tag:theconversation.com,2011:/us/topics/manifestaciones-66218/articlesmanifestaciones – The Conversation2021-09-23T19:21:49Ztag:theconversation.com,2011:article/1683402021-09-23T19:21:49Z2021-09-23T19:21:49ZLa manifestación homófoba en Chueca y el castigo penal<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/423006/original/file-20210923-25-4ca37.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1597%2C898&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Aspecto de la manifestación homófoba y fascista del 18 de septiembre en el centro de Madrid.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.rtve.es/noticias/20210920/fiscalia-investigara-consignas-homofobas-manifestacion-chueca/2172442.shtml">RTVE</a></span></figcaption></figure><p>Madrid fue hace unos días el escenario de una <a href="https://www.rtve.es/noticias/20210920/fiscalia-investigara-consignas-homofobas-manifestacion-chueca/2172442.shtml">manifestación</a> comunicada a la Delegación del Gobierno de Madrid con una finalidad distinta a la que después tuvo. Recorrió desde el barrio de Chueca hasta la Puerta del Sol y en ella se mostraron distintos mensajes y simbología contra el colectivo LGTBI. ¿Fue un acto que merece un castigo penal? ¿Por qué se permite que un grupo presuntamente de extrema derecha exprese en mitad de las calles semejante discurso de desprecio y humillación hacia un colectivo vulnerable?</p>
<p>Más allá del rechazo moral a ese acto, aparenta una práctica reprochable jurídicamente. No tanto por el hecho de utilizar una triquiñuela (la manifestación fue convocada por una asociación de vecinos con el lema “Di no a las Agendas 2030-2050”) para que las autoridades autorizasen la manifestación, sino por los comportamientos que se vieron en ella y que chocan los valores democráticos. </p>
<p>No tendría que haberse <a href="http://www.interior.gob.es/web/servicios-al-ciudadano/participacion-ciudadana/derecho-de-reunion/requisitos-para-celebrar-manifestaciones">prohibido la manifestación</a> a menos que hubieran existido previamente razones fundadas de alteraciones del orden público con peligro para personas o bienes. Por eso, centro la reflexión en la actitud sobre si lo que existió fue un delito de odio, más allá de la futura judicialización que se haga del <a href="http://www.interior.gob.es/web/servicios-al-ciudadano/delitos-de-odio/que-es-un-delito-de-odio">mismo</a>. </p>
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<iframe src="https://secure-embed.rtve.es/drmn/embed/video/6099960" name="Un grupo de extrema derecha se manifiesta en Madrid en contra del colectivo LGTBI" style="width:100%;height:100%;position:absolute;left:0;top:0;overflow:hidden;border:none;background-color:transparent;" scrolling="no" allowfullscreen="allowfullscreen" width="100%" height="400"></iframe>
<div style="position:absolute;bottom:0;left:0;font-family:arial,helvetica,sans-serif;font-size:14px;line-height:1.000;display:inline-block;padding:5px 5px 5px;"> <span> <img src="https://img2.rtve.es/css/rtve.commons/rtve.header.footer/i/logoRTVEes.png" alt=""> <p><a title="Un grupo de extrema derecha se manifiesta en Madrid en contra del colectivo LGTBI" href="https://www.rtve.es/play/videos/telediario-fin-de-semana/grupo-extrema-derecha-manifiesta-madrid-contra-lgtbi/6099960/"><strong> Un grupo de extrema derecha se manifiesta en Madrid en contra del colectivo LGTBI 18/09/2021</strong> </a></p></span></div></div>
<p>Es importante cuestionar si la retahíla de comportamientos lamentables que allí se produjeron están amparados o no en la <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1977-9008">libertad de expresión</a>. Para empezar, no todo lo que nos provoca rechazo o repulsa es o debe ser delictivo. En consecuencia, no toda expresión de ideas u opiniones son discurso del odio y limitan la libertad de expresarse.</p>
<p>En este caso, la incitación al odio (homófobo) a este colectivo se revela más palpable que otros hechos. Dado que determinadas expresiones de mal gusto se pueden acoger al ejercicio de la libertad de expresión, otras vejatorias <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1982-11196">pueden dañar a la dignidad de ciertos colectivos</a> y son castigadas penalmente. </p>
<p>Otra cuestión es cómo las fuerzas políticas mediante actitudes populistas han desarrollado un caldo de cultivo para este tipo de discursos. Bastaría recordar el asalto al Capitolio de Washington. </p>
<h2>Un daño a la dignidad</h2>
<p>Lo sucedido no solo daña a la dignidad de ese colectivo, sea o no minoritario. Mediante ese odio dirigido a este grupo, los manifestantes buscaban que la propia democracia les restringiese su ejercicio de libertad. </p>
<p>Por supuesto que no deben excluirse los discursos de mal gusto, hasta que llegan a chocar con otros valores esenciales, como es la dignidad de los colectivos vulnerables.</p>
<p>El problema ha sido banalizar el término “odio”, de forma que en ocasiones se han exagerado las respuestas, sobre todo, por la sensibilización subjetiva. </p>
<h2>Humillación a un grupo vulnerable</h2>
<p>No es lo mismo un sentimiento de aversión u hostilidad –para atacar la dignidad– que un discurso artístico o político. El discurso del odio se definió ya hace años en el <a href="https://www.iustel.com/v2/revistas/detalle_revista.asp?id_noticia=411270">Consejo de Europa</a> como una categoría que tenía como meta que los estados europeos incluyeran la humillación dirigida contra grupos vulnerables por motivos discriminatorios (en este caso, la homofobia) como categoría penal. </p>
<p>La diversidad colectiva es un valor tan digno de consideración como el contraste de visiones plurales. Con ello, el choque continuo entre dos valores esenciales para una democracia como son la dignidad y la libertad.</p>
<p>A la hora de contextualizar este supuesto, sin entrar en su enjuiciamiento (para eso están los tribunales), se manifiesta como un acto intolerante. Primero, contiene insultos no protegidos por la libertad de expresión. Segundo, humilla a un grupo vulnerable específicamente. Más que entrar en una discusión sobre la homofobia, actúa en contra de la homofobia. De ahí nuestra posición jurídica a la hora de reprochar penalmente esta actitud. </p>
<p>Debemos tener presente que la libertad de expresión –en un espíritu de sociedad abierta– justamente está para proteger al provocador o al disidente. Pero no de forma absoluta. La libertad de expresión no ampara el derecho al insulto, ni provocar a cometer actos violentos, ni la humillación por motivos discriminatorios a colectivos o grupos sociales. Esos son los límites –cuestión valorativa nada fácil en la práctica judicial–. </p>
<p>Los discursos dados a conocer por los medios y por testigos de la manifestación no eran expresiones políticas, estigmatizaban al grupo social. No eran expresiones genéricas o críticas, sino que la violencia del lenguaje iba un paso más allá de una censura social. </p>
<h2>Libertad de expresión frente a causar daño</h2>
<p>La <a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?fin=29&ini=15&tipo=2">Constitución</a> garantiza la libre difusión de ideas políticas o sociales mediante su reconocimiento como libertad fundamental, pero no utilizar esa manifestación de ideas para insultar o causar un daño. Los ciudadanos somos libres de formar y expresar nuestro propio criterio sin interferencias del Estado y sin coacción alguna. </p>
<p>Nuestra democracia de signo abierto reconoce la libertad y el pluralismo, por lo que debe ser reticente a los límites a la libertad de expresión, pero debe asumir un cierto signo “militante” ante los discursos que impliquen violencia u hostilidad. </p>
<p>Sin una solución definitiva, los hechos sugieren un carácter humillante a un grupo social (vulnerable) mediante el acto discriminatorio. No por ello hemos de asumir que la libertad de expresión exige tolerar cierto nivel de odio y que la indiferencia, a veces, supone mayor éxito que el reclamo del mártir a que le castiguen.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/168340/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Amir Al Hasani Maturano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Lo que ocurrió en el madrileño barrio de Chueca el pasado 18 de septiembre no fue una apoteosis de libertad de expresión. Varios grupos de ultraderecha lanzaron frases y soflamas de odio objetivo homófobo que vulneran claramente la dignidad del colectivo LGTBI+ y que, según los expertos, merecen un castigo penal.Amir Al Hasani Maturano, profesor de derecho constitucional del Departamento de Derecho Público, Universitat de les Illes BalearsLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1378242020-05-07T20:18:22Z2020-05-07T20:18:22ZEl derecho de manifestación durante el estado de alarma<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/333361/original/file-20200507-49556-z0464e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5455%2C3631&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Asistentes a la manifestación del 1º de mayo de 2020 en Tesalónica, Grecia, mantienen el distanciamiento físico.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/thessaloniki-greece-may-1-2020-members-1720502041"> Ververidis Vasilis / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El actual <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2020-3692">estado de alarma</a> declarado el pasado 14 de marzo para hacer frente a la pandemia de Covid-19 ha impactado fuertemente sobre las libertades, prohibiendo en la práctica, entre otras actividades, aquellas que conlleven la socialización y la agrupación de personas en el espacio público, lo que <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7316972">afecta claramente</a> al ejercicio del derecho de reunión.</p>
