tag:theconversation.com,2011:/us/topics/pornografia-67095/articlespornografía – The Conversation2024-03-21T21:42:07Ztag:theconversation.com,2011:article/2242822024-03-21T21:42:07Z2024-03-21T21:42:07Z¿Por qué es necesaria una asignatura de educación sexual?<p>Ana, de 9 años, es una gran fan de Rosalía y sigue todas sus canciones con devoción. Un día escuchó a algunas amigas en la escuela hablando sobre su nueva canción llamada <em>Hentai</em>. Intrigada por el título y emocionada por escuchar algo nuevo de su ídolo, esperó ansiosa a llegar a casa para buscarla.</p>
<p>Tan pronto como llegó a casa, Ana se sentó frente al ordenador y escribió “Hentai Rosalía” en el buscador de <em>Google</em>. Al presionar <em>enter</em>, la pantalla se llenó de resultados y, sin prestar mucha atención, hizo clic en el primer enlace que parecía llevar a un sitio web de música.</p>
<p>Para su sorpresa, en lugar de hallar la canción que buscaba, se encontró con una serie de enlaces a páginas con contenido pornográfico. Ana se quedó petrificada al ver las imágenes y se sintió incómoda y sin saber qué hacer. No entendía por qué estaba viendo eso cuando solo quería escuchar la nueva canción de Rosalía.</p>
<p>El ejemplo de Ana es solamente una de las múltiples maneras en las que las y los menores pueden encontrar sin buscarlo contenido no apto para su edad o grado de madurez. La combinación internet-dispositivos móviles los expone a una gran cantidad de información muy difícil de controlar y gestionar. </p>
<p>¿Cómo evitar potenciales situaciones desagradables o incluso traumáticas que violan los derechos de la infancia? Pese a que los adultos podemos tener cierto grado de control, o a que existen mecanismos con los que determinados contenidos deberían resultar bloqueados si el usuario así lo establece, es imposible garantizar la ausencia total de riesgo. Por eso, una de las mejores maneras de combatir las desinformaciones y contenidos inadecuados a las que se pueden ver expuestas las niñas y los niños es una educación sexual integral (ESI) en las escuelas, basada en la evidencia y libre de prejuicios.</p>
<h2>Una herramienta para conocerse</h2>
<p>Somos seres sexuados, y la educación sexual nos prepara desde la infancia en la construcción de nuestra personalidad, sienta las bases de una buena autoestima y nos enseña a mantener relaciones de afecto positivas.</p>
<p>La educación sexual va mucho más allá de la mera transmisión de información sobre cuestiones anatómicas, uso adecuado de anticonceptivos o prevención de infecciones de transmisión sexual. Implica proporcionar herramientas para conocerse, aceptarse y capacitarnos para tomar decisiones informadas y saludables sobre nuestra sexualidad y nuestras relaciones. Se trata de algo crucial para nuestro bienestar y desarrollo personal.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/la-educacion-sexual-una-asignatura-pendiente-191749">La educación sexual: una asignatura pendiente</a>
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<h2>Prevención de la violencia sexual</h2>
<p>Otro aspecto importante de la educación sexual es su papel en la prevención de la violencia de género y las violencias sexuales. Al reflexionar sobre cuestiones como la empatía, el consentimiento, la responsabilidad afectiva, los límites personales y el reconocimiento de las diferentes orientaciones sexuales y expresiones de género, estamos contribuyendo a crear una cultura de <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/14681811.2015.1042573">respeto en las relaciones interpersonales</a>, proporcionando espacios seguros y acogedores para todo el estudiantado.</p>
<p>La investigación ha demostrado consistentemente que recibir educación sexual <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1054139X20304560">no hace a las personas más propensas a tener relaciones sexuales</a>, pero sí aumenta las probabilidades de tener relaciones sexuales más seguras y evita en gran medida que se participe en prácticas no placenteras.</p>
<h2>La pionera, Suecia</h2>
<p>En Europa, el primer país en implantar la educación sexual como asignatura obligatoria fue <a href="https://education-profiles.org/europe-and-northern-america/sweden/%7Ecomprehensive-sexuality-education">Suecia en 1955</a>. </p>
<p>En España, <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2020-17264">la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE)</a> mantiene la educación sexual como algo transversal en el currículo, pero no reserva ningún espacio, ni establece unos contenidos a abordar. Esto es, la permite pero no la garantiza. La única asignatura obligatoria en la que se aborda esta temática es en Biología, pero ciñéndose a la explicación del aparato reproductor, a pesar de que diferentes organismos internacionales han puesto de manifiesto los <a href="https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000265335">beneficios de la misma</a>.</p>
<p>Si bien existen estándares de educación sexual para Europa, las situaciones entre países son bien distintas y existe <a href="https://www.bzga-whocc.de/fileadmin/user_upload/BZgA_Standards_Spanish.pdf">escasa influencia entre unos y otros para el desarrollo de las políticas de educación sexual</a>.</p>
<h2>Adolescentes sexualmente activos</h2>
<p>En España se ha observado una disminución progresiva en la edad de inicio de la actividad sexual, que algunas autoras sitúan en <a href="https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20220805/edad-media-primera-relacion-sexual-13-anos-adolescentes-cataluna-dv-14230963">13,8 años</a>. Esta cifra, que varía en función de la fuente consultada y el momento temporal, <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00224499.2023.2297906">es menor que la de otros países como Francia, pero más elevada que la de Suecia</a>.</p>
<p>En cualquier caso, no es fácil alcanzar un consenso político y social en este ámbito y, hasta donde nuestro conocimiento alcanza, en todos los países existe descontento por cómo la educación sexual es abordada. En Francia, donde desde 2001 la educación sexual debe estar presente desde infantil con tres sesiones anuales, pero la realidad es que esto <a href="https://www.france24.com/en/france/20230125-education-in-the-spotlight-as-watchdog-warns-of-sexist-backlash-sweeping-france">no se está haciendo en todas las escuelas</a>.</p>
<p>En Suecia, la educación sexual comienza a los 11 años, <a href="https://apolitical.co/solution-articles/en/international-experts-love-swedens-sex-ed-96-of-students-dont">pero las quejas de estudiantes y docentes ponen de manifiesto que la misma no responde a las expectativas</a>, en la mayoría de los casos por falta de competencia del profesorado. </p>
<p>Y en España, se delega la misma a organizaciones externas que acuden a los colegios por petición de las AMPAS y de manera puntual.</p>
<h2>La pornografía llega antes que la realidad</h2>
<p>La edad media de acceso a la pornografía se sitúa entre los 9 y los 11 años, teniendo lugar en algunos casos el <a href="https://joveneseinclusion.org/publicaciones/nueva-pornografia-y-cambios-en-las-relaciones-interpersonales/">primer acceso a los 8 años</a>, con el <a href="https://revistas.udc.es/index.php/ATL/issue/view/arief.2021.6.1">coste personal, social, educativo, familiar, psicológico y educativo que acarrea</a>. </p>
<p>Como señala el experto <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-por-que-no/374258">Alejandro Villena</a>, que una persona la consuma de forma esporádica, sin desarrollar una adicción, no evita las consecuencias a nivel personal, además de que contribuye a dar una visión de las relaciones sexuales poco realista y desigualitaria.</p>
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Leer más:
<a href="https://theconversation.com/la-educacion-es-la-mejor-herramienta-para-prevenir-las-infecciones-de-transmision-sexual-177102">La educación es la mejor herramienta para prevenir las infecciones de transmisión sexual</a>
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<h2>Las consecuencias de no saber</h2>
<p>Los Estados que tienen educación basada únicamente en la abstinencia tienen tasas <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3194801/">más altas de embarazo e infecciones de transmisión sexual</a> que aquellos con una educación sexual más integral. La falta de este tipo de educación también está directamente relacionada con <a href="https://journals.plos.org/plosone/article/file?id=10.1371/journal.pone.0205951&type=printable">tasas más altas de violencia sexual</a>. </p>
<p>Por el contrario, en los países en los que se imparte de forma obligatoria las relaciones sexuales son más tardías y seguras, aumenta el uso de anticonceptivos, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8872707/">disminuyen los embarazos no deseados</a> y la transmisión de infecciones, e incluso se reducen los comportamientos violentos y los <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s13178-021-00674-8">estereotipos de género</a>.</p>
<h2>¿Cuándo y dónde?</h2>
<p>La responsabilidad actual del personal docente no incluye el ámbito de la educación sexual como parte de su responsabilidad profesional. Tampoco existe un espacio curricular específico para abordar la temática. Y muchos reconocen <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3844427">no tener preparación para abordar la educación sexual en su aula</a>. </p>
<p>Por ello, el desarrollo de programas para capacitar a las y los docentes son fundamentales como paso previo a la implantación de una asignatura específica.</p>
<p>Así, si la evidencia muestra que la educación sexual temprana lleva a la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6283686/">prevención del abuso sexual infantil</a>, puede contribuir al desarrollo de <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/19317611.2021.1921894">relaciones saludables y placenteras</a>, la apreciación de la diversidad y la prevención de la violencia, debemos apostar por abordarla como parte de la educación formal. Sobre todo por las implicaciones que tienen en el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/224282/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Andrea Gutiérrez García no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La ley española permite que se enseñe educación sexual pero no establece cuándo ni por parte de quién; en otros países europeos tampoco hay consenso sobre la mejor manera de hacerlo.Andrea Gutiérrez García, Profesora Permanente Laboral. Psicóloga especialista en intervención multidisciplinar en violencia de género, Universidad de La RiojaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2211682024-01-16T18:59:14Z2024-01-16T18:59:14Z¿Por qué es tan urgente que el Gobierno español regule el acceso de los menores a la pornografía?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/569624/original/file-20240116-23-6p7hof.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C23%2C5232%2C3454&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/teenage-students-using-digital-devices-on-774179677">Monkey Business Images / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El inicio del consumo de pornografía, <a href="https://www.inmujeres.gob.es/publicacioneselectronicas/documentacion/Revistas/ANALITICAS/DEA0326.pdf">según los estudios más recientes</a>, se produce a edades cada vez más tempranas, concretamente a los ocho años. Uno de los términos más buscados en los portales de pornografía es “<em>how to</em>”, es decir, “cómo hacer”, lo que puede indicar también que muchos niños, niñas y adolescentes utilizan la pornografía para aprender sobre sexualidad. </p>
<p>Lo que estos menores encuentran en las páginas de pornografía son <a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaEnCifras/estudios/Tesis/estudios/Tesis_10_Reproduccion_violencia_pornografia.htm">todo tipo de actos de violencia sexual</a> representados como “sexo”, donde se normaliza, legitima y banaliza la violencia contra las mujeres. </p>
