tag:theconversation.com,2011:/us/topics/partido-republicano-58102/articlesPartido Republicano – The Conversation2022-11-14T18:16:14Ztag:theconversation.com,2011:article/1946072022-11-14T18:16:14Z2022-11-14T18:16:14ZDonald Trump: ¿el principio del fin?<p>Donald Trump no estaba en las papeletas de votación para las <a href="https://theconversation.com/uk/topics/2022-us-midterm-elections-128972">elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos de 2022</a>. Sin embargo, la sombra del expresidente sigue pesando sobre la política estadounidense y él ha hecho todo lo posible para que siga siendo así. Su intento de marcar la agenda política de 2022 y de respaldar a los candidatos de su estilo parece haber tenido un profundo impacto en las votaciones de este año y tiene implicaciones para las próximas elecciones presidenciales de 2024. </p>
<p>El expresidente está sopesando lanzar su candidatura para las elecciones a la presidencia. Anteriormente dijo que anunciaría su decisión el martes 15 de noviembre. Pero tras el mal resultado de la lista de candidatos que había apoyado con entusiasmo antes de las elecciones de mitad de mandato, muchos analistas políticos especulan con la posibilidad de que deje en suspenso sus ambiciones.</p>
<p>Trump está asumiendo gran parte de la culpa por el fracaso del Partido Republicano a la hora de capitalizar las cifras de inflación más altas de los últimos 40 años, <a href="https://www.bbc.co.uk/news/57581270">la creciente tasa de asesinatos en Estados Unidos</a> y lo que los republicanos perciben como el bajo rendimiento de Joe Biden como presidente. </p>
<p>Muchos comentaristas se preguntan si el fracaso de la esperada “ola roja” del Partido Republicano podría marcar también el ocaso de la aventura política del 45º presidente. O, dicho de otro modo, ¿ha pasado Estados Unidos el “pico de Trump”?</p>
<p>Las elecciones de mitad de período se utilizan tradicionalmente para mostrar la desaprobación del presidente en ejercicio. Dado que los demócratas tenían la Cámara de Representantes por sólo cinco votos y el Senado estaba dividido en partes iguales, los republicanos <a href="https://www.theguardian.com/us-news/2022/jun/20/republicans-faith-and-freedom-coalition-road-to-majority-conference">confiaban</a> en una victoria aplastante. </p>
<p>En cambio, lo que ocurrió fue uno de los <a href="https://www.newsweek.com/joe-biden-just-had-best-midterms-democrat-president-24-years-1758562">mejores resultados de las elecciones de mitad de mandato</a> para un presidente demócrata en funciones en décadas, ya que los demócratas mantuvieron el control del Senado y perdieron menos escaños de los previstos en la Cámara de Representantes. Esto inevitablemente hará reflexionar a los republicanos. La respuesta no será difícil de deducir.</p>
<p>Mientras que Trump inspira una adulación similar a la de un culto por parte de <a href="https://www.cbsnews.com/sacramento/news/trump-true-believers-us-voters/">alrededor del 15% de la población</a>, su marca nacionalista “America first” <a href="https://www.pewresearch.org/fact-tank/2022/08/05/majority-of-americans-continue-to-favor-moving-away-from-electoral-college/">nunca ha tenido un apoyo mayoritario</a>. De hecho, en las elecciones presidenciales de 2016, en las intermedias de 2018 y de nuevo en las de 2020, los demócratas ganaron sistemáticamente el voto popular, aunque esa popularidad no siempre se tradujo en poder. </p>
<p>Pero en las elecciones intermedias de 2022, el impacto negativo de Trump en el resultado fue claro. En el período previo a la votación del 9 de noviembre, Trump respaldó una lista de candidatos. Estos fueron elegidos no por su experiencia política, sino por su lealtad a él y su infundada afirmación de que las elecciones de 2020 fueron robadas. Estos candidatos <a href="https://www.ft.com/content/15837a32-a1b5-4d80-8c1a-7dd39ccf790b">tuvieron un rendimiento inferior a nivel nacional</a>, robando a los republicanos escaños potencialmente <em>ganables</em> en varios estados indecisos. </p>
<p>Ocurrió en Pensilvania, donde el médico televisivo Mehmet Oz, de otro estado, <a href="https://www.nytimes.com/interactive/2022/11/08/us/elections/results-pennsylvania.html">perdió ante los demócratas</a> por un 8%, y <a href="https://www.nytimes.com/interactive/2022/11/08/us/elections/results-georgia.html">en Georgia</a>, donde Hershel Walker también tuvo un rendimiento inferior. Este último caso es especialmente ilustrativo. Walker, una antigua estrella del fútbol americano, sólo consiguió el 48% de los votos contra el veterano Raphael Warnock y se enfrenta a una segunda vuelta en diciembre. Mientras tanto, el gobernador republicano no trumpiano, Brian Kemp, fue reelegido por un margen de más de siete puntos. </p>
