tag:theconversation.com,2011:/us/topics/moderna-96482/articlesModerna – The Conversation2024-02-29T16:44:38Ztag:theconversation.com,2011:article/2227762024-02-29T16:44:38Z2024-02-29T16:44:38ZLlegan las vacunas contra el melanoma: ¿cómo funcionan?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/578546/original/file-20240228-20-sb2tl0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=165%2C33%2C7183%2C4869&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cropped-view-dermatologist-applying-marks-on-1381338524">LightField Studios / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Recientemente, las compañías <a href="https://www.reuters.com/business/healthcare-pharmaceuticals/benefits-moderna-merck-melanoma-vaccine-plus-keytruda-extend-three-years-2023-12-14/">Moderna y Merck han anunciado que podrían tener lista su vacuna contra el melanoma en 2025</a>. De hecho, ya han comenzado sus ensayos clínicos para desarrollar su innovadora terapia frente a esta enfermedad. </p>
<p>Cada año, se diagnostican en el mundo unos <a href="https://www.cancer.net/es/tipos-de-c%C3%A1ncer/melanoma/estad%C3%ADsticas">325 000 nuevos casos de melanoma</a>. Esta cifra pone de relieve la necesidad de estrategias innovadoras y eficaces para combatir uno de los cánceres de piel más agresivos y letales que se conocen.</p>
<h2>Anatomía de un asesino</h2>
<p>Cuando las células de la piel encargadas de producir el pigmento que nos da color experimentan una transformación anormal y comienzan a crecer de manera descontrolada, forman el tumor maligno llamado <a href="https://theconversation.com/es/topics/melanoma-105572">melanoma</a>, que puede expandirse y propagarse a otras partes del cuerpo. </p>
<p>La exposición a la radiación ultravioleta (UV) de la luz solar es uno de los principales factores de riesgo, junto con la predisposición genética y los antecedentes de quemaduras solares graves y repetitivas a lo largo de la vida. Se estima que alrededor del <a href="https://formacion.sefh.es/dpc/sefh-curso-oncohematologia/modulo_01.pdf">80 % de los melanomas cutáneos</a> se originan en pieles aparentemente sanas. Esto supone que sólo el 20 % tienen su origen en una lesión cutánea previa, como un lunar. </p>
<p>Aunque la aparición de nuevos lunares es habitual hasta los cuarenta años, es fundamental vigilar cualquier alteración. Este seguimiento se basa en el <a href="https://www.aad.org/public/diseases/skin-cancer/el-abcde-del-melanoma">sistema ABCDE</a> (asimetría, bordes, color, diámetro y evolución) para la detección precoz de posibles lesiones malignas.</p>
<h2>Cuando el sistema inmunitario se vuelve cómplice de las células tumorales</h2>
<p>El sistema inmunitario desempeña un papel crucial en el reconocimiento y la eliminación de las células cancerosas, incluidas las del melanoma. Como si fueran escuadrones militares, las células inmunitarias patrullan constantemente nuestra piel en busca de células anormales que puedan poner en riesgo nuestra salud. </p>
<p>A este proceso se le llama inmunovigilancia, y está basado en el reconocimiento de antígenos, las moléculas de la superficie celular que señalan al sistema inmunitario la presencia de entidades extrañas. Son como “banderines” que identifican células dañinas y permiten movilizar a las células inmunitarias para erradicarlas. </p>
<p>No obstante, hay casos en los que las células cancerosas consiguen evitar la detección inmunitaria o emplean tácticas para suprimir su respuesta, allanando el camino para la progresión tumoral. </p>
<h2>Los riesgos de la inmunoterapia</h2>
<p>En la actualidad, el estudio de esa capacidad de las células cancerosas para evadir el sistema inmunológico se ha convertido en un objetivo terapéutico de gran interés y relevancia. Si conocemos qué hacen las células para “adormecer” al sistema inmunitario, podremos desarrollar estrategias para “despertarlo” y que cumpla así con su función defensiva. </p>
<p>Sin embargo, estos tratamientos no siempre son efectivos y, en ocasiones, pueden producir la hiperreactividad de las células inmunitarias. Es decir, que estas, una vez activadas, no sólo atacan al tumor, sino a todas las células del cuerpo. </p>
<p>Ante este dilema, se planteó la posibilidad de dirigir la actividad de las células inmunes de manera selectiva solamente hacia las células tumorales. Y aquí es donde entra en juego otra rama de la inmunoterapia: el diseño de las nuevas vacunas contra el cáncer. La clave está en desarrollar herramientas que ayuden al sistema inmunitario a reconocer y atacar de manera concreta al tumor. </p>
<h2>Vacunas al rescate</h2>
<p>Actualmente, se están investigando varios tipos de vacunas contra el melanoma, todas ellas basadas en la capacidad que tienen las células para reconocer los antígenos de superficie. </p>
<p>Por un lado, están las <a href="https://link.springer.com/article/10.1186/s12967-023-04843-8?utm_source=rct_congratemailt&utm_medium=email&utm_campaign=oa_20240103&utm_content=10.1186/s12967-023-04843-8">vacunas basadas en péptidos</a>. Es decir, se seleccionan aquellos antígenos que suelen portar las células de melanoma, se producen en el laboratorio y se inyectan a modo de antídoto. En este caso, la estrategia es enseñarle al sistema inmune los banderines que tiene que buscar. </p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/cuando-debemos-preocuparnos-por-la-aparicion-de-lunares-164470">¿Cuándo debemos preocuparnos por la aparición de lunares?</a>
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<p>Por otro lado, se está estudiando la utilización de unas células concretas del sistema inmunitario (células dendríticas) que son capaces de reconocer los banderines, identificar si pertenecen a células sanas o enfermas y enseñárselos a las células que deben eliminarlos. Un <a href="https://jitc.bmj.com/content/6/1/19.long">ensayo clínico</a> logró una disminución del 70 % del riesgo de mortalidad combinando las células dendríticas propias de cada paciente con un compuesto estimulante del sistema inmune. Aunque este ensayo tenía limitaciones, como el número bajo de participantes, los resultados son alentadores. </p>
<p>Y, por último, están las vacunas basadas en ARN, como la desarrollada por <a href="https://investors.modernatx.com/news/news-details/2023/Moderna-And-Merck-Announce-mRNA-4157-V940-In-Combination-with-KeytrudaR-Pembrolizumab-Demonstrated-Continued-Improvement-in-Recurrence-Free-Survival-and-Distant-Metastasis-Free-Survival-in-Patients-with-High-Risk-Stage-IIIIV-Melanoma-Following-Comple/default.aspx">Moderna y Merck</a>, que funciona de manera similar a la diseñada contra la covid-19. </p>
<p>Mientras que la vacuna de Moderna contra el coronavirus llevaba una secuencia de ARN de la proteína S del patógeno, la nueva –cuyo nombre técnico es ARNm-4157 (V940)– incorpora información genética para producir banderines específicos del tumor del paciente. Cuando el ARN penetra en las células del cuerpo, estas empiezan a producir una gran cantidad de dichos banderines, facilitando al sistema inmunitario su reconocimiento y, por tanto, su capacidad para localizar a las células cancerosas. </p>
<p>Este tratamiento se está probando en pacientes de melanoma con metástasis, cuyo riesgo de recaída es alto. La vacuna se ha combinado con un fármaco que estimula la activación del sistema inmune y, según los datos preliminares, redujo el riesgo de recaída o muerte un 49 % en comparación al tratamiento exclusivo con el fármaco. La terapia combinada también ha producido una mejora en la supervivencia libre de enfermedad a distancia, reduciendo el riesgo de desarrollar metástasis en otros órganos en un 62 %. </p>
