Una de las tareas fundamentales de la universidad es fomentar que los estudiantes aspiren a la precisión en el uso del lenguaje. La precisión es precisamente la que nos conduce a la verdad.
Satisfacer nuestra curiosidad de manera demasiado rápida e irreflexibla nos hace vulnerables a la manipulación. Es necesario enseñar desde la infancia a distinguir y ser exigentes con las fuentes.
El poder de las imágenes es indiscutible en nuestra percepción de los hechos históricos. Con la IA y las imágenes manipuladas, se vuelve todavía más importante alcanzar una mirada analítica y crítica.
Ahora que proliferan las complicaciones técnicas para reconocer la falsedad de ciertos contenidos, sigue siendo razonable recordar lo que pierde la sociedad sin la función orientadora de la verdad.
El diálogo es una característica esencial para la adquisición del conocimiento y el avance del pensamiento del ser humano. Las inteligencias artificiales lo imitan, pero no todo diálogo vale.
Las narraciones maestras y nacionales suelen estar plagadas de ideas preconcebidas, heredadas de una memoria colectiva, frente a las que hay que practicar el método científico y la mirada crítica.
Los factores psicosociales tienen un gran impacto en el rendimiento académico en matemáticas. Influyen mucho el autoconcepto, basado en las calificaciones previas, y las estrategias de aprendizaje.
La Historia se enseña de manera muy distinta a como la practican los investigadores. Debemos adoptar sus técnicas de pensamiento histórico en el aula, incluso en infantil.
Internet y las redes sociales han introducido en nuestras vidas la posibilidad de disponer de estímulos infinitos e inmediatos que nos dispersan y nos distraen y nos llevan hacia una soledad ruidosa. Noreena Hertz analiza las dificultades por las que atraviesa el sistema democrático y la sensación de soledad que parece envolver al siglo XXI, en el Foro TELOS: Repensar el futuro.
Acercarnos a los testimonios literarios de una época desde planteamientos de género ayuda a conocer la sociedad y a revisar los movimientos ideológicos actuales con un pensamiento crítico.
No solo de crisis vive la filosofía. La realidad muchas veces plantea retos que exigen ampararse en el pensamiento crítico para lograr entenderlos. Las lecturas filosóficas de este 2021 en The Conversation así lo indican.
Los estudiantes de Educación Social son muy conscientes de la importancia del pensamiento crítico, pero faltan estrategias concretas para aplicarlo a la enseñanza e incorporarlo al día a día en las aulas.
Al hilo de la reciente polémica sobre “votar bien” o “votar mal” es necesario tener claro que todos los votos tienen el mismo valor y que es la educación la que hará que los ciudadanos tengan la capacidad crítica para saber lo que deben o no deben votar.
Las difíciles circunstancias actuales exigen transformaciones con altas dosis de creatividad. Y la educación debe aplicarlas también para que los procesos de aprendizaje sean más gozosos. La educación basada en nuestro conocimiento del funcionamiento cerebral debe poner en su centro el impulso de la creatividad.
Fomentar el espíritu crítico en los jóvenes desde el aula y la familia es convertirlos en personas con un pensamiento bien formado y expresado con delicadeza, humildad, prudencia y buenas palabras, huyendo de la calentura, la ordinariez, el rencor y la venganza fría.
Darle vueltas a lo que hubiera pasado si las decisiones hubieran sido otras no es inútil ni negativo. Puede resultar beneficioso tanto a nivel individual como colectivo.
Diderot soñaba con transformar la sociedad mediante un modo de pensar autónomo, no sujeto a los tópicos y a las inercias. Su empeño, aún necesario, se ve apoyado por plataformas como esta.
Centro de Investigación "Pensamiento Contemporáneo e Innovación para el Desarrollo Social" (COIDESO) y Grupo ReALL de la Universidad de Huelva. Assistant professor (Department of Romance and Slavic Languages, University of Economics in Bratislava), Universidad de Huelva