tag:theconversation.com,2011:/us/topics/origen-de-la-vida-74310/articlesorigen de la vida – The Conversation2023-08-10T17:14:35Ztag:theconversation.com,2011:article/2113602023-08-10T17:14:35Z2023-08-10T17:14:35ZDescubierto en Marte un paisaje favorable a la aparición de la vida<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/542108/original/file-20230808-15-xypnhp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6857%2C4534&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Le Rover Curiosity de la mission Mars Science Laboratory explorant les strates sédimentaires du cratère Gale </span> <span class="attribution"><span class="source">NASA/JPL-Caltech/MSSS</span></span></figcaption></figure><p>Nuestro grupo de investigación <a href="https://doi.org/10.1038/s41586-023-06220-3">acaba de publicar</a> en <em>Nature</em> la primera prueba tangible de la existencia pasada y duradera de paisajes, entornos en la superficie de Marte, que fueron particularmente favorables a la aparición de la vida. En estos entornos pudo tener lugar la síntesis espontánea de <a href="https://theconversation.com/marte-el-origen-de-los-compuestos-organicos-descubiertos-en-el-crater-jezero-209836">moléculas biológicas</a>.</p>
<p>Hemos descubierto estructuras fósiles que prueban ciclos repetidos y duraderos de secado-humedecimiento en sedimentos muy antiguos de la superficie de Marte. Son lo que en la Tierra vemos como un charco sobre el barro que se ha secado. </p>
<p>Esta alternancia seco-húmedo favorece la concentración de moléculas orgánicas simples (azúcares o aminoácidos) y los procesos químicos que dan lugar a la polimeración, es decir, el proceso de conectar moléculas pequeñas y formar moléculas más grandes que pudieron existir en los sedimentos marcianos. Estos procesos constituyen un <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-017-02639-1">paso fundamental hacia la síntesis de moléculas biológicas</a> como los ácidos nucleicos (ADN o ARN).</p>
<p>La cuestión que preocupa a los científicos no es tanto si la vida existió en un planeta distinto de la Tierra, sino más bien dónde y cómo surgió la vida tal y como la conocemos.</p>
<p>Desde mediados de los años 80, <a href="https://www.nature.com/articles/418214a">los bioquímicos reconocen</a> que el ARN fue fundamental en el camino hacia la vida. El ARN fue una molécula <a href="https://diccionarioactual.com/autocatalitico-2/">autocatalítica</a> original, portadora de información genética, con funciones enzimáticas. En un paso posterior, las proteínas, más abundantes, suplantaron la función enzimática del ARN, y el ADN, mucho más estable, sustituyó al ARN como molécula portadora de la información genética.</p>
<p>Pero ¿cómo fue posible el principio? ¿Cómo se llego al ARN original? Para acceder al mundo del ARN, que es una molécula compleja, tuvo que construirse una secuencia polimérica de ribonucleótidos, cada una de esas secuencias debía estar formada por un grupo fosfato, un azúcar (ribosa) y una base nitrogenada (adenina, por ejemplo).</p>
<p>La aparición de formas primitivas de vida, tal como la conciben actualmente los científicos, requiere condiciones ambientales favorables a que se dé todo el proceso descrito, es decir, la ordenación espontánea de moléculas orgánicas simples en moléculas orgánicas más complejas. </p>
<h2>Estructuras de hace 3 700 millones de años</h2>
<p>El articulo que hemos publicado en Nature se basa en el estudio de observaciones del <a href="https://mars.nasa.gov/msl/home/">rover Curiosity</a>, que lleva desde 2012 explorando las laderas del monte Sharp, dentro del cráter Gale. Curiosity está equipado con instrumentos de análisis del paisaje, de la química y la mineralogía de las rocas.</p>
<p>Durante los días marcianos 3154 a 3156 de junio de 2021, descubrimos en las imágenes de Curiosity estructuras inusuales: grietas en la superficie que procedían de antiguas capas sedimentarias de hace unos 3 700 millones de años.</p>
<p>Estas estructuras geológicas son <em>arrugas</em> rectilíneas que aparecen en relieve a pocos centímetros de altura en la superficie superior de los estratos sedimentarios. </p>
<p>Vistas desde arriba, estas ondulaciones son contiguas y tienen una geometría perfectamente poligonal. En detalle, están formadas por una alineación de pequeños nódulos, más o menos adheridos entre sí, de rocas principalmente sulfatadas. Un nódulo es una pequeña bola que aparece en relieve en y sobre la superficie de los estratos.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/541740/original/file-20230808-11343-3o2u50.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/541740/original/file-20230808-11343-3o2u50.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/541740/original/file-20230808-11343-3o2u50.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=274&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/541740/original/file-20230808-11343-3o2u50.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=274&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/541740/original/file-20230808-11343-3o2u50.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=274&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/541740/original/file-20230808-11343-3o2u50.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=345&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/541740/original/file-20230808-11343-3o2u50.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=345&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/541740/original/file-20230808-11343-3o2u50.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=345&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Patrón fósil de arrugas poligonales observado y analizado por Curiosity en el día 3154ᵉ de su avance por los estratos sedimentarios del cráter Gale en Marte.</span>
<span class="attribution"><span class="source">NASA/JPL-Caltech/MSSS/IRAP/LGL-TPE</span></span>
</figcaption>
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<p>.</p>
<p>Estas estructuras poligonales representan básicamente grietas de desecación, estructuras muy familiares para los geólogos, similares a las que todo el mundo ha observado en un charco de barro seco. </p>
<p>El agua contenida inicialmente en los sedimentos se evapora por efecto del viento y el calor. A continuación, los sedimentos se deshidratan y se contraen, creando un sistema de grietas de desecación que forman polígonos contiguos.</p>
<p>Las <a href="https://pubs.geoscienceworld.org/gsa/geology/article/46/6/515/530329/Desiccation-cracks-provide-evidence-of-lake-drying">grietas de desecación fósiles</a> ya se han documentado anteriormente en la superficie de Marte. Pero las descubiertas aquí son claramente diferentes debido a tres detalles particulares:</p>
<ul>
<li><p>El patrón poligonal tiene forma de Y, formando hexágonos contiguos, con ángulos cercanos a 120 ⁰ en los puntos de unión de las ranuras</p></li>
<li><p>Las grietas de contracción están rellenas de minerales sulfatados (sulfato de calcio y magnesio)</p></li>
<li><p>Estos patrones poligonales pueden observarse de forma recurrente en un espesor total de 18 metros en la columna sedimentaria.</p></li>
</ul>
<h2>Numerosos ciclos de humectación-secado</h2>
<p>Según <a href="https://pubs.rsc.org/en/content/articlelanding/2010/sm/b922206e">varios estudios experimentales</a> llevados a cabo en laboratorios terrestres sobre depósitos de lodo, este patrón en forma de Y de uniones de hendiduras es característico de ciclos repetidos de secado-humedecimiento del sedimento. </p>
<p>Cuando el sedimento se seca por primera vez, las grietas de contracción forman un patrón en forma de T, con ángulos de alrededor de 90 ° en los puntos de unión. A medida que avanzan los ciclos experimentales de mojado-secado, las grietas se abren, y muestran ángulos Y típicos de 120 ° al final del décimo ciclo de secado-humedecido.</p>
<p>Los sulfatos son rocas sedimentarias conocidas como evaporíticas, es decir, las que en la Tierra se forman por cristalización de sales disueltas en lagos y mares de la costa. Su presencia en grietas de contracción apoya la interpretación de estas grietas como grietas de desecación. Los nódulos que contienen los sulfatos son muy irregulares en morfología y composición química, lo que también sugiere varias fases de precipitación parcial (desecación) - disolución (humectación) de los nódulos.</p>
<p>El hecho de que estos patrones poligonales se encuentren repetidamente a lo largo de un espesor de 18 metros indica que este antiguo entorno, sujeto a ciclos climáticos estacionales de humectación y desecación, se mantuvo así durante varios cientos de miles de años.</p>
<h2>El significado último del descubrimiento</h2>
<p>Estos ciclos climáticos estacionales de humectación y desecación permitieron potencialmente que las moléculas simples contenidas en estos sedimentos interaccionaran a diferentes concentraciones en un entorno salino, y que lo hicieran de forma repetida y sostenible.</p>
<p>Este potencial de polimerización de moléculas simples adquiere un significado particular dado que estos sedimentos contienen minerales arcillosos de la familia de las esmectitas y una cantidad significativa de materia orgánica. </p>
<p>Las esmectitas, llamadas “arcillas hinchables”, <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S001670371500719X?via%3Dihub">se ha demostrado experimentalmente</a> que tienen la capacidad de adsorber y concentrar nucleótidos entre sus capas. </p>
<p>El instrumento SAM (Sample at Mars) del rover Curiosity también ha revelado la presencia en estos estratos de <a href="https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2201139119">compuestos orgánicos simples</a> como clorobencenos, toluenos y diversos alcanos. Estos compuestos son probablemente de origen meteorítico, y su cantidad residual puede alcanzar unos 500 gramos por metro de sedimento. Por tanto, estas moléculas podrían haber servido como algunos de los bloques de construcción de moléculas más complejas como el ARN.</p>
<p>En resumen, deducimos de nuestras observaciones y mediciones en Marte, y de diversos conceptos y experimentos en la Tierra, que la cuenca evaporítica de Gale proporcionó un entorno muy favorable y duradero para el desarrollo de este proceso de polimerización de moléculas orgánicas simples en las moléculas más complejas necesarias para la aparición de la vida. </p>
<p>Por último, sabemos que las estructuras aquí estudiadas se sitúan en una unidad geológica de transición vertical de una formación más antigua rica en arcillas a otra más reciente rica en sulfatos, y que esta misma transición se ha detectado orbitalmente en numerosos cráteres y llanuras de Marte. </p>
<p>Como resultado, la probabilidad de que precursores moleculares bióticos pudieran haberse formado y fosilizado en la superficie de Marte hace unos 3 700 millones de años, durante el Hesperiano, ahora ya no es despreciable.</p>
<h2>¿Hacia un retorno de muestras marcianas?</h2>
<p>El paradigma actual de la vida terrestre es el de una aparición en el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/E%C3%B3n_h%C3%A1dico">Hadeico</a>, el periodo de tiempo inicial entre la formación de la Tierra hace unos 4 600 millones de años (Ga) por la acreción de meteoritos primitivos y alrededor de 4.0 - 3.8 Ga. </p>
<p>Pero la única y más antigua prueba de un posible proceso biológico hadeano es un grafito (carbono) incrustado en un mineral de circón datado en 4,1 Ga, o un esquisto negro metamorfoseado datado en 3,8 - 3,7 Ga. Además, en la actualidad sólo existe una ínfima proporción de representantes rocosos en la superficie terrestre como consecuencia de la tectónica de placas, y en cualquier caso ninguna roca sedimentaria intacta y sin metamorfosear. Esto hace a priori inútil la búsqueda de vida terrestre primitiva bajo nuestros pies.</p>
<p>A diferencia de la superficie de la Tierra, la superficie de Marte no se renueva ni se transforma por la tectónica de placas. Por tanto, la superficie marciana ha conservado casi intactas rocas muy antiguas, incluidas las formadas en un entorno y un clima propicios para la construcción espontánea de precursores moleculares bióticos. Así, aunque parece muy improbable que la vida evolucionara tan ferozmente en Marte como en la Tierra (a los entornos favorables a la aparición de la vida en el Hespérico siguieron los ambientes fríos y áridos del Amazonas), ahora parece posible y apropiado explorar el origen de la vida allí, y buscar compuestos precursores bióticos mediante muestras tomadas en el futuro por robots o astronautas en yacimientos por los que transita Curiosity, yacimientos marcianos.</p>
<p>Nuestro descubrimiento abre nuevas perspectivas para la investigación del origen de la vida, incluso (especialmente) en planetas distintos del nuestro. También puede llevarnos a reconsiderar los objetivos principales de las misiones de exploración de Marte y, en particular, el retorno de muestras.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/211360/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gilles Dromart ha recibido financiación del CNES (Centre National des Etudes Spatiales) para apoyo científico.</span></em></p>Un nuevo descubrimiento en Marte: un paisaje que pudo dar lugar a la vida. Lo explica el autor del artículo publicado en Nature.Gilles Dromart, Professeur de géologie, ENS de LyonLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2023172023-03-21T19:45:23Z2023-03-21T19:45:23ZMuestras de un asteroide dan nuevas pistas sobre el origen espacial de los componentes básicos de la vida en la Tierra<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/516802/original/file-20230321-2514-bqq10q.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C1997%2C1607&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">MASCOT / DLR / JAXA</span></span></figcaption></figure><p>¿Cómo surgió la vida? La respuesta a esta pregunta afecta al núcleo mismo de nuestra existencia en el planeta Tierra. </p>
<p>¿Surgió la vida de reacciones químicas entre compuestos orgánicos de una sopa primordial que quedó después de que la Tierra se agrupara a partir de escombros espaciales? Si es así, ¿de dónde proceden los compuestos orgánicos?</p>
<p>Algunos de los llamados “componentes básicos de la vida” pueden haber sido muy comunes en el primitivo Sistema Solar.</p>
<p>Un equipo de científicos japoneses y estadounidenses dirigido por Yasuhiro Oba ha analizado muestras tomadas del asteroide Ryugu en 2018 por la misión Hayabusa2 y ha hallado uracilo, una de las cinco bases clave de las moléculas de ARN y ADN que son cruciales para la vida tal y como la conocemos. Su <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-023-36904-3">estudio</a> acaba de publicarse en Nature Communications.</p>
<h2>Bloques de construcción</h2>
<p>En el nivel más básico, el desarrollo de la vida es una cuestión de combinar moléculas orgánicas simples en compuestos cada vez más complejos que puedan participar en las innumerables reacciones asociadas a un organismo vivo. </p>
<p>Se cree que los aminoácidos simples actúan como bloques de construcción en la formación de estas moléculas más complejas. Pero no se trata de un simple ejercicio de combinación aleatoria. </p>
<p>El mayor “trozo” del genoma humano, el cromosoma 1, está formado por 249 millones de pares de bases (los peldaños de la escalera retorcida de la molécula de ADN). Cada par de bases está formado por dos bases: guanina y citosina, o adenina y timina. </p>
<p>Construir desde los simples pares de bases químicas hasta una cadena completa de ADN es una tarea ingente. Una cadena de ADN también tiene una estructura compleja, que varía de un individuo a otro. La vida en la Tierra utiliza la estructura del ADN para memorizar la construcción de la forma de vida de que se trate. </p>
<p>Además del ADN, la vida utiliza una molécula llamada ARN para fabricar proteínas y realizar otras tareas dentro de las células. El ARN también está formado por una larga cadena de bases: guanina, citosina y adenina (como el ADN), pero en lugar de timina tiene uracilo, que es lo que ha aparecido en la muestra de Ryugu.</p>
<h2>Ryugu</h2>
<p>Ryugu es lo que se denomina un asteroide de tipo C o carbonáceo. Estos asteroides son los más comunes en el cinturón de asteroides, constituyendo alrededor del 75% de los que podemos ver. </p>
<p>La misión Hayabusa2 estableció que los asteroides de tipo C como Ryugu son la fuente de un tipo de meteorito poco común que a veces se encuentra en la Tierra, llamado condrita carbonácea.</p>
<p>Anteriormente se habían encontrado uracilo y otras moléculas orgánicas en estos meteoritos, pero no se había podido descartar la posibilidad de que algunas de las moléculas tuvieran un origen terrestre. Las muestras de meteoritos podrían haberse contaminado aquí en la Tierra, o su química podría haber cambiado por el calentamiento al caer a través de la atmósfera.</p>
<p>Sin embargo, dado que la muestra de Ryugu se tomó de la superficie de un asteroide y se trajo en un contenedor herméticamente cerrado, los científicos confían en que esté libre de contaminación o de cualquier efecto de haber venido a la Tierra.</p>
<p>Además, la presencia de estos aminoácidos en Ryugu demuestra que incluso en las superficies de asteroides, expuestas al viento solar, los micrometeoritos y los rayos cósmicos, las moléculas orgánicas pueden sobrevivir al transporte a través del sistema solar.</p>
<p>En las muestras de Ryugu <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/science.abn9033">ya se ha encontrado</a> una enorme variedad de compuestos orgánicos diferentes. </p>
<p>Muchas moléculas orgánicas, como los aminoácidos, presentan dos formas: zurda y diestra. La vida en la Tierra depende de los aminoácidos zurdos, pero ambas formas son igualmente comunes en las muestras de Ryugu, lo que indica que las moléculas halladas en Ryugu no son signos de vida. </p>
<h2>Panorama general</h2>
<p>El Sistema Solar se formó hace unos 4.570 millones de años a partir de una nube de polvo molecular que estuvo expuesta a la radiación ultravioleta y al bombardeo de partículas de protones. </p>
<p>La nube molecular contenía moléculas simples como metano (CH₄), agua (H₂O) y amoníaco (NH₃). Éstas se habrían fragmentado por la radiación, y los fragmentos se habrían reensamblado en moléculas más complejas como los aminoácidos.</p>
<p>Se cree que los asteroides de tipo C como Ryugu se formaron tan lejos del Sol que el agua y el dióxido de carbono que contienen habrían permanecido congelados. Sin embargo, al calentarse los asteroides y derretirse el hielo, el agua líquida habría podido reaccionar con las rocas y los minerales.</p>
<p>Si estas condiciones condujeron a la creación de moléculas orgánicas más complejas es una cuestión abierta, pero sin duda estas condiciones serían propicias para nuevas reacciones. Además, estas condiciones podrían afectar a la supervivencia de los distintos compuestos. </p>
<p>Las muestras de Ryugu obtenidas por Hayabusa2 proporcionan un nuevo contexto para comprender el origen de los compuestos orgánicos que podrían haber sido el inicio de la vida en la Tierra. Aún queda un gran paso para que estos compuestos orgánicos estén disponibles para la Tierra primitiva y la formación de la misma vida.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/202317/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Trevor Ireland recibe financiación del Consejo Australiano de Investigación para investigar las muestras de Ryugu. Está afiliado a la misión Hayabusa2.
