tag:theconversation.com,2011:/us/topics/imperio-romano-74037/articlesImperio romano – The Conversation2023-10-09T10:40:03Ztag:theconversation.com,2011:article/2151912023-10-09T10:40:03Z2023-10-09T10:40:03ZLa selección: pensar en el Imperio romano<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/552537/original/file-20231006-23-vr0mel.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C3000%2C1989&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Ruinas del foro romano al atardecer.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/ruins-romans-forum-sunrise-ancient-government-763931629">martinho Smart/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La popularización del interés (masculino) por el Imperio romano en redes sociales me llegó como ruido de fondo mientras estaba, curiosamente, de vacaciones en Roma. </p>
<p>Entre las termas de Caracalla, el Teatro di Marcello y el Foro romano, le pregunté a mi pareja si él, que parecía obsesionado por ver cuanto resto arqueológico se pusiese en nuestro camino, pensaba todo el rato en ese asunto. Rodeados de ruinas de la Antigüedad, me replicó: “Hombre, estos días sí”. </p>
<p>No sé si los hombres, las mujeres, padres, madres, abuelos, hijos piensan mucho en el Imperio. Sospecho que no tanto como la moda nos quiere hacer creer. Pero lo que hemos constatado estas semanas es que, en general, el Imperio en el que pensamos, cuando lo pensamos, <a href="https://theconversation.com/el-imperio-romano-en-el-que-se-supone-piensan-los-hombres-nunca-existio-214665">no es el Imperio que existió en realidad</a>. </p>
<p>Nuestro relato de la antigua Roma viene definido por libros, obras de teatro y, por supuesto, por el cine y la televisión. Y… ¿quién quiere hacerle caso a la realidad cuando la ficción empaqueta un relato más dramático?</p>
<p>Por eso está muy bien asomarse a la historiografía y conocer detalles de esa época. Así aprendemos que los romanos, efectivamente, <a href="https://theconversation.com/les-gustaban-realmente-las-orgias-a-los-antiguos-griegos-y-romanos-207637">gustaban de comer, beber y practicar sexo en celebraciones multitudinarias</a>, pero en el fondo su forma de gozar de la vida no era tan diferente a la nuestra. O aventuramos que, por lo que sabemos gracias a los testimonios de aquella época, <a href="https://theconversation.com/antes-de-las-redes-sociales-los-romanos-se-comunicaban-con-inscripciones-en-bronce-y-piedra-191900">la capacidad de leer y escribir alcanzó una gran difusión</a> en esos siglos, seguramente no superada hasta épocas modernas.</p>
<p>También sabemos que ser profesor o médico en Roma estaba bien para ganarse el pan, pero <a href="https://theconversation.com/la-vida-laboral-en-roma-que-consideracion-tenian-los-trabajadores-167565">no tenía el prestigio laboral que tiene hoy en día</a>. Y mucha menos consideración tenía aún ser <a href="https://theconversation.com/lanistas-entrenadores-representantes-y-traficantes-de-gladiadores-120836">lanista</a>, es decir, traficante de gladiadores (aunque la romana, como cualquier otra sociedad, gozaba hipócritamente del ocio que nacía de este tráfico). Otro asunto diferente era ser <a href="https://theconversation.com/las-carreras-de-carros-el-mayor-espectaculo-de-roma-180760">conductor de carros en carreras</a>. Si uno sobrevivía a tan tremenda empresa y era conocido por el público podía ser visto como un héroe. </p>
<p>Por otro lado estaban las mujeres romanas que eran –y ejercían de– <a href="https://theconversation.com/eran-ciudadanas-las-mujeres-de-la-antigua-roma-194863">ciudadanas del Imperio</a>. Algunas emperatrices, Augusto mediante, incluso se sirvieron de su visibilidad pública <a href="https://theconversation.com/cuando-las-emperatrices-romanas-hicieron-propaganda-de-la-paz-183702">para promocionar la paz</a>. A pesar de eso, por supuesto carecían de determinados derechos, como el de participar en asambleas populares. Por eso, cuando no les quedó otra forma de protestar, se dedicaron <a href="https://theconversation.com/cuando-las-mujeres-protestaron-con-escraches-en-la-antigua-roma-179012">a realizar escraches a los poderosos</a>. </p>
<p>Una de mis constataciones favoritas es que los seres humanos somos igualitos, igual de mezquinos, graciosos o quisquillosos, a lo largo de los siglos. Para muestra, el botón de Marcial, el poeta romano que <a href="https://theconversation.com/los-antiguos-romanos-tambien-se-hacian-regalos-por-navidad-194484">tan pronto se quejaba del mal gusto que tenían sus amigos cuando le hacían regalos como del abandono al que le sometían cuando no le regalaban nada</a>. </p>
<p>Aunque no es nuestra intención doblegarnos ante las redes sociales, esperamos que esta selección haga que piense un poco más en el Imperio romano que sí existió y que es incluso más apasionante que el que nos cuentan las películas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/215191/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
La popularización del interés (masculino) por el Imperio romano en redes sociales me llegó como ruido de fondo mientras estaba, curiosamente, de vacaciones en Roma. Entre las termas de Caracalla, el Teatro…Claudia Lorenzo Rubiera, Cultura y The Conversation Europe, The Conversation EspañaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2146652023-10-02T19:26:47Z2023-10-02T19:26:47ZEl Imperio romano en el que (se supone) piensan los hombres nunca existió<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/551373/original/file-20231002-15-1oy0s4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C5%2C3752%2C1929&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un consejero silencioso, de Lawrence Alma Tadema.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:A_silent_counselor,_by_Lawrence_Alma-Tadema.jpg">RKD/Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>Pienso a diario en el Imperio romano. Puede que algún día concreto haya conseguido no hacerlo, pero temo que haya sido una extraña excepción. Conozco, además, a un número considerable de mujeres que también piensan en ello, probablemente tan a menudo o más. </p>
<p>Esto no trata de ser un alegato <em>machirulo</em> con la típica coletilla de “ellas también lo hacen…”. Hay una explicación más simple: como historiador de la Antigüedad he tenido la oportunidad de conocer a un buen número de historiadoras, clasicistas, arqueólogas, investigadoras y divulgadoras expertas en la antigua Roma. Si algo sabemos quienes nos dedicamos a reflexionar sobre ello a nivel profesional es que se trata de uno de los periodos históricos que más interés suscita entre las sociedades occidentales.</p>
<h2>Viralidad romana en TikTok</h2>
<p>Cuando hace un año la <em>influencer</em> sueca <a href="https://www.instagram.com/p/CxVKMs7MUg4/?img_index=1">Saskia Cort planteaba en Instagram</a> la pregunta “¿qué comen y en qué piensan los hombres heterosexuales?” no podía imaginar que doce meses después desembocaría en una tendencia viral de TikTok de alcance global. </p>
<p>Una de sus seguidoras dio una respuesta ciertamente inesperada: “Le pregunté a mi novio. Dice que o piensa en nada o piensa en el Imperio romano”. El tema tuvo cierto tirón en redes y medios suecos en septiembre de 2022, pero no alcanzaría el impacto global hasta después del pasado agosto. </p>
<p>Entonces, el recreacionista sueco “<a href="https://www.instagram.com/gaiusflavius/?g=5">Gaius Flavius</a>” publicó un <a href="https://www.instagram.com/reel/CwIZgAKNbnQ/">vídeo</a> en el que podía leerse en inglés: “Señoras, muchas de ustedes no se dan cuenta de la frecuencia con la que los hombres piensan en el Imperio romano. Pregunten a su marido/novio/padre/hermano: ¡les sorprenderán sus respuestas!”. </p>
<p>Con el paso de los días TikTok se convirtió en un hervidero de vídeos de mujeres preguntando a sus allegados varones por la cuestión. Las sorprendentes respuestas que daban acabaron por convertir la etiqueta #RomanEmpire en la tendencia del momento. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/CxZknFnqpqD/?utm_source=ig_web_copy_link","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>Tras publicarse la noticia en <a href="https://www.washingtonpost.com/lifestyle/2023/09/14/roman-empire-trend-men-tiktok/"><em>The Washington Post</em></a>, replicada por medios diversos como <a href="https://time.com/6314544/tiktok-roman-empire-trend/"><em>Time</em></a>, <a href="https://www.cosmopolitan.com/uk/entertainment/a45149668/tiktok-roman-empire-trend-explained/"><em>Cosmopolitan</em></a> o <a href="https://www.ft.com/content/bdbbcee8-07cd-40ee-980b-067d61f388d5"><em>Financial Times</em></a>, y con la participación “estelar” de Elon Musk admitiendo pensar cada día en el Imperio romano, la polémica ha sido <em>vox populi</em> durante la segunda quincena de septiembre. </p>
<p><a href="https://www.newyorker.com/cartoons/daily-cartoon/thursday-september-21st-macedonian-empire">Viñetas</a>, <a href="https://www.instagram.com/p/CxYrErfrcg6/"><em>reels</em></a>, <a href="https://twitter.com/UpdatingOnRome/status/1702866621902073867">memes</a> y <a href="https://twitter.com/UpdatingOnRome/status/1703059374069936503">vídeos</a> parodiando la cuestión o <a href="https://twitter.com/dominaseries/status/1704827924413894656">ganchos publicitarios</a> han inundado las redes. El fenómeno se ha generalizado de tal manera que “<a href="https://www.glamourmagazine.co.uk/article/roman-empire-trend">este es mi Imperio romano</a>” se ha convertido en una expresión común y reconocible para señalar algo en lo que se piensa de forma constante.</p>
<h2>La Antigüedad hoy en día</h2>
<p>Esta frenética tendencia puede parecer una moda banal y pasajera (y en buena medida así es), pero al mismo tiempo es un material de trabajo muy interesante desde el punto de vista de los estudios de género y de <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Classical_reception_studies">recepción de la Antigüedad</a>. </p>
<p>Estos últimos son una de las líneas más actuales e innovadoras de investigación dentro de las denominadas Ciencias de la Antigüedad. Actualmente ya no solo investigamos para entender e interpretar ese pasado a partir de los restos conservados (textos, restos arqueológicos, etc.). También hemos comenzado a prestar una atención considerable a cómo y por qué las sociedades “postclásicas”, desde la Edad Media hasta el presente, han imaginado, recreado y reinventado la Antigüedad.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/551379/original/file-20231002-15-bninq8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Vemos a un emperador romano de espaldas saludando a su pueblo." src="https://images.theconversation.com/files/551379/original/file-20231002-15-bninq8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/551379/original/file-20231002-15-bninq8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=306&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/551379/original/file-20231002-15-bninq8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=306&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/551379/original/file-20231002-15-bninq8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=306&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/551379/original/file-20231002-15-bninq8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=385&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/551379/original/file-20231002-15-bninq8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=385&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/551379/original/file-20231002-15-bninq8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=385&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotograma de la serie <em>Roma</em> de HBO.</span>
<span class="attribution"><span class="source">HBO</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Proyectos de investigación como <a href="https://aniho.hypotheses.org/">ANIHO</a>, <a href="https://ixa2.si.ehu.eus/intele/sites/default/files/posterrak/ANTIMO%20INTELE.pdf">ANTIMO</a>, <a href="https://www.imagines-project.org/">IMAGINES</a> o <a href="http://marginaliaclassica.es/"><em>Marginalia Classica</em></a> se están dedicando a analizar el impacto que han tenido y siguen teniendo en nuestra percepción del pasado romano medios como la pintura histórica, la ópera, las novelas, <a href="https://www.eehar.csic.es/wp-content/uploads/2023/09/Eehar-Cinema.pdf">el cine y la televisión</a>, el cómic o los videojuegos. En este ejercicio de reflexión está la clave para comprender esta polémica y las dinámicas de las redes sociales son sin duda un novedoso objeto de estudio. </p>
<p>En concreto, películas tan influyentes como <a href="https://aniho.hypotheses.org/2012"><em>Gladiator</em></a>, y series como <em>Roma</em> o <em>Spartacus</em> han popularizado una imagen de la antigua Roma totalmente estereotipada y reduccionista. </p>
<p>La <a href="https://www.academia.edu/42385259/Roma_victor_vs_Roma_victrix_Recepci%C3%B3n_cinematogr%C3%A1fico_televisiva_de_la_guerra_y_el_ej%C3%A9rcito_romano_en_el_siglo_XXI_Roma_victor_vs_Roma_victrix_reception_of_war_and_the_Roman_army_in_21st_century_film_and_television">guerra es un elemento central</a> y omnipresente en esas producciones, junto con los espectáculos violentos como <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5500153">las luchas de gladiadores</a>. No es casualidad que buena parte de las noticias sobre la tendencia viral hayan sido ilustradas con <a href="https://luce.lanazione.it/lifestyle/trend-tik-tok-romanempire/">imágenes de estos filmes</a>. El legionario y el gladiador son las dos figuras más icónicas y el <a href="https://laculturasocial.com/spqr-now-leer-la-antigua-roma-en-la-ciudad-del-siglo-xxi/"><em>merchandising</em> turístico y las tiendas de souvenires</a> en la Roma actual confirmarían esta percepción popular. Asimismo, el poder desmedido de los emperadores, la corrupción o las orgías serían otros de los grandes tópicos sobre ese periodo histórico. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/551374/original/file-20231002-21-4x99ij.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Imágenes de diferentes objetos a la venta como _merchandising_ en Roma, incluyendo figuritas de gladiadores, cascos e imanes de nevera con motivos de guerra." src="https://images.theconversation.com/files/551374/original/file-20231002-21-4x99ij.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/551374/original/file-20231002-21-4x99ij.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=681&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/551374/original/file-20231002-21-4x99ij.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=681&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/551374/original/file-20231002-21-4x99ij.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=681&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/551374/original/file-20231002-21-4x99ij.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=856&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/551374/original/file-20231002-21-4x99ij.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=856&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/551374/original/file-20231002-21-4x99ij.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=856&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Imágenes de diferentes objetos a la venta como <em>merchandising</em> en Roma.</span>
<span class="attribution"><span class="source">O.A.C.</span></span>
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<h2>¿Era Roma tan masculina como creemos?</h2>
<p>La polémica ha permitido a historiadoras como <a href="https://www.telegraph.co.uk/news/2023/09/27/mary-beard-weighs-in-on-macho-mens-fixation-on-roman-empire/#Echobox=1695840667-1">Mary Beard</a>, <a href="https://www.eldiario.es/era/imperio-romano-tiktok_1_10529543.html">Patricia González Gutiérrez</a>, <a href="https://www.teenvogue.com/story/tiktok-roman-empire-trend-shows-how-misogyny-informs-historical-record-op-ed">Casey Haughin-Scasny</a> o <a href="https://www.20minutos.es/noticia/5176397/0/seguro-que-piensas-imperio-romano/">Paloma Martín-Esperanza</a>, entre otras, exponer algunas de las razones profundas que se esconden detrás de una idea “hipermasculinizada” de la Antigüedad romana y del afán por imaginar ese pasado como un espacio seguro de la <em>machoesfera</em>. </p>
<p>Por un lado, todas coinciden en la importancia de medios populares como el cine en la conformación de esta imagen. Por otro, subrayan que, si bien Roma era una sociedad eminentemente patriarcal, fue igualmente una sociedad en constante evolución, compleja y diversa, con unos parámetros sobre el género, la sexualidad o las dinámicas de poder que no serían tan familiares ni monolíticos como se ha podido pensar. El arqueólogo y divulgador Mikel Herrán resumía está idea de una forma muy directa y accesible: “ese Imperio romano en el que piensan los <em>bros</em> es una versión muy limitada de lo que fue la antigua Roma”.</p>
<p>Coinciden igualmente en que esta imagen prototípica es solo la forma actual de una larga “cadena de recepciones”. Es decir, hunde sus raíces en toda una serie de momentos de la historia en los que diversas sociedades han puesto sus ojos en el pasado romano en busca de inspiración, con afán de emular su supuesta grandeza y sus logros civilizatorios, pero también para encontrar precedentes a los males de su tiempo. </p>
<p>Se ha hablado de momentos clave como el Renacimiento, la Ilustración, el fascismo italiano o el “Imperio estadounidense”, pero lo cierto es que mirar a la antigua Roma como espejo del presente puede rastrearse prácticamente a lo largo de toda la historia de Occidente. También en contextos trascendentales tan recientes como la <a href="https://aniho.hypotheses.org/1962">crisis del coronavirus</a>, el <a href="https://aniho.hypotheses.org/2075">asalto al Capitolio</a> en enero de 2021 o la <a href="https://theconversation.com/por-que-las-humanidades-nos-ayudan-a-entender-lo-que-ocurre-en-ucrania-186442">guerra entre Rusia y Ucrania</a>. </p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1346924443990310921"}"></div></p>
<p>Un aspecto central en los estudios de recepción es atender al contexto socio-cultural y político que explique un determinado acercamiento a la Antigüedad. En el caso de la tendencia actual nos encontramos ante unas sociedades occidentales que observan el declive de su hegemonía en un mundo globalizado y cada vez más multipolar. Una sociedad en la que la lucha feminista transinclusiva ha logrado avances considerables en los últimos años, mientras que la reacción machista está siendo visceral. </p>
<p>En este sentido, un debate sexista del estilo “pensamientos de hombres vs. pensamientos de mujeres” simplificaría la compleja diversidad que plantean las cuestiones de género. Este es el caldo de cultivo para apelar a una idea nostálgica de un supuesto pasado glorioso, un mundo clásico como cuna de Occidente, en el que los hombres (blancos y heterosexuales) eran machos alfa y las mujeres no cuestionaban su papel en la sociedad. Una apropiación interesada del pasado que <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7992261">la extrema derecha</a> de muchos países, aunque no en exclusiva, está explotando con asiduidad.</p>
<p>No sabemos cuál será la próxima “gran polémica” en la que la antigua Roma volverá a estar en el centro de la atención mediática. Creo no equivocarme si auguro dos certezas. En primer lugar, no será la última. Y en segundo, independientemente de la forma que adopte, dirá más sobre nuestras inquietudes del presente que sobre las complejas realidades del pasado.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/214665/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Soy miembro del proyecto de Investigación ANIHO, que menciono junto a otros en el artículo. Se trata de un proyecto de investigación universitario, con sede en la UPV/EHU y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Es un proyecto dedicado a analizar la recepción de la Antigüedad en el mundo contemporáneo, temática absolutamente ligada al artículo.
