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personajes – The Conversation
2024-02-25T21:52:25Z
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¿Dónde está el lobo feroz? La desaparición de los adversarios en la literatura infantil
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/577040/original/file-20240221-26-hw2yvr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=310%2C76%2C3917%2C2573&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"></span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/little-red-riding-hood-453327241">Dibustock/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>¿Tiene que haber personajes malvados en la literatura infantil? ¿Es bueno que el público infantil lea o escuche obras donde hay adversarios que plantean dificultades al protagonista? Son preguntas que probablemente nos hemos planteado más de una vez y para las que parece que el mercado y los mecanismos de canonización (premios y recomendaciones) tienen una respuesta clara: no.</p>
<p>Las obras destinadas a la infancia están muy atadas a <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=301187">una serie de normas y creencias</a> sobre lo que es adecuado para los niños, sobre lo que es correcto para su formación y para su desarrollo, así como sobre lo que les gusta. Todas estas presunciones suelen estar ligadas a la idea de un lector modelo, con gustos uniformes que se pueden extrapolar a toda la población infantil. </p>
<p>Por ejemplo, editoriales y mecanismos de recomendación parecen coincidir en que los libros infantiles deben estar llenos de color (¡alejen esa monocromía de las jóvenes criaturas, por dios!). O que los tonos, además, deben ser brillantes, muy saturados. Basta con revisar los estantes de las secciones infantiles para percibir cierta homogeneidad en las propuestas estéticas.</p>
<p>Pero cabe suponer que el público infantil es tan heterogéneo como el adulto y que, por lo tanto, afirmar “a los niños les gusta…” o “a los niños no les gusta…” parece una generalización poco realista.</p>
<h2>Colores brillantes, historias felices</h2>
<p><a href="https://www.routledge.com/Power-Voice-and-Subjectivity-in-Literature-for-Young-Readers/Nikolajeva/p/book/9780415636698">Diversos investigadores</a> del área de la literatura infantil <a href="http://www.pantalia.es/publicaciones-ficha.php?ID=18">han percibido</a> que se tiende a relacionar la infancia con inocencia e inexperiencia, lo que hace que tenga que ser guiada y tutelada. Bajo el paraguas de la protección, se busca a veces limitar, por ejemplo, historias o argumentos que pudieran provocar reacciones emocionales aparentemente no deseadas en la infancia, como podría ser el miedo o la tristeza. En la mediación lectora, ya sea la realizada por las familias o en las propias escuelas, no es raro que este tipo de obras queden algo relegadas por considerarse demasiado complejas o poco adecuadas.</p>
<p>Y sin embargo, históricamente, los personajes malvados tenían <a href="https://www.fondodeculturaeconomica.com/Ficha/9786071616586/F">un rol central en el cuento folclórico maravilloso</a> y predominaban en general en las historias destinadas a los niños. En las últimas décadas se ha seguido una tendencia opuesta y los adversarios han ido desapareciendo de la literatura infantil.</p>
<h2>Cada vez menos “malvados”</h2>
<p>Varios estudios han mostrado que la presencia de adversarios en las obras destinadas a la infancia o a la juventud quedaba reducida a poco más de un tercio de las obras; así sucedía, por ejemplo, en el <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=106245">análisis</a> de 150 obras premiadas o recomendadas entre 1977 y 1990, o en la <a href="https://ddd.uab.cat/record/203170">actualización</a> del mismo estudio con obras publicadas entre 2003 y 2013, así como en una <a href="https://roderic.uv.es/items/f550c053-719b-4694-a9d7-894e80345bb5">investigación</a> centrada en 100 obras de literatura infantil y juvenil catalanas publicadas entre 2002 y 2006.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/libros-para-ninos-o-literatura-infantil-165230">¿Libros para niños o literatura infantil?</a>
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<p>La misma tendencia se observa en los <a href="https://www.researchgate.net/publication/362160635_LAS_VARIAS_CARAS_DEL_VILLANO_EN_EL_ALBUM_ILUSTRADO_CONTEMPORANEO">álbumes ilustrados</a> particularmente premiados o reconocidos entre 2000 y 2019, donde solo en un cuarto de los más de 100 títulos analizados aparecía un antagonista. </p>
<p>Los adversarios no son solo amenazadores como los lobos o los ogros de las historias clásicas. En este último trabajo citado, por ejemplo, se identificaron cuatro tipos de adversarios en las obras: </p>
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<li><p>Clásicos, villanos típicos del cuento folclórico, como el ogro que aparece en <a href="https://www.ekare.com/ekare/issun-boshi-2/"><em>Issun Bôshi</em></a>. </p></li>
<li><p>Paródicos, representaciones humorísticas o inversiones de roles estereotípicos, como el monstruo que resulta ser la mascota sumisa de la protagonista de <a href="https://es.literaturasm.com/libro/nam#gref"><em>¡Ñam!</em></a>. </p></li>
<li><p>Realistas, personajes humanos dentro de narrativas históricas o sociales, como los nazis en <a href="https://oqo.es/product/humo/"><em>Humo</em></a>, una historia sobre el Holocausto. </p></li>
<li><p>Y simbólicos, proyecciones de una lucha interna de los protagonistas, como los diferentes personajes de ficción que representan las pesadillas del niño protagonista de <a href="https://www.anayainfantilyjuvenil.com/libro/album-ilustrado/papaaa-9788469885611/"><em>¡¡¡Papááá…!!!</em></a>.</p></li>
</ol>
<h2>¿Un mundo feliz?</h2>
<p>Es necesario preguntarnos qué tipo de imaginario queremos que las generaciones más jóvenes habiten: uno edulcorado, libre de cualquier peligro o dificultad, o uno que plantee situaciones adversas a las que se debe hacer frente, quizás más cercano a la realidad que nos circunda. </p>
<p>Bruno Bettelheim, en su famosa obra <a href="https://www.todostuslibros.com/libros/psicoanalisis-de-los-cuentos-de-hadas_978-84-08-00705-0"><em>Psicoanálisis de los cuentos de hadas</em></a>, planteaba la extrema utilidad de obras que mostrasen el lado negativo del mundo, para ofrecer a los pequeños un campo seguro en el que enfrentarse simbólicamente a sus propios miedos. </p>
<p>Esta obra se centra en los cuentos de hadas y valora particularmente el hecho de que planteen situaciones donde no todos los personajes son buenos por naturaleza, sino que existen comportamiento cuestionables, así como dificultades y situaciones doloras y complejas. Estas tramas ayudan a los niños a entender sus propios sentimientos (como cuando sienten ira o celos) y a no demonizarlos, así como a desarrollar herramientas y posibles estrategias para hacer frente a los diversos temores que puedan tener, en el entorno seguro de un regazo.</p>
<p>Es posible que no sea el público infantil quien más miedo tenga a desafiar a brujas malvadas o terribles fieras, sino los adultos que quizás desconfiamos de nuestra capacidad de guiarlos y acompañarlos en semejantes lances.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/220859/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Larragueta Arribas no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
En los cuentos infantiles tradicionales siempre había un “malo”, pero los libros para niños que se publican hoy tienden a evitar este personaje antagonista. ¿Nos estamos perdiendo algo importante?
Marta Larragueta Arribas, Profesora Doctora en la Facultad de Educación, Universidad Camilo José Cela
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2022-08-05T12:12:37Z
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¿Por qué seguimos obsesionados con Marilyn Monroe 60 años después de su muerte?
<p>Para algunos, la muerte puede ser un movimiento profesional inteligente. El grado de inteligencia depende en gran medida de quién sea uno y de cómo muera. Ahora que se cumple el 60º aniversario de la muerte de <a href="https://www.britannica.com/biography/Marilyn-Monroe">Marilyn Monroe</a>, podemos aprender algunas lecciones sobre el arte y las implicaciones que tiene el fallecimiento de una gran personalidad pública.</p>
<p>Como ocurre con cualquier icono, la marca de Marilyn Monroe trasciende con mucho a la Marilyn Monroe persona, y más aún a Norma Jeane Mortenson, como era hasta 1946. </p>
<p>Monroe ha sido mencionada en anuncios de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=sQxcQy5zn8c">queso</a>, <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ShTJsvhCBSg">coches</a> y <a href="https://www.adsoftheworld.com/campaigns/surprisingly-mild">whisky</a>, y en múltiples vídeos musicales. Presta su nombre a un <a href="https://christian-metal.fandom.com/wiki/Norma_Jean">grupo de metalcore cristiano</a>, a una <a href="https://youtu.be/jy_beEbr9Rw">colección de joyas</a> y a <a href="https://www.e-architect.com/canada/absolute-towers-mississauga">un par de rascacielos en Ontario</a>. Es objeto de innumerables obras de arte visual, como caricaturas, <em>collages</em> e impresiones digitales.</p>
<p>Su imagen visual ha sido un tema recurrente para los artistas, sobre todo para <a href="https://www.tate.org.uk/art/artists/andy-warhol-2121">Andy Warhol</a>, que realizó <a href="https://theconversation.com/los-retratos-de-marilyn-monroe-de-andy-warhol-muestran-el-lado-oscuro-de-los-anos-60-182869">varias obras con imágenes de su rostro</a>, y que encarnó a la propia Marilyn en unas fotografías de Christopher Makos. </p>
<p>A su vez, las representaciones de Warhol se han convertido en referentes para artefactos posteriores, como una <a href="https://www.artsy.net/artwork/be-at-rbrick-bearbrick-andy-warhols-marilyn-monroe-1000-percent">figura de plástico de 70 cm de altura</a>, una <a href="http://inventorspot.com/articles/andy_warhol_marilyn_monroe_pop_art_sneakers_nike_34184">zapatilla Nike Warhol/Monroe AirMax personalizada</a> y una reproducción de Lego de 3 000 piezas. </p>
<p>Y ahora es objeto de una película biográfica de Netflix de 22 millones de dólares, protagonizada por Ana de Armas, basada en el relato ficticio de su vida de Joyce Carol Oates publicado en 2000. ¿Por qué perdura esta fascinación tantas décadas después de su muerte?</p>
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<h2>Tormenta perfecta</h2>
<p>Monroe se dio a conocer como una “rubia explosiva”, una glamurosa modelo <em>pin-up</em> y actriz/cantante de Hollywood que fue el foco favorito de la voraz mirada masculina de mediados del siglo XX. Pero no fue en absoluto la primera, siguiendo los pasos de Mae West y Jean Harlow. Tampoco fue la última: Anita Ekberg, Jayne Mansfield, Kim Novak y Doris Day vinieron después. ¿Qué es lo que eleva a Monroe por encima de la mera celebridad al estatus de icono? </p>
<p>En vida, Monroe fue ensalzada como una de las estrellas más rentables de la época, con la garantía de atraer al público a cualquier evento. Por ejemplo, utilizó su propio atractivo para ayudar a impulsar la carrera de Ella Fitzgerald, sobornando a los reticentes propietarios del club de jazz Mocambo con la promesa de aparecer en primera fila cada noche si se arriesgaban con la talentosa cantante negra.</p>
<p>Monroe alcanzó tal popularidad gracias a una tormenta perfecta de biografía y contexto cultural, un potencial que supo capitalizar con una astuta gestión de su imagen.</p>
<p>De hecho, es la reinvención radical de su apariencia lo que ayuda a explicar su atractivo. En el cambio de Norma Jeane a Marilyn, de morena como la chica de al lado a rubia de peróxido cegador, y de tartamuda a seductora vocal, también pasó de víctima a agente.</p>
<p>Norma Jeane creció en hogares de acogida y orfanatos, durante los cuales sufrió abusos sexuales y su madre fue hospitalizada por esquizofrenia paranoide. Como Marilyn Monroe, tomó el control de su marca, utilizó su atractivo sexual para construir su carrera y fundó su propia productora, algo poco habitual para una mujer en aquella época.</p>
<p>Esa transformación es un sello clásico de los iconos, como Elvis Presley, Maria Callas, Aretha Franklin y Dolly Parton. Para Monroe, como para otras, la capacidad de superar la adversidad era humanizadora e inspiradora.</p>
<h2>Emblema y novia de Estados Unidos</h2>
<p>La imagen particular que construyó también era importante, ya que su pelo rubio platino era una sorprendente garantía de americanidad en un momento en que la propia identidad americana estaba siendo ferozmente protegida.</p>
<p>El apogeo de la popularidad de Monroe coincidió con la intensificación del movimiento por los derechos civiles en EE. UU., con la histórica decisión de <a href="https://www.history.com/topics/black-history/brown-v-board-of-education-of-topeka">Brown contra la Junta de Educación</a> de 1954 (que dictaminó que la segregación de niños blancos y negros en las escuelas era inconstitucional), seguida rápidamente por la famosa negativa de <a href="https://www.history.co.uk/history-of-america/civil-rights-movement">Rosa Parks</a> a ceder su asiento en el autobús en 1955.</p>
<p>El <a href="https://www.history.com/this-day-in-history/the-death-of-emmett-till">brutal linchamiento de Emmett Till</a> de ese mismo año, y sobre todo <a href="https://www.distractify.com/p/why-did-emmett-till-have-an-open-casket">la insistencia de su madre de mantener el ataúd abierto</a>, impulsaron aún más las cuestiones relacionadas con los derechos civiles en la opinión pública. En este contexto, la blancura de Monroe parecía ser inequívocamente estadounidense, lo que reconfortaba a quienes se resistían al avance de la igualdad racial. </p>
<p>El otro gran escenario de las batallas por la identidad fue la guerra fría, en la que Monroe representaba una celebración de todo lo que la narrativa estadounidense insistía en que los soviéticos querían destruir. El ávido consumo popular de Marilyn era emblemático de la edad de oro del capitalismo nacida del auge económico de la posguerra.</p>
<p><a href="https://www.nexttv.com/news/rise-television-entertainment-90245">La radiodifusión creció en importancia</a> a medida que aumentaba el poder de la televisión. La <a href="https://www.whenitwascool.com/fast-explosion-of-the-1950s">industria de la comida rápida floreció</a> con el crecimiento de las franquicias. Y en 1959, Mattel lanzó <a href="https://www.whenitwascool.com/fast-explosion-of-the-1950s">Barbie</a>, la intersección de la producción en masa y la feminidad idealizada, esencialmente una Marilyn Monroe de plástico a tres dólares. Monroe personificaba todo lo que era despreocupado y agradable de la cultura popular occidental, todo lo que necesitaba ser protegido contra el avance del comunismo.</p>
<h2>Un icono en la muerte</h2>
<p>En última instancia, sin embargo, puede que sean las circunstancias de su muerte a los 36 años las que aseguraron a Monroe un lugar en el panteón de los iconos del siglo XX. La naturaleza inesperada y prematura de su fallecimiento es crucial, lo que significa que su estrellato funciona de forma diferente a, por ejemplo, Aretha Franklin, Dolly Parton o Madonna.</p>
<p>Lo más importante es que fue una muerte trágica que hablaba de demonios internos, no fue una resultante de “un acto de Dios”. Por tanto, la historia de Monroe se alinea con las de <a href="https://inews.co.uk/culture/music/amy-winehouse-death-world-reaction-10-years-ago-age-27-1116707">Amy Winehouse</a>, <a href="https://www.biography.com/news/judy-garland-troubles-from-the-end-of-the-rainbow-20860565">Judy Garland</a> y <a href="https://www.irishtimes.com/culture/music/the-sad-secret-life-of-whitney-houston-1.3105861">Whitney Houston</a>, más que con las de Patsy Cline (accidente de avión), Jean Harlow (insuficiencia renal) o Jayne Mansfield (accidente de coche). Porque si hay algo más atractivo que una historia de pobreza a riqueza es la <a href="https://medium.com/@roc_52978/tragedy-porn-a1080bd5926b">alegría que los chismosos</a> encuentran en una historia de ricos caídos en desgracia. </p>
<p>Podría decirse que fue la forma en que las circunstancias de su vida se alimentaron de las de su muerte lo que nos hace volver a visitar a Monroe. Por su expresión sexual, ha sido reivindicada tanto por <a href="https://medium.com/lessons-from-history/marilyn-monroe-is-a-feminist-icon-fc88148ff330">la segunda ola del feminismo</a> como por su tercera ola (<a href="https://womensmuseum.wordpress.com/2016/06/04/7-sensational-things-marilyn-monroe-can-teach-us-about-feminism/">como emblema de la autodeterminación corporal</a>).</p>
<p>El insaciable consumo mediático de Monroe en vida se ha reconfigurado como una historia para ser devorada por su público, de forma muy parecida <a href="https://www.vox.com/culture/21593569/princess-diana-explainer-crown-netflix-marilyn-monroe-britney-spears-innocence">a lo ocurrido con la princesa Diana</a>. Y la obsesión de la era McCarthy por descubrir secretos se reflejó seguramente en los titulares cargados de interrogaciones que informaban de su muerte, invitando a todo tipo de <a href="https://www.thewrap.com/7-theories-marilyn-monroe-death/">teorías conspirativas inconfesables</a> en torno a ella.</p>
<p>Puede que Marilyn Monroe muriera en 1962, pero en ese mismo momento nació una leyenda. Y aunque su vida sentó las bases de ese estatus legendario, fue su muerte la que la catapultó a la inmortalidad icónica.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/188311/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Freya Jarman no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
La actriz estadounidense perdura como icono gracias a una tormenta perfecta de biografía y contexto cultural.
Freya Jarman, Reader in the Department of Music, University of Liverpool
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2022-08-01T17:28:43Z
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Cecilia: ¿Quién escribía versos en primavera?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/476681/original/file-20220729-19-b661yr.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C2%2C1599%2C895&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Retrato de Cecilia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.rtve.es/television/20131104/ramito-violetas-cecilia-juan-carlos-ortega/784302.shtml">RTVE</a></span></figcaption></figure><p>Escuchar a Cecilia es una invitación a mirar a <a href="https://www.youtube.com/watch?v=XDK5JHhhM0I">aquella España suya y esta España nuestra</a>, una invitación a descubrir qué y cómo hemos cambiado, una invitación al inconformismo, a seguir firmes en la lucha porque, como dirían sus admirados Simon and Garfunkel, “<a href="https://www.youtube.com/watch?v=6JUbFj0BIc4"><em>the fighter stills remains</em></a>” (“el luchador todavía sigue”). </p>
<p>Y qué mejor manera de pelear que con su música, con sus letras que boxeaban (véase <a href="https://www.cecilianet.com/discografia/">la portada de su primer disco</a>) en el cuadrilátero de una dictadura que aplicaba una censura que cercenaba composiciones, mutilaba entonaciones y fulminaba cualquier forma de disidencia.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/476680/original/file-20220729-24-t1s35q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Portada de un disco en el que Cecilia viste camiseta blanca y vaqueros y cubre su mano derecha con un guante de boxeo." src="https://images.theconversation.com/files/476680/original/file-20220729-24-t1s35q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/476680/original/file-20220729-24-t1s35q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/476680/original/file-20220729-24-t1s35q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/476680/original/file-20220729-24-t1s35q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=450&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/476680/original/file-20220729-24-t1s35q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/476680/original/file-20220729-24-t1s35q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/476680/original/file-20220729-24-t1s35q.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=566&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Portada del primer álbum de Cecilia, de 1972.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.cecilianet.com/discografia/">Cecilianet</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Con todo, supo burlar los golpes. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=oV5HXrW3WdI">Fuera del <em>mainstream</em></a> de la canción protesta, Cecilia, como en el marido de “Un ramito de violetas”, adoptó el uso del disimulo y de la ironía para poder ubicarse, mediante la impostada adopción de la ignorancia, en el papel de la melancólica, sentimental y engañada dama. Este es, en superficie, el lugar desde el que habla, es decir, el lugar sentimental propio y apropiado de la mujer de su tiempo. </p>
<p>Sin embargo, y he aquí el poder subversivo de su posición, Cecilia no es quien recibe sino quien escribe los versos, los mismos que nos invitan a la distorsión, a la salida de lo evidente, a transitar entre lo que se dice y lo que se silencia. Es por ello por lo que sus canciones, tanto en contenido como en forma, posibilitaron y posibilitan la creación de relatos, contar historias colectivas e individuales para construir y restaurar lugares y sentidos.</p>
<p>Veamos algunos ejemplos referidos a la construcción de la subjetividad femenina.</p>
<h2>No una muñeca</h2>
<p>Calvino afirmaba en <a href="https://www.siruela.com/archivos/fragmentos/SeisPropuestas.pdf"><em>Seis propuestas para el próximo milenio</em></a> que la levedad hace posible una mirada sobre el mundo desde una lógica distinta, desde una disposición que nos haga detenernos en lo cotidiano para transformarlo y concederle originalidad y novedad. Qué mejor ejemplo para seguir el consejo del escritor italiano que centrarnos en un objeto que remite al mundo infantil connotado de inocencia y al que se supone apartado de lo político.</p>
<p><a href="https://www.youtube.com/watch?v=we8snNoPEws">Escuchemos</a> “Mi muñeca” (1972):</p>
<blockquote>
<p>Mi muñeca, la Mari Pepa, (…)</p>
<p>Fue la compañera que con más constancia</p>
<p>me hizo compañía toda la infancia. (…)</p>
<p>Parece que la veo sentada en una silla</p>
<p>Ojeando un tebeo</p>
</blockquote>
<p>Leamos <a href="https://aminoapps.com/c/comics-es/page/blog/flechas-y-pelayos-ndeg2-comic-espanol/n0ku_Lu8eXjEkm8ojVrqkroJ10mYrQW"><em>Flechas y Pelayos</em></a>, una publicación ligada a las JONS y a la Sección Femenina cuyos propósitos se centraban en la configuración de una mujer alineada con los patrones del régimen franquista: ama de casa y madre. </p>
<p>Mari Pepa se convierte en un instrumento simbólico que colabora en la construcción de la identidad femenina, en una herramienta que modela y domestica a la mujer apartándola de lo público y de lo político. La muñeca es metáfora de pasividad, de un proceso que objetualiza a la mujer y la convierte en un sujeto no autónomo. Ni actúa, ni habla. Obedece y calla. </p>
<p>Pero no en Cecilia, donde la niña torna en una madurez que se revela en “<a href="https://youtu.be/E9udAyewW84">Amor de medianoche</a>” (1975):</p>
<blockquote>
<p>Yo no quiero ser tu sombra en un rincón,</p>
<p>la muñeca que no tiene opinión.</p>
<p>Yo no soy la marioneta de cartón,</p>
<p>El juguete que baila en tu guiñol</p>
</blockquote>
<h2>Mujeres en libertad</h2>
<p>Quizá sea “<a href="https://www.youtube.com/watch?v=Y2G6bgcykIc">Dama, dama</a>” uno de los grandes ejemplos de mujer que vuela en libertad. En ella, critica la hipocresía y los convencionalismos que sustentaban la doble moral sobre el adulterio. Puntual cumplidora del tercer mandamiento, aunque con algún desliz en el sexto (trasmutado por la intervención de la mano de la censura en inconexo), su <em>Dama</em> descentra los modos del goce sexual de la mujer dentro de la estructura matrimonial, trastoca el orden social y el corsé impuesto por la “alta cuna”, es <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Madame_Bovary">Emma Bovary</a>, es un “ser pensante y escribiente”. </p>
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<figcaption><span class="caption">Videoclip de la canción ‘Dama, dama’, de Cecilia.</span></figcaption>
</figure>
<p>La apuesta por una mujer liberada se complementa con las críticas al hogar y a la pareja como espacios opresivos tanto en la mencionada “<a href="https://www.youtube.com/watch?v=8AtSHZTwehY">Un ramito de violetas</a>” como en “<a href="https://www.youtube.com/watch?v=7R9NxOacfj0">Nada de nada</a>”. </p>
<p>En la primera, la casa, como el convento en “<a href="https://www.youtube.com/watch?v=MyoLLI4FtnI">La primera comunión</a>”, es un aparato para ejercer control mientras que, en la segunda, tras la ruptura de la relación la descripción de lo femenino se establece por la falta, la ausencia, la “mano sin dueño”; “la palabra vacía” o la “brisa sin aire”. </p>
<p>Otras letras que inciden en su crítica a las bondades de un matrimonio de acuerdo con las imposiciones sociales y los parámetros del ángel del hogar que llevan anexas la sumisión económica de la mujer las hallamos en “<a href="https://www.youtube.com/watch?v=4YdPL7YG6SI">Al son del clarín</a>”, donde desenmascara la hipocresía de los intereses lucrativos de las relaciones contractuales para ser aceptadas socialmente, o en “<a href="https://www.youtube.com/watch?v=6BKyW6ao4u4">Equilibrista</a>”, metáfora del periodo de transición entre madurez y adolescencia, de aquello que ella quiere ser y las expectativas familiares. </p>
<p>Por ello, la soltería se revela como un acto de rebelión: “Ahora os voy a cantar una canción que creo que todas las mujeres entendemos un poco porque mi madre está empeñada en casarme, no sé si algunas de vuestras madres también y entonces escribí una canción que se llama ‘<a href="https://www.youtube.com/watch?v=2HwVIgmWlkg">Me quedaré soltera</a>’. Me voy a quedar soltera”. </p>
<p>Cecilia es palabra y música guerrera y rebelde. Sus combates no son en blanco y negro. Sus luchas contra cualquier tipo de opresión, sus historias y sus preocupaciones, en muchos casos, siguen siendo las nuestras.</p>
<p><em>The fighter stills remains</em>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187934/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lorena Peña Jiménez recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carmen Rodríguez Martín recibe fondos FEDER/UGR. </span></em></p>
Cecilia falleció hace 46 años, un 2 de agosto, en Colinas de Trasmonte, pero su música sigue siendo reivindicativa.
Lorena Peña Jiménez, Contratada predoctoral FPU, Universidad de Granada
Carmen Rodríguez Martín, Profesora Titular de Estética y Teoría de las Artes, Universidad de Granada
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2022-07-28T18:14:46Z
2022-07-28T18:14:46Z
Hilma af Klint, una pintora a la vanguardia de la abstracción
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/476298/original/file-20220727-17-h8yk2x.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=114%2C0%2C2326%2C1770&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">'Evolution, No. 13, Group VI', 1908. Hilma af Klint.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hilma_af_Klint_-_Group_VI,_Evolution_No._13_(13949).jpg">Rhododendrites / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>¿Puede la exposición de una desconocida artista sueca cambiar nuestra comprensión sobre el arte de las vanguardias? La historia del arte de principios del siglo XX parece estar lo suficientemente anclada para que la aparición espectral de una artista en la periferia de Europa no le influya en ninguna manera. Sin embargo, el fenómeno de Hilma af Klint ha abierto vías de estudio totalmente innovadoras en nuestro modo de acercarnos a la abstracción.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/476329/original/file-20220727-27-yscy9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="La pintora Hilma af Klint está sentada en una silla y mira a cámara, vistiendo una blusa blanca y una falda larga." src="https://images.theconversation.com/files/476329/original/file-20220727-27-yscy9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/476329/original/file-20220727-27-yscy9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=901&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/476329/original/file-20220727-27-yscy9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=901&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/476329/original/file-20220727-27-yscy9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=901&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/476329/original/file-20220727-27-yscy9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1132&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/476329/original/file-20220727-27-yscy9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1132&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/476329/original/file-20220727-27-yscy9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1132&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato de Hilma af Klint en su estudio en Hamngatan en Estocolmo. Alrededor de 1885.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hilma-af-Klint.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>Nacida en 1862, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Hilma_af_Klint">Hilma af Klint</a> estudió en la Real Academia de Bellas Artes de Estocolmo, donde desarrolló un estilo naturalista acorde con su educación académica. No obstante, a la sombra de esa pintura oficial y de manera privada llevó a cabo un tipo de obra totalmente distinto. </p>
<p>Junto con cuatro amigas formó el grupo <em>De Fem</em> (Las cinco), que realizaba <em>séances</em> (sesiones) espiritistas de las que derivaban bocetos e instrucciones. A partir de estos, Af Klint se embarcó en componer una obra abstracta, simbólica y compleja que buscaba representar el orden del cosmos. </p>
<p>Esta obra monumental que Af Klint comenzó en 1908 se considera ahora la primera manifestación de la abstracción.</p>
<h2>Buscando la inclusión en el canon</h2>
<p>Aunque piezas de Af Klint habían estado en algunas <a href="https://www.worldcat.org/title/spiritual-in-art-abstract-painting-1890-1985/oclc/13793368">exposiciones colectivas</a> antes, fue en 2013 <a href="https://www.modernamuseet.se/stockholm/en/exhibitions/hilma-af-klint-2013/">cuando el Moderna Museet de Estocolmo le dedicó una monográfica</a> en la que se pudo conocer la amplitud y brillantez de su obra. </p>
<p>Esta había estado oculta durante cuarenta años por deseo de la artista, quien confiaba en que la sociedad futura estuviera preparada para comprender mejor su propuesta. Y parece que así es, puesto que la exposición fue un éxito tanto de público como de crítica. Tras su presentación en casa, Hilma af Klint comenzó un viaje por los más renombrados museos del mundo <a href="https://citygallery.org.nz/exhibitions/hilma-af-klint-the-secret-paintings/">llegando hasta las antípodas</a>.</p>
<p>El nombre de la exposición original, <em>Hilma af Klint. Pionera de la abstracción</em>, dejaba las cosas claras: el Moderna Museet quería reivindicar que la primera pintora abstracta fue sueca. Intentaba introducir un nuevo personaje en el selecto grupo canónico de los grandes maestros de las vanguardias, una mujer en una lista eminentemente masculina. No había intención de cambiar la narrativa del arte contemporáneo, sino de completarla con una figura nacional.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/476331/original/file-20220727-1405-789exs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Un cuadro abstracto, de fondo rojo con un círculo superpuesto. Medio círculo tiene un borde azul, y el otro medio, blanco, y en el interior el relleno es mitad negro, mitad amarillo." src="https://images.theconversation.com/files/476331/original/file-20220727-1405-789exs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/476331/original/file-20220727-1405-789exs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=601&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/476331/original/file-20220727-1405-789exs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=601&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/476331/original/file-20220727-1405-789exs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=601&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/476331/original/file-20220727-1405-789exs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=755&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/476331/original/file-20220727-1405-789exs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=755&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/476331/original/file-20220727-1405-789exs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=755&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">‘Svanen, nr 17, grupp IX/SUW, serie SUW/UW’ de Hilma af Klint, 1915. Foto de Moderna Museet/Albin Dahlström.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hilma_af_Klint_Svanen.jpg">Moderna Museet / Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por ello, en la exposición de Estocolmo <em>De Fem</em> solo aparecían al final, de manera tangencial, para no quitar importancia a la <a href="https://www.revistas.uma.es/index.php/boletin-de-arte/article/view/3372">verdadera y solitaria protagonista</a>. Pero la muestra no solo lanzó un nuevo filón de <em>merchandising</em>, sino que abrió una ventana hasta entonces velada. Y de ella surgieron las espiritistas.</p>
<h2>La aparición de las espiritistas</h2>
<p>No fue el interés por lo sobrenatural lo que supuso una sorpresa: la relación de muchos artistas abstractos con la doctrina de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Teosof%C3%ADa">teosofía</a> era conocida, y algunos de sus frutos, como el libro <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-de-lo-espiritual-en-al-arte/265350"><em>De lo espiritual en el arte</em></a> de Kandinsky, profusamente divulgados. La sorpresa fue que, siguiendo la estela de Af Klint, comenzaron a aflorar estudios de mujeres que, guiadas por sus conversaciones con los espíritus, habían experimentado con la abstracción desde épocas tan tempranas como 1861, como en el caso de <a href="https://georgianahoughton.com/">Georgiana Houghton</a>. </p>
<p>De pronto, en cada lugar aparecían <a href="https://josefatolra.org/">nuevas médiums artistas</a> y junto a ellas <a href="https://www.revistas.uma.es/index.php/boletin-de-arte/article/view/3368/3086">todo un campo de investigación</a> hasta entonces ninguneado. Lo que empezó en Estocolmo como un intento de incluir una nueva actriz en un relato bien estructurado, el de las vanguardias masculinas y racionales donde un toque de espiritismo daba color a la narración, se convirtió en un cambio de marcha ineludible. Hilma af Klint no era una pionera, sino una miembro destacada de un impulso social y artístico que la superaba y que había dejado fuerte marca en las vanguardias más experimentales.</p>
<h2>Nuevas vías para una historia más rica y compleja</h2>
<p>La aparición de nuevas autoras ha incentivado a su vez el estudio de la relación de otras artistas vanguardistas con doctrinas espirituales, y ha dejado en evidencia que lo oculto, lo esotérico y lo espiritual tuvo un lugar fundamental en las vanguardias. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/476330/original/file-20220727-17-fnk95j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/476330/original/file-20220727-17-fnk95j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/476330/original/file-20220727-17-fnk95j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=787&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/476330/original/file-20220727-17-fnk95j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=787&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/476330/original/file-20220727-17-fnk95j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=787&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/476330/original/file-20220727-17-fnk95j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=989&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/476330/original/file-20220727-17-fnk95j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=989&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/476330/original/file-20220727-17-fnk95j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=989&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">‘Altarpiece, No. 1, Group X, Altarpieces, de Hilma af Klint. 1907. Foto de Albin Dahlström/ Moderna Museet.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hilma_af_Klint_-_1907_-_Altarpiece_-_No_1_-_Group_X_-_Altarpieces.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>También se está demostrando que las protagonistas de estas tendencias eran principalmente mujeres. Como dijo en una conferencia la artista Olivia Plender, no es de extrañar que las médiums lo fueran, puesto que hablar con la voz de otro podía suponer la única forma de ser escuchadas. Tampoco es de extrañar que estas artistas, escritoras e <em>influencers</em> de su época hayan quedado a la sombra en una historia del arte profundamente heteropatriarcal.</p>
<p>Ahora, la ventana que nos abrió Hilma af Klint se está ensanchando, y otro campo de estudio está pidiendo su lugar en las bases de la vanguardia: <a href="https://www.csic.es/es/formacion-y-empleo/cursos-de-alta-especializacion-del-csic/danza-esoterismo-y-vanguardias">la danza</a>, estrechamente relacionada con el esoterismo y las culturas orientales. </p>
<p>En 1944, Af Klint dejó escrito en su testamento que no se mostraran sus obras hasta cuarenta años tras su muerte, cuando el mundo estuviera más preparado para entenderlas. Fue optimista. Hemos necesitado casi el doble, pero parece que por fin lo estamos consiguiendo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/187210/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Haizea Barcenilla no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
La obra de la artista sueca Hilma af Klimt está considerada la primera manifestación de la abstracción. Pero no siempre ha formado parte del canon artístico. Incluso ella creía que pintaba algo demasiado avanzado para la época.