<p>Lo que esto sugiere es la voluntad de muchos votantes de rechazar el extremismo trumpiano sin abandonar necesariamente toda la candidatura republicana. Este patrón se repitió a nivel nacional, ya que los candidatos apoyados por Trump obtuvieron peores resultados que los republicanos de la corriente principal. </p>
<p>Los negacionistas más radicales sacaron unos resultados nefastos. Doug Mastriano, que <a href="https://whyy.org/articles/mastriano-campaign-spent-thousands-on-buses-ahead-of-d-c-insurrection/">supuestamente gastó</a> miles de dólares en fletar autobuses para transportar a la gente a Washington DC el 6 de enero de 2020, cuando se produjo el motín del Capitolio, fue derrotado por 14 puntos en su candidatura a gobernador de Pensilvania. Daniel Cox –<a href="https://www.washingtonpost.com/dc-md-va/2022/09/20/maryland-mail-vote-counting-lawsuit/">que prometió</a> que auditaría las elecciones de 2020 si era elegido– fue derrotado por 24 puntos en la carrera por la gobernación de Maryland.</p>
<p>En los casos en que los candidatos apoyados por Trump ganaron, como <a href="https://www.theguardian.com/us-news/2022/nov/09/trump-endorsed-candidates-republicans-midterm-performance">JD Vance</a> en Ohio, lo hicieron distanciándose de las posiciones más extremas de su patrón. Parece que muchos votantes indecisos y republicanos moderados realmente escucharon el llamado de <a href="https://www.reuters.com/world/us/biden-give-speech-democracy-wednesday-capitol-hill-adviser-2022-11-02/">Joe Biden</a> para rechazar a los candidatos que representaban una amenaza para el buen funcionamiento de la democracia estadounidense. </p>
<h2>El factor DeSantis</h2>
<p>Otro dato clave de las elecciones de mitad de mandato con implicaciones para el futuro de Trump ha sido el éxito de su antiguo protegido, ahora rival, <a href="https://theconversation.com/ron-desantis-the-florida-governor-who-may-steal-the-republican-nomination-from-under-his-mentor-donald-trumps-nose-194423">Ron DeSantis</a>. Su reelección como gobernador por casi 20 puntos en el que ahora es el estado donde reside de Trump, Florida, fue un resultado que desafió la tendencia nacional.</p>
<p>Significativamente, DeSantis rechazó el negacionismo electoral y el extremismo abortista de Trump, hablando en su lugar de la economía, la inmigración y el crimen. Ahora tiene una clara base de poder desde la que lanzar una candidatura a la presidencia republicana en 2024 si así lo decide.</p>
<p>Aunque su impronta de nacionalista cristiano blanco adopta gran parte del <a href="https://www.theguardian.com/commentisfree/2022/mar/04/americas-culture-war-is-spilling-into-actual-war-war">conservadurismo cultural</a> del <a href="https://www.theatlantic.com/politics/archive/2017/01/trump-america-first/514037/">movimiento American First</a>, DeSantis tiene cuidado de evitar las posiciones más extremas. Y, lo que es más importante, también carece del bagaje personal y del fanatismo de su antiguo mentor. De su generación de republicanos, DeSantis es el más dinámico y parece bien situado para dar un paso adelante a nivel nacional y presentar su versión del conservadurismo populista de una forma menos alienante y antagónica que Trump.</p>
<h2>¿Y ahora qué pasa con el Partido Republicano?</h2>
<p>Las lecciones de las elecciones intermedias para los republicanos son bastante claras de ver. Aunque Trump sigue siendo extravagantemente popular entre su base, el resultado de 2022 muestra que incluso muchos republicanos preferirían votar a candidatos alternativos que a Trump y sus imitadores. Y, con la aparición de DeSantis, el Partido Republicano tiene la oportunidad de abrazar a un candidato con un historial electoral probado. </p>
<p>El veredicto del electorado estadounidense tras estas elecciones es que el momento del “pico de Trump” sí ha pasado. Sólo queda que el partido republicano pase por el doloroso proceso de sacar a Trump de su dominio del <em>Grand Old Party</em>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194607/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>David Hastings Dunn ha recibido anteriormente financiación del ESRC, de la Fundación Gerda Henkel y de la Fundación Democracia Abierta, y ha sido becario de la OTAN y de la Fundación Fulbright.