<p>Sin duda, los resultados son prometedores y van encaminados a mejorar el tratamiento del melanoma. Según el Vicepresidente Senior y Jefe de Desarrollo, Terapéutica y Oncología de Moderna, Kyle Holen, el equipo al completo está impaciente por poder compartir estos datos con la sociedad y arrojar esperanza para las personas afectadas por esta enfermedad y sus familias.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/222776/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Cristina Penas Lago no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Actualmente se están investigando varias modalidades de terapias para dirigir nuestro sistema inmune contra las células de este peligroso cáncer de piel. Una de ellas ya está en fase de ensayos clínicos.Cristina Penas Lago, Dra. en Investigación Biomédica, Investigadora Postdoctoral, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1630322021-06-24T20:42:17Z2021-06-24T20:42:17ZCovid-19: ¿En qué se diferencia la inmunidad de las personas contagiadas y la de las vacunadas?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/408237/original/file-20210624-21-scvcqc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C17%2C5973%2C3970&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Centro de vacunación en Donostia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/san-gipuzkoa-spain-may-8-2021-1970282914">Shutterstock / Unai Huizi Photography</a></span></figcaption></figure><p>En pocos meses hemos logrado superar el 30% de la población vacunada en España. Y eso invita a reflexionar sobre cómo es la inmunidad que adquirimos. ¿Es equivalente la inmunidad natural que confiere ser infectados a la que aportan las vacunas frente a COVID-19? ¿Podemos medir con pruebas rápidas esa inmunidad? </p>
<p>Para empezar hay que tener en cuenta que la inmunidad natural tras la infección está condicionada por las distintas tácticas con las que el virus SARS-Cov-2 intenta esquivar al sistema inmune. Además, el virus es capaz de mutar y generar variantes que también pueden ser más transmisibles y virulentas, lo que también afecta a la inmunidad que genera. </p>
<p>Hay que indicar que ambas habilidades son diferentes. Que el virus alcance mayor transmisión implica que podría esparcirse con facilidad a un mayor número de personas, como ocurre actualmente con la variante delta, candidata a convertirse en la variante dominante en poco tiempo. Sin embargo, una mutación que generara mayor virulencia aumentaría la gravedad incluso con una infección muy pequeña, algo que afortunadamente no ha sucedido de momento con SARS-CoV-2. </p>
<h2>Cómo se mide la inmunidad</h2>
<p>En principio, la inmunidad natural se podría hipotetizar como más amplia porque implica una respuesta inmunológica frente a un número más alto de antígenos que la respuesta inmunológica a una vacuna con un único antígeno. Este es el caso de muchas de las vacunas actuales frente a COVID-19. Algunas usan como antígeno la proteína S completa (AstraZeneca o Jannsen), y otras solo la región de unión al receptor de entrada del virus, llamado RBD (Pfizer o Moderna). </p>
<p>Pero también hay que hacer aquí una salvedad, porque existe la posibilidad de crear vacunas frente al virus inactivado, como han hecho para la vacuna de SinoVac. En ese caso, la respuesta inmunológica que induciría sí sería frente a todas las proteínas del virus. </p>
<p>Lo que parece indiscutible es que no es sencillo medir la respuesta inmunológica. La respuesta de anticuerpos, conocida como inmunidad humoral, sí se examina con tests serológicos rápidos. En cambio, la respuesta de las células T o inmunidad celular no se puede evaluar con ninguna prueba rápida. </p>
<p>Por último, si pretendemos comparar la inmunidad natural y la que confieren las vacunas, hay que tener en cuenta que al vacunar buscamos una respuesta inmunológica que neutralice al virus y además nos ofrezca protección a muy largo plazo.</p>
<h2>Lo que dicen los datos</h2>
<p>Dicho todo esto, los datos que tenemos hasta el momento nos indican que las personas que se han infectado generan una <a href="https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov/documentos/Documento_INMUNIDAD_Y_VACUNAS.pdf">respuesta inmunológica</a> frente a la proteína S que es <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fimmu.2021.657711/full">bastante inferior</a> que la respuesta inmunológica que generan las vacunas, tanto de <a href="https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2021.04.15.440089v2.full.pdf">ARN (Moderna y Pfizer)</a> como de adenovirus (AstraZeneca o Janssen). </p>
<p>Por otro lado, es cierto que la inmunidad natural de los pacientes que han padecido COVID-19 induce una gran cantidad de anticuerpos que incluso podrían <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-021-03647-4.pdf">durar toda la vida</a>. Sin embargo, la infección por el virus no genera mayor número de anticuerpos neutralizantes que <a href="https://stm.sciencemag.org/content/early/2021/06/08/scitranslmed.abi9915.1">las vacunas de ARN, por ejemplo</a>. Más bien es al revés: los anticuerpos que se producen tras inmunizar con vacunas de ARN <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34103407/">reconocen mejor al enemigo</a> que los inducidos por la infección natural. Y lo mismo ocurre con <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34111577/">las vacunas de adenovirus</a>. </p>
<p>El matiz “neutralizantes” al hablar de anticuerpos es importante, porque evalúa la capacidad de estos anticuerpos para bloquear al virus. Ese análisis de su función ofrece más información sobre la protección que los test serológicos, que solo examinan <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8183028/">cantidad de anticuerpos frente al virus</a>. </p>
<p>En cuanto al problema de las variantes, las vacunas de ARN, adenovirus y proteínas recombinantes con una pauta de vacunación de dos dosis generaron suficientes anticuerpos neutralizantes frente a las <a href="https://www.nature.com/articles/s41591-021-01347-0">variantes beta, alfa y gamma</a>. Respecto a la variante delta no hay aún estudios clínicos.</p>
<h2>Conclusión: vacunarse es fundamental</h2>
<p>En definitiva, todos los estudios reflejan que la inmunidad de los vacunados induce más protección que la inmunidad natural. Vacunarnos es fundamental, incluso si ya hemos pasado la COVID-19. </p>
<p>Otra conclusión indiscutible es que merece la pena realizar muchos más estudios de anticuerpos neutralizantes con todas las vacunas disponibles. Por un lado, para comparar entre ellas y con los anticuerpos neutralizantes de los pacientes COVID-19, ya sean asintomáticos, leves o graves. Pero también para realizar estudios epidemiológicos que evalúen la importancia de las vacunas en la pandemia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163032/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carmen Álvarez Domínguez recibe fondos de el instituto de Salud Carlos III (PI19-01580) y de la Fundación Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (INNVAL20/01) y de la Unión Europea de una acción COST para Adyuvantes y Vacunas (ENOVA). </span></em></p>¿Es equivalente la inmunidad natural que confiere ser infectados a la que aportan las vacunas frente a COVID-19? Los último estudios sugieren que la inmunidad de los vacunados induce más protección que la inmunidad natural.Carmen Álvarez Domínguez, Bioquímica y bióloga molecular, inmunológa, experta en vacunas y profesora de investigación en Procesos Sanitarios en la Facultad de Educación y Facultad de Ciencias de la Salud, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1533492021-01-17T20:50:28Z2021-01-17T20:50:28Z¿Seguiré protegido con la vacuna si hay nuevas mutaciones del coronavirus?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/379072/original/file-20210115-17-1m52w94.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6048%2C4010&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/de-ardozmadrid-spain-covi19-detection-test-1747466594">Shutterstock / FernandoV</a></span></figcaption></figure><p>La reciente detección de mutaciones en el coronavirus SARS-CoV-2 causante de la actual pandemia covid-19 está generando cierta incertidumbre respecto a la efectividad de las vacunas usadas en la actual campaña de vacunación. ¿Seguirán siendo efectivas? Antes de responder precisamos reflexionar sobre una serie de cuestiones.</p>
<h2>Cómo detectar una mutación</h2>
<p>Las mutaciones son cambios en la secuencia del material genético respecto a la secuencia original (<em>Wild-type</em>, salvaje). En este caso sería la secuencia hallada en los <a href="http://www.xinhuanet.com/english/2020-01/09/c_138690570.htm">primeros aislados del virus</a> procedentes de humanos infectados inicialmente en Wuhan (China), que fue <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/nuccore/MN908947">publicada</a> para toda la comunidad científica. </p>
<p>Las mutaciones se detectan mediante secuenciación. Esta técnica permite leer el material genético como en un código de los que aparecen en las series televisivas (ACUGGCCCUUACG…). Así hasta completar las aproximadamente 30 000 letras (nucleótidos), ya que los coronavirus poseen un único fragmento de ARN (ácido ribonucleico) de entre 26 a 32 Kb. </p>
