Y junto a la cara, la voz también desempeña un papel fundamental en las interacciones comunicativas. Comprenderlas e identificarlas a través de los cambios en la melodía, el tono, el ritmo o la entonación resulta crucial para relacionarnos.</p>
<p>Eso explica el resultado de estudios tan significativos <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S002210311630292X">como el que se llevó a cabo en la Universidad de Ontario (Canadá) en 2018</a>. Los investigadores llegaron a la conclusión de que la comunicación cara a cara era 34 veces más eficaz que el contacto por correo electrónico, gracias precisamente a la información transmitida por los gestos del rostro o las inflexiones vocales. </p></li>
<li><p><strong>Teoría de la mente</strong>. Se trata de la capacidad para comprender e inferir estados de uno mismo y de los demás. Podemos diferenciar la teoría de la mente cognitiva, que es el conocimiento sobre las creencias e intenciones del otro (“entiendo lo que piensas”), de la teoría de la mente afectiva, es decir, la comprensión e identificación de los estados emocionales ajenos (“entiendo lo que sientes”).</p></li>
<li><p><strong>Empatía</strong>. Implica <a href="https://theconversation.com/neuronas-espejo-asi-nos-ponen-en-la-piel-de-los-demas-187487">compartir el estado emocional de otra persona</a> y experimentarlo en primera persona (“siento lo que sientes”).</p></li>
</ul>
<h2>Desajustes en la maquinaria cerebral</h2>
<p>Como ocurre con el resto de nuestras habilidades cognitivas, detrás de cada una de estas capacidades hay <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1364661312002227">un sustrato cerebral que la hace posible</a>. Redes cerebrales que incluyen regiones como la amígdala, la ínsula o la corteza prefrontal son fundamentales para que funcione correctamente la cognición social. </p>
<p>Esto nos permite aventurar que esta facultad se ve afectada en determinadas patologías. Es lógico pensar que algunas personas con <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27329401/">trastornos del espectro autista</a> o con problemas psiquiátricos como la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32133507/">esquizofrenia</a> o <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23611348/">enfermedades neurodegenerativas</a> sufrirán, en mayor o menor medida, alteraciones en esos procesos. Y efectivamente, por lo general no son especialmente hábiles identificando las emociones de los demás y actuando en consecuencia. Sus conexiones y circuitos cerebrales presentan un funcionamiento anómalo.</p>
<p>Otro perfil de pacientes que han ayudado a lo largo de las últimas décadas a clarificar y estudiar la cognición social son los que han experimentado <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30325238/">un daño cerebral sobrevenido</a>. Personas que tras sufrir, por ejemplo, un traumatismo craneoencefálico causado por un accidente de coche empezaron a mostrar dificultades para relacionarse con sus semejantes. </p>
<p>Inicialmente podríamos pensar que otros déficits, como problemas de memoria o lenguaje, pueden producir un mayor impacto para estos pacientes. Sin embargo, los familiares de las personas que tienen afectada la cognición social lo perciben como algo especialmente limitante. Dificulta las interacciones con su ser querido y las posibilidades que éste tendrá para desenvolverse adecuadamente en el mundo social en el que vivimos. </p>
<h2>Ejercicios para entrenar nuestra cognición social</h2>
<p>Afortunadamente, y gracias a la <a href="https://theconversation.com/neuroplasticidad-el-extraordinario-poder-de-nuestro-cerebro-para-transformarse-y-repararse-197731">plasticidad cerebral</a>, estos pacientes pueden beneficiarse de programas de intervención que consiguen <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28786854/">mejorar su cognición social</a>. Entonces cabe preguntarse, ¿pueden también las personas sanas entrenarla y perfeccionarla? </p>
<p>Esto parece obvio cuando pensamos en la infancia. De hecho, los niños desarrollan esa faceta mental desde los primeros años de vida y hasta la adolescencia. Ocurre a la par que se desarrollan otros procesos cognitivos superiores, como las funciones ejecutivas (conjunto de habilidades que nos permiten tomar decisiones y realizar conductas dirigidas a objetivos y orientadas al futuro), de la mano de la maduración de la ya mencionada corteza prefrontal. </p>