</span></em></p>La estrella del expresidente estadounidense parece estar en declive, lo que podría afectar a su decisión de presentarse a la presidencia en 2024.David Hastings Dunn, Professor of International Politics in the Department of Political Science and International Studies, University of BirminghamLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1494572020-11-04T09:32:43Z2020-11-04T09:32:43ZDisputas y polémicas en la historia de las elecciones presidenciales de EE.UU.<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/367437/original/file-20201104-19-imhq90.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=3%2C0%2C2342%2C2395&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">El senador John F. Kennedy en un acto electoral en el Estadio de Chicago cuatro días antes de las elecciones de 1960.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://newsroom.ap.org/detail/SENJOHNFKENNEDY/e4994f4a9de5da11af9f0014c2589dfb/photo?Query=JFK%20AND%20shriver&mediaType=photo&sortBy=arrivaldatetime:desc&dateRange=Anytime&totalCount=31&currentItemNo=30">AP Photo</a></span></figcaption></figure><p>Independientemente del resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, parece probable que demócratas y republicanos terminen en los tribunales.</p>
<p>A pesar de <a href="https://www.efe.com/efe/espana/portada/trump-dice-haber-ganado-las-elecciones-y-clama-fraude-sin-acabar-el-recuento/10010-4385520">declararse ganador</a>, el presidente Trump ha dicho que va a impugnar los resultados de las elecciones, y ha llegado incluso a decir que está convencido de que será la Corte Suprema la que tome la decisión final. Mientras tanto, el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, tiene un equipo de abogados <a href="https://www.foxnews.com/politics/trump-biden-campaign-lawyers-ready-election-legal-battle">preparados para dar la batalla legal</a>.</p>
<p>Los cambios sin precedentes en los procedimientos de votación debido a la pandemia de coronavirus han creado oportunidades para que los candidatos sospechen de juego sucio. Los republicanos han argumentado que ampliar los plazos para recibir y contar las papeletas <a href="https://theconversation.com/elecciones-en-ee-uu-desembocara-el-voto-por-correo-en-un-fraude-masivo-148447">generará confusión y fraude</a>, mientras que los demócratas creen que los republicanos están trabajando activamente para privar de sus derechos a los votantes.</p>
<p>Si alguno de los candidatos se niega a aceptar los resultados, no sería la primera vez que la confusión y las denuncias de fraude dominan los días y semanas posteriores a las elecciones en Estados Unidos. </p>
<p>Las elecciones de 1876, 1888, 1960 y 2000 figuran entre las más disputadas de la historia de Estados Unidos. En cada caso, el candidato y el partido perdedores reaccionaron a los resultados de manera diferente.</p>
<h2>1876: un compromiso que tuvo un precio</h2>
<p>En 1876, 11 años después del final de la Guerra Civil, todos los estados confederados habían sido readmitidos en la Unión, y la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Reconstrucci%C3%B3n_(Estados_Unidos)">Reconstrucción</a> estaba en pleno apogeo. Los republicanos tenían más apoyo en las áreas unionistas del norte y las regiones afroamericanas del sur, mientras que el apoyo demócrata se concentró en torno a los estados blancos del sur y las áreas del norte que no secundaron la Guerra Civil. Ese año, los republicanos nominaron al gobernador de Ohio Rutherford B. Hayes, y los demócratas eligieron como candidato a la presidencia al gobernador de Nueva York Samuel Tilden.</p>
<p>Pero el día de las elecciones se produjeron episodios generalizados de intimidación contra los votantes republicanos afroamericanos en el sur. Tres estados sureños, Florida, Luisiana y Carolina del Sur, tenían juntas electorales dominadas por los republicanos. En esos tres estados, algunos resultados iniciales parecían indicar victorias del candidato demócrata, Tilden. </p>
<p>Pero, debido a las acusaciones generalizadas de intimidación y fraude, las juntas electorales invalidaron suficientes votos como para dar los estados –y sus votos electorales– a Hayes. Con los votos de los tres estados, Hayes obtendría una mayoría de 185-184 en el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Colegio_Electoral_de_los_Estados_Unidos">Colegio Electoral</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/144082/original/image-20161101-18435-1tsw7rc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/144082/original/image-20161101-18435-1tsw7rc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/144082/original/image-20161101-18435-1tsw7rc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=940&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/144082/original/image-20161101-18435-1tsw7rc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=940&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/144082/original/image-20161101-18435-1tsw7rc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=940&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/144082/original/image-20161101-18435-1tsw7rc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1181&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/144082/original/image-20161101-18435-1tsw7rc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1181&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/144082/original/image-20161101-18435-1tsw7rc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1181&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Un certificado del voto electoral de Luisiana para Rutherford B. Hayes.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_presidential_election,_1876#/media/File:A_certificate_for_the_electoral_vote_for_Rutherford_B._Hayes_and_William_A._Wheeler_for_the_State_of_Louisiana_dated_1876_part_6.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>De esta manera, en enero de 1877 el Congreso recibió dos recuentos distintos, con resultados opuestos, por lo que la cámara votó para crear una comisión bipartidista: 15 miembros del Congreso y magistrados de la Corte Suprema determinarían cómo asignar los votos electorales de los tres estados en disputa. Siete comisionados serían republicanos, siete demócratas y habría uno independiente, el juez David Davis de Illinois.</p>