<p>Dicha facultad, tanto en su versión estática, referida a una reunión o concentración en un punto concreto; como en la dinámica, que implica una manifestación con desplazamiento por lugar de tránsito público, es <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=258499">lo que nuestro ordenamiento jurídico entiende como derecho de reunión</a>
reconocido por La Constitución Española en su <a href="https://app.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=21&tipo=2">artículo 21</a> y por la <a href="https://www.boe.es/eli/es/lo/1983/07/15/9">Ley Orgánica 9/1983</a> que lo desarrolla. </p>
<p>La limitación de este derecho se estipula en la Constitución y la Ley que lo desarolla. Ahora bien, nace de la propia custodia que la administración ejerce sobre él, requiriendo una comunicación previa por escrito para ejercerlo, pudiendo sancionar a los organizadores si así no lo hacen. No obstante, la prohibición por parte de la autoridad competente <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5755751">puede recurrirse</a> a través de un procedimiento contencioso administrativo en los tribunales. </p>
<p>La Constitución protege este derecho alegando que solo se podrá prohibir cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes o contra los derechos protegidos constitucionalmente, tal como recoge el <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1983-19946#aquinto">artículo 5 de la Ley Orgánica 9/1983</a>. </p>
<p>De este modo, se han de producir, dos condicionantes: por un lado, el impedimento del desarrollo normal de convivencia ciudadana, y, por otro lado, que afecte a la integridad física o moral de personas o bienes.</p>
<h2>La limitación del derecho de reunión</h2>
<p>Primero, cabe afirmar que en el estado de alarma <a href="http://revistas.uned.es/index.php/derechopolitico/article/view/8820">no cabe la suspensión de este derecho</a>, algo que se deduce de la misma lectura constitucional del artículo 55 en relación con el 116. Por esa razón, la discusión sobre las medidas emprendidas contra la pandemia, y cómo afecta la suspensión de los derechos fundamentales se ha situado en el punto de mira jurídico constitucional.</p>
<p>Tal ha sido la controversia sobre qué debe prevalecer, la protección de la salud pública o los derechos de reunión, que se han producido resoluciones judiciales contradictorias de diferentes instancias judiciales, y que han acabado por dirimirse en el Tribunal Constitucional.</p>
<p>Es el caso de las decisiones discordantes por parte de los tribunales superiores de justicia de distintas comunidades autónomas, entre otras: Galicia, Aragón, y, Navarra.</p>
<h2>Galicia, Aragón, Navarra y el Constitucional</h2>
<p>En el primero de los casos, el <a href="http://www.poderjudicial.es/search/openDocument/d979470087d23cff">Tribunal Superior de Justicia de Galicia denegó </a>) el permiso de realizar una marcha en Vigo convocada por el sindicato gallego CUT para celebración del día 1 de mayo. Posteriormente, la Sala Primera del Tribunal Constitucional dictó el pasado 30 de abril de 2020, <a href="https://www.tribunalconstitucional.es/NotasDePrensaDocumentos/NP_2020_047/2020-2056ATC.pdf">un auto en el que no admitía el recurso de amparo solicitado por el sindicato CUT</a>, en que se pedía la estimación de su recurso para la celebración de dicha marcha.</p>
<p>El resultado fue la creación inicial de doctrina acerca de esta materia en el estado de alarma, aunque con división interna por empate entre los magistrados que componen el Tribunal.</p>
<p>Por una parte, los favorables a estimar el recurso consideraban que una lectura del decreto del estado de alarma no impedía el ejercicio del derecho de manifestación, más cuando los convocantes se ofrecían a una movilización limitada en consideración a los medios y al lugar.</p>
<p>El auto, detallado con creces, aborda el indudable riesgo de la pandemia para la salud pública. Así, en la relación entre el derecho a la vida y el derecho de reunión, la falta de garantías objetivas conlleva concluir que prevalece el primero. </p>
<p>En los fundamentos jurídicos del auto se está admitiendo el planteamiento del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, al considerar que el derecho de reunión no es un derecho ilimitado, puesto que las razones son “limitar el impacto que en los seres humanos, en su integridad física y en el derecho a la vida, pueda tener la propagación del COVID 19”. Lo hace con otros términos: “Es aquí donde la finalidad de la medida restrictiva del ejercicio del derecho confluye con la justificación de la declaración del estado de alarma”.</p>
<p>Paradójicamente, el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, y el de Navarra, autorizaron el derecho a manifestarse. Esta maraña jurídica debe su origen a que el estado de alarma no permite suspender derechos fundamentales, a diferencia de los estados de excepción y sitio, y solo permite restringir su ejercicio. </p>
<p>Naturalmente sin olvidarnos de las circunstancias de carácter sanitario, una limitación conlleva, necesariamente, valorar las razones fundadas que supongan poner en peligro a las personas o bienes, lo que impide una decisión general a todas las situaciones, aunque predomine la autocontención social.</p>
<h2>Razonamientos enfrentados</h2>
<p>De esta forma, nos encontramos razonamientos enfrentados. Por una lado los que consideran que en el estado actual de la investigación científica no es posible tener ninguna certeza sobre las formas de contagio y sus respuestas, lo que conlleva una ponderación favorable al derecho a la vida. </p>
<p>Y, por otro, entre los que se hallan varios tribunales citados, los que argumentan dudas de la constitucionalidad de un confinamiento tan estricto con el decreto de alarma, considerando que es una suspensión.</p>
<p>El auto del Tribunal Constitucional, tras inadmitir el recurso de amparo del sindicato CUT presentado contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, nos hace reflexionar sobre la suspensión o restricción del derecho de manifestación en los estados excepcionales. Sobre todo, cómo valorar un riesgo objetivo (conocimiento científico) desde el ámbito de la ponderación jurídica. </p>
<p>Choca observar como el TSJ de Aragón autoriza una marcha de ciudadanos en vehículo particular cubierto con un único ocupante a unas horas y un lugar concreto, y, en cambio, el TSJ de Galicia desestime la autorización sobre una marcha de ciudadanos, con una única persona en vehículo particular –el mismo caso–.</p>
<p>Para concluir, sí cabe realizar [<a href="https://presnolinera.wordpress.com/2020/05/02/coranavirus-sars-cov-2-y-derechos-fundamentales-14-comentario-al-auto-del-tribunal-constitucional-sobre-la-prohibicion-de-una-manifestacion-el-1-de-mayo">una objeción en las argumentaciones del TC</a>] pues, según el art.10 de la Ley Orgánica 9/1983, si existen razones fundadas de alteración de orden público, las autoridades gubernativas pueden proponer medidas complementarias, más cuando los promotores se comprometieron abiertamente a tomarlas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/137824/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Amir Al Hasani Maturano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El Tribunal Constitucional y los tribunales superiores de Justicia de Aragón y Navarra discrepan sobre la celebración de manifestaciones durante el estado de Alarma.Amir Al Hasani Maturano, profesor del Departamento de Derecho Público, Universitat de les Illes BalearsLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1286762020-01-23T22:18:51Z2020-01-23T22:18:51ZTras la guerra y la violencia, Colombia reclama derechos e igualdad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/310478/original/file-20200116-181653-19vzfss.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=12%2C0%2C4236%2C2809&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un grupo de mujeres se manifiesta en Bogotá durante la jornada de huelga general del 29 de noviembre de 2019 en Colombia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/colombia-november-29-2019-feminist-demonstrators-1574744128">Sebastián Barros / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Desde el pasado noviembre, Colombia ha sido testigo de protestas sin precedentes, las más largas desde 1977. La sociedad civil, considerada adormilada, ha despertado.</p>
<p>Estas protestas son parte de una “primavera” latinoamericana iniciada en septiembre de este año, con movilizaciones en Haití, México, Nicaragua, Venezuela, Panamá, Ecuador, Bolivia y Chile. </p>
<p>Sin embargo, las de Colombia no son solo el resultado de una tendencia regional ni pueden ser atribuidas a una sola tendencia política.</p>
<h2>¿Quiénes están protestando y por qué?</h2>