<p>Son <a href="https://dspace.uib.es/xmlui/bitstream/handle/11201/159975/563117.pdf?sequence=1&isAllowed=y">numerosos los estudios</a> sobre el consumo de pornografía y <a href="https://www.observatoriodelainfancia.es/oia/esp/documentos_ficha.aspx?id=7544">su impacto a nivel psicológico y social</a>. Estas <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jcom.12201">investigaciones</a> han revelado claras asociaciones entre consumo de pornografía y desigualdad de género, sexismo y violencia sexual contra las mujeres, lo que pone claramente de manifiesto la necesidad de regular el acceso de los menores a este tipo de contenido. </p>
<p>El consumo frecuente y continuado de pornografía puede tener consecuencias especialmente graves para los más jóvenes, ya que cuanto más temprana es la edad de exposición a esta, mayor es su impacto en el comportamiento y los hábitos sexuales al llegar a la edad adulta. <a href="https://www.academia.edu/38815358/Nueva_pornograf%C3%ADa_y_cambios_en_las_relaciones_interpersonales_de_adolescentes_y_j%C3%B3venes">Los expertos señalan</a> que uno de los peores efectos del consumo de pornografía en adolescentes y jóvenes es la distorsión perceptiva, la formación o deformación de actitudes ya que, debido a la etapa evolutiva en la que se encuentran, no tienen la madurez emocional para comprender lo que ven.</p>
<h2>Relación entre porno y violencia</h2>
<p><a href="https://www.researchgate.net/publication/47662480_X-Rated_Material_and_Perpetration_of_Sexually_Aggressive_Behavior_Among_Children_and_Adolescents_Is_There_a_Link">Un estudio</a> examinó los vínculos entre la exposición intencional a material pornográfico y la conducta sexualmente agresiva entre adolescentes de 10 a 15 años en Estados Unidos. Se descubrió que a la exposición intencional a material pornográfico violento a lo largo del tiempo le predecía un aumento de casi seis veces en las probabilidades de comportamiento sexualmente agresivo.</p>
<p><a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jcom.12201">Un metaanálisis realizado por el investigador Paul J. Wright en 2015</a> encontró asociaciones entre visionado de pornografía y comportamiento violento. Según él, los hombres que consumen pornografía son más propensos a practicar o desear prácticas dominantes y degradantes. También descubrió que las mujeres que consumen pornografía son más propensas a llevar a cabo o desear prácticas sumisas.</p>
<p>Teniendo en cuenta estos hallazgos y el significativo incremento de casos de violencia sexual entre adolescentes, la regulación del acceso de los y las menores a la pornografía se justifica en la necesidad de proteger su desarrollo emocional, psicológico y sexual. En el caso de Reino Unido, la última <a href="https://diariolaley.laleynext.es/dll/2023/12/20/el-reino-unido-aprueba-su-ley-de-seguridad-en-internet">Ley de Seguridad en Línea</a>, aprobada en noviembre de 2023 y cuya implementación está prevista para 2025, contempla métodos de inteligencia artificial (IA) como la identificación facial para poder acceder a páginas de pornografía. </p>
<p>Esta misma semana, el Gobierno español, junto a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), <a href="https://www.businessinsider.es/gobierno-anuncia-ley-limitar-acceso-menores-porno-1356644">ha anunciado medidas</a> –entre otras, la creación de una aplicación que acredite la edad real de los usuarios– para la regulación del acceso a páginas de pornografía por parte de menores de edad, puesto que dichas webs no exigen en la actualidad verificación de edad más allá de la mera aceptación o autodeclaración de ser mayor de 18 años por parte del usuario.</p>
<p>Si bien la medida es absolutamente necesaria, estos controles deberían extenderse a todo tipo de redes sociales y plataformas digitales, puesto que la pornografía ha transgredido los límites de las plataformas exclusivas para tal fin, colonizando las redes sociales más utilizadas por la juventud. En la actualidad, es común encontrarse con contenido sexual explícito en redes sociales –sobre todo en Twitter– y plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp.</p>
<h2>La facilidad para registrarse en redes sociales</h2>
<p>Las personas menores de 16 años en la Unión Europea (UE) necesitan el consentimiento de los padres, madres o tutores legales para utilizar redes sociales, pero no existen hoy por hoy filtros efectivos para que los y las menores de dicha edad no accedan a estas plataformas. Hoy en día, cualquier persona puede registrarse en WhatsApp, Twitter, TikTok o Facebook a través de un número de teléfono móvil, puesto que el único filtro que establece la plataforma para certificar la edad es una pregunta al inicio del registro. </p>
<p>En redes sociales como Instagram, donde la desnudez es estrictamente perseguida –las cuentas que infringen las normas pueden ser suspendidas en cuestión de horas–, se sigue permitiendo que <em>bots</em> inunden de comentarios con enlaces a páginas porno los perfiles de los <em>influencers</em> más seguidos por los jóvenes. </p>
<p>Asimismo, en plataformas como TikTok e Instagram son cada vez más comunes las campañas de captación de jóvenes –sobre todo, chicas– para que accedan a la industria de la pornografía o plataformas como OnlyFans. </p>
<p>Así pues, además de la regulación, es manifiesta la urgencia de implantar un modelo de educación sexual integral adaptado desde edades tempranas, cuyo objetivo debe ser proporcionar no solo conocimientos, sino también herramientas que permitan a los jóvenes detectar la violencia más normalizada en sus relaciones afectivo-sexuales. </p>
<p>Esta visión debe ir más allá de la transmisión de información básica sobre anatomía y métodos anticonceptivos y debe fomentar una comprensión profunda de las dinámicas de poder, el consentimiento y la importancia de las relaciones saludables basadas en el respeto mutuo. De lo contrario, sin una adecuada formación afectivo-sexual, será difícil que las personas jóvenes puedan ser conscientes de los efectos que el consumo de pornografía tiene en el desarrollo de su deseo y, por consiguiente, de sus prácticas sexuales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/221168/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El aumento del consumo de pornografía desde edades tempranas plantea preocupaciones sobre el impacto en el desarrollo sexual y psicológico de los jóvenes. Estudios sugieren vínculos entre el consumo de pornografía y la desigualdad de género, el sexismo y la violencia sexual. La regulación del acceso de menores a contenidos pornográficos es esencial.Itsaso Biota Piñeiro, Profesora e Investigadora en la Facultad de Educación y Deporte (UPV/EHU), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaMaría Dosil-Santamaría, Profesora en el Departamento de Ciencias de la Educación en el área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2177392023-12-06T20:48:57Z2023-12-06T20:48:57ZSeis preguntas sobre la pornografía actual<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/562783/original/file-20231130-17-kzkvbp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=138%2C92%2C3287%2C2301&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-browsing-porn-site-late-night-1894359568">M-Production/Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>La actual pornografía se consume por internet y tiene <a href="https://www.researchgate.net/publication/333718622_Nueva_pornografia_y_cambios_en_las_relaciones_interpersonales">algunas otras características</a> que la hacen diferente a la pornografía tradicional. </p>
<p>Por un lado, está el aumento de la calidad de imágenes. </p>
<p>Al mismo tiempo, destaca su carácter asequible, puesto que suele ser gratuita, pero se monetiza con publicidad o con contenidos <em>premium</em> e invitación a contactos pagados. </p>
<p>Su disponibilidad es inagotable, con una constante expansión de cientos de miles de filmaciones. </p>
<p>No pone límites a las prácticas sexuales expuestas, desde las convencionales a otras de gran riesgo o ilegales. </p>
<p>Además, puede ser anónima o interactiva, es decir, permite desde la visualización hasta las relaciones cara a cara a distancia, en <a href="https://theconversation.com/la-industria-digital-los-nuevos-proxenetas-del-cibersexo-212408">un nuevo contexto de acceso a la prostitución</a>.</p>
<p>No existe consenso científico, hoy por hoy, sobre el impacto de la nueva pornografía en los menores y jóvenes nativos digitales. Sí hay unanimidad en que su consumo ha obtenido cierta carta de normalidad en buena parte de la sociedad española, en particular entre varones. </p>
<p>En este punto, cabe preguntarse si los poderes públicos deben inhibirse de esta controversia a la espera de estudios más concluyentes o adoptar medidas de cautela. Vamos, a continuación, a ampliar la información sobre la pornografía y detallar algunas medidas que se han propuesto al respecto.</p>
<h2>1. ¿Se trata de un consumo muy extendido entre los adolescentes?</h2>
<p>Algunos <a href="https://www.savethechildren.es/informe-desinformacion-sexual-pornografia-y-adolescencia">estudios</a> afirman que un 68 % de los adolescentes españoles consumen pornografía. De las personas encuestadas, el 53,8 % ha accedido por primera vez a la pornografía antes de los 13 años y un 8,7 %, antes de los 10.</p>
<p>El Informe de 2020 del <a href="https://www.cac.cat/documentacio/acord-932020-daprovacio-linforme-1282020-larea-continguts-26-doctubre-lacces-les">Consell de l'Audiovisual de Catalunya</a> <em>El acceso de las personas menores de edad a contenidos de pornografía en internet</em> señala que el 50 % de las webs analizadas incluyen vídeos que se refieren a actos sexuales sin consentimiento de la mujer. También se presentan los actos de violencia como algo deseado por las mujeres. Aunque ese no es el único tipo de contenido, lo cierto es que alcanza un alto grado de visualizaciones.</p>
<h2>2. ¿Qué aprenden sobre sexualidad?</h2>
<p>Algunos <a href="https://www.gacetasanitaria.org/es-sobre-pornografia-educacion-sexual-puede-articulo-S021391112030039X">autores</a> aseguran que se interioriza en las chicas “un modelo físico hegemónico”. <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-salmones-hormonas-y-pantallas/364866">Otros</a> subrayan que se les enseña una sexualidad marcada por el dominio masculino y la prioridad de buscar el placer más físico, inmediato y egótico y la silenciación del deseo femenino. </p>
<h2>3. ¿Afecta lo que ven al fomento de la igualdad?</h2>
<p>Existen <a href="https://www.google.com/url?q=https://revistas.proeditio.com/ehquidad/article/view/4393&sa=D&source=docs&ust=1700134349119436&usg=AOvVaw2S_Bu4XaKhRtMnvhtQaLq9">publicaciones científicas</a> que afirman que la pornografía contrarresta la igualdad y el acercamiento entre sexos y fomenta especialmente la irresponsabilidad reproductiva de los hombres, además de normalizar el uso de la violencia en las relaciones sexuales. </p>
<p>Por otro lado, algunos <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/10410236.2021.1917745">estudios</a> han encontrado correlación entre la exposición a la pornografía y las prácticas sexuales de riesgo, que pueden aumentar la posibilidad de enfermedades de transmisión sexual. Ahora bien, otros <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0160252709000715?via%3Dihub">autores</a> niegan la correlación o causalidad entre consumo de la pornografía y aumento de la violencia sexual. </p>
<h2>4. ¿Qué dice la Fiscalía General de Estado?</h2>
<p>Desde otro punto de vista, la <a href="https://www.fiscal.es/memorias/memoria2022/FISCALIA_SITE/recursos/pdf/MEMFIS22.pdf">Fiscalía General del Estado</a> en España advierte del progresivo incremento de los delitos contra la libertad sexual, también de aquellos contra menores, y de aquellos perpetrados por menores. Textualmente alerta de “la despreocupación y banalidad con que se afrontan las relaciones sexuales entre adolescentes”. Y advierte de que en alguna comunidad autónoma se detecta “un incremento de enfermedades de transmisión sexual en ese segmento de edad e incluso de embarazos no deseados… Ese inicio precoz se vincula, fundamentalmente, al acceso a la pornografía en dispositivos móviles desde edades impúberes”.</p>
<h2>5. ¿Qué deberían hacer los poderes públicos?</h2>