<p>Pero nunca es tarde. La neuroplasticidad, aunque disminuye con la edad, <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.1700489">dura toda la vida</a>. Interesantes investigaciones han revelado que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35241715/">personas adultas sin ninguna patología pueden perfeccionar su cognición social</a>. Es posible entrenar nuestra capacidad de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36424990/">reconocer</a>, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0010027711002757?via%3Dihub">comprender y entender</a> las emociones en los demás, así como de <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyt.2019.00894/full">ponernos en el lugar de otra persona y llegar a experimentar lo que está sintiendo</a>.</p>
<p>Estos programas de entrenamiento están formados por ejercicios específicos, que debemos ensayar y practicar. Se trata de actividades como adjudicar emociones a diferentes caras, imaginar la respuesta de una persona en cierta circunstancia o inferir qué podría estar sintiendo alguien en una situación social. </p>
<p>Se trata de ensayar de forma estructurada, como hacemos cuando queremos tocar un instrumento o perfeccionar un idioma. También tenemos una gran oportunidad de desarrollar nuestra cognición social cuando la ponemos a prueba en experiencias reales y nos esforzamos en trabajarla. </p>
<p>Y siempre que queramos mejorar en algo, lo primero es saber y comprender las habilidades que implica. Ese era el propósito de este artículo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/209337/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Loles Villalobos Tornero no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Relacionarnos con los demás implica dominar una serie de procesos mentales que, gracias a la plasticidad de nuestro cerebro, pueden adiestrarse.Loles Villalobos Tornero, Facultad de Psicología. Departamento de psicología experimental procesos cognitivos y logopedia, Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1621442021-07-13T18:49:00Z2021-07-13T18:49:00ZEducar en la paciencia y la incertidumbre hará que los niños tengan una madurez más feliz<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/410995/original/file-20210713-19-w3isj3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C8%2C5973%2C3979&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/boy-on-smartphone-175360661">Shutterstock / Twin Design</a></span></figcaption></figure><p>El contexto en el que vive un niño determina las habilidades y competencias que este adquiere de forma natural, así como aquellas que requieren de una instrucción explícita por parte de los adultos (padres, madres y docentes).</p>
<p>Mi padre, por ejemplo, creció en una casa compartida con mis abuelos y sus once hermanos. La toma de turnos, la responsabilidad de cuidar unos de otros, la gestión de la espera, la necesidad de compartir, etc. fueron habilidades que adquirió de forma natural. </p>
<p>Los niños de hoy en día no tienen tribu en sus casas y eso puede ser un problema porque la tribu es el mecanismo de regulación básico. El grupo regula a sus miembros, les enseña que son uno más, que hay un orden, unas reglas, una regulación, una forma de actuar que es socialmente adecuada.</p>
<p>Los niños de hoy crecen en hogares en los que, en la mayoría de los casos, solo hay otro niño o niña, a veces con una diferencia de edad que evita problemas por toma de turnos en el uso de los juguetes, gestión de la espera, compartir, etc.</p>
<p>Asimismo, a diferencia de los de hace unas décadas, disponen de dispositivos tecnológicos de uso estrictamente individual desde edades muy (demasiado) tempranas. Solo hay que ver a un niño mover la bolita de YouTube para llegar al minuto y segundo del vídeo que le provoca la reacción emocional deseada para entender lo que esto implica sobre la <a href="https://www.wnyurology.com/content.aspx?chunkiid=122158">gestión de la espera en la vida real</a>.</p>
<h2>El gran problema de la autorregulación</h2>
<p>Por todas estas razones y alguna más, las cohortes de niños actuales son las que <a href="https://www.annualreviews.org/doi/pdf/10.1146/annurev-psych-113011-143750">más dificultades de autorregulación</a> tienen desde que disponemos de estadísticas. </p>