<p>Los colombianos están protestando contra la inequidad. <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-45022393">Colombia es el país más inequitativo dentro de la OECD</a>. Al malestar con la desigualdad existente se añaden <a href="https://lasillavacia.com/gobierno-paquetazo-duque-son-sus-exitos-74562">las medidas propuestas por el actual gobierno</a>. Las protestas no son entonces espontáneas, casuales o sorpresivas.</p>
<p>Aunque el crecimiento económico en Colombia ha sido relativamente estable incluso en un contexto de desaceleración de la economía global, <a href="https://www.portafolio.co/economia/finanzas/criticas-de-la-ocde-a-colombia-534920">este crecimiento no ha sido acompañado por medidas redistributivas</a>. Por ello, <a href="http://www.oecd.org/economy/surveys/Overview_Colombia_ESP.pdf">el 1% más rico de la población acapara más del 20% del ingreso laboral total</a>. Grupos sociales también rechazan las medidas relacionadas con posibles reformas del sistema de seguridad social, pensiones y normativas laborales, pues tendrían un efecto negativo en sus condiciones de vida.</p>
<p>Las medidas propuestas por el gobierno llevarían a profundizar inequidades en un país en que los beneficios fiscales y tributarios no benefician a la mayoría de la población. Por ello, campesinos, estudiantes, colectivos urbanos, sindicatos y grupos indígenas se han manifestado en las calles.</p>
<p>Adicionalmente, los manifestantes demandan la implementación de las provisiones firmadas en 2016 como parte los <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Acuerdos_de_paz_entre_el_gobierno_de_Juan_Manuel_Santos_y_las_FARC">acuerdos de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC-EP</a> (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo).</p>
<p>Para algunos segmentos del actual gobierno, estas demandas se equiparan a actos subversivos y una <a href="https://id.presidencia.gov.co/Paginas/prensa/2019/Presidente-Duque-rechazar-expresiones-generar-lucha-clases-cabalgar-pretensiones-politiqueras-hacia-poder-191206.aspx">“lucha de clases”</a>. Sin embargo, la sociedad colombiana no está buscando una revolución, sino el derecho a una vida digna y el cumplimiento de las promesas hechas por el estado en su Constitución.</p>
<p>En un país en el que la guerra continúa y acoge al porcentaje más alto de desplazados internos en el mundo, las acusaciones por parte del gobierno de <a href="https://www.ntn24.com/america-latina/venezuela/colombia-denunciara-ante-la-oea-intentos-desestabilizadores-de-maduro-en">la presencia de actores ocultos detrás de las movilizaciones</a>, constituye un riesgo para la sociedad civil y la democracia. El número de <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50341874">líderes indígenas</a> y <a href="https://www.france24.com/es/20190714-colombia-onu-asesinato-lideres-exguerrilleros">sociales asesinados</a> así lo evidencia.</p>
<p>Las protestas están motivadas por los persistentes niveles de desigualdad y precariedad en materia de acceso a educación, salud y protección social; así como el rechazo a la desidia del gobierno frente a la implementación de las provisiones del acuerdo de paz de 2016.</p>
<p>La intensidad de estas protestas puede explicarse como resultado de la transición de la sociedad colombiana hacia la paz, dada la apertura de nuevos espacios de participación política y el fortalecimiento de los movimientos sociales.</p>
<h2>Una respuesta sin liderazgo por parte del gobierno</h2>
<p>La respuesta del gobierno de Iván Duque ha estado plagada de negaciones, acusaciones e intentos fallidos de recuperar el control de la narrativas alrededor de las movilizaciones sociales.</p>
<p>Duque llegó al Gobierno gracias al apoyo de grupos políticos y sociales que se oponían a las negociaciones de paz entre la guerrilla y el Estado, las cuáles venían desarrollándose desde 2010, junto al apoyo de un segmento de la población que sentía incertidumbre frente a la llegada de un líder populista de izquierda al poder. Una vez en el poder, su Gobierno se vio forzado a cumplir con las promesas del estado que su base política no apoya.</p>
<p>Sin embargo, la base del Gobierno de Duque no constituye la mayoría de la población. Por esta razón, <a href="https://issuu.com/damg22/docs/051500190000_poll__134">Duque tiene un 70% de desaprobación y solo un 24% de aprobación</a>. El Gobierno actual tampoco tiene control sobre el Congreso, lo cual presenta un dilema. O Duque intenta asumir un liderazgo claro, lo cual le permitiría recibir apoyo popular pero le expondría a la oposición de los sectores más radicales dentro de sus bases de apoyo, o pierde su capacidad de gobernar al país. Es por esto que la revista <em>“The Economist”</em> lo presenta como un presidente <a href="https://www.economist.com/the-americas/2018/11/22/the-difficulty-of-being-ivan-duque">“sin rumbo”</a>.</p>
<p>Dado este limitado espacio político, el gobierno ha intentado hacer uso de propaganda para desmerecer las protestas, indicando que éstas frenan el desarrollo del país. También se ha reunido con industriales y comerciantes para mantener su apoyo político, ignorando la voz de las personas que se encuentran en las calles desde el 21 de noviembre.</p>
<p>El gobierno no logra ver (o se niega a reconocer) la magnitud de las protestas, y cómo ellas reflejan diversas voces de la sociedad a lo largo de diferentes etnicidades, localidades y segmentos de la sociedad. Las protestas han reunido a diversos actores que han visto en la calle un espacio de encuentro. Esto se evidencia en las tasas de aprobación de la protesta como herramienta de manifestación, apoyada por 74% de la población.</p>
<p>La desconexión entre el gobierno y la ciudadanía es evidente y semeja la actitud distante atribuida a María Antonieta que sugirió, como solución a las revueltas de los comuneros, que éstos “coman pasteles”. El hecho de <a href="https://lasillavacia.com/los-tres-dias-sin-iva-aliviarian-mas-los-comerciantes-clase-media-74820">proponer un consumo sin IVA (o impuesto al valor agregado) extendido por tres días como solución a las propuestas</a> ilustra lo poco que el Gobierno entiende a los ciudadanos: propone un <em>Black Friday</em> extendido cuando sus ciudadanos hablan de precariedad y marginalización.</p>
<p>El Gobierno ha propuesto diferentes alternativas, con algunas concesiones hacia los manifestantes, pero sin suficiente base técnica, de manera que tales propuestas han sido <a href="https://www.portafolio.co/economia/gobierno/los-reparos-de-la-academia-a-la-reforma-tributaria-536165">rechazadas por diferentes economistas del país</a>. Algunas de las medidas (como el <em>Black Friday</em>) son claramente populistas y solo pretenden incrementar la aceptación de Duque y comprarle capital político. El problema es que tales medidas pueden de hecho profundizar la inequidad, afectar la economía y profundizar el descontento. Por ejemplo, <a href="https://www.larepublica.co/economia/tributaria-llega-con-cambios-y-en-medio-del-paro-2939679">la eliminación del impuesto de 2% a la compra de bienes raíces </a>sobre los USD$260,000, presentado como una concesión hacia los protestantes, muestra que el Gobierno y algunos partidos políticos no priorizan la voz de los ciudadanos en las calles, y no están considerando medidas para incrementar los ingresos del estado con herramientas progresivas.</p>
<h2>Desafíos para las política públicas</h2>
<p>Las justificaciones del gobierno se han centrado alrededor de la disponibilidad de recursos públicos y cómo gastarlos. Sin embargo tal enfoque ignora que la economía colombiana crece más rápido que la de cualquier estado miembro de la OECD. El problema no es de recursos, es de cómo se priorizan los recursos disponibles. El costo de vida de las clases medias en Colombia crece más rápido que sus ingresos, lo que demuestra que <a href="https://www.oecd.org/countries/colombia/colombia-is-a-latin-american-success-story-but-must-pursue-new-reforms-to-achieve-stronger-and-more-inclusive-growth.htm">los réditos del crecimiento económico no están siendo distribuidos de manera equitativa</a>.</p>
<p>El estado se ve afectado por un problema común entre países exportadores de materias primas. Al enfriarse los mercados globales, la demanda por productos colombianos ha caído. Como respuesta a un déficit inminente de la balanza de comercio, el estado debe incrementar sus ingresos. Pero, en un intento de proteger a su base de apoyo político, ha decidido evitar cobrar mayores impuestos a los ricos. </p>
<p>Este escenario ocurre en un país donde el empleo informal está en aumento, y la proporción de empleo industrial está disminuyendo. El país atraviesa además una transición demográfica, con menos contribuyentes jóvenes aportando al sistema de seguridad social y pensiones, aumentando la presión sobre los sistemas de protección social.</p>
<p>Una de las propuestas del Gobierno es reducir los costos laborales y flexibilizar al empleo juvenil. Llevar a la población más vulnerable a mayor precariedad no puede ser una estrategia sensata, especialmente si se considera que si se mantiene a la población en informalidad será aún más difícil financiar el sistema de pensiones para generaciones futuras. El Gobierno de Duque también debería considerar el rol que la estabilidad laboral juega en materia de innovación y emprendimiento, aspectos que ha destacado como prioritarios en su plan de gobierno. Si las personas viven en una situación de inseguridad, son menos propensas a innovar.</p>