<p>Ante esta situación de incertidumbre científica, pero sobre la que algunos indicios señalan la posible existencia de un riesgo grave para los jóvenes y menores, los poderes públicos pueden acudir al principio de precaución para avalar jurídicamente políticas públicas de restricción de la oferta. </p>
<p>Este principio tiene su origen en el derecho comunitario, y se ha extendido a toda materia de gestión de riesgos. Otorga a los poderes públicos un <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7705776">fundamento</a> para decidir en situaciones de acreditada incertidumbre científica.</p>
<h2>6. ¿Cómo afrontan este asunto algunos países europeos?</h2>
<p>Algunos países están desarrollando medidas para dificultar el acceso en internet a los contenidos pornográficos a menores de edad. Entre otras soluciones técnicas, se podría establecer de modo normativo la obligatoriedad de que la URL de estos contenidos esté marcada con la extensión de dominio <em>.xxx</em>, lo cual facilitaría su filtrado mediante el correspondiente <em>software</em>. Es decir, un dominio de nivel superior o <em>Top Level Domain</em> (TLD, por sus siglas en inglés). </p>
<p>El dominio de nivel superior existe desde el año 2011 y está destinado a ser utilizado exclusivamente para sitios web que contengan contenido pornográfico. Sin embargo, su uso no es obligatorio y los productores de estos contenidos los comercializan usando otros TLD más comunes como <em>.com</em> o <em>.net</em>.</p>
<p>Otra posibilidad es la <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8291202">implementación obligatoria de sistemas</a> <a href="https://www.cyberclick.es/que-es/opt-in"><em>opt-in</em></a> para identificar la edad y restringir el acceso de menores, como se debate en algunos países europeos como Italia y Reino Unido. </p>
<p>En <a href="https://www.leparisien.fr/high-tech/blocage-des-sites-pornos-cyberharcelement-ce-que-contient-le-projet-de-loi-pour-securiser-internet-04-10-2023-DCCW2NGRKJC6ZONQTDFPDGFHQI.php">Francia</a> se está elaborando en estos momentos una novedosa ley que, precisamente, establece esta obligación con importantes sanciones por su incumplimiento. Recientemente España ha creado un grupo de trabajo coordinado por la Agencia Española de Protección de Datos para estudiar la <a href="https://pactomenoresdigitales.org/">implantación de mecanismos de verificación de edad</a> a través de sistemas no invasivos que impida el acceso de menores a este tipo de contenido.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/217739/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Juan José Guardia Hernández es investigador principal del proyecto de investigación "Conflictos éticos en la gestión de los riesgos para la salud humana ante la incertidumbre de la ciencia" (01/06/2022 - 01/12/2023) financiado por la Fundación BBVA dentro de la Convocatoria 2021 de "Ayudas a Proyectos de Investigación Científica"</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Marc Serveto Font ha recibido financiación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género 2023 del Ministerio de Igualdad.</span></em></p>Los jóvenes y los menores tienen una nueva forma de consumir pornografía que encierra todo un sistema de descontrol y falta de supervisión por parte de los adultos. Sus efectos son nocivos para su educación sexual. Veamos algunas posibles soluciones.Juan José Guardia Hernández, Profesor de Derecho administrativo, Universitat Internacional de CatalunyaMarc Serveto Font, Asistente de investigación, Universitat Internacional de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2135892023-10-23T21:44:03Z2023-10-23T21:44:03ZCuál es la relación entre pornografía y violencia<p>La pornografía es entendida generalmente como aquellos materiales sexualmente explícitos destinados a excitar al consumidor. En algunos contenidos pornográficos se incluyen prácticas sexuales en las que está implicada la violencia de algún modo. ¿Podrían, entonces, estar promoviendo la violencia en aquellas personas que ven estos vídeos asiduamente?</p>
<p>Para testar la hipótesis de que la pornografía pueda estar promoviendo comportamientos imitativos, aprendizaje por observación y desensibilización, refuerzo de estereotipos sexistas y la percepción de que la violencia, especialmente hacia las mujeres, es algo aceptable, hemos realizado una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37309642/">revisión sistemática</a> de las investigaciones de los últimos 20 años.</p>
<h2>¿Qué violencia?</h2>
<p>Existen múltiples modelos teóricos que clasifican y conceptualizan la violencia. Nosotros nos basamos en la taxonomía de la violencia sexual en parejas íntimas propuesta por la especialista estadounidense <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25561088/">Meredith Bagwell-Gray y colegas en 2015</a>. Esta teoría sugiere que los diferentes tipos de violencia sexual en parejas íntimas se pueden categorizar en cuatro grupos, según la invasión y la fuerza utilizada en el contexto de la pareja. Estos grupos incluirían la coerción sexual, la agresión sexual, el abuso sexual y la actividad sexual forzada.</p>
<p>Tras revisar 1 524 artículos, finalmente se incluyeron en el análisis 59 estudios científicos que evaluaban la relación entre el uso de pornografía y distintas manifestaciones de violencia. Los estudios incluidos presentaron una amplia heterogeneidad en cuanto al diseño de estudio, el número de participantes (oscilando entre 42 y 4 363 participantes) y las definiciones de pornografía y violencia, lo que dificulta en gran medida poder comparar hallazgos y llegar a obtener conclusiones sólidas al respecto. </p>
<h2>¿Hay una relación?</h2>
<p>Algunos autores sugieren que el uso de pornografía no parece estar relacionado con actitudes agresivas hacia las mujeres. Sin embargo, varios estudios sí han encontrado esa asociación entre el uso de pornografía y la violencia no sexual. </p>
<p>Por ejemplo, se ha sugerido que ver pornografía en pareja se relacionaría con la victimización por agresiones físicas. Esto podría deberse, según algunos autores, a que la pornografía normaliza la violencia, lo que afectaría a la intimidad emocional de las personas incluso en contextos no sexuales. </p>
<p>Además, se ha mencionado una relación entre el uso de pornografía y el acoso y la victimización emocional, a pesar de que la causalidad entre estos factores aún no está clara.</p>
<h2>Pornografía y agresión sexual</h2>
<p>Al analizar esta asociación también se detecta una elevada heterogeneidad en los resultados de los distintos estudios. Algunos estudios no logran demostrar una relación directa entre el uso de pornografía y la agresión y coacción sexual, mientras que otros sugieren que el uso de pornografía se asocia con la agresión sexual, la coerción sexual, <a href="https://theconversation.com/la-violencia-sexual-entre-adolescentes-aumenta-que-esta-pasando-195950">la violencia en el noviazgo adolescente</a> y la victimización sexual. </p>
<p>Además, algunos estudios sugieren que la exposición a la pornografía violenta estaría relacionada con una mayor probabilidad de perpetrar violencia sexual. Algunos autores han destacado que tanto la influencia de los pares como la frecuencia del consumo de pornografía son factores significativos a tener en cuenta. </p>
<h2>Influencia en las creencias y actitudes</h2>
<p>Hemos analizado también la relación entre el uso de pornografía y los mitos sobre la violación (es decir, mitos estereotipados que respaldan la violación), actitudes de apoyo a la violencia contra las mujeres y actitudes hacia la coerción sexual. </p>
<p>Nuevamente, se encontraron resultados variados. Algunos estudios sugieren que el uso de pornografía se asocia con una mayor aceptación de las mujeres como objetos y, a su vez, con una mayor aceptación de los mitos sobre la violación. Otros estudios, sin embargo, parecen no encontrar una relación significativa entre el consumo de pornografía y la aceptación de mitos y otras creencias y actitudes relacionadas, en última instancia, con la agresión sexual.</p>
<h2>Limitaciones de los estudios actuales</h2>
<p>Este campo de estudio se enfrenta a dos dificultades importantes: la falta de consenso en la definición y clasificación tanto de lo que es pornografía como de lo que constituye violencia. Por ejemplo, mientras algunos científicos consideran que la pornografía son materiales sexualmente explícitos destinados a excitar al consumidor, otros consideran que la pornografía no se puede definir dado que evoluciona con el tiempo y la cultura. Respecto a la violencia, la existencia de múltiples modelos teóricos hace difícil entender el tipo de violencia en cada situación. </p>
<p>Por otro lado, hay todavía pocos estudios longitudinales que estudien a la misma población durante un periodo extendido en el tiempo: este tipo de investigaciones son las que pueden establecer una asociación de causalidad entre el uso de pornografía y los distintos tipos de violencia.</p>
<h2>Más investigación</h2>
<p>Con la información existente ahora mismo, la evidencia es mixta. Por lo tanto, por el momento es necesario interpretar los hallazgos existentes con suma cautela y atendiendo a las múltiples limitaciones asociadas. Se necesita un mayor número de investigaciones longitudinales para comprender adecuadamente esta relación y sus matices. </p>
<p>Ello permitiría, en el caso de que finalmente sí que se observe una asociación causal a nivel empírico entre la pornografía (como causa) y la violencia (como consecuencia), tomar decisiones a nivel social. Por ejemplo, en cuanto al desarrollo de planes de prevención de la violencia, psicoeducación sobre pornografía y violencia o bien modificación de las regulaciones sobre el acceso a los contenidos sexualmente explícitos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/213589/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gemma Mestre-Bach recibe fondos de CITEI-UNIR. </span></em></p>¿Puede estar la pornografía promoviendo el refuerzo de estereotipos sexistas y la percepción de que la violencia, especialmente hacia las mujeres, es algo aceptable?Gemma Mestre-Bach, Investigadora postdoctoral, doctora en Medicina e Investigación Traslacional, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2124082023-09-11T20:53:21Z2023-09-11T20:53:21ZLa industria digital, los nuevos proxenetas del cibersexo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/546376/original/file-20230905-17-t3w6de.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C35%2C3425%2C2491&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-browsing-porn-site-late-night-1894359565">M-Production / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En este momento histórico de tecnocapitalismo, nuestra “cibervida” está regida por un régimen de tecnología algorítmica escópica en el que las <em>Big Tech</em> son quienes programan, idean y deciden cómo opera el ciberespacio.</p>
<p>El “<a href="https://theconversation.com/nueve-propuestas-para-acabar-con-la-vigilancia-digital-170729">capitalismo de vigilancia</a>” está desplegando una <a href="https://feminismosaprendem.files.wordpress.com/2017/02/millett-kate-politica-sexual.pdf">“política sexual”</a> concreta, cuyo principal objetivo es monetizar la misoginia y mantener la desigualdad sexual. </p>
<p>Las formas en las que las grandes corporaciones digitales extienden sus políticas de género se difunde de tres formas. Por un lado, con la permisividad y connivencia frente a la <a href="https://www.inmujeres.gob.es/areasTematicas/AreaEstudiosInvestiga-cion/docs/Estudios/Mujeres_jovenes_y_acoso_en_redes_sociales.pdf">masiva violencia digital contra las mujeres</a>. Por otro, con la tolerancia y complicidad mostrada frente a la misoginia digital organizada o “<a href="https://theconversation.com/el-uso-de-los-memes-como-arma-antifeminista-cala-en-la-sociedad-mas-joven-193567">manoesfera</a>”. Por último, a través del negocio con los contenidos relacionados con la pornografía y la prostitución.</p>
<p>En este sentido, es necesario definir el término “proxenetismo digital”. El proxenetismo –un delito recogido en <a href="https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2003-21538">Código Penal</a> español– consiste en la obtención de beneficios de la promoción, facilitación o favorecimiento de la prostitución de otra persona, aunque la persona que ejerce la prostitución consienta. Partiendo de esta definición, ¿podríamos considerar como proxenetismo digital el lucro que las <em>Big Tech</em> obtienen del sistema de porno y prostitución digital?</p>
