tag:theconversation.com,2011:/us/topics/integrismo-89322/articlesintegrismo – The Conversation2022-09-23T11:23:48Ztag:theconversation.com,2011:article/1912752022-09-23T11:23:48Z2022-09-23T11:23:48ZIrán: Las protestas por la imposición del hiyab suscitan llamadas feministas a la acción en todo el mundo árabe<p>Las autoridades iraníes están reprimiendo las protestas que estallaron tras la muerte bajo custodia de una mujer de 22 años que fue detenida por la policía de la moral por no llevar el hiyab adecuadamente. La <a href="https://www.bbc.co.uk/news/world-middle-east-62986057">muerte de Mahsa Amini</a>, que al parecer fue golpeada tras ser detenida por llevar el pañuelo “de forma inadecuada”, desató protestas callejeras. </p>
<p>Los disturbios se han extendido por todo el país después de que muchas mujeres quemaran sus pañuelos para protestar contra las leyes que les obligan a llevar el hiyab. Según los informes, siete personas han sido asesinadas, y <a href="https://twitter.com/netblocks/status/1572651793355603972">el gobierno ha cerrado casi por completo</a> Internet.</p>
<p>Pero en el mundo árabe –incluido Irak, donde me crié– las protestas han llamado la atención y las mujeres se están <a href="https://twitter.com/i/spaces/1RDGlaVekMMJL/peek">citando en internet</a> para <a href="https://twitter.com/EsraaMAA1/status/1572373663164538882?s=20&t=sP2kn4dJ7RZUSqWT6GDr6w">ofrecer solidaridad</a> a las mujeres iraníes que luchan bajo el duro régimen teocrático del país.</p>
<p>La imposición del hiyab y, por extensión, la tutela sobre los cuerpos y las mentes de las mujeres, no son exclusivas de Irán. Se manifiestan en diferentes formas y grados en muchos países. </p>
<p>En Irak, y a diferencia del caso de Irán, el uso forzado del hiyab <a href="https://www.mei.edu/publications/constitutional-and-legal-rights-iraqi-women">es inconstitucional</a>. Sin embargo, la ambigüedad y las contradicciones de gran parte de la Constitución iraní, en particular el <a href="https://www.constituteproject.org/constitution/Iraq_2005.pdf?lang=en">artículo 2</a> que dice que el Islam es la fuente principal de legislación, ha permitido forzar el uso de hiyab.</p>
<p>Desde la década de 1990, cuando Saddam Hussein lanzó su <a href="https://www.theguardian.com/world/2005/jan/24/iraq.rorymccarthy1">Campaña de la Fe</a> en respuesta a las sanciones económicas impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU, se ha generalizado la presión sobre las mujeres para que lleven el hiyab. Tras la invasión del país liderada por Estados Unidos, la situación empeoró bajo el gobierno de los partidos islamistas, muchos de los cuales tienen estrechos vínculos con Irán. </p>
<p>En contra de la afirmación hecha en 2004 por el presidente estadounidense <a href="https://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2004/03/20040312-5.html">George W. Bush</a> de que el pueblo iraquí estaba “aprendiendo ahora las bendiciones de la libertad”, las mujeres han estado soportando la pesada mano del patriarcado perpetuado por el islamismo, la militarización y el tribalismo, exacerbado por la influencia de Irán.</p>
<p>Salir sin hiyab en Bagdad se convirtió en una lucha diaria para mí después de 2003. Tenía que ponerme un pañuelo en la cabeza para protegerme siempre que entraba en un barrio conservador, especialmente durante los años de violencia sectaria. </p>
<p>Los recuerdos de los carteles y pancartas prohiyab que colgaban en los alrededores de mi universidad en el centro de Bagdad siempre me han perseguido. La situación no ha cambiado en dos décadas, con el hiyab <a href="http://www.idu.net/modblank.php?mod=news&modfile=print&itemid=25626">obligatorio</a> en las escuelas primarias y secundarias. </p>
<p>Una <a href="https://www.bbc.com/arabic/trending-62985885">nueva campaña</a> contra el uso obligatorio del hiyab en las escuelas públicas iraquíes ha surgido en las redes sociales. Natheer Isaa, una de las principales activistas del grupo <a href="https://twitter.com/Nathereisaa">Women for Women</a>, que lidera la campaña, me dijo que el hiyab es apreciado por muchos miembros conservadores o tribales de la sociedad y que la reacciones violentas son previsibles.</p>