<p>Por lo tanto, para detectar las mutaciones se ha de leer la secuencia completa y compararla con la del virus de origen. Esto implica que ha de existir una constante monitorización de la secuencia del virus por parte de laboratorios especializados.</p>
<h2>No todas las mutaciones son iguales</h2>
<p>Los virus ARN experimentan mutaciones como consecuencia de fallos que ocurren cuando se replican y copian su propio material genético. Son errores relativamente frecuentes. Por lo tanto, podemos prever que aparecerán muchas otras mutaciones. </p>
<p>Sin embargo, gracias a estudios previos, por ejemplo en el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), se sabe que la mayoría de las mutaciones en los virus son negativas. Es lo que se conoce como disminución del <em>fitness</em> del virus (capacidad de llevar a cabo todos sus procesos para completar un ciclo infectivo). </p>
<p>Es decir, la mayoría de las mutaciones no producen cambios significativos o son perjudiciales para el virus. Sin embargo, un porcentaje muy pequeño puede producir una mejora del <em>fitness</em> viral, haciéndolo más eficaz en algún aspecto esencial. Por ejemplo, la capacidad infectiva (mayor transmisión) o capacidad patogénica (mayor virulencia).</p>
<p>Por otro lado, hay que considerar que una sola mutación, a no ser que produzca un cambio drástico en el comportamiento del virus (posible pero muy poco probable), no se considera que origine una nueva variante o cepa, sino que son varias las mutaciones necesarias. Por eso hemos tardado en oír la existencia de <a href="https://theconversation.com/lo-que-sabemos-y-lo-que-no-sobre-la-nueva-variante-del-sars-cov-2-152423">nuevas variantes</a>, como las detectadas en Reino Unido o en África.</p>
<h2>¿Cómo funcionan las vacunas actuales?</h2>
<p>Tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna son <a href="https://theconversation.com/que-tipo-de-vacunas-estan-desarrollando-los-laboratorios-contra-el-coronavirus-135592">vacunas génicas</a> que están basadas en ARN mensajero (ARNm). Este contiene la información necesaria para producir parte de la proteína espícula del coronavirus SARS-CoV-2. </p>
<p>La <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32221306/">proteína espícula</a> es la que une al receptor en nuestras células (fundamentalmente ACE2, de angiotensin-converting enzyme 2) permitiendo la entrada del virus y, por lo tanto, la infección. </p>
<p>Esta vacuna utiliza un recubrimiento con lípidos para que el ARNm entre en las células del sistema inmunitario, llamadas “células presentadoras de antígeno”, fundamentalmente las células dendríticas. </p>
<p>El ARNm producido sintéticamente se parece a nuestro RNA. Esto hace que no active demasiado la maquinaria de nuestro sistema inmunitario innato, pues si no fuese así, lo degradaría al detectar que es un ARN viral. De esta forma, se consigue que el ARNm pase inadvertido y acabe produciendo la proteína espícula en el interior de las células. </p>
<p>Dicha proteína será fragmentada en trozos más pequeños (péptidos) que se unen a las moléculas de histocompatibilidad de clase I y clase II. Estas las enseñan en la superficie de las células dendríticas (presentación) a dos tipos de linfocitos, los denominados linfocitos T CD8+ y linfocitos T CD4+, respectivamente. </p>
<p>En este momento, se activa la respuesta inmunitaria adaptativa y se producirán linfocitos citotóxicos y las tan deseadas células productoras de anticuerpos (células plasmáticas diferenciadas de los linfocitos B activados específicamente), entre otros actores. </p>
<p>Los anticuerpos pueden bloquear la entrada del virus a las células y actúan como etiquetas que ayudan a otros componentes y células del sistema inmunitario a eliminar el virus (neutralización). </p>
<p>Los linfocitos citotóxicos son capaces de eliminar a las células infectadas por el virus, evitando que se produzca nueva progenie, pero a costa de producir cierto daño a nuestras propias células.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/379030/original/file-20210115-15-sqduzt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/379030/original/file-20210115-15-sqduzt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/379030/original/file-20210115-15-sqduzt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/379030/original/file-20210115-15-sqduzt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/379030/original/file-20210115-15-sqduzt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/379030/original/file-20210115-15-sqduzt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/379030/original/file-20210115-15-sqduzt.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Figura sobre el funcionamiento de las vacunas / Narcisa Martínez.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>¿Estaré protegido ante nuevas mutaciones?</h2>
<p>Como se ha mencionado, la vacuna ARNm de la proteína espícula hace que el sistema inmunológico detecte distintas fragmentos de la misma (péptidos). Por tanto, si se produce una mutación, lo más probable es que afecte a uno de los fragmentos de dicha proteína y no a todos. </p>
<p>Es decir, la mayoría de la respuesta inmunológica específica no se vería afectada. Si bien es cierto que existen péptidos inmunodominantes que generan respuestas inmunológicas más potentes, y es posible que si la mutación afecta a un péptido inmunodominante tenga mayor repercusión.</p>
<p>Seamos optimistas y pensemos que en un corto plazo de tiempo es poco probable que aparezca una variante del virus frente a la cual no estemos protegidos con las vacunas actuales. Si esto ocurriese, gracias al proceso relativamente sencillo de producción de las vacunas basadas en ARN, se podría rápida y eficazmente pasar a producir ARNm tal cual aparezca en la nueva variante (mutado). Esto implicaría una nueva campaña de vacunación.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/153349/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Narcisa Martínez Quiles ha recibido fondos del Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO), convocatoria de proyectos de investigación Retos 2017, referencia SAF 2017-82967-R.</span></em></p>Las vacunas de ARNm pueden hacer frente a muchas posibles mutaciones del SARS-CoV-2. No obstante, si la mutación escapase de ellas, se podría producir rápidamente otra vacuna para la nueva variante.Narcisa Martínez Quiles, Profesora Titular de Universidad. Area: Inmunología. Otras: Microbiología, Biología celular y molecular., Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1526032021-01-04T20:00:58Z2021-01-04T20:00:58ZGuía para desmentir 24 bulos sobre la vacuna de COVID-19<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/376990/original/file-20210104-17-1m930qi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C366%2C2946%2C1294&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/questionable-covid-19-coronavirus-vaccine-we-1853840779">Shutterstock / Anze Furlan</a></span></figcaption></figure><p>Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 a finales de 2019 se han contabilizado más de 82 millones de infectados y cerca de 1,9 millones de fallecidos. Hoy, un año después, estamos en uno de los peores momentos de la pandemia y alcanzar la inmunidad de grupo de forma natural no es una opción viable visto el intento de Suecia. Además, el virus no parece que vaya a desaparecer por sí solo. </p>
<p>Afortunadamente, por primera vez desde el inicio de la pandemia y gracias al esfuerzo sin precedentes de científicos y laboratorios de todo el mundo, contamos con algo gracias a lo que se ha conseguido vencer a otras enfermedades infecciosas en el pasado: las vacunas.</p>
<p>Hasta ahora, gran parte de la gente esperaba la vacuna frente a la COVID-19 con ganas. Sin embargo, ahora que hay varias vacunas aprobadas para su uso y la campaña de vacunación ha empezado ya en varios países, hay ciertos grupos que ven la vacunación con dudas y desconfianza.</p>
<p>Tener dudas sobre lo que no se conoce es completamente normal y es uno de los motores que mueve la ciencia. Sin embargo, estas dudas pueden dar lugar a información falsa y bulos que vuelan como la pólvora en las redes sociales de forma mejor o peor intencionada. Por ello, y porque el mejor antídoto frente la desinformación es la información veraz y contrastada, hemos creado la siguiente guía donde damos una explicación a la mayoría de bulos que hemos encontrado sobre las vacunas frente la COVID-19.</p>