Haizea Barcenilla, Profesora de Historia del Arte, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
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tag:theconversation.com,2011:article/182874
2022-07-20T18:19:49Z
2022-07-20T18:19:49Z
El marxismo de György Lukács
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/473668/original/file-20220712-30704-3nhkl6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=175%2C127%2C1495%2C1837&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Reproducción de una fotografía de György Lukács de un documento de 1917.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gy%C3%B6rgy_Luk%C3%A1cs_1917-1.1.jpg">TGM / Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>La obra de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Georg_Luk%C3%A1cs">György Lukács</a> (Budapest 1885-1971) es tan compleja que una breve introducción a su pensamiento se torna ardua tarea. Pero si quisiéramos partir de un hecho ampliamente aceptado, cabría señalar que Lukács es fundador de aquella corriente intelectual que lleva el controvertido nombre de “marxismo occidental”. Sus ensayos <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_la_novela"><em>La teoría de la novela</em></a> (1916) e <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_y_conciencia_de_clase"><em>Historia y conciencia de clase</em></a> (1923) influyeron a pensadores de la talla de Ernst Bloch, Siegfried Kracauer, Theodor W. Adorno, Walter Benjamin, Herbert Marcuse, Max Horkheimer y Leo Löwenthal. </p>
<p>Lukács recupera allí una tradición teórica crítica que había quedado adormecida tras la muerte de Karl Marx. Esta tradición comprende la modernidad como un período de transiciones marcado por la alienación. En la era del capital como potencia automática que organiza y dirige la vida, los individuos ven enajenados sus atributos subjetivos en grado y cualidad inauditos. </p>
<p>Como es imaginable, la alienación conduce a la ruina del ser humano y a la destrucción de la naturaleza que sustenta su existencia. Pero la alienación es, a la vez, el camino que los seres humanos han de recorrer en la formación de sus determinaciones latentes, gracias a las cuales estos podrían eventualmente producir “<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Manuscritos_econ%C3%B3micos_y_filos%C3%B3ficos_de_1844">de acuerdo con las leyes de la belleza</a>”. Semejante concepto ambivalente, “dialéctico” de alienación cobra impulso y nueva vitalidad en estos ensayos de Lukács. </p>
<h2>De la alienación…</h2>
<p>La crítica de la alienación constituye el alfa y omega de todos los esfuerzos intelectuales de Lukács. Una crítica de la alienación parte de la constatación de la miseria cotidiana e investiga sus causas. </p>
<p>Se pregunta: ¿por qué los individuos llevan una existencia tan rezagada respecto de las posibilidades que el género humano ofrece? ¿Cómo impactan las instituciones modernas en la constitución de la personalidad de los individuos? ¿Por qué la historia se nos presenta como una serie de procesos cuyos mecanismos operan a nuestras espaldas e independientemente de nuestra voluntad? Y también: ¿Qué elementos de nuestra cotidianidad ofrecen indicios de lo que sería una vida digna? Con la excepción de unos pocos ensayos tempranos, para Lukács la alienación es algo histórico y, consecuentemente, superable. </p>
<p>En <em>La teoría de la novela</em>, por ejemplo, la novela es vista como expresión crítica de la relación sujeto-objeto en la época burguesa: el héroe, desarraigado de una existencia colectiva, emprende un viaje de búsqueda de sentido, pero en la medida en que se halla espiritualmente “desamparado” acaba sucumbiendo ante la superioridad de fuerzas sociales hostiles. </p>
<p>Remitiéndose a Cervantes, Flaubert, Goethe y Dostoievski, Lukács muestra cómo esta narrativa expresa, a través de sus formas, la alienación del individuo característica de un mundo de relaciones impersonales, preponderantemente económicas. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/473672/original/file-20220712-22-6vfrum.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/473672/original/file-20220712-22-6vfrum.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/473672/original/file-20220712-22-6vfrum.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=408&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/473672/original/file-20220712-22-6vfrum.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=408&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/473672/original/file-20220712-22-6vfrum.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=408&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/473672/original/file-20220712-22-6vfrum.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=513&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/473672/original/file-20220712-22-6vfrum.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=513&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/473672/original/file-20220712-22-6vfrum.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=513&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Lukács con la escritora alemana Anna Seghers en 1952.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bundesarchiv_Bild_183-15304-0097,_Berlin,_Tagung_Weltfriedensrat,_Georg_Lukacz,_Anna_Seghers.jpg">German Federal Archives / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>… a la <em>cosificación</em></h2>
<p>Uno de los ensayos centrales de <em>Historia y conciencia de clase</em> afirma que, en el modo de producción capitalista, todas las esferas vitales tienden a ser penetradas y configuradas según la forma de la mercancía. El concepto de este proceso de alienaciones en el capitalismo, que se denomina <em>cosificación</em>, es deudor de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Georg_Simmel">Georg Simmel</a>, quien fue un maestro para Lukács. </p>
<p>Pero mientras que en Simmel la cosificación es algo unilateralmente negativo, para el filósofo húngaro adquiere aquel matiz ambivalente, “dialéctico” que mencionábamos arriba. El proceso de cosificación, que supone la absorción de la vida humana en la lógica del capital, posibilita también, por primera vez en la historia, la emergencia de una conciencia realmente humana, que echará por tierra las instituciones capitalistas y allanará el camino a una vida digna de la especie. </p>
<p>En el concepto de cosificación se advierte que, para Lukács, la conciencia es un factor decisivo en la relación sujeto-objeto. La “<a href="https://www.sigloxxieditores.com/libro/historia-y-conciencia-de-clase_51557/">realidad no es, sino que deviene, y no sin la intervención del pensamiento</a>”. Solo una conciencia “contemplativa” reproduce mecánicamente en el pensamiento las cosas tal como aparecen y confunde el estado actual de la realidad con su verdadera esencia. </p>
<h2>Ensayismo <em>versus</em> método</h2>
<p>En Lukács no hay método, si por “método” se entiende un sistema rígido, “cosificado”, de procedimientos para conocer la realidad. Nadie encontrará un método de crítica entre los escritos del filósofo y ninguno de sus conceptos tiene la ambición valer más allá del caso para el que fue pensado (los detractores de Lukács suelen creer que sus categorías analíticas pretenden una validez general). </p>
<figure class="align-right ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/473670/original/file-20220712-31979-p99122.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/473670/original/file-20220712-31979-p99122.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1118&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/473670/original/file-20220712-31979-p99122.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1118&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/473670/original/file-20220712-31979-p99122.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1118&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/473670/original/file-20220712-31979-p99122.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1405&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/473670/original/file-20220712-31979-p99122.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1405&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/473670/original/file-20220712-31979-p99122.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1405&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Fotografía de Lukács en 1919.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Lukacs_Gyorgy-hungarian-soviet.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>Lukács sostiene que las categorías del pensamiento son los mismos materiales que se piensan elevados a conciencia. O dicho con una analogía de la carpintería: al contrario de lo que suele decirse hoy en día, el martillo no es extensión de la mano, sino del clavo. Esta posición constituye una prueba del antidogmatismo de Lukács y arraiga en la tradición ensayística moderna que nace con Michel de Montaigne. Posee una actitud exploratoria, desprovista de prejuicios y metas preestablecidas. </p>
<p>Además de su rechazo al pensamiento sistemático, el carácter ensayístico de la obra de Lukács posee tres rasgos. </p>
<ul>
<li><p>Primero, el análisis es “inmanente”, es decir, la crítica opera con nociones y conceptos que el mismo material ofrece. Se supone que este encierra un “secreto” que solo desvelará cuando sea confrontado con herramientas analíticas que le sean “homogéneas”, “familiares”. <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=592426">Así lo dice el joven Lukács</a>: “Cuando algo se ha hecho problemático […], la salvación no puede venir más que de la radicalización extrema de la misma problematicidad, de un radical marchar hasta el final en toda problemática”. </p></li>
<li><p>En segundo lugar, se desprecia cualquier “filosofía del futuro”: el análisis de la realidad no se supedita a un porvenir imaginado de antemano, así como tampoco predice cómo seguirán las cosas. <a href="https://books.google.es/books/about/Soljenitsin.html?id=59KRGwAACAAJ&redir_esc=y">En un ensayo</a> sobre los crímenes del estalinismo, se lee: “Todo juicio que intente anticipar el futuro será […] vacía escolástica”. </p></li>
<li><p>Finalmente, el tercer rasgo del pensamiento <em>lukácsiano</em> afirma la historicidad radical de las categorías intelectuales y las figuras estéticas. Es decir, las obras teóricas y artísticas no flotan, por así decirlo, en el aire, sino que <em>expresan</em> –en el mejor de los casos, críticamente– problemas de la vida cotidiana que resultan socialmente relevantes en el período histórico en el que surgen. ¿Pero qué significa “expresar”? Indagar el complejo, nunca ingenuo ni unilateral, sentido de este concepto constituye una puerta de acceso sumamente promisoria a Lukács. </p></li>
</ul>
<h2>Más Lukács</h2>
<p>No se agota con esto la obra del filósofo. Vasta y variada es su producción, que se extiende desde 1902 hasta el año de su muerte. Ésta incluye dos estéticas (la así llamada “Estética de Heidelberg”, del período 1912-18, y <em>La peculiaridad de lo estético</em>, de 1963), una ontología (<em>Para la ontología del ser social</em>, de 1964-68), una historia del irracionalismo en Alemania (<em>El asalto a la razón</em>, 1954), una monografía sobre el joven Hegel (de 1948), dos trabajos sobre el surgimiento del fascismo alemán (1933 y 1941-42), una <em>Historia evolutiva del drama moderno</em> (de 1908) y una serie casi interminable de ensayos de crítica literaria, estética, drama, filosofía, de historia de la literatura (reunidos en 1938 con el título de <em>La novela histórica</em>), de estética (varios de ellos presentes en <em>Aportaciones a una historia de la estética</em>, de 1954) y de política… </p>
<p>Todos estos trabajos componen un legado heterogéneo, colmado de revisiones, rupturas y autocríticas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/182874/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Francisco Manuel Garcia Chicote no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
El filósofo húngaro György Lukács se preguntaba por qué la historia opera a nuestras espaldas e independientemente de nuestra voluntad, e intentó explicar que la alienación es algo superable.
Francisco Manuel Garcia Chicote, Investigador del CONICET Docente regular del Departamento de Letras, Universidad de Buenos Aires
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2022-07-14T17:27:54Z
2022-07-14T17:27:54Z
Dora Maar, la gran fotógrafa oculta tras la musa
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/473930/original/file-20220713-9428-qoaw40.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1454%2C1533&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Dora Maar y Pablo Picasso en la playa, verano de 1937. Fotografía hecha por Eileen Agar.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.tate.org.uk/art/archive/items/tga-8927-8-9/agar-photograph-of-dora-maar-and-pablo-picasso-on-the-beach">© Tate</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/">CC BY-NC-ND</a></span></figcaption></figure><p>En la inevitable marea de los reconocimientos de tantas mujeres artistas del pasado siglo XX que pasaron simplemente por musas, amantes, esposas o acompañantes, cuando su obra era realmente tan fuerte, bella y original como la de su pareja, Dora Maar, por muchas razones, ocupa un lugar peculiar. Picasso no es Dios, pero su sombra es muy alargada.</p>
<p>Maar nació como Henriette Théodora Markovitch en París en 1907 y murió el 16 de julio de 1997. Su madre era una francesa provinciana y católica y su padre un arquitecto croata exiliado que realizó obras importantes en Argentina, donde acabaron viviendo veinte años, pero que nunca triunfó económicamente. </p>
<h2>Maar encuentra la fotografía</h2>
<p>Cuando la familia volvió a París, Maar estudió pintura y artes decorativas antes de hacer de la cámara de fotos su medio de vida y expresión artística. Fotografía de moda, retratos inusuales… Su producción era tan amplia que en 1931, sin siquiera 25 años, Maar ya tenía un estudio exitoso junto al escenógrafo Pierre Kéfer. </p>
<p>Luego decidió abrir un estudio en solitario para centrarse en alumbrar imágenes inquietantes. Allí hizo algunos de sus fotomontajes más famosos y delirantes. El más conocido es quizás <em>Ubu Roi</em> (1936), la representación de una criatura no humana, extraña, una especie de feto de armadillo –aunque ella nunca quiso indicar de qué animal se trataba para que no perdiese su misterio– que André Breton consideró un ejemplo perfecto de <em>objet trouvé</em> (<a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Arte_encontrado">objeto encontrado</a>). </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/474103/original/file-20220714-32349-3jbmzv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/474103/original/file-20220714-32349-3jbmzv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/474103/original/file-20220714-32349-3jbmzv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=826&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/474103/original/file-20220714-32349-3jbmzv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=826&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/474103/original/file-20220714-32349-3jbmzv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=826&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/474103/original/file-20220714-32349-3jbmzv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1038&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/474103/original/file-20220714-32349-3jbmzv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1038&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/474103/original/file-20220714-32349-3jbmzv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1038&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Portrait d'Ubu</em>, de Dora Maar, 1936.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.centrepompidou.fr/es/ressources/oeuvre/cgbG8k">Adagp, Paris / Philippe Migeat - Centre Pompidou, MNAM-CCI /Dist. RMN-GP</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>También <a href="https://www.centrepompidou.fr/es/ressources/oeuvre/c5jpBx"><em>29 rue d'Astorg</em></a> (1936) es un claro ejemplo de fotografía surrealista, en la que se mezclan elementos de distinto tamaño, ubicación y realidad, al igual que <a href="https://www.wikiart.org/en/dora-maar/untitled-1936"><em>Maniquí estrella</em></a> (1936). En su haber se encuentran también otros fotomontajes de niños y mujeres perdidos en laberintos sin final o de habitaciones burguesas invadidas por el barro y la lluvia.</p>
<p>En la primera mitad de los años 30, Maar, al igual que otros compañeros fotógrafos como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Henri_Cartier-Bresson">Henri Cartier-Bresson</a>, alterna sus representaciones de los ricos y famosos, de moda y lujo, con representaciones de la miseria y la pobreza que existe en ese momento en París. La diferencia de las fotografías de Maar en ese momento, con respecto a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Brassa%C3%AF">Brassai</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Eug%C3%A8ne_Atget">Eugène Atget</a> y otros, es que no prima en ellas el aspecto objetivo o documental, sino una búsqueda de simbolismo y de lo <em>freak</em> que encontraremos más tarde en el trabajo de fotógrafas como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Diane_Arbus">Diane Arbus</a>. </p>
<p>En 1932, <a href="https://www.europapress.es/catalunya/noticia-arxiu-nacional-catalunya-adquiere-35-fotografias-dora-maar-realizadas-catalunya-1933-20220707191737.html">Maar viaja a Barcelona</a> y fotografía la vida callejera en la ciudad, además de realizar retratos de gran crudeza de la gente pobre.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/474110/original/file-20220714-32298-g1of2l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/474110/original/file-20220714-32298-g1of2l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/474110/original/file-20220714-32298-g1of2l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=331&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/474110/original/file-20220714-32298-g1of2l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=331&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/474110/original/file-20220714-32298-g1of2l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=331&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/474110/original/file-20220714-32298-g1of2l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=416&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/474110/original/file-20220714-32298-g1of2l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=416&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/474110/original/file-20220714-32298-g1of2l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=416&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Montaje de varias fotografías realizadas por Dora Maar en Barcelona en 1933, recientemente adquiridas por el Arxiu Nacional de Catalunya.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://anc.gencat.cat/ca/detall/noticia/Dora-Maar-entra-a-lArxiu-Nacional">Arxiu Nacional de Catalunya</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Su obra llamó la atención de la sociedad de la época. Pronto fue invitada a formar parte del círculo más avanzado y moderno de París: los surrealistas. En ese entorno fue amante del escritor <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Georges_Bataille">George Bataille</a>, amiga de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jacques_Pr%C3%A9vert">Jacques Prévert</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Paul_%C3%89luard">Paul Éluard</a>, e íntima de la segunda esposa de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9_Breton">André Breton</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jacqueline_Lamba">Jacqueline Lamba</a>. De hecho, probablemente Lamba y Breton se conociesen a través de Maar. </p>
<p>El surrealismo libera a Dora Maar de la tiranía de las apariencias en fotografía y le permite expresar un espíritu salvaje que se burla de todo, incluso, y quizás sobre todo, de sus propios miedos.</p>
<h2>Llega Picasso</h2>
<p><a href="https://www.todostuslibros.com/libros/picasso-y-dora_978-84-8428-328-7">Maar conoció a Picasso en 1935</a>, un año antes de que estallase la Guerra Civil española. Al malagueño, además de su esplendor físico e intelectual, sin duda le atrajo que ella hablase español perfectamente. Casado con Olga Jojlova y también emparejado con una joven amante, Marie-Thérèse Walter, Picasso se enamoró de Maar de forma fulminante. Ella había llamado su atención jugando a cortarse con un cuchillo en un café y el pintor le robó el guante ensangrentado que llevaba puesto entonces. Esto, sin duda, fue un inicio de relación con sombríos presagios… </p>
<p>Cuando entró a formar parte del extraño circulo de Picasso, de su circo de mujeres valiosas pero sometidas, su trayectoria se aventuró por un sendero peligroso. La vida de una mujer artista en aquel momento pocas veces tenía un final feliz. O por decirlo de otro modo, pocas veces había un tercer acto exitoso en la biografía de una artista del pasado, incluso de un pasado tan reciente como el del siglo XX, e incluso hablando del surrealismo, un movimiento en el que varias mujeres consiguieron cierto triunfo.</p>
<p>Con Picasso estuvo ocho años, quizás como soles. Es indudable que fue un periodo extraordinario para el malagueño, en el que pinta muchas de sus mejores obras, <a href="http://www.bcn.cat/museupicasso/es/exposiciones/picasso-retratos/personatge/dora-maar/">incluyendo retratos de Maar</a>. Ella realiza un acto extraordinario <a href="https://www.museoreinasofia.es/coleccion/autor/maar-dora-markovitch-henriette-theodora">mostrando fotográficamente el “proceso” constructivo de <em>Guernica</em></a>. Esto, totalmente innovador en su momento, daría lugar a otras muchas obras de fotógrafos como <a href="https://npg.si.edu/exh/namuth/pol3nam.htm">Hans Namuth con Pollock</a>, o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_misterio_de_Picasso">Clouzot con el propio Picasso</a>, pero esa originalidad de Maar sigue sin reconocerse.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/473931/original/file-20220713-8982-yjdltf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/473931/original/file-20220713-8982-yjdltf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/473931/original/file-20220713-8982-yjdltf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=416&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/473931/original/file-20220713-8982-yjdltf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=416&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/473931/original/file-20220713-8982-yjdltf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=416&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/473931/original/file-20220713-8982-yjdltf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=522&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/473931/original/file-20220713-8982-yjdltf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=522&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/473931/original/file-20220713-8982-yjdltf.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=522&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Parte del reportaje de Dora Maar sobre la creación de <em>Guernica</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://static1.museoreinasofia.es/sites/default/files/obras/DE01331-007.jpg">Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía</a></span>
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</figure>
<p>Picasso también trabajó pintando sobre negativos con Maar, pero luego insistió en que ella abandonase la fotografía para dedicarse a la pintura, el “gran arte” según él. Un poco como la araña que va enredando cada vez a la mosca en una espiral de absoluta dependencia, Picasso llevó a Maar al terreno que él dominaba de forma absoluta.</p>
<p>Hay que decir que ella luchó por hacer una obra válida y algunas de sus obras, a pesar de la influencia (también) del arte de Picasso, son interesantes (por ejemplo <a href="https://artblart.files.wordpress.com/2019/11/dora-maar-the-conversation.jpg"><em>La conversación</em></a>, de 1937). Pero es evidente que se trataba de un reto casi imposible. </p>
<p>En 1945 Maar realizó bodegones al estilo Picasso y más tarde algunos retratos, fundamentalmente de mujeres, que recuerdan a los de otras artistas surrealistas como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Leonor_Fini">Leonor Fini</a>. </p>
<p>Como siempre al hablar de Picasso, fue un nuevo idilio, esta vez con la joven pintora Françoise Gilot, lo que puso fin a una relación que se había vuelto extraordinariamente tóxica, con Maar bordeando la locura y Picasso maltratándola de modo atroz. </p>
<h2>El tercer acto</h2>
<p>Maar estuvo recluida en un hospital mental, recibió electrochoques y sufrió los rudimentos del terrible tratamiento psicológico de la época que servía igual para la esquizofrenia que para los corazones rotos o la depresión. Gracias al poeta Paul Éluard, que pidió ayuda a Picasso, consiguió salir de esa institución. Hizo terapia con Jacques Lacan y, posteriormente, se recluyó, se dedicó a pintar y buscó alivió en un misticismo católico. Así nació su famosa frase: “Después de Picasso, solo Dios”.</p>
<p>A partir de los años 50 su pintura se movió hacia la abstracción, aunque muy ligada a paisajes, obras muy empastadas que se alejan totalmente del arte de Picasso pero que no son formalmente muy interesantes.</p>
<p>La tremenda dependencia emocional de Maar con Picasso, el aspecto extremo de su desesperación, hicieron que su figura, durante mucho tiempo, se desposeyese del brillo que acompañó su éxito temprano y la complejidad de su obra. </p>
<p>Notables historiadoras como <a href="https://masdearte.com/dora-maar-con-y-sin-picasso-una-artista-la-sombra-de-un-gigante-mary-ann-caws/">Mary Ann Caws</a> y <a href="https://www.filmin.es/pelicula/dora-maar-a-pesar-de-picasso">Victoria Combalía</a>, que la conocieron personalmente, la sacaron del anonimato con sus escritos. Y poco a poco, distintas exposiciones, <a href="https://www.tate.org.uk/whats-on/tate-modern/dora-maar">como la de 2019 en la Tate</a>, han recuperado su nombre y su legado para la historia del arte. El tercer acto está en marcha.</p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/L_VLDL1omaI?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Vídeo de la retrospectiva de la Tate Modern sobre Dora Maar.</span></figcaption>
</figure><img src="https://counter.theconversation.com/content/185321/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Amparo Serrano de Haro no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Dora Maar (de cuyo fallecimiento se cumplen ahora 25 años) fue una destacada fotógrafa, tanto en los campos del retrato social como del surrealismo. Sin embargo, su obra se ha visto ensombrecida durante décadas por el hecho de haber sido pareja de Pablo Picasso.
Amparo Serrano de Haro, Profesora Titular de Historia del Arte, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia
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tag:theconversation.com,2011:article/185220
2022-07-14T17:21:57Z
2022-07-14T17:21:57Z
Elisabeth Eidenbenz, la maestra que salvó la vida a 600 niñas y niños en la maternidad de Elna
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/472388/original/file-20220704-15-tbo0bh.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C1%2C681%2C378&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Elisabeth Eidenbenz.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://web.gencat.cat/es/actualitat/detall/Es-recupera-la-memoria-de-la-Maternitat-dElna">Generalitat de Catalunya.</a></span></figcaption></figure><p>“<em>Imaginemos que hay un naufragio, y las personas afectadas han sido educadas por los criterios de la supervivencia. Estos se agarrarán con las dos manos al tablón, en medio del naufragio, y no ayudarán a nadie más que a sí mismos. Estos, no lo lograrán. Por el contrario, si las personas del naufragio son las educadas por el valor de la solidaridad, éstas se agarrarán sólo con una mano al tablón y con la otra mano ayudarán a más personas a salvarse</em>”. <a href="http://lamaternidaddeelna.blogspot.com/2012/03/los-valores-de-la-maternidad-de-elna.html">Elisabeth Eidenbenz</a></p>
<p>Elisabeth Eidenbenz (1913-2011) nació en Suiza un año antes de comenzar la Primera Guerra Mundial. El suyo era un país neutral, como lo fue también durante la Segunda Guerra Mundial. Elisabeth podía haberse mantenido al margen de este conflicto bélico, ya que Suiza no participó militarmente en la contienda. Pero no lo hizo. Fundó la Maternidad de Elna donde, entre 1939 y 1944, ayudó a nacer a casi seiscientas niñas y niños cuyas madres eran refugiadas republicanas españolas y mujeres judías o gitanas que huían de la invasión nazi.</p>
<h2>Una maestra empeñada en ayudar</h2>
<p>Elisabeth Eidenbenz era maestra. Enseñó en varios colegios y centros para personas adultas de Suiza y Dinamarca hasta que decidió que quería ayudar de una manera diferente. </p>
<p>En 1936 formaba parte de movimientos sociales suizos que optaron por ayudar a la población de Madrid, Valencia y Cataluña durante la Guerra Civil Española. Con su “cuartel general” ubicado en Valencia, el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Service_Civil_International">Servicio Civil Internacional</a> enviaba a personas voluntarias y repartía suministros.</p>
<p>Elisabeth aprendió primeros auxilios sanitarios y, como miembro de la Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra, llegó a Madrid el 24 de abril de 1937 para auxiliar a mujeres embarazadas, niñas y niños en la zona republicana. </p>
<p>A principios de 1939, las personas que escapaban del régimen franquista huyeron para refugiarse en campos franceses. Elisabeth, como otras personas voluntarias, formaron parte de esa enorme “riada humana”. </p>
<p>Miles de personas refugiadas llegaron a la zona francesa de los Pirineos Occidentales. Vivían en penosas condiciones. Muchas de ellas murieron por desnutrición o distintas enfermedades. Sobre todo niños, porque la mortalidad infantil superaba el 90 %. </p>
<p>En esta situación, las mujeres embarazadas eran especialmente vulnerables: era fácil que perdieran a sus hijos y frecuente que ellas mismas fallecieran durante o tras el parto. Por ello Elizabeth decidió convertir le Château d'En Bardou, un palacete abandonado próximo a la localidad de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Elna">Elna</a> en la región del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Languedoc-Rosell%C3%B3n">Languedoc-Rosellón</a>, en un hogar de maternidad. </p>
<p>Estaba cerca del <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_concentraci%C3%B3n_de_Argel%C3%A8s-sur-Mer">centro de internamiento de Argelèrs</a> y la joven maestra pensó que podía ayudar a las mujeres recluidas en ese campo a dar a luz. La Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra aprobó su propuesta. Con los 30 000 francos que le donaron, y junto a varias personas voluntarias, Elisabeth, la “Señorita Isabel”, acondicionó el palacete y quedó, sola, a cargo de ese centro sanitario.</p>
<h2>La maternidad de Elna</h2>
<p>El 7 de diciembre de 1939 tuvo lugar el primer parto: el niño se llamaba José Molina, como consta en la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Justos_entre_las_Naciones"><em>lista de Eidenbenz</em></a>, el registro de las niñas y niños que nacieron en aquel castillo.</p>
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<span class="caption">Château d'En Bardou, donde se ubicó la Maternidad de Elna (2005).</span>
<span class="attribution"><span class="source">Wikimedia Commons.</span></span>
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<p>Elisabeth buscaba a las mujeres embarazadas en el campo de Argelèrs y, con el permiso de la dirección del centro de internamiento, las llevaba a Elna para dar a luz. Como el resto de las personas refugiadas, eran mujeres en un estado físico lamentable. En el campo, situado en la playa, sin las condiciones sanitarias e higiénicas adecuadas, era difícil dar a luz y sobrevivir.</p>
<p>En un principio la maternidad funcionó gracias a donaciones procedentes de países europeos, de la Asociación de Ayuda a los Niños de la Guerra, de la Cruz Roja, de particulares franceses e incluso de cuáqueros de Estados Unidos. </p>
<p>No había médicos asistiendo los partos, lo hacían comadronas experimentadas, sobre todo suizas. Ayudaban en el mantenimiento de la maternidad mujeres embarazadas o recién paridas, mujeres solas en un mundo de guerra.</p>
<p>Tras el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, los fondos disminuyeron y empezaron a llegar a Elna personas refugiadas de Francia y el resto de Europa, sobre todo mujeres judías y gitanas que huían de la ocupación nazi. Por ello, la maternidad tuvo que asociarse con la Cruz Roja y obedecer la política de este movimiento humanitario en lo relativo, en particular, a su principio de neutralidad. </p>
<p>Esta regla impedía a la maternidad de Elna amparar a personas refugiadas políticas, en ese momento y sobre todo, judías. No queriendo ceder a este mandato insolidario, se falsificaron las identidades de gran parte de las mujeres judías que necesitaban ayuda. La Gestapo vigilaba de cerca la gestión de la maternidad, e incluso en una ocasión Eidenbenz fue detenida para ser interrogada.</p>
<p>La Gestapo clausuró la maternidad de Elna a finales de abril de 1944. El último de los 597 bebés que nacieron allí se llamaba Danielle Louise: fue el 30 de abril de 1944.</p>
<h2>Los reconocimientos llegan 60 años después</h2>
<p>La historia de Elisabeth Eidenbenz y la maternidad de Elna se olvidó durante casi 60 años. En 2001, Guy Eckstein, francés de ascendencia judía nacido en la maternidad, y Nicolás García, nieto de refugiados españoles y alcalde de Elna, decidieron buscar a Elisabeth para rendirle un merecido homenaje.</p>
<p>En 2002, el estado de Israel incluyó a Eidenbenz entre <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Justos_entre_las_Naciones"><em>los Justos entre las Naciones</em></a>, distinción que enaltece a aquellas personas de confesión no judía que ayudaron de manera desinteresada a las víctimas judías durante la persecución nazi.</p>
<p>En 2006, el Gobierno español entregó a Elisabeth la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Orden_Civil_de_la_Solidaridad_Social">Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social</a>. Ese mismo año, la Generalitat de Cataluña <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Premiados_con_la_Creu_de_Sant_Jordi#2006">concedió a Eidenbenz</a> la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Creu_de_Sant_Jordi">Creu de Sant Jordi</a>. En 2007 el Estado francés le otorgó su máxima distinción, el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Legi%C3%B3n_de_Honor">Ordre national de la Légion d'honneur</a>.</p>
<p>Elisabeth Eidenbenz falleció en Zúrich el 23 de mayo de 2011, a la edad de 97 años. Al llegarle todos esos reconocimientos tardíos, humilde, decía: “No fui yo. No fue mérito mío. Yo sólo fui una pieza más del engranaje”.</p>
<hr>
<p><strong>Nota</strong>: La mayor parte de la información procede del libro <a href="https://www.arallibres.cat/cataleg/la-maternidad-de-elna/"><em>La maternidad de Elna</em></a>, de Assumpta Montellà.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/185220/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Marta Macho-Stadler no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Elisabeth Eidenbenz (1913-2011) nació en Suiza un año antes de comenzar la Primera Guerra Mundial. El suyo era un país neutral, y podía haberse mantenido al margen de este conflicto bélico, pero no lo hizo. En lugar de eso, fundó la Maternidad de Elna.