<p>Campañas similares fueron suspendidas debido a amenazas y ataques en línea. Las mujeres que publican en las redes sociales con el <em>hashtag</em> de la campaña #notocompulsoryhijab (“no al hiyab obligatorio”), han atraído <a href="https://twitter.com/am_m_zhs/status/1571931577491275782?s=20&t=Y9fneuMxJufMq7RgcRMsSg">tuits reaccionarios</a> acusándolas de ser antiislámicas y antisociales. </p>
<p>Acusaciones similares se lanzan contra las mujeres iraníes que desafían al régimen quitándose o quemando sus pañuelos. El clérigo chiíta iraquí Ayad Jamal al-Dinn <a href="https://twitter.com/hiba_alnnayib/status/1572696301363666944?s=20&t=n1UixEREr2gur81vBChBgA">arremetió</a> contra las protestas en su cuenta de Twitter, calificando a las mujeres iraníes que protestan de “putas antihiyab” que buscan destruir el Islam y la cultura.</p>
<h2>Ciberfeministas y hombres reaccionarios</h2>
<p>En mi <a href="https://warwick.ac.uk/fac/soc/pais/research/projects/internationalrelationssecurity/cyberfeminisms/">trabajo etnográfico digital</a> sobre el ciberfeminismo en Irak y otros países, me he encontrado con numerosas reacciones similares ante las mujeres que cuestionan el hiyab o deciden quitárselo. Las mujeres que utilizan sus cuentas en las redes sociales para rechazar el hiyab suelen recibir ataques sexistas y amenazas que intentan avergonzarlas y silenciarlas. </p>
<p>Las que hablan abiertamente de su decisión de quitarse el hiyab reciben las reacciones más duras. El hiyab está vinculado al honor y la castidad de las mujeres, por lo que quitárselo se considera un desafío.</p>
<p>La lucha de las mujeres contra el hiyab obligatorio y la reacción contra ellas desafía la narrativa cultural predominante que dice que llevar el hiyab es una elección libre. Mientras que muchas mujeres deciden libremente si lo llevan o no, otras se ven obligadas a llevarlo. </p>
<p>Por ello, los académicos deben revisar el discurso en torno al hiyab y las condiciones que perpetúan su uso obligatorio. Al hacerlo, es importante alejarse de las falsas dicotomías de cultura frente a religión, o de lo local frente a lo occidental, que oscurecen en lugar de iluminar las causas fundamentales del hiyab obligatorio.</p>
<p>En su <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0141778919849525">investigación académica</a> sobre la violencia de género en el contexto de Oriente Medio, la académica feminista Nadje al-Ali hace hincapié en la necesidad de romper con esta dialéctica y reconocer las diversas y complejas dinámicas de poder implicadas, tanto a nivel local como internacional. </p>
<p>La cuestión de obligar a las mujeres a llevar el hiyab en las sociedades conservadoras debería estar en el centro de cualquier debate sobre la lucha más amplia de las mujeres por la libertad y la justicia social. </p>
<p>La lucha de las mujeres iraníes contra el uso obligatorio del hiyab, a pesar de las medidas de seguridad, forma parte de una lucha más amplia de las mujeres contra los regímenes conservadores autocráticos y las sociedades que les niegan su autonomía. La indignación colectiva en Irán e Irak nos invita a desafiar el hiyab obligatorio y a quienes se lo imponen a las mujeres o perpetúan las condiciones que lo permiten.</p>
<p>Como me dijo una activista iraquí: “Para muchas de nosotras, el hiyab es como las puertas de una cárcel, y nosotras somos las prisioneras invisibles”. Es importante que los medios de comunicación internacionales y las activistas saquen a la luz su lucha, sin suscribir la narrativa de que las mujeres musulmanas necesitan ser salvadas por la comunidad internacional.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/191275/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Balsam Mustafa no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las activistas feministas utilizan Internet para desafiar a la clase dirigente conservadora y empoderar a las mujeres árabes.Balsam Mustafa, Leverhulme Early Career Research Fellow, Department of Politics and International Studies, University of WarwickLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1897112022-09-08T17:00:21Z2022-09-08T17:00:21ZRushdie y Averroes frente a los fanatismos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/482494/original/file-20220902-24-61ad4q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=16%2C5%2C3655%2C2444&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Salman Rushdie en Berlín en 2013.