</span></em></p>El descubrimiento de un componente clave del ARN en muestras del asteroide Ryugu refuerza la teoría de que las moléculas orgánicas básicas podrían haber llegado a la Tierra desde el espacio exterior.Trevor Ireland, Professor, School of Earth and Environmental Sciences, The University of QueenslandLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1989122023-02-05T19:24:49Z2023-02-05T19:24:49ZNuevo hallazgo en meteoritos condríticos sube la apuesta a favor de la vida extraterrestre<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/507359/original/file-20230131-9333-wacbvj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C1%2C963%2C690&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un entorno acuoso de la Tierra primitiva sometida al influjo continuo de material meteórico, clave en el origen de la vida (Adaptada de una acuarela de J. Trigo Campoy)</span> <span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span></figcaption></figure><p>Los meteoritos condríticos, rocas que se formaron mucho antes de que existiera la Tierra, podrían tener un papel fundamental en el origen de la vida en el universo, y apuntan su ubicuidad, incluso en otros cuerpos planetarios de nuestro Sistema Solar. </p>
<p>La excepcionalidad de estos viajeros espaciales inalterados, que impactaron la Tierra, les convierte en objeto de minucioso estudio en múltiples laboratorios del mundo, entre ellos, la <a href="https://www.growkudos.com/projects/ice-meteorite-and-sample-return-laboratory">Sala Blanca de Meteorítica y Muestras Retornadas del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE - CSIC)</a>. Nuestros estudios en el ICE-CSIC, junto a los experimentos realizados en sendos trabajos en colaboración con la <a href="https://www.upc.edu/ca">Universidad Politécnica de Catalunya (UPC)</a> y la <a href="http://www.unitus.it/">Universidad de Tuscia</a> en Italia, han demostrado que las condritas sintetizan compuestos orgánicos complejos. Recientemente, con el fin de investigar la especificidad de los minerales contenidos en esos meteoritos, comprobamos que sintetizan hidrocarburos y alcoholes y que las reacciones producen gran cantidad de dióxido de carbono. </p>
<p>Estos nuevos hallazgos suben la apuesta a favor de la posibilidad de que la llegada de estos materiales catalíticos a planetas en formación facilite el surgimiento de la vida extraterrestre en otros mundos.</p>
<h2>Esta vez son hidrocarburos, metanol y dióxido de carbono</h2>
<p><a href="https://www.aanda.org/articles/aa/full_html/2021/06/aa39991-20/aa39991-20.html">Nuestros últimos experimentos, realizados por la joven astrofísica Victoria Cabedo</a>, indican que esos meteoritos, conocidos como condritas, poseen fases minerales reactivas capaces de producir la síntesis de hidrocarburos (metano, etano y etileno), así como alcoholes (metanol y etanol) y también otros oxigenados compuestos, como formaldehído y acetona incluso en condiciones de reacción sin oxígeno. </p>
<p>Las reacciones también producen una gran cantidad de dióxido de carbono. Hemos podido demostrar que la producción de esos compuestos surge de reacciones que ocurren en las superficies de los meteoritos y no como un proceso de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Desorci%C3%B3n">desorción</a> de los contenidos orgánicos ya presentes en esos materiales primigenios. </p>
<p>La actividad se asocia principalmente con las fases metálicas, ya que muestran mayor productividad que otras fases minerales que forman los meteoritos.</p>
<p><a href="http://www.nature.com/articles/srep38888">Tales experimentos fueron precedidos de otros que revelaron que</a> las condritas carbonáceas poseen propiedades catalizadoras sorprendentes y desconocidas en cualquier otra roca: son capaces de sintetizar, en disolución acuosa y en presencia de compuestos de nitrógeno –nosotros usamos formamida–, compuestos orgánicos claves en la química prebiótica. Esto significa que, <a href="https://www.sea-astronomia.es/sites/default/files/archivos/proceedings13/CienciasPlanetarias/oral/Trigo-Rodriguez.pdf">en las condiciones adecuadas de agua líquida, calor y una atmósfera rica en nitrógeno</a>, la llegada masiva de esos materiales a un planeta consolidado podrían proporcionar los ingredientes necesarios para “cocinar” vida tal y como la conocemos, y no solo en la Tierra. </p>
<h2>Rocas decenas de millones de años más antiguas que la Tierra</h2>
<p>Las condritas carbonáceas son un <em>apilado</em> de los <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.1601001">materiales que formaban el disco protoplanetario</a>: un conjunto en forma toroidal de materiales sólidos que reunía el material alrededor del Sol a partir del cual se formaron los primeros objetos sólidos del Sistema Solar, entre ellos, la Tierra. </p>
<p>Y lo excepcional es que estos meteoritos suelen contener un pequeño porcentaje en masa de carbono (entre un 1% y un 4%). El carbono es la base de la vida porque se encuentra presente en las estructuras biológicas de todos los seres vivos. </p>
<p>Su contenido orgánico fascinó en su día a químicos de la talla del sueco <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/J%C3%B6ns_Jacob_Berzelius">Jöns Jacob Berzelius</a> (1779-1848) que estudió la <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Alais_meteorite">condrita Alais</a>, un meteorito que impactó la zona de Languedoc-Rosellón, en Francia, o el alemán <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_W%C3%B6hler">Friedrich Wöhler</a> (1800-1882) que estudió <a href="https://www.daviddarling.info/encyclopedia/K/Kaba.html">el meteorito Kaba</a>. </p>
<h2>No es contaminación terrestre</h2>
<p>La presencia de materia orgánica en las condritas inicialmente fue muy controvertida: muchos pensaron que era el resultado de la contaminación terrestre. La demostración de su origen extraterrestre llegó como consecuencia de la carrera espacial. En el año 1969 la NASA creó salas blancas para estudiar rocas lunares y esto permitió estudiar condritas recién caídas, dos de los meteoritos más famosos, el <a href="https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/ff1941b4-b06a-461c-9bf0-515f46006380/las-meteoritas-de-allende">meteorito Allende</a>, que cayó en Pueblito de<br>
Allende (México) que le da nombre, y el <a href="https://post.geoxnet.com/meteorito-murchison-contiene-material-mas-antiguo-que-el-sol-7000-millones-de-anos/">meteorito Murchison</a>, que cayó en Australia. </p>
<p>Tales caídas fueron estudiadas por uno de mis mentores y, posiblemente, uno de los bioquímicos españoles más ilustres: <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Or%C3%B3">Joan Oró </a>(1923-2004). Su estudio de la condrita carbonácea Murchison, recuperada de una caída ocurrida en Australia en 1969, incentivó su fascinación por los compuestos orgánicos contenidos en estos meteoritos y demostró su interés astrobiológico. </p>
<p>Hoy en día sabemos que buena parte de los compuestos orgánicos complejos, entre ellos los solubles, surgen de la <a href="https://doi.org/10.1007/s11214-019-0583-0">interacción entre los minerales primigenios incorporados en esos meteoritos con el agua caliente que los empapó</a> en los primeros diez millones de años tras la consolidación de esos asteroides hidratados.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/507369/original/file-20230131-5867-hu2occ.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/507369/original/file-20230131-5867-hu2occ.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/507369/original/file-20230131-5867-hu2occ.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=358&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/507369/original/file-20230131-5867-hu2occ.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=358&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/507369/original/file-20230131-5867-hu2occ.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=358&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/507369/original/file-20230131-5867-hu2occ.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=450&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/507369/original/file-20230131-5867-hu2occ.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=450&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/507369/original/file-20230131-5867-hu2occ.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=450&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Diagrama esquemático del disco protoplanetario y de un agregado de materiales sólidos con diversos tipos de hielos que representaría las primeras amalgamas de las que surgirían las condritas carbonáceas.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Imagen del autor</span></span>
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<h2>Ahora conocemos su papel esencial en el origen de la complejidad orgánica</h2>
<p>En nuestros estudios hemos ido un paso más allá. Hemos demostrado las propiedades <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Cat%C3%A1lisis#:%7E:text=%E2%80%8B-,Caracter%C3%ADsticas,reacci%C3%B3n%20a%20la%20misma%20temperatura.">catalíticas</a> de ciertos minerales contenidos en las condritas carbonáceas. Y esa síntesis de compuestos orgánicos ocurriría por un tipo de reacciones conocidas como Fischer–Tropsch.</p>
<p>Los experimentos previos que realizamos en estrecha colaboración con el equipo italiano de <a href="https://saladinoraffaele.weebly.com/">Raffaele Saladino</a> revelaron que los minerales que forman esos meteoritos sintetizan, en disolución acuosa y en presencia de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Formamida">formamida</a>, compuestos orgánicos claves en la <a href="https://ciencia.unam.mx/leer/1217/el-futuro-de-la-quimica-prebiotica-los-desafios-de-explicar-el-origen-de-la-vida-#:%7E:text=La%20qu%C3%ADmica%20prebi%C3%B3tica%20estudia%20la,las%20primeras%20formas%20de%20vida.">química prebiótica</a>, moléculas orgánicas que pudieron estar presentes en la Tierra primitiva y dar origen a las primeras formas de vida. </p>
<p>Estas propiedades catalizadoras no se conocen en otras rocas de la Tierra u otros cuerpos planetarios del Sistema Solar, lo que significa que la llegada de tales meteoritos a la Tierra pudo tener un papel fundamental en el incremento de la complejidad orgánica en pro del origen de la vida.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/507361/original/file-20230131-24-z431wi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/507361/original/file-20230131-24-z431wi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/507361/original/file-20230131-24-z431wi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=580&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/507361/original/file-20230131-24-z431wi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=580&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/507361/original/file-20230131-24-z431wi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=580&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/507361/original/file-20230131-24-z431wi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=729&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/507361/original/file-20230131-24-z431wi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=729&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/507361/original/file-20230131-24-z431wi.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=729&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Esquema sintético de los compuestos orgánicos catalizados por condritas carbonáceas en presencia de agua y formamida (véase el texto para más detalles). Se muestra en el centro GRO 95551 en una foto de NASA (Adaptado de Rotelli et al., 2016)</span>
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<h2>El origen del primer organismo vivo</h2>
<p>Aunque el origen de la vida sigue siendo un misterio, hoy sabemos que los minerales que forman las condritas carbonáceas son capaces de sintetizar ácidos carboxílicos de complejidad creciente, aminoácidos y todas las bases nitrogenadas que conforman el ácido ribonucleico (ARN), precursor del primer organismo vivo: citosina (el bioisostero isocitocina), guanina, adenina y uracilo. </p>
<p>Nuestro trabajo también apunta a la importancia del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ciclo_de_Krebs">ciclo de Krebs</a> cuyo papel prebiótico ha sido promulgado para explicar la fijación de óxidos de carbono en la atmósfera primitiva de la Tierra. </p>
<p>Por si fuera poco, entre los productos orgánicos catalizados destaca la aparición de glicina, N-formilglicina y alanina. La evidencia sugiere que surgen en una síntesis a partir de la formamida del tipo Strecker. Por otro lado, a partir de la formilglicina, mediante un proceso denominado formilación, se generarían la urea y la guanidina observadas.</p>
<h2>El papel del agua</h2>
<p>Ese estudio culminó más de una década de investigación sobre el papel del agua que empapó los cuerpos progenitores de las condritas carbonáceas, estudio que comencé en el <a href="http://www.igpp.ucla.edu/">Centro de Astrobiología y el Instituto de Geofísica y Física Planetaria (IGPP)</a> de la Universidad de California (UCLA). </p>
<p>Nuestro planeta se formó a altas temperaturas y sus materiales rocosos guardan mayor similitud con las condritas de enstatita y las condritas ordinarias que carecen de agua, debido al calentamiento que les confirió el mayor tamaño de sus asteroides progenitores. </p>
<p>Sin embargo, las condritas carbonáceas suelen representar estadios más primigenios, menos afectados por la alteración térmica ocurrida durante su transformación, algo que afecta más a asteroides de cientos de kilómetros de diámetro. </p>
<p>Esta es la razón por la que sus minerales son más reactivos en presencia de agua dado que sus componentes (silicatos, granos metálicos y sulfuros) preservan las condiciones primordiales en las que condensaron alrededor del Sol. Las condritas, al preservar las condiciones primigenias en su interior, nos traen un valioso mensaje en una botella de procesos que pudieron ser claves en los primeros instantes tras la formación de los planetas rocosos. </p>
<h2>Marte, Europa o Encelado pudieron tener condiciones propicias para la vida</h2>
<p>En el caso de la Tierra, el calor interno produjo la desgasificación del interior planetario para formar una atmósfera con agua y nitrógeno, componentes claves para producir entornos hidrotermales que, en presencia de ese flujo meteorítico, un caldo orgánico prebiótico en el que pudo surgir la vida. </p>
<p>Pero nuestros trabajos también apuntan a que otros cuerpos planetarios también pudieron albergar ese caldo orgánico primigenio, como Marte, Europa (luna de Júpiter) o Encelado (luna de Saturno). En el caso de Marte, los depósitos orgánicos alrededor del cráter Gale apuntan que <a href="https://www.hou.usra.edu/meetings/lpsc2019/pdf/2507.pdf">ese tipo de entornos hidrotermales pudieron existir durante el Noeico (hace entre 4.100 y 3.700 Ma)</a> y todavía hoy podrían albergar evidencia “fosil” de aquella era.</p>
<p>Así, quizás estemos ante el descubrimiento de los procesos químicos claves en el origen de la complejidad de la materia orgánica en el universo, procesos que han podido producirse o pueden estar produciéndose en otros lugares del cosmos que aún esperan a ser descubiertos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/198912/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Josep M. Trigo Rodríguez recibe fondos del proyecto PGC2018-097374-B-I00 que dirige, financiado por la Agencia Estatal de Investigación y el MICIN. Para estos estudios previos fue financiado por otros proyectos con fondos de la AEI/MICIN/FEDER.</span></em></p>Los meteoritos condríticos pueden “cocinar” vida, lo que aumenta la probabilidad de la ubicuidad de la vida extraterrestre, incluso en el Sistema Solar.Josep M. Trigo Rodríguez, Investigador Principal del Grupo de Meteoritos, Cuerpos Menores y Ciencias Planetarias, Instituto de Ciencias del Espacio (ICE - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1957712022-12-11T19:56:38Z2022-12-11T19:56:38ZVida en Marte: una realidad incómoda<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/499780/original/file-20221208-6013-hv1x1s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=3%2C1%2C1194%2C896&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Esta imagen del regolito marciano (roca y polvo rotos) fue captada el 2 de diciembre de 2022 por la Cámara del Sistema de Muestreo y Almacenamiento (conocida como CacheCam) del vehículo explorador Perseverance de la NASA</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://mars.nasa.gov/resources/27166/perseverances-cachecam-views-a-regolith-sample/">NASA/JPL-Caltech</a></span></figcaption></figure><p>El planeta Marte tuvo regiones habitables al mismo tiempo que la vida se originó en la Tierra. La noticia es un bombazo. Pero, ¿qué significa habitable? ¿Hubo vida marciana? El análisis de los datos obtenidos hasta hoy ofrecen una verdad incómoda para muchos, pues van en sentido opuesto a la idea de que el planeta rojo albergara vida. </p>
<p>La exploración de Marte, desde la <a href="https://theconversation.com/el-misterio-del-suelo-numero-726-y-la-busqueda-de-vida-en-marte-165411">sonda Viking en 1976</a> hasta la actual misión <a href="https://mars.nasa.gov/mars2020/multimedia/images/">Mars2020 y su rover <em>Perseverance</em></a>, ofrece una imagen del planeta que resulta muy familiar. Sus volcanes, deltas de antiguos ríos y lechos de lagos desecados evocan nuestro propio planeta, con un pasado activo y, quizá, vivo. </p>
<p>El parecido geológico de Marte con lugares como Lanzarote o Islandia está confirmado y <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.abo4856">los análisis detallados de las rocas y minerales del planeta rojo</a> demuestran que Marte tuvo abundante agua en el pasado remoto. La palabra ‘vida’ se repite tras cada noticia de las misiones de exploración. Pero ¿cuales son las evidencias de vida actuales? Y hablamos de la vida tal como la conocemos. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/498816/original/file-20221204-12013-gmf3tr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/498816/original/file-20221204-12013-gmf3tr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/498816/original/file-20221204-12013-gmf3tr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=299&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/498816/original/file-20221204-12013-gmf3tr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=299&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/498816/original/file-20221204-12013-gmf3tr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=299&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/498816/original/file-20221204-12013-gmf3tr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=376&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/498816/original/file-20221204-12013-gmf3tr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=376&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/498816/original/file-20221204-12013-gmf3tr.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=376&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Vista de otro mundo: panorama del cráter Jezero visto por el rover Perseverance.</span>
<span class="attribution"><span class="source">NASA/JPL-Caltech</span></span>
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<h2>Marte tuvo regiones habitables</h2>
<p>El rover <a href="https://mars.nasa.gov/mars2020/"><em>Perseverance</em></a> aterrizó en un lugar elegido cuidadosamente: el cráter Jezero, resultado de un impacto ocurrido hace entre 3 700 y 4 000 millones de años. Jezero albergó un lago en el que desembocaba un canal fluvial que dejó un delta en forma de abanico. Era el sitio perfecto para buscar evidencias de vida. </p>
<p>En Noviembre de 2022, <a href="https://mars.nasa.gov/news/9304/nasas-perseverance-rover-investigates-intriguing-martian-bedrock/">Perseverance encontró conglomerados de cantos rodados</a> que indican una corriente de agua constante. </p>
<p>El análisis de las rocas muestra evidencia de minerales secundarios formados por la acción del agua sobre las rocas ígneas. La alteración de los olivinos y la formación de carbonatos, yesos y arcilla en el viejo cráter marciano se produjo de la misma forma en la Tierra. El proceso, además, ocurrió justo en la época en la que la vida surgió en nuestro planeta. Claramente, Marte tuvo regiones habitables. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/498817/original/file-20221204-26-n9dth7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/498817/original/file-20221204-26-n9dth7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/498817/original/file-20221204-26-n9dth7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=480&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/498817/original/file-20221204-26-n9dth7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=480&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/498817/original/file-20221204-26-n9dth7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=480&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/498817/original/file-20221204-26-n9dth7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=603&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/498817/original/file-20221204-26-n9dth7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=603&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/498817/original/file-20221204-26-n9dth7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=603&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Conglomerados de cantos rodados por acción del agua, observados por el rover Perseverance el 22 de noviembre de 2022. Otra prueba que confirma un posible pasado habitable de Marte.</span>
<span class="attribution"><span class="source">NASA/JPL-Caltech/ASU editada por C. Menor-Salván</span></span>
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<p>Habitabilidad, en el sentido astrobiológico, significa que un planeta tuvo las condiciones para el origen de la vida: temperatura, ambiente, geoquímica y presencia de agua líquida. Sin embargo, es importante remarcar que habitabilidad y presencia de agua líquida no implican vida. Que en Marte hubiera ríos y lagos, ni prueba, ni sugiere que la vida se haya originado allí. </p>
<h2>Compuestos orgánicos</h2>
<p>Otro hallazgo reciente del rover Perseverance es la presencia de materia orgánica asociada a las rocas alteradas por el agua. </p>
<p>De nuevo, la idea es sugerente por su similitud con la Tierra: sedimentos con arcillas y carbonatos que contienen materia orgánica. ¿Es una evidencia de vida? Por el momento, no. Los datos indican que las pequeñísimas cantidades de materia orgánica detectada pertenecen a un tipo de compuestos llamados aromáticos. Un ejemplo de estos compuestos es la naftalina (naftaleno), y los compuestos aromáticos pueden tener origen abiótico. De hecho, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19089832/">hemos demostrado que una amplia variedad de estas sustancias pueden generarse</a>, incluso a bajas temperaturas, a partir de metano. Como ocurre con el agua, la presencia de materia orgánica no implica vida. Por ahora, no se han encontrado biomarcadores, es decir, sustancias orgánicas cuya presencia solo puede explicarse mediante la actividad de organismos vivos. Todos los hallazgos de materia orgánica en Marte son explicables por procesos geoquímicos. </p>
<h2>¿Vida en Marte?</h2>
<p>A pesar de que hay cierta tendencia a que las noticias que se publican sobre Marte sean sensacionalistas o ambiguas (una ambigüedad promovida a veces por los científicos), los datos, por ahora, van en sentido opuesto a la idea de que hubo vida en ese planeta. </p>
<p>Si, Marte pudo ser habitable, pero no hay evidencias de que la vida se haya originado allí. No hay ni compuestos orgánicos que puedan interpretarse como biomarcadores, ni huellas geoquímicas o mineralógicas de actividad de seres vivos. </p>
<p>El estudio de <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.abo4856">la geología del cráter Jezero</a> sugiere, además, que el lago de unos 45 km de diámetro, que existió hasta hace unos 3 700 millones de años, pudo tener una duración muy corta. Ello no favoreció la formación de sedimentos lacustres, prácticamente inexistentes, ni la alteración de las rocas. Todo esto tampoco juega a favor de la evolución de la vida.</p>
<h2>Minerales y fosfatos</h2>
<p>Una gran baza para hallar huellas de vida en Marte son los minerales. Los procesos biológicos alteran los minerales de un modo particular, dejando diversas <em>biofirmas</em> características, tales como combinaciones de especies minerales o cambios en la proporción de los isótopos estables de elementos como el azufre o el carbono. Aún no se han hallado esas biofirmas. </p>
<p>Hay un tipo de mineral que pasa inadvertido, pero es clave para el origen y evolución de la vida: los <a href="https://portalcomunicacion.uah.es/diario-digital/entrevista/el-fosfato-una-pieza-fundamental-en-el-origen-de-la-vida.html">fosfatos</a>. Los datos que tenemos hasta ahora de Marte sugieren que los fosfatos están ampliamente dispersos en las rocas ígneas y son de tipo primario. No hay evidencia de movilización del fosfato, formación de fosfato secundario o su acumulación, resultado de la acción de organismos vivos o de procesos prebióticos activos. </p>
<p>En conjunto, no tenemos evidencias de vida en Marte. Ello no implica directamente que no la hubiera, tan solo que el misterio continúa. Pero, si aceptásemos la hipótesis de que nunca hubo vida en Marte, lo que vamos encontrando encaja con ella.</p>
<p>Aún queda mucho por explorar. Por ejemplo, cuando las <a href="https://mars.nasa.gov/news/9222/nasas-perseverance-scouts-mars-sample-return-campaign-landing-sites/">muestras recogidas por Perseverance</a> viajen a la Tierra se hará un análisis detallado que puede darnos sorpresas. </p>
<p>De haber existido vida en Marte, debió ser primordial y probablemente se extinguió hace más de 3 000 millones de años. Esta idea se ha <a href="https://www.newtral.es/marte-fue-habitable-pero-no-habitado-donde-podria-haber-vida-marciana/20221010/?fbclid=IwAR1wf0uzJlsfQ35CRuX9E_QXiN18u3MY_kErmLpubuGJk9HNks5f3t-furQ">sugerido recientemente en un modelo teórico</a> basado en la evolución del clima marciano y la presencia de organismos con un metabolismo similar al que pudieron tener las primeras células en la Tierra. </p>
<p>Hay una posibilidad muy remota de que la vida se mantuviera en el subsuelo, sostenida por la energía de la actividad magmática que, aún hoy día, se mantiene en el planeta. </p>
<p>Si Marte no tuvo vida, ¿merece la pena explorarlo? Sin duda: la exploración espacial tiene muchos beneficios, tanto en conocimiento como para el avance tecnológico. </p>
<p>Las grandes cuestiones de la astrobiología siguen abiertas y solo hemos explorado una parte mínima. Paradójicamente, que Marte nunca tuviera vida puede enseñarnos mucho sobre nuestro propio origen. Y si sí la tuvo, será uno de los mayores descubrimientos de la Humanidad. En ambos casos, ganamos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/195771/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>César Menor-Salván no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los últimos hallazgos de la misión Mars2020 y su rover Perseverance confirman que Marte pudo ser habitable. Pero, ¿qué significa habitable? ¿Tuvo vida? ¿Qué huellas de vida buscamos en Marte?César Menor-Salván, Profesor Contratado Doctor. Bioquímica y Astrobiología. Departamento de Biología de Sistemas, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1871782022-09-04T18:12:01Z2022-09-04T18:12:01Z¿Cuánto de azar tiene la evolución?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/476889/original/file-20220801-24-sn3a0d.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C2%2C1494%2C1074&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/hong-kong-may-25-2022-thousands-2175335223">Shutterstock / Lewis Tse</a></span></figcaption></figure><p>La evolución, ¿es azar o está determinada? En su conocido libro <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Wonderful_Life_(book)"><em>La vida maravillosa</em></a>, el paleontólogo y biólogo evolutivo Stephen Jay Gould propuso un experimento mental que permite entender el fondo del asunto: imaginemos que pudiésemos retroceder temporalmente hasta los inicios de la vida en la Tierra como si esta fuese una (ahora ya desfasada) cinta de VHS que pudiéramos rebobinar, y dejáramos que la evolución se desenvolviese de nuevo desde ese momento. ¿Qué nos encontraríamos? </p>
<p>De acuerdo con la visión <em>gouldiana</em> de <a href="https://theconversation.com/mrd-el-craneo-que-esta-cambiando-lo-que-creiamos-saber-sobre-la-evolucion-123100">la evolución,</a> es muy probable que los organismos que viésemos evolucionar en esta segunda historia paralela de la vida fueran muy distintos a los actuales. Con ello, Gould quería poner de relieve el papel del azar y los eventos aleatorios en la evolución de las especies. </p>
<p>El experimento mental de Gould ha sido muy influyente. Sin embargo, no todos los biólogos evolutivos están de acuerdo con <a href="https://books.google.es/books/about/The_Crucible_of_Creation.html?id=EMITAQAAIAAJ&redir_esc=y">su interpretación</a> de algunos episodios de la historia de la vida. Los “contrarios” a Gould señalan que las fuerzas deterministas son al menos tan importantes como el azar. Por desgracia, no es posible realizar el experimento mental de Gould en la realidad, así que es complicado saber cuál de estos dos planteamientos es el correcto. </p>