Al mismo tiempo, soy contratado posdoctoral del Gobierno Vasco, vinculado a la UPV/EHU.</span></em></p>No sabemos si es cierto que los hombres piensan mucho en el Imperio romano. Pero sí sabemos que normalmente en el 2023 pensamos en una Roma antigua que no fue.Oskar Aguado-Cantabrana, Investigador posdoctoral Departamento de Estudios Clásicos, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2076372023-06-15T18:00:15Z2023-06-15T18:00:15Z¿Les gustaban realmente las orgías a los antiguos griegos y romanos?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/531589/original/file-20230613-29-6f5wu1.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C2%2C1917%2C1261&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Helen Mirren como Cesonia (_Calígula de Tinto Brass_, 1979).</span> </figcaption></figure><p>Las orgías evocan imágenes de la antigüedad grecorromana, gracias a las películas más o menos eróticas protagonizadas por emperadores libertinos, o al <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film992121.html"><em>Satiricón</em></a> de Fellini. El término se utiliza hoy para describir todo tipo de excesos. La orgía nos parece una celebración absoluta de los placeres de la carne en una sociedad antigua que habría estado libre de toda atadura moral. </p>
<p>Pero ¿cuál era la realidad?</p>
<h2>De <em>orgia</em> a orgía</h2>
<p>La palabra procede del griego <em>orgia</em>. Se refiere a los ritos realizados en honor de deidades como Dioniso, cuyo culto celebraba la regeneración de la naturaleza. Estos cultos se conocían como “cultos de misterio”, es decir, estaban reservados a hombres y mujeres iniciados que se habían comprometido previamente a no divulgar sus secretos.</p>
<p>La palabra <em>orgia</em> evoca una idea de excitación y pasión. Los ritos orgiásticos, poco conocidos a causa de su estatuto misterioso, podrían haber implicado la manipulación de objetos bajo formas sexuales durante prácticas extáticas y violentas cuyo objetivo habría sido <a href="https://www.arkhe-editions.com/magazine/le-mythe-de-lorgie-romaine/">buscar la embriaguez colectiva</a>.</p>
<p>Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XVIII y el XIX, sobre todo en la literatura francesa, cuando el término orgía pasó a referirse a prácticas sexuales en grupo, la mayoría de las veces asociadas a excesos en la bebida y la comida. Flaubert evoca, en su cuento <em>Smarh</em>, de 1839, “una fiesta nocturna, una orgía toda llena de mujeres desnudas, bellas como Venus”.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/530921/original/file-20230608-19-2hz6yb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Wikipedia" src="https://images.theconversation.com/files/530921/original/file-20230608-19-2hz6yb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/530921/original/file-20230608-19-2hz6yb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/530921/original/file-20230608-19-2hz6yb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/530921/original/file-20230608-19-2hz6yb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/530921/original/file-20230608-19-2hz6yb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/530921/original/file-20230608-19-2hz6yb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/530921/original/file-20230608-19-2hz6yb.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Mujer y hombre en un banco entre un flautista y un criado. Cerámica, siglo VI a.C. Museo Arqueológico, Corinto.</span>
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<h2>Prostitutas… y pescado</h2>
<p>Sin embargo, la orgía como evento no era un invento moderno. Los banquetes que combinaban placeres gustativos y eróticos están bien documentados en textos antiguos. En el siglo IV a. e. c., por ejemplo, el orador griego Esquines, en <a href="https://remacle.org/bloodwolf/orateurs/eschine/timarque.htm">su alegato contra Timarco</a>, acusaba a su enemigo de haberse entregado a “los más vergonzosos placeres voluptuosos” y a “todas las cosas con las que un hombre libre y noble no debe dejarse abrumar”.</p>
<p>¿Cuáles son esos placeres prohibidos? Timarco invita a su casa a flautistas y otras mujeres venales y se sienta con ellas. Hay que señalar que las flautistas no son aquí meras artistas, convocadas sólo por su talento musical, sino también jóvenes prostitutas susceptibles de satisfacer las exigencias sexuales de los invitados.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/530922/original/file-20230608-23-zx6m64.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/530922/original/file-20230608-23-zx6m64.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/530922/original/file-20230608-23-zx6m64.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=270&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/530922/original/file-20230608-23-zx6m64.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=270&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/530922/original/file-20230608-23-zx6m64.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=270&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/530922/original/file-20230608-23-zx6m64.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=340&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/530922/original/file-20230608-23-zx6m64.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=340&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/530922/original/file-20230608-23-zx6m64.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=340&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Banquete griego al que asisten jóvenes seducidos por una flautista vestida con una túnica transparente. Krater, c. 400 a.e.c.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Kunsthistorisches Museum, Viena</span></span>
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<p>Al igual que la contratación de cortesanas, el consumo de pescado muy caro era objeto de especial atención por parte de los oradores del siglo IV a. e. c. Demóstenes combina estas dos facetas del libertinaje en su alegato <em>Sobre la falsa Embajada</em>.</p>
<p>En el año 346 a. e. c., la ciudad de Atenas había enviado embajadores al rey Filipo II de Macedonia, que amenazaba militarmente a Grecia. Pero el soberano había corrompido a algunos de los enviados atenienses para que apoyaran sus ambiciones imperiales.</p>
<p>Uno de los embajadores, comprado por el rey de Macedonia, es acusado por Demóstenes de haber despilfarrado ese dinero mal habido adquiriendo “prostitutas y pescado”. Un doble delito de <a href="https://remacle.org/bloodwolf/orateurs/demosthene/ambassade.htm">gula tanto sexual como alimenticia</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/530923/original/file-20230608-17-217w5e.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/530923/original/file-20230608-17-217w5e.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/530923/original/file-20230608-17-217w5e.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=594&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/530923/original/file-20230608-17-217w5e.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=594&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/530923/original/file-20230608-17-217w5e.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=594&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/530923/original/file-20230608-17-217w5e.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=746&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/530923/original/file-20230608-17-217w5e.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=746&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/530923/original/file-20230608-17-217w5e.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=746&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Escena de banquete, fresco de Herculano, siglo I.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://simple.wikipedia.org/wiki/Orgy#/media/File:Herculaneum_Fresco_001.jpg">Wikimedia</a></span>
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</figure>
<h2>El libertinaje romano</h2>
<p>Los historiadores romanos también describen suntuosos banquetes, en los que se combinaban sexo y comida. En la década de los 80 a. e. c., el dictador Sila habría sido el primer dirigente político de Roma en organizar fiestas sexuales. Se dice que importó el modelo del oriente griego, donde había dirigido una campaña militar. Sila empezaba a beber por la mañana con actrices, músicos y mimos, <a href="https://remacle.org/bloodwolf/historiens/Plutarque/sylla.htm">relata Plutarco</a>.</p>
<p>La coreografía lasciva era una actividad complementaria que practicaban las cortesanas, al igual que no era infrecuente que las prostitutas trabajaran como mimos. Se retorcían, a veces simulando actos sexuales.</p>
<figure class="align-center zoomable">
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<span class="caption">Fiesta de Trimalción, escena de la película de Fellini, <em>Satiricón</em>, 1969.</span>
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<p>El historiador latino Suetonio presenta a Tiberio como la personificación del emperador libertino. En su palacio de Capri organizaba atrevidos espectáculos pornográficos. Había reclutado a una <em>troupe</em> de jóvenes actores que, ante sus propios ojos, se entregaban a los acoplamientos conocidos como <em>spintriae</em>. Un término latino, muy probablemente formado a partir del griego <em>sphinktèr</em> (“ano”), <a href="https://remacle.org/bloodwolf/historiens/suetone/tibere.htm">que evoca sodomía en serie</a>.</p>
<p>Se dice que Calígula, sucesor de Tiberio, se acostaba con sus hermanas a la vista de sus invitados. Incestuoso y exhibicionista, transgredió así dos prohibiciones al mismo tiempo. También mostró a su esposa Cesonia a caballo, vestida de guerrera o desnuda. Se dice que la cómplice de su marido, la emperatriz, disfrutaba especialmente <a href="http://remacle.org/bloodwolf/historiens/suetone/caligula.htm">de estas sesiones especiales</a>, porque “se perdía en el libertinaje y el vicio”.</p>
<p>Unos veinte años más tarde, el emperador Nerón “hacía que sus fiestas durasen desde el mediodía hasta la medianoche”, escribió Suetonio. <a href="https://remacle.org/bloodwolf/historiens/suetone/neron.htm">Todos los sentidos tenían que estar satisfechos</a> durante estos largos banquetes. Era una sinfonía de comida, música y cuerpos serviles para ser vistos o acariciados, mientras los esclavos hacían llover flores del techo de la sala y rociaban perfumes.</p>
<p>Durante uno de los banquetes del emperador Elagabal, hacia el 220, se dice incluso que algunos invitados murieron asfixiados <a href="https://remacle.org/bloodwolf/historiens/histaug/heliogabale.htm">“al no haber podido liberarse”</a>, si hemos de creer al autor de <em>Historia Augusta</em>.</p>
<figure class="align-center zoomable">
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<figcaption>
<span class="caption">Escena de banquete, fresco de Pompeya, siglo I.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>Pero estos banquetes no eran más comunes en el Imperio Romano de lo que lo son <a href="https://www.lemonde.fr/series-d-ete/article/2020/08/12/sexe-et-pouvoir-le-cafardeux-rite-bunga-bunga-de-silvio-berlusconi_6048738_3451060.html">hoy</a>.</p>
<p>Así que no debemos equivocarnos sobre el significado de las descripciones orgiásticas en los escritores antiguos. El objetivo es siempre moral: <a href="https://theconversation.com/manger-boire-et-vomir-dans-la-rome-antique-153913">condenar el “libertinaje”</a> en nombre de la moderación y la templanza.</p>
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<span class="caption">Banquete en el palacio de Nerón, dibujo de Ulpiano Checa y Sanz (ilustración para la novela <em>Quo vadis?</em> de Henryk Sienkiewicz), hacia 1910.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://fr.wikipedia.org/wiki/Quo_vadis_%3F_(roman)#/media/Fichier:Banquet_in_Nero's_palace_-_Ulpiano_Checa_y_Sanz.jpg">Wikimedia</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>La denuncia cristiana</h2>
<p>La cristianización del Imperio Romano no hizo sino reforzar esta perspectiva moral. Un buen ejemplo se encuentra en la obra de <a href="http://www.clerus.org/clerus/dati/2004-05/14-6/S_DETAC7.html">San Agustín</a> (<em>Sermón por la decapitación de Juan el Bautista</em>).</p>
<figure class="align-right zoomable">
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<span class="caption">Cartel de la película <em>Babylon</em> (Damien Chazelle, 2022).</span>
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<p>La evocación del banquete de Herodes Antipas, gobernador de Galilea, y sus montones de vituallas subraya la glotonería de los invitados. A esto se añade la idea de que la lujuria es obra de Satanás. Antipas pide a su sobrina nieta Salomé <a href="https://theconversation.com/salome-itinerario-de-una-joven-desvergonzada-155659">que baile</a>.