Marta Macho-Stadler, Profesora de matemáticas, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
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tag:theconversation.com,2011:article/186172
2022-07-12T17:27:50Z
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Patti Smith y los límites de la autobiografía
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/473392/original/file-20220711-13-1smcbz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C141%2C2038%2C1220&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Patti Smithen un concierto en el Teatro Fraschini - Pavia, 2019.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.flickr.com/photos/ale_ceci/49203205232/">Alessandro Ceci / Flickr</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/">CC BY-NC</a></span></figcaption></figure><p>Tras la publicación de su primer álbum, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Horses"><em>Horses</em></a>, en 1975, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Patti_Smith">Patti Smith</a> fue apodada “la madrina del punk”, apelativo que nunca ha terminado de entusiasmar a la artista. Hoy en día, conocemos a Smith no solo por su faceta como cantante, sino también como poeta, artista visual, activista y, más recientemente, como memorialista. </p>
<p>En 2010, Patti Smith publicó <a href="https://www.penguinlibros.com/es/biografias/30742-libro-eramos-unos-ninos-9788426414052"><em>Éramos unos niños</em></a> (<em>Just Kids</em>), obra que recibió el Premio Nacional del Libro en la categoría de no ficción. A este relato, clasificado como libro de memorias, le siguieron <a href="https://www.penguinlibros.com/es/biografias/30535-libro-m-train-9788426403391"><em>M Train</em></a> (2015) y <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/30701-libro-el-ano-del-mono-9788426407740"><em>El año del mono</em></a> (<em>Year of the Monkey</em>, 2019). Aunque los inicios de su trayectoria como poeta se remontan a 1972, no cabe duda de que Patti Smith se ha abierto camino también en el mundo de la literatura en prosa. </p>
<p>Si entramos hoy en una librería, no nos resultará muy difícil encontrar alguno de estos tres libros en la sección de memorias o autobiografías, o simplemente bajo la etiqueta de “no ficción”. No obstante, ¿hasta qué punto es acertada esta clasificación? ¿Son <em>Éramos unos niños</em>, <em>M Train</em> y <em>El año del mono</em> memorias de una celebridad al uso?</p>
<h2><em>Éramos unos niños</em> y el fenómeno <em>female rock memoir</em></h2>
<p>La publicación de <em>Éramos unos niños</em> guarda mucha relación con el aumento significativo de obras que han sido recientemente catalogadas como parte del fenómeno <a href="https://www.washingtonpost.com/entertainment/music/rise-of-the-female-rock-memoir/2015/09/04/64db029e-5097-11e5-933e-7d06c647a395_story.html"><em>female rock memoir</em></a> (“autobiografías de mujeres del rock”). </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/472354/original/file-20220704-15-djjwr3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472354/original/file-20220704-15-djjwr3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472354/original/file-20220704-15-djjwr3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=926&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472354/original/file-20220704-15-djjwr3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=926&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472354/original/file-20220704-15-djjwr3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=926&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472354/original/file-20220704-15-djjwr3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1164&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472354/original/file-20220704-15-djjwr3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1164&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472354/original/file-20220704-15-djjwr3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1164&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Portada de <em>Éramos unos niños</em>, primer libro autobiográfico de Patti Smith.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.penguinlibros.com/es/biografias/30742-libro-eramos-unos-ninos-9788426414052">Penguin Libros</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Sin embargo, a pesar de ser considerado el exponente de este subgénero que cada vez cuenta con más ejemplos, <em>Éramos unos niños</em> no se ajusta exactamente a lo que encontramos en las historias de otras escritoras del rock. Contra todo pronóstico, el primer libro autobiográfico de Patti Smith no narra la historia de cómo esta se convirtió en una de las voces femeninas pioneras del punk, sino que se centra en su relación con el fotógrafo vanguardista <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Mapplethorpe">Robert Mapplethorpe</a>.</p>
<p>El libro, de hecho, es el resultado de una promesa que Smith le hizo a Mapplethorpe poco antes de que él falleciera: la de escribir su historia, una historia de amor, amistad y hermandad. De esta forma, todo aquello que les concierne como personajes individuales pero que no es relevante en la historia de su relación queda fuera del texto. <em>Éramos unos niños</em> no es la autobiografía de Patti Smith ni la biografía de Robert Mapplethorpe; es ambas y ninguna a la vez. </p>
<h2><em>M Train</em>: un viaje por el fluir de la conciencia</h2>
<p>Lejos de seguir los pasos de <em>Éramos unos niños</em>, <em>M Train</em> toma su propio camino. Este libro contiene una prosa más introspectiva y experimental que, por momentos, roza el fluir de la conciencia. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/472356/original/file-20220704-12-kj7qq3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472356/original/file-20220704-12-kj7qq3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472356/original/file-20220704-12-kj7qq3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=926&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472356/original/file-20220704-12-kj7qq3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=926&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472356/original/file-20220704-12-kj7qq3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=926&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472356/original/file-20220704-12-kj7qq3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1164&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472356/original/file-20220704-12-kj7qq3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1164&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472356/original/file-20220704-12-kj7qq3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1164&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Portada de <em>M Train</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.penguinlibros.com/es/biografias/30535-libro-m-train-9788426403391">Penguin Libros</a></span>
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<p>En él, Smith reflexiona acerca de la pérdida (en especial la de su difunto marido Fred “Sonic” Smith), el autoconocimiento y el paso del tiempo. La realidad se confunde con los sueños y el presente se entremezcla con el pasado, dando lugar a una narrativa no lineal que se aleja bastante de la estructura convencional de los relatos autobiográficos. </p>
<p>Todo esto hace que <em>M Train</em> se lea como una suerte de diario, no tanto en su forma más cotidiana (ese “querido diario” que fechamos y tratamos de escribir con la mayor regularidad posible) sino en un sentido más literario, más cercano a lo que conocemos como “ensayo personal”. No prima en esta historia lo que sucede, sino de qué manera lo que sucede afecta a la escritora. En definitiva, el <em>M Train</em> simboliza la conexión entre los distintos pensamientos de Smith, como si estos fueran estaciones independientes conectadas únicamente por la línea M.</p>
<h2>La autoficción en <em>El año del mono</em></h2>
<p>Si bien en <em>M Train</em> ya vemos un cierto distanciamiento del género de las memorias en su forma más tradicional, es en <em>El año del mono</em> donde se hace evidente la desvinculación de las memorias de otras celebridades. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/472359/original/file-20220704-22-2g9bk2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/472359/original/file-20220704-22-2g9bk2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/472359/original/file-20220704-22-2g9bk2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=926&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/472359/original/file-20220704-22-2g9bk2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=926&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/472359/original/file-20220704-22-2g9bk2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=926&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/472359/original/file-20220704-22-2g9bk2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1164&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/472359/original/file-20220704-22-2g9bk2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1164&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/472359/original/file-20220704-22-2g9bk2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1164&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Portada de <em>El año del Mono</em>, de Patti Smith.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/30701-libro-el-ano-del-mono-9788426407740">Penguin Libros</a></span>
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<p>Este libro es la prueba definitiva de que Smith se siente lo suficientemente cómoda con el género autobiográfico como para transgredirlo y jugar con los límites de lo real y lo ficticio. </p>
<p>Aunque sigue siendo un texto esencialmente autobiográfico, al igual que los dos anteriores, el elemento diferenciador radica en la capacidad de Smith para incorporar elementos surrealistas que confunden constantemente al lector. Objetos que hablan, personajes que aparecen y desaparecen como por arte de magia y situaciones kafkianas conviven en esta historia que es más <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Autoficci%C3%B3n">autoficción</a> que autobiografía. </p>
<p>En la delgada línea que separa los sueños de la realidad, la autora esconde un sinfín de reflexiones que difícilmente se descubren a primera vista, pero que se convierten sin duda en una agradable recompensa para aquellos que deciden sumergirse en una segunda lectura. </p>
<h2>¿Una nueva dirección?</h2>
<p>A pesar de que Patti Smith sigue siendo archiconocida, parece haber en su escritura autobiográfica un empeño por alejarse de todo aquello que se espera de alguien famoso en el género autobiográfico. </p>
<p>Ya en los años setenta revolucionó el mundo de la literatura, desdibujando los límites entre la poesía y la música; cuatro décadas después, vuelve a hacerlo creando, en esta ocasión, textos híbridos con una prosa que no termina de ajustarse a ninguna clasificación. La publicación de su próximo libro (<em>A Book of Days</em>) está prevista para noviembre de este año y, aunque <a href="https://www.penguinrandomhouse.com/books/691244/a-book-of-days-by-patti-smith/">Penguin lo ha incluido</a> en la sección «Biografía y Memorias», en su sinopsis se vislumbra ya una nueva dirección: se trata de un diario visual inspirado en su <a href="https://www.instagram.com/accounts/login/?next=/thisispattismith/">cuenta de Instagram</a>, en la que acumula más de un millón de seguidores. </p>
<p><div data-react-class="InstagramEmbed" data-react-props="{"url":"https://www.instagram.com/p/Ca5AX0tOtmi/?igshid=MDJmNzVkMjY=","accessToken":"127105130696839|b4b75090c9688d81dfd245afe6052f20"}"></div></p>
<p>Habrá que esperar hasta otoño para descubrir si esta es una obra más típica de una celebridad o si la autora esconde un as en la manga con el que volver a sorprendernos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/186172/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Silvia Hernández Hellín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
A lo largo de la última década, Patti Smith se ha convertido en una aclamada memorialista. No obstante, ¿son sus obras autobiográficas realmente libros de memorias?
Silvia Hernández Hellín, Investigadora en el Departamento de Filología, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
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tag:theconversation.com,2011:article/186485
2022-07-06T18:01:51Z
2022-07-06T18:01:51Z
Matemáticas sin Nobel y, por fin, con medallas: enhorabuena, Maryna Viazovska
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/472790/original/file-20220706-17-wvd9zr.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1280%2C718&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Maryna Viazovska.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.youtube.com/watch?v=xALXm2XHDWc">Institut des Hautes Études Scientifiques (IHÉS)</a></span></figcaption></figure><p>Hace algo más de un año, yo imaginaba y soñaba con estar tal día como hoy en San Petersburgo (Rusia). Y no solo porque no conozco la maravillosa ciudad rusa, ciudad en la que vivió y está enterrado Leonhard Euler, el padre de la teoría de grafos (posiblemente, mi área favorita de las matemáticas), sino porque, hace poco más de un año, había recibido la invitación con la que cualquier matemática o matemático sueña: dar una ponencia en el Congreso Internacional de las Matemáticas, el ICM (por sus siglas en inglés), cuya celebración, en julio de 2022, estaba prevista desde 2018 en esta ciudad. Pero, por las razones que se imaginan, no se está celebrando allí y no tiene nada que ver con un coronavirus sino con algo para lo que la ciencia mundial no ha encontrado ni encontrará vacunas.</p>
<p>El <a href="https://www.mathunion.org/icm/virtual-icm-2022">ICM 2022</a> se celebrará casi íntegramente en formato virtual. Ayer mismo fueron anunciados los ganadores de las <a href="https://www.mathunion.org/imu-awards/fields-medal/fields-medals-2022">Medallas Fields</a>. Estos galardones son, junto al <a href="https://abelprize.no/">Premio Abel</a>, los premios más importantes en el área de las matemáticas a nivel mundial. </p>
<p>Posiblemente, no les suene el nombre de ningún matemático que haya ganado el Nobel de Matemáticas porque no existe tal premio. Aunque sí hay matemáticos que tienen un Nobel. Como José Echegaray (ingeniero, dramaturgo, político y matemático), al que se le concedió el Nobel de Literatura en 1904. El primer Nobel español, por cierto.</p>
<h2>Reconocimiento a menores de 40 años</h2>
<p>Las Fields son medallas internacionales para descubrimientos sobresalientes en matemáticas y llevan ese nombre en honor al matemático canadiense <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/John_Charles_Fields">John Charles Fields</a>. Se conceden cada cuatro años y tienen una importante restricción sobre la edad: solo se concede a personas con edades no superiores a los 40 años. Es una medalla preciosa, chapada en oro, en la que, junto a una imagen de Arquímedes, se puede leer “<em>Transire suum pectus mundoque potiri</em>” (“Ir más allá de uno mismo y dominar el mundo”).</p>
<p>Puede que a alguien le resulte exagerado lo de dominar el mundo con matemáticas, pero no lo es. Ni mucho menos. Solo tienen que mirar a su alrededor. Si nos paramos un poco a pensar en quién domina el mundo nos daremos cuenta de que, independientemente de los políticos de turno (que van y vienen), los que de verdad controlan este planeta son el FMI, el BCE, Google, Facebook, Amazon, etc… Y lo hacen con matemáticas. Han <em>conquistado</em> y dominan la Tierra con algoritmos. No han necesitado bombas. Ni siquiera urnas. Solo matemáticas. El matemático Edward Frenkel tiene una frase tan cortita como elocuente para explicarlo: “Hay una pequeña élite que tiene el poder. Y lo tiene porque sabe matemáticas y tú no”.</p>
<p>Pero, volviendo a las Medallas Fields, de las 60 medallas otorgadas en sus 19 ediciones, desde 1936 (se conceden más de una cada año) hasta ayer, solo a una mujer le había sido concedida. Fue en 2014 y fue a la iraní Maryam Mirzakhani, una de las mejores mentes matemáticas del siglo XXI. <a href="https://news.stanford.edu/2017/07/15/maryam-mirzakhani-stanford-mathematician-and-fields-medal-winner-dies/">Murió en 2017 de cáncer</a>. </p>
<h2>Viazovska, mente privilegiada y ucraniana</h2>
<p>Este 5 de julio, el jurado reconoció <a href="https://www.mathunion.org/fileadmin/IMU/Prizes/Fields/2022/laudatio-mv.pdf">la labor de la matemática ucraniana Maryna Viazovska</a> (Kiev, 1984), convirtiéndose así en la segunda mujer en la historia en recibir este prestigioso galardón.</p>
<p>Ya en 2018, una parte muy importante de la comunidad matemática mundial nos quedamos esperando escuchar el nombre de Viazovska para este reconocimiento por la rotundidad, trascendencia y belleza de sus trabajos en problemas de empaquetamiento de esferas. Pero no fue así. Nos dolió en 2018 que ese nombre no apareciera en ninguna de las cuatro medallas Fields que se concedieron ese año, pero en 2022 estamos todos de enhorabuena porque lo ha conseguido. Maryna Viazovska es, además de una mente privilegiada y brillante para las matemáticas, ucraniana.</p>
<h2>¿Por qué no hay más mujeres premiadas?</h2>
<p>No deja de ser llamativa la ausencia de mujeres en la lista de Medallas Fields, porque si bien las mujeres han tenido prohibido en épocas anteriores el acceso a la educación superior, desde el último tercio del siglo XX y lo que llevamos de este siglo, ha habido, hay y seguramente habrá muchas mujeres menores de 40 años que han merecido, merecen y seguramente merecerán ser reconocidas con esta distinción. ¿Por qué las mujeres no están entre los galardonados con los mejores premios? Ya hay mujeres en todas las áreas de conocimiento (en algunas aún pocas). ¿Por qué no salen sus nombres en las listas de premiados? Es todo muy raro.</p>
<p>En la lista de premiados del otro gran premio de las matemáticas, el Premio Abel, solo aparece el nombre de otra mujer: <a href="https://abelprize.no/abel-prize-laureates/2019">Karen Uhlenbeck</a> (2019). Una mujer y 24 hombres en la lista.</p>
<p>Respondo, por si surge, a la pregunta de que, si lo que les interesa a las mujeres es hacer matemáticas para dominar o salvar el mundo, ¿para qué quieren los premios? </p>
<p>Porque los merecen. Podría añadir “y punto”. Pero es que, además, los premios sirven para visibilizar y mostrar referentes. Para contarles a las niñas que, si quieren, pueden ser matemáticas. Para que tengan mujeres en las que inspirarse. No es necesario tener el talento de Mirzakhani, Viazovska o Uhlenbeck para mejorar y ayudar al mundo haciendo matemáticas.</p>
<h2>Una herramienta para salvar al mundo</h2>
<p>Como dice mi amigo Enrique F. Borja, “la ciencia ya no necesita gigantes, sino montañas de enanos”. Enanos y enanas que hacen de este un mundo mejor. Enanos y enanas que conozcan, analicen y expriman todas las posibilidades que nos brindan las matemáticas porque, y esto es así, las matemáticas son la herramienta más poderosa que tenemos para salvar el mundo. Piensen un poco en lo que está consiguiendo la inteligencia artificial, por ejemplo, en el diagnóstico de enfermedades o el diseño de medicamentos. </p>
<p>Y necesitamos eso, que sea una montaña de enanos y enanas, de todos los colores, con todas la lenguas, con todos los acentos, con todas las identidades de género, con todas las creencias religiosas. Porque no soy experta en evolución, pero creo que a estas alturas todos somos conscientes del deterioro al que nos lleva la endogamia.</p>
<p>Por cierto, si buscan información sobre por qué no hay Nobel de Matemáticas, es posible que lleguen al bulo de que fue porque un matemático tuvo acercamientos indebidos con la mujer de Alfred Nobel. Alfred Nobel nunca se casó. Lo que parece más probable es que Nobel no eligiera esta área del conocimiento porque quiso premiar a aquellas áreas de ciencia que tuvieran una aplicación práctica y real en la vida humana. Y las matemáticas, según él, no las tenían. ¿Es para darle con Google en la foto o no es para darle?</p>
<hr>
<p><em>Este artículo <a href="https://sciencemediacentre.es/matematicas-sin-nobel-y-por-fin-con-medallas-enhorabuena-maryna-viazovska">fue publicado originalmente</a> en Science Media Centre España.</em></p><img src="https://counter.theconversation.com/content/186485/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Clara Grima no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
La matemática ucraniana Maryna Viazovska ha sido galardonada con una de las cuatro Medallas Fields, consideradas el Nobel de las Matemáticas. Se convierte así en la segunda mujer en ser distinguida con este galardón, tras la iraní Maryam Mirzakhan, que lo recibió en 2014.
Clara Grima, profesora de Matemática Aplicada, Universidad de Sevilla
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tag:theconversation.com,2011:article/184996
2022-07-04T17:04:20Z
2022-07-04T17:04:20Z
Volver a la infancia con Gabriela Mistral
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/470616/original/file-20220623-50671-s4p8bq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C5%2C1301%2C928&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Gabriela Mistral cuando niña, junto a su abuela paterna, Isabel Villanueva.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gabriela_Mistral_con_su_abuela_tomando_mate.jpg">Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p><a href="http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-94085.html"><em>Tala</em></a>, publicado por primera vez en Buenos Aires por Editorial Sur en 1938, se considera un hito dentro de la labor literaria de la poeta chilena Gabriela Mistral, y es uno de sus trabajos más maduros, además de una de las obras más importantes de la poesía chilena e hispanoamericana.</p>
<figure class="align-left zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=730&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=730&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=730&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=918&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=918&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/470058/original/file-20220621-11-m6r3x5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=918&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Gabriela Mistral sonriendo, hacia 1938.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gabriela_Mistral_sonriendo_ca._1938_(cropped).jpg">Biblioteca Nacional de Chile / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Tras el modernismo, muchos poetas se aproximaron al lenguaje llano, incluso coloquial, para comunicar experiencias arquetípicas más amplias. En el caso que nos ocupa, la poesía de Mistral brota de las frustraciones del amor y la maternidad, de la infancia y la vida misma. La poeta utiliza metros y formas tradicionales y su vocabulario es una modalidad ennoblecida del habla corriente. Así consigue ensanchar el horizonte de la poesía hispanoamericana e introducir nuevos temas en el género, como la sensación de plenitud que tiene la mujer soltera. </p>
<p>La calidad de <a href="http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-94082.html"><em>Desolación</em></a>, libro al que en ediciones posteriores fue añadiendo numerosos poemas, <em>Tala</em> y <a href="http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-94084.html"><em>Lagar</em></a> hicieron que, en 1945, la Academia Sueca la galardonara finalmente con el Premio Nobel de Literatura, que recibió el 10 de diciembre de aquel año. </p>
<h2>El retorno a la infancia o la negación a ser olvidada</h2>
<p>Pero ¿qué es <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/tala--1/html/"><em>Tala</em></a>?</p>
<p>El nombre con el que Gabriela Mistral titula el poemario –<em>tala</em>– obedece a una palabra utilizada en la <a href="https://www.culturaydeporte.gob.es/cultura/areas/archivos/mc/archivos/cdmh/biblioteca/catalogo/seccionespecial/teosofia.html">filosofía teosófica</a> –a la que la autora se acercó en muchos momentos– que significa lugar, superficie, terreno, suelo, llanura, fondo, estado o condición. </p>
<p>Ella lo aplica en un sentido figurado, como la naturaleza íntima, la parte esencial, la causa y el fondo de todas las cosas. La tala –según dicha filosofía– sería un estado del intelecto. Cuanto más se desciende en dicho estado, menos espiritual se vuelve la persona. Esto conecta con su formación cristiana que, aunque muy adaptada a su particular manera de entender la mística del alma, tiene en realidad mayor peso en el poemario que la teosofía.</p>
<p><em>Tala</em> se inicia con el recuerdo del fallecimiento de su madre y se desarrolla a través de diversos símbolos religiosos, filosóficos o conceptuales, lo que presenta una poesía de memorial personal. Incluye además pensamientos infantiles, canciones de cuna y poemas para niños. En el medio inserta sus reflexiones como adulta y su frustración ante la vida y el sentir de la misma. Es un paseo biográfico que recorre los acontecimientos que más impactaron su vida.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=801&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=801&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=801&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1006&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1006&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/470617/original/file-20220623-51616-kizzxz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1006&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Petronila Alcayaga Rojas (1845 - 1929), madre de Gabriela Mistral, hacia 1900.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Petronila_Alcayaga_Rojas,_madre_de_Gabriela_Mistral,_ca_1900.jpg">Biblioteca Nacional de Chile / Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p><em>A priori</em> no resulta fácil encontrar un hilo secuencial en <em>Tala</em>, pero la simbología lo estructura alrededor del recuerdo y figura de la madre, la soledad, el suicidio, la presencia de elementos teológicos… En el poema <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/tala--1/html/ff25d1ee-82b1-11df-acc7-002185ce6064_8.html#I_11_"><em>Locas letanías</em></a>, la autora inventa una especial forma de oración donde suplica que todas las madres sean acogidas en el seno de Cristo. La simbología críptica aparece de forma continua ensartada en la sencillez de un aparente espontáneo verso.</p>
<p>El suicido aparece en el libro como homenaje a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Asunci%C3%B3n_Silva">José Asunción Silva</a>, poeta colombiano que <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-muerte-de-jose-asuncion-silva-1930/html/120a8ee4-7a45-11e1-b1fb-00163ebf5e63_2.html">se mató a los 30 años</a>. Este tipo de muerte será recurrente en la vida de Mistral, ya que su hijo-sobrino, YinYin, se suicidaría a los 18 años. Es un tema constante en su vida y su obra y, junto a la ausencia de su madre muerta, reflejan experiencias que permanecen. Las circunstancias turbulentas y desestabilizadoras dejan huella y sirven a la autora para dibujar un mundo poético como una suerte de reconocimiento resiliente hacia su propia historia. </p>
<p><a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/tala--1/html/ff25d1ee-82b1-11df-acc7-002185ce6064_10.html#I_78_"><em>Razón de este libro</em></a> es un apéndice en el que Gabriela Mistral explicó la estructura de <em>Tala</em>, aunque no es necesario. Para la lectura del poemario tan solo hay que dejarse llevar, como si estuviéramos en la corriente de un río, desde el momento en el que la madre la lanza a la vida, pasando por el recuerdo infantil de la ciudad de Elqui, la huella del país natal, las personas que encontró en el camino, sus circunstancias…</p>
<h2>Poética de la infancia</h2>
<p>Mistral desarrolló una poética que parte de la niñez y se aleja de la autocompasión del niño-poeta crepuscular y de la violencia subversiva de los futuristas. Se recrea más bien en la estela de la mitología romántica que asocia la infancia con la naturaleza y celebra la capacidad del niño de maravillarse ante lo desconocido. El regalo, la sorpresa, representan ese hallazgo ante la vida de forma íntima, un encuentro personal y en singular, una invocación <a href="http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/colecciones/BND/00/RC/RC0012883.pdf">al lugar de identidad y procedencia de la poeta</a>.</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=993&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=993&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=993&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1247&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1247&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/470618/original/file-20220623-52373-338eo6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1247&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Gabriela Mistral con ocho años.</span>
</figcaption>
</figure>
<p>Gabriela Mistral no dedicó ningún desarrollo teórico a su idea de la infancia. En cambio, mostró su mayor valor jugando con conceptos y sentimientos transformados en madura poética. ¿Cómo logró esa particular forma de contar una vida? Quiso que surgiese por medio de la intersección de relatos infantiles fragmentarios, retratos de niños reales o alegóricos y aforismos metapoéticos. El arranque maternal no es sólo una etapa de la vida que suscita pesar y fascinación. También encarna una determinada actitud hacia el mundo e incluso un sistema de valores que acaba representando para ella el verdadero principio de creación literaria. </p>
<p>En oposición a la artificialidad y la anestesia del hombre moderno, la infancia representa el polo positivo dentro de la obra de Gabriela Mistral. Por su proximidad con patrones de la literatura juvenil, bien podría integrarse más y mejor en los planes de lectura curriculares. Sus versos, sin duda, pueden ser un telar único de aprendizaje para el alumnado.</p>
<blockquote>
<p>Hay países que yo recuerdo</p>
<p>como recuerdo mis infancias.</p>
<p>Son países de mar o río,</p>
<p>de pastales, de vegas y aguas.(…)</p>
<p>Quiero volver a tierras niñas;</p>
<p>llévenme a un blando país de aguas.</p>
<p>En grandes pastos envejezca</p>
<p>y haga al río fábula y fábula.</p>
<p>Tenga una fuente por mi madre</p>
<p>y en la siesta salga a buscarla,</p>
<p>y en jarras baje de una peña</p>
<p>un agua dulce, aguda y áspera. </p>
<p>(<em>Tala</em>, “<a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/tala--1/html/ff25d1ee-82b1-11df-acc7-002185ce6064_9.html#I_34_">Agua</a>”)</p>
</blockquote><img src="https://counter.theconversation.com/content/184996/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rosa Amor del Olmo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
En ‘Tala’, la poeta chilena Gabriela Mistral recorre partes de la infancia para retratar pensamientos infantiles y reflexiones adultas.