<p>Davis, que había sido seleccionado por los demócratas de Illinois para servir en el Senado (en aquella época los senadores todavía no se elegían directamente por los votantes), renunció a la comisión. Fue reemplazado por el juez republicano Joseph Bradley, quien procedió a unirse a una mayoría republicana de 8-7 que otorgó todos los votos electorales en disputa a Hayes.</p>
<p>Los demócratas decidieron no pelear ese resultado final debido al “<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Compromiso_de_1877">Compromiso de 1877</a>”. Un acuerdo que permitió que, a cambio de dar a Hayes la Casa Blanca, se finalizaran la Reconstrucción y la ocupación militar del Sur.</p>
<p>El resultado final fue un solo mandato presidencial Hayes, considerado ineficaz, mientras que se destruyó cualquier posibilidad de influencia política afromaericana en el sur. Durante el siguiente siglo, los estados del sur, libres de la supervisión del norte, implantarían leyes que discriminaron a los negros y restringirían su capacidad para votar.</p>
<h2>1888: Sobornos de cinco en cinco</h2>
<p>En 1888, el presidente demócrata Grover Cleveland de Nueva York se postuló para la reelección contra el exsenador de Indiana Benjamin Harrison.</p>
<p>En aquel entonces, las papeletas electorales se imprimían en la mayoría de los estados, eran distribuidas por los partidos políticos y la votación era pública. Se sabía que ciertos votantes (llamados “floaters”) vendían sus votos al mejor postor.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/144094/original/image-20161101-27102-1sr6ov5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/144094/original/image-20161101-27102-1sr6ov5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/144094/original/image-20161101-27102-1sr6ov5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=856&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/144094/original/image-20161101-27102-1sr6ov5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=856&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/144094/original/image-20161101-27102-1sr6ov5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=856&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/144094/original/image-20161101-27102-1sr6ov5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1076&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/144094/original/image-20161101-27102-1sr6ov5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1076&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/144094/original/image-20161101-27102-1sr6ov5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1076&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Benjamin Harrison.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://en.wikipedia.org/wiki/Benjamin_Harrison#/media/File:Pach_Brothers_-_Benjamin_Harrison.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>El candidato republicano, Benjamin Harrison, había designado tesorero del comité Nacional Republicano a un abogado de Indiana, William Wade Dudley. Poco antes de las elecciones, Dudley envió una carta a los líderes locales republicanos en Indiana con los fondos prometidos e instrucciones sobre cómo repartirse a los votantes receptivos en “bloques de cinco” para recibir sobornos a cambio de votar a Harrison. Las instrucciones describían cómo cada activista republicano sería responsable de cinco de estos “floaters”.</p>
<p>Los demócratas consiguieron una copia de la carta y la publicitaron ampliamente en los días previos a las elecciones. Harrison terminó ganando Indiana por solo unos 2 000 votos. Aún así, el estado habría sido republicano, incluso sin la mayoría de los votos, ya que había ganado el Colegio Electoral. </p>
<p>De hecho, el candidato demócrata Cleveland ganó el voto popular en todo el país por casi 100 000 votos. Pero perdió su estado natal, Nueva York, por cerca del 1% de los votos, colocando a Harrison como ganador en el Colegio Electoral. Se cree que la pérdida de Cleveland en Nueva York también pudo haber estado relacionada con la compra de votos.</p>
<p>Cleveland no impugnó el resultado del Colegio Electoral y se tomó la revancha contra Harrison cuatro años después, convirtiéndose en el único presidente en cumplir mandatos no consecutivos. Mientras tanto, el escándalo de bloques de cinco llevó a la adopción en todo el país de papeletas secretas para votar.</p>
<h2>1960: ¿Funcionó la máquina Daley?</h2>
<p>Las elecciones de 1960 se disputaron entre el vicepresidente republicano Richard Nixon y el senador demócrata John F. Kennedy.</p>
<p>El voto popular fue el más ajustado del siglo XX, con Kennedy derrotando a Nixon por solo unos 100 000 votos, una diferencia de menos del 0,2 por ciento del censo.</p>
<p>Debido a esa diferencia tan justa, y a que Kennedy derrotó a Nixon por menos del 1 por ciento en cinco estados (Hawai, Illinois, Missouri, Nueva Jersey, Nuevo México), y por menos del 2 por ciento en Texas, muchos republicanos gritaron “tongo”. Se obsesionaron con dos lugares en particular: el sur de Texas y Chicago, capital de Illinois, donde la maquinaria política liderada por el alcalde demócrata Richard Daley supuestamente produjo los votos suficientes para darle a Kennedy el estado. Si Nixon hubiera ganado Texas e Illinois, habría tenido una mayoría en el Colegio Electoral.</p>
<p>Si bien los periódicos de tendencia republicana procedieron a investigar y concluir que se había producido fraude electoral en ambos estados, Nixon no impugnó los resultados. Siguiendo el ejemplo de Cleveland en 1892, Nixon se postuló nuevamente para presidente en 1968 y ganó.</p>
<h2>2000: Los votos perdidos en Florida</h2>
<p>En 2000, muchos estados todavía usaban la papeleta de tarjeta perforada, un sistema de votación creado en la década de 1960. A pesar de que estas papeletas tenían una larga historia de mal funcionamiento de las máquinas y votos perdidos, nadie se daba por enterado hasta que todos los estadounidenses se dieron cuenta de repente de que la tecnología obsoleta había creado un problema en Florida.</p>