<p>Este texto aborda un fenómeno que ha recibido escasa atención en la literatura científica: el proxenetismo digital.</p>
<p>En este contexto de neoliberalismo sexual, toda relación humana es susceptible de convertirse en una mercancía: la vida se transforma en cosa, reforzando el orden jerárquico de los sexos.</p>
<h2>Millones de webs porno</h2>
<p>Existen <a href="https://developer.metacert.com/blog/why-the-uk-government-is-wrong-to-think-it-can-control-93-of-all-pornography/">unos 700 millones de páginas web porno</a> –contando solo los 20 primeros países del ranking–, lo que <a href="https://www.larepublica.co/ocio/morbo-y-economia-cuanto-dinero-mueve-la-pornografia-en-el-mundo-3311239">supone</a> <a href="https://www.rankia.com/blog/bolsa-al-dia/3534358-top-11-ranking-industrias-que-mas-dinero-mueven-mundo-como-invertir-ellas">100 000 millones de dólares de beneficios anuales</a>. Empresas como Pornhub –que al inicio del confinamiento ofertó por cortesía el acceso gratuito a sus todos sus contenidos–, atrae 3 500 millones de visitas al mes, pese a que ha sido denunciada por varios casos de <a href="http://nytimes.com/2020/12/04/opinion/sunday/pornhub-rape-trafficking.html">explotación sexual, maltratos, violaciones, tráfico de personas y abuso infantil</a>. Si bien es cierto que la pornografía siempre actuó a modo de marketing del negocio de la prostitución, en la actualidad la frontera entre ambos se está desvaneciendo.</p>
<p>El “sistema porno-prostitucional” es uno de los negocios globales más importantes en cuanto a su alcance y a la cantidad de dinero que genera que, además, está atravesado por el género: la casi totalidad de los demandantes de <a href="https://theconversation.com/asi-se-comporta-el-putero-confinado-150047">pornografía y prostitución son hombres</a> y la inmensa mayoría de las personas en estos espacios son mujeres. Por ejemplo, en<a href="https://www.visualcapitalist.com/wp-content/uploads/2019/08/top-100-websites-ranking.html"> plataformas como Onlyfans</a>, <a href="https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/24957/Un%20analisis%20del%20fenomeno%20OnlyFans%20desde%20el%20enfoque%20de%20genero.%20Su%20influencia%20en%20la%20socializacion%20diferencial.%20.pdf">los cuerpos desnudos que se muestran son en su inmensa mayoría femeninos</a> </p>
<p>En este texto se presentan cuatro modelos utilizados por las Big Tech, con el fin de lucrarse, a través de un complejo sistema que materializa una “<a href="https://www.catedra.com/libro/feminismos/politica-sexual-de-la-pornografia-monica-alario-9788437643328/">política sexual</a>” que fomentan los gigantes tecnológicos. Estas fórmulas son:</p>
<ul>
<li><p><strong>Publicidad digital.</strong> La oferta digital organizada de anuncios de prostitución provoca que la interacción entre hombres que consumen sexo de pago y mujeres en situación de prostitución migre al entorno virtual, favoreciendo la mayor accesibilidad a todas horas del día. Este traslado masivo se ha producido a lo largo de las últimas dos décadas, de forma que actualmente existen <a href="https://www.inmujeres.gob.es/areasTematicas/AreaEstudiosInvestigacion/docs/Estudios/Prostitucion_en_contextos_digitales.pdf">en España 2,5 millones de anuncios en web y 81 webs de publicidad</a>. </p>
<p>La interacción síncrona o asíncrona, la diversidad en la negociación de condiciones, límites y precios y la proliferación de prácticas sexuales y la vulnerabilidad de la protección de datos para las mujeres prostituidas está favoreciendo que las nuevas tecnologías permitan que este negocio llegue cada vez más lejos. En España, <a href="https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/consumo/Paginas/2023/260723-consumo-advertencias-sancion-webs.aspx">pese a que la publicidad de servicios de prostitución está prohibida</a> por la <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2022-14630">Ley Orgánica de garantía integral de la libertad sexual</a>, la prostitución es alegal. </p></li>
<li><p><strong>Plataformas híbridas.</strong> La demanda de productos híbridos de porno-prostitución ha aumentado y para satisfacerla se estan captando mujeres y niñas a través de aplicaciones tan extendidas como Onlyfans, IsMyGirl, Manyvids, Justforfans, Tinder, IWantFanClub, TikTok y otras similares. Se paga por contenidos concretos, mediante suscripción, pago de propinas o campañas. El precio lo establece la persona que sube los contenidos. De la recaudación obtenida, la creadora de contenidos se lleva un porcentaje y la plataforma otro como comisión. Las imágenes generadas garantizan el lucro, no solo en el momento en que puntualmente son expuestas, sino que su “explotación” es infinita, usándolas permanentemente en otros espacio digitales, sin que medie consentimiento por parte de las autoras de los mismos. </p></li>
<li><p><strong>Uberización del sistema.</strong> La uberización del sistema prostitucional empieza a crecer a partir de la crisis económica de 2008. Consiste en la desaparición de los intermediarios tradicionales, que ahora son sustituidos por las plataformas de <em>matching</em>, que conectan oferta y demanda. Se articula una especie de “Amazon de la explotación sexual” donde el demandante-prostituidor elige a través de una página web a la mujer que desea y el lugar del encuentro; inmediatamente, su demanda es atendida y un coche le acerca su “pedido” al lugar solicitado. Las nuevas tecnologías están permitiendo que este negocio llegue cada vez más lejos y ellas estén cada vez más aisladas, disponibles constantemente y desprotegidas.</p></li>
<li><p><strong>Inteligencia artificial generativa.</strong> Algunos expertos en IA generativa predicen que hasta el 90 % del contenido de internet podría generarse artificialmente en unos pocos años. Los <em>softwares</em> generativos son otra de las fórmulas utilizadas por la industria sexual en el ámbito digital, creando nuevos contenidos textuales o imágenes sintéticas, muchas veces desde granjas de contenidos utilizadas para recrear un mundo audiovisual que simula situaciones sexuales que venden en la web: son las denominadas <em>porn-deepfake</em> o incluso <em>deepfuck</em>. </p>
<p>Por ejemplo, el generador de imágenes de IA The Realist, el servicio que emplea la IA Stable Diffusion y otras herramientas similares, comparte las imágenes en Pixiv, una plataforma para el intercambio de imágenes de manga y anime y que después se <a href="https://www.bloomberg.com/graphics/2023-generative-ai-bias/">exhiben para su venta en la plataforma Patreon</a>. Estas imágenes generadas artificialmente, si bien no afectan directamente a ninguna persona, <a href="https://www.bbc.com/mundo/articles/c1vzyevl0nro?at_medium=RSS&at_campaign=KARANGA">sí recrean un imaginario tóxico pornográfico, misógino y peligroso para las mujeres e infancias</a>.</p></li>
</ul>
<h2>Compra-venta de nuestro comportamiento digital sexual</h2>
<p>Con estos cuatro tipos de fórmulas utilizadas por la industria sexual en el ámbito digital, los gigantes tecnológicos se benefician de la explotación sexual de terceras personas: alquiler de su espacio digital para colgar contenidos; venta <em>ad infinitum</em> de estas imágenes sexuales; publicidad automatizada y venta de los datos extraídos en los llamados “mercados conductuales”, donde se compra y se vende nuestro comportamiento digital. </p>
<p>Todo ello convierte a estas gigantescas corporaciones digitales en modernos e inadvertidos proxenetas digitales, que se están lucrando de forma desproporcionada.</p>
<p>Por todo ello, es necesario promover, desde los lugares de <a href="https://commission.europa.eu/strategy-and-policy/priorities-2019-2024/europe-fit-digital-age/digital-services-act-ensuring-safe-and-accountable-online-environment_es">responsabilidad pública</a>, una gobernanza algorítmica más democrática para construir nuevos ecosistemas de convivencia digital justa e igualitaria.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/212408/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Águeda Gómez Suárez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Algunas de las grandes empresas digitales no solo fomentan la prostitución en línea y no protegen a las mujeres, también ingresan grandes cantidades de dinero gracias a las webs porno femeninas.Águeda Gómez Suárez, Área de Sociología Departamento de Sociología, Ciencia Política y de la Administración y Filosofía, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2042272023-05-04T17:44:46Z2023-05-04T17:44:46ZConsumo precoz de porno y un ambiente familiar tóxico: factores clave de las violaciones que cometen menores<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/524357/original/file-20230504-29-vw10d3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=14%2C355%2C9475%2C5634&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/cheerful-caucasian-teenage-boy-using-mobile-2248062947">Gpointstudio / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En los últimos años hemos presenciado en España un incremento de las noticias sobre agresiones sexuales perpetradas por menores de edad. Según la <a href="https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Temas/Estadistica-Judicial/Estadistica-por-temas/Datos-penales--civiles-y-laborales/Delitos-y-condenas/Actividad-del-Ministerio-Fiscal/">Memoria de la Fiscalía General del Estado</a> de 2019, hubo 564 menores condenados por agresión sexual y 1 370 por abuso sexual. Estos datos se refieren a adolescentes de entre 14 y 17 años, pues los menores de 14 son <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2000-641#:%7E:text=Art%C3%ADculo%203.&text=Cuando%20el%20autor%20de%20los,Civil%20y%20dem%C3%A1s%20disposiciones%20vigentes.">inimputables</a>. </p>
<p>En la Memoria del año 2021, la Fiscalía advierte de un incremento de los delitos contra la libertad sexual cometidos por adolescentes, habiendo abierto <a href="https://efe.com/espana/2023-04-15/que-ocurre-con-los-agresores-sexuales-menores-e-inimputables/">2 625 expedientes</a> por esta causa, un 58 % más que en 2020.</p>
<p>En relación al perfil de los responsables menores de edad según el género, el <a href="https://www.interior.gob.es/opencms/pdf/prensa/balances-e-informes/2021/Informe-delitos-contra-la-libertad-e-indemnidad-sexual-2021.pdf">informe sobre delitos contra la libertad e indemnidad sexual</a> de 2021 de la Secretaría de Estado de Seguridad muestra que apenas existen victimarias mujeres: el 97,5 % de agresores y abusadores sexuales menores de edad son varones. No obstante, las mujeres destacan como víctimas.</p>
<p>Si analizamos este más que preocupante fenómeno podemos encontrar algunas razones que subyacen a las agresiones sexuales cometidas por parte de chicos menores de edad:</p>
<ul>
<li><p>La <a href="https://violenciagenero.igualdad.gob.es/sensibilizacionConcienciacion/campannas/otroMaterial/queLlevabaPuesto/culturaViolacion/home.htm">cultura de la violación</a> dentro de un sistema patriarcal que reproduce las violencias sexuales.</p></li>
<li><p>El consumo prematuro de pornografía, generalmente violenta.</p></li>
<li><p>La <a href="https://periodismo.ull.es/la-educacion-sexual-un-derecho-que-se-vulnera-a-la-juventud-del-siglo-xxi/">falta de educación afectivo-sexual</a> centrada en el deseo y la no coacción de la otra persona. </p></li>
</ul>
<h2>Iniciados en la pornografía a los 12 años</h2>
<p>Según datos de <a href="https://www.savethechildren.es/informe-desinformacion-sexual-pornografia-y-adolescencia">Save the Children</a>, en su informe del año 2020 llamado <em>(Des)información sexual: pornografía y adolescencia</em>, en el que se analiza el consumo de material erótico-pornográfico en menores de edad y las consecuencias de este en su desarrollo personal, la edad media de inicio de consumo de pornografía son los 12 años. </p>
<p>Esto se relaciona, a su vez, con el acceso temprano a internet y medios tecnológicos, como <em>tablets</em> y <em>smartphones</em>, que tienen los y las adolescentes, los cuales son actualmente un medio más de relación y socialización, y con los que se puede acceder a gran cantidad de pornografía gratuita. </p>