<p>La política pública debe lidiar con las causas estructurales de la inequidad en Colombia y trabajar en beneficio de la juventud y clases medias. El dilema en materia política para el Gobierno de Duque es o incrementar impuestos a la mayoría de la población, o reducir créditos tributarios y exenciones a grupos privilegiados. </p>
<p>Dado su capital político reducido, el reducir exenciones a sectores claves llevaría al Gobierno a perder cualquier apoyo político. Pero fallar en la creación del espacio fiscal que podría sostener a la economía y redistribuir el ingreso llevaría a profundizar inequidades en el futuro y profundizar los problemas estructurales de la economía.</p>
<p>Avanzar hacia una sociedad más equitativa es una condición necesaria para sostener el crecimiento económico. El gobierno debería concentrarse en políticas que fomenten la innovación e industria, que permitan internalizar y diseminar avances tecnológicos y dirigir la demanda doméstica hacia la producción nacional. </p>
<p>Reformas redistributivas son un prerrequisito para el progreso, dado que permiten cerrar brechas estructurales y llevan a ganancias en productividad, uso eficiente de capacidades y recursos, y distribución más justa del ingreso y la riqueza, elementos que permiten a la población embarcar en planes que consideren dignos y valederos.</p>
<h2>Transición de la violencia</h2>
<p>Las protestas son espacios de incertidumbre y crisis, pero también de representación, democracia y oportunidades. Las protestas envían señales cuando las estructuras de representación no funcionan, de manera que proveen retroalimentación sobre el funcionamiento de las instituciones y la economía. Sin embargo, cuando grupos particulares están decididos a aplacarlas usando su energía y recursos para prevenir desacuerdos y proteger el estatus quo, fallan en reconocer los hechos y las realidades del país.</p>
<p>La inequidad y precariedad limitan el crecimiento económico y la cohesión social. Las protestas, en el caso colombiano, no solo ilustran cómo la voz pública puede articularse al disminuir la violencia, si no cómo esta expone las inequidades estructurales. </p>
<p>Al dejar la violencia atrás, la conversación ha cambiado. Colombia ya no habla de guerra y violencia, sino habla ahora de derechos ciudadanos e inequidades. Pero el miedo a la violencia y las estructuras asociadas a ella continúan latentes como legado de un país que vivió en guerra durante más de 70 años. La falta de liderazgo del Gobierno, en este contexto, puede fallar en facilitar la transición desde la violencia hacia la paz en Colombia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/128676/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Sindicatos, estudiantes, campesinos e indígenas se movilizan contra el ‘paquetazo’ del Gobierno de Duque y el asesinato de líderes sociales.Fabio Andrés Díaz Pabón, Researcher, International Institute of Social StudiesMaria Gabriela Palacio, Assistant Professor of Development Studies, Leiden UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1262352019-11-03T20:38:33Z2019-11-03T20:38:33Z‘Joker’ o las máscaras del descontento<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/299691/original/file-20191031-187907-1nm9rzn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C2038%2C1149&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Joaquin Phoenix como el Joker. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.warnerbros.es/joker#">Warner Bros</a></span></figcaption></figure><p><a href="https://www.warnerbros.es/joker#"><em>Joker</em></a>, la película galardonada con el <a href="https://www.efe.com/efe/espana/cultura/joker-de-todd-phillips-leon-oro-la-76-mostra-venecia/10005-4059006">León de Oro</a> en Venecia y que fue la <a href="https://www.efe.com/efe/espana/cultura/joker-ganadora-del-leon-de-oro-en-venecia-filme-sorpresa-zinemaldia/10005-4070876">Perla sorpresa del Zinemaldia</a> de 2019, ha resultado ser una cinta muy polémica por poner encima de la mesa temas muy complejos. El filme plantea problemas de gran calado, que desafortunadamente son muy actuales, como por ejemplo la soledad y el engaño, los trastornos mentales y la confusión del mundo real con el imaginario, las noticias falsas y el fingimiento continuo, el desprecio hacia lo diferente y los estallidos de violencia social. </p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/ygUHhImN98w?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Tráiler de <em>Joker</em>.</span></figcaption>
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<p>Durante dos horas nos hace meternos en la piel del personaje y experimentar su inquietante desazón, acompañados de una excelente banda sonora. Repasemos algunas de las cuestiones que sugiere. </p>
<h2>Precariedad y malestar social</h2>
<p>Una subida en el precio del combustible o en el billete de metro pueden ser las gotas que desbordan los vasos del descontento, provocando repentinas revueltas, como testimonian lo sucedido en Francia con el movimiento de <a href="https://theconversation.com/las-dos-caras-de-los-chalecos-amarillos-108631">los chalecos amarillos</a> o en ese Chile que merced al golpe de Pinochet sirvió como <a href="https://theconversation.com/chile-sin-soluciones-inmediatas-para-un-estallido-anunciado-125571">laboratorio a la economía ultra-neoliberal</a> expandida luego por doquier. </p>
<p>Corren malos tiempos para <a href="http://www.adolescenciayjuventud.org/que-hacemos/monografias-y-estudios/ampliar.php/Id_contenido/126984/tipo/6/">las expectativas de los más jóvenes</a>, condenados en general a vivir peor que sus padres y a sufrir las imposiciones de un mercado laboral cuya inherente precariedad les hurta hacer planes vitales como el emanciparse o tener hijos. </p>
<p>Todo ello hace que <a href="https://www.ine.es/prensa/mnp_prensa.htm">la tasa de natalidad merme</a>, mientras que los avances médicos propician un progresivo envejecimiento de la población. Una bomba de relojería que la más insignificante chispa puede activar en cualquier momento.</p>
<h2>La confusión de la realidad con el mundo virtual</h2>
<p>En <em>Joker</em>, un antihéroe inspirado en los cómics de Batman, sin habérselo propuesto para nada, se convierte en el detonante de una violenta insurrección social y cosecha emuladores que le idolatran, al salir en televisión cometiendo un asesinato ante las cámaras. </p>
<p>La urbe donde vive tal personaje se parece mucho al Nueva York de <em>Taxi Driver</em> y por desgracia también a cualquiera de las grandes ciudades europeas, pobladas por gentes que desconfían de cuanto no sea homogéneo y con una empatía que brilla por su ausencia. Entre otras cosas porque se tiende a confundir la realidad con el mundo digital. </p>
<p>Resulta llamativo que, al presenciar una u otra desgracia, algunas veces en lugar de auxiliar a las víctimas, la reacción instintiva sea sacar el móvil para grabarlo y subirlo a las redes, por no mencionar que a veces dicha grabación es la motivación misma del incidente.</p>
<h2>El éxito de los antihéroes</h2>
<p>Pensemos en el éxito cosechado por <em>La casa de papel</em>, una serie donde los ladrones echan un pulso al sistema y se ven aclamados por la multitud, en la estela del mito de Robin Hood, cuando distribuyen entre los transeúntes una parte del dinero robado con gran ingenio y audacia. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=371&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=371&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=371&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=466&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=466&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/299696/original/file-20191031-187938-8t2n27.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=466&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotograma de la serie <em>La Casa de Papel</em>.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Netflix</span></span>
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<p>Los integrantes de la banda del Profesor utilizan unas máscaras dalinianas que nos recuerdan a las adoptadas por el movimiento <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Anonymous">Anonymous</a> y, por lo tanto, a la máscara utilizada en la película <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/V_for_Vendetta_(pel%C3%ADcula)"><em>V de Vendetta</em></a>. El descontento social se deja seducir fácilmente por quienes pueden hacer frente al poder establecido. Especialmente, cuando en principio rehúyen causar daño, como sería el caso real de aquellos piratas informáticos que aciertan a desvalijar grandes consorcios empresariales tocando unas cuantas teclas.</p>
<h2>Los caudillos desde la óptica de Cassirer</h2>
<p>Lo malo es que tales personajes de ficción no suelen tener sus correlatos entre la gente real y ese descontento social se ve capitalizado por los demagogos, tal como Ernst Cassirer nos hace ver de modo magistral en <a href="https://books.google.es/books/about/El_mito_del_estado.html?id=4PdpMwEACAAJ&source=kp_book_description&redir_esc=y"><em>El mito del Estado</em></a>, a propósito del ascenso de Hitler al poder. </p>
<p>Obviamente, su diagnóstico no conoce fronteras geográficas ni barreras temporales, porque los caudillos no dejan de proliferar cuando se degradan las condiciones económicas y los derechos más elementales hacen mutis por el foro junto al bienestar social. </p>