Tras exhibir sus pechos en su frenética coreografía, la malvada muchacha exige la cabeza de San Juan Bautista servida en una bandeja como pago por sus encantos.</p>
<h2>De Roma a Babilonia</h2>
<p>Apartándose de estos textos antiguos, la película de Damien Chazelle <em>Babylon</em> (2022) muestra una <a href="https://madame.lefigaro.fr/celebrites/cinema/grandeur-decadence-orgies-et-magie-babylone-ou-la-declaration-d-amour-grandiose-de-damien-chazelle-au-cinema-20230116">enorme escena de orgía</a> sin adoptar claramente una postura de condena moral.</p>
<p>Esta es quizás una de las razones por las que su recepción ha sido tan variada, con críticos que denuncian la película como escandalosa y admiradores que la alaban como una <a href="https://www.marianne.net/culture/cinema/babylon-de-damien-chazelle-un-miracle-a-hollywood">milagrosa “orgía visual”</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/207637/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Christian-Georges Schwentzel ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d'une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n'a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.</span></em></p>En nuestra imaginación, las orgías y la Antigüedad grecorromana están inextricablemente unidas, gracias a películas de diverso grado de erotismo protagonizadas por emperadores libertinos. Pero, ¿cuál es la realidad?Christian-Georges Schwentzel, Professeur d'histoire ancienne, Université de LorraineLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2067232023-06-08T17:41:05Z2023-06-08T17:41:05Z¿Quién fue el godo Alarico y por qué saqueó Roma en el año 410?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/530150/original/file-20230605-19-nrnoqz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=60%2C49%2C2201%2C1524&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">'Alarico en Roma', de W. Lindenschmit. Imagen de la página 672 de la revista 'Die Gartenlaube', 1888.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Die_Gartenlaube_(1888)_b_672.jpg">Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>A mediados del siglo VI, un historiador que vivía en la Constantinopla del emperador <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Justiniano_I">Justiniano</a> estaba escribiendo una obra sobre los orígenes de los godos. Dependía de un texto que él había podido consultar pero que lamentablemente se ha perdido en el túnel del tiempo. </p>
<p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jordanes">Jordanes</a>, a la sazón autor de estirpe goda, había leído la historia que, unas décadas antes, había redactado el senador <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Casiodoro">Casiodoro</a> sobre los godos. Este, a su vez, había trabajado en la corte ostrogoda de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Teodorico_el_Grande">Teodorico</a> en Italia y estaba muy bien informado sobre estos temas. Sea como fuere, Jordanes, en la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Getica"><em>Getica</em></a>, que es el texto que hoy podemos leer, recogía una tradición que remontaba el origen último de los godos al sur de Escandinavia. </p>
<p>Semejante cuestión es hoy para nosotros poco más que una penumbra científica. Lo realmente empírico es que las fuentes romanas localizan diferentes grupos godos al norte del Danubio en los siglos III y IV de nuestra era. O, lo que es lo mismo, al norte del <em>limes</em>, la frontera del Imperio. Las relaciones entre Roma y los godos fueron tanto diplomáticas como hostiles durante aquella época. </p>
<h2>Los godos en el Imperio</h2>
<p>Todo varió muy avanzado el siglo IV. Tenemos los detalles gracias a una fuente extraordinaria, el historiador <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Amiano_Marcelino">Amiano Marcelino</a>, que había sido oficial romano y estaba muy bien informado. El emperador romano <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Valente">Valente</a> necesitaba mano de obra barata para las tierras de las provincias imperiales al sur del gran río, así como tropas auxiliares para su proyectada campaña contra el gran rival de Roma por el este: el imperio de los persas sasánidas.</p>
<p>Por su parte, los distintos grupos godos, cuyos nombres hoy nos resultan <em>disuasorios</em>, tales como tervingios o greutungos, entre otros, deseaban entrar en el Imperio. Desde las estepas asiáticas los hunos (aún no los de Atila, para eso faltaba un siglo) hostigaban sus posiciones en un escenario de triste actualidad, como es el caso de la actual Ucrania. </p>
<p>Semejante convergencia de intereses provocó un pacto. Los godos, con distintos ritmos según cada caso, fueron pasando al Imperio en 376. Pero dos años después las autoridades romanas locales incumplieron sus pactos de asentamiento en las provincias inmediatamente al sur del Danubio. Los godos fueron hacinados en una especie de campos de concentración y las autoridades locales romanas aprovecharon para esclavizar a parte de su población. </p>
<p>Después de un efímero asentamiento, en el verano de 378 se luchó en Adrianópolis (en el actual cuernecito de la Turquía europea) precisamente porque los romanos no habían cumplido la promesa de establecerlos con seguridad para las labores agrarias que habían pactado. </p>
<h2>El liderazgo de Alarico</h2>
<p>A partir de ahí, el emperador <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Teodosio_I_el_Grande">Teodosio</a> logró reconstruir el ejército y la administración romana en las provincias orientales. Y pactó con los godos para que estos funcionasen como mano de obra agraria, eventualmente como tropas auxiliares. A la vez, Alarico fue emergiendo como líder entre las diferentes tribus, confederaciones, grupos godos, de tal modo que sobrepasó las tradicionales jefaturas parciales. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/530161/original/file-20230605-29-chp5bo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Ilustración que retrata a un hombre de perfil y con armadura, Alarico." src="https://images.theconversation.com/files/530161/original/file-20230605-29-chp5bo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/530161/original/file-20230605-29-chp5bo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=881&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/530161/original/file-20230605-29-chp5bo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=881&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/530161/original/file-20230605-29-chp5bo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=881&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/530161/original/file-20230605-29-chp5bo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1107&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/530161/original/file-20230605-29-chp5bo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1107&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/530161/original/file-20230605-29-chp5bo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1107&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato de Alarico, rey visigodo.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:02-ALARICO.JPG">Oxford University / Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>Ambos ejércitos participaron en 394 en una batalla en la que Teodosio tuvo que librarse de un enemigo interno, el ejército del usurpador Eugenio, que quería hacerse con el control del occidente del Imperio de forma ilegítima. Las cosas les fueron mal y sufrieron numerosas bajas. Eso parece que incentivó a Alarico, que fue asentando su liderazgo para demandar un generalato.</p>
<p>En 395, Teodosio murió y el Imperio quedó dividido en dos partes, oriente y occidente, que gobernarían sus hijos Arcadio y Honorio respectivamente. La división del Imperio nunca se recompondría. </p>
<p>Alarico logró el generalato de la parte oriental, pero de un modo efímero. Así que hacia 400 partió para Italia con el objetivo de presionar a la corte del muchacho Honorio, el hijo menor de Teodosio que había accedido al poder con diez años. En los años siguientes Alarico llevó a cabo incursiones militares, que supusieron un fracaso manifiesto, aunque era Estilicón, el general en jefe de las tropas imperiales occidentales, quien estaba sacando las castañas del fuego.</p>
<h2>Asedios y saqueo de Roma</h2>
<p>Todo cambió irremisiblemente a la muerte –la eliminación– de Estilicón en 408. Alarico vio que había llegado el momento de demandar un generalato, así como estipendios (oro, plata, especias, piedras preciosas) y tierras para sus gentes. A sus tropas se les habían añadido miles de esclavos y de gentes descontentas en Italia. Entre 408 y 410 llevó a cabo varios asedios nada menos que a la mismísima Roma, mientras el joven emperador Honorio residía en Rávena, enclave más fácilmente defendible. </p>
<p>El fracaso de las negociaciones, que fructificaron con el Senado solamente en parte y no con el emperador, que se negó en redondo, terminó decidiendo a Alarico a entrar a saco en Roma. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/530159/original/file-20230605-22195-e5oczc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dos hombres desnudos se encaraman a la estatua de un emperador romano para vandalizarla." src="https://images.theconversation.com/files/530159/original/file-20230605-22195-e5oczc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/530159/original/file-20230605-22195-e5oczc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1069&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/530159/original/file-20230605-22195-e5oczc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1069&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/530159/original/file-20230605-22195-e5oczc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1069&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/530159/original/file-20230605-22195-e5oczc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1343&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/530159/original/file-20230605-22195-e5oczc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1343&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/530159/original/file-20230605-22195-e5oczc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1343&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"><em>Saqueo de Roma de 410 a mano de los vándalos</em>, de JN Sylvestre.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Sack_of_Rome_by_the_Visigoths_on_24_August_410_by_JN_Sylvestre_1890.jpg">Museo Paul Valéry</a></span>
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<p>Corría el mes de agosto del año 410. Alarico no pretendía destruir la ciudad y, de hecho, no lo hizo. Sí hubo violencia, saqueos y violaciones durante varios días. Se respetaron las iglesias de Roma. Los godos eran cristianos en su mayoría, si bien en la variante arriana. De hecho, los paganos acusaron a los cristianos de semejante desastre. </p>
<p>La principal fuente a nuestra disposición es <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Paulo_Orosio">Paulo Orosio</a>, quien escribe su historia contra los paganos muy pocos años después del saqueo de Roma y siempre a la sombra de Agustín de Hipona, su maestro. Ambos intentan justificar el papel de los bárbaros y en particular de los godos, para contrarrestar los ataques de los paganos. Por eso, Orosio hace hincapié en que se mantuvo el respeto a las iglesias y también Agustín lo deja caer en su gran obra <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_ciudad_de_Dios"><em>La ciudad de Dios</em></a>, que escribió como contraataque.</p>
<p>El saqueo de Roma por los godos de Alarico duró muy poco, unos días. No supuso la ruina de la ciudad, pero sí un <em>shock</em> psicológico para la intelectualidad romana. Alarico se llevó a los godos al sur de Italia, y terminó muriendo en Cosenza. </p>
<p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ata%C3%BAlfo">Ataúlfo</a>, primo de Alarico, le sucedería como rey de los visigodos y les conduciría hacia la Galia y, más tarde, a la actual Barcelona. Pero esa es otra historia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/206723/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Santiago Castellanos no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En el año 410, el godo Alarico saqueó Roma, capital del Imperio, iniciando un declive que ya nunca remontaría.Santiago Castellanos, Profesor Titular de Historia Antigua, Universidad de LeónLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1992372023-02-26T20:34:52Z2023-02-26T20:34:52ZAño 324: la reunificación del Imperio romano<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/510904/original/file-20230217-332-svtpvk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=172%2C166%2C1156%2C666&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Tapiz que muestra la batalla naval entre las flotas de Constantino y Licinio. Composición figurada diseñada en 1635 por Pietro da Cortona. Tejido en la fábrica de tapices Barberini, Roma. Taller de Jacomo della Riviera, flamenco.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tapestry_showing_the_Sea_Battle_between_the_Fleets_of_Constantine_and_Licinius.jpg">Philadelphia Museum of Art / Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>Constantino suele ser recordado en los libros de historia por haber sido el emperador que, de común acuerdo con su cuñado Licinio, concedió en 313 la libertad religiosa a todos los ciudadanos romanos. </p>
<p>Para sus contemporáneos, <a href="https://www.salernoeditrice.it/prodotto/costantino/">como ha señalado Alessandro Barbero</a>, fue, ante todo, un eficaz estratega, que derrotó a todos los que se le enfrentaron, dentro y fuera de las fronteras romanas. Quizás el más sobresaliente de sus logros militares fue la reunificación del Imperio romano.</p>
<h2>Origen del conflicto</h2>
<p>Veamos los antecedentes. Desde 285, Diocleciano había decidido compartir el Imperio con un militar de su confianza, Maximiano. Pero en 293 había incorporado al colegio de los príncipes también a Galerio y Constancio Cloro (el padre de Constantino). Esta solución institucional (que hoy se conoce como Tetrarquía) estuvo en vigor hasta su abdicación, en 305. </p>
<p>La proclamación imperial de Constantino en 306 desencadenó el progresivo resquebrajamiento del orden político establecido por Diocleciano. </p>
<p>La sucesión de hechos muestra que, probablemente, Constantino nunca aceptó compartir el poder con nadie: en 312 declaró la guerra a su cuñado Majencio, a quien derrotó en la batalla de Puente Milvio, y en 316 se enfrentó a su también cuñado Licinio por el control de las provincias por las que pasaba el Danubio (Venecia e Istria, Panonia I, Savia, Panonia II, Moesia I, Dacia, Moesia II y Escitia Menor). Aunque habían acordado la paz en 317, Constantino le atacó nuevamente en 324.</p>
<p>El mejor relato conservado de este conflicto se encuentra dentro de un texto anónimo, redactado a finales del siglo IV, que se conoce como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/An%C3%B3nimo_Valesiano"><em>Anónimo Valesiano</em></a>, en recuerdo de su primer editor moderno, Henri de Valois (1603-1676). A pesar de la narración, no se sabe cuáles fueron las causas concretas del comienzo de las hostilidades. </p>
<p>La anónima fuente sugiere que las extralimitaciones políticas de Licinio habían irritado a Constantino. En realidad, la escasa popularidad de Licinio entre los ciudadanos orientales, sumada a su aparente ineficacia militar para frenar los ataques de los godos en la frontera danubiana, pudieron provocar los enfrentamientos iniciales. </p>
<p>Hay que añadir que Licinio estaba incumpliendo los acuerdos de Milán al atacar a los cristianos. Él mismo había dirigido en el año 313 el llamado “Edicto de Milán” al gobernador de Bitinia. Este texto normativo, no era, en realidad, ni un edicto ni había sido suscrito en Milán. Era, por el contrario, un rescripto que concedía a todos los ciudadanos romanos el derecho a practicar libremente una religión. Pero Licinio limitó más tarde algunos derechos de los cristianos residentes dentro de su territorio. En concreto, prohibió que hombres y mujeres asistieran juntos a los oficios litúrgicos y que los obispos salieran de su provincia para asistir a concilios.</p>
<p>Eusebio, obispo de Cesarea de Palestina, nacido a finales del siglo III y fallecido en 339, describió la guerra civil de 324 como un enfrentamiento entre dos emperadores por razones religiosas. No obstante, no fue una “guerra de religión”, aunque los aspectos religiosos condicionaron su desarrollo: Constantino se había erigido en protector del cristianismo y Licinio se presentaba como el defensor del politeísmo romano. Ambos contendientes afirmaban contar con el favor divino para animar a sus tropas.</p>
<h2>Desarrollo del conflicto</h2>
<p>Los acontecimientos bélicos fueron bastante rápidos: Constantino encomendó a su primogénito, el césar Crispo, la preparación de una flota de guerra, reunida en el puerto de Tesalónica (<a href="https://books.google.es/books/about/Nueva_historia.html?id=oJDODwAAQBAJ&redir_esc=y">según apunta el historiador Zósimo</a>) con la intención de invadir la provincia de Asia. Sin embargo, tuvo que enfrentarse a las naves de Licinio en Gallípoli y poco después venció por tierra a sus tropas en Adrianópolis. </p>