<p>Además, el contenido del material pornográfico es cada vez más <a href="https://efe.com/andalucia/2023-04-16/la-pornografia-y-la-masculinidad-detras-de-la-violencia-grupal-en-menores/">violento</a> y muestra unos roles de género patriarcales en los que las mujeres están sometidas a los hombres. De esta forma, se asumen como normales las relaciones de poder y los estereotipos dañinos y discriminatorios que muestra la pornografía y se erotizan prácticas violentas que los consumidores de porno van a poder desear llevar a cabo. </p>
<p>Así, la ausencia de educación afectivo-sexual convierte al porno en una parte básica de la sexualidad adolescente, y en él se encuentra una fuente de información que se consume sin análisis crítico de lo que se ve. </p>
<p>El consumo de este tipo de material erótico por parte de adolescentes que están comenzando a experimentar su sexualidad es especialmente problemático por la influencia que puede tener en el desarrollo de su deseo sexual. </p>
<p>Junto a estos motivos, se pueden encontrar otras <a href="https://www3.infocop.es/viewarticle/?articleid=14983">razones</a> relacionadas con el contexto familiar y social de los adolescentes, así como características de su personalidad. </p>
<p>No obstante, es importante saber que los menores agresores sexuales no son un grupo <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-anuario-psicologia-juridica-369-articulo-agresores-sexuales-juveniles-tipologia-perfil-S1133074016300198#:%7E:text=agresores%20de%20iguales.-,Hunter%20et%20al.,de%20familiares%20que%20de%20desconocidos.">homogéneo</a>, sino que hay distintos perfiles. </p>
<h2>El perfil de los agresores</h2>
<p><a href="https://www.psicothema.com/pdf/4607.pdf">Estudios recientes</a> que analizan el perfil de los agresores sexuales adolescentes nos muestran las siguientes características: </p>
<ul>
<li><p>En un 96 % de los casos estudiados se ve un desarrollo inadecuado de la sexualidad, y este está relacionado con el inicio precoz en el consumo de pornografía en el 70 % de las ocasiones. </p></li>
<li><p>En una parte de los menores ofensores sexuales que compone la muestra del estudio (el 26 %) se constata la socialización en un ambiente familiar sexualizado. </p></li>
<li><p>En menor medida, pero igualmente reseñable, se detecta victimización sexual durante la infancia (es decir, haber sido víctima de abusos o agresiones sexuales), concretamente en el 22 % de los supuestos. </p></li>
</ul>
<p>Además, podemos ver otras singularidades en los agresores sexuales adolescentes:</p>
<ul>
<li><p>La agresión en ocasiones se vive como una actividad “de ocio” más con la que <a href="https://repository.cinde.org.co/bitstream/handle/20.500.11907/2221/La%20ofensa%20sexual%20cometida%20por%20adolescentes%20como.pdf?sequence=1&isAllowed=y">socializar</a> con sus iguales en los casos en los que las agresiones se dan en grupo. </p></li>
<li><p>Hay una <a href="https://www.injuve.es/sites/default/files/art9.pdf">falta de empatía</a> respecto a la víctima, que se traduce en una deshumanización de esta. </p></li>
<li><p>No es poco probable que se grabe la agresión sexual, lo que aumenta las consecuencias psicosociales negativas para la víctima. </p></li>
</ul>
<p>Debemos tener en cuenta que, en contra de la creencia general, no siempre los actos del ofensor sexual juvenil vienen determinados por una personalidad con rasgos <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1133074016300198">antisociales</a>. </p>
<h2>Prevención temprana</h2>
<p>Al ser cada agresor sexual adolescente distinto, con diferentes perfiles y motivaciones, el tratamiento e intervención con estos tendrá que ser <a href="https://journals.copmadrid.org/apj/art/j.apj.2016.05.002">individualizado</a> y diferenciado en función de la personalidad y características de cada menor. Además, debemos prevenir desde edades tempranas con un enfoque integral. </p>
<p>Es importante que desde las primeras instancias de socialización de las personas se fomenten una serie de herramientas personales que tengan capacidad de <a href="https://www.cdc.gov/violenceprevention/pdf/sv-prevention-technical-package-spanish508.pdf">protección y prevención</a> frente a la violencia. </p>
<p>Así, el desarrollo de capacidades de comunicación asertiva, empatía, capacidad del control de los impulsos, gestión de la emocionalidad, etc., junto con herramientas para generar vínculos interpersonales afectivos sanos y responsables, son la base para la prevención de las violencias, incluida la sexual. </p>
<p>Igualmente, se ha de proveer a los y las adolescentes de una educación sexual y afectiva de calidad que pueda contrarrestar los efectos negativos de la pornografía.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/204227/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Nathalie Soriano Ruiz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Detrás de cada menor que abusa sexualmente y en grupo hay diferentes causas, pero el porno violento en edades tempranas y la falta de educación afectivo-sexual están entre ellas.Nathalie Soriano Ruiz, Directora del Máster Universitario en Criminología: Delincuencia y Victimología, Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1952252022-12-18T20:07:20Z2022-12-18T20:07:20Z¿Qué son las adicciones comportamentales y por qué se ceban con la adolescencia?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/501494/original/file-20221216-17-ablje1.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C5447%2C3601&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/preteen-boy-anxiously-expecting-win-jackpot-2170273203">Shutterstock / Chubarova Iryna</a></span></figcaption></figure><p>Hace ya más de 15 años, numerosos expertos empezaron a sugerir que algunas conductas, como el juego o el uso de videojuegos, parececían ser <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16930171/">adictivas</a>. Algunas personas que llevaban a cabo dichas conductas de manera excesiva presentaban síntomas similares a los experimentados por aquellas personas con adicción a sustancias (alcohol, cannabis, etc.), por lo que se empezó a proponer la existencia de las llamadas “adicciones comportamentales”. </p>
<p>A día de hoy, los grandes manuales diagnósticos de los trastornos mentales (la <a href="https://icd.who.int/es">Clasificación Internacional de Enfermedades</a> y el <a href="https://www.psychiatry.org/psychiatrists/practice/dsm">Manual de la Asociación Americana de Psiquiatría</a>) solamente han reconocido como adicción comportamental al trastorno de juego. </p>
<p>Tanto el trastorno por videojuegos, como el trastorno de compra compulsiva y el trastorno de la conducta sexual compulsiva han sido aceptados como trastornos mentales, pero por el momento no se consideran adicciones, a pesar de que cada vez existe una <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29302225/">mayor evidencia empírica</a> que da soporte a sus características adictivas.</p>
<h2>Adolescencia: terreno abonado</h2>
<p>La adolescencia es una etapa del desarrollo <a href="https://theconversation.com/quien-entiende-a-los-adolescentes-187486">extremadamente compleja</a> caracterizada, entre otros múltiples aspectos, por cambios tanto a nivel biológico, como psicológico y conductual. Entre estos cambios destacan la maduración física, la formación de la identidad y el incremento de la responsabilidad, el interés por las interacciones sociales y la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12777258/">conducta exploratoria</a>.</p>
<p>Para entender si esta etapa vital está asociada a una mayor vulnerabilidad a desarrollar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25189795/">adicciones comportamentales</a>, los expertos han planteado distintos modelos teóricos especialmente centrados en el desarrollo cerebral de los adolescentes. </p>
<p>Todos estos modelos se basan en que los sistemas cerebrales que se encargan del control cognitivo son aún muy inmaduros (se irán desarrollando con los años), mientras que el sistema de recompensa está muy activado y desarrollado. </p>
<p>En otras palabras, los adolescentes exhiben una mayor impulsividad y una elevada tendencia a buscar recompensas inmediatas, en vez de presentar conductas orientadas a objetivos a más largo plazo. Los adolescentes, por lo tanto, muestran una mayor <a href="https://theconversation.com/por-que-los-deportes-de-riesgo-son-tan-atractivos-para-los-jovenes-184395">tendencia a llevar a cabo conductas impulsivas y de riesgo</a>, incluyendo las <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12777258/"></a><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12635540/">conductas adictivas</a>.</p>
<h2>Factores de riesgo</h2>
<p>Si conseguimos saber por qué algunos adolescentes son más vulnerables que otros a desarrollar estas patologías específicas y, por lo tanto, podemos detectar un perfil de adolescente con mayor riesgo, resultará más sencillo diseñar planes de prevención, detección y tratamiento focalizados especialmente en estos adolescentes.</p>
<p>En el caso del <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27855334/">trastorno de juego</a>, ser chico y de menor edad, así como presentar distorsiones cognitivas y déficits en la regulación emocional, depresión o una elevada frecuencia de uso de tabaco, alcohol y otras sustancias son factores que predicen un mayor riesgo de acabar desarrollando el trastorno. </p>
<p>Entre los factores de riesgo para que un adolescente desarrolle <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32499728/">trastorno por videojuegos</a> se han destacado, entre otros, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28762279/">aspectos familiares</a>. Por ejemplo, aquellos adolescentes que tienen una relación de menor calidad o disruptiva con su familia, o que han sido víctimas de hechos traumáticos dentro del contexto familiar presentan un mayor riesgo a utilizar los videojuegos como una estrategia de afrontamiento desadaptativa y, consecuentemente, presentan una mayor probabilidad de acabar desarrollando una adicción.</p>
<p>Es decir, los videojuegos serían utilizados por el adolescente como una “herramienta” que le permite aliviarse de emociones negativas intensas (en este caso, en el contexto familiar) que no sabe cómo regular de una manera más adaptativa. Asimismo, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28436212/">otros factores de riesgo</a> serían ser chico, reportar elevados niveles de impulsividad y soledad, así como la presencia de problemas de conducta.</p>
<p>En el caso del <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32372984/">trastorno de compra compulsiva</a>, se ha descrito la impulsividad asociada a emociones negativas como uno de los factores de riesgo principales, así como el ser chica. </p>
<p>También se ha sugerido que aquellos adolescentes que refieren mayores emociones negativas y elevados niveles de impulsividad presentarían un mayor riesgo de acabar desarrollando <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32902343/">uso problemático de pornografía</a> en comparación con aquellos que no. </p>
<p>Sin embargo, se requieren más estudios en estas adicciones para llegar a conclusiones sólidas.</p>
<h2>Vulnerables e impulsivos</h2>
<p>A pesar de que se requiere mucha más investigación, parece que los adolescentes son una población especialmente vulnerable a desarrollar <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25189795/">adicciones comportamentales</a>. Se encuentran en una etapa de desarrollo emocional, psicológico, físico y mental que les hace presentar elevados niveles de impulsividad. </p>
<p>La impulsividad y las dificultades en la regulación emocional (propias de la adolescencia) son unos de los factores de riesgo más comúnmente identificado en estas patologías, por lo que debe tenerse en cuenta a la hora de desarrollar planes de prevención, evaluación y tratamiento de adicciones en población adolescente.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/195225/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gemma Mestre-Bach recibe fondos de FUNCIVA.