<p>Cuando el anhelo de caudillaje alcanza una fuerza imparable y se desvanece toda esperanza de cumplir los anhelos colectivos por una vía ordinaria –señala Cassirer–, ese deseo se personifica bajo una forma concreta, política e individual. Los vínculos anteriores de la sociedad –tales como la ley, la justicia o la constitución— se invalidan y sólo resta el poder místico del caudillo, cuya autoridad se impone como la suprema ley.</p>
<h2>La demagogia de toda supremacía</h2>
<p>Quienes apuntalan ese tipo de liderazgos devienen <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Taumaturgo">taumaturgos</a> que administran ese credo como maestros de la propaganda política y saben acuñar nuevas palabras o trastocar el significado de las antiguas para emplearlas como palabras mágicas destinadas a estimular determinadas emociones. </p>
<p>El hábil empleo de tales palabras mágicas acaba desfigurando la realidad y sus mentiras o bulos terminan imponiéndose a la más palmaria evidencia de los hechos. </p>
<p>Por supuesto se buscan unos cuantos chivos expiatorios para endosarles el origen de todos los males. En un momento dado pueden ser los judíos y en otro los masones, los rojos, los homosexuales, los foráneos o cuanto sea diverso en uno u otro aspecto, colectivos a los que se despoja por completo de su humanidad para cosificarlos desde una perspectiva supremacista, tras la cual se oculta normalmente algún complejo de inferioridad individual o colectivo.</p>
<h2>El pensar por cuenta propia preconizado por Kant</h2>
<p>Desde luego, la mejor vacuna contra el virus del totalitarismo practicado por los partidarios de una u otra supremacía es lo que propone Kant en <a href="https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3171408.pdf"><em>¿Qué es la Ilustración?</em></a>: aprender a pensar por cuenta propia, sin ceder nunca esa responsabilidad a los tutores que muy voluntariamente se propongan hacer tal cosa por nosotros, puesto que la libertad no es un don, sino la más ardua tarea que nos podemos proponer. </p>
<p>En medio de las grandes crisis político-sociales, “da la impresión”, advierte Kant en <a href="https://www.uv.mx/cpue/coleccion/N_3738/E%20Kant%20conflicto%20facultades.pdf"><em>El conflicto de las facultades</em></a>, “de que la gente anhelara encontrar una suerte de adivino, un hechicero familiarizado con lo sobrenatural. Si alguien es lo bastante osado como para hacerse pasar por taumaturgo, este puede acabar conquistando a la masa y hacerle abandonar con desprecio el bando de la filosofía, la cual debe oponerse públicamente a tales taumaturgos para desmentir esa fuerza mágica que se les atribuye de un modo supersticioso y rebatir las observancias ligadas a ella”.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/126235/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Roberto R. Aramayo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La película ganadora del León de Oro 2019 plantea problemas muy actuales: la soledad, los trastornos mentales, el desprecio hacia lo diferente y los estallidos de violencia social.Roberto R. Aramayo, Profesor de Investigación IFS-CSIC. Historiador de las ideas morales y políticas, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1163112019-06-11T20:03:48Z2019-06-11T20:03:48ZDe Berkeley a Madrid: las protestas estudiantiles en la década de los 60<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/274354/original/file-20190514-60545-xascv5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1487%2C984&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Protestas en Berkeley en noviembre de 1964.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://calisphere.org/item/ark:/13030/tf0m3n9825/">Steven Marcus / UC Berkeley, Bancroft Library </a></span></figcaption></figure><p>En la década de 1960, <a href="https://books.google.es/books/about/Freedom_Summer.html?id=HokLjGkoQ1MC&redir_esc=y">la juventud norteamericana</a> y <a href="https://www.crmvet.org/info/62_hayden_mccomb.pdf">los estudiantes</a> universitarios fueron los protagonistas de la contracultura y de la acción política, en la que se incluye también el movimiento por los derechos civiles. </p>
<p>Las <a href="https://www.nationalaffairs.com/public_interest/detail/student-power-in-berkeley">movilizaciones estudiantiles</a> y las discrepancias y disputas entre la “<a href="https://books.google.es/books/about/The_year_of_the_barricades.html?id=8CZnAAAAMAAJ&redir_esc=y">nueva</a>” y la ‘vieja izquierda’ <a href="https://www.academia.edu/35643894/Democracia_dignidad_y_movimientos_sociales._El_surgimiento_de_la_cultura_c%C3%ADvica_y_la_irrupci%C3%B3n_de_los_indignados_en_la_vida_p%C3%BAblica_junto_a_Enrique_Lara%C3%B1a_">emergieron en dicha década</a>. En particular, las protestas de los estudiantes en Berkeley en 1964 tuvieron un impacto determinante sobre las movilizaciones de los estudiantes en países como Francia o Alemania Oriental. </p>
<h2>Californianas en la Complutense</h2>
<p>Este es el contexto de procedencia de las dos principales protagonistas del caso en el que he trabajado últimamente, –que va a ser publicado como parte de un libro colectivo, <a href="https://www.udllibros.com/libro-miradas_encontradas-7040430259"><em>Miradas encontradas. Sociedades y ciudadanías de España y Estados Unidos</em></a>, que profundiza en las relaciones entre Estados Unidos y España desde una perspectiva histórica–: las estudiantes de la Universidad de California, Berkeley, <a href="http://www.rebelion.org/docs/137135.pdf">Roberta Alexander y Karen Winn</a>, de 20 años. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/275115/original/file-20190517-69204-183aese.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/275115/original/file-20190517-69204-183aese.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/275115/original/file-20190517-69204-183aese.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=828&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/275115/original/file-20190517-69204-183aese.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=828&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/275115/original/file-20190517-69204-183aese.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=828&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/275115/original/file-20190517-69204-183aese.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1040&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/275115/original/file-20190517-69204-183aese.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1040&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/275115/original/file-20190517-69204-183aese.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1040&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La Revista Horizonte hace referencia a la expulsión de Roberta Alexander y Karen A. Winn.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Archivo personal de Karen Winn.</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Ambas entraron en contacto y establecieron estrechas relaciones de amistad con algunos estudiantes españoles implicados en el movimiento de oposición a la dictadura en la universidad madrileña de la Complutense durante su estancia en España entre 1966 y 1967. </p>
<p>Estas jóvenes crearon en la primavera de 1967 junto a otros compañeros un comité de estudiantes norteamericanos contra la guerra de Vietnam. Participaron en un acto organizado por estudiantes antifranquistas españoles que tuvo lugar en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid para denunciar la intervención de Estados Unidos en Vietnam, razón por la cual fueron deportadas por el régimen de Franco en connivencia con la Embajada de su país, que demandó tal expulsión a las autoridades franquistas. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/274392/original/file-20190514-60545-1cndp3x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/274392/original/file-20190514-60545-1cndp3x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/274392/original/file-20190514-60545-1cndp3x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/274392/original/file-20190514-60545-1cndp3x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/274392/original/file-20190514-60545-1cndp3x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/274392/original/file-20190514-60545-1cndp3x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/274392/original/file-20190514-60545-1cndp3x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Asamblea universitaria en Madrid, 1968.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://biblioteca.ucm.es/historica/pc-asamblea-estudiantil">Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla. UCM.</a></span>
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</figure>
<p><a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=576384">En España</a> fueron precisamente algunos grupos y organizaciones de estudiantes antifranquistas los que introdujeron nuevas formas de acción, reivindicando su autonomía y quebrando el principio de subordinación a las organizaciones políticas de la “vieja izquierda”. Un fenómeno que caracterizaba a las movilizaciones que tuvieron lugar en aquellos años en contextos como el norteamericano, y el de algunos países europeos, y que inauguran una nueva etapa contemporánea de los movimientos sociales de carácter postmoderno. Estas dinámicas emergieron en los años 60 en estas sociedades y <a href="https://www.academia.edu/35643894/Democracia_dignidad_y_movimientos_sociales._El_surgimiento_de_la_cultura_c%C3%ADvica_y_la_irrupci%C3%B3n_de_los_indignados_en_la_vida_p%C3%BAblica_junto_a_Enrique_Lara%C3%B1a_">han adquirido progresiva visibilidad y relevancia</a> desde entonces.</p>