<p>Una forma de aproximarse a la cuestión es establecer qué predicciones se derivan de cada uno de estos dos escenarios alternativos y tratar de encontrar ejemplos en la naturaleza o aproximaciones experimentales a pequeña escala. </p>
<p>Según el escenario que prioriza el azar, ante retos ambientales similares, los distintos linajes de organismos deberían evolucionar adaptaciones bien distintas fenotípicamente hablando, fruto de la influencia de los procesos aleatorios. Por el contrario, según el escenario determinista, ante condiciones similares, los diferentes linajes de organismos deberían evolucionar adaptaciones muy parecidas entre ellas para hacer frente a esas condiciones. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/475173/original/file-20220720-24-q0l35r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/475173/original/file-20220720-24-q0l35r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/475173/original/file-20220720-24-q0l35r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/475173/original/file-20220720-24-q0l35r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/475173/original/file-20220720-24-q0l35r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=429&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/475173/original/file-20220720-24-q0l35r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/475173/original/file-20220720-24-q0l35r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/475173/original/file-20220720-24-q0l35r.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=539&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Especies de actinias dibujadas por Haeckel.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>A favor del azar: somos mutantes</h2>
<p>¿Qué evidencias pueden contarse a favor del azar? El principal factor evolutivo que introduce aleatoridad es <a href="http://evolucion.webs7.uvigo.es/3-Teoria/2-mutaciones.php?tema=">la mutación</a>. Las mutaciones son cambios en el material hereditario (la secuencia de bases del ADN) de un organismo, y estas son la principal razón de su variación fenotípica. Cuando los biólogos evolutivos afirman que las mutaciones son aleatorias, con ello no quieren decir que todas las mutaciones genéticas posibles tengan la misma probabilidad de ocurrir. Al menos en la inmensa mayoría de los casos, <a href="https://theconversation.com/por-que-los-humanos-perdimos-la-cola-184614">estas mutaciones no tienen relación directa con el valor adaptativo que proporcionan al organismo que las porta</a>. Que una mutación genética ocurra depende de procesos impredecibles de naturaleza subatómica. </p>
<p>Algunas evidencias indican que las mutaciones pueden imprimir un curso azaroso a la evolución. Por ejemplo, en los experimentos de evolución a largo plazo en <em>Escherichia coli</em> dirigidos por Richard Lenski, microbiólogo de la Michigan State University, se ha encontrado que la evolución de la habilidad para crecer aeróbicamente en citrato solo <a href="https://www.pnas.org/doi/full/10.1073/pnas.0803151105">ha evolucionado</a> en un único linaje de los doce idénticos que conforman dichos experimentos a lo largo varias decenas de miles de generaciones. La base molecular de este fenómeno evolutivo parece depender de una combinación de mutaciones genéticas únicas cuya ocurrencia es más bien rara, lo cual sin duda apoya la visión azarosa de la evolución. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/474942/original/file-20220719-26-rc1gi.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/474942/original/file-20220719-26-rc1gi.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/474942/original/file-20220719-26-rc1gi.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=245&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/474942/original/file-20220719-26-rc1gi.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=245&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/474942/original/file-20220719-26-rc1gi.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=245&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/474942/original/file-20220719-26-rc1gi.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=307&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/474942/original/file-20220719-26-rc1gi.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=307&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/474942/original/file-20220719-26-rc1gi.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=307&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los doce linajes de <em>Escherichia coli</em> empleados por Lenski y su equipo en sus experimentos. Solo la cepa A-3 evolucionó la capacidad de crecer aeróbicamente en presencia de citrato. Wikipedia.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_a_largo_plazo_de_la_evoluci%C3%B3n_de_E._Coli#/media/Archivo:Lenski's_12_long-term_lines_of_E._coli_on_25_June_2008.jpg">Wikimedia commos</a></span>
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<h2>A favor del determinismo</h2>
<p>Pero no todo parece azar en la evolución. En el proceso evolutivo hay fuerzas que operan en un sentido fuertemente determinista, constriñendo el cambio fenotípico de los organismos tanto en el corto como en el largo plazo. Entre estas fuerzas destaca, sin lugar a dudas, <a href="http://evolucion.webs7.uvigo.es/3-Teoria/5-seleccion.php?tema=">la selección natural</a>. </p>
<p>Hay múltiples ejemplos descritos acerca de cómo la selección natural genera rasgos similares ante retos ambientales semejantes, dando lugar a procesos evolutivos paralelos y convergentes. Por ejemplo, investigaciones en las que nuestro grupo de la Universidade de Vigo ha desempeñado un papel clave han mostrado cómo los ecotipos <em>Wave</em> (de pequeño tamaño y concha ligera) y <em>Crab</em> (de mayor tamaño y concha más resistente) del caracol marino <em>Littorina saxatilis</em>, adaptados a distintos microhábitats del ecosistema intermareal rocoso, <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/eva.12277">han evolucionado por selección natural</a> paralelamente y de forma parcialmente independiente en diversas latitudes de la costa occidental europea (España, Reino Unido y Suecia). </p>
<p>De igual forma, la convergencia de distintos linajes hacia morfologías similares en respuesta a los mismos retos ambientales (algo observado en diversas especies de <a href="https://books.google.es/books?id=-EDHRX3YYwgC&lpg=PT3&ots=Mbn8_A9ACW&dq=the%20blind%20watchmaker%20chapter%204&hl=es&pg=PT103#v=onepage&q=the%20blind%20watchmaker%20chapter%204&f=false">mamíferos placentarios y marsupiales</a>) es otro apoyo al papel determinista de la selección natural. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/475177/original/file-20220720-9522-2jqv4f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/475177/original/file-20220720-9522-2jqv4f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/475177/original/file-20220720-9522-2jqv4f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=381&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/475177/original/file-20220720-9522-2jqv4f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=381&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/475177/original/file-20220720-9522-2jqv4f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=381&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/475177/original/file-20220720-9522-2jqv4f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=479&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/475177/original/file-20220720-9522-2jqv4f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=479&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/475177/original/file-20220720-9522-2jqv4f.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=479&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los ecotipos <em>Wave</em> y <em>Crab</em> de <em>Littorina saxatilis</em> de las costas de Galicia (España) presentan adaptaciones evolucionadas por selección natural para hacer frente a distintos factores ambientales. Versiones análogas de estos ecotipos también han evolucionado por selección natural de forma independiente en distintos puntos de las costas de Reino Unido y Suecia.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Añadamos eventos fortuitos como volcanes y meteoritos</h2>
<p>Así pues, tenemos que en la evolución pueden incidir procesos aleatorios, como las mutaciones, y procesos deterministas, como la selección natural. Desde luego, estos no son los únicos en sus respectivas clases. Por ejemplo, eventos fortuitos como <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Cretaceous%E2%80%93Paleogene_extinction_event">los meteoritos</a> o las erupciones volcánicas pueden condicionar el transcurso de la evolución; de modo análogo, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6063245/">los sesgos del desarrollo</a> también limitan ampliamente el abanico de posibilidades evolutivas, pudiendo incluso contribuir a generar fenotipos similares en especies solo lejanamente emparentadas. </p>
<p>La importancia relativa de los procesos descritos en este artículo es algo <a href="https://www.science.org/doi/10.1126/science.aam5979">que todavía está en discusión</a>, pero en nuestra opinión la evidencia actual apoya la idea de que las fuerzas deterministas y aleatorias están irremediablemente entrelazadas. La clásica frase atribuida al filósofo griego Demócrito, que dio título a la conocida obra de <a href="https://books.google.es/books/about/Chance_and_Necessity.html?id=CAcUAQAAIAAJ&redir_esc=y">Jacques Monod</a>, sigue resultando válida en el contexto de la biología evolutiva actual: “Todo cuanto existe es fruto del azar y la necesidad”.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/475174/original/file-20220720-20-31rl3n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/475174/original/file-20220720-20-31rl3n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/475174/original/file-20220720-20-31rl3n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=283&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/475174/original/file-20220720-20-31rl3n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=283&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/475174/original/file-20220720-20-31rl3n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=283&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/475174/original/file-20220720-20-31rl3n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=356&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/475174/original/file-20220720-20-31rl3n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=356&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/475174/original/file-20220720-20-31rl3n.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=356&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Árbol de la vida.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Evogeneao</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure><img src="https://counter.theconversation.com/content/187178/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Emilio Rolán Álvarez recibe fondos (Proyecto PID2021 124930NB-100) del Ministerio del Ministerio de Ciencia e Innovación. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Juan Gefaell Borrás recibe una ayuda predoctoral de la Xunta de Galicia (ED481A-2021/274)</span></em></p>Si pudiéramos dar marcha atrás en el tiempo, y todo volviera a empezar, ¿el mundo estaría poblado por las mismas especies? ¿Está todo determinado, o el azar juega un papel fundamental?Emilio Rolán Álvarez, Catedrático de Genética, Universidade de VigoJuan Gefaell Borrás, Investigador predoctoral en biología evolutiva, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1845332022-06-15T17:44:24Z2022-06-15T17:44:24Z¿Llegó la vida a la Tierra desde el espacio? Posiblemente no, y es una buena noticia<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/468805/original/file-20220614-13-wu2tdo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=21%2C10%2C7059%2C4699&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/dangerous-asteroid-approaching-planet-earth-total-1930675517">Shutterstock / Lukasz Pawel Szczepanski</a></span></figcaption></figure><p>El reciente <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-022-29612-x">hallazgo de las bases del ADN y ARN, moléculas básicas de la vida, en meteoritos carbonáceos</a> evoca grandes preguntas: <a href="https://www.rtve.es/play/audios/a-golpe-de-bit-en-radio-5/golpe-bit-radio-5-llego-vida-tierra-desde-espacio/6592743/?s=04&fbclid=IwAR2mcC0ImSx2zQfiUDznSWckU_tPeERZ5VYVJjFNLVPka_SvTKZ9MRxB5DA">¿llegó la vida a la Tierra en meteoritos?</a> ¿Fue necesario el aporte de estos componentes extraterrestres para que se originara la vida en la Tierra?</p>
<p>Estas preguntas representan dos enfoques de la hipótesis de la panspermia: quizá, la vida, directamente o por medio de sus componentes esenciales, fue <em>sembrada</em> en nuestro planeta durante el bombardeo de meteoritos y cometas, hace algo más de 4 200 millones de años. </p>
<p>La hipótesis alternativa es que la vida nos es propia, que emergió en nuestro planeta Tierra gracias a la química de la atmósfera, la geoquímica, el ambiente y las fuentes de energía disponibles. </p>
<p>Ambas hipótesis no son mutuamente excluyentes: podría haber ocurrido que los componentes del espacio exterior se sumaran a los procesos internos.</p>
<p>El descubrimiento de bases de los ácidos nucleicos (y otros componentes) en meteoritos o asteroides, ¿refuerza entonces la hipótesis de la panspermia? ¿Sugiere que la vida pudo venir desde el espacio? La respuesta a día de hoy es que posiblemente no, aunque esto es una buena noticia.</p>
<h2>Componentes del ADN en meteoritos: cómo interpretarlos</h2>
<p>La búsqueda de bases del ARN y ADN y otros componentes simples de la vida, como aminoácidos, en meteoritos que han impactado en la Tierra es un tema de investigación que no ha estado exento de polémicas. La primera cuestión que se plantean los científicos es si esos componentes son originales o resultado de contaminación en la Tierra. </p>
<p>En este sentido, el <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-022-29612-x">hallazgo de timina en meteoritos</a>, considerada hasta ahora un producto biológico, es muy espinoso. Por ello es fundamental replicar y confirmar estos hallazgos. Una posibilidad es compararlos con <a href="https://theconversation.com/el-asteroide-ryugu-y-el-origen-de-la-vida-179445">muestras de asteroides</a>, es decir, muestras de cuerpos rocosos que orbitan en el espacio, que no han atravesado la atmósfera y no han podido contaminarse tras su impacto contra la Tierra. </p>
<p>Dejando aparte el problema de la timina, ¿qué significa que haya bases del ARN en un meteorito? </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/467870/original/file-20220609-21-6y48sr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/467870/original/file-20220609-21-6y48sr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/467870/original/file-20220609-21-6y48sr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=452&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/467870/original/file-20220609-21-6y48sr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=452&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/467870/original/file-20220609-21-6y48sr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=452&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/467870/original/file-20220609-21-6y48sr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=568&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/467870/original/file-20220609-21-6y48sr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=568&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/467870/original/file-20220609-21-6y48sr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=568&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fragmento de un meteorito tipo condrita carbonácea en el que se encuentran compuestos orgánicos. ¿Fue necesaria la contribución de esos compuestos para el origen de la vida, o simplemente confirman que el origen químico de la vida, tal como lo investigamos en el laboratorio, es posible?</span>
<span class="attribution"><span class="source">C. Menor-Salván</span></span>
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<h2>El análisis de los meteoritos carbonáceos</h2>
<p>El estudio de los compuestos identificados y sus características lo primero que nos dice es que no hay vida (tal como la conocemos) en el análisis de los meteoritos carbonáceos. Es decir, no transportaban ningún organismo cuando impactaron en la Tierra. Los componentes observados sugieren, además, que en el objeto que dio origen a estos meteoritos tampoco se estaba produciendo <a href="https://theconversation.com/nuevas-evidencias-sobre-el-mundo-arn-un-poco-mas-cerca-de-entender-el-origen-de-la-vida-183294">la <em>evolución química</em> previa a la vida</a>. Este proceso es complejo e implica una serie de reacciones e interacciones moleculares de las que no hay, hasta ahora, ninguna evidencia fuera del laboratorio. </p>
<p>En nuestro Sistema Solar, aparte de en la Tierra, hasta ahora no se han encontrado evidencias firmes de los procesos moleculares que pudieran conducir a la vida, más allá del primer paso: la formación de los componentes básicos. </p>
<p>La vida terrestre es también un proceso geoquímico, y el estudio de su evolución nos ayuda a entender su propio origen. Ocultas en el <em>motor molecular</em> de todas las células se encuentran evidencias de cómo se formaron. Algunos hallazgos llamativos, como supuestos fósiles en meteoritos de Marte, actualmente se consideran de origen mineral.</p>
<h2>No hemos encontrado indicios de vida más allá de la Tierra</h2>
<p>En realidad, es una buena noticia. Hay una extraordinaria coincidencia entre los compuestos químicos <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/maps.13531">observados en meteoritos carbonáceos</a> y los producidos en los laboratorios de química prebiótica, desde el experimento pionero de <a href="https://sites.google.com/site/experimentodemilleryurey/grupo-10-de-biologia">Miller-Urey</a> en 1953, hasta los experimentos más modernos sobre el origen de las bases del ARN.</p>
<p>Esta coincidencia sugiere que los procesos de formación de componentes simples de la vida, como aminoácidos y las bases del ARN, son comunes y robustos. Probablemente, han ocurrido y ocurren en muchos lugares del Sistema Solar y del universo. Incluyendo la Tierra primitiva. Además, podemos predecirlos e interpretarlos cuando los encontramos. Los componentes hallados en meteoritos confirman que el trabajo de laboratorio para responder a la pregunta sobre cómo se forman los componentes químicos más simples de la vida han ido por el buen camino. Sin embargo, sobre cómo se ensamblan y evolucionan estos componentes, de momento, los meteoritos no nos dan pistas. </p>
<p>Por supuesto, <em>la ausencia de evidencia no es evidencia de la ausencia</em>: el hecho de que no hayamos encontrado ninguna evidencia ni de vida, ni de evolución química, no significa que no pudiera haberla. Quizás no hemos dado con las muestras adecuadas. ¿La vida pudo originarse en Marte y llegar a la Tierra a bordo de fragmentos desprendidos del planeta por impactos? No tenemos ninguna evidencia de ello. Mas aún, la composición de todos los meteoritos analizados y su coincidencia con la química prebiótica fundamental apoya la hipótesis contraria: que la vida no llegó a la Tierra desde el espacio. </p>
<p>Vamos con la siguiente pregunta: ¿necesitábamos que las bases del ARN vinieran en meteoritos o cometas, o pudieron formarse en la Tierra? </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/468003/original/file-20220609-26-wecu74.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/468003/original/file-20220609-26-wecu74.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=678&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/468003/original/file-20220609-26-wecu74.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=678&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/468003/original/file-20220609-26-wecu74.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=678&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/468003/original/file-20220609-26-wecu74.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=852&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/468003/original/file-20220609-26-wecu74.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=852&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/468003/original/file-20220609-26-wecu74.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=852&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Montaje de un experimento sobre la formación de las bases del ARN en las condiciones de la Tierra primitiva. Procesos atmosféricos y geoquímicos pudieron generar los componentes de la vida en la Tierra.</span>
<span class="attribution"><span class="source">C. Menor-Salván / Centro de Astrobiología</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Posiblemente, los componentes de la vida se generaron (también) en la Tierra</h2>
<p>Es un error pensar que, porque haya componentes del ADN y ARN en meteoritos, haya sido necesario para la vida que estos componentes hayan viajado con ellos. Esto es una falacia lógica. Igual que es un error pensar que, por el hecho de que se bajen personas de un avión, todas las personas que viven en la ciudad han llegado en avión. O que los aviones son necesarios para crear ciudades. Por supuesto, podría haber un lugar en el que todas las personas hayan llegado en avión. Pero necesitamos más evidencias para afirmarlo, y de momento todas las evidencias, incluyendo la composición de los meteoritos, apuntan justo en la dirección contraria: que la vida y sus componentes se generaron en la propia Tierra. Dada la robustez de la formación de los componentes básicos de la vida, es probable que el planeta tuviera capacidad de sobra para generarlos. </p>
<p>En la Tierra primitiva se dieron procesos atmosféricos y geológicos que nos sugieren que se formaron enormes cantidades de materiales orgánicos precursores de la vida. Es posible también que fuera relevante la combinación de ambos: impactos meteoríticos más generación en el planeta. Un impacto meteorítico, aparte de su composición, aporta una enorme energía y condiciones locales que pudieron ser favorables para el origen de la vida.</p>
<p>Debemos explorar más. Tal vez lugares como Marte o los mundos ricos en agua líquida, como Europa o Encelado, sean la clave. Por el momento no hay evidencias de vida actual o pasada en esos lugares. Sería una buena noticia que, al final, no hubiera vida en ellos: paradójicamente, un sistema solar estéril quizá nos ayude a entender cómo se originó la vida en nuestro planeta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/184533/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>César Menor-Salván no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Se han identificado las bases del ADN y el ARN, las moléculas de la vida, en meteoritos carbonáceos. ¿Vino la vida del espacio? ¿Sus componentes llegaron en meteoritos o se formaron en la Tierra?César Menor-Salván, Profesor Ayudante Doctor. Bioquímica y Astrobiología. Departamento de Biología de Sistemas, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1832942022-06-02T17:24:26Z2022-06-02T17:24:26ZNuevas evidencias sobre el mundo ARN: un poco más cerca de entender el origen de la vida<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/466601/original/file-20220601-49630-mecx69.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=19%2C19%2C6371%2C3813&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/3d-image-concept-dna-rna-molecules-424561672">Shutterstock / ktsdesign</a></span></figcaption></figure><p>La hipótesis del “mundo ARN” es uno de los pilares de la investigación sobre el origen de la vida. Según ella, antes de la vida tal como la conocemos, debieron formarse moléculas de ARN que asumieron, además de sus funciones actuales, las del ADN y las enzimas. <a href="https://www.nature.com/articles/s41586-022-04676-3">Un interesante estudio reciente, publicado en la revista <em>Nature</em></a> va un paso más allá. </p>
<p>El artículo muestra que un ARN sencillo puede generar péptidos en las condiciones del “mundo ARN”. Así, actuaría como un antecesor muy simple de la función que lleva a cabo el ribosoma. La química demuestra que la formación abiótica de un híbrido ARN-péptido es posible. </p>
<p>El interés de este trabajo radica en su coherencia con un modelo global. Para los que hemos trabajado en los pasos anteriores en el proceso del origen de la vida, es consistente con el papel de la urea como compuesto clave en el origen de la vida. El trabajo añade otro más a <a href="https://theconversation.com/lo-que-una-granja-en-cataluna-nos-enseno-sobre-el-origen-de-la-vida-158104">los múltiples roles</a> de esta molécula en el mundo prebiótico: la urea como conector en una síntesis de péptidos primordial.</p>
<p>También es coherente con lo que conocemos sobre biología molecular. Así, este trabajo no es un cambio de paradigma, sino que aclara un malentendido histórico respecto al significado del concepto “mundo ARN”.</p>
<h2>Nucleótidos canónicos, no canónicos y paradojas del ARN</h2>
<p>Las bases del ADN son adenina, guanina, citosina y timina. Las bases del ARN son adenina, guanina, citosina y uracilo. Las llamamos “bases canónicas”. Son mayoritarias en la estructura de los ácidos nucleicos y responsables del <em>lenguaje</em> del código genético. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/463908/original/file-20220518-25-b8mvyw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/463908/original/file-20220518-25-b8mvyw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/463908/original/file-20220518-25-b8mvyw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/463908/original/file-20220518-25-b8mvyw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/463908/original/file-20220518-25-b8mvyw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/463908/original/file-20220518-25-b8mvyw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/463908/original/file-20220518-25-b8mvyw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/463908/original/file-20220518-25-b8mvyw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Comparación de las estructuras del ADN y el ARN. El ADN se considera un producto tardío de la evolución biológica. El ARN es posiblemente más antiguo, forma muchos tipos de estructuras y necesita nucleótidos no canónicos (en naranja) para ejercer su función. En el ejemplo, el ARN se une con aminoácidos para generar péptidos.</span>
<span class="attribution"><span class="source">C. Menor-Salván/Biorender.com</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Es tentador centrarse en las bases canónicas (y sus correspondientes nucleótidos) a la hora de pensar en el origen de la vida. </p>
<p>El ARN es una molécula versátil, que puede actuar como transmisor de la información genética, como catalizador de reacciones químicas (ribozimas), incluyendo su propia síntesis. El lector pensará que, quizás, la vida vino precedida de la formación de moléculas de ARN capaces de generar copias de sí mismas e <em>iniciar</em> la vida (vía 1 en el esquema). Parece lógico que estas moléculas abrieran el camino hacia el origen de las proteínas y el metabolismo. Así, muchos científicos se lanzaron a la tarea de encontrar formas por las que el ARN pudo generarse antes de la vida, a partir de sus componentes canónicos. </p>
<p>Sin embargo, el ARN es paradójico. </p>
<p>Por un lado, pensamos que es tan antiguo que hubo un “mundo ARN” antes de la vida celular. </p>
<p>Por otro lado, es muy difícil que se pueda formar una molécula de ARN en el mundo prebiótico. </p>
<p>Una propiedad de las bases canónicas es que se resisten a la hora de formar nucleótidos y conectarlos, formando ARN. A pesar de los avances recientes, no podemos dar una respuesta clara a éste problema y quizá la vía 1 del esquema no es el camino adecuado. De hecho, <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-022-29612-x">se han encontrado las bases canónicas en muestras de meteoritos</a>. Pero no hay en ellos ninguna pista que apunte hacia el ARN; la paradoja del ARN hace improbable que la vida viniera del espacio.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/463768/original/file-20220517-27-zul635.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/463768/original/file-20220517-27-zul635.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/463768/original/file-20220517-27-zul635.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/463768/original/file-20220517-27-zul635.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/463768/original/file-20220517-27-zul635.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/463768/original/file-20220517-27-zul635.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/463768/original/file-20220517-27-zul635.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/463768/original/file-20220517-27-zul635.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Mapa del ‘mundo ARN’ (muy simplificado. Esto da idea de la dificultad del problema).