Visiting Research Fellow, Institute for Culture and Society (ICS), The University of Navarra, Spain</span></em></p>Durante la adolescencia, no está desarrollada completamente la capacidad de control mientras que se agudiza el sistema de recompensa. Eso nos hace más vulnerables a caer en comportamientos compulsivos.Gemma Mestre-Bach, Investigadora postdoctoral, doctora en Medicina e Investigación Traslacional, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1959502022-12-15T13:32:48Z2022-12-15T13:32:48ZLa violencia sexual entre adolescentes aumenta: ¿qué está pasando?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/501120/original/file-20221214-14092-cj9xs2.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=10%2C10%2C6979%2C4181&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/word-porn-glowing-pink-binary-numbers-1139206817">Shutterstock / Pixelci</a></span></figcaption></figure><p>El consumo masivo de pornografía –repleta de prácticas sexuales violentas contra las mujeres– por parte de millones de niños, adolescentes y adultos no es inocuo en la construcción de su deseo sexual, y, por consiguiente, en las relaciones sexuales que mantienen con otras personas.</p>
<p>Según los datos publicados anualmente por uno de los portales de pornografía más visitado, los países con más tráfico diario en su web durante el año 2021 fueron Estados Unidos, seguido por el Reino Unido, Japón, Francia, Italia y México. </p>
<p>México subió cuatro puestos en el ranking de visualizaciones, ubicándose en el sexto puesto del top 20. Brasil se encuentra en el décimo puesto, España en el undécimo y Argentina en el decimosexto. Asimismo, es la primera vez que Colombia y Chile entran dentro de este top de países con mayor consumo, ocupando el puesto 17° y 20°, respectivamente.</p>
<h2>Antesala de la violencia</h2>
<p>Los portales de pornografía –que se encuentran entre las páginas web más visitadas cada año– están <a href="HTTPS://DOI.ORG/10.17979/ARIEF.2021.6.1.7164">inundados de violencia</a> sexual directa y simbólica sobre las mujeres. Un <a href="https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1077801210382866">reciente estudio</a> determinó que casi el 90 % de las escenas analizadas contenían violencia hacia las mujeres. </p>
<p>A la violencia física directa se le suma el imaginario sexual que se construye a través de las escenas de los vídeos, en las que el placer y el deseo femenino, el diálogo, el respeto y la afectividad no tienen espacio ni representación. Además, uno de los aspectos más alarmantes es que en la pornografía se diluye el consentimiento y se representan como sexo escenas que en realidad constituyen agresiones sexuales. </p>
<p>Según la <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/jcom.12201">evidencia científica</a>, existen asociaciones significativas entre consumo de pornografía y conducta sexual agresiva. Estos estudios indican, por un lado, que los hombres que consumen pornografía son más propensos a practicar o desear prácticas dominantes y degradantes, y, por otro lado, el consumo de pornografía se asocia a una mayor probabilidad de uso de la fuerza o amenazas para obtener sexo.</p>
<h2>Violencia sexual y violencia de género</h2>
<p>La violencia de género es la violación de derechos humanos <a href="https://www.unwomen.org/es/hq-complex-page/covid-19-rebuilding-for-resilience/gender-based-violence#:%7E:text=La%20violencia%20de%20g%C3%A9nero%2C%20que,social%20y%20redes%20de%20apoyo.">más presente en todo el mundo</a> según la ONU, y, por consiguiente, abordarla debería ser una de las prioridades de todas las sociedades, tal y como indican los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados en la Agenda 2030. El objetivo 5 menciona que es necesario conseguir la igualdad entre los géneros, no solo como derecho humano fundamental, sino como base necesaria para lograr un mundo pacífico, próspero y sostenible.</p>
<p>Sin embargo, según el Instituto Nacional de Estadística, en España <a href="https://www.ine.es/prensa/evdvg_2021.pdf">sigue creciendo el número de casos de violencia de género año tras año</a>, dándose el mayor aumento del número de víctimas en el año 2021 entre las mujeres de menos de 18 años (28,6 %). En cuanto a los delitos relacionados con la violencia sexual, según el <a href="https://www.interior.gob.es/opencms/export/sites/default/.galleries/galeria-de-prensa/documentos-y-multimedia/balances-e-informes/2022/Balance-criminalidad-primer-trimestre-2022.pdf">Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior</a>, en el primer trimestre de 2022 se dio un incremento de más del 20 %, casi un 80 % más en ocho años. </p>
<p>La mitad de las víctimas de todos los delitos sexuales eran menores de edad.</p>
<p>En América Latina y el Caribe, <a href="https://lac.unwomen.org/es/noticias-y-eventos/articulos/2019/11/editorial-directora-regional-onu-mujeres">1.1 millones de niñas adolescentes</a> de 15 a 19 años han experimentado violencia sexual o cualquier otro acto sexual forzado y al menos 1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de sus vidas.</p>
<h2>El auge del negacionismo</h2>
<p>Si bien este notorio incremento de casos puede deberse a una toma de conciencia por parte de las mujeres –el 97 % de los agresores fueron hombres–, como consecuencia de las campañas de concienciación que se han realizado en los últimos años desde gobiernos e instituciones y gracias a las cuales tienen más herramientas para reconocerse como víctimas, las cifras siguen siendo alarmantes e inaceptables. Además, estos datos reflejan únicamente la punta del iceberg, bajo el que se encuentra una preocupante normalización, banalización e incluso negación de la violencia sexual. </p>
<p>Casi en paralelo a estas cifras, nos encontramos ante el insólito auge del llamado “negacionismo de la violencia de género” que ha generado que <a href="https://www.adolescenciayjuventud.org/publicacion/barometro-juventud-genero-2021/">uno de cada cinco adolescentes y jóvenes varones</a> considere que esta realidad es un “invento ideológico”, una cifra que duplica a la obtenida en 2017 y que refleja la magnitud del problema al que nos enfrentamos como sociedad. </p>
<h2>Educación sexual, eterna asignatura pendiente</h2>
<p>En la actualidad, muchos niños y adolescentes están accediendo a la pornografía <a href="https://cdn.20m.es/adj/2019/06/10/4007.pd">a edades cada vez más tempranas</a> desde cualquier dispositivo móvil, sin necesidad de registrarse ni de pasar ningún tipo de filtro. En el año 2021 uno de los términos más buscados en los portales de pornografía fue “how to”, es decir, “cómo hacer”, lo que nos indica que muchos chicos y chicas jóvenes utilizan la pornografía para aprender sobre sexualidad. </p>
<p>Esta realidad denota que el modelo de educación sexual actual no está resultando ni efectivo, ni suficiente. <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/19/13/8055">Desde nuestra experiencia</a>, la educación sexual en España se aborda de manera residual, aislada, y, además, desde una perspectiva biologicista que asocia la sexualidad a la reproducción y ligada a prevención de las infecciones de transmisión sexual.</p>
<p>Todos los niños, niñas y adolescentes, además de conocimientos académicos, deberían tener garantizado el derecho a recibir una educación que les ayude a desarrollarse plenamente en todas las facetas de la vida, incluida la sexual. </p>
<h2>Visión crítica de una violencia naturalizada</h2>
<p>El modelo de la educación afectivo–sexual debe ser crítico y emancipador, debe problematizar sobre el consentimiento, poniendo el deseo en el centro, y brindar herramientas para poder detectar la violencia sexual en una sociedad donde ésta se encuentra absolutamente naturalizada. </p>
<p>Esto supondría abandonar el enfoque punitivista y ofrecer a los y las jóvenes conocimientos y herramientas que les permitan reconocer y detectar la violencia más normalizada en sus relaciones afectivo–sexuales y que les ayuden a reconocerse como agresores y como víctimas, entendiendo que la violencia sexual no es un problema individual, sino cultural y social.</p>
<p>Para ello, es necesario además dotar a todos los agentes que intervienen con adolescentes de formación y herramientas para la prevención de la violencia sexual desde una perspectiva feminista e interseccional, que, junto a las medidas para la abolición de la explotación sexual y la instauración de educación sexual de calidad en la enseñanza, serán las claves para una transformación social real que garantice por fin más bienestar y una vida libre de violencia para todos y todas.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/195950/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Lluís Ballester Brage recibe fondos de Pacto de Estado, a través del Instituto Balear de la Mujer. Lluís Ballester es miembro del Patronato del Instituto para la Gestión del tercer Sector de Galicia IGAXES.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Itsaso Biota Piñeiro y María Dosil-Santamaría no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>La mezcla de pornografía e internet está teniendo un impacto en las creencias, prejuicios y expectativas de los jóvenes en sus primeras relaciones sexuales. Una influencia que no fomenta la igualdad.Itsaso Biota Piñeiro, Profesora e Investigadora en la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología (UPV/EHU), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLluís Ballester Brage, Professor de Mètodes d'Investigació. Facultat d'Educació., Universitat de les Illes BalearsMaría Dosil-Santamaría, Profesora en el Departamento de Ciencias de la Educación en el área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1795942022-12-05T18:08:30Z2022-12-05T18:08:30ZPor qué las relaciones adolescentes virtuales perpetúan estereotipos machistas<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/498688/original/file-20221202-20-njuvw8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6003%2C3996&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/group-teenager-friends-laughing-pointing-girl-2158259465">Shutterstock / Egoitz Bengoetxea</a></span></figcaption></figure><p>Distintos <a href="http://eprints.lse.ac.uk/54280/1/EU%20Kids%20Online%20III_Second%20annual%20progress%20report_2013.pdf">informes</a> de <a href="https://bit.ly/32J36A2">organizaciones</a> internacionales y de ámbito nacional advierten desde hace más de una década de los <a href="http://www.injuve.es/observatorio/salud-y-sexualidad/revista-de-estudios-de-juventud-123-la-salud-afectivo-sexual-de-la-juventud-en-espana">riesgos que comporta durante la adolescencia</a> el uso de las redes sociales. </p>
