Algunos algoritmos son capaces de determinar el sexo a partir de datos cerebrales con más de un 90% de precisión. ¿Significa esto que existen cerebros “masculinos” y cerebros “femeninos”?
Si a estas alturas de la vida el márketing sigue diferenciando juguetes para niños y para niñas, es la persona que regala quien debe hacerlo sin prejuicios. La utilización de los juguetes como herramienta para la segmentación por sexo supone el empobrecimiento de las experiencias vitales de la infancia.
Los intentos para clasificar los cerebros a partir de datos neuroanatómicos no parecen haber aportado mucho más que lo que ya se sabía: que los hombres poseen cabezas más grandes que las mujeres