<h2>1. “Las vacunas de ARN mensajero van a modificar nuestro genoma”</h2>
<p>Falso. Hasta el momento, y con los conocimientos que tenemos de biología molecular y celular, <a href="https://theconversation.com/no-las-vacunas-de-arn-frente-a-la-covid-19-no-modificaran-nuestro-genoma-151812">no hay evidencias</a> de que las <a href="https://microbioun.blogspot.com/2021/01/vacunas-rnam-un-mensaje-de-esperanza.html?m=1#.X_Da_5dCXsI.twitter">vacunas de ARN mensajero</a> puedan modificar nuestro genoma y las razones no son pocas, incluyendo que:</p>
<ol>
<li><p>El ARN mensajero se degrada muy fácilmente y no le da tiempo a casi nada.</p></li>
<li><p>El ARN mensajero no llega a encontrarse con el ADN.</p></li>
<li><p>El ARN de las vacunas no se integra en el ADN.</p></li>
<li><p>Hasta ahora no se ha encontrado rastro de ningún coronavirus en nuestro genoma.</p></li>
</ol>
<h2>2. “Se han hecho demasiado rápido”</h2>
<p><a href="https://theobjective.com/further/como-se-han-desarrollado-tan-rapido-las-vacunas-contra-el-coronavirus-y-por-que-si-son-seguras">La velocidad</a> a la que se han diseñado, fabricado y administrado las primeras vacunas ha sorprendido tanto que causa escepticismo sobre si son seguras. La realidad es que se han cumplido todos los protocolos y fases habituales en estos procedimientos. Además, todos los resultados de los ensayos clínicos son públicos y se pueden consultar. Las principales razones por las que estas vacunas se han desarrollado más rápido que otras son las siguientes:</p>
<ol>
<li><p>Existe una gran cantidad de información sobre virus similares. Los coronavirus SARS-CoV-1 y MERS-CoV se conocen desde 2002 y 2012, así como la estructura genética o el papel de las proteínas comunes de los coronavirus.</p></li>
<li><p>Se están usando prototipos de vacunas preexistentes. Por ejemplo, las vacunas de Oxford o Johnson & Johnson están basadas en adenovirus que se han usado ya en otras vacunas, por ejemplo en la del virus Ébola.</p></li>
<li><p>Hay solapamiento de las fases clínicas. Se han realizado estudios en paralelo de fase 1 y fase 2 para conocer, entre otras cosas, la dosis ideal de la vacuna y el tiempo que dura la memoria inmunitaria en los voluntarios.</p></li>
<li><p>Se ha comenzado la fabricación a gran escala de millones de dosis antes de tener la aprobación de las agencias reguladoras.</p></li>
<li><p>Se ha realizado un inversión económica sin precedentes tanto de instituciones públicas como privadas.</p></li>
<li><p>Ha sido fácil conseguir miles de ciudadanos voluntarios.</p></li>
</ol>
<h2>3. “Las vacunas no son seguras”</h2>
<p>Falso. Las vacunas aprobadas han pasado todo el proceso normal en el desarrollo de una vacuna, incluyendo una fase experimental preclínica en animales y las distintas fases clínicas I, II, y III. Además, después de su aprobación entran en fase IV o de farmacovigilancia, en la que se sigue estudiando su seguridad. Hasta el momento se han vacunado ya millones de personas y no se han detectado efectos adversos de gravedad que pongan en duda su seguridad.</p>
<h2>4. “Una enfermera se desmayó justo después de vacunarse”</h2>
<p>En distintas redes sociales se ha hecho viral un vídeo donde una enfermera llamada Tiffany Dover se desmayó durante una rueda de prensa minutos después de recibir la vacuna de Pfizer/BioNTech en un hospital de Estados Unidos. Incluso hay fuentes que aseguran que la enfermera falleció poco después de vacunarse.</p>
<p>Es cierto que la enfermera se desmayó durante la rueda de prensa. Sin embargo, la propia enfermera matizó en una entrevista posterior que padece lo que se conoce como el <a href="https://bescienced.com/es/que-es-el-sincope-vasovagal/">síncope vasovagal</a> por el cual puede desmayarse en respuesta a un factor desencadenante como puede ser ver sangre, ciertos dolores, ya sea un padrastro, un golpe en el pie, el pinchazo de una vacuna o un elevado estrés emocional.</p>
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<h2>5. “La vacuna frente la COVID-19 hace que seas positivo por VIH”</h2>
<p>Hace un tiempo el gobierno australiano <a href="https://www.sciencemag.org/news/2020/12/development-unique-australian-covid-19-vaccine-halted">anunció</a> la suspensión del desarrollo de una de sus vacunas por falsos positivos de VIH (el virus que provoca el sida) durante la fase 1. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con las vacunas aprobadas y tiene una buena explicación:</p>
<p>La aparición de falsos positivos de VIH tuvo lugar porque en la vacuna que se estaba desarrollando en Australia utilizaron un pequeño fragmento de una proteína de VIH para dar una mayor estabilidad a la proteína del coronavirus que iba a actuar como antígeno (la proteína S). </p>
<p>El problema es que, en este caso, el sistema inmune de los vacunados, además de generar anticuerpos frente a la COVID-19, también genera anticuerpos frente al VIH porque reconoce ese pequeño fragmento estabilizador como algo extraño contra lo que hay que luchar. </p>
<p>¿Y generar anticuerpos frente al VIH no sería algo bueno? No realmente, porque se sabe que esa respuesta no sirve para evitar su contagio pero sí podría interferir en el diagnóstico de VIH dando falsos positivos. Finalmente, se darían falsos positivos de VIH porque en estas pruebas el diagnóstico positivo consiste en identificar la presencia de anticuerpos frente a VIH.</p>
<h2>6. “Las vacunas contienen células de fetos abortados”</h2>
<p>Falso. Circulan por las redes sociales diversos vídeos en los que se asegura que se están utilizando células de fetos abortados para investigar vacunas frente a la COVID-19, generando una gran polémica. Sin embargo, la realidad es que para la generación de medicamentos o vacunas no se utilizan fetos ni embriones como tal.</p>
<p>Lo que se utiliza en algún momento durante el desarrollo de algunas de estas posibles futuras vacunas contra el COVID-19 son líneas celulares derivadas de tejidos humanos muy concretos de hace décadas (algunas serán derivadas de fetos, otras de diversos cánceres o tumores por ejemplo). Las líneas celulares son células de un único tipo (especialmente células animales) que se han adaptado para crecer continuamente en el laboratorio y que se usan habitualmente en investigación.</p>
<p>Esto puede generar confusión, pero es importante destacar que trabajar con una ‘línea celular’ no es lo mismo que trabajar con las células originales. Además, estas líneas celulares se utilizan principalmente en la fase preclínica de la vacuna para hacer algunas comprobaciones en laboratorio. Por lo tanto, ninguna de las vacunas en desarrollo contiene células de fetos abortados.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/376908/original/file-20210103-49872-1r9dm2m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/376908/original/file-20210103-49872-1r9dm2m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/376908/original/file-20210103-49872-1r9dm2m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/376908/original/file-20210103-49872-1r9dm2m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/376908/original/file-20210103-49872-1r9dm2m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/376908/original/file-20210103-49872-1r9dm2m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/376908/original/file-20210103-49872-1r9dm2m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="attribution"><span class="source">Designed by pch.vector / Freepik</span></span>
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<h2>7. “La variante de Reino Unido ha aparecido porque han sido los primeros en vacunarse”</h2>
<p>Falso. Reino Unido empezó la campaña de vacunación el 8 de diciembre, convirtiéndose en en el primer país occidental en distribuir una vacuna frente a la COVID-19 (la vacuna de Pfizer/BioNTech). Sin embargo, la <a href="https://twitter.com/JoseMJG_/status/1340933688410976256?s=20">variante</a> identificada en Reino Unido estaba circulando al menos desde septiembre. Mucho antes de empezar a vacunar.</p>
<h2>8. “Si nos han puesto la vacuna ya podemos ir sin mascarilla y hacer vida normal”</h2>