<p>Así las cosas, las habilidades de autorregulación han de incluirse en el listado de habilidades en las que educar a nuestros hijos. Si las incluimos, estaremos educando niños con un desarrollo equilibrado entre sus habilidades cognitivas, emocionales y sociales. Estaremos enseñándoles a gestionar la espera, los turnos, el tiempo (planificar), la incertidumbre, la frustración. A mantener la atención sostenida, el esfuerzo (perseverar/resiliencia), a ser respetuosos y responsables.</p>
<p>La <a href="https://www.econstor.eu/bitstream/10419/69358/1/732416388.pdf">evidencia científica</a> disponible <a href="https://heckmanequation.org/resource/cognitive-skills-are-not-enough/">confirma</a> que las <a href="https://www.yumpu.com/en/document/view/26548865/promoting-grit-tenacity-and-perseverance-us-department-of-">habilidades de autorregulación son esenciales</a> para que los niños logren un desarrollo cognitivo, emocional y social adecuado que optimice su bienestar a lo largo de la vida, mejore su rendimiento académico, empleabilidad y salud. </p>
<h2>Reducir el abandono escolar</h2>
<p>Son numerosos los estudios que <a href="https://heckmanequation.org/resource/fostering-and-measuring-skills-interventions-that-improve-character-and-cognition/">demuestran</a> que intervenciones educativas que lograron mejorar estas habilidades en niños de menos de 10 años de edad lograron reducir el abandono educativo temprano, mejorar la tasa de graduación de estudios superiores, el bienestar y estabilidad en su vida personal, sus salarios, etc.</p>
<p>En este contexto nace el proyecto <a href="https://www.educarparaser.org/">Educar para Ser</a>, desarrollado desde la Universidad de Murcia, con el objetivo de llevar a la escuela y a las casas las buenas prácticas avaladas científicamente para estimular el desarrollo de las habilidades de autorregulación desde la más temprana edad hasta el final de la Educación Secundaria.</p>
<p>Educar para Ser interviene desde edades tempranas y de forma sostenida en el tiempo para evitar que las dificultades de autorregulación iniciales se acentúen, con el consiguiente beneficio en reducción de problemas emocionales y de conducta y, por tanto, con la mejora en rendimiento académico. </p>
<h2>Delincuencia y adicciones</h2>
<p>A medio y largo plazo esperamos, de acuerdo con la evidencia disponible, una menor tasa de abandono educativo prematuro, menos problemas de delincuencia o de adicción a sustancias estupefacientes, mayor tasa de finalización de estudios superiores, menores episodios de desempleo y de menor duración media, mayores salarios, mejores ocupaciones, mejor alimentación y salud.</p>
<p>Educar para Ser está presente en tres países y cuatro comunidades autónomas españolas. En concreto, formamos a 42 colegios en la Comunidad de Madrid, colegios en La Rioja, en la Comunidad Valenciana, Argentina, Costa Rica y Florida (EE.UU.). En conjunto, trabajamos con más de 19 000 niños y niñas de múltiples perfiles de neurodesarrollo con un único objetivo: mejorar su bienestar presente y futuro.</p>
<p>Al formar a los maestros de un centro educativo en las buenas prácticas que conducen a la estimulación de las habilidades de autorregulación estamos contribuyendo no solo al desarrollo cognitivo, emocional y social de todos los estudiantes, sino especialmente de aquellos con más dificultades de autorregulación como consecuencia del contexto en el que viven o de su perfil de neurodesarrollo.</p>
<p>Las evaluaciones realizadas permiten confirmar que Educar para Ser ha logrado una mejora promedio de al menos el 8 % por curso en las habilidades de autorregulación de niños de entre 4 y 8 años. Los beneficios de participar en el programa son mayores cuanto más tiempo permanece el estudiante en él. Asimismo, los beneficios son mayores para los estudiantes con más problemas iniciales de autorregulación (exclusión social, dificultades de aprendizaje, altas capacidades y necesidades educativas especiales).</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/162144/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esta investigación se ha financiado con fondos de la Fundación Séneca de la Región de Murcia y del Ministerio de Economía y Competitividad de España.