<p>El día de las elecciones, los medios de comunicación nacionales descubrieron que una “<a href="https://nadaesgratis.es/admin/y-si-el-resultado-de-las-elecciones-lo-decide-una-papeleta-mal-disenada">papeleta mariposa</a>” (una papeleta de tarjeta perforada con un diseño que violaba la ley del estado de Florida) había confundido a miles de votantes en el condado de Palm Beach.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/143974/original/image-20161031-15779-1vc3ujx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/143974/original/image-20161031-15779-1vc3ujx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/143974/original/image-20161031-15779-1vc3ujx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=383&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/143974/original/image-20161031-15779-1vc3ujx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=383&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/143974/original/image-20161031-15779-1vc3ujx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=383&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/143974/original/image-20161031-15779-1vc3ujx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=482&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/143974/original/image-20161031-15779-1vc3ujx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=482&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/143974/original/image-20161031-15779-1vc3ujx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=482&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La papeleta mariposa de Florida confundió a varios votantes, que terminaron votando por el candidato del Partido Reformista Pat Buchanan pensando que lo hacían por el candidato demócrata Al Gore.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Butterfly_large.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>El diseño de la papeleta en cuestión hizo que algunos votantes eligieran al candidato del Partido Reformista Pat Buchanan pensando que habían votado por el candidato demócrata Al Gore. Se calcula que Pat Buchanan recibió unos 3 000 votos de electores que probablemente tenían intención de votar por Gore. </p>
<p>El caso es que Gore terminó perdiendo Florida ante Bush por 537 votos y, al perder este estado, perdió las elecciones.</p>
<p>El proceso para determinar el ganador de las elecciones presidenciales duró un mes.</p>
<p>En Florida, los lectores electrónicos de papeletas no registraron ningún voto para presidente en más de <a href="http://content.time.com/time/nation/article/0,8599,91428,00.html">60 000 papeletas</a>. Sin embargo, en muchas de las tarjetas perforadas, los pequeños trozos de papel que son expelidos cuando alguien vota con este tipo de tarjetas, conocidos como <em>chads</em>, todavía colgaban de una, dos o tres esquinas, y no fueron contabilizados. </p>
<p>Gore fue a los tribunales para que esas papeletas se contaran a mano para tratar de determinar la intención de los votantes, según lo permitido por la ley estatal. Bush apeló contra la solicitud de Gore. Si bien Gore ganó en la Corte Suprema del Estado de Florida, la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó a las 10 de la noche del 12 de diciembre que el Congreso había establecido una fecha límite para que los estados eligieran electores, por lo que no hubo más tiempo para contar los votos.</p>
<p>Gore <a href="http://www.history.com/this-day-in-history/al-gore-concedes-presidential-election">aceptó los resultados</a> al día siguiente. El drama y el trauma nacional que siguió al día de las elecciones en 1876 y 2000 podrían repetirse este año. Por supuesto, dependerá de lo ajustado de los resultados y de cómo reaccionen los candidatos.</p>
<p>La mayoría de los ojos estarán puestos en Trump, quien no ha dicho si aceptará o no el resultado si pierde.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/149457/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Robert Speel no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las elecciones de 1876, 1888, 1960 y 2000 figuran entre las más polémicas de la historia de los Estados Unidos.Robert Speel, Associate Professor of Political Science, Erie campus, Penn StateLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1018732018-08-22T18:09:04Z2018-08-22T18:09:04Z¿Qué tan decisivo será el ‘voto latino’ anti-Trump en las elecciones intermedias de EEUU?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/232719/original/file-20180820-30587-1w4utcz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Los latinos constituyen el 12 por ciento de las personas elegibles para votar en las elecciones legislativas de medio mandato del 2018.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://c1.staticflickr.com/4/3152/3004595893_2fd8ffdbe3_b.jpg">Flickr/Erik Hersman, CC BY-SA</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>El Partido Demócrata no debería contar con que los latinos le den un viraje a las elecciones legislativas de medio mandato este año.</p>
<p>Aproximadamente 27,3 millones latinos estadounidenses son elegibles para votar en las elecciones intermedias de noviembre – 12 por ciento de todos los votantes elegibles, según el <a href="http://www.pewresearch.org/fact-tank/2017/05/12/black-voter-turnout-fell-in-2016-even-as-a-record-number-of-americans-cast-ballots/">Pew Research Center</a>. </p>
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Read more:
<a href="https://theconversation.com/4-reasons-why-anti-trump-latino-voters-wont-swing-the-midterms-100570">4 reasons why anti-Trump Latino voters won't swing the midterms</a>
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<p><a href="http://www.abc12.com/content/news/Mid-Michigan-Latino-community-reacts-to-Trumps-zero-tolerance-policy-485866601.html">La esperanza</a> de los demócratas es que este gran bloque de votantes castigara a los republicanos por las políticas antiinmigrantes del Presidente Donald Trump. Están tratando de atraer a los latinos en estados “rojos” – es decir, de mayoría republicana – como <a href="https://www.ctpost.com/news/article/Arizona-Democrats-hope-to-ride-blue-wave-in-13151798.php">Arizona</a> y Florida.</p>
<p>Pero el llamado “voto latino” siempre ha sido <a href="https://www.visaliatimesdelta.com/story/opinion/2016/11/18/latino-voting-bloc-just-myth-complicated/94031548/">más una promesa que una realidad</a> para los demócratas. Mi <a href="http://sws298.wixsite.com/steffenschmidt">investigación en ciencias políticas</a> indica que no es probable que una ola latina inclinara las próximas elecciones a favor de los demócratas por cuatro razones.</p>
<h2>1. Elegibilidad y participación</h2>
<p>El estado migratorio limita el impacto político de los hispanos en Estados Unidos. </p>
<p>De acuerdo con las cifras de la Oficina del Censo de EEUU, solo el 44 por ciento de los latinos estadounidenses son elegibles para votar, una proporción menor que la de los votantes asiáticos, afroamericanos y blancos.</p>