<p>Estos informes coinciden en que los chicos y chicas adolescentes acceden de manera generalizada a las redes, usándolas para establecer nuevas relaciones de amistad y mantener las de su entorno presencial. </p>
<p>La investigación académica, por su parte, también se ha ocupado del asunto desde distintas perspectivas. Así, el estudio de la adolescencia, de carácter esencialmente interdisciplinar, analiza la <a href="https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/10748120110424816/full/html">influencia que tiene en el desarrollo adolescente</a> la participación en las comunidades virtuales.</p>
<p>Por tanto, han quedado atrás supuestos de décadas anteriores en donde se asumían diferencias en las interacciones entre los mundos presenciales y virtuales: a día de hoy, ya no se discute la continuidad entre ambos entornos de socialización.</p>
<h2>Internet y comportamiento ético</h2>
<p>Desde los primeros estudios en este campo, se ha destacado la importancia de considerar la doble vertiente del uso de internet: como herramienta y como contexto social. </p>
<p>Esto hace que tenga un doble impacto en los aspectos relacionados con el desarrollo moral que se afrontan de forma especial en la adolescencia: si como contexto, internet permite conectar e interactuar con pares y con desconocidos, y participar en comunidades en línea, es ahí en donde estriban no sólo las oportunidades, sino también los <a href="https://www.researchgate.net/publication/261312425_Digital_Youth_The_Role_of_Media_in_Development">riesgos y desafíos</a> para el comportamiento ético. </p>
<p>El anonimato en la participación, junto con la conectividad casi permanente, son aspectos que afectan a la privacidad, y al tipo y calidad de la información que se recibe y comparte. </p>
<h2>Vulnerables en todos los ámbitos</h2>
<p>De esta forma, en el denominado “lado oscuro” de internet, destaca un problema que afecta de manera especial a las chicas adolescentes y jóvenes. </p>
<p>Ellas son las víctimas de agresiones en prácticamente todos los ámbitos relacionados con la sexualidad: cortejo con hostigamiento, <em>ciberdating</em> o violencia en cita en las relaciones de pareja, invitaciones a la práctica del sexo, mensajes o llamadas de acoso sexual explícito, <em>stalking</em> o acecho, insultos, envío y recepción de material <em>pornográfico</em>, <em>sextorsion</em> (chantaje con imágenes de contenido sexual), <em>grooming</em> (búsqueda de la confianza para obtener concesiones de índole sexual), <em>sexting</em> (difusión de contenidos de carácter sexual), suplantación de personalidad, etc.</p>
<p>Esta vulnerabilidad digital de las chicas también es producto de los estereotipos sexistas vinculados al “amor romántico” que, actuando en el entorno presencial, se mantienen en el virtual: los celos, el control de los dispositivos a través del intercambio de contraseñas, el del uso del tiempo fuera de la relación de pareja, etc., considerándose como “prueba de amor”. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4229%2C2819&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=6%2C0%2C4229%2C2819&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/498687/original/file-20221202-19-oitpwl.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/sad-female-teenager-tablet-computer-laptop-1636600042">Shutterstock / Burdun Iliya</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>El ‘ser para otros’, acentuado</h2>
<p>La <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6306384">investigación educativa y feminista destaca el peligro</a>: el “ser para otros” de las mujeres, frente al “ser para sí” de los hombres, estaría en la base de la violencia de género en donde las mujeres son las responsables del funcionamiento de la relación. </p>
<p>De especial interés, por la alarma que genera en familias e instituciones educativas, y por su previsible influencia en el desarrollo afectivo-sexual en la etapa adolescente, es el consumo de pornografía que, por las características de gratuidad en el acceso y de anonimato en el uso, tiene una amplia presencia en el espacio virtual. Siendo un campo específico de estudio, relativamente reciente, nuestra investigación (en proceso de publicación) muestra resultados interesantes, aunque aún no contundentes.</p>
<h2>Pornografía y amor romántico</h2>
<p>Las chicas se muestran más críticas que los chicos en cuanto al consumo de pornografía; aunque también se observa en ellas <a href="https://institutomujer.castillalamancha.es/centro-de-documentacion-y-biblioteca-luisa-sigea/publicaciones/trabajos-de-investigacion">cierta confusión</a>, producto de la interiorización de mitos del amor romántico, como la anteposición del placer masculino al suyo propio, o la dificultad para expresar su deseo en las relaciones afectivo-sexuales. </p>
<p>Los importantes cambios de este período en los ámbitos cognitivo, emocional y social explican igualmente el interés por el conocimiento de todo lo relacionado con el cuerpo y la sexualidad. <a href="https://cdn.20m.es/adj/2019/06/10/4007.pdf">Estudios recientes</a> señalan que una amplia mayoría de chicos comienzan el visionado de pornografía con menos de 16 años, así como que su consumo frecuente es realizado por cerca de la mitad de los varones adolescentes. </p>
<h2>La importante y compleja tarea educativa</h2>
<p>La tarea educativa de la institución escolar es de importancia crucial para el abordaje de la educación afectivo-sexual en la adolescencia, si no se quiere dejar que sea la pornografía el lugar del aprendizaje.</p>
<p>La tarea no es sencilla por distintas razones, entre ellas, por la potente influencia del contexto social. En él, los estereotipos sexistas predominan, y ofrecen una visión errónea de la conducta sexual: se invisibiliza el deseo mutuo y compartido de los protagonistas de la relación. </p>
<p>Otro factor que complica la tarea es una característica específica del desarrollo en la adolescencia: la existencia de una conciencia difusa entre lo que se debe y se puede hacer, y lo que no.</p>
<p>Solamente alcanzar una moral autónoma que se base en los principios éticos universales de respeto al otro, y de la empatía cognitiva y emocional en las relaciones interpersonales, nos permite avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres. La escuela ha de acompañar a su alumnado en este camino.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/179594/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Soledad Andrés Gómez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Durante la adolescencia, desarrollamos nuestra moral autónoma. El entorno virtual en el que socializan los jóvenes hace más difícil este aprendizaje, tanto para ellos como para profesorado y familias.María Soledad Andrés Gómez, Profesora Facultad de Educación, Universidad de AlcaláLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1917492022-10-11T17:06:27Z2022-10-11T17:06:27ZLa educación sexual: una asignatura pendiente<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/489127/original/file-20221011-16-czdix4.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C301%2C5734%2C3526&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/pretty-teacher-talking-young-pupils-classroom-247119685">Shutterstock / ESB Professional</a></span></figcaption></figure><p>La sexualidad es una dimensión inherente al ser humano. Lo acompaña desde su concepción hasta el fin de sus días. Por ello, la educación sexual es una necesidad fundamental que no solo ha de ser asunto de la familia, sino también debe ser abordada desde los centros escolares.</p>
<p>Habitualmente, la educación se centra en el aspecto más biológico de la sexualidad: genitales y coito. Se dirige la atención hacia la prevención de los riesgos (fundamentalmente, infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados). </p>
<p>Sin embargo, en palabras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad es <a href="https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/274656/9789243512884-spa.pdf">un aspecto central de la persona</a> que abarca mucho más: el sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.</p>
<h2>Parte de nuestra identidad humana</h2>
<p>La sexualidad se vive y se expresa través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. </p>
<p>Hablar de sexualidad es hablar de qué somos, cómo somos, qué sentimos, cómo nos sentimos, cómo nos vivimos, cómo nos expresamos como personas sexuadas o cómo nos relacionamos. </p>
<p>Por lo tanto, es una educación que debe realizarse a lo largo de todas las etapas vitales, y no solamente a partir de la adolescencia, ya que vivirla de forma sana ayuda al sujeto a realizarse plenamente y a crear vínculos afectivos que le ayuden a crecer con seguridad y confianza. </p>
<p>Además, tal y como señala la OMS, la educación afectivo-sexual es un derecho de niños, niñas y adolescentes.</p>
<h2>¿De dónde venimos?</h2>
<p>La primera infancia se caracteriza por su afán por saber, y esto incluye su interés por conocer por ejemplo de dónde vienen los niños y las niñas, cómo nacemos, cómo cambia nuestro cuerpo o la exploración de nuestros genitales. </p>
<p>Ofreciendo información adaptada a su capacidad cognitiva y a su madurez, además de dar respuesta a esas inquietudes estamos forjando un vínculo de confianza, transmitiendo el mensaje de que siempre estaremos ahí para responder a sus preguntas. </p>
<h2>Lo que decimos, y lo que hacemos</h2>
<p>Es posible que muchos recordemos, por ejemplo, lo que sucedía en nuestras casas cuando en la televisión aparecía una escena de sexo. En muchos hogares se cambiaba de canal de inmediato. En otros se producía un silencio incómodo. En otros, quizá, se hacían bromas. </p>
<p>Es importante ser conscientes de que transmitimos no solo con lo que decimos, sino también con nuestros silencios, con los modelos que ofrecemos, y con los valores y actitudes que mostramos. </p>
<p>Evadir los temas referentes a la sexualidad, bien por incomodidad, timidez o por no saber qué responder es también un modo de comunicar un mensaje. </p>
<p>Aun sin darnos cuenta, <a href="https://redined.educacion.gob.es/xmlui/bitstream/handle/11162/62282/00820092000248.pdf?sequence=1">cualquier adulto que se relacione con una niña o niño está educando la afectividad y la sexualidad,</a>: lo hacemos con las palabras que utilizamos o las que no pronunciamos, los gestos o las muestras de afecto que damos o no mostramos, y el modo en que lo hacemos.</p>
<h2>Una solicitud voluntaria</h2>
<p>Actualmente, son los centros educativos, o más bien las asociaciones de familias, las que solicitan de manera voluntaria talleres sobre sexualidad a instituciones externas. Esto no ocurre en todos los centros, ni en todos los niveles, y más bien se produce de manera puntual una o dos veces al año, sin una continuidad. </p>
