Sí, es una realidad: en tiempos de confinamiento el uso de pantallas por parte de los jóvenes aumenta a diario. Pero, ¿acaso podemos reprochárselo? Intentemos que hagan un uso racional con una serie de pautas, y hagámonos a la idea de que en estas semanas hay que ser más flexibles con ellos.
César San Juan, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
En situaciones de confinamiento como la que estamos viviendo, la violencia intrafamiliar se convierte en un problema añadido. No solamente hablamos de violencia de género, también de malos tratos a ancianos y a niños. Es previsible que los casos aumenten en estas semanas.
El ciclo de la violencia es evidente cuando un menor está expuesto a situaciones de este tipo en el hogar. Sin embargo, puede evitarse si se detectan los casos de forma precoz.
Fijar límites para los hijos en el uso de la tecnología es correcto, pero más lo es participar con ellos para conseguir que hagan un un uso inteligente y productivo de las pantallas. La clave está en intentar acompañar a los más pequeños mientras consumen contenido digital.
A pesar de la demonización de la televisión y del uso que los niños hacen de ella, especialmente en estas fechas, faltan evidencias científicas de que ver la tele sea perjudicial para los pequeños.
La práctica cada vez más habitual de compartir fotos de nuestros hijos en redes sociales, especialmente en esta época del año, entraña riesgos presentes y futuros. Los pequeños tienen derechos en este ámbito y los padres, muchas obligaciones que no todos cumplen.
Entre 2000 y 2015, la población de ciudadanos estadounidenses menores de edad que viven al otro lado de la frontera se duplicó con creces. ¿Quiénes son esos niños?
Por qué salen de su país y cómo. Qué esperan encontrar en el nuestro y qué futuro les espera. La respuesta a estas cuatro preguntas nos acerca a la realidad de una de las infancias más desprotegidas.
Este videojuego se ha convertido en una herramienta muy eficaz para ponerse en la piel de un menor que sufre acoso. Su objetivo es desarrollar empatía con las víctimas y ya lo han probado alumnos y profesores con gran éxito.
Los jóvenes están cada vez más expuestos a convertirse en adictos a los juegos de azar. La distorsión de sus habilidades y un marketing sin casi regulación han hecho que proliferen las casas de juego.
¿Acompañamos a nuestros hijos en el proceso de digitalización de su ocio? La respuesta es que muchas familias desconocen lo que los menores hacen frente a las pantallas. La supervisión es imprescindible.
¿Cuáles son los límites sobre la información que los adultos comparten de sus hijos menores de edad? El autor aconseja a los padres que no suban a la red imágenes que no cuenten con su consentimiento.
Los niños en acogida están muy desatendidos por las administraciones, que no son conscientes de los problemas emocionales que sufren y de la dureza que les supone integrarse en el entorno escolar.
Profesora en el Departamento de Ciencias de la Educación en el área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Investigadora del proyecto "Comunicación Científica y Divulgación en la Transferencia del Conocimiento en la Universidad", Universidad Complutense de Madrid