<p>Viendo el desastroso desarrollo de la guerra en lo que le afectaba, Licinio se refugió en Bizancio, cuyo puerto defendían sus naves. De allí tuvo que huir después de que Crispo, con su armada, venciera a la liciniana. <a href="https://www.cointalk.com/threads/constantine-i-folles-series-of-constantinople.377318/">Varias acuñaciones monetarias</a>, que representan en su reverso a la diosa Victoria sobre un barco, <a href="https://www.researchgate.net/publication/278123765_Coins_and_Medallions_struck_for_the_Inauguration_of_Constantinopolis_11_May_330">recordaban este episodio</a>. </p>
<p>La última batalla sucedió en Crisópolis. Licinio tuvo que rendirse. Con la mediación de su esposa Constancia, hermana de Constantino, entregó sus insignias imperiales a su cuñado en señal de sometimiento, bajo el juramento de que respetaría su vida. Acabó confinado en Tesalónica, donde Constantino ordenó su ejecución en 325, quizás porque había recibido el aviso de que estaba intentando sublevarse contra él. </p>
<h2>Conclusión del conflicto</h2>
<p>La derrota de Licinio conllevó la reunificación de todas las provincias romanas bajo la autoridad de un solo emperador. Eusebio celebró el hecho como el restablecimiento de la paz lograda por Augusto y la inauguración de un nuevo período de prosperidad. Una vez lograda, Constantino declaró en una carta oficial dirigida a todos los ciudadanos romanos de Oriente que debía todas sus victorias al Dios de los cristianos, por lo que ordenaba la restitución de los bienes que les hubieran decomisado las autoridades a las órdenes de su cuñado. </p>
<p>El príncipe, convertido en monarca, acabó abrazando el cristianismo porque estaba convencido de que Dios le había garantizado el éxito militar. Eusebio de Cesarea le correspondió elaborando <a href="https://books.google.es/books/about/L_impero_e_l_imperatore_Cristiano_in_Eus.html?id=ZjdbwgEACAAJ&redir_esc=y">lo que Raffaele Farina describió</a> como “<a href="https://books.google.es/books/about/Vida_de_Constantino.html?id=UZHODwAAQBAJ&redir_esc=y">la primera teología política del cristianismo</a>”.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/510141/original/file-20230214-18-nb1q42.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/510141/original/file-20230214-18-nb1q42.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/510141/original/file-20230214-18-nb1q42.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=853&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/510141/original/file-20230214-18-nb1q42.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=853&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/510141/original/file-20230214-18-nb1q42.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=853&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/510141/original/file-20230214-18-nb1q42.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1072&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/510141/original/file-20230214-18-nb1q42.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1072&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/510141/original/file-20230214-18-nb1q42.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1072&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Constantino como vencedor de Licinio y protector de la Iglesia. Pintura de Giovanni Domenico Tiepolo Mainfr nkisches Museum W rzburg Germany DSC.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Constantine_as_victor_over_Lecinius_and_protector_of_the_church,_Giovanni_Domenico_Tiepolo,_1751_-_Mainfr%C3%A4nkisches_Museum_-_W%C3%BCrzburg,_Germany_-_DSC04573.jpg">Mainfränkisches Museum</a></span>
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</figure>
<p>Pero no todo fueron celebraciones. Muchos soldados de Licinio fueron ejecutados en aplicación del <em>ius belli</em> (el “derecho de la guerra” romano). Los gobernadores que el príncipe vencido había puesto al mando de sus provincias fueron sustituidos por hombres de confianza de Constantino, como los senadores Valerio Próculo o Julio Aureliano. </p>
<p>Además, para recordar su victoria, transformó la antigua colonia megarea de <a href="https://theconversation.com/bizancio-el-influencer-marginado-99123">Bizancio</a> en una nueva urbe, a la que dio el nombre de Constantinopla (“la ciudad de Constantino”). Allí estableció a muchos de sus veteranos para premiar su lealtad. Con el fin de ornamentar la que sería considerada una Nueva Roma hizo requisar obras de arte clásico conservadas en otras ciudades orientales.</p>
<p>La estabilidad interna del Imperio reunificado llegó, sin embargo, de la mano de unos hechos trágicos. Constantino ordenó la ejecución de su cuñado Licinio –como ya mencionamos– y, después, en 326, las de su hijo Crispo, su esposa Fausta y su sobrino Liciniano. Se desconoce en estos casos el motivo de la condena, aunque el más probable es la traición. Fue decretado el silencio oficial sobre ellas, las sentencias no se aplicaron en público y no ha trascendido ningún detalle verosímil al respecto. </p>
<p>Constantino se consagraba así como un buen administrador, pero también como un príncipe muy autoritario.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/199237/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Esteban Moreno Resano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En el año 324, el emperador Constantino restableció la unidad del Imperio romano después de derrotar a su cuñado Licinio.Esteban Moreno Resano, Profesor Titular de Historia Antigua, Universidad de ZaragozaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1919002022-11-23T17:45:41Z2022-11-23T17:45:41ZAntes de las redes sociales los romanos se comunicaban con inscripciones en bronce y piedra<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/491939/original/file-20221026-1498-wyxbqh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C11%2C2560%2C1690&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">La del Panteón de Roma es la inscripción romana con las letras más grandes hallada hasta la fecha y conservada completa. No se hizo durante la construcción sino que fue añadida después por Adriano y reza: “Marco Agripa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, lo hizo”. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pantheon_(45592022215).jpg">Sonse / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>En el Imperio Romano el elevado grado de alfabetización permitió desarrollar un particular medio de comunicación de masas: las inscripciones. Todos los aspectos de la vida (política, religión, sociedad y economía) se reflejaban en ellas y gran parte de la autoridad alcanzada por Roma en todos los rincones del Imperio se debió a su uso como estrategia de comunicación y propagandística. </p>
<p>Las inscripciones se convirtieron en símbolo del poder y la grandeza de Roma y en parte esencial de su identidad cultural.</p>
<h2>Las inscripciones en bronce: una estrategia de comunicación política</h2>
<p>La escritura como estrategia de comunicación política y difusión de las decisiones tomadas por los gobernantes toma forma en las inscripciones en bronce. Tablas con textos jurídicos y legislativos grabados en este material comenzaron a llenar las paredes de los espacios públicos más prestigiosos de las ciudades. El interés de las autoridades por la mayor difusión de estos epígrafes se refleja en uno de los fragmentos de bronce de la llamada <a href="https://www.museosdeandalucia.es/web/museoarqueologicodesevilla/obras-singulares/-/asset_publisher/GRnu6ntjtLfp/content/lex-irnitana"><em>Lex Irnitana</em></a> (Ley del Municipio Flavio Irnitano) del siglo I, hallada cerca de Sevilla:</p>
<blockquote>
<p>El dunviro (miembro del gobierno local) que en este municipio presida la jurisdicción haga que esta ley, en la primera oportunidad, sea grabada en bronce y fijada en el lugar más concurrido del municipio, de tal manera que pueda ser leída correctamente desde el nivel del suelo. </p>
<p>(<a href="http://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?txtSimpleSearch=Lex%20Irnitana%20(Tabla%20X)&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=simpleSelection&MuseumsSearch=MASE%7C&MuseumsRolSearch=2&listaMuseos=%5BMuseo%20Arqueol%F3gico%20de%20Sevilla"><em>Lex. Irn. 95</em></a>)</p>
</blockquote>
<p>En Roma, la capital del imperio, muchas de estas tablas de bronce se exhibían en las paredes del Capitolio, lugar de máximo prestigio y templo principal de la ciudad. Podemos imaginar lo impactante que debía ser ver estos bronces brillando al sol en los muros del monumental edificio. Era tal el valor que estas inscripciones adquirieron que el emperador Vespasiano, tras el incendio que tuvo lugar en el Capitolio, ordenó volver a grabar las tres mil tablas de bronce que habían ardido, <a href="http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/suetonio/10.html">según cuenta</a> <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Suetonio">Suetonio</a> (escritor del siglo I).</p>
<p>Evidentemente, la estrategia de comunicación que parecía resultar fructífera en la propia capital se utilizó también para facilitar la introducción del poder romano en los territorios conquistados. El llamado <a href="http://www.museodezaragoza.es/primeros-datos-sobre-el-bronce-de-novallas/">“Bronce de Novallas”</a>, hallado cerca de Zaragoza y datado en el siglo I a.e.c., es uno de los muchos testimonios de estos textos en bronce que encontramos en Hispania. Estos hallazgos nos muestran cómo las <a href="http://aelaw.unizar.es/files/publication/161102_publications_libro_celtiberico.pdf">poblaciones locales</a>, en este caso los celtíberos, asimilaron esta costumbre romana de grabar en bronce las disposiciones oficiales y exponerlas en público. </p>
<p>Pero, además, el “Bronce de Novallas” <a href="https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/33/39/36beltranetal.pdf">tiene una característica particular</a>, ya que está escrito en alfabeto latino pero utilizando la lengua celtibérica y algún préstamo del latín. Esto evidencia la penetración de la lengua y escritura latinas en la vida diaria de estas poblaciones. La difusión del latín fue tal que en época imperial desaparecieron la mayoría de las lenguas locales previas a la llegada de los romanos.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/491940/original/file-20221026-21-ihhcw7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/491940/original/file-20221026-21-ihhcw7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/491940/original/file-20221026-21-ihhcw7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=463&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/491940/original/file-20221026-21-ihhcw7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=463&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/491940/original/file-20221026-21-ihhcw7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=463&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/491940/original/file-20221026-21-ihhcw7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=582&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/491940/original/file-20221026-21-ihhcw7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=582&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/491940/original/file-20221026-21-ihhcw7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=582&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotografía del Bronce de Novallas hecha en el Museo de Zaragoza.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Conmemoración para superar el olvido: las inscripciones en piedra</h2>
<p>Al tiempo que las plazas públicas de las ciudades llenaban sus muros de inscripciones en bronce, símbolos del poder político y legislativo romano, las familias más prestigiosas financiaron la erección en estos espacios de monumentos para afianzar su poder social y económico: consistían en pedestales de estatuas de mármol o bronce con epígrafes que proclamaban los honores alcanzados por los homenajeados y que les hacían dignos de un espacio de prestigio como era el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Foro_(arquitectura)">foro</a>. El emperador o miembros de la familia imperial podían ser también destinatarios de dicho honor, otra forma de propaganda política que se extendió por todos los rincones del imperio.</p>
<p>Aquellos que no podían costearse estos monumentos en los espacios públicos recurrieron a los epitafios funerarios para lograr una cierta visibilidad, aunque fuera en espacios subalternos como las <a href="https://historicodigital.com/las-necropolis-romanas.html">necrópolis</a>. Estas se llenaron de inscripciones, unas breves, solo con el nombre del difunto y su edad de defunción, y otras con prolijos <a href="http://cle.us.es/clehispaniae/index.jsf">poemas</a>. Todas estas instaban a los viandantes a pararse a leer al menos el nombre de la persona allí enterrada. </p>
<p>Estos textos grabados sobre la piedra son un reflejo del deseo de dejar constancia pública y duradera de la propia fama, o simplemente de la existencia. La cultura romana no creía en la vida después de la muerte. Por lo tanto la realización de estas inscripciones sobre materiales resistentes que perduraran era una estrategia para superar el olvido.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/491941/original/file-20221026-8248-bi6onq.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/491941/original/file-20221026-8248-bi6onq.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/491941/original/file-20221026-8248-bi6onq.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/491941/original/file-20221026-8248-bi6onq.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/491941/original/file-20221026-8248-bi6onq.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/491941/original/file-20221026-8248-bi6onq.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/491941/original/file-20221026-8248-bi6onq.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/491941/original/file-20221026-8248-bi6onq.JPG?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Esta inscripción funeraria está dedicada por el marido de la fallecida y dice, a quien lo lea: ‘Descansa mientras te paras un momento, caminante, y lee la fortuna adversa de este que se lamenta, para que puedas conocer lo que yo, Trebio Basileo, desconsolado, escribí aquí debajo de corazón. (…) Te ruego que, de buen grado, leas entero el epitafio de quien se lo merece: conocerás el nombre de mi grata esposa’. La primera letra de cada línea forma en vertical el nombre de la difunta: Veturia Grata.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://collections.louvre.fr/en/ark:/53355/cl010277591#">Musée du Louvre / Maurice et Pierre Chuzeville</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El imperio romano: un mundo alfabetizado</h2>
<p>Estos textos iban dirigidos a la colectividad, por lo que es inconcebible que se realizaran sin contar con una comunidad lectora que los recibiera. La pérdida de la gran mayoría de testimonios de la cultura escrita, sobre todo la relativa a la vida cotidiana de las gentes comunes, dificulta establecer porcentajes de alfabetización. </p>
<p>La documentación conservada hace difícil poder dar una cifra estimada. Pero lo que nos ha llegado nos habla de la <a href="https://iphunizar.com/proyectos-de-sus-integrantes/escritura-cotidiana-alfabetizacion-contacto-cultural-y-transformacion-social-en-hispania-citerior-entre-la-conquista-romana-y-el-final-de-la-antiguedad/">escritura como pieza clave y habitual</a> no solo para la administración y la política romana, sino para la mayoría de los ámbitos de la vida cotidiana. La capacidad de leer y escribir, aunque fuera una destreza minoritaria, parece haber alcanzado una gran difusión en aquella época, seguramente no superada hasta la llegada de los tiempos modernos, del siglo XV en adelante.</p>
<p>La capacidad de expansión y perdurabilidad del Imperio romano hubiera sido imposible sin la escritura que, más allá de sostener las actividades militares, económicas y administrativas, empleada sobre soportes monumentales de piedra y metal servía como conmemoración para la posteridad. </p>
<p>Es cierto que al final de la Antigüedad el retórico <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ausonio">Ausonio</a> desconfiaba de las inscripciones como instrumentos de memoria duraderos: “¿Debemos sorprendernos de que los hombres hayan perecido? Sus monumentos se desmoronan, y la muerte afecta a las piedras y a los nombres inscritos en ellas” (Ausonio, <em>Epitaphia</em>, 32).</p>
<p>Sin embargo los centenares de miles de inscripciones monumentales latinas que conservamos de época romana, una cifra sin parangón en la mayoría de las demás civilizaciones urbanas, certifican que el objetivo quedó en gran parte conseguido.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/191900/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Adela Duclos Bernal recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación (Gobierno de España) a través de una beca FPI. </span></em></p>Las inscripciones en bronce y piedra fueron una forma de comunicación habitual en la Antigua Roma. Servían tanto para informar de decisiones políticas como de temas más populares.Adela Duclos Bernal, Contratada Predoctoral Departamento Ciencias de la Antigüedad, Universidad de ZaragozaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1794862022-04-11T16:40:20Z2022-04-11T16:40:20ZCrisis de refugiados: de Atila a Putin<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/456960/original/file-20220407-12485-bkwz1e.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C2%2C1797%2C1208&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">_Atila cruzando el Rhin_ (grabado a partir de una obra de Alphonse