<p>No. Lo primero es que la inmunización se da en dos etapas (dos dosis) y es necesario completar ambas para tener una inmunización más completa. Lo segundo es que la producción de anticuerpos y respuesta celular tarda un tiempo en darse. Además, este tiempo de latencia varía entre poblaciones e incluso de forma individual. Por ello, no debemos considerarnos inmunes frente al virus antes de tiempo y exponer a otras personas al virus.</p>
<p>Por otro lado, hasta el momento, lo que se ha descrito es que las vacunas pueden prevenir los síntomas de la COVID-19, especialmente los más graves, pero no se ha mirado en profundidad si la vacunación puede prevenir la infección. Por lo tanto, lo que sabemos hasta ahora es que al vacunarnos estamos protegidos de la enfermedad pero <a href="https://twitter.com/JoseMJG_/status/1335515076535709697?s=20">podemos infectarnos e infectar a otros</a>. Por eso es importante continuar con las medidas de protección: mascarilla, lavado de manos, distancia de seguridad y buena ventilación, sobre todo este primer año de vacunación.</p>
<h2>9. “¿Para qué vamos a vacunarnos si no protege de la infección y podemos seguir contagiando?”</h2>
<p>Hasta el momento no se sabe si protege de la infección pero sí se sabe que evita las formas más graves de COVID-19. Para muchos esto puede parecer poco pero es un paso muy importante. Prevenir los síntomas más graves de la enfermedad puede prevenir que el sistema sanitario se colapse y así evitar muchas muertes. Además, el hecho de que no se haya estudiado todavía si la vacunación protege de la infección no significa que no lo haga. Se ha visto en diversos modelos animales que algunos de los candidatos a vacuna pueden proteger de la infección.</p>
<h2>10. “Las farmacéuticas llevan los procesos en secreto y no publican los datos”</h2>
<p>Falso. El desarrollo de las distintas vacunas aprobadas hasta el momento ha pasado un proceso riguroso donde se han publicado absolutamente todos los datos de cada una de las etapas que se han llevado a cabo. Hemos tenido de todo, incluyendo notas de prensa, informes detallados y artículos publicados en revistas de prestigio. Aquí podemos consultar los datos de las vacunas de <a href="https://vacunasaep.org/profesionales/noticias/covid-vacunas-ARN-BNT162b2-BioNTech-Pfizer">Pfizer/BioNTech</a>, <a href="https://vacunasaep.org/profesionales/noticias/covid-vacunas-ARN-mRNA-1273-Moderna">Moderna</a> y <a href="https://vacunasaep.org/profesionales/noticias/covid-vacunas-vector-viral-ChAdOx1-Oxford-AstraZeneca">Oxford/Astrazeneca</a>.</p>
<h2>11. “Vacunarnos puede provocarnos COVID-19”</h2>
<p>Falso. Los efectos adversos de la vacunación son los habituales en estos tratamientos: fiebre, dolor articular o cansancio. Son también algunos de los signos y síntomas inespecíficos de la COVID-19, obviamente en mucho menor grado. Además, las vacunas aprobadas solo utilizan ciertos genes o proteínas del virus para generar una respuesta inmunitaria. Por lo tanto, no existe la posibilidad de que podamos infectarnos simplemente con la vacuna.</p>
<h2>12. “Las vacunas no sirven porque hay gente que se vacuna y aun así se infecta”</h2>
<p>Para tener una mayor protección con las vacunas aprobadas es necesaria la aplicación de dos dosis con un intervalo de tiempo. Por ejemplo, la primera dosis de la vacuna de Pfizer confiere protección frente a una COVID-19 severa del 52,4%, y aumenta hasta el 95% después de la segunda dosis. Además, el organismo necesita siempre unos días desde la vacunación hasta que se genera la respuesta inmunitaria. Por lo tanto, las personas pueden infectarse en esa ventana temporal entre las diferentes dosis y además siempre existirá ese 5% en el que la vacuna no es efectiva. Un número muy bajo en comparación con el 95% de las personas que estarán protegidas.</p>
<h2>13. “Si nos vacunamos podemos quedarnos estériles”</h2>
<p>Falso. Hasta el momento no hay evidencias científicas de que ni el virus ni la vacuna interfieran con el metabolismo hormonal a niveles peligrosos ni el desarrollo de tejidos necesarios para la reproducción.</p>
<h2>14. “Los científicos usan mucho la frase ‘no hay evidencias’ porque no tienen ni idea”</h2>
<p>Falso. En ciencia se utiliza la frase “no hay evidencias”, “los resultados sugieren”, “es posible que”, “parece ser que” porque los científicos hablan sobre lo que se conoce y no se basan en opiniones o creencias. Por poner un ejemplo: “¿Es posible que mañana el sol estalle en mil pedazos y destruya toda la vida conocida? Pues hasta el momento no hay evidencias científicas de que eso vaya a pasar”.</p>
<h2>15. “Nos quieren usar como cobayas”</h2>
<p>Falso. Las vacunas han pasado todas las fases necesarias para la evaluación de su seguridad de forma satisfactoria. Además ya se ha vacunado a millones de personas y no se han encontrado efectos adversos que hagan dudar de su seguridad.</p>
<h2>16. “Con la vacuna te implantan un chip”</h2>
<p>Falso. En algunas redes se comenta que Bill Gates va poner un chip en la vacuna que permitirá el rastreo de personas. Este bulo tiene su origen en un vídeo en el que Bill Gates habla de la posibilidad en el futuro de usar certificados digitales con algunas vacunas usando micropartículas, algo que no tiene nada que ver con ningún microchip. Además, en la actualidad no es posible la implantación de ningún chip con la vacuna. Aparte del componente principal (ARN mensajero), la vacuna consta de sales, lípidos y azúcares.</p>
<h2>17. “No tengo que vacunarme porque ya he pasado la enfermedad”</h2>
<p>Falso. Los diversos grupos de investigación todavía no tienen datos suficientes para responder cuánto tiempo dura la protección de quienes desarrollaron anticuerpos después de pasar la enfermedad. </p>
<h2>18. “La vacuna tiene luciferasa”</h2>
<p>Falso. Las luciferasas son proteínas muy usadas en los laboratorios porque son inocuas y tienen la capacidad de brillar bajo ciertas condiciones. En general, sirven para visualizar mejor las reacciones cuando se realizan experimentos en el laboratorio porque son muy fáciles de detectar. Sin embargo, ninguna de las vacunas aprobadas contiene luciferasas.</p>
<h2>19. “Es mejor esperar a ver qué pasa”</h2>
<p>Falso. El beneficio de la vacuna supera con creces el riesgo de tener algún efecto adverso. La probabilidad de que nos infectemos con el virus contagiando a otros, enfermemos y desarrollemos síntomas graves de la COVID-19, llegando incluso a fallecer, es mayor que los posibles efectos secundarios que pueda tener la vacuna. En este caso no se cumple que “el remedio vaya a ser peor que la enfermedad”, de ahí que sea tan importante que nos vacunemos, para protegernos nosotros y a nuestros seres queridos.</p>
<h2>20. “El 5G es el causante del coronavirus y se va a agravar con la vacuna”</h2>
<p>Falso. Durante la pandemia se compartió que los países con mayor número de antenas 5G era donde más incidencia había de COVID-19. Esto se desmintió poco después porque no se vio esa misma correlación en países asiáticos ni africanos. De hecho, el 5G resulta un progreso muy importante en la práctica médica en vez de un inconveniente para nuestra salud.</p>
<h2>21. “¿Para qué vacunarnos de un virus que ‘solo’ mata al 1% de los infectados?”</h2>
<p>Visto así, un 1% puede no parecer mucho pero es un número enorme cuando hablamos de vidas y de millones y millones de personas infectadas. ¿Nos meteríamos en una habitación con otras 99 personas sabiendo que una va a fallecer al instante? Hablar sobre números es fácil cuando no nos afecta directamente.</p>
<h2>22. “Nadie cuenta la ‘receta’ de las vacunas”</h2>
<p>Falso. Debido a la reciente y comprensible inquietud de la población sobre la seguridad de la vacuna, las compañías y la FDA han hecho públicos todos los componentes de la vacuna como si de una lista de ingredientes se tratara para que todo el mundo pueda consultarla. <a href="https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMra2035343">Aquí</a> podemos encontrar un resumen de los ingredientes de las principales vacunas o <a href="https://www.fda.gov/media/144414/download#:%7E:text=The%20Pfizer%2DBioNTech%20COVID%2D19%20Vaccine%20includes%20the%20following%20ingredients">aquí</a> los ingredientes de la vacuna de Pfizer. En resumen, aparte del componente principal (ARN mensajero por ejemplo), la vacuna consta de sales, lípidos y azúcares. </p>
<h2>23. “Las vacunas no sirven porque el virus está mutando”</h2>