Rosa Amor del Olmo, Prof. Dra. Grado Educación. Profesora de Lengua y Literatura, Lectoescritura, Adquisición del lenguaje. Neuropsicología, Universidad Nebrija
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tag:theconversation.com,2011:article/184510
2022-07-03T19:17:44Z
2022-07-03T19:17:44Z
La filosofía y el ‘querido lector’ de Søren Kierkegaard
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/467239/original/file-20220606-26-8lfq40.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C2498%2C1874&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Søren Kierkegaard (a la izquierda del todo) entrando en un salón en Copenhague. Obra de P.C. Klæstrup.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Peter_Christian_Kl%C3%A6strup_-_S%C3%B8ren_Kierkegaard_i_en_salon_i_K%C3%B8benhavn.png">Bruun Rasmussen / Wikimedia Commons</a></span></figcaption></figure><p>Cualquier parecido entre lo que sea la filosofía en su ideal y lo que aparece en los medios y las redes sociales actualmente es mera coincidencia. </p>
<p>A algunos de los que nos dedicamos en cuerpo y alma a esto nos causa perplejidad que sólo esté en el foco mediático la filosofía que vende, la que es polémica o la que quiere ser demasiado radical sin aportar nada nuevo.</p>
<p>Una de las preguntas decisivas a la hora de ponerse a hacer filosofía es, junto con la convicción aguda de que uno llega siempre tarde, el plantearse cómo vivir filosóficamente. La filosofía, al menos <a href="http://www.sigueme.es/libros/la-defensa-de-socrates.html">la que nace de Sócrates</a>, es a la vez lo más necesario en la vida y, también, lo que viene siempre después de haber vivido, actuado, hablado mucho. </p>
<h2>¿Con qué temple hacer filosofía hoy?</h2>
<p>Martin Heidegger enfatizó la angustia como temple fundamental para poder vivir auténticamente en este mundo finito, una angustia ante la nada. Con independencia de saber si alguien ha podido vivirla, el filósofo danés Søren Kierkegaard desarrolla esa idea de manera diferente en <a href="https://www.alianzaeditorial.es/libro/humanidades/el-concepto-de-la-angustia-soren-kierkegaard-9788420674568/"><em>El concepto de la angustia</em></a>. Él habla más bien de ansia, porque trata un sentimiento de atracción y/o repulsión que se puede dar ante el bien y el mal, la muerte, el amor, pero no ante la nada. </p>
<p>El filósofo danés defiende que se puede vivir, y escribir, con temples variados. Es más, es muy difícil que haya uno principal. Para descubrir cómo entendía los estados de ánimo con los que hacer filosofía ayuda ver cómo escribió él su obra. </p>
<p>Si el que hace filosofía, es decir, el que escribe y habla con amigos y amigas en libertad, la entiende desde el diálogo, esa persona no puede olvidar nunca con quién habla. ¿Se debe escribir igual si hablas del amor a alguien enamorado, de la materia a un físico, de la libertad a un libertino, de la belleza a un pintor o de los números a un poeta? </p>
<p>Kierkegaard escribió libros de forma apasionada a un seductor empedernido, un lógico tremendo, un angustiado, una enamorada, un creyente deseoso de amar, un arrepentido o un niño. El temple con el que escribe incluye implícitamente una forma de comprender al lector. </p>
<h2>El querido lector</h2>
<p>Kierkegaard realizó casi toda su obra con respeto y amor a <em>su querido lector</em> (<em>Min kjære Læser</em>). Escribe dirigiéndose de manera directa a su lector, sin considerar su autoría como un nuevo sistema superior al anterior. </p>
<p>Por eso le dice a sus lectores que es una tontería que estén de acuerdo con él o sus ideas. Si algo es verdad, no lo es porque Kierkegaard lo diga o lo haya descubierto. Él no es creador de nada. No se puede leer su obra como quien acoge un edificio completo donde poder vivir, sino como una forma de obtener materiales para construir la casa donde uno puede existir en verdad. </p>
<p>Al final de su libro <a href="https://www.alianzaeditorial.es/libro/filosofia/la-repeticion-soren-kierkegaard-9788491810582/"><em>La repetición</em></a> se dirige así a <em>su</em> lector: </p>
<blockquote>
<p>“Mi querido lector: Perdona que te hable con tanta confianza, pero no te preocupes, que todo quedará entre nosotros. Porque a pesar de ser un personaje ficticio, no eres para mí una colectividad, una multitud indiferenciada, sino un individuo particular”.</p>
</blockquote>
<p>Según el pensador danés, algunos escriben libros de filosofía de tal manera que ya sólo hacen falta lectores. Así lo dice en <a href="https://www.trotta.es/libros/migajas-filosoficas-el-concepto-de-angustia-prologos/9788498796254/"><em>Prólogos</em></a>, un libro en el que ofrece prefacios correspondientes a libros inexistentes. </p>
<p>Aborda ahí ese tipo de filosofía que elabora un sistema, es decir, que es capaz de pensar toda la diversidad de la realidad bajo un último y único principio explicativo. A los que escriben libros así les dice: “En cuanto este haya salido, las posteriores generaciones no tendrán siquiera necesidad de aprender a escribir, pues no habrá ya nada más que escribir, sino solo que leer: el Sistema”. </p>
<p>Evidentemente no entiende así su propia escritura, el temple o su manera de hacer filosofía. Kierkegaard sabe que, antes que un escritor, él es un lector, también de su propia obra. Nunca sus libros están del todo terminados porque exigen, suplican, que el lector los haga suyos.</p>
<h2>Escribir es algo muy serio</h2>
<p>Sócrates, al que él considera su modelo como filósofo, no escribió nada y consideraba que hablar era una tarea muy noble. De ahí que criticara a los sofistas que hacían negocio enseñando a hablar para parecer y tener éxito. </p>
<p>Si Sócrates enseñó, a aquellos que quieren aprender con él, que el hecho de hablar era algo muy serio, Kierkegaard lo hace con el hecho de escribir, entendido por él como otra manera de hablar. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/467237/original/file-20220606-20-iimscg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/467237/original/file-20220606-20-iimscg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/467237/original/file-20220606-20-iimscg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=502&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/467237/original/file-20220606-20-iimscg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=502&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/467237/original/file-20220606-20-iimscg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=502&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/467237/original/file-20220606-20-iimscg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=631&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/467237/original/file-20220606-20-iimscg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=631&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/467237/original/file-20220606-20-iimscg.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=631&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Posible retrato de Kierkegaard en una cafetería, obra de Christian Olavius Zeuthen.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Christian_Olavius_Zeuthen_-_S%C3%B8ren_Kierkegaard_som_caf%C3%A9-g%C3%A6st_-_1843.png">The Museum of National History / Wikimedia Commons</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Es serio porque lo que decimos crea realidad, pone en el espacio público ideales o mentiras, condena o edifica. La escritura es una tarea ardua no porque uno esté descubriendo la verdad a los ignorantes, sino porque uno es una partera, como la madre de Sócrates, que ayuda al lector a que, mediante el diálogo con el libro, pueda ser invitado a una vida apasionada por la verdad. </p>
<p>Termino con otro texto de Kierkegaard, del prólogo de <a href="https://www.trotta.es/libros/discursos-edificantes-tres-discursos-para-ocasiones-supuestas/9788498791136/"><em>Discursos edificantes</em></a> de 1843. En el libro podemos encontrar no sólo temática religiosa o explícitamente cristiana, que también, sino un acercamiento a los temas filosóficos por un método indirecto y provechoso. </p>
<p>¿Cómo comprendía, pues, Kierkegaard la relación entre sus escritos y el lector? Refiriéndose a su obra dijo esto: </p>
<blockquote>
<p>“Allí estaba, como una florecilla insignificante oculta en el gran bosque, que nadie busca ni en función de su ornato, ni de su aroma, ni como alimento. Pero entonces vi también, o creí ver, que ese pájaro que yo llamo mi lector puso de súbito los ojos en ella, se lanzó en vuelo, la recogió y se la llevó. Y, habiendo visto esto, ya no vi más”.</p>
</blockquote><img src="https://counter.theconversation.com/content/184510/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ángel Viñas Vera no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
El filósofo danés Søren Kierkegaard defendía que había que escribir filosofía con variados temples. Si hay que tener en cuenta al interlocutor que tienes delante, no es lo mismo dirigirse a un tipo de lector que a otro.
Ángel Viñas Vera, Profesor de Filosofía moral , Universidad Loyola Andalucía
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2022-06-30T18:03:41Z
2022-06-30T18:03:41Z
¿Había algo real en Elvis Presley?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/471847/original/file-20220630-18-n57dwp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1353%2C665&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Determinar la verdadera personalidad de Elvis Presley depende de cuándo y a quién se le pregunte.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/singer-elvis-presley-looking-tired-and-somewhat-dejected-news-photo/50420521?adppopup=true">Don Cravens/Getty Images</a></span></figcaption></figure><p>En la película <a href="https://www.youtube.com/watch?v=YkfplKD46Hs"><em>Elvis</em></a>, de Baz Luhrmann, hay una escena basada en conversaciones reales que tuvieron lugar entre Elvis Presley y <a href="https://www.imdb.com/name/nm0004596/">Steve Binder</a>, el director del <a href="https://www.blogtalkradio.com/feisty-side-of-fifty/2022/04/28/steve-binder-elvis-68-comeback-the-story-behind-the-special">especial de televisión de la NBC de 1968</a> que supuso el regreso del cantante a las actuaciones en directo. </p>
<p>Binder, un iconoclasta poco impresionado por el trabajo reciente de Presley, había empujado a Elvis a volver a su pasado para revitalizar una carrera estancada por años de mediocres películas y álbumes de bandas sonoras. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=U_I4h_Wm_aY">Según el director</a>, sus intercambios dejaron al intérprete sumido en un <a href="https://www.vanityfair.com/hollywood/2018/08/elvis-presley-comeback-special-1968-50th-anniversary">profundo examen de conciencia</a>.</p>
<p>En el tráiler de la película biográfica de Luhrmann, se muestra una versión de este intercambio: Elvis, interpretado por Austin Butler, dice a la cámara: “Tengo que volver a ser quien realmente soy”. Dos fotogramas después, Dacre Montgomery, en el papel de Binder, pregunta: “¿Y quién eres, Elvis?”.</p>
<p>Como <a href="https://www.press.uillinois.edu/books/?id=p072703">estudioso de la historia del sur de Estados Unidos</a> que ha escrito un libro sobre Elvis, me sigo preguntando lo mismo.</p>
<p>Presley nunca escribió unas memorias. Tampoco un diario. En cierta ocasión, cuando se le informó de que se estaba preparando una biografía sobre él, <a href="https://www.proquest.com/magazines/making-presley-biography/docview/2509565622/se-2?accountid=196683">expresó sus dudas</a> sobre que hubiera siquiera una historia que contar. A lo largo de los años, se sometió a numerosas entrevistas y ruedas de prensa, pero la calidad de estos intercambios fue errática, caracterizada frecuentemente por respuestas superficiales a preguntas aún más superficiales. </p>
<p>Su música podría haber sido una ventana a su vida interior, pero como no era compositor, su material dependía de las palabras de otros. Incluso las escasas joyas reveladoras –canciones como “If I Can Dream”, “Separate Ways” o “My Way”– no atravesaban del todo el velo que envolvía al hombre. </p>
<p>La pregunta filosófica de Binder, por tanto, no era meramente filosófica. Innumerables fans y estudiosos han querido saber durante mucho tiempo quién era realmente Elvis.</p>
<h2>Un barómetro para la nación</h2>
<p>Identificar a Presley puede depender de cuándo y a quién se le pregunte. En los albores de su carrera, tanto los admiradores como los críticos lo denominaron “<a href="https://www.google.com/books/edition/Elvis_Presley/NqCQo9nqVHYC?hl=en&gbpv=1&dq=%22elvis%22+%22bobbie+ann+mason%22&printsec=frontcover">Hillbilly Cat</a>” (podría traducirse como “gato paleto”). Luego se convirtió en el “Rey del Rock ‘n’ Roll”, un <a href="https://www.historynet.com/rock-n-roll-n-race-a-fresh-look-at-the-keystone-of-the-elvis-presley-legend/">monarca musical</a> que los promotores colocaron en un trono mítico.</p>
<p>Pero para muchos, siempre fue el <em>King of White Trash Culture</em> (<a href="https://www.taylorfrancis.com/chapters/mono/10.4324/9780203700648-22/king-white-trash-culture-elvis-presley-aesthetics-excess-annalee-newitz-matt-wray">el <em>Rey de la cultura basura blanca</em></a>“, una imagen de la clase trabajadora blanca del sur de Estados Unidos que se hizo rica y que <a href="https://www.elvis-collectors.com/forum/viewtopic.php?f=1&t=51286&sid=9bb9e7df80f341cfbdcc376d828e8d21">nunca convenció del todo al <em>establishment</em> nacional</a> de su legitimidad.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Hombre con ojos azules y patillas habla por el micrófono." src="https://images.theconversation.com/files/469880/original/file-20220620-18-h1loru.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469880/original/file-20220620-18-h1loru.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469880/original/file-20220620-18-h1loru.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469880/original/file-20220620-18-h1loru.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469880/original/file-20220620-18-h1loru.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469880/original/file-20220620-18-h1loru.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469880/original/file-20220620-18-h1loru.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Elvis Presley durante una rueda de prensa en el Madison Square Garden de Nueva York en 1972.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/elvis-presley-close-up-taken-on-his-first-trip-to-nyc-at-news-photo/529306471?adppopup=true">Art Zelin/Getty Images</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Estas identidades superpuestas captan la provocativa fusión de clase, raza, género, región y negocio que encarnaba Elvis.</p>
<p>Quizás el aspecto más polémico de su identidad fue su relación con la raza. Como artista blanco que se benefició enormemente de la popularización de un estilo asociado a los afroamericanos, Presley, a lo largo de su carrera, trabajó bajo <a href="https://www.southerncultures.org/article/elvis-presley-politics-popular-memory/%20%22%22">la sombra y la sospecha de la apropiación racial</a>.</p>
<p>La conexión era complicada y también flexible, sin duda. </p>
<p><a href="https://www.washingtonpost.com/magazine/2022/05/25/elvis-presley-rock-and-roll-graceland/%20%22%22">Quincy Jones</a> conoció y trabajó con Presley a principios de 1956 como director musical del programa <em>Stage Show</em> de la CBS-TV. En su <a href="https://www.google.com/books/edition/Q/zs1ixtkcJU8C?hl=en&gbpv=1&dq=%22quincy+jones%22+%22memoir%22+%22elvis%22&printsec=frontcover">autobiografía de 2002</a>, Jones señaló que Elvis debería figurar junto a Frank Sinatra, los Beatles, Stevie Wonder y Michael Jackson como uno de los mayores innovadores de la música pop. Sin embargo, en 2021, en medio de un clima racial cambiante, <a href="https://www.hollywoodreporter.com/news/music-news/quincy-jones-michael-jackson-elvis-presley-1234955138/">Jones descalificaba a Presley como un desvergonzado racista</a>.</p>
<p>Elvis parece servir de barómetro para medir las diversas tensiones de Estados Unidos, y el indicador hace menos referencia a Presley y más al pulso de la nación en un momento dado.</p>
<h2>Eres lo que consumes</h2>
<p>Pero creo que hay otra manera de pensar en Elvis, una que podría contextualizar muchas de las cuestiones que le rodean.</p>
<p><a href="https://nationalhumanitiescenter.org/fellows-book/a-troubled-feast-american-society-since-1945/">El historiador William Leuchtenburg</a> caracterizó en su día a Presley como un "héroe de la cultura del consumo”, una mercancía fabricada con más imagen que sustancia.</p>
<p>La valoración era negativa; también era incompleta. No tenía en cuenta cómo una disposición consumista podía haber moldeado a Elvis antes de convertirse en un artista. </p>
<p>Presley llegó a la adolescencia cuando la economía de consumo posterior a la Segunda Guerra Mundial estaba en pleno apogeo. Producto de una opulencia sin precedentes y de una demanda reprimida por la depresión y los sacrificios de la guerra, ofrecía casi <a href="https://americanhistory.si.edu/highlights-guide-consumer">oportunidades ilimitadas para quienes buscaban entretenerse y definirse</a>.</p>
<p>El adolescente de Memphis, Tennessee, aprovechó estas oportunidades. Inspirándose en el dicho “eres lo que comes”, Elvis se convirtió en <a href="https://kennedy.byu.edu/you-are-what-you-eat/">lo que consumía</a>.</p>
<p>Durante sus años de formación, compraba en <a href="https://lanskybros.com/">Lansky Brothers</a>, una tienda de ropa en Beale Street que vestía a los artistas afroamericanos y le proporcionaba conjuntos rosas y negros de segunda mano. </p>
<p>Sintonizaba la emisora de radio <a href="https://www.blackpast.org/african-american-history/wdia-radio-station-1947/">WDIA</a>, donde se empapaba de melodías de gospel y <em>rhythm and blues</em>, junto con la jerga de los pinchadiscos negros. Escuchaba <em>Red, Hot, and Blue</em> de WHBQ, un programa en el que <a href="https://memphismusichalloffame.com/inductee/deweyphillips/">Dewey Phillips</a> hacía girar una mezcla ecléctica de R&B, pop y <em>country</em>. Visitaba las tiendas de discos <a href="https://www.poplartunes.com/">Poplar Tunes</a> y <a href="http://thedeltareview.com/album-reviews/the-young-willie-mitchell-and-ruben-cherrys-home-of-the-blues-records/">Home of the Blues</a>, donde compraba la música que después bailaba en su cabeza. Y en los cines <a href="http://cinematreasures.org/theaters/4183">Loew’s State</a> y <a href="http://cinematreasures.org/theaters/14070">Suzore #2</a> veía las últimas películas de Marlon Brando o Tony Curtis, imaginando en la oscuridad cómo emular su comportamiento, sus patillas y su <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Ducktail">corte de pelo</a>.</p>
<p>En pocas palabras, sacó de la floreciente cultura de consumo del país el personaje que el mundo llegaría a conocer. Elvis aludió a esto en 1971 cuando ofreció una rara visión de su psique al recibir un <a href="https://www.youtube.com/watch?v=e9HWlYoR40A%20%22%22">Premio Jaycees</a> como uno de los diez jóvenes sobresalientes de la nación:</p>
<blockquote>
<p>“Cuando era niño, señoras y señores, era un soñador. Leía cómics y era el héroe del cómic. Veía películas y era el héroe de la película. Así que cada sueño que he soñado se ha hecho realidad cien veces… Me gustaría decir que aprendí muy pronto en la vida que ‘sin una canción, el día no acabaría nunca. Sin una canción, un hombre no tiene un amigo. Sin una canción, el camino nunca se doblaría. Sin una canción’. Así que seguiré cantando una canción”.</p>
</blockquote>
<p>En ese discurso de aceptación citaba “<a href="https://www.loc.gov/item/ihas.200215452/">Without a Song</a>”, una melodía estándar interpretada por artistas como Bing Crosby, Frank Sinatra y Roy Hamilton, presentando sin problemas la letra como si fuera una palabra directamente aplicable a sus propias experiencias vitales.</p>
<h2>Una pregunta cargada</h2>
<p>¿Convierte esto al ganador de uno de los premios Jaycees en una especie de “niño raro y solitario que busca la eternidad”, como le dice Tom Parker, interpretado por Tom Hanks, a un Presley adulto en la nueva película de <em>Elvis</em>?</p>
<p>No lo creo. Por el contrario, lo veo como alguien que simplemente dedicó su vida al consumo, un comportamiento no poco común a finales del siglo XX. <a href="https://www.theguardian.com/education/2002/dec/19/highereducation.uk2">Los estudiosos han observado que</a>, mientras que en el pasado los estadounidenses se habían definido a sí mismos por su genealogía, sus trabajos o su fe, empezaron a identificarse cada vez más a través de sus gustos y, por tanto, a través de lo que consumían. Al mismo tiempo que <a href="https://www.psychologytoday.com/us/blog/me-the-self-and-i/201904/how-do-we-form-identities-in-consumer-society">Elvis elaboraba su identidad</a> y se dedicaba a su oficio, hacía lo mismo que el país.</p>
<p>Esto también resulta evidente al observar cómo pasaba la mayor parte de su tiempo libre. Trabajador incansable en el escenario y en el estudio de grabación, esos escenarios le exigían, sin embargo, relativamente poco tiempo. Durante la mayor parte de la década de 1960 hizo tres películas al año, cada una de las cuales no le llevó más de un mes. Ese era el alcance de <a href="https://theconversation.com/elvis-presley-was-paid-a-kings-ransom-for-sub-par-movies-because-they-were-marketing-gold-81586">sus obligaciones profesionales</a>.</p>
<p>Desde 1969 hasta su muerte en 1977, sólo dedicó 797 días del total de 2 936 a dar <a href="https://www.concertarchives.org/bands/elvis-presley">conciertos</a> o grabar en el <a href="https://blackgold.org/GroupedWork/d29f6423-5784-ccf6-6ca1-cff37b9081e9-eng/Home">estudio</a>. La mayor parte de su tiempo lo empleó en estar de vacaciones, hacer deporte, montar en moto, dar vueltas en karts, montar a caballo, ver la televisión y comer.</p>
<p>Cuando murió, Elvis era una sombra de lo que había sido. Con sobrepeso, aburrido y químicamente dependiente, estaba <a href="https://www.salon.com/2018/04/07/elvis-in-his-prime-was-america-now-america-is-elvis-in-decline/">consumido</a>. Unas semanas antes de su fallecimiento, una publicación soviética <a href="https://www.nytimes.com/1977/07/29/archives/notes-on-people.html">lo describió</a> como “destrozado”, un producto “despiadado” víctima del sistema consumista estadounidense. </p>
<p>Elvis Presley demostró que el consumismo, cuando se canaliza de forma productiva, puede ser creativo y liberador. También demostró que si se deja sin control, puede ser insustancial y destructivo.</p>
<p>La película de Luhrmann promete revelar mucho sobre una de las figuras más cautivadoras y enigmáticas de nuestro tiempo. Pero tengo el presentimiento de que también le dirá mucho a los estadounidenses sobre ellos mismos.</p>
<p>“¿Quién eres, Elvis?”, pregunta el tráiler de forma inquietante.</p>
<p>Quizá la respuesta sea más fácil de lo que pensamos. Él es todos nosotros.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/186061/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Michael T. Bertrand no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Elvis Presley nunca escribió unas memorias. Tampoco llevó un diario. Su música podría haber sido una ventana a su vida interior, pero ni siquiera escribió sus canciones.
Michael T. Bertrand, Professor of History, Tennessee State University
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/184806
2022-06-30T18:03:37Z
2022-06-30T18:03:37Z
¿Es Sally Rooney la Jane Austen milenial?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/471612/original/file-20220629-25-r68i2l.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C7%2C5026%2C3562&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fotografía de los personajes de 'Conversaciones entre amigos', serie de Hulu (emitida por HBO Max) que adapta la primera novela de Sally Rooney.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://press-spain.hbomax.eu/post/avance-de-estrenos-de-mayo-3">HBO Max</a></span></figcaption></figure><p>Querida Jane:</p>
<p>Espero que te encuentres bien. Te escribo hoy para contarte el caso de una escritora irlandesa a la que se ha estado relacionando contigo. Seguro que te suena, se llama Sally Rooney.</p>
<p>Aunque es mejor conocida por sus tres novelas (<em>Conversaciones entre amigos</em> (2018), <em>Gente normal</em> (2019) y <em>Dónde estás, mundo bello</em> (2021)), Rooney es también autora de ensayos e historias cortas. Igual que tú, mantiene una buena relación con el audiovisual. Sus dos primeras novelas han sido adaptadas a la pequeña pantalla con gran éxito, ambas desarrolladas por Hulu y dirigidas por Lenny Abrahamson. </p>
<p>Además de relacionarla contigo, ha sido comparada con Mary Wollstonecraft y su propio editor la etiquetó como “<a href="https://observer.com/2019/04/sally-rooney-is-more-than-a-millennial-writer-normal-people-shows/">Salinger para la generación de Snapchat</a>”. </p>
<p>Entonces ¿qué tiene que ver en realidad Sally Rooney, una escritora nacida en 1991, con la gran Jane Austen?</p>
<h2>Amor y familia</h2>
<p>La primera y más básica semejanza entre ambas es el tema de vuestras novelas. <a href="https://www.elconfidencial.com/cultura/2021-09-14/sally-rooney-donde-estas-mundo-bello-entrevista_3285142/">La propia Rooney reconoce</a> que “las relaciones amorosas son el motor principal” de su obra, y lo mismo podríamos decir de ti. </p>
<p>Lo que más le interesa a la irlandesa son las dinámicas entre los personajes, cómo se relacionan unos con otros y lo que eso supone para cada uno. Del mismo modo, en tu caso, ¿qué sería <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Orgullo_y_prejuicio_(novela)">Elizabeth sin Darcy</a> o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Emma">Emma sin Knightley</a>? Por cierto, te sentirás halagada al saber que Connell, uno de los protagonistas de <em>Gente normal</em>, lee y disfruta de tu <em>Emma</em>. </p>
<p>Como es de esperar, sin embargo, la pasión y la sensualidad que imprimís en vuestras obras es diferente. En Rooney encontramos escenas bastante más explícitas y directas que la castidad de tus heroínas. No es solo Snapchat; Rooney escribe también para la generación de Tinder.</p>
<p>En cambio coincidís en el hecho de que esas relaciones entre los personajes no se limitan a temas amorosos, sino que los vínculos entre amigos/as y familiares, especialmente los padres en el caso de Rooney, son altamente relevantes. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/471619/original/file-20220629-26-o4f8ig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/471619/original/file-20220629-26-o4f8ig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/471619/original/file-20220629-26-o4f8ig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/471619/original/file-20220629-26-o4f8ig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/471619/original/file-20220629-26-o4f8ig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/471619/original/file-20220629-26-o4f8ig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1009&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/471619/original/file-20220629-26-o4f8ig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1009&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/471619/original/file-20220629-26-o4f8ig.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1009&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Ilustración de Pickering & Greatbatch de la edición de 1833 de <em>Orgullo y prejuicio</em> que muestra a Elizabeth Bennet dialogando con su padre.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pickering_-_Greatbatch_-_Jane_Austen_-_Pride_and_Prejudice_-_She_then_told_him_what_Mr._Darcy_had_voluntarily_done_for_Lydia.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>En sus novelas la figura del padre no suele ser positiva. En <em>Conversaciones entre amigos</em>, Frances parece estar traumatizada por una infancia marcada por el abandono de su progenitor, alcohólico, del que sigue dependiendo económicamente. En <em>Gente normal</em>, Marianne (<a href="https://jane-austen.fandom.com/es/wiki/Sentido_y_Sensibilidad">¿acaso te recuerda a alguien ese nombre?</a>) arrastra el trauma de la violencia doméstica, primero a manos de su padre y después de su hermano.</p>
<p>En tu obra también planea la presencia de los padres. Sin embargo, tu forma de tratarlos es más cariñosa. En <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Sense_and_Sensibility"><em>Sentido y sensibilidad</em></a> la figura paterna es muy importante, aunque apenas esté presente, y son memorables la ironía del señor Bennet en <em>Orgullo y prejuicio</em> y las manías del señor Woodhouse en <em>Emma</em>. </p>
<h2>Estatus social</h2>
<p>El tema de la importancia de las clases sociales une rápidamente al mundo contemporáneo de Rooney con tu propia era. La clase social es muy importante en tus novelas, ya que las relaciones entre los personajes se basan principalmente en ella. El señor Darcy, por ejemplo, no contempla en principio sentir ningún tipo de atracción por Elizabeth Bennet, de clase social inferior y con una madre y hermanas de dudosa reputación. En <em>Sentido y sensibilidad</em>, la muerte del padre deja a las hermanas Dashwood con una herencia mínima, ya que la hacienda de la familia pasa al hijo, y esto hace que su futuro dependa del hombre con el que se casen. </p>
<p>En Rooney ocurre algo similar, ya que sus personajes son plenamente conscientes de la importancia que el dinero tiene en el siglo XXI. Frances en <em>Conversaciones entre amigos</em> depende para subsistir del dinero que su padre le manda de vez en cuando, hasta que se encuentra con la cuenta bancaria a cero y la necesidad real de vender sus historias más personales para poder mantenerse. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/471615/original/file-20220629-23-mh44vm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/471615/original/file-20220629-23-mh44vm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/471615/original/file-20220629-23-mh44vm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/471615/original/file-20220629-23-mh44vm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/471615/original/file-20220629-23-mh44vm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/471615/original/file-20220629-23-mh44vm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/471615/original/file-20220629-23-mh44vm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/471615/original/file-20220629-23-mh44vm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotograma de la serie <em>Gente normal</em>, adaptación de la segunda novela de Sally Rooney.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.hulu.com/series/normal-people-57048262-2ca5-41ee-9b57-53bb9b9e1596?entity_id=5fb58295-b719-4201-b3ab-b7217bd104c4">Hulu</a></span>
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<p>Esto es algo presente también en <em>Gente normal</em> y en <em>Dónde estás, mundo bello</em>. Las relaciones entre Marianne y Connell y Alice y Felix, respectivamente, están basadas en esta diferencia social: los hombres se sienten inferiores a las mujeres debido a su menor estatus económico. </p>
<h2>Silencio y malentendidos</h2>
<p>También en ambas se puede percibir cierto protagonismo del silencio. Irónicamente, en <em>Conversaciones entre amigos</em> es más lo que no se dice que lo que sí, lo que se oculta que lo que se enseña. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/471620/original/file-20220629-12-s9cdet.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/471620/original/file-20220629-12-s9cdet.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/471620/original/file-20220629-12-s9cdet.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/471620/original/file-20220629-12-s9cdet.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/471620/original/file-20220629-12-s9cdet.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/471620/original/file-20220629-12-s9cdet.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/471620/original/file-20220629-12-s9cdet.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/471620/original/file-20220629-12-s9cdet.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Escena de <em>Conversaciones entre amigos</em> con Nick y Frances.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://press-spain.hbomax.eu/post/avance-de-estrenos-de-mayo-3">HBO Max</a></span>
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<p>Frances ha aprendido desde pequeña a reprimir sus sentimientos, a esconderse de los ataques de malhumor de su padre, y usa su cuerpo como lugar de castigo. De hecho, tanto ella como Marianne en <em>Gente normal</em> se autolesionan y se perciben inútiles y faltas de valor. Eso las hace alejarse de Nick y Connell, respectivamente, a quienes no son capaces de transmitir la intensidad de lo que sienten. En <em>Gente normal</em>, esto lleva a malentendidos (presentados por la autora desde los dos puntos de vista) que acaban en la ruptura (momentánea) de la pareja.</p>
<p>El silencio también aparece en tus novelas. El mejor ejemplo lo encontramos en <em>Sentido y sensibilidad</em>. Elinor, la hermana mayor, contiene sus sentimientos (al contrario que su hermana pequeña Marianne), probablemente para evitar el dolor. El hecho de esconder su amor lleva, una vez más, a malentendidos y a que el señor Ferrars, su pretendiente, crea que Elinor no está interesada. </p>
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<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/3K_Mla9QBMU?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Momento en el que Elinor, en la adaptación de <em>Sentido y Sensibilidad</em>, deja de reprimir sus sentimientos.</span></figcaption>
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<p>De la misma manera, Elizabeth y el señor Darcy también se habrían evitado muchos disgustos si hubieran confesado más de lo que creían implícito. Los lectores de Rooney y los tuyos, estoy segura, se tiran de los pelos mientras atienden a los enredos a los que lleva el silencio. </p>
<h2>Menos corsés y más internet</h2>
<p>La escritora irlandesa hasta emula la comunicación epistolar de los personajes, pero con el uso de email y Facebook –una sustitución necesaria incorporada en el texto con la naturalidad que este tipo de comunicación tiene hoy en día–. Sally Rooney, por lo tanto, es una autora del siglo XXI y eso queda plenamente visible en sus obras. Snapchat, Tinder, correos electrónicos, las <em>stories</em> de Instagram… nada sobra. Lo que daría por ver cómo tratarías tú la comunicación en internet…</p>
<p>Porque, a la vista de las pruebas, <a href="https://cvc.cervantes.es/trujaman/anteriores/abril_11/13042011.htm">es una verdad universalmente reconocida que</a>, entre ambas, la esencia de vuestras historias es la misma desde hace doscientos años. </p>
<p>Con cariño,</p>
<p>Alicia</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/184806/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alicia Muro no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Se han establecido muchas comparativas con la literatura de Sally Rooney, pero una de las más constantes es la que la enlaza con la novelista inglesa Jane Austen. ¿Hay razones para establecer esta unión?