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/september-14-2013-berlin-writer-salman-154236236">Shutterstock / 360b</a></span></figcaption></figure><p>Salman Rushdie, el célebre escritor de origen indio autor de <em>Los versos satánicos</em>, fue <a href="https://www.nytimes.com/2022/08/13/nyregion/rushdie-video-stabbed-ny.html">apuñalado el 12 de agosto</a> en Nueva York por Hadi Matar, un joven estadounidense de 24 años de origen libanés. Se escribía así el último capítulo de una historia de violencia que se inició en 1989 cuando el ayatolá Jomeini, líder supremo de Irán, emitió su tristemente famosa <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-62528764"><em>fatwa</em></a>. En ella tildaba la obra de blasfema y sentenciaba a muerte tanto a Rushdie como a sus colaboradores, desatando una oleada de ataques por todo el planeta. </p>
<p>Este agosto, más de tres décadas después de que se iniciase esta persecución global, un chico nacido en plena California decidió cumplir una venganza por unas palabras que fueron escritas a miles de kilómetros y una década antes de que naciera. La violencia parece lograr saltar no solamente de país en país, sino también de generación en generación.</p>
<p>Muchas voces se han alzado preguntando: ¿Qué ha fallado?, ¿qué ha pasado para que un joven nacido y criado en el epicentro de la tolerancia y la multiculturalidad, en la era del Tik Tok e Instagram, se haya unido a una espiral de venganza y violencia? Otras voces han replicado a esta pregunta con otra igual de incómoda: ¿Acaso lo que ha fallado no ha sido otra cosa que nuestras expectativas?, ¿no es acaso un fanatismo tan ciego y desconectado de la realidad como aquellos que denunciamos nuestra creencia de que nuestra democracia liberal es capaz de resistirlo todo, de integrarlo todo?</p>
<p>Francis Fukuyama y Samuel P. Huntington respondieron a estas preguntas de forma tan contundente como opuesta. El primero pronosticó en su <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_End_of_History_and_the_Last_Man"><em>El fin de la Historia</em></a> que el mundo adoptaría el libre mercado y la democracia liberal como sistema global, alcanzándose la última fase de evolución política de la humanidad y la paz global. Estas tesis adquirieron gran popularidad tras el colapso de la URSS, cuando parecía que el mundo se había comenzado a librar de los totalitarismos y el riesgo nuclear. </p>
<h2>La paz como anomalía histórica transitoria</h2>
<p>Tiananmén, Sarajevo y Ruanda habían sembrado de piedras este camino, pero el <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/September_11_attacks">11 de septiembre de 2001</a> las promesas de Fukuyama saltaron definitivamente por los aires junto al World Trade Center. El mundo buscó un modelo que explicara lo que ocurría y lo encontró en Huntington y su <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Clash_of_Civilizations"><em>Choque de civilizaciones</em></a>. El famoso politólogo consideraba que el mundo se encontraba inmerso en un permanente conflicto, no basado en la ideología, como durante la Guerra Fría, sino en un choque de religiones. Todo periodo de paz global basado en el comercio mundial y el derecho internacional no era sino un espejismo temporal, una anomalía histórica que la rueda de la Historia se encargaría de corregir como lo hizo aquel 11 de septiembre.</p>
<p>Huntington identificaba varias razones para tan negro presagio: consideraba que las diferencias entre civilizaciones eran demasiado profundas, que las interacciones y fricciones entre civilizaciones se estaban incrementando y que las identidades nacionales estaban desapareciendo, siendo sustituidas por identidades civilizatorias. En este sentido, la madre de Matar anunció que su hijo <a href="https://nypost.com/2022/08/14/mom-of-salman-rushdie-stabber-hadi-matar-says-she-wont-speak-to-son-again/">cambió radicalmente</a> cuando, tras el divorcio de sus padres, viajó a la ciudad de origen de la familia, <a href="https://www.reuters.com/world/middle-east/residents-rushdie-suspects-lebanese-village-say-incident-has-little-do-with-them-2022-08-15/">Yaroun</a>, localidad fronteriza con Israel y famosa por su apoyo a Hezbolá.</p>