A partir de precursores químicos universales, podemos tener varias vías de evolución química: la <strong>via 1</strong> es la generación y ensamblaje de los componentes canónicos para producir un ARN capaz de replicarse y preparar el origen de las proteínas y el metabolismo. La <strong>via 2</strong> ataca el problema de la selección: los componentes no canónicos juegan un papel en la evolución previa al ARN y en el origen de la síntesis de péptidos. Las <strong>vias 3 y 4</strong> invierten la idea: a partir de péptidos prebióticos, usados como armazón, evolucionan las primeras estructuras de ARN. En todo caso, un híbrido de ARN y péptidos, como el propuesta por el grupo de Carell, ocupa un lugar central en el mapa.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Cesar Menor Salván / www.Biorender.com</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Además de dichas dificultades para generar ARN en el mundo prebiótico, hay un problema de selección: ¿por qué el ADN y ARN tienen esta composición? ¿Cómo fueron <em>escogidas</em> las bases canónicas? </p>
<p>No estamos seguros.</p>
<p>En el mundo prebiótico las bases canónicas debieron surgir junto con otras moléculas que pueden ejercer la misma función, incluso más fácilmente: son las bases y nucleótidos <em>no canónicos</em>. En un problema denominado <em>la paradoja del apareamiento de bases</em> vemos que, precisamente, lo difícil es seleccionar las bases canónicas de entre todas las demás. </p>
<p>¿Qué pistas nos da la propia vida? </p>
<p>Una es que el ARN requiere de la presencia de nucleótidos no canónicos para su funcionamiento. La composición del ARN es mucho más compleja e incluye decenas de bases exóticas. Los nucleótidos no canónicos siguen siendo esenciales en la vida actual y son claves en la evolución. Quizá, en el origen de la vida, hubo una molécula similar, previa al ARN actual, en la que los componentes exóticos tuvieron aún mas importancia y que evolucionó, manteniendo sólo los componentes no canónicos necesarios (vía 2: el preARN). </p>
<p>El ARN actual sería un producto biológico, no prebiótico, resultado de la evolución del código genético, manteniéndose los componentes no canónicos en forma de modificaciones de bases.</p>
<p>La biología nos enseña también que el ARN y las proteínas siempre van juntos. Ambas interaccionan, se complementan y se necesitan mutuamente. Sabemos que la función del ARN como generador de las proteínas es muy antigua, quizá anterior a la propia vida. Es razonable pensar que ambos tipos de moléculas coexistieran (vías 3 y 4). </p>
<p>Este último estudio muestra que, químicamente, es posible esta vía de coevolución de un modo que conserva la lógica de la vida tal como la conocemos: nucleótidos no canónicos esenciales para la función del ARN y su acción en la síntesis de péptidos como una función primordial, pavimentando el camino hacia la estructura común más antigua y mejor preservada de la vida terrestre: el ribosoma. </p>
<p>El concepto del “mundo ARN” ha sido malentendido en ocasiones. Tal como nos enseñan tanto la química como el ARN de la vida actual, es el conjunto de componentes canónicos, no canónicos y peptídicos lo que hizo posible un camino de evolución química previo a la evolución biológica. El “mundo ARN” es un <em>mundo preARN-péptido</em>. </p>
<p>Afortunadamente, todo esto sigue siendo una cuestión pendiente; aún nos queda mucho por aprender, en un momento apasionante para el conocimiento del origen de la vida en nuestro planeta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183294/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>César Menor-Salván no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Un trabajo recién publicado sobre la hipótesis del ‘mundo ARN’ no cambia un paradigma, sino que aclara un malentendido sobre ésta molécula y su origen.César Menor-Salván, Profesor Ayudante Doctor. Bioquímica y Astrobiología. Departamento de Biología de Sistemas., Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1794452022-03-24T20:15:01Z2022-03-24T20:15:01ZEl asteroide Ryugu y el origen de la vida<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/453856/original/file-20220323-15-1eye7n6.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=5%2C0%2C1911%2C1074&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El asteroide 162173 Ryugu.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:162173_Ryugu.jpg">Wikimedia Commons / Japan Aerospace Exploration Agency (JAXA)</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>El 8 de diciembre de 2020 fue un día de júbilo en Sagamihara (Kanagawa, Japón). Ese día llegaba al <a href="https://www.hayabusa2.jaxa.jp/en/topics/20201209_CpslArrival/">campus de la JAXA</a> (<em>Japanese Aerospace Exploration Agency</em>) la cápsula de retorno con muestras del asteroide <em>(162173) Ryugu</em>, recogidas por la sonda de la misión Hayabusa 2. </p>
<p>No solo era un gran éxito para la tecnología de la exploración espacial. Además, ponía a disposición de los científicos muestras tomadas directamente de la superficie de un asteroide en el espacio, estériles, sin alteraciones ni contaminación. </p>
<p>Esa es la diferencia con las muestras de meteoritos, que sufrieron el impacto en la Tierra y la exposición al ambiente (y a la manipulación por muchas personas). El entusiasmo estaba justificado también por parte de quienes estudiamos el origen de la vida y que nos preguntamos qué sorpresas alberga <em>Ryugu</em> al respecto. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/453457/original/file-20220321-17-k8u12m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453457/original/file-20220321-17-k8u12m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453457/original/file-20220321-17-k8u12m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453457/original/file-20220321-17-k8u12m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453457/original/file-20220321-17-k8u12m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453457/original/file-20220321-17-k8u12m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453457/original/file-20220321-17-k8u12m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453457/original/file-20220321-17-k8u12m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">El asteroide 162173 Ryugu visto por la nave <em>Hayabusa 2</em> a 20 km de distancia de su superficie. Ryugu tiene un diámetro mayor de unos 870 metros y pesa 450 millones de toneladas.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Imagen: JAXA, University of Tokyo, Kochi University, Rikkyo University, Nagoya University, Chiba Institute of Technology, Meiji University, University of Aizu and AIST.</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Esta pregunta ha comenzado a tener respuesta, pues <a href="https://www.hou.usra.edu/meetings/lpsc2022/pdf/1781.pdf">se publicaron los primeros análisis</a> de compuestos orgánicos en las muestras de Ryugu. Y no decepcionan. </p>
<p>Aclaremos que no dan evidencias de que la <em>vida</em> llegara a la Tierra a bordo de meteoritos (<em>panspermia</em>). Tampoco nos ayudan (de momento) a entender mejor cómo fue su origen, ni prueban que los impactos de meteoritos fueran necesarios para ello. Pero los resultados publicados son una buena noticia para quienes tratan de entender la <em>química prebiótica</em>. Es decir, los procesos químicos que tuvieron lugar antes de que existiera la vida.</p>
<h2>¿Por qué es interesante el asteroide Ryugu?</h2>
<p>Una de las claves es el carbono. Ryugu es un asteoride del <em>tipo C</em>, rico en carbono y compuestos orgánicos. Estos objetos son abundantes en el <em>cinturón de asteorides</em>, una región situada entre Marte y Júpiter donde se encuentra, entre otros, el planeta enano Ceres.</p>
<p>Se piensa que los meteoritos del tipo <em>condrita carbonácea</em>, como los famosos meteoritos de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Allende_(meteorito)">Allende</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Meteorito_Murchison">Murchison</a>, son fragmentos de asteroides tipo C. Estos asteroides se cuentan entre los objetos más antiguos del Sistema Solar. </p>
<p>La materia carbonosa que contienen es el resultado de un largo proceso químico, que se desarrolló desde la formación de materia orgánica en la nube molecular y la nebulosa protosolar, hasta la acreción de protoplanetas y la exposición del asteroide a millones de años de radiaciones cósmicas.</p>
<p>Las muestras recogidas en el asteroide Ryugu nos dan pistas de los compuestos orgánicos que se formaron y acumularon en los objetos del Sistema Solar y de su evolución. Además, nos informan acerca de los precursores químicos de los que dispuso la Tierra primitiva en la época prebiótica, a partir de los cuales, gracias al agua, ambiente y geología terrestres, pudo surgir la vida tras una compleja red de procesos químicos que llamamos <em>evolución química</em>. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453461/original/file-20220321-21-4u1i84.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453461/original/file-20220321-21-4u1i84.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=596&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453461/original/file-20220321-21-4u1i84.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=596&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453461/original/file-20220321-21-4u1i84.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=596&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453461/original/file-20220321-21-4u1i84.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=750&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453461/original/file-20220321-21-4u1i84.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=750&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453461/original/file-20220321-21-4u1i84.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=750&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Muestras de la superficie de Ryugu, tras su apertura en el laboratorio.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Credito de la imagen: JAXA</span></span>
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</figure>
<h2>Los compuestos orgánicos del asteroide Ryugu</h2>
<p>Las muestras del asteroide Ryugu analizadas contienen un 3,7 % de carbono. La mayor parte se encuentra en forma de un material no muy diferente al carbón. Pero también contiene carbono en forma de moléculas orgánicas que, por acción del agua, liberan aminoácidos, identificándose la glicina, alanina, beta-alanina y alfa-aminobutirato. En general, los compuestos identificados no sorprenden, y ahí precisamente radica su importancia. </p>
<p>Los aminoácidos son los componentes de las proteínas de los seres vivos, por lo que su presencia en el espacio siempre ha sido sugerente. El primer experimento realizado con el objetivo de entender cómo surgieron las primeras proteínas lo realizó el bioquímico alemán Walter Löb en 1913. En él, obtuvo abundante glicina mediante descargas eléctricas en una atmósfera primitiva simulada. Desde entonces sabemos que los aminoácidos se forman con facilidad a partir de gases simples. Por ello, pensamos que eran abundantes en el inventario químico del Sistema Solar. </p>
<p>En su célebre experimento de 1953, Stanley Miller identificó glicina, alanina, beta-alanina y alfa-aminobutirato en la mezcla orgánica que obtuvo. ¿Casualidad? No, pues los procesos químicos que dan lugar a la formación de aminoácidos son, posiblemente, robustos y universales. </p>
<p>En el camino hacia la vida en un planeta (como ocurrió en la Tierra y pudo pasar en Marte) es probable que se parta de un inventario químico similar, con aminoácidos y otros compuestos que conocemos bien. El asteroide Ryugu nos aporta una valiosa muestra de ese inventario. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/453464/original/file-20220321-298-mdet1b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/453464/original/file-20220321-298-mdet1b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/453464/original/file-20220321-298-mdet1b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=278&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/453464/original/file-20220321-298-mdet1b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=278&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/453464/original/file-20220321-298-mdet1b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=278&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/453464/original/file-20220321-298-mdet1b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=350&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/453464/original/file-20220321-298-mdet1b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=350&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/453464/original/file-20220321-298-mdet1b.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=350&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El rudimentario análisis de Stanley Miller en 1953, que muestra la presencia en su icónico experimento de glicina, alanina, beta-alanina y alfa-aminobutirato, en forma de manchas oscuras en un soporte de papel. Estos aminoácidos son también componentes significativos en el asteroide Ryugu.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Miller, S. L. (1953). A Production of Amino Acids Under Possible Primitive Earth Conditions. Science, 117(3046), 528–529.</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Puede que las reglas de la química limiten los posibles <em>exotismos</em> y no sería sorprendente que estructuras proteicas similares a las que conocemos sean una característica universal. Las bioquímicas potenciales no son una cuestión de combinaciones o azar. Las reglas de la química se aplican no solo al inventario de precursores, como el que muestra Ryugu. </p>
<p>En la evolución química hacia la vida tienen lugar procesos de selección molecular y compresión combinatoria que van a limitar la variedad de las composiciones y estructuras. Por ejemplo, dado un número de aminoácidos de partida, no surgen al azar proteínas de entre las estadísticamente posibles, sino que hay reglas que dirigen las estructuras resultantes. Si sumamos la universalidad de los precursores a las reglas de la evolución química, es posible que el día que la Humanidad descubra vida extraterrestre reconozcamos similitudes en su intimidad molecular. </p>
<p>El asteroide Ryugu dice que el esfuerzo realizado durante un siglo de química prebiótica tiene sentido. Muestra que, desde el laboratorio, podemos predecir la química de los objetos celestes. Poco a poco nos vamos acercando a la formulación de una teoría de la evolución química, que formará el primer (o el último) capítulo de los libros de Bioquímica.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179445/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>César Menor-Salván no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las muestras recogidas en el asteroide Ryugu nos dan pistas de los compuestos orgánicos que se formaron y acumularon en los objetos del Sistema Solar y de su evolución.César Menor-Salván, Profesor Ayudante Doctor. Bioquímica y Astrobiología. Departamento de Biología de Sistemas., Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1730872021-12-14T18:55:37Z2021-12-14T18:55:37Z¿Tiene relación con el origen de la vida el hallazgo de etanolamina extraterreste?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/437274/original/file-20211213-27-1kypcen.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C7%2C4992%2C3315&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Constelación de Sagitario.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="http://www.robgendlerastropics.com/MWCenter.html">Robert Gendler (robgendlerastropics.com)</a></span></figcaption></figure><p>El hallazgo de moléculas orgánicas en el espacio es un logro posible gracias a instalaciones como el <a href="https://www.iram-institute.org/EN/content-page-55-7-55-0-0-0.html">IRAM</a>. Estos radiotelescopios permiten rastrear los compuestos orgánicos en las nubes moleculares, regiones del espacio interestelar en las que, a altas energías, con presión y temperatura muy bajas, los átomos se conectan siguiendo vías exóticas. </p>
<p>Una de estas nubes, en la constelación de Sagitario, es prolífica en moléculas orgánicas. </p>
<p>Allí se ha observado la <a href="http://www.pnas.org/lookup/doi/10.1073/pnas.2101314118">presencia de etanolamina</a>, cuyo hallazgo ha tenido gran impacto en los medios, que lo tomaron como <a href="https://theconversation.com/el-hallazgo-de-etanolamina-en-el-espacio-y-su-implicacion-en-el-origen-de-la-vida-167684?fbclid=IwAR3C5G-l6nGHPybD7aVbMan0iB_Q8-xyJ_rMTbm6-zm5d79jKh-HwzPXavQ">una clave en el origen de la vida</a>. </p>
<p>Pero ¿qué sabemos realmente sobre el papel de la etanolamina y de las nubes moleculares en el origen de la vida?</p>
<h2>Etanolamina: ¿ingrediente del origen de la vida?</h2>
<p>El descubrimiento de etanolamina fue excitante, en parte porque es un componente de los lípidos de las membranas celulares. Pero ¿sugiere esto que hay una conexión entre las nubes moleculares y el origen de la vida? Basándonos en dicha coincidencia, no podemos afirmarlo. Aceptándolo, incurrimos en una falacia <em>non sequitur</em>, pero es útil, pues nos sirve para pensar qué sabemos sobre el origen de la vida.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/436128/original/file-20211207-23-l7xai3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/436128/original/file-20211207-23-l7xai3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/436128/original/file-20211207-23-l7xai3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=451&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/436128/original/file-20211207-23-l7xai3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=451&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/436128/original/file-20211207-23-l7xai3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=451&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/436128/original/file-20211207-23-l7xai3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/436128/original/file-20211207-23-l7xai3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/436128/original/file-20211207-23-l7xai3.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Desde la nube molecular a la vida hay un camino todavía prácticamente desconocido. La etanolamina probablemente no sea un ingrediente clave en el origen de la vida. Aclararlo implica resolver los interrogantes en la imagen.</span>
<span class="attribution"><span class="source">NASA/C. Menor-Salván</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Para que la etanolamina participe en el origen de la vida tendría que acumularse, por ejemplo, en hielos cometarios. Estos liberarían el compuesto en un planeta apropiado. Esta <em>panspermia molecular</em> es razonable, y los compuestos liberados de hielos podrían haber contribuido a los procesos químicos previos a la vida. Lo que llamamos <em>química prebiótica</em>. La panspermia molecular no puede explicar el origen de la vida, no es válida con cualquier compuesto, ni tenemos pruebas de que haya sido relevante para la química prebiótica.</p>
<p>Nuestra etanolamina no está en un contenedor inerte. En el planeta reaccionaría con otros compuestos, incluyendo otros posibles viajeros espaciales, como formaldehído o urea. Si la atmósfera fuera rica en CO₂, como podría haber ocurrido en la Tierra primitiva, la etanolamina, seguramente, desaparecería. También podría transformarse en glicina en sistemas hidrotermales. </p>
<p>Entonces, si la etanolamina ha de intervenir en el origen de la vida, debe considerarse el ambiente y geología planetarios. Esto lleva a encadenar hipótesis:</p>
<ol>
<li><p>Liberación en un planeta en cantidad y condiciones favorables para su intervención en el origen de la vida.</p></li>
<li><p>La química del planeta no puede generar etanolamina y su aporte desde el espacio es esencial.</p></li>
<li><p>Tiene lugar un escenario en el que se pueden formar lípidos con etanolamina, componentes de la membrana celular.</p></li>
<li><p>Que estos lípidos, tal como existen en las células, son prebióticos y un ingrediente clave para entender la evolución química previa a la vida.</p></li>
</ol>
<p>La observación de etanolamina en muestras extraterrestres es anecdótica y no aclara su origen. También tenemos experimentos que demuestran que, en condiciones prebióticas óptimas, sin competidores y en presencia de compuestos cuyo origen es otra cuestión abierta, se pueden formar lípidos. </p>
<p>Todo ello es insuficiente para aceptar o descartar que la etanolamina es un ingrediente esencial en el origen de la vida. Necesitamos investigar más. </p>
<h2>El barco de Teseo</h2>
<p>Una limitación en el estudio del origen de la vida es centrarse en los componentes de la vida tal como la conocemos. Los científicos suelen poner atención en el hallazgo de moléculas típicamente biológicas, como las bases del ARN y la etanolamina. </p>
<p>Este planteamiento llevó a la búsqueda de un origen prebiótico del ARN, proponiéndose ingeniosas rutas químicas, justificadas <em>ad hoc</em>. Algunos consideramos esto una trampa teleológica, no una solución a una cuestión que sigue abierta. </p>
<p>Se han descuidado componentes que son marginales o no forman parte de la vida terrestre actual, pero que podrían existir en la vida extraterrestre o haber sido claves durante el origen de la vida.</p>
<p>Sin embargo, como en <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja_de_Teseo">la paradoja del <em>barco de Teseo</em></a>, es posible que estructuras como el ARN y las membranas celulares sean un producto de la evolución. Partiendo de estructuras previas, formadas por procesos favorables en la Tierra primitiva, con componentes que se perdieron o fueron sustituidos durante la evolución, podría haberse llegado a las estructuras de las células vivas. </p>