de Neuville recogido en _Una historia de Roma_, Philip Van Ness Myers, 1917).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:A_history_of_Rome_(1917)_(14577543777).jpg">Wikimedia Commons / Internet Archive Book Images</a></span></figcaption></figure><p>La movilidad de la población o su deslocalización se produce a consecuencia de las crisis económicas, los cambios climáticos y las situaciones de conflicto, como la que está sufriendo Ucrania a raíz de la invasión rusa. Este grave suceso está provocando una diáspora de refugiados que atraviesan las fronteras huyendo de las consecuencias funestas de una barbarie sin sentido. </p>
<p>A ciencia cierta, no se sabe cuánto durará el conflicto, si semanas o meses, incertidumbre que azota, principalmente, al pueblo ucraniano, además de a los mercados internacionales, la economía, el comercio y que, sin lugar a dudas, nos pasará factura a todos.</p>
<p>La historia da lecciones de las que nunca logramos un aprendizaje, provocando situaciones que se repiten a lo largo de los siglos. Uno de los episodios que queremos destacar de la historia del Imperio Romano en materia de crisis política ante el problema de la migración tuvo lugar en el año 376, cuando miles de godos se empezaron a concentrar en los confines del imperio, en concreto, en la línea fronteriza natural del río Danubio. </p>
<p>La crisis se había originado por parte de los hunos, haciendo que miles de desplazados, huyendo del conflicto bélico, quisieran atravesar la frontera escapando de las hordas de Atila, como nos informa <a href="https://sirio.ua.es/libros/BEducacion/imperio_romano_II/ima0253.htm">Amiano Marcelino</a>.</p>
<h2>Operación Danubio</h2>
<p>Por razones humanitarias, se permitió a los godos atravesar la frontera, asumiendo el emperador los costes y el envío de medios para favorecer los traslados por el río Danubio y su posterior conducción a Tracia: barcas, almadías o troncos. Esta operación no estuvo exenta de problemas, ya que durante las evacuaciones muchos cayeron al agua y no lograron nadar hasta la orilla, pereciendo ahogados debido a las crecidas anormales del río. </p>
<p>Aunque <em>a priori</em>, el imperio manifestó su intención de apoyar a los refugiados materializándolo con hechos, lo cierto es que, en palabras del propio Amiano, esta población fue considerada como <em>plebe truculenta</em> y como aquellos que serían los “miserables peligrosos” y “futuros destructores del imperio”. </p>
<p>La administración romana no pudo atajar el problema; los oficiales enviados para controlar a los migrantes fueron incapaces de elaborar un censo con el número de refugiados que pasaban y que superaron la cifra de 200 000. Los primeros transportados visigodos lograron el beneplácito del emperador Valente, el cual concedió a los refugiados la asistencia humanitaria necesaria y les proporcionó terrenos de cultivo. </p>
<p>El problema se originó por dejar pasar a través de las fronteras a los bárbaros armados. El emperador había ordenado que entrasen sin armas por el río; sin embargo, los oficiales eludieron este mandato expreso sin hacer denuncia de estos hechos a cambio de que los godos prostituyesen a sus esposas e hijos, una situación lacerante y atroz. A esto se sumó la deficiente gestión de los oficiales romanos Lupicino y Máximo, designados para gestionar la crisis migratoria. Su comportamiento provocó la ira de los refugiados. </p>
<p>La pésima política que trató de controlar la migración del pueblo godo sobrepasó la capacidad administrativa romana; de hecho, lo que había comenzado como un establecimiento controlado de refugiados degeneró rápidamente en una afluencia masiva de muchos más, lo que desencadenó una situación de hambruna que Roma no estaba dispuesta a asumir. </p>
<p>Este escenario provocó una revuelta que llevó a seis años de saqueo y destrucción a través de los Balcanes, la muerte del emperador Valente en Adrianópolis en el 378 y la aniquilación de todo un ejército romano, todo ello por una imprudente política migratoria que derivó en la caída del imperio de occidente.</p>
<h2>El éxodo mediterráneo de 2015</h2>
<p>No podemos volver a cometer los errores del pasado, pero lo cierto es que en estos días en los que de nuevo vivimos una crisis profunda de refugiados ucranianos, asistimos a un fenómeno que también es parecido a otro que tenemos más reciente en nuestras memorias, <a href="https://www.acnur.org/noticias/historia/2015/12/5af94adf1a/2353-2015-12-30-16-24-16.html">el del año 2015 en el Mediterráneo</a>. Entonces, casi un millón de refugiados e inmigrantes llegaron a las costas europeas procedentes de Afganistán, Irak o Siria. Más de 3 550 personas perdieron la vida en un año. En el caso de Ucrania, el escenario bélico ha forzado el desplazamiento de más de cuatro millones de personas. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/456969/original/file-20220407-12-jw2pqq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456969/original/file-20220407-12-jw2pqq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456969/original/file-20220407-12-jw2pqq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456969/original/file-20220407-12-jw2pqq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456969/original/file-20220407-12-jw2pqq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456969/original/file-20220407-12-jw2pqq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456969/original/file-20220407-12-jw2pqq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456969/original/file-20220407-12-jw2pqq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Rescate de refugiados en el Mediterráneo por un barco irlandés el 15 de junio de 2015.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:LE_Eithne_Operation_Triton.jpg">Wikimedia Commons / Irish Defence Forces</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>Desde las hostilidades que comenzaron el 24 de febrero, no deja de producirse el éxodo masivo de mujeres, niños y ancianos que reviven una imagen, dura y triste, grabada en nuestra retina, la de <a href="https://www.nationalgeographic.es/photography/2017/03/esta-no-va-ser-la-primera-vez-que-la-imagen-de-un-nino-cambia-la-historia?image=03iconicphoto">Aylan Kurdi</a>, el niño sirio ahogado en una playa de Turquía como consecuencia del conflicto.</p>
<p>¿Qué tiene que ocurrir para remover nuestra conciencia como aquel trágico episodio que dio la vuelta al mundo? ¿Qué esperar de Putin y este conflicto? ¿Su apego al poder como autócrata que pretende perpetuarse tras la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Enmiendas_a_la_Constituci%C3%B3n_de_Rusia_de_2020">reforma constitucional</a>?</p>
<p>Quizá entre Atila, rey y líder guerrero, y Vladimir Putin, presidente de Rusia, existan similitudes, no solo por la búsqueda del poder económico y social, sino territorial. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/456967/original/file-20220407-20-lk6mod.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456967/original/file-20220407-20-lk6mod.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456967/original/file-20220407-20-lk6mod.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456967/original/file-20220407-20-lk6mod.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456967/original/file-20220407-20-lk6mod.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456967/original/file-20220407-20-lk6mod.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456967/original/file-20220407-20-lk6mod.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456967/original/file-20220407-20-lk6mod.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Civiles y soldados ucranianos se refugian bajo un puente en Kiev el 5 de marzo de 2022.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ukrainian_civilians_and_soldiers_take_shelter_under_a_bridge_in_Kyiv.jpg">Wikimedia Commons / Міністерство внутрішніх справ України</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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</figure>
<h2>Vulneración de los derechos de los refugiados</h2>
<p>Nos movemos en un mundo globalizado, cada país cuenta, pero no deben existir posturas con ambages sin respuestas claras en el conflicto. Como siempre, el refugiado es el más débil y las políticas migratorias imprudentes pueden provocar consecuencias nefastas y daños irreparables. </p>
<p>Es verdad que la Historia nos da lecciones, pero la crisis de refugiados no puede suponer la vulneración de sus derechos humanos, ya que huyen de un conflicto y no podemos permitir que algunos se aprovechen de su situación para que sean utilizados como moneda de cambio, especialmente los más <a href="https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/ninos-separados-no-acompanados-huyen-conflicto-ucrania-deben-recibir-proteccion">débiles: los niños y niñas</a>. </p>
<p>Y que no se repitan fenómenos como los que acontecieron en la crisis de 2015, cuando la desesperación y el abandono llevaron a decenas de menores refugiados a <a href="https://www.unicef.es/prensa/500000-ninos-migrantes-y-refugiados-expuestos-la-explotacion-en-una-crisis-que-alimenta-las">caer en las redes de la prostitución y en la explotación laboral</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179486/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>En el año 376 miles de godos huyeron de las hordas de Atila a través de la línea natural del Danubio. La pésima y descontrolada política migratoria del Imperio romano sobrepasó su política administrativa. ¿Hay similitudes entre la situación que ha provocado Putin y la que provocó el rey de los hunos?José Luis Zamora Manzano, Profesor Titular de Derecho romano, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaTewise Yurena Ortega González, Profesora Ayudante Doctor de Derecho Romano, Universidad de Las Palmas de Gran CanariaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1807602022-04-10T18:49:55Z2022-04-10T18:49:55ZLas carreras de carros, el mayor espectáculo de Roma<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/456918/original/file-20220407-11-uh0gqc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C2%2C1914%2C689&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Carrera de cuadrigas en _Ben Hur_.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cuadrigas_de_Ben_Hur_(1959).jpg">Metro-Goldwyn-Mayer</a></span></figcaption></figure><p>Como todos los años en Semana Santa, la televisión se inunda de películas “de romanos”, verdaderos clásicos de estas fechas, como la mítica <em>Ben-Hur</em>. Por ello he creído interesante hacer un repaso rápido al más grande y trepidante espectáculo de la antigua Roma: las carreras de carros en el circo. </p>
<p>Ciertamente, en estas competiciones los deportistas desafiaban a la muerte para poder conseguir la gloria. Veamos en qué consistía una jornada para un <a href="https://dle.rae.es/auriga">auriga</a>.</p>
<h2>De Rómulo a Taquinio</h2>
<p>Aunque <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Lucio_Tarquinio_Prisco">Tarquinio el Viejo</a> (siglo VI a.e.c.) fue el primero en introducir estas competiciones en la <em>urbs</em>, el mito le otorga a Rómulo su primera celebración. </p>
<p>Este quiso reunir a sus vecinos, allá por el siglo VIII a.e.c., con la excusa de celebrar unos juegos en honor del dios Conso. La celebración, en principio, constaba de unas carreras de carros. Las familias sabinas al completo, padres e hijos, acudieron a la invitación. En un momento determinado de la jornada, tras una señal, se llevó a cabo el plan de Rómulo: <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Rapto_de_las_sabinas">secuestrar a las jóvenes sabinas</a> para emparejar con ellas a sus colegas, los primeros romanos, que tenían una importante falta de mujeres con las que juntarse y procrear en su aún pequeña aldea. </p>
<h2>Localización y reglas</h2>
<p>Las carreras se celebraban en el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Circo_M%C3%A1ximo">Circo Máximo</a>. Era el edificio de mayores dimensiones de Roma y en él cabían cerca de 200 000 espectadores. En su arena se celebraban carreras de caballos, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Venatio"><em>venationes</em></a> o caza de animales, y luchas de gladiadores. Pero lo que más espectadores atraía eran las carreras de carros conducidas por aurigas. </p>
<p>Al principio solo participaban dos equipos: rojos (<em>factio russata</em>) y blancos (<em>factio albata</em>). Con Augusto se añadieron los azules (<em>factio veneta</em>); y los verdes (<em>factio prasina</em>) aparecieron ya en época de Calígula. Sobre la pasión que levantaban los colores, esto cuenta <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Plinio_el_Joven">Plinio el Joven</a>: </p>
<blockquote>
<p>“Se celebraban unos juegos de circo, un género de espectáculos que no me gustan lo más mínimo. Nada nuevo, nada diferente, nada que no sea suficiente haber visto una vez. Por todo ello, me resulta sorprendente que tantos miles de adultos deseen ver una y otra vez con una pasión tan infantil caballos corriendo y aurigas de pie sobre los carros. Si fuesen atraídos al espectáculo por la velocidad de los caballos o por la habilidad de los aurigas, habría al menos una cierta razón; pero es un color lo que ellos aplauden, es un color lo que ellos aman, y si en plena carrera y en medio de la competición se intercambiasen los colores, este para allí y aquel para aquí, el favor y el entusiasmo de la gente cambiaría igualmente, y abandonarían repentinamente a aquellos famosos aurigas, a aquellos famosos caballos, a los que reconocen a lo lejos, y cuyos nombres aclaman”.</p>
<p>(<em>Cartas IX</em>, 6).</p>
</blockquote>
<p>La posición de los caballos que tiraban del carro era muy importante. El del extremo izquierdo era el más fuerte y veloz, porque corría del lado de la <em>spina</em>. La <em>spina</em> era un muro que atravesaba la arena del circo de forma longitudinal (no olvidemos que el Circo Máximo tenía una planta alargada) y que servía de elemento alrededor del cual los carreristas giraban a gran velocidad. El carro más cercano a ella jugaba con ventaja, ya que recorría menos metros en sus giros y tenía más posibilidades de ganar si no se estrellaba contra la propia <em>spina</em> o con cualquier otro carro que quisiera invadir su espacio o adelantarlo.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/456946/original/file-20220407-11-ob9cq2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456946/original/file-20220407-11-ob9cq2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456946/original/file-20220407-11-ob9cq2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=356&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456946/original/file-20220407-11-ob9cq2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=356&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456946/original/file-20220407-11-ob9cq2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=356&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456946/original/file-20220407-11-ob9cq2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=447&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456946/original/file-20220407-11-ob9cq2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=447&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456946/original/file-20220407-11-ob9cq2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=447&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Planta del Circo Máximo de acuerdo con Samuel Ball Platner (1911).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Topographical_diagram_of_the_Circus_Maximus_by_Samuel_Ball_Platner.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Los caballos del interior iban sujetos al mástil del carro, pero los situados en el exterior se guiaban solo con el correaje. El auriga dirigía los caballos con sus caderas, donde tenía atadas las riendas. De esta forma podía tener libres las manos para utilizar el látigo.</p>
<p>Por supuesto, había tramposos y las apuestas tenían mucha culpa. El sabotaje e incluso la magia eran algo recurrente en las carreras debido a la gran rivalidad entre las facciones y los seguidores de las mismas. Se escribían peticiones de maldiciones a los dioses para traer la desgracia a los conductores de los carros de la facción opuesta. A veces los caballos y los aurigas eran envenenados.</p>
<h2>Un día en el circo</h2>
<p>El espectáculo comenzaba, en su parte pública, con el desfile de apertura o pompa que recorría las calles de Roma. Varios foros partían del Capitolio hasta la entrada del Circo Máximo, al que se accedía por la puerta principal. Se trataba de una gran procesión en la que participaba el representante del Estado (era el erario público el que asumía los gastos), los aurigas, músicos, coros, vecinos de la ciudad y las estatuas de los dioses, entre ellos, las de Marte y Júpiter. El desfile era ruidoso y vistoso y en él las facciones se exhibían con sus coloridos emblemas.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/456948/original/file-20220407-12-zppkme.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456948/original/file-20220407-12-zppkme.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456948/original/file-20220407-12-zppkme.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=389&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456948/original/file-20220407-12-zppkme.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=389&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456948/original/file-20220407-12-zppkme.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=389&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456948/original/file-20220407-12-zppkme.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=489&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456948/original/file-20220407-12-zppkme.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=489&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456948/original/file-20220407-12-zppkme.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=489&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotograma de la carrera de cuádrigas de <em>Ben-Hur</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:The_Chariot_Race_from_Ben-Hur_-_The_Movies_Come_From_America.jpg">Gilbert Seldes / Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>Ya en el circo, cada corredor se situaba en su lugar. Antes se había realizado un sorteo para determinar desde qué puesto de la <em>carcer</em>, las puertas de madera, saldrían. El sorteo se realizaba con unas bolas que eran introducidas en un bombo y se mezclaban. Se iban extrayendo de una en una. La primera bola, dependiendo del color, determinaba qué equipo iba a decidir antes que el resto en qué lugar se situaría para la salida.</p>