<p>Otro factor es la pérdida de poder global de Occidente y la aparición de nuevos poderes no occidentales. Si la desordenada retirada de EE. UU. de <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/2021_Kabul_airlift">Afganistán</a> marcó para muchos el fin de una época en la cual Occidente exportaba sistemas democráticos como quien exporta semiconductores, la invasión rusa de Ucrania fue el canto del cisne de esta era de superioridad moral.</p>
<h2>La política puede cambiar fácilmente, pero la religión no</h2>
<p>Y el declive político viene acompañado del declive económico: si en <a href="https://www.visualcapitalist.com/u-s-share-of-global-economy-over-time/">1960</a> EE. UU. representaba el 40% del PIB mundial y China solo el 4 %, en 2019 la participación de EE. UU. se reducía hasta el 24 % y la de China crecía hasta el 16 %. Huntington concluye que, aunque queramos cambiar esta dinámica, el tiempo no juega a nuestro favor: mientras la política y la economía pueden cambiarse fácilmente, la cultura y la religión llevan milenios. Así, mientras los choques políticos son como estrellas fugaces que se desvanecen en los libros de Historia, los grandes choques tectónicos son los que se dan entre civilizaciones.</p>
<p>¿Estamos condenados a sufrir este oscuro augurio? Quizá, a pesar de todo, existan motivos para la esperanza. En primer lugar, el futuro no está escrito: también en la Guerra Fría abundaron los análisis que consideraban que un conflicto nuclear entre EE. UU. y la URSS era <a href="https://foreignpolicy.com/2017/06/09/the-thucydides-trap/">inevitable</a>. </p>
<p>En segundo lugar, es posible encontrar ejemplos de coexistencia religiosa en una misma entidad política: <a href="https://www.jrc.sophia.ac.jp/uploads/2017/05/38.02-Thomas-3.pdf">India</a>, por ejemplo, con todos los problemas políticos y sociales que pueda tener, ha logrado convertirse en la mayor democracia del planeta con 1 400 millones de hinduistas, musulmanes, cristianos, sijs, budistas, jainistas y animistas. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/482495/original/file-20220902-17-dgxpxc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/482495/original/file-20220902-17-dgxpxc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/482495/original/file-20220902-17-dgxpxc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/482495/original/file-20220902-17-dgxpxc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/482495/original/file-20220902-17-dgxpxc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/482495/original/file-20220902-17-dgxpxc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/482495/original/file-20220902-17-dgxpxc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/482495/original/file-20220902-17-dgxpxc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Estatua de Averroes en Córdoba.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cordoba-spain-may-25-2015-statue-285718790">Shutterstock / Renata Sedmakova</a></span>
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<h2>El padre de Salman Rushdie</h2>
<p>En tercer lugar, dentro de toda civilización surgen voces que tienden puentes de comunicación y entendimiento con las demás: el padre de Rushdie adoptó su apellido como homenaje a <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Averroes">Averroes</a>, el célebre filósofo musulmán cordobés del siglo XII. Anis Ahmed renunció a su apellido familiar para cambiarlo por el de Ibn Rushd –en árabe–. Al igual que Rushdie, Averroes también sufrió la censura, el destierro y los ataques del fanatismo, en su caso por defender que la filosofía aristotélica y el libre conocimiento no se oponían al Islam. Y, a pesar de los violentos intentos por acallarle, su pensamiento filosófico ha llegado hasta nuestros días. De la misma forma, Matar no ha podido acallar la voz de Rushdie y su obra seguirá siendo un