Alicia Muro, Doctora en Filología Inglesa. Profesora en el Dpto. de Filologías Modernas de la UR. Miembro del Centro de Estudios Irlandeses BANNA/BOND y del grupo de investigación GRID (Representaciones de Identidades en Textos Literarios y Fílmicos de Habla Inglesa), Universidad de La Rioja
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/185261
2022-06-28T18:01:48Z
2022-06-28T18:01:48Z
¿Se merece Paret una exposición en el Museo del Prado?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/469829/original/file-20220620-12-8hbv1w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=25%2C28%2C1859%2C1434&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">'Carlos III comiendo ante su corte', de Luis Paret, hacia 1775.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/carlos-iii-comiendo-ante-su-corte/65e40f49-bc90-4d3b-b5f2-69f6285fd9c3">Museo Nacional del Prado</a></span></figcaption></figure><p>El pasado mes de mayo se inauguró en el Museo Nacional del Prado <a href="https://www.museodelprado.es/actualidad/exposicion/paret/82198750-bba4-5183-9321-4e08538f7808">una exposición dedicada a Luis Paret</a>. Es un acto de valentía: los visitantes suelen acudir a exposiciones de artistas “con tirón”, como Velázquez, el Bosco o Dalí. Pero ¿quién sabe quién fue Paret?</p>
<p>Se le conoce tan poco que casi todos los titulares dedicados a la exposición, por buscar algo más conocido, hacían referencia a Goya: “El Prado rescata a Paret, el ‘olvidado’ pintor de la ‘vida paralela’ con Goya” (<em>Europa Press</em>); “Paret, el ‘Watteau español’ eclipsado por Goya, por primera vez en el Prado” (<em>El Independiente</em>); “España vista por los ojos de Paret (y más allá de Goya)” (<em>El Mundo</em>).</p>
<p>La muestra sobre Paret es una apuesta fuerte del Prado, y el museo está, como dicen los jugadores empedernidos, “yendo con todo”. ¿Que no se conoce a Paret? Pues aprovechemos para cambiar eso. Así ha lanzado iniciativas tan geniales como publicar <a href="https://youtu.be/pJ5eUqCrYrQ">un vídeo en el que el propio Paret cuenta su vida</a> o <a href="https://youtu.be/IqFznTe0ym8">colocar en Madrid un panel enorme con la <em>Cebra</em> pintada por el artista</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/469538/original/file-20220617-14-yzynhw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469538/original/file-20220617-14-yzynhw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469538/original/file-20220617-14-yzynhw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=288&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469538/original/file-20220617-14-yzynhw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=288&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469538/original/file-20220617-14-yzynhw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=288&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469538/original/file-20220617-14-yzynhw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=362&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469538/original/file-20220617-14-yzynhw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=362&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469538/original/file-20220617-14-yzynhw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=362&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Dos imágenes de los vídeos difundidos por el Museo del Prado que cuentan la vida de Paret y enseñan la lona inmensa que reproduce su <em>Cebra</em>.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.youtube.com/c/MuseoNacionaldelPrado">Museo Nacional del Prado / YouTube</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>¿Y por qué tanto empeño? Porque si solo se conoce a Goya, el siglo XVIII español no puede entenderse. Es necesario completar el panorama de la época con otros artistas. Y, puestos a recuperar el siglo XVIII español, Paret es un artista fascinante. Cosmopolita, culto, elegante y algo gamberro, la suya es una de esas figuras que, cuando se conocen, no se olvidan. </p>
<h2>Cerca del lujo y la realeza</h2>
<p>Luis Paret y Alcázar nació en Madrid en 1746. Su padre, Pablo Paret, de origen francés, era <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7894593">ayuda de cámara del duque de Uceda</a>. Su madre, María del Pilar Alcázar, era sirvienta en diversas casas, generalmente de familias nobles. Esto será una constante en la vida de Luis: conocerá la riqueza, la nobleza, el lujo y el esplendor, pero él nunca será rico ni noble. </p>
<p>Ya desde pequeño, sus padres vieron que Luis era un niño excepcionalmente inteligente. Probablemente gracias a sus contactos con la nobleza, lograron que tuviese una exquisita educación. Paret llegó a hablar francés, español e italiano, pero también latín y griego, era lector voraz y alcanzó una cultura exquisita y refinada. Mostró también talento dibujando y entró como alumno en la Real Academia de San Fernando con solo 10 años, ganando a los 13 uno de los premios en los concursos. </p>
<p>Algo en su desenvoltura y sus maneras hizo que llamara la atención del hermano pequeño del rey Carlos III, el infante don Luis. Este debió pensar que el muchacho prometía pero necesitaba algo más de formación. Y le envió a Roma durante tres años, a su costa, para aprender a dibujar. </p>
<p>A la vuelta, su estilo se había afianzado, con una preferencia por el gusto francés que adquirió con <a href="https://www.investigart.com/2021/11/09/charles-de-la-traverse-un-pintor-frances-en-la-espana-de-carlos-iii/">Charles de la Traverse, quien fue su maestro en Madrid</a>. Con este bagaje, empezó a realizar, al servicio de don Luis, sus obras más alegres, de fiestas, teatros y máscaras.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/469818/original/file-20220620-12734-ppxqf3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469818/original/file-20220620-12734-ppxqf3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469818/original/file-20220620-12734-ppxqf3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=466&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469818/original/file-20220620-12734-ppxqf3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=466&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469818/original/file-20220620-12734-ppxqf3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=466&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469818/original/file-20220620-12734-ppxqf3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=586&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469818/original/file-20220620-12734-ppxqf3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=586&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469818/original/file-20220620-12734-ppxqf3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=586&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"><em>Baile en máscara</em>, de Luis Paret, alrededor de 1767.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/baile-en-mascara/993b2b5a-c5c7-4938-b315-291986103c2b">Museo Nacional del Prado</a></span>
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<h2>Un travieso en Madrid</h2>
<p>Hasta 1775, el año en que todo se rompió. Carlos III descubrió que Paret había ayudado al infante a buscar mujeres con las que compartir “noches de bohemia y de ilusión”. El rey, encolerizado, le arrojó fuera del país. Hasta 1789, durante casi 15 años, Paret vivió exiliado en Puerto Rico y, posteriormente, en Bilbao. Cuando, ya con 43 años, pudo regresar a Madrid, otros pintores habían logrado el prestigio y la fama. El brillante porvenir de Paret se había oscurecido. </p>
<p>Paret trató de hacerse un nombre como <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=50986">pintor de paisajes</a>, labor que ya había empezado en Bilbao, y en parte lo logró. Gracias a él, el panorama pictórico español se llenó de azulados puertos, costas, mares y pescadores, llenos de gracia y delicadeza. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/469822/original/file-20220620-14200-fyeixs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469822/original/file-20220620-14200-fyeixs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469822/original/file-20220620-14200-fyeixs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469822/original/file-20220620-14200-fyeixs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469822/original/file-20220620-14200-fyeixs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=803&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469822/original/file-20220620-14200-fyeixs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1009&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469822/original/file-20220620-14200-fyeixs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1009&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469822/original/file-20220620-14200-fyeixs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1009&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>María de las Nieves Micaela Fourdinier, esposa del pintor</em>, de Luis Paret, en 1783.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/maria-de-las-nieves-micaela-fourdinier-esposa-del/a564ed09-d7f3-4020-ae17-62f275568e69">Museo Nacional del Prado</a></span>
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<p>También realizó retratos de su familia: de <a href="https://www.academia.edu/44551830/_Varia_paretiana_I_La_familia_Fourdinier_II_Paret_en_el_Pa%C3%ADs_Vasco_su_relaci%C3%B3n_con_algunos_miembros_de_la_Real_Sociedad_Bascongada_de_los_Amigos_del_Pa%C3%ADs_pp_299_316">su esposa, también de origen francés</a>, con la que se había casado antes de ir a Puerto Rico, y sus dos preciosas hijitas.</p>
<p>Uno puede pensar que, tras esto, Paret se esforzaría por ser una persona modélica y no causar problemas. Pero a Paret le podía su espíritu travieso y rebelde. En Bilbao se descubrió que <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1234820">poseía una edición prohibida de <em>La Celestina</em></a>. En realidad, no era algo que Paret mantuviese oculto: entre otras cosas, se conserva al menos una acuarela suya que representa precisamente a la Celestina.</p>
<p>Aun así, en 1791 fue denunciado a la Inquisición de Logroño e interrogaron a sus amigos de Bilbao al respecto. Sin embargo, la Inquisición acabó centrando el debate en si la obra debía o no prohibirse y el pintor pasó a un segundo plano. Paret, cuando vio alejarse el riesgo, hizo para un amigo un tablero de mesa decorativo con páginas de libros. Y, supongo que con una sonrisa traviesa, <a href="https://www.academia.edu/44551830/_Varia_paretiana_I_La_familia_Fourdinier_II_Paret_en_el_Pa%C3%ADs_Vasco_su_relaci%C3%B3n_con_algunos_miembros_de_la_Real_Sociedad_Bascongada_de_los_Amigos_del_Pa%C3%ADs_pp_299_316">entre esos libros inmortalizó <em>La Celestina</em></a>. Si alguien quería ocultarla, él la puso a la vista de todos. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/469825/original/file-20220620-18-xq7o1g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469825/original/file-20220620-18-xq7o1g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469825/original/file-20220620-18-xq7o1g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=792&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469825/original/file-20220620-18-xq7o1g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=792&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469825/original/file-20220620-18-xq7o1g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=792&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469825/original/file-20220620-18-xq7o1g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=995&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469825/original/file-20220620-18-xq7o1g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=995&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469825/original/file-20220620-18-xq7o1g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=995&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>La Celestina y los enamorados</em>, de Luis Paret, de 1784.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/la-celestina-y-los-enamorados/5199b371-b9aa-41b8-a181-175fec685a2f">Museo Nacional del Prado</a></span>
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<h2>La pintura como ancla</h2>
<p>En 1799, con solo 54 años, Paret falleció por tuberculosis. Poco antes de morir firmó una declaración asegurando que estaba en situación de pobreza, lo cual se ha interpretado como un reflejo de las dificultades que tuvo para hacerse con encargos y ganar dinero. </p>
<p>Pero parece que fue una última pillería por parte del pintor. Declarándose pobre se ahorraba que su familia pagara los impuestos asociados al traspaso de bienes. Años después de su muerte, su viuda fue recopilando los bienes familiares, juntando una pequeña fortuna. Genio y figura…</p>
<p>Pero, por atractiva que sea la figura de Paret, ¿no es un pintor demasiado amanerado e insustancial? ¿Es lo que necesitamos en esta época tan turbulenta en que nos encontramos hoy en día? Se puede responder a esa pregunta con este <em>Autorretrato</em> de Paret. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/469827/original/file-20220620-14-nvsrpo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469827/original/file-20220620-14-nvsrpo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469827/original/file-20220620-14-nvsrpo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=802&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469827/original/file-20220620-14-nvsrpo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=802&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469827/original/file-20220620-14-nvsrpo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=802&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469827/original/file-20220620-14-nvsrpo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1008&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469827/original/file-20220620-14-nvsrpo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1008&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469827/original/file-20220620-14-nvsrpo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1008&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>Autorretrato vestido de azul</em>, de Luis Paret, alrededor de 1779.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Luis_Paret_y_Alc%C3%A1zar_-_Autorretrato_vestido_de_azul.jpg">Colección Abelló / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Si nos fijamos en esta pintura, hay mucho en común entre Paret y el naufragio. El color de sus vestiduras es como el de la mar bravía, la ondulación de sus ropas coincide con las olas llenas de movimiento, el claroscuro del mar se refleja en el claroscuro de su tela. Paret llevaba ya años viajando, nómada, inestable, llevado por las circunstancias, como el barco agitado por el mar. Y en el lugar donde un barco tiene el ancla él tiene una carpeta. </p>
<p>La carpeta está llena de papeles y asoman dibujos a sanguina, probablemente obras que le han acompañado de un lugar a otro. Ese objeto es lo estable en su vida, lo que ha perdurado cuando todo cambiaba a su alrededor. Y, como Paret no puede dejar de ser el dandy elegante que siempre ha sido, la carpeta se cierra con una preciosa cinta rosa. Incluso en sus circunstancias más difíciles, Paret se las arreglaba para seguir siendo Paret. </p>
<p>Por eso, si alguien piensa que no es una buena época para dedicar una exposición al etéreo, elegante y ligero Paret, no puede estar más equivocado. Paret no es Goya, es cierto, no desciende igual a los abismos más tenebrosos del alma humana. </p>
<p>Pero Paret nos dice que el arte siempre será el ancla que nos mantenga a flote en las tempestades. Que en medio de borrascas como las que nos ha tocado vivir podemos aferrarnos a algún manojo de obras de arte que nos mantenga a salvo.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/469816/original/file-20220620-16-6atecd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C17%2C1868%2C1233&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/469816/original/file-20220620-16-6atecd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C17%2C1868%2C1233&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/469816/original/file-20220620-16-6atecd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/469816/original/file-20220620-16-6atecd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/469816/original/file-20220620-16-6atecd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/469816/original/file-20220620-16-6atecd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/469816/original/file-20220620-16-6atecd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/469816/original/file-20220620-16-6atecd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">‘El Jardín Botánico desde el Paseo del Prado’, de Luis Paret. Hacia 1790.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/el-jardin-botanico-desde-el-paseo-del-prado/e7d3ff35-7cfe-42a6-90f2-64737fb96c54">Museo Nacional del Prado</a></span>
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</figure><img src="https://counter.theconversation.com/content/185261/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Myriam Ferreira no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
La exposición de Luis Paret en el Museo del Prado nos acerca a un artista tan elegante, culto y gamberro como desconocido.
Myriam Ferreira, Profesora de Historia del Arte, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
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2022-06-27T17:40:59Z
2022-06-27T17:40:59Z
La genialidad de Manuel Puig
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/471123/original/file-20220627-20-yz8asg.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C0%2C2489%2C1587&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Retrato de Manuel Puig en 1979.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Manuel_Puig,_1979.jpg">Elisa Cabot / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Puig">Juan Manuel Puig Delledonne</a> (General Villegas, Argentina, 28 de diciembre de 1932-Cuernavaca, México, 22 de julio de 1990), autor de ocho novelas y cuatro obras teatrales, fue un escritor argentino de relevancia mundial conocido principalmente por sus novelas <em>Boquitas pintadas</em>, <em>El beso de la mujer araña</em> y <em>Pubis angelical</em>.</p>
<p>Su infancia transcurrió en su pueblo natal, un lugar “prácticamente de wéstern con vigencia total del machismo”. Siendo un niño sensible muy contrario a las actitudes y ademanes masculinos propios de la época, Coco, como le llamaba cariñosamente su familia, disfrutaba de la ficción cinematográfica. Las películas le ofrecían mundos alternativos a una realidad que le oprimía, especialmente las de corte antiguo o los musicales. </p>
<p>Siempre acompañado de su madre, de quien algunos malintencionados acusaban de haberle copiado las formas y el carácter afeminado, acudía con mucha frecuencia al cine: “Aquel pueblo perdido en La Pampa, castigado por el aire seco, solo contaba con una vía de escape: aquel cinematógrafo que cambiaba, además, de programación todos los días”. </p>
<p>Cursó la secundaria en Buenos Aires, donde descubrió que la agresividad de la que trataba de huir en su pequeña localidad llegaba mucho más lejos de General Villegas. Posteriormente, decidió estudiar cinematografía. Para ello se trasladó a Italia gracias a una beca otorgada por la Dante Alighieri, aunque no finalizó la formación y terminó realizándose como escritor. Con el tiempo, llegó a vivir en Roma, París, Londres, Estocolmo, Nueva York, Río de Janeiro y Cuernavaca, donde fallecería.</p>
<p>En lo personal, desde la pubertad se asumió como homosexual. A pesar de que abogaba por desprenderse de cualquier peso moral en cuanto a las relaciones sexuales y personales, pues no admitía que la identidad de una persona pasara por la sexualidad, fue miembro fundador, en 1971, del <a href="https://www.moleculasmalucas.com/post/manuel-puig-y-el-flh">Frente de Liberación Homosexual en Argentina</a> junto al sociólogo e historiador <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Jos%C3%A9_Sebreli">Juan José Sebreli</a>, el escritor y abogado <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Blas_Matamoro">Blas Matamoro</a> y el poeta <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%A9stor_Perlongher">Néstor Perlongher</a>.</p>
<h2>Manuel Puig y su vida literaria</h2>
<p>Puig se había dado cuenta en el centro experimental de cine de Roma de que cuando intentaba escribir guiones cinematográficos solo producía copias de grandes películas. Además, el lenguaje que utilizaba era demasiado literario, así que dio el salto a la ficción narrativa y aquello que debía ser un guión terminó convirtiéndose en su primera novela: <em>La traición de Rita Hayworth</em> (1968). </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/471125/original/file-20220627-23-q56n68.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/471125/original/file-20220627-23-q56n68.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/471125/original/file-20220627-23-q56n68.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1017&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/471125/original/file-20220627-23-q56n68.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1017&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/471125/original/file-20220627-23-q56n68.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1017&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/471125/original/file-20220627-23-q56n68.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1277&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/471125/original/file-20220627-23-q56n68.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1277&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/471125/original/file-20220627-23-q56n68.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1277&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato de Manuel Puig publicado en la revista <em>Gente y la actualidad</em>. Año 4 número 200, mayo de 1969, Buenos Aires, Argentina.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Manuel_Puig.JPG">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Ya instalado en Nueva York, vería la luz <em>Boquitas pintadas</em> (1969), la cual le valdría la aprobación del público y le consagraría como escritor, aunque sería censurada en Argentina por ser percibida como una intromisión en la vida de algunos villeguenses. Cinco años más tarde le seguiría <em>The Buenos Aires affair</em>, su obra más criticada y prohibida, hasta el punto de recibir amenazas de muerte: “En enero del 74 el libro fue secuestrado, y de ahí en adelante todo fue empeorando. Ya después de la muerte de Perón la cacería de brujas se desató”. </p>
<p>El autor se quedó en México, donde conservaba el primer borrador de <em>El beso de la mujer araña</em> (1976). En esas páginas vertería una crítica feroz a la izquierda política y a la represión sexual. Esta novela también estaría prohibida en su país durante la dictadura militar (1976-1983), pero sería publicada en España. Gracias a <em>El beso de la mujer araña</em>, quizá la más conocida y rompedora de sus historias, porque abordaba temas muy pocas veces tratados abiertamente como la homosexualidad, se convirtió también <a href="https://ebuah.uah.es/dspace/bitstream/handle/10017/4526/El%20Teatro%20de%20Manuel%20Puig.pdf?sequence=1&isAllowed=y">en dramaturgo</a>. La novela fue llevada a la gran pantalla en 1985. </p>
<p>En el año 1979 se publicaría <em>Pubis angelical</em> (también trasladada al cine). Tres años después, en 1982, Puig fue candidato al Premio Nobel de Literatura, pero finalmente se le concedió a Gabriel García Márquez. En 1980 apareció <em>Maldición eterna a quien lea estas páginas</em> y, dos años más adelante, <em>Sangre de amor correspondido</em>. En 1986, una vez publicadas las obras teatrales <em>El beso de la mujer araña</em> (1981), <em>Bajo un manto de estrellas</em> (1983), <em>La cara del villano</em> (1985) y <em>Recuerdos de Tijuana</em> (1985), terminó de escribir su última novela, <em>Cae la noche tropical</em> (1989).</p>
<h2>La originalidad de un escritor rompedor</h2>
<p>Manuel Puig no solo fue un gran renovador de las formas y géneros literarios, sino que demostró la viabilidad del material oral como construcción poética. Además, empleó en sus novelas recursos hasta la fecha inexplorados, como es el caso de las notas a pie de página en <em>El beso de la mujer araña</em>, que en realidad son paráfrasis de grandes psicólogos elucubrando sobre el posible origen de la homosexualidad. </p>
<p>De igual modo, destacan como rasgos fundamentales de su literatura el uso del monólogo interior, la superposición de voces dentro de una misma narración y <a href="https://revistaalpha.com/index.php/alpha/article/view/693/693">la aparición de los boleros</a>, las epístolas, las películas y, en general, los estilos musicales, visuales y literarios populares.</p>
<p>Muchas de las entrevistas realizadas al escritor giraban en torno a la composición de sus novelas por ser rupturistas tanto en forma como en argumento. Tal como él explicaba en una entrevista publicada en 1981 en Madrid, todas tienen una génesis común que se interrelaciona con factores personales: “Mis novelas siempre empiezan con un conflicto personal no resuelto que necesito sacar al exterior. De pronto se cruza una anécdota, o un personaje concreto, y la novela encarna su propia problemática a partir de eso. […] Yo, a través de un personaje, me siento con más energías para resolver mi propio conflicto”.</p>
<p>El teatro de Manuel Puig responde a las mismas preocupaciones temáticas y estéticas de sus novelas: la ilusión de la desaparición del narrador para ceder protagonismo a la voz de los personajes, la reducción del espacio, la combinación de múltiples temporalidades y una estructura basada en los binomios vida/sueños, realidad/apariencias. </p>
<p>Siempre nos quedará la duda de si el novelista habría devenido un dramaturgo si la muerte no le hubiera sorprendido en los inicios de su actividad creadora.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/185908/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Laura Martínez Català recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación como beneficiaria de una beca predoctoral sujeta a un proyecto de investigación</span></em></p>
Aunque inicialmente quiso dedicarse al cine, el argentino Manuel Puig acabó escribiendo novelas y fue un gran renovador de las formas y los géneros literarios.
Laura Martínez Català, Investigador en formación (personal PDI), Universitat de Lleida
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2022-06-16T16:50:00Z
2022-06-16T16:50:00Z
Fernando Galán: uno de los olvidados pioneros de la genética en España
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/466774/original/file-20220602-16-k3n8r4.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C1908%2C1077&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fernando Galán Gutiérrez (1908-1999).</span> </figcaption></figure><p>Hasta el 28 de agosto puede visitarse en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid una exposición sobre Antonio de Zulueta. Es muy probable que no hayan oído este nombre, pero se trata de uno de los tres <em>fundadores</em> de la genética en España. Junto con Antonio de Zulueta y José Fernández Nonídez, destaca también Fernando Galán Gutiérrez, catedrático de la Universidad de Salamanca y también un gran desconocido para el gran público.</p>
<p>La carrera científica de Zulueta, <a href="https://theconversation.com/arturo-duperier-un-martir-y-mito-de-la-ciencia-espanola-exiliado-por-la-guerra-civil-108620">como la de tantos otros investigadores españoles</a>, fue cercenada tras la Guerra Civil; la de Nonídez se desarrolló en Estados Unidos. Por el contrario, Galán continuó trabajando y enseñando genética en Salamanca incluso después de su jubilación en 1978.</p>
<p>Fernando Galán Gutiérrez nació en Luarca (Asturias) el 20 de julio de 1908, hijo de abogado y maestra. Resulta curioso comprobar los paralelismos en los orígenes de Galán y los del premio nobel Severo Ochoa, nacido en el mismo lugar en 1905, y también de padre abogado. </p>
<p>Al igual que Zulueta y Nonídez, Galán estudió ciencias naturales en la Universidad Central de Madrid (hoy Universidad Complutense), se licenció en 1930 y se doctoró en 1931, en ambos casos con sobresaliente y premio extraordinario. Su pasión por la genética despierta tras la asistencia al curso práctico de biología que impartía Zulueta, con quien traba una excelente relación y con quien comienza a trabajar de ayudante en su laboratorio en el año 1928. A su lado permanecerá hasta 1939, período que resultará fundamental para su formación como investigador. Juan González Julián, el discípulo de Galán que mejor ha glosado su actividad investigadora, resalta que la suya fue “una auténtica vida de abnegada dedicación al estudio”. Así fue desde sus inicios, pues prefirió permanecer como becario al lado de Zulueta, patrocinado por distintos organismos, aun habiendo obtenido en 1933 la Cátedra de Biología de la Facultad de Ciencias de Sevilla (por oposición y con el número 1) y, en 1936, la Cátedra de Biología de la Facultad de Ciencias de Salamanca (por concurso de traslado).</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/466241/original/file-20220531-26-76rkjj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/466241/original/file-20220531-26-76rkjj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/466241/original/file-20220531-26-76rkjj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=851&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/466241/original/file-20220531-26-76rkjj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=851&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/466241/original/file-20220531-26-76rkjj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=851&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/466241/original/file-20220531-26-76rkjj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1069&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/466241/original/file-20220531-26-76rkjj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1069&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/466241/original/file-20220531-26-76rkjj.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1069&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Discurso sobre exposición y crítica de las</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://gredos.usal.es/handle/10366/115902">Universidad de Salamanca / Gredos</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/">CC BY-NC-ND</a></span>
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<h2>Una cuestión de sexo</h2>
<p>Uno de los problemas candentes de la genética de la época era la determinación del sexo en plantas y animales. El problema es más complejo en plantas, ya que éstas pueden ser dioicas (con individuos que solo producen flores masculinas e individuos que solo producen flores femeninas), monoicas (con individuos que producen tanto flores masculinas como femeninas), hermafroditas (con individuos que producen flores de ambos sexos), o presentar distintas combinaciones de los tres casos anteriores (poligamia). </p>
<p>Corresponde a Galán el mérito de realizar el primer análisis genético experimental completo de la monoecia y la dioecia. Buena parte del éxito fue debida a su perspicacia para elegir el material biológico adecuado, en este caso una cucurbitácea silvestre denominada <em>Ecballium elaterium</em>, el cohombrillo amargo o pepinillo del diablo, cuyas poblaciones del norte de España representan una subespecie monoica, en tanto que las del sur constituyen una subespecia dioica. </p>
<p>Allí donde otros investigadores fracasaron, Galán tuvo éxito. Entre 1936 y 1938 obtuvo híbridos fértiles entre las dos subespecies. Prueba del interés que suscitaron estos experimentos es el comentario publicado <a href="https://www.nature.com/articles/139331a0">por John B. S. Haldane en <em>Nature</em> en 1937</a>. En éste muestra su admiración no solo por los resultados experimentales, sino también por las difíciles condiciones de trabajo durante aquellos años de la Guerra Civil española. Haldane fue uno de los fundadores de la genética de poblaciones y contribuyó decisivamente a la síntesis moderna de la evolución.</p>
<p>Los trabajos de Galán tuvieron una considerable repercusión internacional, y genéticos muy destacados se hicieron eco de ellos. Su modelo de determinación genética del sexo en <em>E. elaterium</em> fue incorporado a los libros de texto.</p>
<h2>Decidido a permanecer en España</h2>
<p>Al contrario que sus coetáneos Zulueta y Nonídez, Galán no realizó ninguna estancia en el extranjero. No por falta de méritos, pues en 1936 obtuvo una beca de la Fundación Rockefeller para trabajar con Thomas M. Morgan en Caltech. La coincidencia con el estallido de la Guerra Civil hizo reflexionar a Galán, quien decidió renunciar a la beca y permanecer en España por si su país le necesitaba. Esta decisión perjudicó su trayectoria científica, probablemente de manera irreversible, pero revela la firmeza de las convicciones personales de Fernando Galán.</p>
<p>Finalizada la Guerra Civil, Galán se incorporó a la Universidad de Salamanca como catedrático de Biología hasta su jubilación en 1978. En Salamanca continuó los estudios sobre la determinación genética del sexo en <em>Ecballium</em> y enseñó biología, y, sobre todo, genética. </p>
<p>Enrique Battaner, en la necrológica que le dedicó tras su muerte el 11 de mayo de 1999, le describió así: </p>
<blockquote>
<p>“Don Fernando Galán fue un catedrático anómalo en una universidad anómala. Su anomalía era ese inconfundible aire entre decimonónico y germánico que imprimía a su ejecutoria docente. Era además un hombre de educación exquisita, no exactamente afable, pero que transmitía al alumno que hablaba con él un sentimiento de dignidad escolástica muy enraizado en la vieja definición de Alfonso el Sabio: la universidad como ayuntamiento de maestros y alumnos”. </p>
</blockquote>
<p>Por su parte, González Julián constata que “quienes asistieron a las clases impartidas por el profesor Galán me manifestaron que no las olvidarán por su cuidadosa preparación y por su rigurosa y fluida exposición”.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/466247/original/file-20220531-24-5j1qj8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/466247/original/file-20220531-24-5j1qj8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/466247/original/file-20220531-24-5j1qj8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/466247/original/file-20220531-24-5j1qj8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/466247/original/file-20220531-24-5j1qj8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/466247/original/file-20220531-24-5j1qj8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/466247/original/file-20220531-24-5j1qj8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/466247/original/file-20220531-24-5j1qj8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fernando Galán (derecha) junto a Severo Ochoa (centro) y José Antonio Cabezas.</span>
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<h2>Una dilatada carrera que no creó escuela</h2>
<p>Fernando Galán no llegó a fundar una verdadera escuela de genéticos en la Universidad de Salamanca, si bien su hijo, Fernado Galán Estella, continuó algunas de sus líneas de investigación. De hecho, su actividad investigadora no remontó las cimas alcanzadas con sus trabajos en <em>Ecballium</em>, comunicados en distintos congresos internacionales entre 1946 y 1950 y publicados en 1951. Probablemente, la causa fue su negativa a aceptar que el estudio molecular de las bases de la herencia y la naturaleza del material hereditario constituían el desafío fundamental de la genética a partir de mediados del siglo XX. </p>
<p>Todo ello no merma la valía personal, investigadora y docente del profesor Galán, ni su relevancia histórica como fundador de la genética en España. Su dilatada y entusiasta enseñanza en Salamanca no siempre fue bien correspondida, pero le entronca en el panteón de maestros ilustres del ocho veces centenario estudio salmantino.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/180840/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José María Díaz Mínguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Galán estudio ciencias naturales y sus contribuciones fueron alabadas por el padre de la genética de poblaciones, John B. S. Haldane.