Ildefonso Méndez es CEO de la empresa intensiva en conocimiento de la Universidad de Murcia "Habilidades no Cognitivas, S.L.", que gestiona el desarrollo del proyecto Educar para Ser. </span></em></p>Un niño insatisfecho y sin tolerancia a la frustración hoy vivirá una adultez sin habilidades sociales ni emocionales, resultados académicos decepcionantes y con un empleo en el que nunca se sentirá cómodo.Ildefonso Méndez, Profesor Titular de Universidad, Universidad de MurciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1583862021-04-06T20:14:55Z2021-04-06T20:14:55Z¿Pensamiento crítico o memorización? Así es la educación que viene<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/393404/original/file-20210405-17-wo2f5u.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C4985%2C3308&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/notebook-drawing-keyboard-screen-1945742134">Shutterstock / Sergio Delle Vedove</a></span></figcaption></figure><p>Está plenamente aceptado que nos encontramos en una sociedad de la información (dicen también que <a href="http://www.ub.edu/geocrit/b3w-683.htm">del conocimiento</a>, afirmación dudosa si se refiere al conjunto de la población). Recibimos noticias de todo tipo desde muy diversos medios, más o menos tradicionales: prensa, radio, televisión, internet o redes sociales. Esto deriva en la posibilidad de acceder a cualquier tipo de saber en pocos minutos o, incluso, segundos. Todos tenemos esa experiencia.</p>
<p>Resulta obvio que cualquier circunstancia importante que modifique la realidad social debería tener repercusión directa e inmediata en los planteamientos del sistema educativo y, por hablar más concretamente, en el quehacer diario dentro de las aulas.</p>
<h2>¿Está la educación estancada?</h2>
<p>La educación institucional, sistémica, parece haberse estancado en principios clásicos, ya superados, que en su momento justificaron su aparición. Ciertamente, cuando todo el saber de la Humanidad se resumía en <a href="https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Trivium_y_Quadrivium">el <em>Trivium</em> y el <em>Quadrivium</em></a> (como ejemplo simplista, claro), la persona podía aspirar a dominarlo. Hoy no es así. Como afirma la investigadora <a href="https://web.oas.org/childhood/ES/Lists/Temas%20%20Proyectos%20%20Actividad%20%20Documento/Attachments/511/9%20Beatriz%20Pizarro%20ponencia.pdf">Beatriz Pizarro</a>, “el volumen de noticias e información que manejaba un hombre del siglo XVI en toda su vida era inferior al que cualquier hombre actual puede leer en una edición de <em>The New York Times</em> del domingo”. </p>
<p>Es decir, con un simple <em>click</em> es posible disponer de tres millones de respuestas a nuestra pregunta en veinte segundos. Sobra información, quizá. El problema se presenta a continuación: ¿qué hacemos con tanta respuesta?, ¿es fiable toda esa información?, ¿cuál responde a mis intereses? Muchas más preguntas que el buscador de internet no nos va a contestar.</p>
<p>Hay que plantearse, entonces, cuál es la formación que realmente necesitan las jóvenes generaciones para manejarse de forma autónoma en esta sociedad para acceder en igualdad de oportunidades a los distintos ámbitos en los que se desenvolverá su vida, para poder participar como ciudadano sin menoscabo de sus libertades.</p>
<p>Evidentemente, no será correcto continuar con un sistema que permita obtener títulos a base de <a href="https://blog.cognifit.com/es/aprendizaje-memoristico/">memorizar informaciones</a> que no se comprenden y que no capacitan para esta vida actual. Es necesario transformar el modelo y equilibrar el papel que deben jugar las diferentes competencias imprescindibles en la formación integral de la persona y, en consecuencia, organizar el diseño curricular en torno a las estrategias metodológicas y procedimientos de evaluación que resulten coherentes para alcanzar ese dominio de las competencias y objetivos que favorezcan la autonomía personal y la capacidad de seguir aprendiendo a lo largo de la vida.</p>
<p>En el título se cita el <a href="https://psicologiaymente.com/inteligencia/pensamiento-critico">pensamiento crítico</a> porque es lo opuesto a la memorización sin sentido. La posibilidad de cuestionar/se la utilidad de ciertos conocimientos nace de la capacidad de pensar autónomamente. </p>