<p>Cuando el editor daba la <em>signum mittere</em>, la señal, comenzaba la carrera. El patrocinador dejaba caer una tela blanca (<em>mappa</em>) al suelo. Puede que además hubiese algún tipo de sonido –una trompeta–, puesto que no todos los aurigas y espectadores podrían ver la señal. El sistema de cierre de las <em>carceres</em> que contenía a los nerviosos caballos se abría y los carros salían a la carrera.</p>
<p>La competición consistía en dar siete vueltas en torno a la espina del circo. Ganar dependía tanto de la velocidad como de la estrategia y la astucia de los carreristas. Cada vuelta era de unos 560 m, lo que en total hacía casi 4 000 m de recorrido. Con César y Augusto, el número de carreras al día podía llegar a doce. Con los Flavios llegó a ser de cien.</p>
<p>Para contar las vueltas se utilizaba un sistema de “huevos” (<em>ouarium</em>) o delfines (<em>delphinium</em>). Se situaban sobre la <em>spina</em> y disponían de siete elementos móviles que accionaba un operario a medida que se iban corriendo las vueltas y se pisaba una línea marcada de blanco.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/456949/original/file-20220407-17-dehy7q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456949/original/file-20220407-17-dehy7q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456949/original/file-20220407-17-dehy7q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456949/original/file-20220407-17-dehy7q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456949/original/file-20220407-17-dehy7q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456949/original/file-20220407-17-dehy7q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456949/original/file-20220407-17-dehy7q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456949/original/file-20220407-17-dehy7q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Carrera de carros romanos. Fotograbado sobre papel de Ulpiano Checa.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Carrera_de_carros_romanos_fotograbado.jpg">Poniol / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Los choques de los carros, o <em>naufragia</em>, no eran extraños. El conductor del carro llevaba sobre la cabeza un yelmo de metal, una túnica corta muy ajustada del color que representaba y una faja ceñida con correas. Entre estas tiras portaba un puñal. Lo utilizaba si, por accidente, tuviese que cortar el correaje para evitar ser arrastrado por el suelo por los caballos y pisoteado por los animales de los otros carreristas. </p>
<p>Por lo general, la competición era de cuadrigas, es decir, de carros tirados por cuatro caballos, aunque se conocen otras carreras con carros de otros tamaños como los <em>biga</em> (dos caballos), los <em>triga</em> (de tres) o el carro más raro, tirado por diez caballos.</p>
<h2>¿Quién ganaba?</h2>
<p>El auriga vencedor era el que primero pisaba la línea de meta. Se le premiaba con una palma, una corona de laurel y recibía un premio en dinero que repartía entre la familia <em>quadrigonia</em> (el equipo). Sobre la cantidad del premio por las victorias, sabemos que el auriga Aurelio ganó 34 millones de sestercios. Tras la ceremonia, el ganador daba una última vuelta por el circo, alrededor de la <em>spina</em>, para recibir los aplausos del público. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/456943/original/file-20220407-10731-zd4i5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/456943/original/file-20220407-10731-zd4i5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/456943/original/file-20220407-10731-zd4i5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=403&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/456943/original/file-20220407-10731-zd4i5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=403&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/456943/original/file-20220407-10731-zd4i5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=403&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/456943/original/file-20220407-10731-zd4i5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=507&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/456943/original/file-20220407-10731-zd4i5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=507&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/456943/original/file-20220407-10731-zd4i5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=507&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Cayo Apuleyo Diocles, en una reproducción en mármol.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gaius_Appuleius_Diocles.jpg">Cemanta / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Algunos aurigas eran tratados como héroes en la ciudad. Conocemos el ejemplo de Cayo Apuleyo Diocles, un auriga español nacido en Augusta Emerita. Vivió alrededor del año 104 y se le considera el más famoso corredor de la historia de Roma. Corrió durante veinticuatro años, se retiró a los 42 y murió cuatro años después. Se afirmaba que había participado en 4 257 carreras y había conseguido 1 462 victorias, en la mayoría conduciendo una cuadriga.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/180760/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mª Engracia Muñoz Santos no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las carreras de cuádrigas son un clásico de las ‘películas de romanos’, con especial representación en Ben-Hur. Pero ¿cómo transcurría exactamente una carrera de carros romana?Mª Engracia Muñoz Santos, Investigadora. Arqueóloga e historiadora., Universitat de ValènciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1675652021-10-12T20:03:07Z2021-10-12T20:03:07ZLa vida laboral en Roma: ¿qué consideración tenían los trabajadores?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/423771/original/file-20210929-18-nuga56.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=37%2C29%2C2712%2C982&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Relieve encontrado cerca de Trier: un profesor con tres discípulos. Circa 180-185.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Roman_school.jpg?uselang=fr">Shakko/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>El trabajo ha sido una necesidad humana desde el amanecer de los tiempos. Mujeres y hombres se han visto en la necesidad de trabajar para subsistir y mejorar sus condiciones de vida. Hoy concebimos el trabajo como una dignidad y un derecho fundamental, pero hay que recordar que esto no siempre ha sido así, porque en las sociedades grecolatinas progresivamente se incubó un sentimiento de desprecio hacia el trabajo en general y, especialmente, hacia el trabajo manual y retribuido.</p>
<p>La causa principal de ese sentir negativo hacia el trabajo fue la existencia de la esclavitud y su integración en la estructura económica de muchos pueblos. La tenencia de uno o varios esclavos suponía para sus dueños disponer de una mano de obra numerosa, forzosa y gratuita, así como la ventaja de excluir el trabajo de sus condiciones de vida. </p>
<figure class="align-left ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/423557/original/file-20210928-28-11v2un3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/423557/original/file-20210928-28-11v2un3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=434&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/423557/original/file-20210928-28-11v2un3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=434&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/423557/original/file-20210928-28-11v2un3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=434&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/423557/original/file-20210928-28-11v2un3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=546&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/423557/original/file-20210928-28-11v2un3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=546&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/423557/original/file-20210928-28-11v2un3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=546&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Mosaico romano de Dougga que representa a unos esclavos.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mosaique_echansons_Bardo.jpg">Pascal Radigue/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>A los esclavos les fueron reservadas las tareas físicas más duras, las actividades manuales, aunque también hubo esclavos dedicados a otras tareas más intelectuales, como la enseñanza, la medicina, etc., las denominadas profesiones liberales. </p>
<p>Al mismo tiempo, filósofos e intelectuales como Platón, Sócrates y Cicerón fomentaron entre las clases altas la idea de que el trabajo era un “dolor”, un “castigo”, algo que era propio, por tanto, de los esclavos. </p>
<h2>Profesiones manuales e intelectuales (o liberales)</h2>
<p>Del pensamiento griego procede también la distinción entre “profesiones manuales” y “profesiones intelectuales o liberales” (<em><a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2005895">studia liberalia</a></em>), una clasificación que <a href="http://www.thelatinlibrary.com/cicero/off1.shtml#151">Cicerón llevó a la praxis</a> laboral romana, rechazando la mayor parte de las actividades de los comerciantes, usureros, artesanos y, en general, de todos aquellos que recibían un salario por sus esfuerzos y no por sus talentos (actividades <em>inliberales et sordidi</em>). Por el contrario, ensalza la agricultura y otras profesiones que denomina “sabias” o “<a href="http://interclassica.um.es/var/plain/storage/original/application/ecdee8f9c205bbce942e02bba0a84445.pdf">liberales</a>”, como la medicina, arquitectura o la enseñanza. </p>
<p>La jurisprudencia romana también se hizo eco de esta clasificación, que por otro lado fue modificándose al compás de los tiempos: trabajos antiguamente considerados indignos pasaron a tener un reconocimiento social mucho más positivo. El jurista Ulpiano <a href="http://www.thelatinlibrary.com/justinian/digest50.shtml">enumera una serie de profesiones</a> consideradas un <em>ars</em> o pertenecientes a los <em>studia liberalia</em>, pero lo hace desde un punto de vista jurídico-económico, en función de la forma de percibir la retribución por sus servicios. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/423553/original/file-20210928-2257-pb73sy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C2%2C1472%2C502&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/423553/original/file-20210928-2257-pb73sy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C2%2C1472%2C502&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/423553/original/file-20210928-2257-pb73sy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=205&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/423553/original/file-20210928-2257-pb73sy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=205&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/423553/original/file-20210928-2257-pb73sy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=205&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/423553/original/file-20210928-2257-pb73sy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=258&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/423553/original/file-20210928-2257-pb73sy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=258&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/423553/original/file-20210928-2257-pb73sy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=258&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Grabado de Trier. Labores agrícolas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Roman_harvester,_Trier.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Por regla general, los trabajadores intelectuales recibían unos <em>honoraria</em> (honorarios) por el trabajo realizado, mientras que los trabajadores manuales percibían una <em>merces</em> (renta, que aquí sería el equivalente de un <em>salarium</em> o salario), en función de la forma contractual con la que se hubiese formalizado el acuerdo de trabajo. Por el hecho de recibir una <em>merces</em> en las fuentes los trabajadores aparecen denominados <em><a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=151240">mercennarii</a></em> (trabajadores manuales, no especializados, asalariados, de donde procede el vocablo “mercenario”).</p>
<h2>El trabajo en el campo</h2>
<p>De todas las ocupaciones del Mundo Antiguo, en Roma la agricultura fue siempre considerada la más digna y provechosa. No puede olvidarse que fue la actividad económica principal entre los antiguos y Roma fue, durante siglos, una comunidad de agricultores. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/423559/original/file-20210928-20-ilvwrd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/423559/original/file-20210928-20-ilvwrd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/423559/original/file-20210928-20-ilvwrd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=393&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/423559/original/file-20210928-20-ilvwrd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=393&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/423559/original/file-20210928-20-ilvwrd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=393&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/423559/original/file-20210928-20-ilvwrd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=494&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/423559/original/file-20210928-20-ilvwrd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=494&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/423559/original/file-20210928-20-ilvwrd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=494&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ejemplar del siglo XV de ‘De agricultura’.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Italia,_m.p._catone,_de_agri_cultura,_e_varrone,_de_rustica,_XV_sec.,_pluteo_51.2.JPG">Sailko/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>Catón el Viejo recordaba, <a href="https://www.thelatinlibrary.com/cato/cato.agri.html">en el prefacio de su tratado <em>De Agri Cultura</em></a>, que al hombre de bien los antiguos lo llamaban “buen agricultor”, considerándolo el mayor elogio. Y Cicerón, entre los oficios dignos, <a href="http://www.thelatinlibrary.com/cicero/off1.shtml#151">enumeraba en primer lugar la agricultura</a>. Sin embargo, la coyuntura de la esclavitud desvirtuó la práctica de este noble oficio. Los esclavos, desde el siglo II a. e. c., fueron desplazando progresivamente a los hombres libres de las explotaciones agrícolas. </p>
<h2>La Medicina</h2>
<p>Los médicos fueron apreciados en Roma, pero no en todas las épocas. Procedentes de Grecia, cuna de la Medicina, muchos de ellos llegaron inicialmente en calidad de esclavos a finales del siglo III a. e. c., aunque ejercieron posteriormente su profesión unos como libertos y otros como hombres libres. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/423555/original/file-20210928-18-1bep0pg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/423555/original/file-20210928-18-1bep0pg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/423555/original/file-20210928-18-1bep0pg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=472&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/423555/original/file-20210928-18-1bep0pg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=472&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/423555/original/file-20210928-18-1bep0pg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=472&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/423555/original/file-20210928-18-1bep0pg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=593&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/423555/original/file-20210928-18-1bep0pg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=593&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/423555/original/file-20210928-18-1bep0pg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=593&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Niño enfermo llevado al templo de Asclepio.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:TempleofAesculapiusWaterhouse.jpg">John William Waterhouse/Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Por Catón sabemos que no eran apreciados en su tiempo (s. II a. e. c.) y despertaban escasa simpatía en la sociedad de la época. A través de Plinio sabemos que llegó incluso a prohibir a su hijo todo contacto con médicos: “<em><a href="https://penelope.uchicago.edu/Thayer/L/Roman/Texts/Pliny_the_Elder/29*.html">interdixi tibi de medicis</a></em>”.</p>