José María Díaz Mínguez, Catedrático de Genética, Universidad de Salamanca
Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.
tag:theconversation.com,2011:article/183563
2022-06-14T17:25:34Z
2022-06-14T17:25:34Z
Carmen Laforet: de ‘Nada’ a la plenitud
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/467460/original/file-20220607-14-2bpi7y.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C1357%2C763&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Imagen de la adaptación cinematográfica de 'Nada', dirigida por Edgar Neville en 1947 y sometida a una fuerte censura.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.filmin.es/pelicula/nada">Filmin</a></span></figcaption></figure><p>Es difícil medir el enorme impacto y la permanencia en la memoria colectiva de novelas como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Nada_(novela)"><em>Nada</em></a> (1945), constantemente reeditada, celebrada y leída. Las peripecias de su joven protagonista y su viaje existencial a partir de esa España de la posguerra son parte de los recuerdos propios de sus lectores. Cuando la novela termina, la protagonista imagina un futuro menos asfixiante lejos de esa vida universitaria y esa casa barcelonesa que abandona sin llevarse <em>nada</em>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/467462/original/file-20220607-18-t8848w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/467462/original/file-20220607-18-t8848w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/467462/original/file-20220607-18-t8848w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=842&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/467462/original/file-20220607-18-t8848w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=842&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/467462/original/file-20220607-18-t8848w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=842&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/467462/original/file-20220607-18-t8848w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1058&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/467462/original/file-20220607-18-t8848w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1058&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/467462/original/file-20220607-18-t8848w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1058&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato de la escritora Carmen Laforet.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Portrait_Carmen_Laforet.jpg">Marina Romera / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>La siguiente novela de Carmen Laforet (Barcelona, 1921 – Madrid, 2004), <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-la-isla-y-los-demonios/348788"><em>La isla y los demonios</em></a> (1952), volvió al protagonismo femenino, al intimismo de esa cálida joven que no encajaba en el mundo y a la época y escenarios autobiográficos. Pronto la crítica reconoció que, en realidad, esta otra novela venía a ser el primer episodio de la anterior: una vuelta a los años de adolescencia previos a lo que habíamos leído en <em>Nada</em>. La propia autora admitió el parentesco de ambas novelas y protagonistas. Con diferentes nombres tenían la misma alma.</p>
<p>Varios años después, Laforet publicó una tercera novela que causó polémica y que sigue siendo mal leída y peor entendida: <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-la-mujer-nueva/307451"><em>La mujer nueva</em></a> (1955). En ella volvemos a encontrarnos esa misma voz femenina, ese intimismo y ese autobiografismo. Sin embargo, aquí se encarnan en otro nombre, otra edad y otra época. Con diferentes historias, parecen el mismo ser más maduro. Ahora es madre y esposa, pero sigue cargada del mismo vacío, más hastiada y aún en busca de un sentido existencial. </p>
<h2>Una peculiar trilogía no planificada</h2>
<p>De hecho, con <em>La mujer nueva</em> Carmen Laforet cerró una resultante, aunque no planeada, <a href="https://revistadeliteratura.revistas.csic.es/index.php/revistadeliteratura/article/view/558">trilogía existencial</a>. </p>
<p>Después <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-la-insolacion/335137">empezó otra</a>, ahora sí planificada, siguiendo el modelo anterior: dosificar en tres relatos las tres etapas de <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-al-volver-la-esquina/335138">maduración</a> y búsqueda de sentido de Martín, el personaje masculino que la protagoniza. <em>Tres pasos fuera del tiempo</em> –nombre de la trilogía– quedó sin terminar cuando la enfermedad y luego la muerte le llegaron a su autora.</p>
<p>Laforet insistía en que los hechos de sus novelas no eran autobiográficos. Solo lo eran las circunstancias, el momento y esa misma angustia de quien busca su lugar en el mundo y se da de bruces con la realidad. Las tres mujeres protagonistas de sus tres primeras novelas reflejan su propia aflicción. Son mujeres diferentes a su familia, aisladas en un ambiente en el que no encajan y que rechazan. </p>
<p>La adolescente Marta de <em>La isla y los demonios</em> termina con la esperanza de un cambio de vida al escapar a la península para empezar la universidad. Pero Andrea <em>(Nada)</em> y Paulina <em>(La mujer nueva)</em> huyen varias veces de sus ciudades queriendo en realidad escapar de sus asfixiantes vidas. Sus angustias y sus ansias de libertad reflejan diferentes etapas de la vida de una mujer: adolescencia, juventud y madurez. Son los años preuniversitarios, los universitarios y la vida de una insatisfecha madre y esposa. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/467464/original/file-20220607-24949-4eozy1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/467464/original/file-20220607-24949-4eozy1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/467464/original/file-20220607-24949-4eozy1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=774&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/467464/original/file-20220607-24949-4eozy1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=774&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/467464/original/file-20220607-24949-4eozy1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=774&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/467464/original/file-20220607-24949-4eozy1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=972&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/467464/original/file-20220607-24949-4eozy1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=972&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/467464/original/file-20220607-24949-4eozy1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=972&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato coloreado de Carmen Laforet.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Carmen_Laforet_Coloreada.jpg">Latinapaterson / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Aunque la autora había comenzado narrando quién era ella misma en el momento en que escribía <em>(Nada)</em>, luego volvió a los escenarios canarios de su propia infancia <em>(La isla y los demonios)</em> para cerrar la trilogía con un hecho biográfico real y contundente: su personal descubrimiento de Dios. </p>
<p>La última novela imagina la transformación que eso supondría en su personaje literario. Resuelve la búsqueda existencial con un regreso y un encuentro, el mismo proceso que Laforet había vivido poco antes: la vuelta al hogar y la vida cotidiana tras su conversión religiosa. </p>
<p>Así se lo contaba Laforet a su enferma y lejana amiga Elena Fortún en <a href="https://www.fundacionbancosantander.com/es/cultura/literatura/de-corazon-y-alma"><em>De corazón y alma (1947-1952)</em></a>. Decía que le había sucedido algo “inexpresable”, “una hoguera, un deslumbramiento, una claridad de maravilla”. Y eso le había cambiado la vida e iba a cambiarle la literatura. Pensando en ello escribía: “Ahora sé lo que tengo que hacer”. </p>
<h2>La nueva Laforet y <em>La mujer nueva</em></h2>
<p>Laforet sintió que lo que tenía que hacer era <a href="https://www.youtube.com/watch?v=i1qEAd-80Ls&t=19s">escribir <em>La mujer nueva</em></a>: la historia de Paulina. Ella, como san Pablo antes de su conversión, encadenaba errores hasta que conocer a Dios transformó totalmente su vida. Pasa de encadenar amantes a volver a casa, porque no puede buscarse sentido a la vida fuera de uno mismo. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/467465/original/file-20220607-16-ifmu8s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/467465/original/file-20220607-16-ifmu8s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/467465/original/file-20220607-16-ifmu8s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=918&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/467465/original/file-20220607-16-ifmu8s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=918&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/467465/original/file-20220607-16-ifmu8s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=918&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/467465/original/file-20220607-16-ifmu8s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1153&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/467465/original/file-20220607-16-ifmu8s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1153&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/467465/original/file-20220607-16-ifmu8s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1153&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Portada de la novela <em>La mujer nueva</em>, de Carmen Laforet.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.planetadelibros.com/libro-la-mujer-nueva/307451">Planeta de Libros</a></span>
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<p>Las cartas de Laforet y Fortún muestran la preocupación de ambas por aquellas mujeres que, buscando libertad, acababan prisioneras de una sucesión de relaciones. Por eso, antes de su conversión, la protagonista de la novela se siente sucia siendo amante de Antonio. Sin embargo, no es capaz de dejarlo por el miedo a volver a sentir esa <em>nada</em> en su interior: “¿A quién amaría? Todo comprendía menos el vacío”.</p>
<p>En la novela, Laforet refleja las preguntas que su nuevo catolicismo aún no formado le plantea. En la protagonista vemos la diferencia entre la autenticidad y una religión aceptada por el Estado como “oficial”. </p>
<p>En la España de los años cincuenta la religión estaba llena de formalidades sin sentido. A través de los ojos puros de “la mujer nueva”, observamos la hipocresía social, las incoherencias de algunos personajes y las dificultades para mantener un verdadero sentimiento religioso. </p>
<h2>Las respuestas a ese vacío</h2>
<p>Durante este periodo de su vida, la angustia existencial llevó a la escritora a la afirmación espiritualista. Y ese había sido el mismo camino recorrido por el escritor ruso <a href="https://www.personalismo.org/nikolai-berdiaev/">Nikolái Berdiaev</a>. Laforet refleja en la novela la crítica que este filósofo personalista hizo contra la imposición de una moral que se ocupa más de las apariencias que de la realidad. Como Berdiaev, Paulina desea no juzgar ni dividir el mundo en “buenos” y “malos”. </p>
<p>Laforet quedó entusiasmada por la respuesta personalista al vacío existencial. Y cuando su amiga Elena Fortún estaba a punto de morir, le envió su propio ejemplar de <a href="https://datos.bne.es/edicion/bimo0000590645.html"><em>La destinación del hombre</em></a> de Berdiaev para consolarla. La respuesta existencial para Laforet, una mujer que había estado ensimismada y perdida en su pequeñez, es aceptar que “ha pasado demasiados años pensando en mi cuerpo, en sus sensaciones, en sus anhelos, en sus vacíos”.</p>
<p>Así, la espiritualidad llena de sentido el antiguo vacío del personaje laforetiano.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183563/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Soy miembro del consejo de redacción de los Anejos de la Revista de Literatura del CSIC (y hay un artículo mío publicado en la revista del CSIC, no en los anejos). Pero no tiene nada que ver</span></em></p>
Tras publicar ‘Nada’ y ‘La isla y los demonios’, Carmen Laforet cerró su trilogía involuntaria con la novela ‘La mujer nueva’ en la que la protagonista, como su autora, buscaban respuestas existenciales.
M.ª Ángeles Varela Olea, Profesora Titular, Literatura española, Literatura de los siglos XIX y XX, Universidad CEU San Pablo
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2022-06-12T18:41:12Z
2022-06-12T18:41:12Z
Antonio Pérez Olea, un compositor a la vanguardia del cine documental en España
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/467424/original/file-20220607-24-laldzs.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=247%2C123%2C1451%2C942&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Fotograma de los créditos de _La vejez luminosa_ (A. Pérez Olea, 1971).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://youtu.be/pqhwHU_0n7w">Pérez Olea / Youtube</a></span></figcaption></figure><p>El cine documental combina la observación e interpretación de la realidad por parte de los cineastas. Es interesante estudiar, en este formato, los recursos sonoros y musicales utilizados para facilitar la recepción de la narración final. Todos ellos se han valorado en el desarrollo del documental, minoritario frente a la producción cinematográfica <em>mainstream</em> que se orientó hacia el cine de ficción tras la Segunda Guerra Mundial. </p>
<p>Así sucedió también en España, donde se evitaron diálogos explícitos con el franquismo, que contaba con sus propios informativos y documentales de propaganda a través de la productora de <a href="https://www.rtve.es/filmoteca/no-do/">Noticiarios y Documentales, NO-DO</a>. </p>
<h2>El documental durante las décadas del franquismo</h2>
<p>El contexto cinematográfico imperante en España se cuestionó en los años cincuenta, cuando se reorientó la producción audiovisual. Entonces, realizadores con vocación renovadora buscaron alternativas para contrarrestar la visión oficial. Esto dio lugar a múltiples propuestas que es necesario analizar desde la musicología. </p>
<p>Desde finales de esa década, el realismo crítico y las vanguardias ejercieron mucha influencia en las tendencias alternativas del documental español. </p>
<p>En los años sesenta, la banda sonora dota de nuevos significados, relaciones e identificaciones a los discursos audiovisuales, no sin las coacciones de la censura cinematográfica franquista. Los documentales revisan las temáticas habituales del género franquista, pero con una visión más personal y comprometida por parte de los cineastas. Se repasa también el contexto sociopolítico y la identidad cultural española, para preparar el camino al desarrollo del documental de los setenta y de la Transición española. </p>
<p>De este modo, el documental acogió un impulso especial en el cine español durante el desarrollismo franquista como género de experimentación técnica y artística. Los realizadores buscaban posicionarse a través de producciones destinadas a festivales y, en caso de integrarse en el circuito oficial, sus películas también podían servir para incrementar sus ingresos económicos. </p>
<p>A este contexto responde la obra de directores como Antonio Pérez Olea (Madrid, 1923 – 2005). Es un caso particular entre los compositores cinematográficos del Nuevo Cine Español, porque complementó su formación musical en los conservatorios de Madrid y París con estudios de fotografía y sonido en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), posterior Escuela Oficial de Cine (EOC) –donde también fue profesor–, y en el Centro Sperimentale di Cinematografía de Roma. </p>
<h2>Compositor y director de documentales</h2>
<p>Los años de Pérez Olea en la EOC le permitieron coincidir con otros directores representativos del Nuevo Cine Español. Mario Camús, Vicente Aranda, Manuel Summers o Luis García Berlanga aparecen en <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6222888">su amplio catálogo</a>, que abarca música para más de cuarenta largometrajes y cien cortometrajes en distintos géneros, destacando la presencia del documental. </p>
<p>Asimismo, su tiempo en la EOC (hasta 1972) corresponde a una etapa de investigación de las posibilidades del campo sonoro, según se aprecia especialmente <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7187268">en la producción documental de Pérez Olea hasta el tardofranqismo</a>. El compositor se muestra al día de las tendencias de vanguardia, con la influencia de la música electroacústica, concreta y los nuevos usos de instrumentos tradicionales, en sintonía con la apertura de la música española de la época hacia Europa y Estados Unidos.</p>
<p>En la producción documental de Pérez Olea predominan los cortometrajes de tema paisajístico y artístico –no sin trasfondo social–. Son obras dirigidas por él, en las que también se encarga de la fotografía y la banda sonora. Cada documental es una especie de <em>viaje</em> donde lo más importante es el <em>trayecto</em>, que se resuelve de manera casi inesperada o sutil. Los elementos sonoros y musicales de la banda sonora sirven para difuminar límites estructurales y aportar fluidez, con diversas prácticas compositivas. </p>
<p>En este sentido, predomina el uso de elementos sonoros que funcionan como hilo conductor del discurso audiovisual, en paralelo a las imágenes. </p>
<p>Eso ocurre con el agua, en toda su variedad sonora dependiendo de su estado físico, en <em>El río de que no cesa</em>, rodado en la Sierra de Gredos y en los Paradores Nacionales de Navarredonda y Jarandilla. </p>
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<figcaption><span class="caption"><em>El rio que no cesa</em>, de Antonio Pérez Olea, de 1967.</span></figcaption>
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<p>En <em>Viaje al país cubista</em>, el sonido del tren aporta continuidad rítmica a la obra, mientras la voz en <em>off</em> entrelaza conceptos a partir de una selección de cuadros, para recrear visualmente un viaje en tren desde el París neoimpresionista. Monet, Cézanne o Braque, entre otros, se convierten en escenógrafos, mientras captamos la técnica y gestualidad de la pintura a través de la combinación de planos. </p>
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<figcaption><span class="caption"><em>Viaje al país cubista</em>, de Antonio Pérez Olea, de 1967.</span></figcaption>
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<p>Pérez Olea sigue así tendencias de experimentación del documental tras la Segunda Guerra Mundial, con imágenes de obras de arte con potencial narrativo. Hace lo mismo en otros de sus títulos, como <em>Cuento de cuentos</em>, sobre la pintura holandesa de los siglos XV, XVI y XVII. </p>
<p>En la banda sonora de este documental destaca una idea de ruptura de convenciones musicales de la tradición académica occidental en lo que respecta a la armonía, los timbres y el ritmo. Esto se logra con la distorsión del sonido de instrumentos como la espineta, las rupturas de la regularidad rítmica o sonidos disonantes, que nos trasladan a los espacios cerrados e íntimos de las pinturas, que se vuelven angustiosos para el espectador.</p>
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<figcaption><span class="caption"><em>Cuento de cuentos</em>, de Antonio Pérez Olea, de 1970.</span></figcaption>
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<p>Paralelamente, destaca el empleo de la música concreta para reforzar las imágenes costumbristas de documentales como <em>Rías y ramblas</em> (1968), cortometraje sobre la geografía de Galicia y Almería. La manipulación sonora se aplica sobre distintas fuentes, para trabajar con la gama sonora en toda su amplitud, en la línea de la vanguardia de su época. La idea aquí es transmitir la crudeza de la vida labradora. </p>
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<figcaption><span class="caption"><em>Rías y ramblas</em>, de Antonio Pérez Olea, de 1968.</span></figcaption>
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<p>Como en otros documentales, Pérez Olea propone un estudio de las marcas sonoras de los paisajes, conectando con las ideas contemporáneas del paisaje sonoro, de forma que recrea los ambientes rurales. Con estos procedimientos, el director busca la participación del espectador, mientras juega con identificaciones sonoras y la visualización de las fuentes productoras del sonido.</p>
<h2>Pérez Olea, un compositor ecléctico</h2>
<p>Quizá menos innovadora resulte su serie de <em>Estilos y provincias</em>. No obstante, se observan procedimientos interesantes que muestran la capacidad inventiva del compositor con un estilo ecléctico en obras que se estructuran en secciones más breves. </p>
<p>Es el caso de <em>En Romance Paladino</em>, uno de los títulos de la serie, junto con <a href="https://www.youtube.com/watch?v=pdeP7RxBGLk"><em>Bajo Aragón</em></a>_ (1969), <a href="https://www.youtube.com/watch?v=WhLPiapW8mM"><em>Románico y romántico</em></a>_ (1969), <a href="https://www.youtube.com/watch?v=AJAaIFHGKuk"><em>Vendimiando un paisaje</em></a> (1976) y <a href="https://www.youtube.com/watch?v=5qjd9785hcI"><em>Galicia, primer cuadrante</em></a> (1978). </p>
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<figcaption><span class="caption"><em>En Romance Paladino</em>, de Antonio Pérez Olea, de 1972.</span></figcaption>
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<p>Dentro de <em>En Romance paladino</em> se observa esta práctica, con especial economía de medios en la banda sonora. El material musical, en sincronía con las imágenes, se elabora a partir del tema principal (estático, repetitivo, de influencia minimalista), que funciona además como eje de la estructura. </p>
<p>Asimismo, el eclecticismo del compositor queda de manifiesto con el empleo de músicas populares urbanas, preexistentes y de nueva creación, en <a href="https://redined.mecd.gob.es/xmlui/handle/11162/61897"><em>Camino a la música contemporánea</em></a> (1973). Este es el único de los documentales de Pérez Olea hecho por encargo, por parte del Ministerio de Educación y Ciencia, y dirigido a estudiantes de enseñanza secundaria y superior sobre la historia de la música. </p>
<p>Es necesario referirse también a <em>La Vejez luminosa</em> (1971), documental sobre el fenómeno de la tercera edad residente en la costa alicantina, a través de entrevistas personales de pensionistas, y en el que los ritmos jazzísticos enfatizan un carácter vital en la cotidianeidad que retrata. </p>
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<figcaption><span class="caption"><em>La Vejez Luminosa</em>, de Antonio Pérez Olea, de 1971.</span></figcaption>
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<h2>Los últimos documentales</h2>
<p>En cuanto a <a href="https://www.sibetrans.com/etno/cuaderno/28/cuadernos-de-etnomusicologia-n-10">los documentales de Pérez Olea del último lustro de su producción en el género</a>, conviene destacar <a href="https://www.youtube.com/watch?v=sjwniC9SiSE"><em>A partir de Olimpia</em></a>. Este, tras una larga gestación (debido a retrasos por la censura y a mermas en las ayudas oficiales), vio la luz en 1978. El filme profundiza en las representaciones del desnudo femenino en la pintura a partir del cuadro <em>Olympia</em> de Manet, y los cambios sociales y políticos que se vinculan a la evolución de los derechos de la mujer, valorando relaciones estéticas y sociales hasta mediados del siglo XX. </p>
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<figcaption><span class="caption"><em>A partir de Olimpia</em>, de Antonio Pérez Olea.</span></figcaption>
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<p>El comentario se impone, con la voz femenina en <em>off</em>, en la banda sonora, a través de una crítica al puritanismo social a partir del cuadro de Manet. En <em>A partir de Olimpia</em>, el piano sostiene un continuo sonoro, que se ajusta al diálogo, con el desarrollo libre de temas musicales, difícil de reconocer auditivamente también por la labor de montaje. </p>
<p>Tengamos en cuenta que el piano es un elemento importante en otros documentales de Pérez Olea, como en <em>El Río que no cesa</em> o en <em>Goya, perro infinito</em>, un retrato de la vida del pintor de inspiración psicoanalítica. Ahí utiliza el piano y los dispositivos electrónicos, buscando variedad de timbres y efectos sugestivos por parte del espectador. Se trata de un piano que investiga en todas sus posibilidades tímbricas, en la línea de las piezas contemporáneas que ya en los sesenta se difundían y practicaban en España.</p>
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<figcaption><span class="caption"><em>Goya, perro infinito</em>, de Antonio Pérez Olea, de 1977.</span></figcaption>
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<p>Con todo, a este estudio deben de añadirse, con futuras investigaciones, análisis de otras piezas documentales del catálogo de Pérez Olea. Estas, aun con la dirección de otros cineastas, permitirán seguir profundizando en las prácticas y aportaciones del compositor: un autor versátil y a la vanguardia.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/175294/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Diana Díaz González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Antonio Pérez Olea es un caso particular entre los compositores cinematográficos del Nuevo Cine Español, porque fue director de cine y de fotografía, además de músico.
Diana Díaz González, Profesora de Musicología y Educación Musical, Universidad de Oviedo
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2022-05-28T08:08:18Z
2022-05-28T08:08:18Z
Chiquito cumple 90, ¿te das cuen?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/465096/original/file-20220524-19-wq90c2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=21%2C4%2C1576%2C1058&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Chiquito de la Calzada actuando en un programa de televisión</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.rtve.es/rtve/20181108/imprescindibles-2-recuerdan-chiquito-calzada-primer-aniversario-su-muerte/1834800.shtml">RTVE</a></span></figcaption></figure><p>Este 28 de mayo Gregorio Esteban Sánchez Fernández, conocido como Chiquito de la Calzada, cumpliría 90 años. A pesar de haber transcurrido casi un lustro desde su fallecimiento, Chiquito sigue siendo querido y recordado por varias generaciones de españoles que admiraron expresiones como “Fistro”, “Te das cuen”, “Cobarde, pecador”, “Hasta luego, Lucas” o “Jaarl”, entre otras.</p>
<p>¿Cómo ha conseguido mantenerse presente en nuestra cotidianidad este singular personaje y su particular modo de entender el humor? Repasamos algunos de los factores que han hecho pervivir la huella, y casi la leyenda, de Chiquito de la Calzada. </p>
<h2>¿Quién fue Gregorio Sánchez?</h2>
<p>Chiquito nació en Málaga, en la calle Calzada de la Trinidad, a la que debe su nombre artístico, que le acompañaba ya desde sus tiempos de cantaor flamenco. Su ciudad natal ha sido noticia recientemente por el homenaje que se le ha brindado al presentar un prototipo de semáforo que tiene su silueta y reproduce sus frases más famosas. </p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"1511355713175572485"}"></div></p>
<p>En Málaga, Chiquito tiene además una estatua y un parque que lleva su nombre. Asimismo, se han celebrado varios actos conmemorativos muy interesantes en el centro cultural La Térmica (recogidos en el programa <a href="https://www.rtve.es/play/videos/programa/imprescindibles-chiquito-cantaor-atras/6531526/?locale=ES"><em>Imprescindibles</em></a> de La 2) y una <a href="https://www.yorokobu.es/chiquito-de-la-calzada-moments/">exposición</a> de ilustraciones inspiradas en Chiquito organizada por el Festival Moments en el Ateneo de Málaga. </p>
<p>Pero más allá de estos actos de consideración lógicos hacia una celebridad local, el recuerdo de Chiquito trasciende sus orígenes. Así, ha sido protagonista recientemente de dos obras de distinto cariz. Por un lado, <a href="https://www.edisofer.com/hasta-luego-lucas-homenaje-nacional-a-chiquito-de-la-calzada.html"><em>Hasta luego, Lucas! 2019. Homenaje nacional a Chiquito de la Calzada</em></a>, una modesta obra colaborativa a base de anécdotas realizada por compañeros humoristas del artista pertenecientes a Ashumes (Asociación del Humorismo Español); y, por otro lado, un libro casi experimental, <a href="https://www.edisofer.com/hasta-luego-lucas-homenaje-nacional-a-chiquito-de-la-calzada.html"><em>Las legendarias aventuras de Chiquito</em></a>, escrito e ilustrado por Sergio Mora. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/465093/original/file-20220524-14-sx4mky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/465093/original/file-20220524-14-sx4mky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/465093/original/file-20220524-14-sx4mky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/465093/original/file-20220524-14-sx4mky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/465093/original/file-20220524-14-sx4mky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/465093/original/file-20220524-14-sx4mky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/465093/original/file-20220524-14-sx4mky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/465093/original/file-20220524-14-sx4mky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Imagen de la muestra del Moments Festival de 2018, con la exposición de ilustraciones dedicadas a Chiquito de la Calzada.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.momentsfestival.org/ediciones-anteriores/edicion-2018/">Moments Festival</a></span>
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<p>La obra evidencia la dificultad para realizar una biografía al uso sobre un personaje que solía ser bastante reservado sobre su vida íntima, de la que destacaba su devoción por su esposa Pepita García Gómez, sin dar excesivos detalles sobre las penurias de la primera mitad de su existencia. Tampoco era fácil sonsacarle acerca de su vocabulario único o su creativa forma de contar chistes. Con Chiquito no hay metodología ni intelectualización. Todo era natural, auténtico y entrañable, y quizá en eso se base parte de su éxito. </p>
<h2>Chiquito triunfando</h2>
<p>Su éxito arrollador se explica también por el contexto televisivo en el que se convirtió en una celebridad. Chiquito irrumpe en la aún incipiente televisión privada de los 90 de la mano del recientemente fallecido <a href="https://www.efe.com/efe/espana/cultura/fallece-tomas-summers-productor-y-guionista/10005-4790464">Tomás Summers</a>, su descubridor y productor del programa de Antena 3 <a href="https://youtu.be/eQnPOsnQPdA?list=PLcOjT8KIN3Y2Io2G1iVs-_UNUjcDo8UVF"><em>Genio y figura</em></a> (1994-1995). </p>
<p>La emisión en <em>prime time</em>, en una época previa a la actual multiplicación de la oferta gracias a las plataformas de contenidos bajo demanda, lo catapultó a la fama con sus apariciones en un espacio líder de audiencia, sobre todo en las primeras etapas, en las que el programa y su primer presentador, Pepe Carroll, llegaron a recibir el premio TP de Oro. El formato se estrenó en abril y para finales de 1994 el fenómeno era tal que ya se habían ocupado de glosarlo los columnistas más leídos del momento como <a href="https://www.fundacionfranciscoumbral.es/articulos/articulo.php?id=2421">Francisco Umbral</a>, Carmen Rigalt o Luis Antonio de Villena en <em>El Mundo</em> o <a href="https://www.xlsemanal.com/firmas/19941120/perez-reverte-chiquito-la-calzada.html">Arturo Pérez Reverte en <em>El Semanal</em></a>.</p>
<p>A partir de ahí, un Chiquito asiduo de los programas de galas de fin de semana, un formato propio de su tiempo (<em>Noche de fiesta</em>, <em>Humor se escribe con h</em>, <em>El burladero</em>, <em>Risas y estrellas</em>…), quedó grabado a fuego en la mente de quienes fueron testigos de su ubicuidad. No solo se repetían sus expresiones sino que apareció <em>merchandising</em> de todo tipo: desde los “Chiqui-tazos”, que regalaban con unas bolsas de patatas fritas con su imagen, a cassettes y VHS recopilatorios con sus chistes. </p>
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<figcaption><span class="caption">Capítulo de <em>Cómo nos reímos</em> dedicado a Chiquito de la Calzada.</span></figcaption>
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<p>Una búsqueda actual en Todocolección arroja un total de 316 lotes que incluyen dichos tazos, pegatinas de chicles, cintas, vídeos y DVD de sus actuaciones y <a href="https://www.imdb.com/name/nm0131008/">películas</a> (apareció en ocho entre 1996 y 2014), figuras, pins, carteles…</p>
<h2>Jóvenes frente a la TV</h2>
<p>Interviene aquí otra cuestión fundamental: la edad del público que veía las actuaciones de Chiquito en un momento en el que el consumo televisivo aún se hacía de <a href="https://revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/view/67785">manera eminentemente familiar</a>, entendiendo la televisión como objeto “grupal y comunitario, como un elemento de cohesión social en torno al que se reunían los familiares o los amigos”. </p>
<p>A mediados de los 90 no todos los hogares poseían más de un televisor y todavía quedaba lejana la implantación de un modo de consumo individualizado en dispositivos como ordenadores, móviles o tabletas. Así, aunque el programa era para todo tipo de audiencias, los niños y niñas crecidos en los 90 que vieron el debut de Chiquito, una suerte de abuelo catódico a sus 62 años, se convirtieron en adultos que, empujados por la <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7741153">nostalgia</a> inherente al medio televisivo, le han ido recordando de distintas maneras. </p>
<p>De esta forma, la repercusión del legado de Chiquito entre figuras de la cultura de esa generación resulta realmente notable: basta solo recordar que cineastas como Nacho Vigalondo o Carlos Vermut le homenajearon recreando un gesto suyo mirando a cámara en sus nominaciones a los premios Óscar y Goya, respectivamente. </p>
<p><div data-react-class="Tweet" data-react-props="{"tweetId":"739974449622056960"}"></div></p>
<p>Además, dibujantes de cómic españoles lo han hecho aparecer como extra en viñetas de personajes de DC como Catwoman y Superman. El filósofo <a href="https://www.laopiniondemalaga.es/cultura-espectaculos/2017/12/14/chiquito-vanguardista-humor-contribuyo-performance-28099180.html">Ernesto Castro</a>, que lo ha defendido como un artista de vanguardia que eligió la <em>performance</em> para expresarse, afirma que sin duda su impronta se encuentra en humoristas posteriores como Venga Monjas, Carlo Padial, Miguel Noguera, Ignatius Farray o en los colectivos de <em>Muchachada Nui</em>-<em>La hora chanante</em>, especialmente en Joaquín Reyes. Es decir, la plana mayor de lo que <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=448515">Jordi Costa</a> bautizó como posthumor continuó la senda que Chiquito empezó a explorar. </p>
<p>Por supuesto también, aunque con <a href="https://vertele.eldiario.es/noticias/flo-recuerda-surrealista-demando-chiquito_1_7484299.html">controversia</a>, la creación del personaje de Lucas Grijander por el más convencional humorista Florentino Fernández fue una inspiración directa.</p>
<h2>El mundo digital de Chiquito</h2>
<p>Finalmente, Chiquito permanece en la memoria gracias también al entorno digital. De hecho el mundo del videojuego fue uno de los primeros sectores que le rindió tributo hace más de dos décadas con <a href="https://www.youtube.com/watch?v=WZnbjulJNCw">un <em>mod</em> para el juego <em>Doom 2</em></a> en el que se oían las inflexiones de Chiquito. </p>
<p>Pero son las redes sociales las que más contribuyen a que su figura permanezca. Por ejemplo, varias cuentas de fans con su nombre en Twitter reproducen su material, además de la muy popular en su momento <a href="https://twitter.com/chiquitogif">ChiquitoGif</a> (más de 8 000 seguidores). </p>
<p>Y por supuesto también se le conmemora el 28 de mayo, día de su nacimiento, con el <em>hashtag</em> <a href="https://twitter.com/hashtag/ChiquitoDay?src=hashtag_click">#ChiquitoDay</a>.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183325/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Natalia Meléndez Malavé no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
El 28 de mayo de 2022 Chiquito de la Calzada habría cumplido 90 años. Revolucionario del humor, icono, leyenda, personaje querido por todos, ¿qué queda de Chiquito cinco años después de su muerte?