radical ejemplo de libertad frente a los fanatismos de todo tipo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/189711/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Juan Luis López Aranguren no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Como Salman Rushdie, Averroes también sufrió los ataques del fanatismo. Por eso el padre del escritor se cambió su apellido original por el del pensador. Las diferencias entre civilizaciones siempre han sido demasiado profundas y la pérdida de poder global de Occidente y la aparición de nuevos poderes no occidentales han hecho que la cultura y la religión sigan teniendo un peso mucho más fuerte que la política.Juan Luis López Aranguren, Doctor internacional en Comunicación, Universidad de Navarra. Profesor de Relaciones internacionales y Derecho internacional público, Universidad de Zaragoza, Universidad de ZaragozaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1895762022-08-30T17:06:25Z2022-08-30T17:06:25ZSalman Rushdie no es el primer novelista al que intenta matar alguien que no ha leído su obra<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/481551/original/file-20220829-16-ckwyrn.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=30%2C33%2C1789%2C1406&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fotograma de la versión cinematográfica de la profética novela de 1922 de Hugo Bettauer _La ciudad sin judíos_.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://sites.barbican.org.uk/thecitywithoutjews/assets/I8O6TbQPLw/stoj_15-1868x1483.jpeg">Barbican</a></span></figcaption></figure><p>Hadi Matar, el hombre acusado del intento de asesinato del novelista Salman Rushdie, admitió que sólo había “<a href="https://nypost.com/2022/08/17/alleged-salman-rushdie-attacker-didnt-think-author-would-survive/">leído como dos páginas</a>” de <a href="https://www.penguinrandomhouse.com/books/323746/the-satanic-verses-by-salman-rushdie/"><em>Los versos satánicos</em></a>, la novela de Rushdie de 1988 que enfureció a los musulmanes fundamentalistas de todo el mundo. El antiguo líder supremo de Irán, Ayatollah Ruhollah Jomeini, que anunció una <em>fatwa</em> pidiendo a todos los musulmanes que asesinaran a Rushdie en 1989, <a href="https://www.newyorker.com/news/daily-comment/ayatollah-khomeini-never-read-salman-rushdies-book">no la había leído en absoluto</a>.</p>
<p><em>Los versos satánicos</em> no ha sido la primera –ni será la última– novela que ha provocado la ira de un fanático que no conoce los matices de la literatura.</p>
<p>En 1922, un escritor austriaco llamado <a href="http://worldcat.org/identities/lccn-n90644199/">Hugo Bettauer</a> publicó una novela ambientada en Viena llamada <a href="https://onlinebooks.library.upenn.edu/webbin/book//lookupid?key=olbp91179"><em>La ciudad sin judíos</em></a>. Vendió un cuarto de millón de ejemplares y se dio a conocer internacionalmente, con una <a href="https://archive.org/details/citywithoutjews0000unse/page/n5/mode/2up?view=theater">traducción al inglés</a> publicada en Londres y Nueva York. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=hcX3VWkXLjA">En el verano de 1924 apareció una adaptación al cine mudo, recientemente recuperada y restaurada</a>. En la primavera siguiente, un joven nazi irrumpió en el despacho de Bettauer y le disparó varias veces. El autor murió de sus heridas dos semanas después.</p>
<h2>Una novela publicada en una ciudad polarizada</h2>
<p><a href="https://www.pewresearch.org/social-trends/2020/01/09/trends-in-income-and-wealth-inequality/">Al igual que en Estados Unidos hoy en día</a>, había una gran <a href="http://www.jstor.org/stable/40178867">brecha entre ricos y pobres en la Viena de principios del siglo XX</a>. </p>
<p>La impresionante arquitectura del <a href="https://www.britannica.com/place/Vienna/Layout-and-architecture">centro de la ciudad</a> albergaba una inmensa riqueza, mientras que en los barrios obreros de la periferia había una pobreza desesperante. </p>