<h2>Nuevas manifestaciones y movilizaciones</h2>
<p>Estamos finalizando la segunda década del siglo XXI y a lo largo de ella hemos sido testigos de las últimas oleadas de movilizaciones a escala global. La irrupción de marchas y manifestaciones feministas en numerosos países parece ser su última expresión, tras las movilizaciones de indignación que surgieron a principios de la década. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/274350/original/file-20190514-60554-159hsnr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/274350/original/file-20190514-60554-159hsnr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/274350/original/file-20190514-60554-159hsnr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/274350/original/file-20190514-60554-159hsnr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/274350/original/file-20190514-60554-159hsnr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/274350/original/file-20190514-60554-159hsnr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/274350/original/file-20190514-60554-159hsnr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/274350/original/file-20190514-60554-159hsnr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Exterior de la facultad de derecho de la universidad de Lyon durante mayo del 68. En los graffitis se puede leer</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/File:University_of_Lyon_Law_School_with_graffiti_June_1968.jpg">BeenAroundAWhile / en.wikipedia</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Aunque el caso de estudio se desarrolle <a href="https://books.google.es/books/about/1968.html?id=xSqdAAAAMAAJ&redir_esc=y">medio siglo antes</a>, y sus protagonistas transitasen por los epicentros de <a href="https://books.google.es/books/about/The_Spirit_of_68.html?id=9AcsdkRkVycC&redir_esc=y">otra mítica gran oleada de movilizaciones</a> de carácter <a href="https://books.google.es/books/about/Utop%C3%ADas_del_68.html?id=SWcPtgEACAAJ&source=kp_book_description&redir_esc=y">igualmente internacional</a>, estas jóvenes anticiparon dinámicas de interés y de utilidad para comprender el tiempo presente. </p>
<p>Se ofrecen claves interpretativas acerca de procesos sociales que están teniendo lugar en nuestras sociedades desde el advenimiento de lo que autores como <a href="http://newlearningonline.com/new-learning/chapter-3/daniel-bell-on-the-post-industrial-society">Daniel Bell</a> o <a href="https://www.jstor.org/stable/23261574">Alain Touraine</a> denominaron sociedad postindustrial. En cierto modo estos autores profetizaron otras conceptualizaciones con mayor predicamento desde finales del siglo XX, centradas <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/book/10.1002/9781444318234">en el protagonismo que han adquirido las tecnologías de la información</a> o <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=100203">el carácter reflexivo de la segunda modernidad</a>.</p>
<h2>Discursos rivales y tensiones</h2>
<p>Una característica de los movimientos sociales contemporáneos, por el grado de frecuencia, expresividad y centralidad que comienzan a adquirir desde entonces, es la emergencia de movimientos que rivalizan entre sí en torno a una misma cuestión. </p>
<p>En el pasado ya encontramos problemas que dieron lugar a discursos rivales en torno a importantes cuestiones, como los conflictos bélicos y el pacifismo, la esclavitud, el consumo de alcohol o los derechos de la mujer. Esta característica quedó camuflada por una visión historicista del cambio social, que vio durante mucho tiempo en el movimiento obrero al sujeto colectivo que impulsa a las sociedades en una dirección de progreso. </p>
<p>Una visión que comenzó a resquebrajarse con el advenimiento de la sociedad postindustrial, que trajo consigo una nueva estructura social y de estratificación, con un elemento vertebrador de los sistemas de producción y distribución en torno a nuevos grupos sociales con capacidad para controlar y gestionar la información y el conocimiento. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/273826/original/file-20190510-183096-utexq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/273826/original/file-20190510-183096-utexq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/273826/original/file-20190510-183096-utexq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=905&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/273826/original/file-20190510-183096-utexq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=905&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/273826/original/file-20190510-183096-utexq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=905&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/273826/original/file-20190510-183096-utexq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1137&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/273826/original/file-20190510-183096-utexq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1137&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/273826/original/file-20190510-183096-utexq1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1137&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Mario Savio en los escalones de Sproul Hall en UC Berkeley en 1966.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/File:MarioSavio.JPG">Mjlovas / English language Wikipedia</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p><a href="https://books.google.es/books/about/Collective_Search_for_Identity.html?id=OCSxAAAAIAAJ&source=kp_book_description&redir_esc=y">En este contexto</a>, es destacable cómo, <a href="https://link.springer.com/article/10.1007%2FBF02422252">al calor de la contracultura</a>, fue de la mano el surgimiento de la <em>New Left</em> en Estados Unidos, pero también de un fenómeno no tan estudiado y conocido, el afianzamiento de grupos y organizaciones que conformaron lo que se conoce como <a href="https://books.google.es/books/about/The_radical_right.html?id=sdnAGAAACAAJ&redir_esc=y"><em>New Right</em></a>. </p>
<p>En épocas en las que las sociedades se encuentran sujetas a tensiones como resultado de los intensos cambios sociales que se dan en sus estructuras sociales y sistemas de valores, y la incapacidad de las instituciones políticas para acomodarse a dichos cambios, es más frecuente observar posiciones discursivas que rivalizan entre sí. En ocasiones, en torno a cosmovisiones referidas a cómo entendemos el mundo, cómo nos dotamos de una identidad propia o los sistemas normativos e instituciones que guían nuestra vida social. </p>
<p>Tales tensiones se han convertido en la norma en sociedades occidentales, muestra del carácter reflexivo de la segunda modernidad, –o el carácter líquido, en palabras de Bauman–, que caracteriza nuestra vida individual y colectiva. </p>
<h2>Juventud y movilización social</h2>
<p>Este caso de activismo transatlántico informa sobre un tema clave en el estudio de los movimientos sociales, las cuestiones que tienen que ver con el carácter transnacional que progresivamente han ido adquiriendo éstos. </p>
<p>Con sus acciones en un ambiente muy poco propicio, estas entonces veinteañeras dieron muestra del empuje, brío y osadía de las cohortes de activistas más jóvenes <a href="https://www.taylorfrancis.com/books/e/9781315548104/chapters/10.4324/9781315548104-10">en los contextos de movilización más adversos</a>, como también les sucediera a los jóvenes españoles en su lucha contra la dictadura, <a href="http://dialogoatlantico.com/2018/04/estadosunidos-espana-la-movilizacion-social-lasociedad-posindustrial-manifiesto-port-hurongran-anticipador">informando de un aspecto clave</a> en muchos movimientos sociales y revueltas <a href="https://doi.org/10.1080/13600826.2016.1235548">que llegan hasta nuestros días</a>: el empuje de la juventud en el surgimiento de protestas y movilizaciones. </p>
<p>Esto tiene relación con el hecho de que <a href="https://city.rl.talis.com/items/138A891C-27A3-4578-0FE6-98FE96E80219.html">la juventud está jugando</a> un papel clave en los procesos de cambio, dada la posición simbólica que ocupa. Dicha posición viene derivada de estilos de vida y de su participación en prácticas subculturales que ponen en cuestión las normas sociales, reivindicando su redefinición en la búsqueda de autonomía y autoafirmación. Ser joven deja de ser una condición biológica para complementariamente ser definida en términos culturales, potenciando a su vez la capacidad de ampliar la base social de dicho cuestionamiento, ya que abre la puerta a procesos de alineamiento entre personas con diferentes edades.</p>
<p>Este caso informa de cómo unos sucesos que tuvieron lugar hace medio siglo ya alumbraban algunos de los debates más significativos en el estudio de los movimientos sociales en las sociedades contemporáneas. En definitiva, cómo un sistema de valores pujante guió a los que participaron en aquella oleada de movilizaciones en su búsqueda de autonomía y realización personal y colectiva, y en la construcción de sociedades más democráticas. </p>