<p>Falso. Es cierto que los virus mutan porque es la forma que tienen de evolucionar. Sin embargo, los coronavirus son de los virus de ARN que menos mutan porque tienen actividad correctora de errores que los va corrigiendo cuando el virus se multiplica. Aun así, las mutaciones y variantes son muy habituales y van a seguir apareciendo variantes nuevas. </p>
<p>Las vacunas que están disponibles hasta el momento se basan en la proteína S (Spike) completa del SARS-CoV-2. Dentro de esta proteína hay varios sitios que provocan la respuesta inmunogénica. Una variante con un cambio puntual, puede que cambie uno de estos sitios, pero no todos. La vacuna cubre más zonas y seguirá siendo efectiva dentro de los rangos requeridos.</p>
<p>Además, no siempre las mutaciones dan lugar a la aparición de variantes serotípicas. Es decir, que aunque tengan una secuencia diferente, esos cambios no son lo suficientemente grandes o importantes como para que nuestro sistema inmunológico lo reconozca como algo distinto, como un serotipo nuevo. Hasta la fecha no se han identificado serotipos distinos del virus de la COVID-19, pero hay que estar atentos por si en algún momento ocurriera. De ser así, simplemente habría que actualizar las vacunas.</p>
<h2>24. “Si las mascarillas y el distanciamiento social son eficaces ¿para qué vacunarnos?”</h2>
<p>Las medidas de protección son indispensables para disminuir la probabilidad de contagio pero no son suficientes para evitar que el virus siga infectando. El objetivo de las vacunas es generar una inmunidad de grupo que nos permita volver a la normalidad, algo que no se consigue a través de las medidas sanitarias.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/152603/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Ahora que empieza la campaña de vacunación es importante saber separar los bulos de la información veraz y contrastada.Jose Manuel Jimenez Guardeño, Investigador en el Departamento de Enfermedades Infecciosas, King's College LondonAlejandro Pascual Iglesias, Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ)Ana María Ortega-Prieto, Postdoctoral research associate, King's College LondonFrancisco Javier Gutiérrez Álvarez, Postdoctoral research fellow, Centro Nacional de Biotecnología (CNB - CSIC)Javier Cantón, Profesor de Biotecnología de Coronavirus, Campus Internacional para la Seguridad y Defensa (CISDE) José Angel Regla Nava, Virólogo. Investigando virus emergentes: SARS-CoV-1, SARS-CoV-2 (Coronavirus), ZIKA y Dengue, La Jolla Institute for Immunology Jose Manuel Honrubia Belenguer, Investigador, Centro Nacional de Biotecnología (CNB - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1506112020-11-22T19:53:22Z2020-11-22T19:53:22ZCovid-19: por qué las primeras vacunas exigen congelación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/370647/original/file-20201122-19-tao0av.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C2200%2C1228&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Luis Monje</span>, <span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Noviembre ha traído noticias optimistas sobre las vacunas que están produciendo las empresas de biotecnología Moderna y Pfizer/BioNTech. Ambas utilizan una tecnología nueva, la del ARN mensajero (ARNm). Al tratarse de moléculas lábiles, se enfrentan al mismo desafío: deben almacenarse a temperaturas muy frías.</p>
<p>Recordemos que las más de <a href="https://www.who.int/publications/m/item/draft-landscape-of-covid-19-candidate-vaccines">180 candidatas a vacunas</a> contra el SARS-CoV-2 están basadas en diferentes plataformas de síntesis (Figura 1). Unas optaron por usar virus SARS-CoV-2 completos inactivados que no pueden multiplicarse. Otras decidieron usar la técnica de vectores con virus no-replicativos: el virus se modifica genéticamente para reducir su virulencia e impedir que se replique. Estos tipos de vacunas, que siguen el modelo clásico, son las más comunes y se usan para desarrollar las dosis contra la gripe, el sarampión o el ébola.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/370648/original/file-20201122-13-o3i6bn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/370648/original/file-20201122-13-o3i6bn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/370648/original/file-20201122-13-o3i6bn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/370648/original/file-20201122-13-o3i6bn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/370648/original/file-20201122-13-o3i6bn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=394&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/370648/original/file-20201122-13-o3i6bn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/370648/original/file-20201122-13-o3i6bn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/370648/original/file-20201122-13-o3i6bn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=495&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Las vacunas en proceso están basadas en varias plataformas diferentes que se pueden dividir en: a) enfoques tradicionales (vacunas inactivadas o con virus vivos); b) plataformas que han dado lugar a vacunas autorizadas recientemente (vacunas de proteínas recombinantes y vacunas vectorizadas), y c) vacunas de ARN y de ADN). A, Esquema de las proteínas estructurales del virión del SARS-CoV-2 (véase a mayor detalle en la Figura 2). B, Estructura de la espiga proteica espiculada: un monómero se resalta en marrón oscuro y el dominio de unión al receptor (RBD) en rojo. C-l, las vacunas candidatas actuales incluyen: de virus inactivados (C), vivas atenuadas (D), de proteínas recombinantes basadas en la espiga proteica (E), basadas en el RBD (F) o en partículas similares a virus (G), de vector de replicación incompetente (H), de vector de replicación competente (I), de vector de virus inactivado que muestran la espiga proteica en superficie (J), de ADN (K), y de ARN (L).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Modificada a partir de F. Krammer (Nature, 586: 516-527; 2020). Luis Monje.</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<p>Por su parte, Moderna y Pfizer/BioNTech han ensayado y puesto a punto un tipo de vacuna inédito que utiliza un fragmento pequeño del ARN mensajero del virus (ARNm) para convertir las células de un paciente en fábricas que producen una proteína del coronavirus, concretamente la que forma las espigas con las que el <a href="http://www.sobreestoyaquello.com/search?q=Covid+19">virus penetra en nuestras células</a>.</p>
<p>La secuencia de ARNm vírico inyectada mediante la vacuna no basta para causar el daño que haría un virus completo, pero es suficiente para que nuestro sistema inmunológico aprenda a reconocerla y sea capaz de desatar una respuesta inmune para combatir futuras infecciones. Al detectar la secuencia de la proteína espiculada, nuestro sistema inmunológico produce anticuerpos y estimula <a href="https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionario/def/linfocito-t">a las células T</a>, los linfocitos producidos en el timo cuyo principal propósito es identificar y destruir a las células infectadas.</p>
<h2>La construcción de la vacuna</h2>
<p>Piense en la vacuna como en una onza de chocolate que se derrite fácilmente a temperatura ambiente. Así como hay formas de evitar que el chocolate se derrita, los biotecnólogos de ambas compañías farmacéuticas idearon mecanismos para proteger sus ensayos. Dada la promiscuidad reactiva de algunas biomoléculas, protegerlas no resulta sencillo.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/370654/original/file-20201122-19-1f527tn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/370654/original/file-20201122-19-1f527tn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/370654/original/file-20201122-19-1f527tn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=478&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/370654/original/file-20201122-19-1f527tn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=478&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/370654/original/file-20201122-19-1f527tn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=478&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/370654/original/file-20201122-19-1f527tn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=600&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/370654/original/file-20201122-19-1f527tn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=600&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/370654/original/file-20201122-19-1f527tn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=600&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Figura 2. Estructura típica del virión de un coronavirus de tipo 2. El genoma del ARN y la fosfoproteína de la nucleocápside viral forman una nucleocápside helicoidal. Una corona de picos grandes y distintivos en la envoltura permite identificar a los coronavirus por microscopía electrónica. Los picos, oligómeros de la glucoproteína pico (S), se unen a los receptores de las células huésped y fusionan la envoltura viral con las membranas de la célula huésped. Los coronavirus del grupo 2 también tienen una glucoproteína hemaglutinina-acetilesterasa que se une a los restos de glucosa en las membranas celulares. Modificado a partir de K.V. Holmes (N Engl J Med 348:1948-1951; 2003). Luis Monje.</span>