<p>La opulencia de los bancos y de los grandes almacenes, la cultura de los teatros y de la ópera –sobre todo en el barrio predominantemente judío de <a href="https://www.washingtonpost.com/lifestyle/travel/connecting-past-and-future-on-a-pilgrimage-to-viennas-jewish-quarter/2019/01/24/6804366a-1a7a-11e9-9ebf-c5fed1b7a081_story.html">Leopoldstadt</a>– despertaban inevitablemente un profundo resentimiento. </p>
<p>En los años inmediatamente anteriores a la Primera Guerra Mundial, el alcalde populista <a href="https://ww1.habsburger.net/en/chapters/i-decide-who-jew">Karl Lueger</a> vio su oportunidad: Podía ganar votos culpando de todos los problemas a los judíos. Muchos refugiados judíos dirían más tarde que <a href="https://www.independent.co.uk/news/obituaries/george-clare-memoirist-who-recalled-life-in-nazi-vienna-and-postwar-berlin-1726060.html">el antisemitismo en Viena era peor que el de Berlín</a>. Un pintor empobrecido que vivía en una residencia pública en un barrio pobre al norte de Leopoldstadt se <a href="https://www.annefrank.org/en/anne-frank/go-in-depth/why-did-hitler-hate-jews/">inspiró para construir una nueva ideología</a> siguiendo el modelo de Lueger. Se llamaba Adolf Hitler.</p>
<p>Hugo Bettauer nació como judío. Aunque se convirtió al cristianismo, nunca perdió el contacto con sus raíces. Trabajó como periodista y se convirtió en un prolífico novelista.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/481134/original/file-20220825-16-9tfss7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Portada del libro con un dibujo de una fila de personas que serpentea" src="https://images.theconversation.com/files/481134/original/file-20220825-16-9tfss7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/481134/original/file-20220825-16-9tfss7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=847&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/481134/original/file-20220825-16-9tfss7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=847&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/481134/original/file-20220825-16-9tfss7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=847&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/481134/original/file-20220825-16-9tfss7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1064&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/481134/original/file-20220825-16-9tfss7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1064&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/481134/original/file-20220825-16-9tfss7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1064&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La novela de Hugo Bettauer <em>La ciudad sin judíos</em> vendió más de 250 000 ejemplares.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.filmarchiv.at/wp-content/uploads/2018/02/bettauer_roman-510x720.jpg">Austrian Film Archive</a></span>
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<p><em>La ciudad sin judíos</em> (<em>Die Stadt ohne Juden</em>), subtitulada ominosamente “Una novela del mañana”, es una sátira distópica.</p>
<p>“Un sólido muro humano”, comienza, “que se extiende desde la Universidad hasta la Bellaria, rodeaba el hermoso e imponente edificio del Parlamento. Toda Viena parecía haberse reunido en esta mañana de junio para presenciar un acontecimiento histórico de incalculable importancia. Han venido a escuchar a un político llamado Dr. Schwertfeger –claramente basado en Lueger– proclamar que todos los judíos van a ser expulsados de la ciudad. Heil Dr. Karl Schwertfeger, grita la multitud, Heil, heil, heil, el libertador de Austria”.</p>
<p>Se investigan los nombres, los rasgos faciales y la ascendencia; incluso los que tienen sangre mixta son incluidos en la lista de personas a expulsar. Las sinagogas son profanadas y toda la población judía es metida en vagones de tren con sus maletas. Ver esta escena en <a href="https://www.imdb.com/title/tt0016392/">la versión cinematográfica muda de 1924</a> de la novela es una experiencia escalofriante: Es como si uno fuera testigo del Holocausto antes de que ocurriera.</p>
<h2>La ira nazi</h2>
<p>El ingenioso giro de la novela es que, una vez expulsados los judíos, la economía y la cultura de Viena se derrumban: no hay banqueros, ni sastres ni hoteleros, ni teatro, ni periódicos. Los exiliados regresan a una acogida regia y todo acaba bien. </p>