<p>En este sentido, sus formas de pensar y actuar fueron abanderadas en algunas cuestiones que hoy son moneda común, no sólo entre muchos jóvenes, sino para un conjunto importante de los ciudadanos, incluso para aquellos ciudadanos y grupos sociales no alineados estrechamente con el cambio.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/116311/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rubén Díez García es miembro de la Federación Española de Sociología y coordinador de su Comité de Investigación de Movimientos Sociales, Acción Colectiva y Cambio Social.</span></em></p>Las protestas de los estudiantes en Berkeley en 1964 tuvieron un impacto determinante sobre las movilizaciones de los estudiantes en países como Francia o Alemania Oriental, e incluso en España.Rubén Díez García, Profesor de Sociología, Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1106602019-02-19T22:24:00Z2019-02-19T22:24:00ZDiez consejos para sobrevivir durante una avalancha humana<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/258210/original/file-20190211-174851-8dpgd9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=22%2C7%2C4970%2C3585&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/crowd-people-viewed-above-3d-illustration-636752893"> Adike / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El 24 de julio de 2010, más de 1 millón de personas se adentran bailando en un oscuro túnel de 200 metros de longitud. La multitud de festivaleros, ataviados con gafas de sol y pelucas fluorescentes, se dirige a una antigua estación ferroviaria situada en la zona industrial de Duisburgo, en el este de Alemania, para participar en la Love Parade, uno de los festivales de música electrónica más concurridos del mundo.</p>
<p>A media tarde, se forma una importante aglomeración a la salida del túnel, pero el subterráneo es demasiado estrecho para permitir el paso de una multitud de esa magnitud. </p>
<p>A medida que transcurren los minutos, la densidad de personas aumenta peligrosamente. Los visitantes del festival, apiñados unos contra otros, apenas pueden mover los brazos ni las manos. En el centro de la marea humana, algunos ni siquiera tienen ya espacio para respirar y, hacia las cinco de la tarde, mientras suenan los temas de los mejores DJ del mundo, las primeras víctimas empiezan a asfixiarse. </p>
<p>El <a href="https://epjdatascience.springeropen.com/articles/10.1140/epjds7">número de bajas será elevado</a>: 21 muertos y 651 heridos. Un superviviente declara en el periódico <em>Bild</em>: “Resultaba imposible salir del túnel. Era como si hubiera un muro de personas delante de mí”.</p>
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<figcaption><span class="caption">Vista de la Love Parade antes del accidente (vídeo aficionado).</span></figcaption>
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<p>Apenas un mes antes de la tragedia, yo defendía <a href="http://thesesups.ups-tlse.fr/1118/1/Mehdi_Moussaid.pdf">mi tesis doctoral</a> en un anfiteatro de la Universidad Paul Sabatier de Toulouse. La tesis versaba sobre los desplazamientos de multitudes. </p>
<p>Había pasado tres años examinando el movimiento de masas en toda clase de lugares: en calles comerciales, en mercados navideños, e incluso en el marco de experimentos de laboratorio. Por eso no me extrañó que, cuando los medios de comunicación anunciaron el accidente de la Love Parade, todas mis amistades me preguntaran lo mismo: ¿qué se debe hacer en una situación así? ¿Qué comportamiento es recomendable para sobrevivir cuando uno se queda atrapado en una marea humana, como les ocurrió a las víctimas de la Love Parade? Vamos a analizarlo más detalladamente.</p>
<h2>¿Por qué la multitud mata?</h2>
<p>Desde los años noventa, la intensidad de las avalanchas humanas ha seguido un aumento constante. El último caso que nos ha llegado ha sido la tragedia de Seúl, en la que <a href="https://edition.cnn.com/2022/10/30/asia/seoul-crowd-surge-investigation-intl/index.html">al menos 154 personas han fallecido</a>. En promedio, todos los años mueren unas 380 personas en este tipo de accidentes, el más mortífero de los cuales tuvo lugar en La Meca en septiembre de 2015, donde perdieron la vida 2.300 personas. </p>
<p>Son tres los polos de atracción que reúnen las concentraciones más multitudinarias: la religión, el fútbol y las fiestas. Fiel resumen de las pasiones que mueven a los seres humanos… </p>
<p>Por ejemplo, en La Meca, el peregrinaje musulmán congrega todos los años a más de 3 millones de fieles. Cierto es que la capacidad de los estadios de fútbol es mucho menor, pues tienen aforo para unas decenas de miles de personas, pero los festejos populares que se celebran después de una victoria importante pueden atraer a cientos de miles de fans a las calles de una ciudad. Recuérdese, por ejemplo, la imagen de los Campos Elíseos abarrotados de gente el 15 de julio de 2018, tras la victoria de Francia en la final de la Copa del Mundo de fútbol. </p>
<p>Y en cuanto a los festivales de música y los conciertos, tampoco se quedan atrás. El récord más grande que se ha observado jamás lo tuvo el espectáculo de sonido y luz organizado por Jean‑Michel Jarre en Moscú en septiembre de 1997, que reunió a 3,5 millones de personas.</p>
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<figcaption><span class="caption">Timelapse que muestra la multitud de peregrinos que llegan a La Meca.</span></figcaption>
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<p>En condiciones tan extremas, el más mínimo fallo de organización puede convertirse de inmediato en una pesadilla. Pero ¿qué ocurre exactamente durante una avalancha humana? Es curioso, pero la dinámica de este fenómeno no se ha llegado a comprender hasta hace muy poco, apenas en 2006, con motivo de una nueva tragedia.</p>
<h2>“Temblor de multitud”</h2>
<p>Ese año se produjo una estampida de gran magnitud que causó la muerte de 362 peregrinos musulmanes en La Meca. En esa ocasión, el accidente pudo grabarse con una cámara de vigilancia, cuyas imágenes se enviaron a 5.000 kilómetros de allí, al laboratorio del físico alemán Dirk Helbing. </p>
<p>Gracias al valioso vídeo, este investigador especializado en el comportamiento de masas logró hallar la clave del misterio: el “temblor de multitud” (en inglés, <em>crowd-quake</em>). Se trata de un fenómeno colectivo que se produce de manera espontánea cuando la densidad de personas alcanza un límite crítico que se sitúa en torno a los 6 individuos por metro cuadrado. En este nivel de congestión, los contactos físicos entre los cuerpos son tan intensos que el más mínimo movimiento desata una ola de estampida que se propaga a través de la multitud. </p>
<p>Esas <a href="http://www.ethlife.ethz.ch/archive_articles/100727_Massenpanik_Helbing_sch/Dynamics_of_crowd_disasters.pdf">ondas de choque</a>, semejantes a las sacudidas sísmicas que se producen durante un temblor de tierra, hacen que las personas se caigan al suelo y se vean sometidas a presiones físicas aplastantes.</p>
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<figcaption><span class="caption">En este video de un concierto en Oasis en 2005, el temblor de la multitud y la creación de olas son claramente visibles.</span></figcaption>
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<p>Desde que se hizo este importante descubrimiento, se han detectado sistemáticamente “temblores de multitud” durante estampidas letales como la que tuvo lugar en la Love Parade. Y, aunque cada vez se conocen más datos sobre estos fenómenos, todavía no se ha encontrado ninguna solución para frenar una estampida una vez que se pone en marcha.</p>
<h2>Manual de supervivencia</h2>
<figure class="align-left ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/254908/original/file-20190122-100261-10oifng.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/254908/original/file-20190122-100261-10oifng.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=888&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/254908/original/file-20190122-100261-10oifng.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=888&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/254908/original/file-20190122-100261-10oifng.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=888&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/254908/original/file-20190122-100261-10oifng.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1116&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/254908/original/file-20190122-100261-10oifng.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1116&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/254908/original/file-20190122-100261-10oifng.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1116&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Para conocer mejor el comportamiento de las multitudes, el autor ha publñicado <em>Fouloscopia</em>, ediciones Humensciences.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Humensciences</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p>Entonces, ¿qué se debe hacer cuando uno queda atrapado entre la multitud, ve cómo se estrecha el cerco y empieza a notar los temblores? A continuación ofrecemos algunos consejos de supervivencia elaborados gracias a las investigaciones que llevamos a cabo en los laboratorios de <em>Fouloscopie</em>, dedicados a estudiar el comportamiento de las multitudes.</p>