<p>Además, la participación de los votantes latinos ha sido históricamente baja. Según el Pew, en las elecciones del 2016 en EEUU, solo el 48 por ciento de los votantes latinos elegibles <a href="http://www.pewresearch.org/fact-tank/2017/05/12/black-voter-turnout-fell-in-2016-even-as-a-record-number-of-americans-cast-ballots/">emitieron su voto</a>, en comparación con un 65,3 por ciento de los blancos y un 59,6 por ciento de los afroamericanos. </p>
<p>La división de los distritos electorales y las grandes barreras al registro de votantes también reducen significativamente <a href="https://www.propublica.org/article/partisan-gerrymandering-is-still-about-race">el poder del voto latino</a>. </p>
<p>Es muy probable que los votantes latinos de mediana y avanzada edad con título universitario y cubanoamericanos votaran en mayor porcentaje. </p>
<p>Pero solo uno de cada tres latinos de menos de 29 años de edad votó en las últimas elecciones presidenciales. La votación fue aún menor entre los latinos con un nivel de educación inferior al bachillerato. </p>
<p>El 20 por ciento de los votantes latinos en EEUU cae en esta última categoría de baja participación. </p>
<h2>2. La ubicación</h2>
<p>El impacto del voto latino en las elecciones para el Senado y la Cámara de Representantes en el 2018 también está limitado por factores geográficos. </p>
<p>Más de la mitad – 52 por ciento – de todos los latinos elegibles para votar en EEUU vive en California, Texas y Nueva York. Los candidatos al Congreso en estos estados ya entienden el <a href="https://www.nytimes.com/2018/06/04/us/latino-vote-california.html">poder de los latinos</a> pues sus votos han sido decisivos en decenas de distritos desde la década de 1980. </p>
<p>Los candidatos que obtienen el mayor voto hispano son los que formulan sus campañas en los medios de comunicación y en general la de <a href="http://www.latimes.com/politics/la-pol-ca-latino-voters-primary-turnout-20180608-htmlstory.html#">divulgación de información sobre su candidatura</a> específicamente a los votantes hispanos. </p>
<p>En cuatro grandes estados en los cuales el voto fluctúa entre demócratas y republicanos – Georgia, Iowa, North Carolina y Ohio – los latinos representan el 5 por ciento o menos de los votantes elegibles. </p>
<p>Por lo tanto los votantes latinos pueden ser decisivos para los demócratas en solo pocos comicios: los que ocurren en estados con <a href="http://www.pewhispanic.org/interactives/mapping-the-latino-electorate-by-congressional-district/">distritos competitivos y poblaciones latinas significativas</a>, incluyendo Virginia, Florida, Texas, Arizona y California.</p>
<p>En mi opinión, el voto latino podría ayudar a impulsar a los demócratas a la victoria en solo siete comicios en cinco estados. Estos incluyen <a href="https://wtop.com/local-politics-elections-news/2018/06/virginia-10th-district-democratic-primary-results/">el distrito 10 de Virginia</a>, en los suburbios de Washington, D.C.; los distritos 7 y 23 de Texas; <a href="https://www.pastemagazine.com/articles/2018/04/meet-a-competitive-house-race-florida-26th-distric-1.html">el distrito 26 de Florida</a>, que incluye Miami; y en Arizona <a href="https://www.azcentral.com/story/news/politics/elections/2018/07/21/midterm-elections-1-seat-swing-arizona-could-change-congress/783559002/">el segundo distrito, con sede en Tucson</a>.</p>
<h2>3. Diferentes inquietudes</h2>
<p>La suposición de que los latinos indignados por las políticas de inmigración de Trump saldrán en masa a votar en contra de su partido revela <a href="https://www.houstonchronicle.com/news/houston-texas/houston/article/Backlash-builds-over-immigration-but-it-s-12495046.php">otra hipótesis errónea</a> que asume que todos los latinos <a href="https://www.npr.org/2016/12/22/506347254/latinos-will-never-vote-for-a-republican-and-other-myths-about-hispanics-from-20">tienen los mismos intereses políticos</a>. </p>
<p>El grupo demográfico latino es tan diverso como cualquier otra población de EEUU. Es un error pensar que 27,3 millones de votantes elegibles se identificarían con las mismas políticas, inclusive el tema de las políticas de inmigración de Trump. </p>
<p>Los latinos votan sobre la base de la misma variedad de factores – identidad de género, profesión, afiliación religiosa, clase económica y educación – como otros grupos.</p>
<p>Según <a href="https://news.gallup.com/poll/155327/hispanic-voters-put-issues-immigration.aspx">Gallup</a>, los votantes latinos están preocupados por el cuidado de la salud, el empleo, la economía y la desigualdad de ingresos. Solo el 12 por ciento cita a la inmigración como su principal preocupación.</p>
<p>Sin embargo, un segmento importante de votantes latinos, al igual que otros estadounidenses a los que Trump dirigió su campaña, están también <a href="https://news.gallup.com/poll/206681/worry-illegal-immigration-steady.aspx">cansados de la inmigración indocumentada</a>. Las encuestas de Gallup en los últimos seis años revelan que un promedio de 67 por ciento de los hispanos han dicho que les preocupa “mucho o lo suficiente” la inmigración ilegal. </p>
<p>Eso representa un total de 10 puntos más alto que los encuestados blancos no hispanos y 12 puntos más alto que los encuestados negros.</p>
<h2>4. Encuestas inexactas</h2>
<p>La verdad es que no se sabe lo suficiente sobre las preferencias de los votantes latinos en EEUU. No más de <a href="http://www.latinodecisions.com/files/5214/8106/0204/PostElection2016_-_Barreto_-_CAP.pdf">media docena de cientas encuestas</a> se dirigen exclusivamente al segmento de votantes latinos. </p>
<p>La encuestas que se hacen a los latinos a menudo <a href="http://www.latinodecisions.com/blog/2016/11/10/lies-damn-lies-and-exit-polls/">no están bien diseñadas</a>. Muchos líderes políticos latinos que he entrevistado dicen que las encuestas a pie de urna no pueden definir con precisión quién es latino y que estas encuestas no se basan en muestras representativas de los distritos latinos. </p>
<p>Como resultado, sus proyecciones sobre el comportamiento de los votantes latinos son inexactas. </p>
<p>Además, en la opinión anecdótica, casi todos los analistas y presentadores que entrevisté de Telemundo, Univisión y CNN en español antes de las elecciones de 2016 estuvieron de acuerdo que Trump lograría muy pocos votantes latinos. </p>