<p>No hay que limitarse a repetir sin comprender. Eso deriva en un <a href="https://psicologiaymente.com/psicologia/curva-del-olvido">olvido inmediato</a> en cuanto cumple el cometido para el que se memorizó: reflejarlo en un examen y obtener una calificación. Es un proceso inútil, que supone una pérdida irrecuperable de tiempo y de vida que, por supuesto, no garantiza ninguna formación adecuada ni actitudes positivas hacia el aprendizaje permanente.</p>
<p><a href="https://www.researchgate.net/publication/237469559_Pensamiento_Critico_Que_es_y_por_que_es_importante">Cultivar el pensamiento crítico</a>, divergente y creativo es la base del avance en la creación de estructuras mentales que nos hagan crecer como personas. Es contar con la seguridad de que seremos capaces de discernir entre las múltiples informaciones (o infoxicaciones) recibidas desde diversos medios y de no dejarnos manipular (dentro de lo posible) por las mismas. </p>
<p>Y esto no es difícil trabajarlo en el aula (muchos docentes lo saben y lo practican). Tenemos a nuestra disposición tanto la prensa como internet o cadenas de televisión, herramientas que nos ofrecen la misma noticia con enfoques incluso contrarios. </p>
<p>Los niños y adolescentes distinguen perfectamente esas variedades de matices y de enfrentamientos, en su caso. Y pueden argumentar en favor o en contra, debatir los puntos de vista recibidos. Conclusión: fomentar el pensamiento crítico es una tarea asequible, desde ya, para llevarla a la cotidianidad del quehacer educativo.</p>
<h2>El alumnado como protagonista</h2>
<p>Eso sí, hay que aparcar la repetición literal de lo que dice el libro o el maestro. Hay que emprender una tarea renovadora en la que el alumnado sea más protagonista, para lo cual se cuenta con estrategias ya conocidas e implantadas, cada día más, en nuestros centros: método de proyectos, <a href="http://148.202.167.116:8080/xmlui/bitstream/handle/123456789/574/Aprendizaje%20basado%20en%20problemas.pdf?sequence=1&isAllo">aprendizaje basado en problemas</a>, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S157518131730178X">en retos</a> o en tareas, asambleas, aprendizaje basado en juegos, debates, mapas mentales o conceptuales, <a href="https://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/60186/070009.pdf?sequence=1">trabajo cooperativo</a>, diálogos simultáneos y un largo etcétera que estimula a implementar nuevas formas de hacer que, sin dejar de dominar determinados conocimientos necesarios y excelentes, favorecen el <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5907382">aprendizaje autónomo</a> y, por lo tanto, el desarrollo del pensamiento propio y la competencia para defenderlo.</p>
<p>Todo ello, acompañado de una evaluación que valore los aprendizajes conseguidos ya que, en este caso, no resulta posible hacerlo mediante un examen tradicional. Cooperar, debatir, respetar al compañero, argumentar, opinar o buscar información no son tareas evaluables en dos horas cada tres meses. Hay que valorarlas día a día, mientras se llevan a cabo las actuaciones propuestas y realizadas en el aula.</p>
<p>Hay que pasar de un procedimiento puntual y escrito a otros variados que ofrezcan información acerca de cómo se aprende, qué se aprende o cómo se colabora: observación, entrevista, sociometría, fotovoz, etc., plasmando los datos obtenidos en anecdotarios, listas de control, escalas de valoración y fotografías. Esto tampoco es difícil ni precisa de nueva legislación. Está todo contemplado en la autonomía pedagógica que poseen los centros, por lo que <a href="https://theconversation.com/los-colegios-no-tienen-funciones-sanitarias-pero-si-autonomia-pedagogica-y-deben-ejercerla-146177">se puede aplicar ya</a>.</p>
<p>Si metodología y evaluación son coherentes y, además, persiguen lograr esa autonomía de pensamiento que reclamamos, lo vamos a conseguir. En los tiempos que corren no es una ocurrencia, sino una necesidad imperiosa formar (formarnos) personas íntegras, autónomas, con pensamiento propio y capacidad de defenderlo, evitando así la manipulación evidente que se pone de manifiesto todos los días en nuestro contexto vital.</p>
<h2>En espera de un nuevo diseño curricular</h2>
<p><a href="https://www.educacionyfp.gob.es/prensa/actualidad/2021/03/260321-curriculo.html">Las noticias que nos van llegando</a> desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional parece que responden a estas exigencias sociales y curriculares. </p>