<p>Este proceso gradual, quizá, haría innecesario invocar complicadas síntesis químicas o la intervención de viajeros espaciales que, a modo de <em>deus ex</em> molecular, resuelvan el problema. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/436464/original/file-20211208-133881-1389s2p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/436464/original/file-20211208-133881-1389s2p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/436464/original/file-20211208-133881-1389s2p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/436464/original/file-20211208-133881-1389s2p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/436464/original/file-20211208-133881-1389s2p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/436464/original/file-20211208-133881-1389s2p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/436464/original/file-20211208-133881-1389s2p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/436464/original/file-20211208-133881-1389s2p.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Dos posibles vías para el origen de las estructuras biológicas: Como en el barco de Teseo, importantes estructuras biológicas como el ARN o las membranas, podrían ser el resultado de la sustitución gradual de componentes en un proceso evolutivo. Esta vía podría haber sido más favorable que un origen prebiótico directo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">C. Menor-Salván/Biorender.com</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>La bioquímica nos da pistas: la ribosa del ARN no es central en el metabolismo de los azúcares. ¿Y si tampoco hubo una importante síntesis prebiótica de ribosa?</p>
<p>Con la etanolamina, ¿hay algún motivo para pensar que era necesaria en el mundo prebiótico? No parece. La evolución de las membranas celulares y el papel de los lípidos en el origen de la vida son cuestiones abiertas. De hecho, podría ser que los lípidos con etanolamina sean producto de los primeros pasos de la naciente bioquímica. Sabemos que las células obtienen etanolamina a partir del aminoácido serina. Este proceso es, además, favorable abióticamente. ¿Sería posible que fuera la serina, no la etanolamina, relevante para el origen de la vida? </p>
<p>El descubrimiento de moléculas orgánicas fuera de la Tierra es un prodigio científico y técnico. Nos enseña que lo que hemos visto en el laboratorio tiene sentido y que la química prebiótica puede ser común en el Universo. Pero no sabemos si los compuestos orgánicos formados en el espacio son ingredientes del origen de la vida. Cada hallazgo crea nuevas preguntas.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/436145/original/file-20211207-25-j0p07j.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/436145/original/file-20211207-25-j0p07j.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/436145/original/file-20211207-25-j0p07j.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=298&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/436145/original/file-20211207-25-j0p07j.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=298&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/436145/original/file-20211207-25-j0p07j.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=298&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/436145/original/file-20211207-25-j0p07j.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/436145/original/file-20211207-25-j0p07j.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/436145/original/file-20211207-25-j0p07j.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=375&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">No, el hallazgo de etanolamina en el espacio no implica que sea un ingrediente del origen de la vida, ni que hayamos resuelto este problema científico. Tampoco implica que haya vida extraterrestre, ni que entendamos cómo se originó la vida en nuestro planeta. Debemos mejorar la comunicación con los medios para evitar generar confusión en el público.</span>
<span class="attribution"><span class="source">NASA/JPL/C.Menor-Salván</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Las noticias triunfales sobre el origen de la vida, aunque comprensibles, generan confusión en el público y dan una impresión de problema resuelto perniciosa para quienes trabajamos en ello. Hay que matizar que no tenemos claro cómo emergen la vida ni sus componentes, como el ARN, proteínas, o membranas celulares. Los procesos de interacción y selección que llevaron a la complejidad biológica son, todavía, una apasionante frontera de la ciencia con mucho por explorar.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173087/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>César Menor-Salván no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>El descubrimiento de etanolamina fue excitante, en parte porque es un componente de los lípidos de las membranas celulares. Pero, ¿sugiere esto que hay una conexión entre las nubes moleculares y el origen de la vida?César Menor-Salván, Profesor Ayudante Doctor. Bioquímica y Astrobiología. Departamento de Biología de Sistemas., Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1676842021-10-20T19:22:14Z2021-10-20T19:22:14ZEl hallazgo de etanolamina en el espacio y su implicación en el origen de la vida<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/420501/original/file-20210910-19-16slxrz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C0%2C6970%2C5041&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El centro de la Vía Láctea capturado por el telescopio Spitzer Space de la NASA.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.spitzer.caltech.edu/image/ssc2006-02a-a-cauldron-of-stars-at-the-galaxys-center">NASA/JPL-Caltech/S. Stolovy (Spitzer Science Center/Caltech)</a></span></figcaption></figure><p>Si hay una pregunta que estremece a la mayoría de las personas es el origen de la vida. Múltiples teorías se han enfrentado a esta pregunta dando respuestas plausibles y, en varios casos, se ha planteado la posibilidad de que nuestra vida no sea única en el vasto universo. </p>
<h2>Etanolamina en la Vía Láctea</h2>
<p>Mediante el uso de <a href="https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/fisica/radiotelescopios-orejas-escuchar-cosmos/">radiotelescopios</a> podemos descubrir moléculas en zonas lejanas del universo. Cualquier onda puede interactuar con átomos y moléculas para provocar en ellos ciertos cambios, dependiendo de la energía de la onda en cuestión. </p>
<p>Estos cambios pueden observarse y jugar a <em>quién es quién</em> hasta dar con la molécula elegida. Un pequeño ejemplo: si alguien nos empuja, dependiendo de la fuerza con la que lo haga, reaccionaremos de una forma u otra. Pues una cosa parecida pasa con las moléculas, solo que el empujón es la onda y la reacción es lo que estos radiotelescopios captan.</p>
<p>El grupo de Víctor M. Rivilla han usado los radiotelescopios <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Instituto_de_Radioastronom%C3%ADa_Milim%C3%A9trica">IRAM</a> de Pico Veleta (Granada) y del Observatorio de Yebes (Guadalajara). Esto les ha servido para encontrar etanolamina en una nube de moléculas llamada G+0.693-0.027, cerca del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.</p>
<h2>¿Qué es la etanolamina?</h2>
<p>Esta simpática molécula es realmente simple y ahí radica parte de su belleza. La <a href="https://www.laboratoriumdiscounter.nl/es/quimicos/a-z/e/etanolamina/">etanolamina</a> no es más que etanol (2 carbonos, 1 oxígeno y 6 hidrógenos) y una amina (1 nitrógeno y 2 hidrógenos) unidos. Esto hace una molécula de fórmula C₂H₇NO, cuya importancia es debida a la presencia de nitrógeno y oxígeno: es polar. </p>
<p>Que una <a href="https://www.quimica.es/enciclopedia/Polaridad_%28qu%C3%ADmica%29.html">molécula sea polar</a> significa que, dentro de la misma, los electrones no se sienten atraídos de igual forma por unos núcleos de átomos que por otros. Respecto a lo que atañe a la vida es mucho más fácil: las sustancias polares se <em>llevan bien</em> con el agua, nuestro disolvente universal y la base de nuestra vida.</p>
<h2>Importancia biológica de la etanolamina</h2>
<p>Esta molécula no se presenta sola en los seres vivos, normalmente está unida a otros tipos de <a href="https://ec.europa.eu/health/scientific_committees/opinions_layman/es/glosario/abc/biomolecula.htm">biomoléculas</a>. Su pareja perfecta son los ácidos grasos, pero para unirse con ellos necesita de otra molécula: el glicerol-3-fosfato. </p>
<p>Digamos que esta molécula es como una especie de puente entre la etanolamina y los ácidos grasos. Esta unión (etanolamina, glicerol-3-fosfato y ácidos grasos) da lugar a un grupo de moléculas llamadas <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Fosfol%C3%ADpido">fosfolípidos</a> muy particulares, tanto que estos compuestos son esenciales para la vida tal y como la conocemos.</p>
<p>Los ácidos grasos, como el aceite, son moléculas largas no polares (apolares). Por tanto, no se llevan bien con el agua (a fin de cuentas, el agua y el aceite no se mezclan). </p>
<p>Entonces, en el caso de los fosfolípidos tenemos una situación muy especial: los ácidos grasos no se mezclan con el agua, como hemos dicho, pero la etanolamina sí. Esto hace que nos podamos imaginar los fosfolípidos como moléculas que tienen una <em>cabeza</em> que interactúa con el agua y unas <em>colitas</em> que huyen de ella.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/427080/original/file-20211018-17-1rrz016.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/427080/original/file-20211018-17-1rrz016.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=407&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/427080/original/file-20211018-17-1rrz016.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=407&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/427080/original/file-20211018-17-1rrz016.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=407&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/427080/original/file-20211018-17-1rrz016.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=511&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/427080/original/file-20211018-17-1rrz016.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=511&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/427080/original/file-20211018-17-1rrz016.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=511&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Estructura de los fosfolípidos y su agrupación en membranas lipídicas.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Modificado de Principios de Bioquímica, Lehninger, 5ª Edición. W. H. Freeman and Company</span></span>
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</figure>
<p>El fenómeno interesante es que las cabezas se alinean y las colas también (como en la imagen). Esto no es ni más ni menos que una membrana, el principio de una célula. Esta membrana es una especie de <em>cercado</em> que delimita la célula. Por tanto, sin etanolamina no habría fosfolípidos y, sin ellos, no habría células y, por tanto, vida. </p>
<p>¿Acaso no es de vital importancia la etanolamina?</p>
<h2>El origen de la etanolamina</h2>
<p>En muchos casos se especula con la posibilidad de que, antes de que existiese la vida, las moléculas necesarias para el origen de la misma podrían haber llegado a la Tierra transportadas en meteoritos. Estos meteoritos impactarían en nuestro planeta y dejarían esas moléculas libres para que se combinasen con otras e ir construyendo paso a paso la vida que conocemos.</p>
<p>En el caso de la etanolamina, los autores de este <a href="https://www.pnas.org/content/118/22/e2101314118">estudio</a> creen que mil billones de litros de esta podrían haber llegado a la Tierra en meteoritos. Por tanto, la etanolamina en la Tierra fue <em>extraterrestre</em> hace millones de años y, gracias a este hecho, estaba disponible para formar nuevas moléculas. </p>
<p>Una vez más, como nos hacía pensar Carl Sagan, somos hijos de las estrellas y del universo. Una parte de nosotros proviene de fuera de la Tierra, de lugares que todavía desconocemos.</p>
<p>Entender el cómo se forman estas <em>semillas de vida</em> en el espacio es clave para entender el origen de la vida, como dice Rivilla. Este pensamiento nos siembra la duda de si estamos solos en el universo, si somos la única vida que existe. Esta idea ha sido explorada varias veces por el investigador Carlos Briones. Concretamente, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=_QBsezgXD9g">en esta entrevista</a> habla sobre la posibilidad de encontrar vida fuera en el espacio. </p>
<p>Quizás haya que empezar a pensar en la posibilidad que dice Briones: “A lo mejor el Cosmos está lleno de vida”. Puede que, en parte, sea debido a estas moléculas presentes por todo el universo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/167684/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Se especula con la posibilidad de que, antes de que existiese la vida, las moléculas necesarias para el origen de la misma podrían haber llegado a la Tierra transportadas en meteoritos.José Mora Perujo, Investigador predoctoral - Biología Molecular y Bioquímica., Universidad de MálagaDelphine Pott, Postdoctoral fellow, Universidad de MálagaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1700322021-10-18T19:25:56Z2021-10-18T19:25:56ZLos relámpagos volcánicos y el origen de la vida<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/426891/original/file-20211018-80042-1vmhqob.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C1%2C989%2C738&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Rayos durante la erupción del volcán islandés Eyjafjallajökull en 2010.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/rachelcifelli/5822851364/">Flikr / rachelcifelli</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>La reciente erupción en la isla de La Palma ha puesto en el centro de atención el fenómeno del vulcanismo en sus múltiples facetas. Aparte de familiarizarnos con las coladas de lava, las eyecciones de ceniza o la creación de fajanas, se han podido observar impresionantes descargas eléctricas en la nube de ceniza sobre el volcán. </p>
<p>Estos relámpagos volcánicos son un fenómeno muy curioso y relativamente frecuente en las erupciones. Además, su presencia puede tener consecuencias importantes en el ambiente cercano al volcán donde ocurren.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/426878/original/file-20211018-13-1gvp6w9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/426878/original/file-20211018-13-1gvp6w9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=339&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/426878/original/file-20211018-13-1gvp6w9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=339&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/426878/original/file-20211018-13-1gvp6w9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=339&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/426878/original/file-20211018-13-1gvp6w9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/426878/original/file-20211018-13-1gvp6w9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/426878/original/file-20211018-13-1gvp6w9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Relámpago volcánico captado durante la erupción
de La Palma a mediados de octubre de 2021.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Radio Televisión Canaria</span>, <span class="license">Author provided</span></span>
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</figure>
<h2>¿Cómo se producen los relámpagos volcánicos?</h2>
<p>Estos rayos sobre los volcanes se producen por diversos mecanismos, algunos parecidos a los que se producen en las nubes de tormenta. </p>
<p>En la nube, los cristales de hielo y las gotas de agua se mueven a gran velocidad a merced de los fuertes vientos. El rozamiento y los choques entre cristales y gotitas dan lugar a cargas eléctricas. Cuando la carga acumulada alcanza un cierto valor, se produce el rayo.</p>
<p>En las erupciones volcánicas se han propuesto <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s11214-008-9362-z">dos mecanismos básicos</a> de producción de carga eléctrica: la triboelectricidad y la fractoelectricidad. Es importante indicar que estos mecanismos no son excluyentes entre sí y probablemente estén actuando a la vez en las erupciones. </p>
<p>La <strong>triboelectricidad</strong> es la electricidad generada por el roce y frotamiento de los materiales. Es el origen de la electricidad que atrae trocitos de papel a un peine después de que lo frotemos con la ropa. O de los chasquidos que escuchamos al quitarnos una prenda en un ambiente seco. Y es también el mecanismo que carga de electricidad las nubes de tormenta, como se ha comentado más arriba.</p>
<p>Durante la expulsión de los gases y la ceniza a través del cono volcánico, se producen corrientes bastante fuertes que provocan <a href="https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1029/2020GL092323">mucha turbulencia y un rozamiento muy intenso de los granos de ceniza y la lava expulsados</a>. Este rozamiento da lugar a la carga eléctrica que, una vez alcanza un cierto valor, provoca la descarga eléctrica que observamos como relámpago. </p>
<p>Los científicos han sido capaces de <a href="https://pubs.geoscienceworld.org/gsa/geology/article/42/1/79/131368/Experimental-generation-of-volcanic-lightning">reproducir este fenómeno a pequeña escala</a>, como se muestra en la siguiente foto. Expulsaron gases y cenizas a alta presión a través de un tubo. Al salir por la boca del tubo, se produjeron chispas eléctricas –<em>relámpagos</em>– de unos pocos centímetros.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/426879/original/file-20211018-17-divolb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/426879/original/file-20211018-17-divolb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=474&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/426879/original/file-20211018-17-divolb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=474&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/426879/original/file-20211018-17-divolb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=474&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/426879/original/file-20211018-17-divolb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=596&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/426879/original/file-20211018-17-divolb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=596&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/426879/original/file-20211018-17-divolb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=596&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Experimento de producción de descargas eléctricas en cenizas de volcán. El chorro de gas a alta velocidad arrastra el polvo de ceniza (polvo oscuro). El rozamiento del polvo consigo mismo genera una chispa eléctrica (centro de la imagen) de unos 2 cm de longitud.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://pubs.geoscienceworld.org/gsa/geology/article/42/1/79/131368/Experimental-generation-of-volcanic-lightning">Cimarelli y col. (2014)</a>, <span class="license">Author provided</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>El segundo mecanismo, la <strong>fractoelectricidad</strong>, tiene su origen en la rotura violenta del material volcánico al salir por el cráter. Estas fracturas y la pulverización también generan importantes cargas eléctricas. De nuevo, si la cantidad de carga alcanza un valor crítico, se produce el relámpago. </p>
<p>Ambos mecanismos, triboelectricidad y fractoelectricidad, ocurren a la vez. El peso de cada uno en la inducción del rayo dependerá de muchos factores, como la composición de la lava, de los gases, la velocidad de expulsión, etc.</p>
<h2>Nubes sobre el volcán</h2>
<p>En ciertas ocasiones el vapor de agua presente, bien expulsado por el propio volcán o presente en la atmósfera cercana, genera grandes nubes sobre el cono. Dentro de estas nubes se pueden dar procesos casi idénticos a los que ocurren en una nube de tormenta. Por tanto, se pueden producir relámpagos también. </p>
<p>Los relámpagos volcánicos, al igual que los de tormenta, representan un peligro potencial para las personas y animales que se encuentren cerca de la erupción. Sea cual sea el mecanismo que los produce, se conocen casos de impacto de rayos volcánicos a 20 y 30 km del volcán. Por lo tanto, es necesario tomar precauciones cerca de una erupción. </p>
<p>Dado que la propia erupción supone un grave riesgo, lo normal es que las personas abandonen las cercanías del cráter rápidamente, por lo que los casos de golpes por rayos son muy escasos.</p>
<h2>Los relámpagos alteran el medio cercano al volcán</h2>
<p>En años recientes, los científicos han sido capaces de identificar algunas de las consecuencias de estos rayos volcánicos. Por ejemplo, las propias cenizas que flotan sobre el volcán pueden resultar afectadas por los relámpagos. Debido a las altísimas temperaturas que se pueden alcanzar en estas descargas (más de 20 000 °C), las cenizas se funden. Al hacerse sólidas de nuevo toman <a href="https://www.nature.com/articles/s41598-017-15643-8">forma de esferas micróscopicas</a>. </p>
<p>Estas esférulas de vidrio volcánico pueden afectar a la salud al ser aspiradas. También pueden alterar las <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0377027321001694?casa_token=FBVLALVogDsAAAAA:cuvmzXeKL08p0_lcxw_JdMLQYBiLCBT1NgURs-prGVAEr6zZiBVoq4-LSQopAD5CzN2nTNwc_w">propiedades químicas de las propias partículas</a> y del suelo una vez caen desde el aire.</p>
<p>Por otra parte, los relámpagos son <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s00024-021-02710-5">importantes fuentes de gases nocivos</a> para la salud. Generan óxidos de nitrógeno (NOx) y ozono. Los NOx son los principales contaminantes en las grandes ciudades y los culpables de esas siniestras boinas marrones que podemos ver sobre dichas ciudades a menudo. En cuanto al ozono, se trata de un gas deseable como protector contra la luz ultravioleta siempre que esté a gran altura, en la estratosfera. Su presencia cerca de la superficie no es deseable, y también puede generar problemas respiratorios.</p>
<h2>Relámpagos volcánicos y el origen de la vida</h2>
<p>Un aspecto muy relevante de este fenómeno es su posible participación en el origen de la vida. Miles de millones de años atrás, la actividad volcánica del planeta era mucho mayor que en la actualidad. Por esto es seguro que los relámpagos volcánicos eran un fenómeno muy habitual y casi continuo. Experimentos de laboratorio y modelos por ordenador han tratado de simular estas condiciones. </p>