<p>De hecho, parece que el 28 por ciento de los latinos <a href="https://www.motherjones.com/kevin-drum/2017/03/trump-really-did-win-28-latino-vote/">votaron por Trump</a>. Eso es apenas un poco menos al promedio del 30 por ciento de los latinos estadounidenses que <a href="https://www.nytimes.com/interactive/projects/cp/opinion/election-night-2016/heres-what-happened-with-the-latino-vote">generalmente votan por candidatos republicanos</a> y es un producto de los valores sociales “conservadores” que muchos latinos tienen sobre el aborto, los derechos gay y las grandes burocracias del gobierno. </p>
<h2>Los republicanos podrían perder el apoyo latino</h2>
<p>Dicho todo esto, sí creo que el 2018 será una prueba aguda y significativa del comportamiento de los votantes latinos en EEUU – más que las elecciones presidenciales del 2016.</p>
<p>En esas últimas elecciones Trump era nada mas que un candidato políticamente desconocido (aunque conocido como un millonario y estrella de televisión) y sus diatribas antiinmigrantes se vieron como simple retórica de campaña. </p>
<p>Ahora, muchos latinos estadounidenses y sus familias están sintiendo el impacto directo de las políticas del presidente, incluida una ofensiva contra <a href="https://www.theatlantic.com/politics/archive/2014/07/immigration-is-americas-biggest-concern-and-its-bringing-out-the-worst-in-people/374607/">los inmigrantes indocumentados</a>, el trato inhumano a <a href="https://www.sistersofmercy.org/what-we-do/social-justice-advocacy/immigration/">los centroamericanos que solicitan asilo </a> y la tiniebla legal cruel a la cual están sometidos los <a href="https://www.cnbc.com/2018/01/12/jeff-bezos-and-8-other-ceos-are-speaking-up-for-dreamers.html">jóvenes inmigrantes</a> conocidos como “Dreamers.”</p>
<p>Si los latinos abandonan en proporciones mucho más grandes que en el pasado a los republicanos este noviembre, Trump habrá puesto en peligro el futuro político de su propio partido al ganarse la antipatía de la comunidad minoritaria más grande y de más rápido crecimiento en los EEUU.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/101873/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Steffen W. Schmidt está afiliado a la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos. Nació y creció en Cali, Colombia.</span></em></p>Puede que los latinos estén indignados por las políticas antiinmigrante de Donald Trump. Pero no todos saldrán a votar en contra del Partido Republicano este noviembre, por estas cuatro razones.Steffen W. Schmidt, Lucken Endowed Professor of Political Science, Iowa State UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1014302018-08-13T21:46:16Z2018-08-13T21:46:16ZExpediente Trump: ¿por qué tantos estadounidenses siguen creyendo en él?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/231567/original/file-20180811-2891-tl0e38.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C4%2C1098%2C744&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Donald Trump, rodeado de seguidores.</span> </figcaption></figure><p>Después de la desastrosa participación de Donald Trump en la <a href="https://www.theglobeandmail.com/opinion/article-did-the-trump-putin-summit-herald-the-end-of-nato">última cumbre de la OTAN</a> y tras haber provocado una guerra comercial entre Estados Unidos y la mayor parte de sus aliados, cualquiera podría pensar que a estas alturas su popularidad debe estar por los suelos. </p>
<p>Sin embargo, el <a href="https://www.bbc.com/news/world-us-canada-44324545">87 por ciento de los republicanos </a>sigue apoyando al presidente estadounidense. </p>
<p>El inquebrantable apoyo de una mayoría de votantes de Trump es sorprendente dadas sus muchas declaraciones polémicas. Acusa a la prensa acreditada de difundir noticias falsas, mientras que él se dedica a compartir información dudosa por su cuenta. Debilita la autoridad de los medios y las instituciones científicas que tradicionalmente se han encargado de transmitir conocimiento. Su estilo comunicativo no hace honor a la verdad.</p>
<p>Posiblemente, Trump continúe siendo popular gracias a su labia y a que sus historias guardan una relación con la verdad distinta a la de otras afirmaciones.</p>
<p>La gente puede aceptar historias que contengan incoherencias siempre que armonicen con sus propias experiencias y les hagan sentir los protagonistas de su propia narrativa.</p>
<h2>El paradigma narrativo</h2>
<p>A principios de los años 80, <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Walter_Fisher_(professor)">Walter Fisher</a>, un profesor de Comunicación de la Universidad del Sur de California, fue pionero en el desarrollo del “giro narrativo” en el campo de las Ciencias Sociales. Este profesor definió a los seres humanos como “<a href="https://www.bc.edu/res/gssw-research-home/funding/proposal-development/_jcr_content/content/download_40/file.res/Fisher%2C%20'The%20Narrative%20Paradigm%20in%20the%20Beginning'.pdf">homo narrans</a>” y “animales que usan símbolos”.</p>
<p>Fisher concibe la comunicación humana como un intercambio de historias. A través de estas historias podemos comprender el mundo, independientemente del rigor de los enunciados que las componen. Y es que las historias nos permiten establecer enlaces coherentes entre distintos eventos. Enlaces que, después, evaluamos basándonos en nuestro propio entendimiento del mundo. Es decir, Trump, como cualquier populista, cuenta historias que permiten a sus partidarios comprender el mundo conectándolo a su conocimiento, experiencias e identidades.</p>
<p>De acuerdo con Fisher, una historia resultará coherente si su secuencia de eventos está bien construida y si las relaciones entre sus personajes son lógicas. Ese es, de hecho, el primer criterio: la coherencia narrativa. </p>
<p>Una buena historia incluirá, por ejemplo, unos protagonistas unidos bajo una misma búsqueda. Puede que su objetivo sea algo material, dinero o ser querido; o puede que sea inmaterial, como la felicidad o la justicia. Algunos personajes, el héroe y sus aliados, colaborarán para completar esta búsqueda. Pero habrá otros, sus adversarios, que también perseguirán los mismos objetivos.</p>
<p>Una historia nos parece verosímil cuando coincide con nuestra visión del mundo. El lector, o el oyente, podría sentirse desconcertado si una historia no se corresponde con sus propias experiencias ni con su concepción de la realidad.