<p>Ojalá se plantee un currículum más centrado en <a href="https://revistas.comillas.edu/index.php/miscelaneacomillas/article/viewFile/7321/7162">competencias necesarias para vivir en sociedad</a> (al fin, en conocimientos aplicados, no puramente memorísticos), que favorezca el trabajo interdisciplinar y cooperativo, la colaboración activa entre el profesorado del centro y la promoción de planteamientos que fomenten, realmente, la transformación educativa que se espera desde muchos sectores profesionales. </p>
<p>Si la norma legal ayuda a nuevos enfoques, no cabe la menor duda de que el impulso que precisa la educación actual podrá ser un hecho que transformará la vida y permitirá avanzar con cierta confianza en un contexto incierto como el que tenemos en estos tiempos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/158386/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Antonia Casanova no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Este artículo da las claves para conseguir que los estudiantes tengan por fin un pensamiento crítico gracias a un correcto aprendizaje.María Antonia Casanova, Profesora de la Universidad Camilo José Cela y Directora del Instituto Superior de Promoción Educativa (Madrid), Universidad Camilo José CelaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1440412020-08-24T17:58:22Z2020-08-24T17:58:22Z¿Tienes hijos o sobrinos pequeños? Estas son tres maneras de ayudarlos a interactuar pese al COVID-19<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/354120/original/file-20200821-16-p3ytzk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5760%2C3095&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Cuando los niños y adolescentes pasan demasiado tiempo aislados en casa, sus habilidades sociales y autoestima pueden sufrir</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/photo/teen-boy-plays-game-on-digital-tablet-at-home-royalty-free-image/1146552988">SDI Productions/E+ via Getty Images</a></span></figcaption></figure><p>Con la pandemia de COVID-19 empeorando en la mayor parte de Estados Unidos, América Latina y en otras regiones del mundo, un número creciente de <a href="https://www.kron4.com/news/bay-area/san-francisco-public-schools-to-start-distance-learning-for-fall-semester-aug-17/">distritos escolares</a> <a href="https://www.11alive.com/article/news/education/atlanta-public-schools-to-require-virtual-learning-for-first-quarter-of-school-year/85-57d59621-0a94-4d89-89a8-603a3f54921c">han determinado</a> que el regreso a la instrucción diaria en persona aún no es seguro o viable. Su objetivo es seguir con el aprendizaje remoto a medida que avanza el año escolar.</p>
<p>Basado en mi <a href="https://scholar.google.com/citations?user=RzBpB7MAAAAJ&hl=en&oi=ao">investigación</a> sobre los efectos psicológicos de la tecnología digital, he visto que cuando los niños y adolescentes pasan mucho tiempo aislados en casa y mirando las pantallas, sus <a href="https://doi.org/10.1089/cyber.2013.0466">habilidades sociales</a> y <a href="https://doi.org/10.1089/cpb.2005.8.1">autoestima</a> pueden sufrir y pueden <a href="https://doi.org/10.1177%2F1461444812466715">volverse más solitarios</a>. Afortunadamente, hay maneras de reducir esos riesgos, mientras que los jóvenes pasan mucho más tiempo de lo habitual en casa.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/350651/original/file-20200731-15-ge3pg9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Teenage boy sits in chair playing a video game on a big flat screen." src="https://images.theconversation.com/files/350651/original/file-20200731-15-ge3pg9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/350651/original/file-20200731-15-ge3pg9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=460&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/350651/original/file-20200731-15-ge3pg9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=460&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/350651/original/file-20200731-15-ge3pg9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=460&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/350651/original/file-20200731-15-ge3pg9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=579&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/350651/original/file-20200731-15-ge3pg9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=579&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/350651/original/file-20200731-15-ge3pg9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=579&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">A los niños les resulta más fácil concentrarse en sus amigos cuando juegan juntos en persona.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/photo/teenage-boy-sits-in-front-of-tv-playing-video-game-royalty-free-image/106748964">Schedivy Pictures Inc./DigitalVision via Getty Images</a></span>