<p>Y, efectivamente, se ha encontrado que <a href="https://pubs.rsc.org/en/content/articlelanding/2013/CS/c3cs35433d">las descargas eléctricas de origen volcánico son fuente de algunas de las moléculas necesarias para explicar cómo se inició la vida</a>. Eso convierte al estudio de la producción y las consecuencias de los relámpagos de origen volcánico en un área de gran interés científico.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/170032/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alfonso Blázquez Castro no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Algunas de las imágenes más impresionantes llegadas estos días de La Palma muestran impresionantes descargas eléctricas en la nube de ceniza sobre el volcán. ¿Por qué se producen? ¿son peligrosas?Alfonso Blázquez Castro, Profesor ayudante doctor en Genética. Máster en Física de la luz - Fotónica, Universidad Autónoma de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1621882021-06-27T18:39:22Z2021-06-27T18:39:22Z¿Sabemos cómo comenzó la vida en la Tierra?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/408466/original/file-20210626-13-1dc41oj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C0%2C5973%2C3700&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/first-cell-origin-life-3d-illustration-1419791783">Shutterstock / r Jurik Peter</a></span></figcaption></figure><p>Reconozcámoslo: a la mayoría de nosotros nos gustaría disponer de un árbol genealógico que se remontara muchas generaciones atrás, a los abuelos de nuestros tatarabuelos, tal vez. Pero ¿no sería aún más maravilloso poder prolongar ese árbol hasta nuestros ancestros más remotos, es decir, hasta el propio origen de la vida? </p>
<p>En este artículo esbozaremos parte de lo que se conoce actualmente sobre uno de los temas más apasionantes de la ciencia.</p>
<h2>¿Qué es lo que define a la vida?</h2>
<p>La primera dificultad en la investigación sobre el origen de la vida es la <a href="https://www.liebertpub.com/doi/10.1089/ast.2010.0524?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori:rid:crossref.org&rfr_dat=cr_pub%20%200pubmed">definición</a> de las propiedades que ineludiblemente debe presentar la materia para ser catalogada como viva. Esta cuestión puede parecer simple cuando se compara una piedra con un conejo, por poner un ejemplo trivial. Pero no lo es tanto cuando nos desplazamos a aquellos remotos tiempos en los que la vida estaba arrancando.</p>
<p>Actualmente, la vida siempre procede de la vida. Sin embargo, al menos una vez en su historia tuvo que surgir de la materia inerte. Eso implica que no sería nada extraño que las primeras formas de vida se parecieran mucho a la materia no viva de la que proceden, lo que dificultaría su distinción.</p>
<p>Definir las propiedades esenciales de la vida también resulta crucial si queremos embarcarnos en la búsqueda de vida en otros mundos. Sobre todo porque podría presentarse en formas que la hicieran irreconocible a nuestros ojos, acostumbrados a las manifestaciones de la vida terrestre.</p>
<h2>¿Qué hace la vida?</h2>
<p>La vida produce copias imperfectas de sí misma, para lo cual <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5037589/pdf/13062_2016_Article_150.pdf">intercambia energía y materia con el medio externo</a> mediante las reacciones químicas que constituyen el metabolismo. Para su funcionamiento correcto se requieren unas <em>instrucciones</em>, una información que tiene que mantenerse en el tiempo y, por tanto, debe ser transmitida a la descendencia. Además, es necesario un compartimento que diferencie el sistema vivo del entorno y permita la correcta interacción entre sus componentes.</p>
<p>En el único ejemplo de vida que conocemos, el terrestre, <a href="https://www.ias.ac.in/article/fulltext/jgen/093/01/0293-0302">la información se almacena en la molécula de ADN</a> siguiendo unas reglas basadas en un alfabeto de 4 letras (los cuatro nucleótidos: A, T, C, G). Según el orden en que se dispongan, van a dar lugar a un repertorio de proteínas diferentes. Estas proteínas facilitan que las reacciones químicas propias de la vida tengan lugar. Pero no cabe duda de que las cosas podrían haber sido diferentes. ¡Y puede incluso que lo sean en otros lugares del Universo!</p>
<h2>¿Cuándo surgió la vida en la Tierra?</h2>
<p>La edad de nuestro planeta se estima en unos 4.570 millones de años (Ma). Inicialmente, sus temperaturas eran altísimas e incompatibles con la estabilidad de las moléculas biológicas. No fue hasta hace 3.850 Ma aproximadamente cuando las condiciones comenzaron a ser estables y favorables para la vida.</p>
<p>No obstante, se han encontrados <a href="https://www.nature.com/articles/nature04764">signos de vida bacteriana en rocas de hace 3.500 Ma</a>, lo que plantea el problema de que solamente existe un periodo de unos 350 Ma en el que tuvo que suceder todo lo que facilitó la aparición de las primeras células. Un tiempo que parece demasiado corto para que surja algo tan complejo y maravilloso…</p>
<p>Para intentar explicar la aparición tan temprana de la vida se propuso la teoría de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Panspermia">panspermia</a>, que sostiene que la vida se generó en el espacio exterior, desde donde viaja entre planetas. Aunque este <em>paseo</em> de microorganismos por el cosmos parece poco probable, la detección de materia orgánica en meteoritos, cometas y las nubes de polvo interestelar muestra que, si esa materia cae en el lugar adecuado, se podría acelerar enormemente el florecimiento de la vida.</p>
<h2>Los primeros pasos</h2>
<p>Ya en la década de 1920, <a href="https://es.khanacademy.org/science/ap-biology/natural-selection/origins-of-life-on-earth/a/hypotheses-about-the-origins-of-life">las hipótesis de <em>Oparin</em> y <em>Haldane</em></a> plantearon que el primer paso en el origen de la vida fue la síntesis de moléculas orgánicas en la atmósfera primitiva, utilizando como energía la luz ultravioleta del sol. Esas moléculas se acumularían en lagos o mares poco profundos. Allí se combinarían para dar lugar a la llamada <em>sopa primordial</em>, la base para sintetizar moléculas más complejas que facilitarían la aparición de la vida celular.</p>
<p>Esta teoría se vio enormemente reforzada en 1953, cuando Stanley Miller realizó su famoso experimento. Consistió ni más ni menos que en introducir en una cámara una mezcla de gases similar a la que se creía que componía la atmósfera primitiva. Tras suministrar energía por medio de descargas eléctricas, los gases reaccionaron y dieron lugar a varios de los componentes básicos de la materia viva, demostrándose así que su síntesis en condiciones abióticas era posible.</p>
<p>Ni el experimento de Miller ni los <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/anie.201506585">otros muchos posteriores</a> demuestran que las cosas tuvieran que ocurrir así necesariamente. Lo que sí indican es que hay <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/anie.201704048">caminos posibles para la transición entre la química y la biología</a>. Y que uno de ellos es el que tuvo lugar en nuestro planeta hace unos 3.800 Ma.</p>
<h2>El mundo del ARN</h2>
<p>En el mundo actual, las proteínas funcionales se originan gracias a que la información para su síntesis está codificada en el ADN. Pero pasar de la secuencia del ADN a la de una proteína es un proceso complejo, que a su vez requiere la intervención de otras proteínas. </p>
<p>Separar información y función en dos moléculas diferentes plantea una paradoja que se puede resolver si admitimos que en el mundo primitivo la información y la función residían en la misma molécula. Actualmente existen muchas evidencias de que esa molécula pudo ser el ARN, otro ácido nucleico similar al ADN, pero de cadena sencilla.</p>
<p>Los viroides y los virus de ARN nos muestran que puede ser utilizada para almacenar la información hereditaria. Las posibilidades funcionales del ARN derivan de su capacidad para plegarse, dando lugar a estructuras tridimensionales, similares a las que forman las proteínas, que facilitarían la catálisis de las reacciones de la vida.</p>
<p>El llamado “<a href="https://www.nature.com/articles/nrg3841">mundo del ARN</a>” estaría constituido por conjuntos de moléculas capaces de almacenar y transmitir información a través de su copia. Las propiedades catalíticas de esas mismas moléculas facilitarían que surgiera un metabolismo simple, que una vez individualizado en un compartimento habría sido la base para la aparición de las primeras células.</p>
<h2>Las células primitivas</h2>
<p>En un medio acuoso, las moléculas de ácidos grasos pueden formar vesículas, parecidas en su forma a lo que podría ser una célula primitiva. Lo extraordinario es que hay <a href="https://pubs.rsc.org/en/content/articlelanding/2012/CS/c2cs35054h#!divAbstract">vesículas que pueden incluir moléculas de ARN con capacidad para catalizar algunas redes metabólicas simples</a>. ¡Incluso llegan a dividirse! Esto todavía no es vida, pero comienza a parecerse. </p>
<p>Faltaría el acoplamiento de la replicación del ARN a la división de las vesículas. Y, algo muy importante, que alguna de ellas adquiriera una ventaja sobre el resto. En ese momento la selección natural podría comenzar a actuar, y con ella todos los procesos que han conducido al aumento de la complejidad y diversidad biológicas.</p>
<p>¿Cuántos intentos infructuosos han tenido lugar hasta llegar a esas primeras células? Lo desconocemos. Lo que hemos descrito no tendría por qué haber sido un evento único. Pero lo que está claro es que la fortaleza de la selección natural, combinada con sucesos ambientales azarosos, ha conducido a la persistencia de un único linaje, el de ese ancestro universal que hermana a todos los seres vivos de la Tierra.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/162188/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ester Lázaro Lázaro es miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Biología Evolutiva. Recibe fondos de la Agencia Estatal de Investigación</span></em></p>¿No sería maravilloso poder prolongar nuestro árbol genealógico hasta nuestros ancestros más remotos, es decir, hasta el propio origen de la vida? Los científicos cada vez acumulan más pistas.Ester Lázaro Lázaro, Investigadora Científica de los Organismos Públicos de Investigación. Especializada en evolución de virus, Centro de Astrobiología (INTA-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1581042021-04-28T17:46:29Z2021-04-28T17:46:29ZLo que una granja en Cataluña nos enseñó sobre el origen de la vida<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/397150/original/file-20210426-17-1r1ica8.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C10%2C3645%2C2718&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Vista panorámica de Maçanet de la Selva (Girona).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ma%C3%A7anet_panor%C3%A0mica.jpg">Wikimedia Commons / Carlos Pino Andújar</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Hace nueve años, el responsable de una granja en Maçanet de la Selva (Girona) observó algo muy curioso. Debido a unas obras, había que limpiar una fosa séptica que había contenido purines de cerdo durante años. La operación puso al descubierto una magnífica formación de cristales que tapizaban las paredes de hormigón de la fosa. El juicioso granjero, fascinado por el singular fenómeno, recogió numerosas muestras y, pensando en el potencial interés de los cristales, remitió varios a nuestro laboratorio. </p>
<p>Los identificamos como <em>struvita</em>, fosfato de magnesio y amonio. Aparte del tamaño de los cristales, no había nada extraño. La struvita es habitual en ambientes pobres en oxígeno, con amoníaco y materia orgánica. Si usted encuentra cristales o una arenilla cristalina en una lata de conserva de pescado podría tratarse de struvita formada tras el enlatado. No se preocupe: es inocua y no implica una mala conservación.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/395436/original/file-20210416-15-1xh58le.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/395436/original/file-20210416-15-1xh58le.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/395436/original/file-20210416-15-1xh58le.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/395436/original/file-20210416-15-1xh58le.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/395436/original/file-20210416-15-1xh58le.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/395436/original/file-20210416-15-1xh58le.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/395436/original/file-20210416-15-1xh58le.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Cristal de struvita de 1 cm, de la granja de Maçanet de la Selva.</span>
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<p>Esta anécdota cobró interés pasados unos años. Fue durante las discusiones sobre la química del origen de la vida, que manteníamos en el <em><a href="https://centerforchemicalevolution.com/">NSF-NASA Center for Chemical Evolution</a></em>. Queríamos entender un viejo problema del origen de la vida: ¿cómo se incorporó el fosfato a la evolución química (procesos de síntesis, ensamblaje y selección molecular que llevan hacia la complejidad bioquímica y la vida)?. Esto pudo ocurrir en la Tierra hace unos 4 200 millones de años y el fosfato es una de las claves. </p>
<p>Aquella fosa gerundense fue inspiradora en nuestra investigación sobre el tema.</p>
<h2>Fosfato: el soporte del libro de la vida</h2>
<p>Quizá lo primero que venga a la mente al pensar en fósforo y vida sean los huesos, formados por fosfato cálcico. Pero, si viajamos por el mundo molecular, vemos que el fosfato es clave en la comunicación y regulación celular, en el metabolismo y la energía. También forma el armazón del ADN y el ARN. </p>
<p>El fosfato conecta las <em>letras</em> en el ADN, y es el soporte ideal para la información genética. Favorece la formación de la doble hélice, el plegamiento de estructuras como el ribosoma, es esencial en la interacción entre ADN y proteínas y en procesos básicos de la biología molecular como la replicación. El fosfato es el encuadernado de un libro muy flexible, sobre el que se puede escribir la información de modo que se pueda leer, copiar y corregir. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/395589/original/file-20210418-17-tbbc6o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/395589/original/file-20210418-17-tbbc6o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/395589/original/file-20210418-17-tbbc6o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=354&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/395589/original/file-20210418-17-tbbc6o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=354&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/395589/original/file-20210418-17-tbbc6o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=354&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/395589/original/file-20210418-17-tbbc6o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=445&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/395589/original/file-20210418-17-tbbc6o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=445&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/395589/original/file-20210418-17-tbbc6o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=445&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Una secuencia de ADN B. Los fosfatos (azul) encadenan y soportan la información, en forma de una secuencia de bases (cajas cian). Imagen creada con UCSF Chimera.</span>
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<p>No conocemos ninguna alternativa viable al fosfato que permita la evolución tal como la conocemos. Por ello, pensamos que en el proceso que dio origen a la vida hubo un momento decisivo en el que entró el fosfato desde el entorno mineral. Pero el fosfato tiende a formar minerales muy insolubles y, además, es difícil que reaccione con los precursores orgánicos de la vida. </p>
<p>Esta dificultad se denominó “el problema del fosfato”, y nos interesaba explorar posibles soluciones. </p>
<h2>La intuición de Darwin</h2>
<p>Algunos meteoritos son ricos en <em>schreibersita</em> (fosfuro de hierro), una forma de fósforo muy rara en nuestro planeta. En la Tierra primitiva, sometida a un intenso bombardeo meteorítico, este fosfuro debió ser mucho más frecuente. Nuestro colega Matthew Pasek <a href="http://www.liebertpub.com/doi/10.1089/ast.2005.5.515">observó algo muy interesante</a>: la schreibersita se meteoriza liberando especies de fósforo activas, que forman fácilmente compuestos orgánicos con fosfato. Tal vez los meteoritos eran la clave del problema del fosfato. </p>
<p>Sin embargo, parecía difícil que la schreibersita fuera eficaz para impulsar la evolución química, ya que sólo es una parte menor de un pequeño porcentaje de los meteoritos totales. Se ha visto que el impacto de rayos en suelos con fosfato da lugar a fulguritas con fosfuro, lo que aumentaría su abundancia.</p>
<p>Nosotros nos planteamos una idea distinta: el fosfato es la forma más abundante de fósforo. Además, el fosfato tiende a concentrarse en ambientes volcánicos formando por ejemplo las <em>tefras de fosfato</em> con minerales como <a href="https://pubs.geoscienceworld.org/elements/article/11/3/183-188/137645">apatitos</a> o <a href="https://www.nature.com/articles/ngeo1923">merrillita</a>. En una zona volcánica, en la que se formen charcas que se secan e inundan estacionalmente, podrían acumularse minerales de alteración y compuestos orgánicos formados en lo que llamamos <em>química prebiótica</em>. </p>
<p>Si esto ocurre sobre un suelo con fosfato, ¿se formarán precursores del ARN?</p>
<p>Era inevitable recordar <a href="https://www.darwinproject.ac.uk/letter/?docId=letters/DCP-LETT-7471.xml;query=hooker%201871;brand=default">la carta que Charles Darwin escribió en 1871</a> a J.D. Hooker, en la que imaginaba una “pequeña charca caliente” conteniendo fosfato y amoníaco, donde, por efecto de la luz, calor y descargas eléctricas, podría haberse formado la materia orgánica que precedió la vida. Pensamos que esa “charca caliente” primordial debió parecerse a nuestra fosa séptica gerundense, rica en urea y materia orgánica. Además, debió contener otros componentes relevantes en la Tierra primitiva, como cianuro y sus derivados. </p>
<p>Cuando llevamos a cabo el experimento de “charca de urea” sobre mineral de fosfato, se formaron bellos cristales de struvita. Algunos científicos pensaban que la estruvita es <a href="http://www.mdpi.com/2075-1729/3/2/321/">un mineral asociado a la vida</a>. De hecho, en la fosa séptica, la descomposición bacteriana de la urea crea las condiciones para su formación. <a href="https://www.chemistryviews.org/details/ezine/9719861/How_Did_Phosphate_Get_Into_RNA.html">Nosotros vimos que es posible su formación en ausencia de vida</a>. Además, la combinación de struvita y urea promueve, entre otros, la formación de los precursores del ARN. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/395590/original/file-20210418-15-zacih8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/395590/original/file-20210418-15-zacih8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/395590/original/file-20210418-15-zacih8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/395590/original/file-20210418-15-zacih8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/395590/original/file-20210418-15-zacih8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=375&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/395590/original/file-20210418-15-zacih8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/395590/original/file-20210418-15-zacih8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/395590/original/file-20210418-15-zacih8.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=471&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">A: Schreibersita (flechas amarillas) en un fragmento de meteorito metálico; B: Rocas Wishstone, ricas en fosfato (apatito), en el cráter Gusev, Marte. La meteorización de éstas rocas podría dar lugar a la formación de struvita y precursores de la vida. C: Cristales de struvita y un mineral relacionado, newberyita, formados durante nuestros experimentos, a partir de rocas ricas en fosfato.</span>
<span class="attribution"><span class="source">C. Menor Salván (A, C) / NASA/JPL/Cornell (B)</span></span>
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</figure>
<p>Así, no dependemos de meteoritos y rayos para explicar cómo el fosfato entró en la evolución prebiótica. Bastaría con la propia geoquímica del planeta. Por supuesto, ambos procesos podrían haber ocurrido simultáneamente, contribuyendo a la formación de compuestos fosfatados.</p>
<p>Los procesos químicos que dieron lugar a los precursores de la vida <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/anie.201908272">también pudieron cambiar las rocas, contribuyendo a su meteorización</a> y formando minerales como la estruvita. En el origen de la vida no solo hay que tener en cuenta moléculas como el ARN. También es muy importante el contexto geológico y los minerales. Por ello, la exploración de la geología y mineralogía de Marte es importante para entender cómo se originó la vida. Si en Marte se encontraran minerales relacionados con la struvita, podrían ser un <em>marcador prebiótico</em> que nos indicaría que en el planeta pudo darse el inicio del camino hacia la vida.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/158104/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>César Menor-Salván no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>En el proceso que dio origen a la vida hubo un momento en el que entró el fosfato. Pero el fosfato tiende a formar minerales muy insolubles y es difícil que reaccione con los precursores orgánicos de la vida.César Menor-Salván, Profesor Ayudante Doctor. Bioquímica y Astrobiología. Departamento de Biología de Sistemas., Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1563662021-03-11T18:47:48Z2021-03-11T18:47:48Z¿Por qué sería buena noticia que no hubiera vida en Marte ni la hubiese habido nunca?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/388863/original/file-20210310-19-1ssa858.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C2%2C1645%2C1194&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Vista del delta en el cráter Jezero desde el rover Perseverance.