Natalia Meléndez Malavé, Profesora de Periodismo, Universidad de Málaga
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2022-05-24T18:03:32Z
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La genialidad de Clara Haskil
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/462006/original/file-20220509-11-fsn007.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C0%2C1270%2C917&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Clara Haskil en una fotografía utilizada en el documental 'Clara Haskil. Le mystère de l'interprète'.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.louiseproductions.ch/clara-haskil-le-mystere-de-linterprete">Louise Productions</a></span></figcaption></figure><p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Clara_Haskil">Clara Haskil</a> (1895-1960), <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Wanda_Landowska">Wanda Landowska</a> (1879-1959), <a href="https://theconversation.com/maria-barrientos-la-diva-olvidada-115272">María Barrientos</a> (1884-1946), <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jacqueline_du_Pr%C3%A9">Jacqueline du Pré</a> (1945-1987) y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Alicia_de_Larrocha">Alicia de Larrocha</a> (1923-2009) son solo una representación de destacadas intérpretes musicales de la historia occidental. Sus actuaciones fueron aclamadas en todo el mundo y, sin embargo, sus nombres no siempre resultan conocidos para el público, menos aún para aquellos jóvenes acostumbrados al consumo de músicas urbanas. </p>
<p>La mayor parte de las mujeres que desarrollaron una carrera profesional en el mundo de la música durante el convulso siglo XX tuvieron vidas extraordinariamente complejas y apasionantes. Además de hacer frente a los estereotipos a los que habitualmente se han enfrentado las mujeres artistas, vivieron en medio de los conflictos bélicos acaecidos en su tiempo y lograron pasar a la historia gracias a su actitud ante la vida y a los registros sonoros que han catapultado sus interpretaciones a la eternidad.</p>
<p>Clara Haskil es uno de esos casos admirables.</p>
<h2>¿Quién fue Clara Haskil?</h2>
<p>Haskil nació en Bucarest en 1895, en el seno de una familia judía sefardí. Recibió sus primeras lecciones de piano de mano de su madre, Berthe Haskil, algo habitual, ya que las mujeres a lo largo de los siglos han estado próximas a los instrumentos de tecla y, además, han sido las principales <a href="https://gredos.usal.es/handle/10366/76617">transmisoras musicales</a>. De hecho, cuando el padre de la familia Haskil falleció en 1899, las clases de piano e idiomas impartidas por su madre significaron un importante sustento económico.</p>
<p>Desde una temprana edad, Haskil demostró excelentes aptitudes, siendo capaz de reproducir obras musicales escuchadas tan solo una vez. Esta habilidad recuerda al propio <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Wolfgang_Amadeus_Mozart">Wolgang Amadeus Mozart</a>, quien, según cuenta la <a href="https://www.classicfm.com/composers/mozart/guides/mozart-allegri-miserere">leyenda</a>, transcribió el <a href="https://www.youtube.com/watch?v=36Y_ztEW1NE"><em>Miserere Mei</em></a> de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Gregorio_Allegri">Gregorio Allegri</a> tras haberlo escuchado en la celebración litúrgica de la Pascua a la que asistió en la basílica de San Pedro, en Roma, en el año 1770. Tenía 14 años.</p>
<p>Su familia, consciente del talento musical de la pequeña Clara, decidió que se trasladara a Viena con uno de sus tíos cuando tenía siete años y posteriormente a París, donde no solo recibió lecciones de piano sino también de violín. En el <a href="https://www.conservatoiredeparis.fr/fr">Conservatorio de París</a> –el mejor del mundo a comienzos de 1900– fue alumna de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Alfred_Cortot">Alfred Cortot</a> en 1907. Al parecer, el maestro de piano no estaba muy contento con su pupila y posteriormente también estudió bajo la tutela de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Lazare_L%C3%A9vy">Lazare Lévy</a>. </p>
<p>La capital francesa significó el comienzo de sus éxitos. En 1910 alcanzó el primer premio de piano en un concurso organizado por el propio conservatorio, otorgado por un jurado formado por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Gabriel_Faur%C3%A9">Gabriel Fauré</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Moritz_Moszkowski">Moritz Moszkowski</a>, <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Raoul_Pugno">Raoul Pugno</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ricardo_Vi%C3%B1es">Ricardo Viñes</a>. </p>
<p>Enseguida comenzó a ofrecer conciertos en Francia, Austria, Italia y Suiza. Cuando tenía quince años, en Zúrich, conoció al pianista y director italiano <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ferruccio_Busoni">Ferruccio Busoni</a>, quien, al escucharla en una de sus actuaciones, la invitó a continuar sus estudios bajo su tutela en Berlín. Haskil no accedió a ello, una decisión de la que, al parecer, se <a href="http://www.peter-feuchtwanger.de/english-version/clara-haskil/the-perfect-clara-haskil/index.html">arrepintió toda su vida</a>.</p>
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<figcaption><span class="caption"><em>Sonatas para tecla de Scarlatti</em>. Piano: Clara Haskil (1950)</span></figcaption>
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<h2>Superando adversidades</h2>
<p>En el año 1914 se produjo el estallido de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Primera_Guerra_Mundial">Primera Guerra Mundial</a>, fecha que coincidió con la pérdida de su madre, el arresto de su tío en un campo de refugiados y numerosos problemas de salud debido a la escoliosis deformante que le habían diagnosticado. Finalizado el conflicto bélico, y tras una temporada larga inmovilizada con un corsé de escayola después de una intervención quirúrgica, su actividad como concertista se incrementó. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/460084/original/file-20220427-18-umbai3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/460084/original/file-20220427-18-umbai3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/460084/original/file-20220427-18-umbai3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=641&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/460084/original/file-20220427-18-umbai3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=641&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/460084/original/file-20220427-18-umbai3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=641&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/460084/original/file-20220427-18-umbai3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=805&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/460084/original/file-20220427-18-umbai3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=805&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/460084/original/file-20220427-18-umbai3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=805&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato de una joven Clara Haskil.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Clara_Haskil_fiatalon.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Aunque seguía viviendo en Francia, Suiza se convirtió en un lugar importante para Haskil. Allí encontró un clima favorable para su salud, un ambiente amable y el inicio de la admiración del público europeo. En Viena, la prensa la erigió como “una nueva estrella” tras sus conciertos de 1923. </p>
<p>Estados Unidos también cayó a sus pies. Así lo demuestra el éxito alcanzado tras su primera gira en 1924, triunfando en Nueva York y logrando excelentes críticas en los principales diarios: “Clara Haskil, recién llegada de París, hizo una notable demostración de dedos voladores en su primer recital de Nueva York en el Aeolian Hall” (<em>New York Herald</em>).</p>
<p>Durante su vida interpretó el gran repertorio para piano: Sonatas de Mozart, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Haydn">Joseph Haydn</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ludwig_van_Beethoven">Ludwig van Beethoven</a>, <em>Iberia</em> de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Isaac_Alb%C3%A9niz">Isaac Albéniz</a>, la <em>Sonata en Si menor</em> de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Franz_Liszt">Franz Liszt</a>, <em>Conciertos para piano y orquesta</em> de Mozart y de Beethoven, y el <em>Concierto para piano y orquesta nº 2</em> de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Fr%C3%A9d%C3%A9ric_Chopin">Frédéric Chopin</a>, entre otras partituras. </p>
<p>La crítica siempre se mostró entusiasmada ante sus actuaciones, aunque sus cartas desprenden una fuerte autoexigencia y un constante inconformismo en busca de la perfección que nunca acababa de satisfacer su voluntad performativa. Probablemente todo ello fue responsable del miedo escénico que padeció durante su vida y con el que logró convivir.</p>
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<figcaption><span class="caption"><em>Concierto para piano y orquesta nº 20</em> de Mozart. Piano solista: Clara Haskil (1954)</span></figcaption>
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<p>Fue, en palabras de <a href="https://books.google.es/books/about/The_Piano.html?id=TqtmlzCDzucC&redir_esc=y">Jeremy Siepmann</a>, “músico para músicos” y “pianista para pianistas”. Sin embargo, el estallido de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Segunda_Guerra_Mundial">Segunda Guerra Mundial</a>, que coincidió con nuevos problemas de salud, nuevamente interrumpió su carrera, además de infundirle el miedo a ser capturada por su condición de judía. </p>
<p>Desde el punto de vista económico, fue también una época difícil debido a la ausencia de conciertos y a que, durante esos años, no era posible que los extranjeros tocasen en la radio. Sin embargo, gracias a sus amigos y admiradores, logró obtener la documentación necesaria para ser acogida en Suiza en 1942. </p>
<p>Se instaló en Vevey, ciudad en la que desde 1963, cada dos años, se celebraba el <a href="https://clara-haskil.ch/en/home/">Concurso Internacional de Piano Clara Haskil</a>, y donde, en su momento, era visitada por amigos como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Chaplin">Charles Chaplin</a>.</p>
<h2>Los amigos y compañeros de Clara Haskil</h2>
<p>Las amistades fueron fundamentales en la vida de la pianista, tanto a nivel vital como profesional. Algunos de sus amigos la ayudaron económica y socialmente, como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Winnaretta_Singer">Winnaretta Singer</a>, la princesa de Polignac, que fue mecenas de grandes músicos. </p>
<p>Singer puso a disposición de Haskil uno de los pianos de su mansión parisina e incluso la introdujo en un círculo cultural elitista al invitarla habitualmente a su salón. Allí conoció a músicos como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%8Dgor_Stravinski">Igor Stravinski</a> e incluso tocó a dos pianos junto a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Vladimir_Horowitz">Vladimir Horowitz</a>. Sin embargo, su carácter tímido no ayudó mucho a que pudiera exprimir al máximo las relaciones sociales para beneficio profesional.</p>
<p>Disfrutó de colaboraciones con músicos de primera fila, como, entre otros muchos, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Pau_Casals">Pau Casals</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Eug%C3%A8ne_Ysa%C3%BFe">Eugène Ysaÿe</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Herbert_von_Karajan">Herbert von Karajan</a>, con quien compartió una exitosa gira por Viena y Salzburgo bajo su batuta. En lo personal, disfrutó de una profunda amistad con el pianista rumano <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Dinu_Lipatti">Dinu Lipatti</a>. </p>
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<figcaption><span class="caption"><em>Concierto para piano y orquesta nº 23</em> de Mozart. Director: Herbert von Karajan. Piano solista: Clara Haskil (1956)</span></figcaption>
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<p>Sin embargo, Charles Chaplin fue quizá el más famoso de sus amigos. Era habitual que la familia Chaplin visitara a la pianista en su casa de Vevey, a quienes agasajaba musicalmente. Ella también acudía a Manoir de Ban, propiedad del actor desde 1952, donde celebraron en varias ocasiones la Navidad. Chaplin fue quien profesó de una manera más pública su admiración hacia ella, como se desprende de estas palabras en una entrevista radiofónica del año 1962: “Durante mi vida he conocido tres genios. Uno fue Clara Haskil. Los otros fueron el profesor Einstein y Sir Winston Churchill”.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/462009/original/file-20220509-17-ditbyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/462009/original/file-20220509-17-ditbyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/462009/original/file-20220509-17-ditbyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=498&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/462009/original/file-20220509-17-ditbyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=498&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/462009/original/file-20220509-17-ditbyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=498&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/462009/original/file-20220509-17-ditbyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=626&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/462009/original/file-20220509-17-ditbyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=626&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/462009/original/file-20220509-17-ditbyc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=626&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotografía de Charles Chaplin y Clara Haskil.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.louiseproductions.ch/clara-haskil-le-mystere-de-linterprete">Louise Productions</a></span>
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<h2>Modelo de referencia</h2>
<p>Durante su carrera, Haskil afrontó escasos compromisos profesionales. En parte, eso tuvo que ver con sus dificultades para las relaciones sociales y especialmente con la ausencia de un agente que se ocupara de estas cuestiones. Un ejemplo de esa poca actividad concertística se puede observar en el año 1936, en que solamente ofreció seis conciertos públicos, dos de ellos gratis. Afortunadamente, podemos disfrutar de su legado gracias a sus grabaciones.</p>
<p>En 1947 grabó su primer disco comercial para Decca interpretando el <em>Concierto para piano y orquesta nº 4</em> de Beethoven junto a la Orquesta Filarmónica de Londres bajo la batuta de <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Carlo_Zecchi">Carlo Zecchi</a>. </p>
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<figcaption><span class="caption"><em>Concierto para piano y orquesta nº 4</em> de Beethoven. Piano: Clara Haskil (1947)</span></figcaption>
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<p>Sus interpretaciones se caracterizan por la precisión y la agilidad. Se puede observar un toque ligero y una gran naturalidad, sin abuso del pedal. Su compositor favorito fue Mozart, de quien, a su vez, se ha convertido en un referente performativo. De hecho, <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2873143">Eduardo Arteaga</a> señala que la interpretación de Haskil se aproxima estilísticamente a la pureza de la visión de Mozart. Precisamente, el periódico norteamericano <em>The Sun</em> (1924) alabó su magnífica capacidad para lograr matices sutiles. </p>
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<figcaption><span class="caption"><em>Sonata K 330</em> de Mozart. Piano: Clara Haskil (1954)</span></figcaption>
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<p>No solo se convirtió en una destacada intérprete solista, sino también de música de cámara. Así se puede constatar en las grabaciones de las <em>Sonatas para violín y piano</em> de Mozart y de Beethoven junto al violinista belga <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_Grumiaux">Arthur Grumiaux</a>, reflejo de su buen entendimiento y de las giras de conciertos que realizaron en vida. Los discos demuestran sintonía y cercanía al texto del compositor. La relación personal y profesional con Grumiaux llega hasta el final de su vida. En 1960, de camino a Bruselas para encontrarse con el músico, Haskil falleció por complicaciones derivadas de una caída sufrida a su llegada en la estación.</p>
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<figcaption><span class="caption"><em>Sonatas para violín y piano</em> de Beethoven. Violín: Arthur Grumiaux. Piano: Clara Haskil (1956)</span></figcaption>
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<p>Las grabaciones de Clara Haskil de la obra de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Schumann">Robert Schumann</a> también se han convertido en referentes. Tanto en las microformas del compositor alemán –como <em>Escenas de niños Op. 15 y Escenas del bosque Op. 82</em>– como en el <em>Concierto para piano en La menor</em> se puede comprobar el dominio técnico de Haskil y su apreciación de cierto sentido de libertad.</p>
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<figcaption><span class="caption">“Träumerei”, de <em>Escenas de niños Op. 15</em> de Schumann. Piano: Clara Haskil.</span></figcaption>
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<p>Si bien recibió la medalla de Caballero de la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Legi%C3%B3n_de_Honor">Legión de Honor</a>, la más alta condecoración honoraria francesa, en 1952 y fue aclamada por el público y la crítica en vida, el mayor reconocimiento a su trayectoria es <a href="https://www.arte.tv/fr/videos/063669-000-A/clara-haskil-le-mystere-de-l-interprete/">que su legado haya pasado a la posteridad</a> gracias a la magia de las grabaciones y que su visión musical perdure para siempre.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179880/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Virginia Sánchez Rodríguez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Charles Chaplin dijo de ella: “He conocido a tres genios en mi vida: Einstein, Churchill y Clara Haskil”. Pero ¿quién era esta intérprete y por qué era una genia?
Virginia Sánchez Rodríguez, Profesora Contratada Doctora de la UCLM. Miembro del Centro de Investigación y Documentación Musical (CIDoM)-Unidad Asocida al CSIC. Especialista en música del cine español y mujeres músicas de los siglos XIX y XX., Universidad de Castilla-La Mancha
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2022-05-16T18:35:43Z
2022-05-16T18:35:43Z
Eugene O’Neill: la tragedia clásica en versión moderna
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/462783/original/file-20220512-16-7a5euq.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=20%2C292%2C2651%2C3132&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Portrait of Eugene O Neill</span> </figcaption></figure><p>Si está interesado en leer obras literarias que revitalizan el mundo clásico para representar la vida moderna, las tragedias de O’Neill son una buena opción. </p>
<p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Eugene_O%27Neill">Eugene O’Neill</a> (1888-1953) fue un destacado autor estadounidense cuya figura se sitúa a la altura de los dramaturgos realistas más famosos del siglo XIX y XX, como <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Henrik_Ibsen">Henrik Ibsen</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Tennessee_Williams">Tennessee Williams</a> o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_Miller">Arthur Miller</a>. </p>
<p>O’Neill reflexiona con mirada expresionista sobre aspectos inquietantes de la vida humana, como la muerte, el amor no correspondido, el crimen, el alcoholismo o la prostitución. Por su atención al poder del destino y de la herencia en personajes de clase media, generalmente se le considera un escritor naturalista. A lo largo de su carrera, O’Neill ganó <a href="https://www.pulitzer.org/article/eugene-oneill-playwright-who-won-over-pulitzer-jurors-four-times">cuatro premios Pulitzer</a>, así como el <a href="https://www.nobelprize.org/prizes/literature/1936/summary/">Nobel de literatura</a> (en 1936). Sus obras han sido traducidas a muchos idiomas, incluido el español, y han sido adaptadas a la gran pantalla.</p>
<h2>Reescribiendo la tragedia clásica</h2>
<p>O’Neill se distingue de sus contemporáneos por incorporar a sus obras las convenciones y motivos de la tragedia griega clásica, que habían sido aplicadas por <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Eur%C3%ADpides">Eurípides</a>, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B3focles">Sófocles</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Esquilo">Esquilo</a>: la presencia de un coro (personaje colectivo que comenta sobre la acción dramática desde el sentido común), la arrogancia del protagonista (<em>hybris</em>), el error de juicio (<em>hamartía</em>) que lo lleva a la caída, y la catarsis final, consistente en que tanto el héroe como el espectador se purifican mediante la vivencia del sufrimiento. </p>
<p>Ahora bien, el dramaturgo reescribe las historias clásicas de manera que se adaptan a los contextos y expectativas de la audiencia moderna. Además, en sus obras desarrolla numerosos tópicos literarios clásicos, alguno de los cuales comentaremos respecto a una de sus tragedias.</p>
<p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Deseo_bajo_los_olmos"><em>Deseo bajo los olmos</em></a> (<em>Desire Under the Elms</em>) (1924) cuenta la historia de Eben Cabot, quien emprende una aventura amorosa con su joven madrastra, Abbie Putnam. La relación parece funcionar bien, pero el conflicto estalla cuando Eben y Abbie conciben un bebé. Efraín, el padre de Eben, supone que él es el padre del niño y esto –las implicaciones de que considere esa posibilidad– enfurece a su hijo. Posteriormente, Eben sospecha de la sinceridad del amor de Abbie y decide abandonarla. Para evitarlo y probar su amor, Abbie mata al bebé.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/462841/original/file-20220512-25-yfopww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/462841/original/file-20220512-25-yfopww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/462841/original/file-20220512-25-yfopww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/462841/original/file-20220512-25-yfopww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/462841/original/file-20220512-25-yfopww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/462841/original/file-20220512-25-yfopww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/462841/original/file-20220512-25-yfopww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/462841/original/file-20220512-25-yfopww.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Escena del montaje de <em>Deseo bajo los olmos</em> del Teatre Nacional de Catalunya en 2017.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.tnc.cat/ca/desig-sota-els-oms">David Ruano / TNC</a></span>
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<p>Esta obra es famosa por su imitación del mito de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3lito_(obra)">Hipólito y Fedra</a>. <a href="https://revistascientificas.us.es/index.php/ESTUDIOS_NORTEAMERICANOS/article/view/11644/12663">Como hemos analizado en un estudio</a>, ambas historias siguen el mismo esquema narrativo, llamado “triángulo de <a href="http://tradicionclasica.blogspot.com/2005/06/la-capa-de-jos.html">Putifar</a>”: una mujer se enamora de su hijastro o de un subordinado, e intenta seducirlo, pero resulta rechazada; para vengarse, ella lo acusa ante el marido de haber intentado seducirla o violarla. </p>
<p>La primera parte de <em>Deseo bajo los olmos</em> sigue este esquema. Sin embargo, se desvía de él en etapas posteriores. La Abbie del siglo XX es más flexible porque se arrepiente de su acusación y convence a su esposo de que no hablaba en serio. Esto mitiga la tensión temporalmente. Por otro lado, Abbie, a diferencia de Fedra, nunca pierde la esperanza ni recurre al suicidio. </p>
<p>El avatar moderno de Hipólito en O’Neill también es interesante. Eben no es tan casto como Hipólito, ya que antes de conocer a Abbie visitaba con frecuencia la casa de una prostituta llamada Minne. Posteriormente sucumbe a las seducciones de Abbie. </p>
<h2>Más allá de Fedra</h2>
<p>Esta obra no es una simple versión de la historia de Fedra. Hay varias otras referencias implicadas. Por ejemplo, la obra comienza con el paso del odio al amor en Eben por Abbie, que es un motivo clásico que acontece en la historia de Briseida y Aquiles en la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Il%C3%ADada"><em>Ilíada</em></a> de Homero. </p>
<p>Además, cuando Eben duda de la fidelidad de Abbie, decide escapar de las penurias del amor no correspondido abandonando el pueblo donde reside la amada. Este propósito, aunque no ejecutado, recuerda a la reacción de los amantes en Virgilio ante la decepción del amor no correspondido. </p>
<p>Al final de la obra, Abbie mata a su propio bebé para recuperar el amor de Eben. Los críticos <a href="https://www.jstor.org/stable/29784436">comparan este infanticidio con el asesinato de sus hijos por parte de Medea</a> para vengar la traición de su esposo Jasón. Pero la motivación de Abbie recuerda más <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Apsirto">al asesinato de su hermano menor, Apsirto</a>, que había sido perpetrado antes por Medea para demostrar su amor por Jasón.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/462845/original/file-20220512-2641-j92907.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/462845/original/file-20220512-2641-j92907.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/462845/original/file-20220512-2641-j92907.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=366&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/462845/original/file-20220512-2641-j92907.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=366&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/462845/original/file-20220512-2641-j92907.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=366&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/462845/original/file-20220512-2641-j92907.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=460&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/462845/original/file-20220512-2641-j92907.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=460&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/462845/original/file-20220512-2641-j92907.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=460&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>El vellocino de oro</em>, de Herbert James Draper. Pintura al óleo en la que se representa a Medea haciendo tirar al mar a Apsirto.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Herbert_James_Draper,_The_Golden_Fleece.jpg">Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>Finalmente, Efraín, como Teseo en la historia de Hipólito, maldice a su hijo. Aunque el poder de los dioses en el mundo de O’Neill no es tan fuerte como en la tragedia clásica, Eben y Abbie resultan igualmente condenados a muerte al final del drama. Esta es la dimensión fatalista de las obras de O’Neill: los personajes luchan por lograr lo que quieren, pero siempre fracasan.</p>
<p>O’Neill pretendía revitalizar conceptos clásicos a los ojos de los espectadores y lectores modernos. Los motivos que ha incorporado en sus obras son preocupaciones humanas o problemas universales que pueden acontecer en cualquier período histórico: el asesinato que se justifica “por amor”, el amor no correspondido o el enamoramiento a primera vista persisten en la literatura y el cine contemporáneos. Sin embargo, la reacción de los personajes modernos ante esas cuestiones ha evolucionado: son más propensos a errores y más flexibles en la toma de decisiones. </p>
<p>Por otro lado, algunas de las actitudes humanas que el dramaturgo representa conocen una triste actualidad en la crónica de sucesos. Por ejemplo, Abbie asesina a su propio hijo. Esta acción criminal, que hoy conocemos como <a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/otrasFormas/violenciaVicaria/home.htm">violencia vicaria</a>, se remonta al crimen de Medea y encuentra reflejo real en los crímenes de <a href="https://www.rtve.es/noticias/20150309/cronologia-diez-dias-busqueda-menores-desaparecidos-cordoba/469206.shtml">José Bretón</a> del 2011 o los de <a href="https://www.rtve.es/noticias/20220315/archivan-provisionalmente-caso-anna-olivia/2312080.shtml">Tenerife en 2021</a>. </p>
<p>En definitiva, para quienes se atreven a emprender un viaje a los claroscuros del mundo clásico, trasladados a un contexto contemporáneo, los dramas de Eugene O’Neill pueden ser una buena guía.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/182018/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>
El dramaturgo estadounidense Eugene O'Neill se caracterizó por incorporar en sus obras las convenciones de la tragedia griega clásica, adaptándolas a los contextos y expectativas de la audiencia moderna.
Zahra Nazemi, Doctoranda en Filología Inglesa, Universidad de Córdoba
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tag:theconversation.com,2011:article/174729
2022-05-15T23:18:02Z
2022-05-15T23:18:02Z
Por qué no despreciar el teatro de T. S. Eliot
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/454142/original/file-20220324-17-eu8qql.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=316%2C0%2C1281%2C1077&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Retrato de T. S. Eliot por Henry Ware Eliot, 1926</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.npg.org.uk/collections/search/portrait/mw91676/TS-Eliot?LinkID=mp01450&displayNo=60&wPage=0&role=sit&rNo=30">National Portrait Gallery, London</a></span></figcaption></figure><p>Se cumple este año el centenario de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_tierra_bald%C3%ADa"><em>La tierra baldía</em></a> (1922) de T. S. Eliot, el poema que cambió la concepción misma de la poesía en la segunda década del siglo XX. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/454135/original/file-20220324-27-1gx4urz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/454135/original/file-20220324-27-1gx4urz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/454135/original/file-20220324-27-1gx4urz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=922&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/454135/original/file-20220324-27-1gx4urz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=922&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/454135/original/file-20220324-27-1gx4urz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=922&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/454135/original/file-20220324-27-1gx4urz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1159&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/454135/original/file-20220324-27-1gx4urz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1159&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/454135/original/file-20220324-27-1gx4urz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1159&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Carátula de la edición príncipe de The Waste Land (Nueva York, Horace Liveright, 1922).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/w/index.php?title=File:The_Wasteland.djvu&page=7">Wikimedia Commons</a></span>
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</figure>
<p>De este texto clave suelen destacarse el pesimismo posbélico, el trasfondo mítico o la profusa intertextualidad, pero no tanto aquellos elementos que podríamos considerar dramáticos, como la estructuración en escenas o la variedad de personajes que interactúan de manera dialogada. Eliot llegó a afirmar que su poesía temprana parecía tender a lo teatral. No en vano, hizo esta observación hacia el final de su carrera, cuando su principal actividad era la escritura dramática.</p>
<h2>La dramaturgia de Eliot</h2>
<p>Hoy en día, el teatro de Eliot atrae poca atención, cuando no es abiertamente despreciado. Es hasta cierto punto comprensible, si la comparación se establece con su canónica e influyente poesía. Se conoce <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Asesinato_en_la_catedral"><em>Asesinato en la Catedral</em></a> (1935), la obra que recrea el martirio del arzobispo Tomás Becket y que es sin duda la de mayor éxito del autor angloamericano, pero poco más. </p>
<p>Con posterioridad, su teatro evoluciona hacia posiciones convencionales y comerciales, lo cual parece imperdonable en la obra de uno de los introductores indiscutibles de las vanguardias poéticas. Efectivamente, en las comedias de Eliot de los años cincuenta, <a href="https://archive.org/details/in.ernet.dli.2015.547673/page/3/mode/2up"><em>El secretario particular</em></a> (1953) y <a href="http://www.adabi.org.mx/vufind/Record/246616"><em>El viejo estadista</em></a> (1958), encontraremos poco de aquella modernidad deslumbrante.</p>
<p>Sin embargo, hay una vena de experimentación que recorre las obras anteriores de Eliot. </p>
<p>En <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Sweeney_Agonistes"><em>Sweeney Agonistes</em></a> (1926), una pieza inacabada, nos presenta crudas impresiones de vida moderna, adoptando ritmos poéticos influidos por el jazz. En <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Rock_(play)"><em>The Rock</em></a> (1934), actualiza un género tradicional, el <em>pageant</em>, una suerte de “retablo” de escenas históricas en el que la lírica elevación de los coros convive con el dialecto <em>cockney</em> y en cuyo único montaje tuvieron cabida la danza y la espontaneidad del music-hall. Los caballeros que matan a Becket en <em>Asesinato en la Catedral</em> rompen la cuarta pared para sacudir las conciencias de los espectadores con engañosas justificaciones. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/454178/original/file-20220324-27-1v1fkh2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/454178/original/file-20220324-27-1v1fkh2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/454178/original/file-20220324-27-1v1fkh2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=423&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/454178/original/file-20220324-27-1v1fkh2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=423&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/454178/original/file-20220324-27-1v1fkh2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=423&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/454178/original/file-20220324-27-1v1fkh2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/454178/original/file-20220324-27-1v1fkh2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/454178/original/file-20220324-27-1v1fkh2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=532&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Fotografía del montaje de Group Theatre del <em>Sweeney Agonistes</em> de T.S. Eliot.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.tate.org.uk/art/archive/items/tga-953-3-1-4/photographs-of-the-group-theatres-production-of-t-s-eliots-sweeney-agonistes">Tate Gallery</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/">CC BY-NC-ND</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Finalmente, en <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Family_Reunion"><em>The Family Reunion</em></a> (1936), Eliot combina misticismo cristiano con mitología clásica y recurre a un coro de personajes que, insólitamente, alternan sus voces individualizadas con una voz coral única. Es como mínimo parcial, por tanto, asumir que el teatro de Eliot es reaccionario.</p>
<h2>Hacia un nuevo verso dramático</h2>
<p>Estos elementos dramatúrgicos fueron innovadores en su momento, pero la gran aportación de Eliot al teatro del siglo XX fue la creación de un modelo de verso dramático contemporáneo. </p>
<p>El teatro isabelino y jacobino inglés fue su referente de poesía dramática, aceptada como medio de expresión por un público amplio. En cambio, Eliot intento reinstaurar el teatro poético contra un marchamo de artificiosidad, por lo que primó la naturalidad: el tipo de verso que utilizó de manera más generalizada no era rimado y seguía un patrón acentual equilibrado por el uso de la cesura. El hecho de que sus comedias, cúlmen de este proceso creativo, pudieran escucharse en los teatros casi sin advertir su carácter poético es la medida del logro de Eliot en este sentido. </p>
<p>Del empeño por recuperar la poesía para el teatro, en el que W. B. Yeats había precedido a Eliot, participaron también coetáneos como W. H. Auden o Christopher Isherwood. Esta corriente del <em>verse drama</em>, centralizada en el minoritario Mercury Theatre de Londres y cuyo máximo exponente fue Eliot, es una de las más interesantes del teatro británico de la primera mitad del siglo XX, aunque no tuvo la pervivencia esperada. </p>
<h2>Una comedia burguesa frente a los “jóvenes airados”</h2>
<p>A mediados de los cincuenta, los “jóvenes airados”, abanderados de transformaciones culturales y sociales, practicaron un descarnado realismo, reflejado también en un lenguaje directo y nada poético. John Osborne revolucionó el panorama teatral con <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Look_Back_in_Anger"><em>Mirando hacia atrás con ira</em></a>, estrenada en 1956. </p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/454143/original/file-20220324-17-1n0y4sq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/454143/original/file-20220324-17-1n0y4sq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/454143/original/file-20220324-17-1n0y4sq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=886&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/454143/original/file-20220324-17-1n0y4sq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=886&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/454143/original/file-20220324-17-1n0y4sq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=886&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/454143/original/file-20220324-17-1n0y4sq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1114&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/454143/original/file-20220324-17-1n0y4sq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1114&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/454143/original/file-20220324-17-1n0y4sq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1114&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Antes de una representación de <em>El viejo estadista</em>, T. S. Eliot en el West End. 1958.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="http://www.tseliotsociety.uk/">T. S. Eliot Society</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Paralelamente, Eliot continuaba instalado, desde <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/The_Cocktail_Party"><em>The Cocktail Party</em></a> (1949), en la comedia burguesa tan del gusto del West End londinense. Había aspirado a conectar con un público amplio que validara su empresa de renovación teatral y lo consiguió discreta y momentáneamente, antes de que sus comedias pasaran a formar parte de un <em>establishment</em> estigmatizado.</p>
<p>Estas comedias, hoy minusvaloradas y olvidadas, tienen el atractivo de surgir en un momento de cambio decisivo para la historia del teatro británico. Son, además, muestras de la depuración del verso dramático de Eliot y de su habilidad para canalizar profundidad filosófica y teológica a través de un género popular. </p>
<p>Por otra parte, la obra de Eliot se caracteriza por ser esencialmente evolutiva, y el propio autor vio en el teatro su culminación (no olvidemos que, cuando recibió el Nobel en 1948, era dramaturgo prácticamente a tiempo completo). </p>
<p>Es también profundamente cohesiva, de manera que pueden establecerse interesantes relaciones entre las obras teatrales de Eliot, su poesía y su ensayística: comparten afinidades temáticas, imaginativas y prosódicas con <em>Cuatro cuartetos</em> (1935-42), por ejemplo, y resulta revelador compararlas con los artículos de crítica literaria sobre teatro que Eliot escribió desde los años veinte.</p>
<p>Quienquiera que se aproxime a la obra dramática de Eliot encontrará una poesía dramática natural y versátil, vanguardia y tradición, ortodoxia cristiana y mitología, variedad de géneros dramáticos y recursos escénicos, la unión de lo culto y lo popular, el reflejo de unas décadas apasionantes de creación teatral… en definitiva, una parte esencial de la obra de uno de los autores clave del siglo XX. </p>
<p>Por todo ello, no cabe despreciar el teatro de T. S. Eliot.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/174729/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Dídac Llorens Cubedo recibe fondos (no directamente) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, como investigador principal del proyecto de investigación "El teatro de T. S. Eliot desde España: traducción, estudio crítico y de su representación" (TEATREL-SP)" (PGC2018-097143-A-100), gestionado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).</span></em></p>
El teatro de T. S. Eliot atrae poca atención. Es hasta cierto punto comprensible, si la comparación se establece con su poesía. Sin embargo, en ciertos momentos fue un dramaturgo muy experimental e innovador.