<p>El libro es una sátira sencilla pero inmensamente poderosa del antisemitismo, que mantiene la atención del lector centrando la historia en un puñado de personajes bien dibujados.</p>
<p>Pero la novela y la película despertaron la ira del incipiente movimiento nazi austriaco. Bettauer fue denunciado como comunista y corruptor de la juventud de la ciudad. <a href="https://academic.oup.com/book/25726/chapter-abstract/193221761?redirectedFrom=fulltext">Otto Rothstock</a>, un técnico dental de 20 años que se había empapado de toda la propaganda antisemita de la época, decidió pasar a la acción y asesinó al autor en marzo de 1925. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/481136/original/file-20220825-22-6dgt1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Dibujo a vista de pájaro de la escena del crimen" src="https://images.theconversation.com/files/481136/original/file-20220825-22-6dgt1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/481136/original/file-20220825-22-6dgt1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=506&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/481136/original/file-20220825-22-6dgt1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=506&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/481136/original/file-20220825-22-6dgt1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=506&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/481136/original/file-20220825-22-6dgt1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=635&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/481136/original/file-20220825-22-6dgt1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=635&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/481136/original/file-20220825-22-6dgt1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=635&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Dibujo de la escena del crimen utilizado durante el juicio de Otto Rothstock.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.filmarchiv.at/wp-content/uploads/2018/02/bettauer_tatortskizze-1024x863.jpg">Austrian Film Archive</a></span>
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<p>En el juicio, Rothstock dijo que estaba salvando la cultura europea de la “degeneración”. Describió el periodismo de Bettauer, que a menudo celebraba la liberación erótica, como pornográfico, y no dio ninguna indicación de que hubiera leído realmente la novela. Su abogado defensor, <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Walter_Riehl">Walter Riehl</a>, fue en algún momento líder del Partido Nazi austriaco. Consiguió que su hombre se librara con una declaración de locura y una reclusión de apenas 18 meses en una institución mental.</p>
<p>Rothstock vivió hasta la década de 1970, <a href="https://kurier.at/kultur/kino-ausstellung-stufenplan-der-ausschliessung/312.543.507">nunca se arrepintió de su nazismo</a>. Sorprendentemente, <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Hans_Karl_Breslauer">H.K. Breslauer</a>, el director de la adaptación cinematográfica, se convirtió posteriormente en propagandista del partido nazi de Hitler. En cambio, <a href="https://wfpp.columbia.edu/pioneer/ccp-ida-jenbach/">Ida Jenbach</a>, la mujer judía que coescribió el guión, fue deportada al gueto de Minsk. Fue liquidada allí o en el cercano campo de concentración de <a href="https://www.jewishvirtuallibrary.org/maly-trostenets-concentration-camp">Maly Trostenets</a>.</p>
<p>Irónicamente, dado el paralelismo entre el ataque a Rushdie y el asesinato de Bettauer, en la Viena actual <a href="https://www.filmarchiv.at/program/exhibition/die-stadt-ohne/">se demoniza a los musulmanes, como se hacía con los judíos hace 100 años</a>.</p>
<h2>Las anteojeras del extremismo</h2>
<p>Los escritores parecen ser especialmente vulnerables en tiempos polarizados en los que las creencias se endurecen hasta convertirse en dogma y se demoniza a los que tienen opiniones contrarias.</p>
<p>La novela de Rushdie está poblada de ángeles y demonios, impulsada por secuencias oníricas y provocaciones fantásticas. Celebra la diversidad de identidades al tiempo que se burla de los profetas y los políticos, de los británicos y su imperio, y de todo tipo de divisiones y dogmas. Es una obra de “<a href="https://www.youtube.com/watch?v=UI9I2p71ct0">realismo mágico</a>” que exige una lectura lúdica, no literal.</p>