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://mars.nasa.gov/resources/25695/perseverance-view-of-the-delta-in-jezero-crater/">NASA</a></span></figcaption></figure><p>El 18 de febrero de 2021 aterrizó en el cráter <em>Jezero</em> de Marte el <em>rover</em> Perseverance, que estudiará la composición de rocas, el subsuelo y el clima. Este fue el primer éxito de la misión <a href="https://mars.nasa.gov/mars2020/">Mars 2020</a> y su desarrollo contó con participación española: <a href="https://mars.nasa.gov/mars2020/spacecraft/instruments/meda/">MEDA</a> es una estación ambiental desarrollada por el <a href="https://www.inta.es/INTA/es/quienes-somos/historia/el-centro-de-astrobiologia/">Centro de Astrobiología</a> (CSIC-INTA). </p>
<p>La llegada de Perseverance ha avivado el debate sobre si hay o hubo vida en Marte, y su habitabilidad presente o pasada. ‘Habitabilidad’ no quiere decir que los humanos podamos construir una casa allí, sino que define las condiciones geoquímicas y ambientales favorables para el origen y evolución de la vida. Entre los objetivos de la misión está estudiar la habitabilidad y la búsqueda de evidencias de vida microbiana antigua.</p>
<p>Hoy en día, por lo que sabemos, es improbable que en Marte haya vida. Pensemos en la de nuestro planeta: durante la mayor parte de su historia, la Tierra estuvo habitada solo por microorganismos. La evolución necesitó unos 3 400 millones de años para que surgieran plantas y animales. Tiene sentido asumir que, de haber existido vida en Marte, esta era microbiana. </p>
<p>En la exploración espacial tomamos como referencia la vida terrestre actual, pues no conocemos otra. El inconveniente es que, si no se ven evidencias de vida marciana (algo probable), nos preguntaremos si es porque no sabemos qué buscar exactamente.</p>
<h2>¿Qué evidencias de vida buscamos?</h2>
<p>La ubicación del Perseverance no es casual. Si queremos buscar evidencias de vida, debemos ir a un sitio favorable. En el cráter <em>Jezero</em> podría haber estado ese lugar: el delta de la desembocadura de un río. Pero, que haya evidencias de que el agua formó paisajes familiares, con sus ríos y valles, no implica que haya habido vida. Hay que buscar las evidencias. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/388142/original/file-20210306-13-1g9rkib.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/388142/original/file-20210306-13-1g9rkib.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/388142/original/file-20210306-13-1g9rkib.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=568&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/388142/original/file-20210306-13-1g9rkib.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=568&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/388142/original/file-20210306-13-1g9rkib.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=568&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/388142/original/file-20210306-13-1g9rkib.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=714&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/388142/original/file-20210306-13-1g9rkib.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=714&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/388142/original/file-20210306-13-1g9rkib.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=714&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Zona de operaciones del Perseverance en cráter Jezero. El cauce seco del río se ve en la parte superior izquierda, con el abanico de sedimentos del delta en su desembocadura.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Mars Express/ESA/DLR/FU-Berlin</span></span>
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</figure>
<p>Para la búsqueda, el <em>Perseverance</em> está equipado con <a href="https://mars.nasa.gov/mars2020/spacecraft/instruments/sherloc/">SHERLOC</a>, un instrumento capaz de encontrar moléculas orgánicas. Sin embargo, debemos diferenciar entre “molécula orgánica” y “biofirma orgánica” o “biomarcador”. Las moléculas orgánicas podrían ser un indicio de vida, pero, cuidado: en realidad, pocas lo son. A éstas las llamamos biomarcadores. </p>
<p>Para entenderlo, pensemos en el petróleo. En los años 1930 el origen biológico del petróleo se debatía, hasta que el químico <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Alfred_E._Treibs">Alfred Treibs</a> descubrió porfirina en los combustibles fósiles. Esta deriva de la clorofila y no podemos explicar su presencia sin la vida. Así, estudiando los biomarcadores (compuestos cuyo origen solo podemos atribuir a la vida), sabemos que el petróleo es lo que queda de ecosistemas de hace millones de años. </p>
<p>Si SHERLOC encuentra moléculas orgánicas, debe evaluarse si son biomarcadores válidos. El problema es que ello implica asumir que el metabolismo terrestre es universal. Por ejemplo, si en Marte nunca hubo fotosíntesis con clorofila, nunca encontraremos la porfirina de Treibs como biomarcador. </p>
<p>Los minerales también pueden ser biofirmas:</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/388168/original/file-20210307-21-1dtmb82.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/388168/original/file-20210307-21-1dtmb82.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=419&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/388168/original/file-20210307-21-1dtmb82.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=419&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/388168/original/file-20210307-21-1dtmb82.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=419&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/388168/original/file-20210307-21-1dtmb82.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=527&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/388168/original/file-20210307-21-1dtmb82.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=527&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/388168/original/file-20210307-21-1dtmb82.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=527&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Formiato de calcio del Alkali Lake (Oregón, Estados Unidos)</span>
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</figure>
<p>Recogimos estos cristales de formiato, un compuesto orgánico, en un lago salino similar a los que pudo haber en Marte. El (improbable) hallazgo de estos cristales en Marte tendría gran impacto y en las redes sociales se extendería la idea de que hubo vida. </p>
<p>A diferencia de la porfirina, el formiato puede ser abiótico y no es un biomarcador. Sabemos que lo es, porque la verdadera biofirma es el desequilibrio químico con los otros componentes del lago. El estudio de biofirmas es difícil y requerirá el transporte de muestras a la Tierra.</p>
<h2>¿Y si no se encuentran evidencias de vida?</h2>
<p>Desde el punto de vista de la publicidad y la financiación, buscar indicios de vida es una buena estrategia. Es menos mediático, pero, que en Marte no haya vida, ni la haya habido, también sería una buena noticia. </p>
<p>Si Perseverance no encuentra indicios de vida, el público podría verlo como un fracaso. Sin embargo, la exploración de Marte siempre es un éxito, tanto por el conocimiento que nos aporta, como por las tecnologías derivadas. Disponer de un planeta en el que se reunieron las condiciones que (pensamos) propiciaron la vida, pero que esta se haya detenido en su inicio, sería un escenario único para entender el origen de la vida terrestre.</p>
<p>No es una idea descabellada. El <a href="https://www.nasa.gov/mission_pages/msl/index.html"><em>rover</em> Curiosity</a> encontró materiales que pudieron ser claves en el origen de la vida, formando un escenario intacto durante millones de años, libre de los cambios provocados por una potencial biosfera marciana. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/388387/original/file-20210309-19-pdb019.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/388387/original/file-20210309-19-pdb019.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/388387/original/file-20210309-19-pdb019.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=639&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/388387/original/file-20210309-19-pdb019.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=639&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/388387/original/file-20210309-19-pdb019.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=639&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/388387/original/file-20210309-19-pdb019.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=803&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/388387/original/file-20210309-19-pdb019.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=803&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/388387/original/file-20210309-19-pdb019.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=803&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Rocas de fosfato (A), meteoritos de hierro (B) y vetas con sulfatos (C) encontrados en Marte por el rover Curiosity. Todos juntos son ingredientes para el origen de la vida.</span>
<span class="attribution"><span class="source">NASA/JPL-Caltech/LANL/CNES/IRAP/LPGNantes/CNRS/IAS/MSSS</span></span>
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<p>Es probable que no se encuentren evidencias de vida en Marte, y la pregunta seguiría sin respuesta (la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia). Pero, si tomamos la idea de que en Marte nunca proliferó la vida, podríamos centrarnos en las condiciones que, pensamos, debieron darse para su origen. Si lo que encontremos encaja, ¿por qué no evolucionó la vida? ¿Faltaba algún ingrediente? ¿La dinámica de Marte no lo permitió? ¿Proliferó un tipo de vida distinto? Junto con el trabajo de laboratorio y lo que sabemos sobre nuestro planeta, quizá podríamos entender cómo empieza la vida y su evolución.</p>
<p>Si en Marte hubiera existido vida avanzada (y los ecosistemas bacterianos lo son), las preguntas sobre el origen de la vida seguirían abiertas. Sin embargo, un Marte sin vida podría ser la gran oportunidad para conocer nuestro propio origen.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/156366/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>César Menor-Salván no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>No encontrar vida en nuestro vecino permitiría entender mejor cómo se formó la de nuestro planeta y qué ingredientes imprescindibles serían necesarios.César Menor-Salván, Profesor Ayudante Doctor. Bioquímica y Astrobiología. Departamento de Biología de Sistemas., Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1515202020-12-06T19:42:31Z2020-12-06T19:42:31ZEl ARN está de moda… desde hace 3 800 millones de años<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/373201/original/file-20201206-23-mw8h41.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4992%2C3742&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/single-strand-ribonucleic-acid-rna-research-1094792225">Shutterstock / nobeastsofierce</a></span></figcaption></figure><p>La pandemia de COVID-19 ha protagonizado este año 2020 y está teniendo terribles consecuencias sanitarias, sociales y económicas en todo el mundo. Afortunadamente, durante las últimas semanas hemos comenzado a ver la luz al final del túnel gracias a la publicación de los resultados, muy positivos en cuanto a seguridad y eficacia, de los primeros candidatos a vacunas que entraron en la fase 3 de sus ensayos clínicos. Dos de ellas, las producidas por las empresas <a href="https://www.modernatx.com/modernas-work-potential-vaccine-against-covid-19?utm_source=homepage&utm_medium=slider&utm_campaign=covid">Moderna</a> y <a href="https://www.pfizer.com/news/press-release/press-release-detail/pfizer-and-biontech-achieve-first-authorization-world">Pfizer/BioNTech</a>, han mostrado ya eficacias en torno al 95 %. Aunque aún falta medio año para que termine dicha fase 3 pronto comenzarán a administrarse en Estados Unidos y Europa.</p>
<p>Ambas vacunas están basadas en una molécula bien conocida en diferentes campos de investigación, pero que hasta ahora nunca había saltado a la opinión pública: el ARN (abreviatura de ácido ribonucleico). En concreto, utilizan un tipo llamado ARN mensajero (ARNm), con las instrucciones para que determinadas células de nuestro sistema inmune produzcan la proteína S que forma la espícula del coronavirus <a href="https://theconversation.com/esto-es-lo-que-los-virologos-sabemos-hasta-hoy-sobre-el-coronavirus-sars-cov-2-137274">SARS-CoV-2</a>, lo que desencadena una respuesta protectora en la persona que recibe la vacuna.</p>
<p>El ARN es una molécula que puede degradarse con facilidad, principalmente por la acción de proteínas catalíticas (o enzimas) especializadas en cortarla. Por ello, el ARN vacunal se administra incluyendo una media de 10 moléculas de ese ARNm en vesículas esféricas protectoras, formadas por lípidos (similares a los que constituyen las membranas celulares) y de tamaño nanométrico (mucho menor que nuestras células).</p>
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<img alt="Bots de vacuna contra covid basadas en ARN mensajero." src="https://images.theconversation.com/files/373200/original/file-20201206-15-1f663p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5176%2C3042&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/373200/original/file-20201206-15-1f663p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=353&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/373200/original/file-20201206-15-1f663p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=353&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/373200/original/file-20201206-15-1f663p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=353&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/373200/original/file-20201206-15-1f663p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=444&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/373200/original/file-20201206-15-1f663p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=444&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/373200/original/file-20201206-15-1f663p0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=444&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/transparent-glass-vials-test-covid19-mrna-1866153493">Shutterstock / Elzbieta Krzysztof</a></span>
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<p>A diferencia de otros tipos de vacunas, las basadas en ARN han de mantenerse ultracongeladas hasta casi el momento de su administración. Sin embargo, el ARN no es una molécula que se haya puesto <em>de moda</em> ahora, sino que lo ha estado desde hace mucho tiempo. En concreto, durante los últimos 3 800 millones de años.</p>
<h2>El ARN, molécula central en la biología</h2>
<p>El análisis a nivel molecular de todos los seres vivos conocidos, y en concreto la comparación de sus genomas, ha mostrado grandes similitudes entre ellos. Esto mostró, hace más de cuarenta años, que las tres grandes ramas del árbol de la vida (bacterias, arqueas y eucariotas) provienen del mismo antepasado. </p>
<p>A esa especie (o, tal vez, a esa comunidad de ellas) la conocemos como “último ancestro común universal” (<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%9Altimo_antepasado_com%C3%BAn_universal">LUCA</a>, acrónimo formado por sus iniciales en inglés) y se estima que pudo vivir hace unos 3 700 millones de años (Ma), <em>solo</em> 800 millones después de que se formaran la Tierra y la Luna.</p>
<p>LUCA ya tenía las principales características que aparecen en toda la biología actual, y basaba su funcionamiento en tres moléculas clave: el ADN (archivo de información genética), las proteínas (moléculas catalíticas o enzimas, responsables del metabolismo, y también estructurales), y el ARN (intermediario en el flujo de información genética, que se produce en el sentido ADN→ARN→Proteínas). </p>
<p>El ARN es un ácido nucleico, un polímero formado por unidades o monómeros llamados ribonucleótidos. Estos pueden ser de cuatro tipos: A, C, G y U. Su estructura más estable es la cadena sencilla, en vez de la doble hélice característica del ADN.</p>
<p>Sin embargo, aunque sea una cadena sencilla, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=s1ymVFO5eoU">cualquier molécula de ARN se pliega sobre sí misma</a> cuando está en disolución, debido a que sus monómeros tienden a reconocerse entre ellos siguiendo las reglas A-U, G-C y G-U. Así, el ARN acaba formando estructuras más o menos complejas, lo que le permite realizar diversas funciones en las células. De hecho, el paso ARN→Proteínas está protagonizado por diferentes tipos de ARN: </p>
<ul>
<li><p>La información genética, previamente copiada (transcrita) desde el ADN, se encuentra en forma de ARNm (como el usado en las vacunas comentadas).</p></li>
<li><p>Su traducción a proteínas se realiza en los ribosomas (agregados de ARN ribosomal, ARNr, y proteínas) </p></li>
<li><p>En este proceso de decodificación de la información también participan los llamados ARN de transferencia (ARNt). </p></li>
</ul>
<p>Además, todo el flujo de información genética está regulado por otras moléculas de ARN.</p>
<p>El ARN también constituye el genoma de gran número de “entidades replicativas” que no pueden considerarse auténticos seres vivos, pero que resultan fundamentales en la evolución por su continua interacción con las células a las que parasitan: muchas familias de virus (entre ellos los coronavirus), y también unos patógenos de plantas más sencillos llamados viroides.</p>
<h2>Las dos caras de la moneda de la vida</h2>
<p>Por lo que acabamos de comentar, el ARN es mucho más que una molécula intermediaria en el flujo de información genética. De hecho, puede servir tanto de genotipo (secuencia con información genética) como de fenotipo (molécula estructural y funcional). Es decir, el ARN es tan versátil como para poder representar las dos caras de la moneda de la vida, algo que no está al alcance del ADN (solo actúa como genotipo) ni de las proteínas (únicamente contribuyen al fenotipo).</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/373277/original/file-20201207-17-s76o6s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/373277/original/file-20201207-17-s76o6s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=315&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/373277/original/file-20201207-17-s76o6s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=315&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/373277/original/file-20201207-17-s76o6s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=315&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/373277/original/file-20201207-17-s76o6s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=395&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/373277/original/file-20201207-17-s76o6s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=395&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/373277/original/file-20201207-17-s76o6s.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=395&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Estructura de diferentes ribozimas.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/Ribozyme#/media/File:Ribozyme_structure_picutres.png">Wikimedia Commons/Lucasharr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
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<p>En este sentido, un <a href="http://dosequis.colorado.edu/Courses/MethodsLogic/papers/Cech1982.pdf">descubrimiento fundamental realizado en 1982</a> es que en la biología actual existen moléculas de ARN cuya estructura tridimensional les permite actuar como catalizadores, acelerando ciertas reacciones bioquímicas. Hasta entonces se pensaba que las funciones catalíticas solo podían ser realizadas por las enzimas de naturaleza proteica y, por analogía, a estos catalizadores de ARN se les llamó ribozimas. Sus descubridores recibieron el <a href="https://www.nobelprize.org/prizes/chemistry/1989/summary/">Premio Nobel de Química en 1989</a>.</p>
<p>Actualmente conocemos ocho tipos de ribozimas naturales diferentes, y otros han sido obtenidos artificialmente mediante experimentos de <a href="http://www.encuentrosenlabiologia.es/2017/02/la-evolucion-de-acidos-nucleicos-in-vitro-desde-la-investigacion-sobre-los-origenes-de-la-vida-a-las-aplicaciones-biotecnologicas/">evolución molecular <em>in vitro</em></a>. Además, en los laboratorios también utilizamos esta tecnología para seleccionar moléculas de ARN llamadas <a href="https://www.mdpi.com/1420-3049/24/7/1213">aptámeros</a>, que se unen a los ligandos deseados con tanta afinidad y especificidad como los anticuerpos a sus antígenos.</p>
<h2>¿Un “mundo de ARN” en el origen de la vida?</h2>
<p>En el campo de investigación sobre el origen de la vida, tras las ideas seminales de Charles Darwin a mediados del siglo XIX y los modelos planteados por Alexander Oparin y John Haldane en la década de 1920, las primeras aproximaciones experimentales fueron realizadas por Stanley Miller en 1953 y Joan Oró en 1959. Con ello se inauguraba un campo denominado <a href="https://pubs.acs.org/doi/10.1021/cr2004844">química prebiótica</a>, que desde entonces ha permitido obtener, a partir de compuestos químicos sencillos, los monómeros o moléculas biológicas básicas como aminoácidos, nucleótidos, azúcares y lípidos simples.</p>
<p>De esta forma se ha demostrado que a partir de la química existente en la Tierra primitiva, sumada a los aportes realizados por meteoritos y cometas durante la infancia de nuestro planeta, pudo formarse una sopa prebiótica (acertada metáfora que debemos a Oparin) de la que surgió la biología. Pero desde esos monómeros hasta LUCA debió recorrerse un largo camino en el que las moléculas químicas y sus interacciones se fueron haciendo cada vez más complejas, hasta llegar a formarse sistemas que combinaban <a href="https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rsob.170050">los tres componentes fundamentales de los seres vivos</a>: un compartimento basado en membranas, metabolismo para procesar la materia y la energía del entorno, y la replicación de una molécula genética.</p>
<p>Precisamente en esa etapa intermedia volvemos a encontrarnos con el ARN, ya que debido a su capacidad para actuar como genotipo y fenotipo se considera que pudo ser anterior a las proteínas y al ADN. Así, el modelo conocido como “<a href="https://www.nature.com/articles/319618a0">mundo del ARN</a>” plantea que entre la química prebiótica y LUCA pudieron existir protocélulas basadas en ARN (denominadas ribocitos por algunos científicos) que contenían un genoma de ARN y ribozimas como catalizadores metabólicos, cuyas funciones podrían estar moduladas por otras biomoléculas (como péptidos o diversos compuestos orgánicos) e incluso por los metales y minerales presentes en el medio.</p>
<p>El mundo del ARN permite resolver una paradoja que es equivalente a la del huevo y la gallina, pero en versión molecular. En efecto, si volvemos al esquema del flujo de información biológica en todas las células (ADN→ARN→Proteínas) asumimos que sin ADN no puede haber proteínas. Pero a su vez las proteínas también son necesarias para que exista el ADN, ya que la replicación de este ácido nucleico es realizada por proteínas enzimáticas. Entonces, ¿quién apareció antes, el ADN o las proteínas? Como acabamos de ver, quizá ninguna de esos dos biopolímeros sino el ARN.</p>
<p>Esta sugerente hipótesis aún tiene varios aspectos pendientes de resolver, pero muchos científicos consideramos al ARN como el punto de partida de la evolución darwiniana en la Tierra… o tal vez fuera de ella.</p>
<p>En 2021, unos 3 800 millones de años después de que el ARN protagonizara el origen de la vida, una variante de esa misma molécula va a colaborar decisivamente a la supervivencia de una especie animal que siempre se creyó superior a las demás, pero que ha sido amenazada muy seriamente por un virus también basado en ARN.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/151520/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carlos Briones no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Esta molécula ha hecho acto de presencia en las conversaciones cotidianas fruto de las nuevas vacunas contra la COVID-19. Su historia, sin embargo, se remonta a los orígenes de la vida.Carlos Briones, Científico Titular del CSIC y Vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Virología, Centro de Astrobiología (INTA-CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1281532019-12-04T20:23:44Z2019-12-04T20:23:44ZPolvo de estrellas: de cómo la vida pudo caer del cielo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/304763/original/file-20191202-66998-fixk2b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1521%2C1013&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Concepción artística del Stardust.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://es.wikipedia.org/wiki/Stardust_(sonda_espacial)#/media/Archivo:Stardust_-_Concepcao_artistica.jpg">NASA</a></span></figcaption></figure><p>Un <a href="https://www.pnas.org/content/early/2019/11/12/1907169116">estudio recién publicado</a> expone que cuando algunos meteoritos se estrellaron contra la Tierra transportaban azúcar extraterrestre. </p>