La ficción admite una falta de verosimilitud bastante más significativa que otros géneros, pero, en cualquier caso, siempre habrá algo de verosimilitud presente.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/229690/original/file-20180728-106524-gkssjl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/229690/original/file-20180728-106524-gkssjl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/229690/original/file-20180728-106524-gkssjl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/229690/original/file-20180728-106524-gkssjl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/229690/original/file-20180728-106524-gkssjl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/229690/original/file-20180728-106524-gkssjl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/229690/original/file-20180728-106524-gkssjl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">La gente aceptará las narrativas como verdaderas si se corresponden con la forma en que ven el mundo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Kayla Velasquez/Unsplash</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Historias para que Estados Unidos sea grande de nuevo</h2>
<p>Las historias que cuentan los políticos deberían, no obstante, ser más fieles a la realidad. Pero este tipo de narrativas no siempre aluden al mundo real, como sí hace la ciencia, sino a la imagen que ya tenemos del mundo.</p>
<p>Así, las historias que los candidatos populares y los cargos electos cuentan deben armonizar con las creencias y concepciones del mundo de sus partidarios. Por este motivo, las historias de Trump impactan de forma distinta en grupos diferentes. </p>
<p>Para un sector de la población, la información que puedan presentar los expertos, ya sea información verificada o que proceda de redacciones reputadas y datos estadísticos, no suena tan convincente, ni encaja con la realidad que ellos viven.</p>
<p>Los mejores ejemplos del uso del discurso son su promesa de <a href="https://eu.usatoday.com/story/news/politics/2017/04/25/donald-trump-wall-canada/100894606/">construir un muro para evitar la entrada de mexicanos “ilegales”</a> y su veto a los inmigrantes procedentes de países con mayoría musulmana. Su discurso alimentó sus acciones que, a pesar de que fueron ampliamente criticadas, armonizaron con percepciones tan arraigadas en el imaginario estadounidense, como son la idea de que los mexicanos “roban” sus puestos de trabajo o la de que los musulmanes son terroristas. </p>
<p>Estas dos narrativas cumplen con los criterios de Fisher. </p>
<p>En primer lugar, son coherentes, pues los protagonistas desempeñan un papel firme afirmando que los mexicanos y los musulmanes son “los malos”, los que quitan a los estadounidenses buenos puestos de trabajo y la posibilidad de sentirse seguros. En segundo lugar, son verosímiles, ya que reflejan las preocupaciones de muchos estadounidenses que lidian con situaciones de desempleo, que no se sienten seguros y que, por supuesto, tienen miedo de los extranjeros.</p>
<h2>Trump suena razonable ante los “marginados”</h2>
<p>Muchos estadounidenses se quedaron marginados tras la globalización de la industria manufacturera, incapaces de adaptarse a los cambios como consecuencia de las debilidades de su sistema educativo. Muchos acabaron viviendo en un mundo que ya no entendían, sintiéndose impotentes. Pero el discurso de Trump les ha hecho sentirse grandes otra vez.</p>
<p>Como ya explicó el filósofo alemán<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Friedrich_Nietzsche"> Friedrich Nietzsche</a>, la voluntad de ostentar el poder no siempre se manifiesta como el deseo de entender el mundo, sino como el deseo de cambiarlo para que este se corresponda con concepciones propias. </p>
<p>De forma similar, Trump, en lugar de proponer a los estadounidenses que se adapten y asimilen la nueva realidad socioeconómica del país, les ofrece políticas reformistas: cambiar el mundo para que este se adapte a su conocimiento del mismo. </p>
<p>Se podría decir que, dándoles un lugar en la narrativa que los marginó, les está devolviendo el poder que perdieron.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/101430/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Los expertos se preguntan por qué Donald Trump sigue siendo tan popular, a pesar de sus declaraciones que levantan las cejas. La respuesta puede estar en cómo cuenta las historias.Nicolas Bencherki, Assistant Professor, Université TÉLUQ Joelle Basque, Assistant Professor, Université TÉLUQ Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.