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<h2>1. Practica prestar atención a otras personas</h2>
<p>Una habilidad social importante es la capacidad de prestar atención a otra persona mientras interactúa con ella. Un estudio a largo plazo de más de 300 adolescentes descubrió que aquellos con el uso más intenso de la pantalla también eran los más <a href="https://doi.org/10.1016/j.chb.2018.10.032">propensos a centrarse en sus propias necesidades</a>, en lugar de las de las otras personas con las que interactuaban. Otra investigación indica que este <a href="https://doi.org/10.1515/jcc-2013-0003">comportamiento egocéntrico</a> tiende a generar más problemas sociales con los amigos.</p>
<p>La buena noticia es que las actividades cotidianas, aparte de la tecnología, pueden ayudar a los niños a concentrarse en general y prestar atención a otras personas. Por ejemplo, cuando las familias hacen cosas juntas, como cocinar y cultivar un huerto, o tienen un horario designado para que todos lean al mismo tiempo, puede ayudar a los niños a mantener la habilidad social de prestar atención a los demás. Un gran estudio encontró que tanto los adultos como los menores involucrados en este tipo de actividades se <a href="https://dx.doi.org/10.1037%2Fa0014123">sentían mejor acerca de sus relaciones</a>.</p>
<p>A los niños les resulta más fácil concentrarse en sus amigos cuando juegan juntos en persona, algo que es más difícil de hacer mientras se distancia socialmente. Y cuando juegan al aire libre, o incluso simplemente pasan tiempo al aire libre, se vuelven más capaces de prestar atención a sus amigos y, más tarde, <a href="https://sophia.stkate.edu/maed/309">centrarse en el trabajo escolar</a>. Además, el <a href="https://doi.org/10.4103/2277-9531.119043">yoga y otros ejercicios de relajación</a>, como los ejercicios de respiración, pueden ayudarlos a practicar la concentración en general.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/350655/original/file-20200731-21-mqo82r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Teenage girl studying with video online lesson at home with her family amid widespread distance learning." src="https://images.theconversation.com/files/350655/original/file-20200731-21-mqo82r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/350655/original/file-20200731-21-mqo82r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/350655/original/file-20200731-21-mqo82r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/350655/original/file-20200731-21-mqo82r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/350655/original/file-20200731-21-mqo82r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/350655/original/file-20200731-21-mqo82r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/350655/original/file-20200731-21-mqo82r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los niños necesitan practicar el arte de la conversación.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/photo/teenage-girl-studying-with-video-online-lesson-at-royalty-free-image/1216391310">valentinrussanov/E+ via Getty Images</a></span>
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<h2>2. Fomentar el intercambio de conversación</h2>
<p>Las interacciones en la escuela ayudan a los niños a aprender a leer expresiones faciales y lenguaje corporal, dar y recibir conversaciones y cómo cambiar o iniciar temas de conversación. Tener estos encuentros informales regularmente es una forma en que los niños aprenden a conocer y saludar a las personas. Si bien no hay un sustituto perfecto en línea, hay pasos que los padres y otros tutores pueden tomar para ayudar a preservar las habilidades sociales de un menor.</p>
<p>Algunas actividades en línea pueden ayudar a los niños a practicar la percepción de las emociones de los demás al mirar sus caras. Un ejemplo es la ‘<a href="http://socialintelligence.labinthewild.org/mite/">Prueba de los ojos en la mente</a>’, en la que las personas miran una imagen de los ojos de alguien y adivinan la emoción que ese individuo está experimentando.</p>
<p>El tiempo en familia puede potencialmente hacer la mayor contribución a las habilidades sociales y de conversación. Planea cenar juntos, sin la distracción de ninguna pantalla o teléfono, porque los <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25676655/">niños que cenan con sus familias</a> tienden a establecer relaciones más fuertes con sus compañeros, marcadas por menos peleas e intimidaciones.</p>