<p>Para evitar que los seguidores del escritor de ciencia ficción Ray Bradbury se vengan arriba, conviene aclarar que los autores de la investigación, entre los que se cuentan dos sesudos científicos de la Nasa, no han encontrado un saco de azúcar de mesa, sino trazas de azúcares, como ribosa, en muestras de polvo obtenidas de dos meteoritos. En total, 11 partes por mil millones (ppmm) en el meteorito NWA 801 y 180 ppmm en el Murchison.</p>
<p>El ARN es una biomolécula presente en todos los organismos conocidos, y la ribosa es uno de sus componentes fundamentales. El ARN es responsable de copiar la información genética almacenada en el ADN y de entregar esos datos a las estructuras celulares responsables de producir las proteínas que los organismos necesitan para vivir.</p>
<p>Esta es la primera vez que estos azúcares bioesenciales se han detectado en meteoritos. En otros fragmentos de cuerpos celestes se hallaron anteriormente algunos componentes básicos importantes de la vida, como aminoácidos y nucleótidos (componentes del ADN y ARN), pero nunca azúcares. Hasta ahora.</p>
<p>El hallazgo llega diez años después de que una <a href="https://stardust.jpl.nasa.gov/news/news115.html">página la Nasa </a> anunciara que la glicina, uno de los 20 aminoácidos que forman las proteínas y, por tanto, un ingrediente clave para la vida, había sido detectada en muestras de polvo recogidas por la sonda espacial <em>Stardust</em> cuando se acercó a tan solo 236 km del núcleo del cometa Wild 2. Las muestras de polvo de la cola llegaron encapsuladas a la Tierra en enero de 2006, culminando así el viaje de más de 5 000 millones de kilómetros.</p>
<p>La cuestión del origen de la vida terrestre ha generado un campo de estudio especializado de la astrobiología, cuyo objetivo es dilucidar cómo y cuándo surgieron los primeros compuestos orgánicos y cómo pudieron ensamblarse para formar las primeras y más sencillas células, las de procariotas como las bacterias. </p>
<p>Las hipótesis más aceptadas por la comunidad científica asumen que la vida surgió en la Tierra a partir de materia inorgánica terrestre en algún momento entre hace 4 500 millones de años (MA), cuando se dieron las condiciones para que el vapor de agua pudiera condensarse por primera vez, y 2 700 MA, cuando la proporción entre algunos isótopos estables de carbono, hierro y azufre induce a pensar en un origen biogénico de los minerales y sedimentos de esa época. Los biomarcadores moleculares indican que ya existía la fotosíntesis.</p>
<p>Frente a estas hipótesis, otros científicos, partidarios de las hipótesis exogenéticas reunidas bajo el nombre de “panspermia”, apoyan un origen extraterrestre de la vida. Este habría tenido lugar durante los últimos 13 700 MA de evolución del universo tras la explosión primigenia del <em>Big Bang</em>.</p>
<p>La palabra panspermia, de origen griego, significa “semillas por todas partes”. Los partidarios de esta hipótesis sugieren que las “semillas” de la vida están diseminadas por todo el universo y que fueron “sembradas” en nuestro planeta. </p>
<p>No es mi propósito hacer una revisión de los diferentes modelos en que se ramifica –a veces disparatadamente, con sus ingenieros extraterrestres y todo– el cuerpo doctrinal panspérmico. Los interesados encontrarán cumplida respuesta a su curiosidad en <a href="https://www.panspermia-theory.com/">este enlace</a> o, simplemnte, tecleando en el buscador “polvo de estrellas”.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/304765/original/file-20191202-67007-rcwrm1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/304765/original/file-20191202-67007-rcwrm1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=447&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/304765/original/file-20191202-67007-rcwrm1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=447&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/304765/original/file-20191202-67007-rcwrm1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=447&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/304765/original/file-20191202-67007-rcwrm1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/304765/original/file-20191202-67007-rcwrm1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/304765/original/file-20191202-67007-rcwrm1.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">El físico y biólogo británico Francis Crick (1916-2004), Premio Nobel de Medicina (junto con James Watson) en 1962 por el descubrimiento de la estructura del ADN, uno de los impulsores de la teoría de la panspermia.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Marc Lieberman - Siegel RM, Callaway EM</span></span>
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<p>Un clarificador resumen del origen de la llamada “panspermia dirigida”, tal y como fue formulada por el Premio Nobel <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Francis_Crick">Francis Crick </a>en 1971, puede encontrarse en el libro de Javier Sampedro <em>Deconstruyendo a Darwin</em> (Crítica, 2007). </p>
<p>Para lo que aquí nos ocupa, en relación con los recientes hallazgos, interesa distinguir entre las dos variantes principales en que puede ser escindida la panspermia: celular y molecular.</p>
<p>La hipótesis de la panspermia celular sostiene un origen de la vida terrestre a partir de microorganismos <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Extrem%C3%B3filo">extremófilos</a>. Estos se habrían formado en algún lugar del universo para llegar hasta la Tierra viajando como polizones en algún asteroide o cometa que hubiera impactado sobre su superficie. </p>
<p>Los partidarios de la panspermia molecular también defienden que la vida terrestre surgió gracias a una lluvia de materiales procedente de asteroides y cometas que se precipitó sobre la Tierra primitiva. Esto trajo consigo moléculas orgánicas relativamente complejas, pero sin alcanzar el sofisticado nivel celular.</p>
<p>Quienes sostienen esta segunda hipótesis la apoyan en el hecho de que los componentes orgánicos son comunes en el espacio, especialmente en el sistema solar exterior, donde las sustancias volátiles no se evaporan por calentamiento. </p>
<p>Las pruebas más sólidas de esta hipótesis se encuentran en las muestras de moléculas orgánicas halladas en algunos meteoritos como el AH84001 encontrado en la Antártida en 1984, que fueron objeto de fuertes controversias en las revistas <a href="https://science.sciencemag.org/content/279/5349/362"><em>Science</em></a> y <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0016703796004000"><em>Geochimica et Cosmochimica Acta</em></a>, y del propio meteorito Murchison, encontrado en Australia en 1969, cuyas biomoléculas han sido objeto de varias <a href="https://astrobiology.gsfc.nasa.gov/">publicaciones</a>.</p>
<p>Además, el telescopio espacial <em>Spitzer</em> detectó la década pasada una estrella, la HH46-IR, que se está formando en un proceso similar al Sol, en cuyo halo material hay una gran variedad de moléculas que incluyen compuestos de cianuro, hidrocarburos e hidróxido de carbono. Los <a href="http://legacy.spitzer.caltech.edu/">hallazgos del <em>Spitzer</em></a> parecen apoyar el origen de la vida a partir de hidrocarburos aromáticos policíclicos, como sostiene la hipótesis <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3tesis_del_mundo_de_HAP">PAH World</a>, propuesta por Simon Nicholas Platts en 2005, que hasta ahora no ha sido probada.</p>
<p>Aunque ninguna de las dos variantes de la panspermia resuelve el problema del origen de la vida, sino que despeja al graderío del universo la enigmática pelota que se juega sobre la Tierra, son los científicos partidarios de la panspermia molecular los que ven reforzadas sus posiciones gracias al hallazgo de la <em>Stardust</em> y del estudio que acaba de publicarse.</p>
<p>En cualquier caso, y por quitarle hierro al asunto, si quiere divertirse leyendo modelos alternativos desde un punto de vista excéntrico, pero bien fundamentado, no deje de leer el libro <em>Los orígenes de la vida</em> (Cambridge University Press, 1999), del físico, matemático y divulgador inglés Freeman J. Dyson. Les encantará, seguro.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/128153/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Manuel Peinado Lorca es responsable del Grupo Federal de Biodiversidad del PSOE.</span></em></p>En una pareja de meteoritos se ha encontrado ribosa, un componente del ARN. Los científicos que han realizado la investigación sugieren que podría ser una prueba más de la controvertida panspermia.Manuel Peinado Lorca, Catedrático de Universidad. Departamento de Ciencias de la Vida e Investigador del Instituto Franklin de Estudios Norteamericanos, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1256432019-10-24T19:45:37Z2019-10-24T19:45:37ZLa evolución nos dice que es probable que seamos la única vida inteligente del universo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/298376/original/file-20191023-119459-17ef4r7.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1278%2C967&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.nasa.gov/multimedia/imagegallery/image_feature_2434.html">NASA</a></span></figcaption></figure><p>¿Estamos solos en el universo? La pregunta que se plantea es si la inteligencia es un resultado probable de la selección natural o un improbable golpe de suerte. Por definición, los acontecimientos probables se producen con frecuencia, mientras que los sucesos improbables tienen lugar pocas veces o una sola vez. La historia de nuestra evolución muestra que muchas adaptaciones de carácter crucial –no solo la inteligencia, sino también los animales y las células complejas, la fotosíntesis y la propia vida– fueron sucesos únicos y excepcionales y, por tanto, muy improbables. Nuestra evolución tal vez haya sido como ganar la lotería… solo que con una probabilidad mucho menor. </p>
<p>El universo es inmensamente grande. La Vía Láctea tiene <a href="https://asd.gsfc.nasa.gov/blueshift/index.php/2015/07/22/how-many-stars-in-the-milky-way/">más de 100 000 millones</a> de estrellas, y en el universo observable, es decir, en la diminuta fracción de universo que podemos ver, hay <a href="https://iopscience.iop.org/article/10.3847/0004-637X/830/2/83">más de un billón de galaxias</a>. Aunque los mundos habitables son escasos, el número por sí solo —existen <a href="https://www.nature.com/articles/nature10684">tantos planetas como estrellas</a>, puede que más— invita a pensar que hay mucha vida ahí fuera. Si es así, ¿dónde se ha metido? Esta es la <a href="https://theconversation.com/are-we-alone-the-question-is-worthy-of-serious-scientific-study-98843">paradoja de Fermi</a>. El universo es inmenso y viejo, y dispone de tiempo y espacio suficiente para que la inteligencia evolucione; sin embargo, no hay pruebas de que tal cosa ocurra. </p>
<p>¿Cabría pensar, sencillamente, que a lo mejor es poco probable que la inteligencia evolucione? Por desgracia, no podemos estudiar la vida extraterrestre para responder a esta pregunta. Pero sí podemos estudiar los casi 4 500 millones de años de historia que tiene la Tierra y observar cuándo se repite –o no– la propia evolución. </p>
<p>A veces la evolución se repite, de tal forma que pueden observarse especies diferentes que evolucionan de manera convergente hacia <a href="https://theconversation.com/would-standing-on-the-first-butterfly-really-change-the-history-of-evoluci%C3%B3n-93517">resultados similares</a>. Si la propia evolución se repite con frecuencia, nuestra evolución podría ser <a href="https://www.amazon.co.uk/Lifes-Solution-Inevitable-Humans-Universe/dp/0521603250">un acontecimiento probable, incluso inevitable</a>.</p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/295630/original/file-20191004-118200-48ws36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/295630/original/file-20191004-118200-48ws36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/295630/original/file-20191004-118200-48ws36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/295630/original/file-20191004-118200-48ws36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=401&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/295630/original/file-20191004-118200-48ws36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/295630/original/file-20191004-118200-48ws36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/295630/original/file-20191004-118200-48ws36.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">El tilacino, parecido al lobo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Wikipedia</span></span>
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</figure>
<p>De hecho, existen ejemplos notables de convergencias evolutivas. El <a href="https://phys.org/news/2019-09-evolution-tasmanian-tiger-wolf.html">tilacino</a> de Australia, también conocido como lobo marsupial o tigre de Tasmania, hoy extinguido, tenía una bolsa semejante a la de los canguros, pero, por lo demás, parecía un lobo, a pesar de que evolucionó a partir de un linaje de mamíferos diferente. También hay topos marsupiales, marsupiales hormigueros y ardillas planeadoras marsupiales. Es sorprendente comprobar cómo toda la historia evolutiva de Australia, con la <a href="https://theconversation.com/how-life-on-earth-recovers-after-a-devastating-mass-extinction-43719">diversificación que experimentaron sus mamíferos</a> tras la extinción de los dinosaurios, es paralela a la de otros continentes. </p>
<p>Otros casos llamativos de convergencia son el delfín y el extinto ictiosaurio, que evolucionaron de forma similar para deslizarse por el agua, así como las aves, los murciélagos y los pterosaurios, que evolucionaron de manera convergente para volar. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/295632/original/file-20191004-118222-1cp5a9g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/295632/original/file-20191004-118222-1cp5a9g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=447&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/295632/original/file-20191004-118222-1cp5a9g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=447&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/295632/original/file-20191004-118222-1cp5a9g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=447&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/295632/original/file-20191004-118222-1cp5a9g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/295632/original/file-20191004-118222-1cp5a9g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/295632/original/file-20191004-118222-1cp5a9g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=562&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Ojo de calamar.</span>
<span class="attribution"><span class="source">PLoS Biology</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>También se observan convergencias en órganos independientes. Los ojos evolucionaron no solo en los vertebrados, sino también en los artrópodos, los pulpos, los gusanos y las medusas. Los vertebrados, los artrópodos, los pulpos y los gusanos, cada uno por su cuenta, desarrollaron mandíbulas. Por su parte, las patas evolucionaron de forma convergente en los artrópodos, los pulpos y cuatro tipos de peces (tetrápodos, peces sapo, rájidos, peces del fango).</p>
<p>Aquí está la trampa. Toda esta convergencia tuvo lugar dentro de un mismo linaje, los eumetazoos, que son animales complejos dotados de simetría, boca, tubo digestivo, músculos y un sistema nervioso. Hubo eumetazoos diferentes que desarrollaron soluciones similares a problemas similares, pero la compleja estructura corporal que lo hizo posible es única. Los animales complejos <a href="https://royalsocietypublishing.org/doi/full/10.1098/rspb.2019.0831">evolucionaron una sola vez</a> en la historia de la vida, lo que da a entender que son improbables.</p>
<p>Sorprende constatar que muchos acontecimientos fundamentales de la historia de nuestra evolución son únicos y, seguramente, improbables. Uno es el esqueleto óseo de los vertebrados, que permitió que los animales grandes se desplazaran hacia la tierra. Las complejas células eucariotas de las que están compuestos todos los animales y plantas, y que contienen núcleos y mitocondrias, evolucionaron una sola vez. El sexo evolucionó una única vez. La fotosíntesis, que aumentaba la energía disponible para la vida y producía oxígeno, es <a href="https://www.annualreviews.org/doi/full/10.1146/annurev-arplant-042110-103811?casa_token=9GcIM5-NL-oAAAAA%3AAoZ68M0lDsmmwMKD0bp58GFOjhlS2gWev1w55YuuVSBgjQmDmCZVfXsiAxtNmfymmG6Fwwl_8uoo">un acontecimiento único</a>. A este respecto, también lo es la inteligencia humana. Existen lobos y topos marsupiales, pero no hay humanos marsupiales. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/295635/original/file-20191004-118260-1svkzwj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/295635/original/file-20191004-118260-1svkzwj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=453&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/295635/original/file-20191004-118260-1svkzwj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=453&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/295635/original/file-20191004-118260-1svkzwj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=453&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/295635/original/file-20191004-118260-1svkzwj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=570&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/295635/original/file-20191004-118260-1svkzwj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=570&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/295635/original/file-20191004-118260-1svkzwj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=570&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">El esqueleto de los vertebrados es único.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Smithsonian Institution</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Hay lugares donde la evolución se repite y otros donde no. Si solo nos fijamos en la convergencia, se crea un sesgo de confirmación. La convergencia parece ser la norma y nuestra evolución se presenta como algo probable. Sin embargo, cuando se presta atención a la no convergencia, se observa que está en todas partes, y las adaptaciones decisivas y complejas parecen ser las que menos se repiten, por lo que adquieren carácter improbable.</p>
<p>Además, estos acontecimientos dependían unos de otros. Los seres humanos no pudieron evolucionar hasta que los peces desarrollaron huesos que les permitieron arrastrarse hasta la tierra. Los huesos no pudieron evolucionar hasta que aparecieron los animales complejos. Los animales complejos necesitaban células complejas, y las células complejas necesitaban oxígeno, producido por la fotosíntesis. Nada de esto sucede sin la evolución de la vida, un acontecimiento singular entre acontecimientos singulares. Todos los organismos provienen de un solo antepasado; por lo que sabemos, <a href="https://www.nature.com/articles/nmicrobiol2016116">la vida ocurrió una sola vez</a>.</p>
<p>Es curioso observar que todo este proceso requiere un tiempo sorprendentemente largo. La fotosíntesis evolucionó <a href="https://www.pnas.org/content/112/4/995.short">1 500 millones de años</a> después de la formación de la Tierra; las células complejas, tras <a href="https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rstb.2006.1843">2 700 millones de años</a>; los animales complejos, al cabo de <a href="https://www.nature.com/articles/42242">4 000 millones de años</a>; y la inteligencia humana, <a href="https://science.sciencemag.org/content/358/6363/652">4 500 millones de años</a> después de que se formara la Tierra. El hecho de que estas innovaciones sean tan útiles pero tardaran tanto en evolucionar implica que son increíblemente improbables.</p>
<h2>Una sucesión improbable de acontecimientos</h2>
<p>Es posible que estas innovaciones puntuales, casualidades de importancia crucial, crearan una cadena de obstáculos o <a href="http://mason.gmu.edu/%7Erhanson/greatfilter.html">filtros evolutivos</a>. De ser así, nuestra evolución no fue como ganar la lotería; fue como ganar la lotería una vez y otra y otra y otra. En otros mundos, es posible que estas adaptaciones decisivas hubieran evolucionado demasiado tarde para que la inteligencia apareciera antes de que sus soles se convirtieran en novas, o que no hubieran evolucionado en absoluto.</p>
<p>Supongamos que la inteligencia depende de una cadena de siete innovaciones improbables –el origen de la vida, la fotosíntesis, las células complejas, el sexo, los animales complejos, los esqueletos y la propia inteligencia–, y que cada una tiene un 10 % de posibilidades de evolucionar. Las probabilidades de que la inteligencia evolucione pasan a ser 1 entre 10 millones.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/295637/original/file-20191004-118213-15ynolq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/295637/original/file-20191004-118213-15ynolq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/295637/original/file-20191004-118213-15ynolq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/295637/original/file-20191004-118213-15ynolq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=800&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/295637/original/file-20191004-118213-15ynolq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/295637/original/file-20191004-118213-15ynolq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/295637/original/file-20191004-118213-15ynolq.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1005&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">La fotosíntesis, otra adaptación única.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Nick Longrich</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Pero las adaptaciones complejas podrían ser incluso menos probables. La fotosíntesis necesitó una serie de adaptaciones en cuanto a proteínas, pigmentos y membranas. Los animales eumetazoos requirieron de múltiples innovaciones anatómicas (nervios, músculos, boca). Por tanto, es posible que cada una de estas siete innovaciones cruciales evolucione solo el 1 % de las veces. En tal caso, la inteligencia evolucionará solamente en 1 de cada 100 billones de mundos habitables. Teniendo en cuenta que los mundos habitables son escasos, podríamos ser la única vida inteligente de la galaxia, o incluso del universo observable.</p>
<p>Así y todo, estamos aquí, y este hecho tiene que valer para algo, ¿no? Si la evolución tiene suerte 1 de cada 100 billones de veces, ¿cuáles son las probabilidades de que nos hallemos en un planeta donde la evolución tuvo lugar? En realidad, las probabilidades de estar en ese mundo improbable son del 100 %, porque no podríamos tener esta conversación en un mundo donde la fotosíntesis, las células complejas o los animales no evolucionaran. Es el <a href="https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-94-010-2220-0_25">principio antrópico</a>. La historia de la Tierra tiene que haber permitido que la vida inteligente evolucionara, pues, de lo contrario, no estaríamos aquí para plantearnos estas cuestiones.</p>
<p>La inteligencia depende, al parecer, de una cadena de acontecimientos improbables. Pero teniendo en cuenta la enorme cantidad de planetas, e igual que un <a href="https://www.bbc.co.uk/news/technology-15060310">número infinito de monos</a> que golpean un número infinito de máquinas de escribir para redactar <em>Hamlet</em>, está destinada a evolucionar hacia alguna parte. El resultado improbable fuimos nosotros.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/125643/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Nicholas R. Longrich no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los seres humanos evolucionaron gracias a una serie de eventos altamente improbables. Por tanto, encontrar otra inteligencia como la nuestra sería como ganar la lotería muchas veces.Nicholas R. Longrich, Senior Lecturer, Paleontology and Evolutionary Biology, University of BathLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.