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<p>Las reacciones orgánicas obedecen ciegamente (si no lo hacen, las cosas irán muy mal) a los genes. Lo que hacen los genes es dar instrucciones para fabricar proteínas. La mayoría de las cosas útiles que hay en el cuerpo lo son. Algunas, las hormonas, transmiten mensajes químicos. Otras, los anticuerpos, atacan a los agentes patógenos. Otras proteínas, las enzimas, son catalizadores que aceleran una reacción orgánica disminuyendo la energía de activación o cambiando el mecanismo de reacción.</p>
<p>El problema para los biotecnólogos que trabajan con ARN es que se trata de una molécula bajo la amenaza constante de ser destruida por las ribonucleasas (ARNasas), las enzimas que catalizan la hidrólisis del ARN fragmentando su cadena de ribonucleótidos en componentes más pequeños. Dicho de otra forma: descomponen el rompecabezas genético del virus desarmando sus piezas.</p>
<p>Las ribonucleasas constituyen una línea de defensa primaria contra los agentes infecciosos que utilizan ARN como información genética y por eso son extremadamente comunes, tan comunes que pueden estar en el aliento de un investigador, en su piel o en cualquier cosa que haya tocado, lo que trae como consecuencia que cualquier ARN tenga una vida muy corta en un ambiente desprotegido.</p>
<p>El mecanismo de protección que se usa en biotecnología es el inhibidor de la ribonucleasa (IR), que se une a ciertas ribonucleasas con mayor afinidad que cualquier otra interacción proteína-proteína, evitando que estas “ataquen” al ARN. La IR se usa en la mayoría de los laboratorios que estudian el ARN para proteger sus muestras de la degradación por parte de las ARNasas ambientales bajo condiciones de laboratorio.</p>
<p>Por eso, los biotecnólogos realizaron primero algunas modificaciones en la estructura molecular del ARNm para hacerlo más estable. Básicamente, lo que hicieron fue modificar los nucleótidos del ARNm (las “piezas del puzle” del genoma viral) utilizando versiones modificadas más estables. Eso es algo así como cambiar algunos ingredientes del chocolate para que no se derrita demasiado sin perder sus esencias.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/370653/original/file-20201122-21-16sqmrw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/370653/original/file-20201122-21-16sqmrw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/370653/original/file-20201122-21-16sqmrw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=183&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/370653/original/file-20201122-21-16sqmrw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=183&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/370653/original/file-20201122-21-16sqmrw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=183&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/370653/original/file-20201122-21-16sqmrw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=230&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/370653/original/file-20201122-21-16sqmrw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=230&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/370653/original/file-20201122-21-16sqmrw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=230&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Figura 3. Cómo funciona una vacuna ARN. Los investigadores toman parte del ARN del virus y lo recubren con un lípido para que pueda introducirse en las células corporales mediante una inyección intramuscular. La vacuna ingresa en las células y el ARN les ordena que produzcan las proteínas de la espiga del coronavirus. Eso hace que el sistema inmunológico produzca anticuerpos (AC) y active las células T para destruir las células infectadas. Si el paciente tiene coronavirus, los anticuerpos y las células T se activan para combatirlo. Luis Monje.</span>
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<p>El chocolate comercial, se presente en la forma que se presente, va inmerso en una receta que incluye estabilizantes y conservantes, entre otros aditivos cuyo uso es impensable en una vacuna. Por eso, para evitar cualquier daño, los investigadores no solo tienen que realizar cambios químicos en el ARNm y envolverlo en una capa protectora, también deben almacenarlo a bajas temperaturas hasta conseguir que las reacciones químicas se ralenticen hasta casi detenerse.</p>
<p>Pura química o, mejor dicho, pura cinética química. Las reacciones químicas tienen cinéticas diferentes, es decir, transcurren a diferentes velocidades. Por ejemplo, la oxidación del hierro bajo condiciones atmosféricas es una reacción lenta que puede tardar años para completarse, mientras que la combustión del gas natural es una reacción que sucede en fracciones de segundos.</p>
<p>Todo sucede más lentamente a medida que baja la temperatura. Por lo tanto, las reacciones químicas desatadas por las enzimas que descomponen el ARN se ralentizan. Es lo mismo que congelar los alimentos para evitar que se echen a perder.</p>
<h2>¿Por qué se necesitan temperaturas tan bajas?</h2>
<p>Además de su mecanismo de activación inmunológico, las dos vacunas pendientes de aprobación tienen algo en común. Una membrana de nanopartículas de lípidos rodea el ARNm, revistiéndolo con una especie de envoltura que podemos comparar con un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Lacasitos">Lacasito</a>, una lenteja de chocolate dentro de una envuelta de caramelo que consigue que el chocolate no se derrita. En los diferentes lípidos utilizados por Moderna y Pfizer/BioNTech residen las diferencias de temperatura que necesita la conservación de sus respectivas vacunas.</p>
<p>A largo plazo, la vacuna de Moderna se puede almacenar a -20 ⁰C, mientras que la de Pfizer/BioNTech necesita congelarse a -70 ⁰C, una temperatura más fría que un invierno antártico. Ambas vacunas requieren que las personas reciban dos inyecciones, con tres semanas de diferencia. Eso significa duplicar los requisitos de capacidad, lo que representa una complicación adicional: los centros de salud, los hospitales y otros posibles sitios de vacunación necesitarán almacenar una gran cantidad de vacunas en sus instalaciones sin que se rompa la cadena de frío.</p>
<p>Es ahí donde reside el talón de Aquiles de la vacuna Pfizer/BioNTech, porque para conseguir su temperatura de conservación deberá usar ultracongeladores, que necesitan energía eléctrica, <a href="https://www.elespanol.com/reportajes/20201112/congeladores-vacuna-pfizer-interesan-ccaa/535197922_0.html">son caros</a> y bastante voluminosos, o hielo seco, unos cilindros de CO₂ congelado que se pueden meter en una caja para transportar la vacuna y pueden durar una quincena si se cambia el hielo seco cada cinco días. En ese punto Moderna tiene ventaja, porque su vacuna dura seis meses a la temperatura que alcanzan los congeladores domésticos e incluso un mes en la cabina principal de un frigorífico.</p>
<p>No obstante, <a href="https://www.who.int/news/item/24-08-2020-172-countries-and-multiple-candidate-vaccines-engaged-in-covid-19-vaccine-global-access-facility">desde Covax</a>, la alianza formada por más de 170 países para facilitar el acceso equitativo global a las vacunas, son optimistas frente al reto de almacenar las vacunas que requieren ultracongelación: la actual vacuna contra el ébola requiere un almacenamiento de entre -70° C y -80° C y, aun así, se han hecho vacunaciones masivas durante las recientes epidemias africanas.</p>