<p>También es útil escribir cartas a mano, en lugar de depender de dispositivos electrónicos para la comunicación escrita. Los padres pueden alentar a los niños a encontrar nuevos amigos en lugares lejanos a través del correo postal, aprovechando un <a href="https://www.penpalschools.com/">sitio web de amigos por correspondencia</a>. Intercambiar cartas con un extraño desarrolla habilidades de conversación, ya que escribir una carta para conocer a alguien implica hacer preguntas en temas como actividades y comidas favoritas.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/350658/original/file-20200731-18-iwsqh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Toddler looks at a laptop in the dark." src="https://images.theconversation.com/files/350658/original/file-20200731-18-iwsqh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/350658/original/file-20200731-18-iwsqh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/350658/original/file-20200731-18-iwsqh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/350658/original/file-20200731-18-iwsqh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/350658/original/file-20200731-18-iwsqh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/350658/original/file-20200731-18-iwsqh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/350658/original/file-20200731-18-iwsqh6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Las aplicaciones como Skype y FaceTime pueden ser útiles, pero los menores pueden cansarse de ellas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/photo/year-old-boy-looking-a-laptop-in-the-dark-royalty-free-image/922390736">Thanasis Zovoilis/DigitalVision</a></span>
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<h2>3. Mantener amistades</h2>
<p>Los padres de niños aislados en casa pueden necesitar buscar formas creativas para mantener las amistades escolares. Las aplicaciones como Skype, Zoom y FaceTime pueden ser útiles, pero los menores, como los adultos, pueden cansarse de ellas. Afortunadamente, hay alternativas.</p>
<p>Recuerda a tus hijos la diferencia entre mensajes breves o publicaciones y comunicaciones más largas. <a href="https://doi.org/10.1001/jamapediatrics.2019.0690">A través de mi investigación</a>, descubrí que los niños generalmente ven las diferencias entre interacciones breves pero divertidas versus sentir una conexión profunda con un buen amigo. Anima a los niños a escribir mensajes más largos, pero menos frecuentes, a sus amigos porque puede ayudar a mantener esas relaciones sólidas.</p>
<p>A pesar de tener que distanciarse socialmente, no olvides que los niños de todas las edades también pueden conectarse con otros al aire libre, lo que es <a href="https://www.advisory.com/daily-briefing/2020/07/17/outdoor-gathering">más seguro que estar juntos en el interior</a>. Organiza visitas al aire libre que mantengan a los niños y adolescentes y sus amigos a dos metros de distancia entre sí y asegúrate de que <a href="https://theconversation.com/kids-need-to-wear-masks-when-they-go-to-school-in-person-and-parents-can-help-them-get-the-hang-of-that-143389">todos usen cubrebocas</a>. Considera <a href="https://www.woodmallets.com/how-to-play-croquet/">jugar croquet</a> u otros juegos que puedan funcionar con estas circunstancias o simplemente hacer que pasen por aspersores. Incluso un pequeño grupo de amigos pasando el rato mientras el distanciamiento social puede preservar las amistades.</p>
<p>Por último, pero no menos importante, alienta a los maestros a dividir las clases en pequeños grupos mientras aprenden en línea. Los niños aún pueden aprender a estudiar juntos, practicar habilidades juntos y hablar y socializar mientras aprenden fuera del aula.</p>
<p><em>Este artículo fue traducido por <a href="https://www.elfinanciero.com.mx/salud/tienes-hijos-o-sobrinos-pequenos-estas-son-tres-maneras-de-ayudarlos-a-interactuar-pese-al-covid-19">El Financiero</a>.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/144041/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Elizabeth Englander receives funding from The Digital Trust Foundation.
</span></em></p>La pandemia ha afectado la manera en que todos los humanos socializamos, pero esto tiene mayor impacto en los menores de edad.Elizabeth Englander, Professor of Psychology, and the Director of the Massachusetts Aggression Reduction Center (MARC), Bridgewater State UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.