<p><strong>1. Mantenga los ojos abiertos</strong></p>
<p>Su primer objetivo será salir de la masa lo antes posible. Mire a su alrededor: ¿qué es mejor, dar media vuelta o seguir avanzando? Para saberlo, intente calcular dónde se encuentra el epicentro de la estampida, el lugar donde la aglomeración está en su máximo nivel, y diríjase hacia donde la densidad se va reduciendo progresivamente. Y no olvide mirar hacia arriba. Tal vez encuentre una vía de escape rápida escalando una barrera o subiéndose a la barra de un bar.</p>
<p><strong>2. Váyase mientras esté a tiempo</strong></p>
<p>Cuando la densidad aumenta a su alrededor, el espacio disponible disminuye y su libertad de movimiento se reduce progresivamente. Cuanto más espere, más difícil le resultará salir de allí. El tiempo juega en su contra. Por tanto, no dude en salir de la zona de fuerte congestión en cuanto empiece a sentirse agobiado y mientras todavía tenga espacio suficiente para moverse.</p>
<p>Además, al apartarse del centro de la multitud, reducirá el riesgo de accidente para los demás, pues su ausencia tendrá como efecto aligerar la congestión para quienes se quedan en el sitio.</p>
<p><strong>3. Manténgase en pie</strong></p>
<p>Si es demasiado tarde para huir, no le queda más remedio que adaptarse. En tal caso, la recomendación más importante será mantener el equilibrio. Pase lo que pase, permanezca de pie, o, de lo contrario, se verá atrapado en una situación crítica. Durante una avalancha humana, las personas están tan cerca unas de otras que, si usted se cayera, arrastraría inmediatamente a sus vecinos por efecto dominó. Antes de que pueda levantarse, el peso de los cuerpos lo dejarán inmovilizado contra el suelo. Así pues, ¡manténgase en pie! Por ejemplo, tenga especial cuidado con las mochilas u otros objetos abandonados que puedan hacerle perder el equilibrio.</p>
<p><strong>4. Ahorre oxígeno</strong></p>
<p>El oxígeno será su más preciado recurso, y lo echará en falta si la situación se agrava, ya que la gran mayoría de las muertes se producen por asfixia. Por ejemplo, procure no gritar si no es absolutamente necesario, y controle la respiración en la medida de lo posible.</p>
<p><strong>5. Repliegue los brazos</strong></p>
<p>Descubrí esta técnica leyendo los informes de Paul Wertheimer, director de Crowdsafe, una consultora especializada en control de multitudes. Y la verdad es que es una buena idea. Cuando la presión se hace demasiado intensa, repliegue los brazos en el pecho, como un boxeador. En esta posición podrá proteger la caja torácica y mantener algunos centímetros de espacio alrededor de las costillas y los pulmones.</p>
<p><strong>6. Déjese arrastrar por la marea humana</strong></p>
<p>Cuando nos empujan, el reflejo natural consiste en resistir a la presión empujando en la dirección contraria. Sin embargo, en el caso de una avalancha humana no es aconsejable actuar de esta manera, ya que no se puede contrarrestar una onda de choque con la fuerza de los brazos exclusivamente. La presión que ejerce el gentío lo arrastrará a usted, haga lo que haga. Por tanto, ofrecer resistencia sería desperdiciar una energía sumamente valiosa. Además, al resistirse, podría aumentar la tensión física, y eso haría que las siguientes olas fueran todavía más intensas. Debe hacer lo contrario: déjese arrastrar por la marea humana y procure simplemente mantener el equilibrio.</p>
<p><strong>7. Aléjese de las paredes</strong></p>
<p>El único sitio donde no debe aplicarse el consejo anterior es cerca de una pared, una valla o cualquier otro objeto sólido. Los estudios muestran que la proximidad de un obstáculo es una importante fuente de peligro. A menudo, las primeras víctimas de una estampida quedan aplastadas contra una pared, como ocurrió durante la situación de pánico que se vivió en Turín en 2017 o durante las tragedias ocurridas en los estadios de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tragedia_de_Heysel">Heysel</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tragedia_de_Hillsborough">Hillsborough</a> en los años ochenta. Nuestras simulaciones numéricas muestran que las presiones más intensas se ejercen cerca de un obstáculo sólido. Así pues, en la medida de lo posible, aléjese de las paredes, los postes o las vallas.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/254912/original/file-20190122-100279-8txz73.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/254912/original/file-20190122-100279-8txz73.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=285&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/254912/original/file-20190122-100279-8txz73.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=285&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/254912/original/file-20190122-100279-8txz73.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=285&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/254912/original/file-20190122-100279-8txz73.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=358&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/254912/original/file-20190122-100279-8txz73.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=358&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/254912/original/file-20190122-100279-8txz73.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=358&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Áreas de alta presión (en rojo) durante un movimiento de multitudes.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Auteur</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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<p><strong>8. Aprenda a interpretar las señales de densidad</strong></p>
<p>Para que pueda tomar las decisiones correctas, es importante que sepa evaluar la gravedad de la situación. Pero ¿cómo lograrlo sin un instrumento de medición y cuando usted mismo está inmerso en la masa? A continuación se ofrecen algunas reglas sencillas para que pueda calcular la densidad a su alrededor:</p>
<ul>
<li><p>Si no tiene ningún contacto físico con las personas que lo rodean, es probable que la densidad todavía sea inferior a 3 personas por metro cuadrado, y en tal caso no hay situación de riesgo.</p></li>
<li><p>Si toca de forma involuntaria a uno o dos de sus vecinos al mismo tiempo, la densidad se sitúa probablemente entre 4 y 5 personas por metro cuadrado. No hay un peligro inmediato, pero sería preferible que empezara a alejarse tranquilamente del núcleo de la congestión.</p></li>
<li><p>Si los movimientos de sus brazos se ven obstaculizados de tal manera que le cuesta acercarse la mano al rostro, hay demasiada gente. ¡Salga de ahí!</p></li>
</ul>
<p><strong>9. En situación de pánico</strong></p>
<p>Una estampida por pánico es un caso particular en el que una muchedumbre se precipita en una misma dirección para huir de un peligro real o supuesto, como ocurrió en <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/2013_Madhya_Pradesh_stampede">la estampida en Madhya Pradesh, en India en 2013</a>, en <a href="https://www.abc.net.au/news/2015-11-16/false-alarm-causes-parisians-to-flee-in-panic/6943062">la Place de la République de París en noviembre de 2015</a>, en <a href="https://www.bbc.com/news/world-europe-40147813">la plaza San Carlo de Turín en junio de 2017</a> o en el <a href="https://www.nytimes.com/2018/09/29/nyregion/central-park-panic-global-citizen-festival.html">Cours Saleya de Niza en julio de 2018</a>.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/cC342Crwxrk?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Movimiento de pánico en la Plaza de la República, 15 de noviembre de 2015.</span></figcaption>
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<p>En tales situaciones, tenga en cuenta que la avalancha humana puede ser más peligrosa que la amenaza de la que huye. Por tanto, tómese unos instantes para evaluar la naturaleza del peligro y apártese con calma para mantenerse lo más lejos posible del tumulto.</p>
<p><strong>10. La ayuda mutua</strong></p>
<p>Si la situación es grave para usted, también lo es para las personas que le rodean. Los estudios realizados por el psicólogo John Drury, de la Universidad de Sussex (Inglaterra), han mostrado reiteradamente que <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1348/014466608X357893">el altruismo y la ayuda mutua</a> son elementos fundamentales para evitar una tragedia. Una multitud solidaria tiene más posibilidades de sobrevivir que un gentío individualistas. Así pues, sea solidario y atento con los demás y ofrezca ayuda cuando pueda, procurando que quienes estén a su lado no se caigan y cuidando a los más débiles. Todo el mundo saldrá ganando, y usted también.</p>
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<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/110660/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Mehdi Moussaid es autor de Fouloscopie, recientemente publicado por Humensciences.</span></em></p>¿Cómo reaccionar correctamente para sobrevivir si nos quedamos atrapados en un movimiento de multitudes?Mehdi Moussaid, Chercheur interdisciplinaire spécialisé dans le comportement des foules, Max Planck Institute for Human DevelopmentLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.