Dídac Llorens Cubedo, Profesor de Literatura Inglesa y Norteamericana, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia
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2022-05-01T19:19:37Z
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El arte neoclásico a través de Elisabeth Vigée-Lebrun y Adélaide Labille-Guiard
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/460310/original/file-20220428-12-x59mqh.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C2%2C1994%2C1592&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Autorretratos de Elisabeth Vigée-Lebrun y Adélaide Labille-Guiard.</span> <span class="attribution"><span class="source">Wikimedia Commons</span></span></figcaption></figure><p><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ad%C3%A9la%C3%AFde_Labille-Guiard">Adélaide Labille-Guiard</a> (1749-1803) y <a href="https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/vigee-lebrun-louise-elisabeth/e6bc0447-f727-4e1a-b8b5-dc8d5af848f0">Elisabeth Vigée-Lebrun</a> (1755-1842) fueron, sin duda, dos de las mejores pintoras de su época. Poco tuvieron que envidiar a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Jacques-Louis_David">Jacques-Louis David</a>, el pintor neoclásico por excelencia, militante de la Revolución francesa y después retratista de Napoleón.</p>
<p>Aunque sus trayectorias fueron distintas, ambas entraron en la Academia Francesa el mismo año, 1783. Dado que en ese momento solamente se permitía que hubiera cuatro mujeres académicas simultáneamente, completaron el cupo, porque <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Marie-Th%C3%A9r%C3%A8se_Reboul">Marie-Thérèse Réboul</a> y <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Anne_Vallayer-Coster">Anne Vallayer-Coster</a> ya formaban parte de la institución desde 1757 y 1770 respectivamente.</p>
<h2>Pintoras con formación y carrera</h2>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/460315/original/file-20220428-24-atvvku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/460315/original/file-20220428-24-atvvku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/460315/original/file-20220428-24-atvvku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=742&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/460315/original/file-20220428-24-atvvku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=742&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/460315/original/file-20220428-24-atvvku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=742&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/460315/original/file-20220428-24-atvvku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=933&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/460315/original/file-20220428-24-atvvku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=933&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/460315/original/file-20220428-24-atvvku.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=933&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato de François André Vincent, por Adélaide Labille-Guiard.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ad%C3%A9laide_Labille-Guiard_001.jpg">Museo del Louvre / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Labille-Guiard vivía cerca del Palais Royal. Era un buen barrio, lleno de boutiques y talleres de artistas, en el que su padre regentaba una tienda de telas. Fue aprendiz del miniaturista suizo <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Fran%C3%A7ois-%C3%89lie_Vincent">François-Élie Vincent</a> y más tarde del gran maestro del pastel, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Maurice_Quentin_de_La_Tour">Maurice-Quentin de La Tour</a>. </p>
<p>El hijo del primero, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Fran%C3%A7ois-Andr%C3%A9_Vincent">François-André Vincent</a>, la introdujo en la técnica del óleo. Fueron grandes amigos toda la vida y acabaron casándose en el año 1800, siendo Vincent el segundo marido de la pintora.</p>
<p>Vigée-Lebrun era hija del pintor <a href="https://ca.wikipedia.org/wiki/Louis_Vig%C3%A9e">Louis Vigée</a> y en su niñez entró en contacto con las barras de pastel de su padre, las mezclas de color y el estudio de los antiguos maestros, alentada siempre por él a dibujar y pintar. Tal y como ella misma explica en sus fabulosas memorias, estuvo desde jovencita al lado de artistas y escritores en las veladas que ofrecían los Vigée en casa. Pero a los 14 años perdió a su padre y empezó a trabajar para sustentar a su madre y a su hermano. A los 15 años ganaba lo bastante como para hacerlo.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/460340/original/file-20220428-13-4gdsyl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/460340/original/file-20220428-13-4gdsyl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/460340/original/file-20220428-13-4gdsyl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=751&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/460340/original/file-20220428-13-4gdsyl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=751&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/460340/original/file-20220428-13-4gdsyl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=751&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/460340/original/file-20220428-13-4gdsyl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=944&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/460340/original/file-20220428-13-4gdsyl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=944&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/460340/original/file-20220428-13-4gdsyl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=944&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato de María Antonieta hecho por Elisabeth Vigée-Lebrun.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:MA-Lebrun.jpg">Hessian House Foundation / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Labille-Guiard abrió un taller y tuvo muchas alumnas, a las que tomó como modelos varias veces. Aprendía en los estudios de otros pintores y empezó a mostrar sus obras en público. Aunque se le denegó tener su estudio en el palacio, como sí tenían otros artistas, se le otorgó una pensión anual y fue nombrada la pintora de las Mesdames Adélaïde y Victoria, hijas de Luis XV y tías de Luis XVI. Este fue el momento álgido de su carrera, tanto en cuanto a fama como en cuanto a técnica y estética.</p>
<p>Vigée-Lebrun fue teniendo más clientes y encargos de la aristocracia parisina, especialmente retratos. El ministro Angevilliers la presentó a los monarcas. Así, pintó a toda la familia real y se convirtió en la retratista oficial de la reina María Antonieta.</p>
<h2>La Revolución Francesa</h2>
<p>Políticamente, Labille-Guiard y Vigée-Lebrun, tenían sus diferencias. La primera apoyaba la Revolución (aunque en un grupo reformista moderado) y se quedó en Francia mientras esta duró. La segunda era monárquica y escapó del país con su hija en 1789, para volver 12 años después. </p>
<p>Mientras Elisabeth Vigée-Lebrun viajaba por diferentes ciudades europeas en las que siguió pintando a la <em>crème de la crème</em> (Nápoles, Roma, Viena, San Petersburgo, Moscú, Berlín…), Adélaide Labille-Guiard fue testigo del arresto de varios artistas y del asesinato de algunos de ellos (la pintora Ann-Rosalie Bocquet Filleul, por ejemplo, fue guillotinada por pintar retratos de la familia real). </p>
<p>A pesar de la relación de Adélaide con los monarcas, pudo salvar su vida, aunque su carrera quedó devastada.</p>
<h2>Mujeres en la pintura</h2>
<p>Cabe remarcar que Adélaide Labille-Guiard tuvo un papel importante en la defensa de la mujer pintora. En un famoso discurso pronunciado el 23 de septiembre de 1790, propuso que fueran admitidas en número ilimitado en la Academia y que pudieran formar parte del gobierno de la institución, buscando la igualdad que les había sido negada hasta el momento. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/460341/original/file-20220428-12-kt5vky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/460341/original/file-20220428-12-kt5vky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/460341/original/file-20220428-12-kt5vky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=1021&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/460341/original/file-20220428-12-kt5vky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=1021&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/460341/original/file-20220428-12-kt5vky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=1021&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/460341/original/file-20220428-12-kt5vky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1283&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/460341/original/file-20220428-12-kt5vky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1283&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/460341/original/file-20220428-12-kt5vky.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1283&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Retrato de Luisa Isabel de Francia con su hijo, de Adélaide Labille-Guiard.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Mme_Louise-Elisabeth_with_her_two_year_old_son.jpg">Palacio de Versalles / Wikimedia Commons</a></span>
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<p>Curiosamente, Jacques-Louis David, que había tenido mujeres pintoras como aprendices en su estudio, consideraba que la mujer debía quedarse en casa cuidando de su marido e hijos, donde eran necesarias para la sociedad, siendo la pintura incompatible con la vida modesta que debían llevar. Así, David las relegaba una vez más a la esfera privada, minimizando el papel de las grandes artistas en la historia del arte. Al final, con la subida de los jacobinos al poder, la Academia fue sustituida por la <em>Commune</em> en 1793, cerrando sus puertas a las mujeres.</p>
<p>Después de la Revolución Francesa, las cosas volvieron lentamente a su cauce. Adélaide Labille-Guiard continuó presentando sus obras en los Salones de París hasta 1800, año en que participó por última vez con un retrato de familia, un cuadro de gran formato hoy desaparecido.</p>
<p>Elisabeth Vigée-Lebrun volvió a París, después de su largo exilio, en 1802. La misma noche de su llegada, se ofreció un concierto en su honor y fue invitada por la Comédie Française a sus representaciones. Expuso en el Salón de 1802 pero, aunque las críticas le fueron favorables y tenía una intensa vida social, decidió marcharse a Londres en 1803, pensando quedarse unos meses. Finalmente, resultaron ser dos años. </p>
<p>Allí conoció al pintor <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Joshua_Reynolds">Joshua Reynolds</a>, presidente entonces de la Royal Academy, visitó varias veces su estudio y ambos se declararon admiración mutua. Regresó a Francia en 1805 cuando Napoleón había consolidado su imperio.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/460314/original/file-20220428-24-brzds4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/460314/original/file-20220428-24-brzds4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/460314/original/file-20220428-24-brzds4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=806&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/460314/original/file-20220428-24-brzds4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=806&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/460314/original/file-20220428-24-brzds4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=806&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/460314/original/file-20220428-24-brzds4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1013&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/460314/original/file-20220428-24-brzds4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1013&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/460314/original/file-20220428-24-brzds4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1013&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"><em>María Cristina Teresa de Borbón</em>, de Elisabeth Vigée-Lebrun.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/maria-cristina-teresa-de-borbon/c99867b5-1ac0-4c48-a56f-a5bb36c3c8c3">Museo del Prado</a></span>
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<p>Los cuadros de ambas pintoras reflejan una técnica cuidadosa y esmerada, con un tratamiento envidiable de texturas, ropajes y brillos. La riqueza de detalles, colorido y realismo las sitúa en la primera línea del neoclasicismo. </p>
<p>Son dos buenos ejemplos de cómo las mujeres también lograron llegar a lo más alto, de cómo tuvieron reconocimiento en vida y una gran clientela, a pesar de la sociedad que intentaba excluirlas, y de la dificultad que tenían para abrirse camino en un mundo masculino, impugnando las convenciones establecidas y posicionándose en las exposiciones, los museos, los premios y el mercado del arte. </p>
<p>Es de justicia por tanto, darles el lugar que merecen en la historia del arte.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/180761/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Judith Urbano Lorente no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Adélaide Labille-Guiard y Elisabeth Vigée-Lebrun fueron, sin duda, dos de las mejores pintoras de la época neoclásica y merece la pena reconocer su participación en la historia del arte.
Judith Urbano Lorente, Decana Facultad de Humanidades - Dra. Historia del Arte, Universitat Internacional de Catalunya
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2022-04-24T20:40:37Z
2022-04-24T20:40:37Z
Ética y estética en la obra de José Saramago
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/457759/original/file-20220412-36930-vged2k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=1%2C4%2C997%2C657&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Saramago estudiando su propio retrato, 1999. </span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1999-Saramago4.jpg">Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>El 8 de octubre de 1998, la Academia Sueca concedió a <a href="https://www.josesaramago.org/">José Saramago</a> el <a href="https://www.nobelprize.org/prizes/literature/1998/summary/">Premio Nobel de Literatura</a>, el primero en lengua portuguesa, “por su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía”. </p>
<p>Estos también son los rasgos que caracterizan la escritura de Miguel de Cervantes. Porque Saramago es un escritor de estirpe cervantina. </p>
<p>Su imaginación, sin abandonar el referente real, nos hace ir más allá, en el vuelo creativo que nos hace más humanos. </p>
<p>La compasión es otro de los núcleos de su poética política, especialmente con los más débiles, con quienes más lo necesitan. </p>
<p>Y por último, la ironía proporciona la distancia que posibilita el sentido del humor y permite representar las realidades más duras y sangrantes desde la voluntad de transformarlas. </p>
<p>En su obra se unen fuertemente la ética y la estética, frente a la bajeza y la abyección del mundo.</p>
<h2>Levantado del suelo</h2>
<p>Toda la creación de José Saramago es, como indica el título de una de sus obras, un monumento “levantado del suelo”. </p>
<p>Porque, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Alzado_del_suelo">como él destaca</a>, “del suelo sabemos que se levantan las cosechas y los árboles, se levantan los animales que corren por los campos o vuelan sobre ellos, se levantan los hombres y sus esperanzas. También del suelo puede levantarse un libro, como una espiga de trigo o una flor brava. O un ave. O una bandera”. </p>
<p>En este 2022 en el que celebramos el centenario de su nacimiento, conviene hacer un repaso de toda su carrera literaria. </p>
<p>Sus obras irrumpieron alimentadas de la tierra y sus gentes, de la historia y la imaginación creadora: a la primeriza novela <em>Terra do pecado</em> (1947, ahora recuperada en traducción española con su título original, <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/258731-libro-la-viuda-9788420456553"><em>La viuda</em></a>) y los libros de versos <a href="https://www.josesaramago.org/es/producto/los-poemas-posibles/"><em>Los poemas posibles</em></a> (1966), <a href="https://www.josesaramago.org/es/producto/probablemente-alegria/"><em>Probablemente Alegría</em></a> (1970) y <a href="https://www.josesaramago.org/es/libro/o-ano-de-1993/"><em>El año de 1993</em></a> (1975) (ahora editados como <a href="https://www.penguinlibros.com/es/poesia/273892-libro-poesia-completa-9788420454467"><em>Poesía completa</em></a>), les siguen <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/34956-libro-manual-de-pintura-y-caligrafia-9788490628652"><em>Manual de caligrafía</em></a> (1977) y el libro de relatos <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/282286-libro-casi-un-objeto-9788420460703"><em>Casi un objeto</em></a> (1978). </p>
<p>Tras una fecunda etapa de inicio y maduración literaria, llegará a un punto de inflexión con las grandes obras de los ochenta: <a href="https://www.penguinlibros.com/es/novela-historica/34957-libro-levantado-del-suelo-9788490628669"><em>Levantado del suelo</em></a> (1980), la obra de teatro <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/294921-libro-que-hareis-con-este-libro-9788420461755"><em>¿Qué haréis con este libro?</em></a> (1980) y el libro de viajes <a href="https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/30934/Tesis%20Doctoral%2030.04.2015.pdf?sequence=1&isAllowed=y"><em>Viaje a Portugal</em></a> (1981). </p>
<p>A continuación aparecen las novelas que comienzan a señalarle como uno de los grandes narradores europeos del momento: <a href="https://www.penguinlibros.com/es/novela-historica/273895-libro-memorial-del-convento-9788420460581"><em>Memorial del convento</em></a> (1982), <a href="https://www.penguinlibros.com/es/novela-historica/34959-libro-el-ano-de-la-muerte-de-ricardo-reis-9788490628683"><em>El año de la muerte de Ricardo Reis</em></a> (1984), <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/7648-libro-la-balsa-de-piedra-9788420484402"><em>La balsa de piedra</em></a> (1986), <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/282289-libro-historia-del-cerco-de-lisboa-9788420461731"><em>Historia del cerco de Lisboa</em></a> (1989). </p>
<p>Tampoco hemos de olvidar en estos 80 la publicación de su obra teatral <a href="https://www.josesaramago.org/es/producto/la-segunda-vida-de-francisco-de-assis/"><em>La segunda vida de Francisco de Asís</em></a> (1987) y su relación con Pilar del Río, que le acercaría aún más a España. </p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/457951/original/file-20220413-28-21zgfz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/457951/original/file-20220413-28-21zgfz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/457951/original/file-20220413-28-21zgfz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/457951/original/file-20220413-28-21zgfz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/457951/original/file-20220413-28-21zgfz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/457951/original/file-20220413-28-21zgfz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/457951/original/file-20220413-28-21zgfz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/457951/original/file-20220413-28-21zgfz.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Gaffittis dedicados a José Saramago en la Rua do Instituto Virgílio Machado de Lisboa.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Lisboa_2011_77_(6474449087).jpg">r2hox / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span>
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<p>Los años noventa, que se cerrarán con la concesión del Nobel, agudizan su capacidad de reflexión y compromiso en las espléndidas novelas <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/273896-libro-el-evangelio-segun-jesucristo-9788420460611"><em>El evangelio según Jesucristo</em></a> (1991), <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/273897-libro-ensayo-sobre-la-ceguera-9788420460673"><em>Ensayo sobre la ceguera</em></a> (1995) y <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/273902-libro-todos-los-nombres-9788420461779"><em>Todos los nombres</em></a> (1997), al tiempo que nos ofrecen el testimonio de la forja vital de ese universo creativo en los <a href="https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/294919-libro-cuadernos-de-lanzarote-i-9788420460680"><em>Cuadernos de Lanzarote</em></a> (1993-1995). </p>
<p>“Letra a letra, palabra a palabra, página a página, libro a libro, he venido, sucesivamente, implantando en el hombre que fui los personajes que creé. Considero que sin ellos no sería la persona que hoy soy, sin ellos tal vez mi vida no hubiese logrado ser más que un esbozo impreciso, una promesa como tantas otras que de promesa no consiguieron pasar, la existencia de alguien que tal vez pudiese haber sido y no llegó a ser”, <a href="https://www.inf.utfsm.cl/%7Eric/textos/saramagodiscursonobel.pdf">dirá en su discurso del Nobel</a>.</p>
<h2>Una creación ejemplar llena de belleza</h2>
<p>Toda gran literatura –la creación de José Saramago lo es– conjuga un universo personal con un modo estético de comunicar. Pocas veces se encuentra la sinergia entre la belleza en la representación ética (a veces dolorosa) de un mundo inmundo, con los matices y la delicadeza de un estilo capaz de levantar ante nuestros ojos posibilidades de mayor consistencia. Es un proceso creativo en el que se vuelve al pasado para entender el presente, al tiempo que nunca se olvida el futuro como ámbito para construir esa utopía que nos permite caminar hacia el horizonte, como decía <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Galeano">Eduardo Galeano</a>.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/457761/original/file-20220412-56594-edz5la.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/457761/original/file-20220412-56594-edz5la.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/457761/original/file-20220412-56594-edz5la.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=868&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/457761/original/file-20220412-56594-edz5la.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=868&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/457761/original/file-20220412-56594-edz5la.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=868&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/457761/original/file-20220412-56594-edz5la.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=1091&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/457761/original/file-20220412-56594-edz5la.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=1091&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/457761/original/file-20220412-56594-edz5la.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=1091&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">José Saramago para PIFAL, dibujado por Arturo Espinosa.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jos%C3%A9_Saramago_for_PIFAL_by_Arturo.jpg">Arturo Espinosa / Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>Saramago también añade a su proceso creativo su estilo singular, a la vez matizado y desplegado. Dicho estilo se caracteriza por la riqueza de su léxico o los sutiles matices de una semántica que a veces proyecta a través de metáforas, alegorías, símbolos. </p>
<p>También es seña de identidad una sintaxis viva y dinámica, potenciada por un modo singular de utilizar los signos de puntuación. Consigue así imprimir un ritmo de lectura caracterizado por la <a href="https://dle.rae.es/eufon%C3%ADa">eufonía</a>, que nos invita a leer su obra en voz alta, y que es capaz de resistir la dificultad que toda traducción entraña. Su lenguaje sigue vibrando en otras lenguas que no son ese portugués que él ensanchó y enriqueció.</p>
<h2>El legado de José Saramago</h2>
<p>Saramago murió como había vivido: respetándose a sí mismo y respetando a los demás, dejando un tesoro de palabras en las que reconocernos. Gracias a su dominio de la escritura, su literatura llega a lo más profundo del ser y apela a la conciencia. A través de la sabiduría con la que entreteje la trama de sus textos es capaz no solo de denunciar situaciones del pasado, del presente o de un futuro posible, sino de conectar con la condición humana, con las estructuras antropológicas de nuestro imaginario que en él encuentran cotas insuperables de expresión.</p>
<p>En la conferencia que ofreció en el Museo del Prado en 1992, <a href="https://www.todostuslibros.com/libros/andrea-mantegna-una-etica-una-estetica_978-84-938375-5-6"><em>Andrea Mantegna, una ética, una estética</em></a>, Saramago terminaba diciendo: “En su pintura, Mantegna no puso solo cuanto sabía, puso también lo que definitivamente era: un hombre entero en su dureza y en su sensibilidad, como una piedra que fuese capaz de llorar”. </p>
<p>Podemos parafrasear estas palabras, cambiar el nombre del aludido y aplicarlas a su propio creador. Porque para él no era posible la estética sin ética.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/177800/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Manuel Angel Vázquez Medel no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Este 2022 se cumplen cien años del nacimiento de José Saramago. Es un buen momento para releer sus novelas y comprobar cómo la forma y el fondo se unen en su obra literaria.
Manuel Angel Vázquez Medel, Catedrático de Literatura Española (Literatura y Comunicación), Universidad de Sevilla
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tag:theconversation.com,2011:article/179397
2022-04-11T16:38:25Z
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¿Quién fue Chris King y por qué es tan importante para las geociencias?
<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/455259/original/file-20220330-5689-11ieyej.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=57%2C75%2C741%2C463&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption"> Chris King (1949-2022)</span> </figcaption></figure><p>El profesor Chris King, fallecido el 18 de febrero de 2022, ha sido una de las grandes figuras en el marco de la educación en geociencias. Este campo se encuentra actualmente en un punto clave, debido a su íntima relación con el medio ambiente y la creciente necesidad de crear una conciencia social dirigida al desarrollo sostenible. </p>
<p>Las geociencias abarcan el análisis y comprensión de los procesos, los materiales y, en definitiva, el mensaje que se encuentra detrás del paisaje que nos ofrece nuestro planeta. Geofísica, paleontología, mineralogía, geoquímica, tectónica, geomorfología o astrobiología… nos ayudan a entender la formación y el comportamiento de la Tierra y otros planetas en diferentes situaciones.</p>
<p>El trabajo del profesor King ha supuesto un continuo avance didáctico dentro de las Ciencias de la Tierra y una continua exploración de los conceptos y los métodos educativos tradicionales para crear una educación de calidad y para todos. Para quienes nos especializamos en la educación en geociencias, la labor de King es imprescindible. </p>
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<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/452454/original/file-20220316-17-vhe434.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/452454/original/file-20220316-17-vhe434.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=475&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/452454/original/file-20220316-17-vhe434.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=475&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/452454/original/file-20220316-17-vhe434.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=475&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/452454/original/file-20220316-17-vhe434.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=597&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/452454/original/file-20220316-17-vhe434.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=597&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/452454/original/file-20220316-17-vhe434.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=597&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Chris King (1949 – 2022)</span>
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<h2>Talleres y libros de texto</h2>
<p>Los talleres de Desarrollo Profesional Continuo (CPD) que King llevó a cabo como director de la <a href="https://www.earthscienceeducation.com/">Unidad de Educación en Ciencias de la Tierra</a> (ESEU) trasladaron a más de 30 000 docentes en Reino Unido las oportunidades didácticas en su desarrollo profesional con la potenciación de la Educación en Ciencias de la Tierra para millones de alumnos. </p>
<p>Entre sus más de <a href="https://www.keele.ac.uk/spgs/staff/chrisking/">200 publicaciones</a>, destacan libros de texto de Geología para estudiantes de 16 a 18 años y para estudiantes de 14 a 16 años, así como el libro <a href="https://cutt.ly/LDzgjja"><em>Exploring Geoscience across the Globe</em></a>.</p>
<p>Involucrado durante años en la <a href="https://earthscience.org.uk/">Asociación de Profesores de Ciencias de la Tierra</a> (ESTA) y en el <a href="https://cutt.ly/tDzfptD">Foro de Educación en Ciencias de la Tierra</a> (era su presidente), Chris King dedicó su vida a la educación en Ciencias de la Tierra, promoviendo actividades de ámbito internacional, que han sido traducidas a español, italiano, alemán, portugués, noruego, chino (mandarín), coreano, polaco y catalán. </p>
<h2>Impacto mundial</h2>
<p>King, activo hasta el final de su carrera, puso en marcha una de las iniciativas de mayor impacto mundial con su blog <a href="https://www.earthlearningidea.com/">Earth Learning Idea</a>, uno de los más importantes y visitados de los últimos años. En él, se recopilan actividades prácticas e ideas educativas dirigidas a todo tipo de personal docente. </p>
<p>Solo en el año 2021, el blog publicó 380 actividades en inglés con 1 200 traducciones en 12 idiomas y más de 5,5 millones de descargas de los pdfs y vídeos contenidos en la página. Durante el confinamiento, se añadieron una serie de recursos en línea en forma de talleres para contribuir a la formación en geociencias y al avance educativo continuo de los alumnos en este espacio temporal. </p>
<p>Dicho <a href="https://www.earthlearningidea.com/">blog</a>, Premio al Servicio Distinguido de la Sociedad Geológica y la Medalla Halstead de la Asociación de Geólogos en 2011, por su “trabajo de mérito sobresaliente, considerado para promover los objetivos de la Asociación y promover la Geología”, publica nueva información cada 2 semanas y se ha convertido en una herramienta clave para muchos profesores en el ámbito de las Ciencias de la Tierra. </p>
<h2>Una carrera dedicada a la pedagogía</h2>
<p>Licenciado en Geología por la Universidad de Bristol, se especializó en Sedimentología en la Universidad de Reading y, tras una formación docente en la Universidad de Keele, fue nombrado profesor de geología en la Grammar School for Boys de Altrincham, donde trabajó como director de Ciencia y Desarrollo Escolar de educación primaria durante 19 años. </p>
<p>En el año 1993, participó en la organización de la primera Conferencia Internacional sobre Educación en Geociencias. Posteriormente, participó en el desarrollo de la <a href="http://www.igeoscied.org/">Organización Internacional de Geociencias</a> (IGEO) y se convirtió en su primer presidente en el año 2000. </p>
<p>En 1996, la Universidad de Keele lo nombró especialista en geología y ciencias en el equipo de formación de profesores y docentes. Hasta la actualidad, el profesor King fue miembro del consejo de IGEO y vicepresidente y posterior presidente de la Comisión de Educación en Geociencias de la <a href="https://iugscoge.org/">Unión Internacional de Ciencias Geológicas</a> (IUGS-COGE). </p>
<p>Gracias a su labor, podemos seguir aprendiendo, investigando y enseñando sobre nuestro planeta. Chris King ha sido, sin duda, una figura emblemática para las nuevas generaciones que nos hemos embarcado, siguiendo su estela, en la educación en geociencias.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179397/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Jesús Enrique Martínez Martín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>
Chris King es una figura emblemática que nos inspiró para elegir el campo de la educación en Geociencias. Gracias a su labor, podemos seguir aprendiendo, investigando y enseñando sobre nuestro planeta.
Jesús Enrique Martínez Martín, Investigador pre-doctoral, Universidad Camilo José Cela
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