<p>Pero los fundamentalistas religiosos y políticos no tienen tiempo para el juego, para el cuestionamiento, la duda y la curiosidad. En un pasaje, Rushdie se basó en algunos textos heterodoxos antiguos para representar al profeta Mahoma hablando con el diablo en lugar de con Dios, y fue suficiente para despertar la furia en todo el mundo musulmán. Por la misma lógica, la “novela del mañana” satírica de Bettauer –un experimento mental destinado a hacer que los lectores se lo piensen dos veces sobre la contribución judía a la vida vienesa– enfureció a los antisemitas.</p>
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<img alt="Una mujer con pañuelo en la cabeza sostiene un periódico." src="https://images.theconversation.com/files/481112/original/file-20220825-1450-gjjprb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C3%2C2038%2C1416&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/481112/original/file-20220825-1450-gjjprb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=434&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/481112/original/file-20220825-1450-gjjprb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=434&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/481112/original/file-20220825-1450-gjjprb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=434&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/481112/original/file-20220825-1450-gjjprb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=546&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/481112/original/file-20220825-1450-gjjprb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=546&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/481112/original/file-20220825-1450-gjjprb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=546&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Una mujer iraní lee un periódico en 2000 con un dibujo que representa al autor británico Salman Rushdie como un ahorcado.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/an-iranian-woman-reads-a-paper-in-tehran-14-february-2000-news-photo/1242459432?adppopup=true">Henghameh Fahimi/AFP via Getty Images</a></span>
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<p>“El fundamentalismo”, <a href="https://newleftreview.org/sidecar/posts/anti-liberal">escribe el crítico Terry Eagleton</a>, “es esencialmente una teoría errónea del lenguaje”: Asume que cada palabra de un texto, ya sea sagrado o secular, debe leerse como una declaración de una verdad literal o una proclamación de las creencias inamovibles del autor. Es sordo a la ironía, la metáfora, la sátira, la alegoría, la provocación, la ambigüedad, la contrariedad. </p>
<p>Así que probablemente no habría habido ninguna diferencia si Otto Rothstock hubiera leído <em>La ciudad sin judíos</em> o si Hadi Matar y el ayatolá Jomeini hubieran leído <em>Los versos satánicos</em>. Habrían escuchado sólo el mensaje que querían oír. </p>
<p>Es un signo preocupante de los tiempos que <a href="https://twitter.com/benmschmidt/status/1562212497272279041">el número de estudiantes universitarios que se licencian en literatura</a> esté disminuyendo <a href="https://www.standard.co.uk/news/uk/alevel-association-of-school-and-college-leaders-english-action-england-b1019028.html">en todo el mundo</a>. En nuestra época dividida, es más importante que nunca que la gente siga aprendiendo el arte de la lectura con imaginación y empatía, y sin las anteojeras de la política o la religión.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/189576/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jonathan Bate no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>“Los versos satánicos” no ha sido la primera novela, ni será la última, que ha provocado la ira de un fanático que no conoce los matices de la literatura. El nazismo también nos da algunas claves.Jonathan Bate, Foundation Professor of Environmental Humanities, Arizona State UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.