<p>Por lo demás, ya están en marcha los primeros ensayos <a href="https://www.jbc.org/content/early/2020/11/05/jbc.RA120.016284">de una vacuna “caliente</a>”, es decir, termoestable. La ciencia no ha dicho la última palabra. Queda todavía mucho camino por recorrer.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/150611/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Manuel Peinado Lorca es responsable del Grupo Federal de Biodiversidad del PSOE.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>José Miguel Sanz Anquela y Luis Monje no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Las vacunas contra el SARS-CoV-2 actualmente en pruebas clínicas se almacenan refrigeradas o congeladas, lo que puede ser un impedimento para el despliegue en zonas con escasa cobertura sanitaria.Manuel Peinado Lorca, Catedrático de Universidad. Departamento de Ciencias de la Vida e Investigador del Instituto Franklin de Estudios Norteamericanos, Universidad de AlcaláJosé Miguel Sanz Anquela, Profesor Asociado en Ciencias de la Salud. Departamento de Medicina y Especialidades Médicas, Universidad de AlcaláLuis Monje, Biólogo. Profesor de fotografía científica, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1505122020-11-20T21:07:32Z2020-11-20T21:07:32ZCovid-19: Los ensayos de las vacunas son especialmente alentadores para las personas mayores<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/370599/original/file-20201120-21-9402n3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6000%2C3997&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/close-portrait-mature-man-senior-looking-1752387317">Perfect Wave/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Los ensayos de las vacunas contra la covid-19 están comenzando a dar resultados, y los científicos han recibido con optimismo los primeros informes de <a href="https://theconversation.com/how-to-read-results-from-covid-vaccine-trials-like-a-pro-149916">tres candidatas diferentes</a>, porque la protección contra el coronavirus es posible.</p>
<p>Aunque podemos sentirnos aliviados de que algunas vacunas funcionen, todavía no tenemos los detalles sobre las partes del sistema inmunitario que marcaron la mayor diferencia en estos ensayos. El equipo de Pfizer/BioNTech ha completado <a href="https://theconversation.com/la-vacuna-de-pfizer-promete-pero-faltan-datos-y-su-distribucion-sera-un-desafio-149833">su ensayo</a> con una eficacia del 95 %, y el equipo de vacunas de Oxford <a href="http://www.thelancet-press.com/embargo/elderlycovidvaccine.pdf">acaba de publicar los detalles </a> de seguridad y respuesta inmunológica de su candidata, que ofrece buenas noticias para las personas mayores. Sin embargo, queda por determinar si esta puede prevenir la covid-19.</p>
<p>¿Por qué son importantes estas noticias? Las vacunas generalmente se prueban primero en voluntarios jóvenes sanos para confirmar que son seguras y para obtener los primeros <a href="https://theconversation.com/pfizer-vaccine-what-an-efficacy-rate-above-90-really-means-149849">datos sobre su eficacia</a> (si muestran algún beneficio en comparación con un placebo). Los ensayos clínicos posteriores prueban la eficacia de la vacuna en diferentes grupos de personas, como los muy jóvenes o los muy ancianos, y aquellos con otras afecciones (por ejemplo, diabetes o hipertensión) que podrían afectar su respuesta a la vacuna.</p>
<h2>Los resultados de la vacuna de Oxford</h2>
<p>Nuestro sistema inmunológico se debilita a medida que envejecemos y se vuelve más difícil contar con una respuesta inmunitaria eficaz a los gérmenes comunes que las personas más jóvenes pueden expulsar fácilmente. Es bien sabido que los adultos mayores tienen un riesgo mucho mayor de contraer covid-19 grave, por lo que es fundamental desarrollar vacunas que puedan proteger a este sector de la sociedad. Afortunadamente, las vacunas de refuerzo se pueden utilizar para reforzar la inmunidad en las personas mayores.</p>
<p>El equipo de vacunas de Oxford separó a las personas vacunadas en grupos de 18 a 55 años (160 participantes), 56 a 69 años (160) y 70 años o más (240). Algunos recibieron la vacuna candidata contra el coronavirus y otros una vacuna de control contra la meningitis en una o dos dosis cada una, para medir si la vacuna de refuerzo ayudaría. Su nuevo estudio, <a href="http://www.thelancet-press.com/embargo/elderlycovidvaccine.pdf">publicado en <em>The Lancet</em></a>, investigó si los adultos mayores pueden desarrollar respuestas inmunes específicas al coronavirus similares a los adultos más jóvenes.</p>
<p>Los adultos mayores no solo desarrollaron respuestas inmunitarias similares a las de las personas más jóvenes, sino que también toleraron mejor la vacuna con menos efectos secundarios, como fatiga y dolor muscular. Se cree que los anticuerpos neutralizantes que bloquean la infección y los linfocitos T específicos del virus son importantes para la inmunidad protectora, y los adultos mayores en el ensayo de Oxford mostraron evidencia de ambos. Aquellos que recibieron una vacuna de refuerzo tuvieron respuestas aún mejores.</p>
<h2>Otras vacunas contra el coronavirus en personas mayores</h2>
<p>Otros estudios de vacunas similares al grupo de Oxford, donde la vacuna es administrada por un adenovirus inofensivo, han arrojado <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)31605-6/fulltext">resultados tempranos</a> en personas mayores. Una vacuna de dosis única basada en adenovirus (CanSino Biological/Instituto de Biotecnología de Beijing) generó una respuesta inmune sólida, pero menos en los mayores de 55 años. Y la vacuna rusa Sputnik V, de dos dosis, mostró respuestas consistentes en menores de 60 años.</p>
<p>Dos vacunas que usaban coronavirus inactivado también pudieron provocar respuestas de anticuerpos. El <a href="https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2769612">estudio</a> del Instituto Wuhan/SinoPharm mostró que los voluntarios menores de 59 años generaron anticuerpos neutralizantes, y el estudio de productos biológicos del Instituto de Beijing/SinoPharm midió anticuerpos robustos, pero mostró respuestas más bajas en los mayores de 60 años.</p>
<p>Un enfoque de vacuna diferente implica el uso de ARNm, moléculas mensajeras que ingresan a nuestras células e inician la producción de proteínas de coronavirus para estimular nuestro sistema inmunológico. Se probaron dos vacunas basadas en ARNm con protocolos de dos dosis en menores de 55 y mayores de 65 con resultados positivos. La vacuna Pfizer/BioNTech fue el <a href="https://www.pfizer.com/news/press-release/press-release-detail/pfizer-and-biontech-conclude-phase-3-study-covid-19-vaccine">primer ensayo concluido</a> con una eficacia final del 95 %, y se estima la eficacia para mayores de 65 años en un impresionante 94 %.</p>
<p>Moderna <a href="https://investors.modernatx.com/news-releases/news-release-details/modernas-covid-19-vaccine-candidate-meets-its-primary-efficacy">también ha publicado interesantes datos </a> provisionales de eficacia y ha informado de potentes respuestas neutralizantes tanto en menores de 55 como en mayores de 56.</p>
<p>Los primeros resultados de los ensayos en curso muestran que podemos diseñar vacunas que provocan respuestas potentes al coronavirus en personas mayores de 60 años. La eficacia de la vacuna variará con las diferentes preparaciones de la vacuna, y debemos elegir cuidadosamente qué formulaciones funcionarán mejor en personas mayores, qué dosis es más eficaz y cuándo administrar las vacunas de refuerzo para lograr los mejores resultados.</p>
<p>Hace menos de un año que el nuevo coronavirus saltó a los humanos, y ya estamos entrando en la posición privilegiada de poder elegir entre diferentes vacunas.</p>
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<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/150512/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Zania Stamataki no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Lo más importante para que las nuevas vacunas sean útiles es que protejan a los más vulnerables. De momento, los datos son esperanzadores.Zania Stamataki, Senior Lecturer in Viral Immunology, University of BirminghamLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.