<p>En el siglo I a. e. c., Cicerón <a href="http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=urn:cts:latinLit:phi0474.phi049.perseus-lat1:3.1">considera ya la Medicina un <em>ars</em></a>. Sus servicios <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3398803">eran muy valorados en Roma</a> y, además, remunerados, salvo que fuesen libertos y estuviesen ligados por el derecho de patronato. Durante la época imperial se incrementó notablemente su prestigio social y llegaron a ser receptores de numerosos privilegios, como <a href="http://www.thelatinlibrary.com/suetonius/suet.caesar.html#42">la concesión de la ciudadanía romana</a> y <a href="https://lexundria.com/dio/53.30.3/cy">la exención de impuestos</a>.</p>
<h2>Las profesiones jurídicas</h2>
<p>En Roma existieron dos profesiones jurídicas: la de los juristas, que impulsaron el nacimiento de <a href="http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/13432/1/domingo_jurisprudenciaromana,cunadelDerecho.pdf">la jurisprudencia romana</a> (<em>iurisprudentia</em>), y la de <a href="https://www.iustel.com/v2/revistas/detalle_revista.asp?id_noticia=416181">los abogados</a> (<em>advocati</em>), que se dedicaban al ejercicio práctico del Derecho. </p>
<p>Los primeros fueron los artífices del brillante desarrollo de las instituciones jurídicas, creaban Derecho y asesoraban a magistrados y particulares. Los abogados eran peritos en Derecho y se encargaban de la representación procesal de sus clientes. Ambas profesiones fueron muy valoradas en Roma en todo momento.</p>
<h2>La educación</h2>
<p><a href="https://www.researchgate.net/publication/334763147_La_educacion_en_Roma_Articulo_publicado_en_la_revista_ArtyHum_62_2019_pp_134-161">La enseñanza</a> fue una actividad que durante largo tiempo estuvo ceñida al ámbito doméstico: la madre los primeros años y luego el padre se encargaban de la formación de sus hijos. Cuando Roma entró en contacto con el mundo griego, la educación se confió a esclavos y libertos procedentes de esta cultura, de modo que el reconocimiento social que tenían los profesores era escaso como consecuencia de su condición civil. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/423774/original/file-20210929-23-1ixmbqf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/423774/original/file-20210929-23-1ixmbqf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/423774/original/file-20210929-23-1ixmbqf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=209&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/423774/original/file-20210929-23-1ixmbqf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=209&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/423774/original/file-20210929-23-1ixmbqf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=209&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/423774/original/file-20210929-23-1ixmbqf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=263&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/423774/original/file-20210929-23-1ixmbqf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=263&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/423774/original/file-20210929-23-1ixmbqf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=263&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Niños jugando a la pelota. Circa s. II a.e.c.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Children_games_Louvre_Ma99.jpg">Marie-Lan Nguyen/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Más adelante, el interés por la cultura superó antiguos prejuicios, valorándose esta actividad. Como los médicos, los profesores en época imperial recibieron inmunidades y privilegios. </p>
<h2>El trabajo de los artesanos</h2>
<p>Escasa consideración social tuvo casi siempre <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1433236">el trabajo de los artesanos</a>. Con el término <em>artifex</em> (artesano) se denominaban a los trabajadores que integraban la mayor parte de los oficios tradicionales y conocidos, como pescadores, orfebres, sastres, cocineros, alfareros, etc., pero también a otros que se dedicaban a actividades que hoy denominamos artísticas, como la pintura o la escultura. </p>
<p><a href="http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Sen.+Ep.+88.18&fromdoc=Perseus%3Atext%3A2007.01.0080">Para Séneca</a>, pintores y escultores no ejercían un arte liberal, sino un oficio servil, servidores del lujo ajeno. Sin embargo, es obvio que el artesano se hallaba en posesión de un <em>ars</em>, gozaba de los conocimientos técnicos y la habilidad necesaria para el desarrollo de su profesión y la elaboración de manufacturas y obras de arte. Aun así, eran considerados simples trabajadores manuales, <em>mercennarii</em> por el hecho de percibir un salario por sus servicios. </p>
<p>Finalmente, Constantino dictó en el año 337 una ley por la que hasta un total de cuarenta profesiones quedaban eximidas del pago de ciertos impuestos o cargas económicas (pintores, escultores, plateros, carpinteros, etc.), lo que en cierta medida era un reconocimiento a su trabajo. </p>
<h2>Epílogo</h2>
<p>Es evidente que en la actualidad no existen profesiones indignas, fuera de las delictivas o altamente inmorales. Y la importancia de la clasificación entre profesiones manuales e intelectuales es simplemente relativa. Cualquier trabajo es de por sí inteligente, como decía Alonso Olea, y no es ni simplemente manual ni puramente intelectual, pues el desempeño de cualquier actividad de sesgo laboral precisa la interacción de ambas fuerzas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/167565/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Santiago Castán Pérez-Gómez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En las sociedades grecolatinas existía un sentimiento de desprecio hacia el trabajo en general y, especialmente, hacia el trabajo manual y retribuido.Santiago Castán Pérez-Gómez, Profesor Titular de Derecho Romano, Universidad Rey Juan CarlosLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1674602021-09-28T18:43:59Z2021-09-28T18:43:59ZMimo: el descaro teatral del Imperio romano<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/422336/original/file-20210921-13-enzha9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C5%2C1859%2C950&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Escena de mimo, Teatro de Sabratha, Libia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/sebastiagiralt/1352871076/in/album-72157601938868109/">Sebastià Giralt/Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span></figcaption></figure><p>La tradición literaria y performativa del género teatral del mimo es compleja, pero algo que parece claro es que proviene del mundo griego antiguo, muy posiblemente de las colonias de la llamada por los romanos Magna Grecia, donde la afición por los espectáculos teatrales tanto cultos como populares está bien atestiguada. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/422358/original/file-20210921-15-wlx888.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/422358/original/file-20210921-15-wlx888.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=565&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/422358/original/file-20210921-15-wlx888.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=565&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/422358/original/file-20210921-15-wlx888.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=565&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/422358/original/file-20210921-15-wlx888.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=710&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/422358/original/file-20210921-15-wlx888.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=710&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/422358/original/file-20210921-15-wlx888.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=710&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Antiguas colonias griegas de la Magna Grecia y dialectos.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Magna_Graecia_ancient_colonies_and_dialects-es.svg">Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>El mimo, qué duda cabe, formaría parte de estos últimos, aunque su carácter popular y en muchas ocasiones improvisado no estuvo nunca en absoluto reñido con una extraordinaria profesionalidad por parte de sus ejecutantes.</p>
<p>Por su parte, los romanos adoptaron desde muy pronto el género del mimo entre los espectáculos de diversión, tanto públicos como privados, a los que eran aficionados. De este modo, no parece que fuera infrecuente contratar una compañía de actores de mimo para entretener a los comensales en los banquetes privados, o para entretener a la multitud, bien en los interludios de teatros y anfiteatros, bien entre las carreras de carros y otras competiciones deportivas de circos y estadios. En cualquier caso, la diversión estaba garantizada.</p>
<h2>El descaro del mimo</h2>
<p>Los espectáculos de mimo podían variar desde el mero divertimento cómico hasta una auténtica trama teatral en la que la risa, eso sí, siempre triunfaba. Como su nombre indica, este género se entendía como una descarada <em>imitación</em> de la vida. Decimos “descarada” porque, a diferencia de todos los demás espectáculos teatrales de la época, incluido el espectáculo del pantomimo, los actores y actrices de mimo no llevaban máscara durante sus actuaciones. </p>
<p>Otro elemento característico del género del mimo, como veremos más adelante, es que permitía a las mujeres interpretar papeles femeninos y desarrollarse profesionalmente como actrices (<em>mimae</em>) y ‘directoras’ (<em>archimimae</em>) de compañías teatrales. Pero el descaro en la interpretación de los espectáculos de mimo iba más allá y tiene que ver, más bien, con la procacidad que caracterizaba a este género, para escándalo y menosprecio de muchos hombres de cultura del pasado. </p>
<p>El elemento paródico, la sátira social, la burla, en definitiva, constituían su ingrediente esencial. Los argumentos de las obras de mimo más frecuentes llevan la impronta de esa mirada procaz: son farsas mitológicas, caricaturas sociales, parodias literarias, burlas filosóficas, imitaciones de combates homéricos o parodias de prácticas cristianas. También fueron frecuentes mimos más exóticos con tramas que implicaban naufragios, raptos de piratas, chocantes encuentros con pueblos extranjeros, muertes falsas, apariciones y fantasmas. </p>
<h2><em>Commedia dell'arte</em> a la griega</h2>
<p>Con todo, al parecer, el caso más estereotipado de mimo teatral, debido al éxito popular del mismo, fue el conocido como “mimo de adulterio”, con excitantes escenas de infidelidad sorprendida más o menos <em>in flagrante</em> y con escenas de juicio incluido, donde el vicio era castigado o, al menos, condenado. Como señala <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Choricius_of_Gaza">Coricio de Gaza</a>, un autor del siglo VI de nuestra era y defensor de este controvertido género teatral para su época, en este tipo de mimos todo termina con una canción y con una buena y saludable dosis de risa.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/422897/original/file-20210923-23-ln2p5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/422897/original/file-20210923-23-ln2p5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/422897/original/file-20210923-23-ln2p5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=793&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/422897/original/file-20210923-23-ln2p5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=793&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/422897/original/file-20210923-23-ln2p5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=793&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/422897/original/file-20210923-23-ln2p5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=996&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/422897/original/file-20210923-23-ln2p5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=996&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/422897/original/file-20210923-23-ln2p5n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=996&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Relieve de Trier con pantomimo y máscaras.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.smb-digital.de/eMuseumPlus?service=ExternalInterface&module=collection&objectId=700162&viewType=detailView">Ingrid Geske/Antikensammlung der Staatlichen Museen zu Berlin - Preußischer Kulturbesitz</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>En efecto, los espectáculos de mimo de la amplia época imperial romana son los antecesores de la <em>commedia dell'arte</em> y se han comparado con espectáculos modernos como los del teatro de revista, de variedades o de cabaret. Incluían no solamente números de danza y canto sino también acrobacias e incluso números con animales en escena. Debían de ser muy dinámicos y llamativos, por lo que requerían una energía especialmente desarrollada de los actores y actrices implicados. Muchos de ellos llegaron, de hecho, a ser profesionales altamente reconocidos, aunque no todos gozaron de la misma suerte.</p>
<h2>Atuendos de mimo</h2>
<p>Además de la ausencia de máscara, a los actores de mimo se les relacionaba con el calzado de suela plana o incluso con la ausencia de calzado. Para interpretar, por ejemplo, las escenas trepidantes de los mimos de adulterio, donde el amante debe esconderse de la llegada intempestiva del marido burlado, o la doncella o la esposa han de burlar la vigilancia del celo doméstico, los actores y actrices necesitaban el menor impedimento posible para un movimiento ágil y expresivo en escena. </p>
<p>También se relacionaba a los actores de mimo con el <em>centunculus</em>, una especie de túnica de muchos colores, y con el <em>ricinium</em>, un manto con capucha que debía de usar sobre todo uno de los personajes estrella del género: el tonto o <em>stupidus</em>, que a menudo era calvo y que soportaba estólidamente en su oronda cabeza los golpes más violentos sin siquiera resentirse. A las actrices, algunas fuentes antiguas las relacionan más bien con poca ropa, pero debió de ser la <em>stola</em> su vestuario más frecuente. </p>
<p>Del mismo modo, se relacionaba al espectáculo de mimo con una cortinilla trasera (<em>siparium</em>) que permitía montar la representación donde fuera, en casas, teatros, circos, plazas y calles, y que facilitaba a actores y actrices el cambio de vestuario o el uso teatral de toda suerte de objetos de atrezo esenciales para el espectáculo. En cambio, eran las puertas, hasta cuatro, las que constituían la escenografía más habitual, probablemente porque, como bien sabemos, casa con muchas puertas “mala es de guardar”.</p>
<h2>Actrices</h2>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/422901/original/file-20210923-19-1x86tb0.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/422901/original/file-20210923-19-1x86tb0.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/422901/original/file-20210923-19-1x86tb0.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=779&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/422901/original/file-20210923-19-1x86tb0.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=779&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/422901/original/file-20210923-19-1x86tb0.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=779&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/422901/original/file-20210923-19-1x86tb0.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=978&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/422901/original/file-20210923-19-1x86tb0.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=978&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/422901/original/file-20210923-19-1x86tb0.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=978&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La emperatriz bizantina Teodora (en un mosaico de San Vital, en Rávena) antes fue actriz, ocupación relacionada en ocasiones con la prostitución.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Meister_von_San_Vitale_in_Ravenna_008.jpg">Wikimedia Commons / The Yorck Project</a></span>
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<p>Pero quizás el rasgo más singular del mimo fuera que, a diferencia de todos los demás géneros teatrales y performativos –salvo, quizás, el pantomimo–, <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-030-23828-5_3">permitía a las mujeres interpretar papeles femeninos</a> y exhibirse en escena. </p>
<p>En la antigüedad grecorromana, las compañías teatrales solían ser exclusivamente masculinas, a excepción de las de los espectáculos de mimo. Entre las razones que pueden explicar esta singularidad del mimo hemos de reconocer que este estaba considerado como un género menor, popular, de baja índole respecto a los demás géneros teatrales. Algunas actrices adoptaron nombres escénicos muy significativos como ‘Dionisia’ (en honor del dios del teatro) o, mi favorita, Énfasis (‘Aparición’). </p>
<p>Es más, si, por lo general, la profesión de actor era considerada <em>infamis</em> en el mundo romano, en el caso de las actrices de mimo esta consideración las condenaba a una especial marginalidad muchas veces equivalente a la de prostitutas. Esto no impidió, sin embargo, que muchas fueran valoradas por sus cualidades artísticas e incluso algunas, como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Pelagia_de_Antioqu%C3%ADa">Pelagia</a> o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Teodora">Teodora</a>, llegaran a alcanzar el estatuto de santas y emperatrices una vez renunciaron, eso sí, a tan provocadora profesión.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/422359/original/file-20210921-21-xq5wtc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/422359/original/file-20210921-21-xq5wtc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/422359/original/file-20210921-21-xq5wtc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=540&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/422359/original/file-20210921-21-xq5wtc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=540&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/422359/original/file-20210921-21-xq5wtc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=540&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/422359/original/file-20210921-21-xq5wtc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=679&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/422359/original/file-20210921-21-xq5wtc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=679&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/422359/original/file-20210921-21-xq5wtc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=679&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Primera columna de un papiro donde aparece un fragmento de los ‘Mimiambos’ de Herodas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:000_P.Lit.Lond._96_col._i.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<h2>Vestigios</h2>
<p>Se conservan, afortunadamente, <a href="https://www.rbalibros.com/gredos/mimiambos-fragmentos-mimicos-sufrimiento_4294">algunos fragmentos en papiro</a> de lo que parecen guiones de obras de mimo y que nos permiten leer la asombrosa calidad de estos espectáculos teatrales. También conservamos <a href="https://www.hup.harvard.edu/catalog.php?isbn=9780674031920">epigrafías funerarias</a> de actores y actrices de mimo que se precian de la calidad de su voz, de los premios conseguidos, de la extensión de su fama. </p>
<p>Constituyen, entre otras fuentes, un emocionante testimonio de la cultura popular del imperio romano y amplían nuestro conocimiento, más allá de los géneros tradicionales del canon teatral.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/167460/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lucía P. Romero Mariscal no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El mimo, un género considerado “descarado”, nace muy probablemente en las colonias de la Magna Grecia.Lucía P. Romero Mariscal, Titular de Filología Griega, Universidad de AlmeríaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1208362019-08-13T20:06:06Z2019-08-13T20:06:06ZLanistas: entrenadores, representantes y traficantes de gladiadores<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/285334/original/file-20190723-110187-1y1req9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=31%2C0%2C4222%2C2870&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fotograma de 'Gladiator', película dirigida por Ridley Scott en 2000.</span> <span class="attribution"><span class="source">Universal Pictures</span></span></figcaption></figure><p>Los combates de gladiadores en los anfiteatros romanos (<a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3324526"><em>munera gladiatoria</em></a>), han tenido, desde siempre, un gran interés entre el público. Tradicionalmente se han considerado espectáculos sangrientos, que siempre terminaban con la muerte de uno de los contendientes, cuando en realidad no era este el fin primordial del espectáculo, sino la exhibición de destreza, fuerza y resistencia, valores de una sociedad altamente militarizada que vivía por y para la guerra.</p>
<h2>Traficante de esclavos y gladiadores</h2>
<p>El <em>lanista</em> era un personaje esencial en los <em>munera gladiatoria</em>, un auténtico mercader de carne humana. Vivía en estrecho contacto con piratas y traficantes. </p>
<p>Obtenía sus gladiadores, en primer lugar, de los prisioneros de guerra. En segundo lugar, de los condenados por crímenes que podían estar destinados <em>ad ludum</em> para luchar como gladiador. Si conseguían varias victorias, podían obtener la <em>rudis</em> y la libertad. Por último, existían los <em>auctorati</em>, hombres libres, gladiadores por propia voluntad. Eran individuos “atraídos por el deseo de riqueza, gloria, fama, o por el simple deseo de probarse con las armas”. </p>
<p>Los lanistas también reclutaban esclavos que eran llevados a los anfiteatros por los mercaderes. Un amo podía condenar a un esclavo y destinarlo al oficio de gladiador o venderlo a los traficantes. Esta práctica fue habitual hasta la época de Adriano, cuando se empezó a exigir el consentimiento del esclavo, a menos que hubiese cometido graves delitos (HA, Hadr. 18). </p>
<p>Generalmente el lanista era un exgladiador, ya veterano, que durante algún tiempo había enseñado a los jóvenes aspirantes a gladiadores. Una vez concluida su actividad, había recibido la espada de madera (<em>rudis</em>), símbolo de su libertad. </p>
<p>Los romanos rechazaban a quienes se dedicaban a estos oficios. Eran considerados infames, <a href="http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Sen.+Ben.+6.12.2&fromdoc=Perseus%3Atext%3A2007.01.0023">como sabemos por Séneca</a>. Los lanistas solían ocultar su oficio bajo ciertos eufemismos como “negotiatiores familiae gladiatoriae"’. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/285335/original/file-20190723-110149-a2m6wc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/285335/original/file-20190723-110149-a2m6wc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/285335/original/file-20190723-110149-a2m6wc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/285335/original/file-20190723-110149-a2m6wc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/285335/original/file-20190723-110149-a2m6wc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=462&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/285335/original/file-20190723-110149-a2m6wc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=581&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/285335/original/file-20190723-110149-a2m6wc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=581&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/285335/original/file-20190723-110149-a2m6wc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=581&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">‘La muerte de Espartaco’, esclavo y gladiador, de Hermann Vogel.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://pt.wikipedia.org/wiki/Ficheiro:Tod_des_Spartacus_by_Hermann_Vogel.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>Además, el estatus del gladiador y del lanista era un <em>stigma</em> no solo social sino también físico. Podían ser marcados a fuego con un hierro candente, para identificarlos en caso de fuga y así poder devolverlos a sus amos o a la autoridad, o tatuados con el mismo propósito. </p>
<h2>"Fichajes” de grandes gladiadores</h2>
<p>Ahora bien, la infamia se podía evitar no cobrando por su participación en la arena, luchando para honrar a un líder o cumplir una promesa hecha a un emperador, cumpliendo con una obligación familiar, salvando a un amigo de la pobreza o vengando a un amigo muerto en la arena, <a href="http://www.bibliotecavirtualmadrid.org/bvmadrid_publicacion/es/consulta/registro.do?control=BDCM20130006390">como afirma Quintiliano</a>. En cualquier caso, la infamia solo existía en la estricta moral de Roma; en las <em>civitates</em> de las provincias la consideración del <em>infamis</em> era diferente. </p>
<p>El lanista también era un empresario que comerciaba con gladiadores, obteniendo un gran provecho, incluso aunque el gladiador muriese durante el combate. A finales de la República, los gladiadores ya se habían convertido en profesionales muy valorados y, como ocurre hoy en el fútbol, existía un auténtico “mercado de gladiadores”. </p>
<p>El emperador Marco Aurelio, a quien no le gustaban los <em>munera</em>, no se planteó su abolición. Muchos miembros de la alta sociedad invertían en el negocio. Además, el estado ingresaba anualmente grandes sumas de dinero por los impuestos que gravaban la gladiatura. Todo esto garantizaba, en definitiva, la permanencia del espectáculo. Su abolición hubiera tenido consecuencias nefastas para la economía romana, al igual que ocurriría hoy día si se prohibiera el fútbol.</p>
<p>Además, los combates de gladiadores movían tanto dinero por la propia avaricia de los lanistas que mantenían constantemente elevado el precio de los gladiadores <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=788343">para tener mayor margen de beneficio</a>. De hecho, los precios eran tan altos en época de Marco Aurelio que el sistema amenazaba con colapsarse. Sin embargo, como los <em>munera</em> eran esenciales para mantener la estabilidad del imperio, Marco Aurelio dictó una ley para regular los precios.</p>
<p>Esta ley se conoce con el nombre de <a href="http://museodeljuego.org/wp-content/uploads/contenidos_0000000519_docu1.pdf">Oratio de pretiis gladiatorum minuendis</a>, y fue aprobada por Marco Aurelio y Cómodo en el año 177. Una de sus múltiples copias apareció en Itálica. De su contenido se infiere que había dos tipos de gladiadores: los de nivel normal (<em>gregarii</em>), que podían cobrar entre 1.000 y 2.000 sestercios y los de nivel alto (<em>meliores</em>), que cobraban entre 3.000 y 15.000 sestercios. Los espectáculos debían formarse con los dos tipos a partes iguales y si no se disponía de suficientes gladiadores “baratos” se debía cubrir el cupo con los “mejores”, pero al precio de los <em>gregarii</em>. El gladiador se llevaba un porcentaje dependiendo de su nivel. </p>
<p>Solo en concepto de lo que el estado reclamaba a cada lanista como impuesto (el 25 o el 33% de sus ingresos), el fisco romano ingresaba, en época de Marco Aurelio, 30 millones de sestercios al año, una cantidad muy, pero que muy, considerable. </p>
<h2>Entrenador y “cabeza de familia”</h2>
<p>El lanista era el propietario del <em>ludus</em>. En estas escuelas se formaban y entrenaban los gladiadores, tanto los nuevos (<em>novicii</em>) como los ya consagrados (<em>veterani</em>). </p>
<p>Durante el Imperio, habría más de 150 <em>ludi</em> repartidos por Roma y las provincias. Cada uno representaba un polo de actividad económica floreciente para la ciudad en que se encontraba. Los lanistas eran los propietarios de los más prestigiosos. En Hispania tenemos documentado epigráficamente el <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5805607">ludus Hispanianus, con sede en Corduba</a>. </p>
<p>Cuando un aspirante llegaba a un ludus se le llamaba <em>tiro</em>. Independientemente de que fuese esclavo, <em>damnatus ad ludum</em> o voluntario, todos debían pasar un mismo proceso de selección inicial para probar las condiciones del recién llegado. </p>
<p>Al aspirante se le asignaba un doctor para que le hiciese una primera evaluación. El lanista supervisaba el proceso. Luego, se le daba una espada de madera para ver cómo reaccionaba a las acometidas de alguno de los <em>magistri</em>. Se estudiaban sus movimientos, velocidad de reacción, agresividad, si tenía técnica en el uso de las armas, su fuerza en el cuerpo a cuerpo, etc. A los que no tenían las condiciones adecuadas se les enviaba a los <em>gregarii</em> para luchar en grupo.</p>
<p>Por el contrario, si el <em>tiro</em> mostraba cualidades, se le destinaba al grupo gladiatorio que mejor se adecuaba; es decir, si era fuerte, a las armas pesadas y, si era menos fuerte pero ágil, a las armas ligeras. Una vez determinado en qué grupo rendía mejor, el <em>tiro</em> quedaba adscrito a la unidad que se le asignara y desde entonces comenzaba a entrenar con ellos, sometido a la disciplina del <em>doctor</em>, que era quien dirigía ese grupo. </p>
<p>Había un <em>doctor</em> especialista en cada tipo gladiatorio. Los <em>doctores</em> eran gladiadores ya retirados que habían destacado en el arma que ahora enseñaban. Estaban auxiliados por los <em>magistri</em>, gladiadores recientemente retirados o incluso en activo, que aún no podían aspirar a <em>doctores</em>. Los <em>magistri</em> eran los encargados de enseñar las “prácticas” y “técnicas” gladiatorias. </p>
<p>El primer combate era el momento para adoptar el apodo o nombre por el que iba a ser conocido el gladiador. Se buscaba que sonase bien y fuese rimbombante, para que llamase la atención en los anuncios y la gente pudiese aprenderlo con facilidad. Se trataba de una cuestión de mero marketing, ya que era uno de los medios de los que disponía el gladiador para venderse a sí mismo. </p>
<p>Los <em>lanistas</em>, junto con sus <em>doctores</em> y <em>magistri</em>, les enseñaban a cubrirse el torso con el escudo de una manera efectiva. Les enseñaban también a golpear con la punta de la espada y no con los filos, ya que clavando se causaban heridas más profundas y más letales que dando tajos. Igualmente, les instruían para llevar el combate de forma adecuada, con el objetivo de lograr la victoria. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/285309/original/file-20190723-110154-16csmvq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/285309/original/file-20190723-110154-16csmvq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/285309/original/file-20190723-110154-16csmvq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=499&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/285309/original/file-20190723-110154-16csmvq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=499&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/285309/original/file-20190723-110154-16csmvq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=499&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/285309/original/file-20190723-110154-16csmvq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=628&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/285309/original/file-20190723-110154-16csmvq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=628&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/285309/original/file-20190723-110154-16csmvq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=628&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Mosaico de Villa Borghese en el que un gladiador ataca con una daga a su oponente.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Retiarius_vs_secutor_from_Borghese_mosaic.jpg?uselang=es">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Vivir en un <em>ludus</em> tenía sus ventajas e inconvenientes. Inconvenientes eran los castigos corporales, la rutina diaria o el no poder salir de allí, en muchos casos. Entre las ventajas estaban el tener comida asegurada o contar con techo y seguridad personal ante ladrones y criminales. El <em>lanista</em> solía tratar bien a los gladiadores en su <em>ludus</em>, aunque dicho trato solía depender del lugar del que venían. Así, los condenados estaban sujetos a una vigilancia más estricta, porque si escapaban el estado podía pedir responsabilidades al lanista. Los esclavos gozaban de más libertad, y los <em>auctorati</em> de libertad completa. De hecho, algunos vivían fuera del <em>ludus</em>, en su casa, con su mujer e hijos, e iban allí solo a entrenar. </p>
<p>Todos debían acatar la ley del <em>lanista</em> y cumplir la estricta educación del <em>ludus</em>. El incumplimiento de la disciplina se penaba con castigos físicos e incluso con la muerte. Cualquier motín era reprimido rápidamente por los soldados. No se les permitía tener armas, que se guardaban en el <em>armamentarium</em>.</p>
<h2>Alimentación, dieta y salud</h2>
<p>El <em>lanista</em> se ocupaba también de la salud de los gladiadores. En cualquier <em>ludus</em> y anfiteatro había, al menos, un médico. </p>
<p>También se ocupaban de la dieta de los gladiadores. Se consideraba un elemento esencial para preservar la salud y lograr el máximo rendimiento deportivo, por lo que una de las tareas principales del médico era confeccionar un menú que permitiese al gladiador rendir al máximo de sus posibilidades. </p>
<p>Debido a las necesidades de fuerza que imponía el combate gladiatorio, la carne era un alimento predominante para aumentar la masa muscular y la fuerza. Junto con la carne, fuente de proteínas, comían alimentos ricos en hidratos de carbono, como la cebada, legumbres y, sobre todo, alubias. Y complementos nutricionales: infusiones de ceniza de madera y de hueso, muy ricas en calcio, que les ayudaban a tener huesos fuertes y a recuperarlos fácilmente en el caso de fracturas. La comida de los gladiadores, <a href="http://www.bibliotecavirtualmadrid.org/bvmadrid_publicacion/es/consulta/registro.do?control=BDCM20130006390">como afirma Quintiliano</a>, “no sabe muy bien, pero fortalece el cuerpo”.</p>
<h2>Conclusión</h2>
<p>El <em>lanista</em> era una pieza clave en el desarrollo de los juegos gladiatorios. Sin esta figura no podríamos comprender, hoy día, la enorme duración de la gladiatura en el Imperio Romano (más de siete siglos), ni la expectación y admiración que han generado y siguen generando los combates de gladiadores entre nuestros contemporáneos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/120836/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mauricio Pastor Muñoz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Tradicionalmente se han considerado las luchas entre gladiadores espectáculos sangrientos cuando en realidad el fin primordial del espectáculo era la exhibición de destreza, fuerza y resistencia.Mauricio Pastor Muñoz, Catedrático de Historia Antigua, Universidad de GranadaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.