<p>En algunas comunidades autónomas españolas, además, se precisa el permiso de los padres o tutores legales para que los menores puedan recibir dicha formación, algo que no ocurre cuando se desarrollan talleres sobre otras cuestiones como la educación vial o el uso responsable de las nuevas tecnologías, por ejemplo.</p>
<p>Existen algunos <a href="https://www.educacion.navarra.es/documents/27590/1325202/Libro+SKOLAE+CAST+web.pdf/1ba58d8b-d13b-4f2d-0fc1-9c5e99d5946e">proyectos</a> aislados que se aplican en todas las etapas educativas, pero no es ni mucho menos habitual.</p>
<h2>Hablar no es animar</h2>
<p>Una de las creencias erróneas que dificultan la implementación de programas de este tipo es que hablar de sexualidad es estimular a tener más experiencias. </p>
<p>Sin embargo, la curiosidad de los niños y niñas no deja de existir si no obtienen respuestas en el ámbito familiar o escolar. En esos casos, se buscan las respuestas fuera. Probablemente en internet, donde hay una enorme cantidad de información sin filtros, o entre sus iguales. </p>
<h2>La pornografía sin filtros</h2>
<p>Algunos estudios recientes apuntan a que <a href="https://ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/30925/ballester-proofreading.pdf?sequence=1&isAllowed=y">el acceso a la pornografía comienza a los 8 años de edad</a>. El acceso a este contenido sexual <a href="https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwj7ooL98df6AhWsx4UKHSBtDxoQFnoECA0QAQ&url=https%3A%2F%2Frevistas.proeditio.com%2Fehquidad%2Farticle%2Fdownload%2F4393%2F5222%2F21840&usg=AOvVaw0Z5Ow9tOVNBhYGwqewWlJR">refuerza la desigualdad</a>, puede llegar a <a href="https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwjT3am589f6AhXN4YUKHcM2CeI4ChAWegQIBBAB&url=https%3A%2F%2Fwww.inmujeres.gob.es%2Fpublicacioneselectronicas%2Fdocumentacion%2FRevistas%2FANALITICAS%2FDEA0334.pdf&usg=AOvVaw2y3TWm07EBzfp43DXvHtTb">normalizar la violencia hacia las mujeres</a> e invisibiliza el uso de métodos anticonceptivos. </p>
<p>Todo ello puede tener un impacto directo en su actitud y en la vivencia de la sexualidad, si tenemos en cuenta que en el estudio de Save The Children (2020) <a href="https://www.savethechildren.es/sites/default/files/2020-09/Informe_Desinformacion_sexual-Pornografia_y_adolescencia.pdf">el 52,1 % de quienes ven pornografía frecuentemente confirma que su visualización le ha influido mucho o bastante en sus relaciones</a>.</p>
<h2>Autoconocimiento y naturalidad</h2>
<p>Resulta imprescindible reconocer a los niños y niñas como seres sexuados y ofrecerles una educación sexual en todas las etapas vitales que les permita fomentar su autoconocimiento, el respeto a la diversidad sexual, una vivencia placentera y positiva y respetuosa de su cuerpo y el de los demás, así como dotarles de herramientas para que puedan protegerse de los riesgos asociados a la sexualidad, como abusos, agresiones, infecciones de transmisión sexual…</p>
<p>Por ello, no podemos entender la educación sexual desde un punto de vista exclusivamente biológico, sino que ha de abordarse desde un enfoque personal, relacional y social que implica educar en igualdad. </p>
<p>Se trata de superar el enfoque de prevención de riesgos para hablar desde un marco positivo, que integre los afectos, los deseos, la autoestima, la diversidad, el respeto y el establecimiento de límites. La educación sexual ayuda a construir una sociedad más libre, responsable e inclusiva.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/191749/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Andrea Gutiérrez García no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los humanos somos seres sexuales desde que nacemos. La información y la educación, en el ámbito escolar, ayudan a resolver dudas y pueden fomentar el respeto y el autoconocimiento.Andrea Gutiérrez García, Profesora Ayudante Doctor. Psicóloga especialista en intervención multidisciplinar en violencia de género, Universidad de La RiojaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1912872022-10-06T13:51:10Z2022-10-06T13:51:10ZConsumo de pornografía en adolescentes: cuándo se convierte en un problema y cómo puede tratarse<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/488351/original/file-20221005-23-qal5d.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=17%2C0%2C5981%2C3984&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/man-headset-watching-adult-photo-video-2143845275">Shutterstock / Oleg Elkov</a></span></figcaption></figure><p>El consumo de pornografía está cada vez más extendido. ¿A qué se debe? Según quienes defienden la hipótesis llamada <a href="https://doi.org/10.1089/cpb.1998.1.187"><em>Triple A Engine</em></a>, influyen tres factores: la facilidad de acceso (accesibilidad, la primera <em>a</em>), el bajo o nulo coste de este material (asequibilidad) y la posibilidad de acceder a él desde el anonimato. </p>
<p>Al evaluar ese incremento en una muestra de distintas generaciones, los expertos concluyen que <a href="https://doi.org/10.1080/00224499.2014.1003773">se explica primordialmente por la presencia de la pornografía en internet</a>. La red permite que los adolescentes entren fácilmente en contacto con el contenido sexual explícito <a href="https://www.academia.edu/40538976/Nueva_pornograf%C3%ADa_y_cambios_en_las_relaciones_interpersonales%20%22%22">a una edad cada vez más temprana</a>, ya sea de forma involuntaria o intencionada.</p>
<p><a href="https://www.observatoriodelainfancia.es/oia/esp/documentos_ficha.aspx?id=7223">Distintos estudios realizados en España</a> concluyen que entre el 60 % y 70 % de los menores de entre 13 y 17 años ha visto pornografía. Y se estima que <a href="https://doi.org/10.1080/10720162.2017.1329041">el 85 % accede a ella de forma voluntaria</a>.</p>
<p><a href="https://doi.org/10.3390/jcm8010091">Otras investigaciones realizadas en adultos</a> señalan que el uso problemático de estos contenidos puede afectar negativamente a las relaciones personales y al ámbito laboral, social y físico de los usuarios. Los adolescentes, inmersos en un periodo crítico para el desarrollo de una sexualidad sana, pueden ser especialmente vulnerables a esos efectos.</p>
<h2>Un reguero de problemas</h2>
<p>Entre las <a href="https://www.adolescere.es/uso-y-uso-problematico-de-pornografia-en-adolescentes-un-debate-no-resuelto/">consecuencias nocivas</a> encontramos: deterioro de las relaciones interpersonales; aumento de la inclinación a cosificar la figura femenina y a incurrir en estereotipos de género; desarrollo de actitudes permisivas sexuales; instrumentalización de la sexualidad; conductas sexuales de riesgo; consumo de drogas; y problemas en las relaciones familiares. </p>
<p>Sin embargo, <a href="https://raco.cat/index.php/PsicosomPsiquiatr/article/view/400047">no hay consenso</a> sobre los efectos de la exposición temprana al material pornográfico y qué otras variables influyen en que esa práctica se convierta en problemática. ¿Cuándo se traspasa el umbral?</p>
<p>Podemos imaginar un <em>continuum</em> entre uso, uso problemático y abuso. Por un lado, está el hecho de ver porno esporádicamente con fines recreativos. Aunque puede conllevar implicaciones sociales, ciudadanas, familiares, éticas y morales, no tiene consecuencias clínicas. </p>
<p>Los problemas surgen cuando <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32033863/">una alta frecuencia de consumo se asocia a manifestaciones clínicas</a>. Destacan los síntomas depresivos y de ansiedad, la incapacidad de identificar y regular las emociones o una baja autoestima, así como dificultades con la sexualidad (falta de deseo, disfunciones sexuales) y las relaciones afectivas.</p>
<h2>¿Cómo se puede abordar?</h2>
<p>Se ha demostrado que el tratamiento del uso problemático de pornografía y de las conductas sexuales compulsivas es más eficaz si se realiza con una <a href="https://www.nature.com/articles/s41585-020-0343-7">perspectiva que incluya los aspectos biológicos, psicológicos, interpersonales y del entorno del individuo</a>. No obstante, cabe señalar que las investigaciones realizadas hasta la fecha se han centrado en la población adulta; faltan estudios con adolescentes.</p>
<p>En cuanto al tratamiento psicoterapéutico, <a href="https://akjournals.com/view/journals/2006/aop/article-10.1556-2006.2022.00061/article-10.1556-2006.2022.00061.xml">hay datos que avalan la eficacia de la terapia cognitivo-conductual</a>. Esta se basa en enseñar a la persona, que desempeña un papel activo, a analizar sus propios pensamientos, sentimientos y comportamientos. Así puede intervenir sobre ellos y con ellos, de forma que adquiere autonomía y capacidad en la dirección de su propia vida.</p>
<p>Al comenzar el tratamiento es necesario establecer en qué punto se encuentra el individuo respecto al consumo de pornografía. ¿Lo ve como un problema? ¿Le afecta en su vida? ¿Es él quien pide ayuda? ¿Ha intentado dejarlo por sus propios medios? </p>
<p>Resulta fundamental trabajar la motivación y la preparación al cambio para favorecer la implicación en el tratamiento. En este sentido, el terapeuta puede utilizar técnicas como la entrevista motivacional, herramienta que ayuda a identificar los efectos negativos e invita a considerar cómo mejoraría la vida del afectado si cambiara su conducta.</p>
<p>Durante las primeras fases de la terapia es fundamental proporcionar información sobre los orígenes y consecuencias del uso de la pornografía y el comportamiento sexual mediante la llamada psicoeducación. Además, puede servir como herramienta para afianzar el vínculo terapéutico e incrementar la confianza con el terapeuta. Es importante favorecer que la persona establezca un orden en su vida, con un horario, autocuidados personales, hábitos saludables y apoyo social.</p>
<h2>Esperanza, optimismo y <em>mindfulness</em></h2>
<p>En los programas cognitivo-conductuales se aplican técnicas no solo para reducir o eliminar las conductas problemáticas, sino también para identificar y gestionar los factores internos y externos que desencadenan el consumo de pornografía. Así se fortalece la autoeficacia, el control y el sentimiento de ser capaz de superarlo.</p>
<p>También se emplean técnicas como la reestructuración cognitiva, que consiste en aprender a modificar pensamientos negativos y extremos asociados al problema por pensamientos más realistas y positivos. La prevención de posibles recaídas, con estrategias individualizadas, es un elemento clave para el cambio. </p>
<p>Como el uso problemático de la pornografía suele estar asociado a dificultades para gestionar y regular las emociones, algunas terapias psicológicas han incorporado <em>mindfulness</em> con el fin de mejorar este déficit. Incluyen ejercicios para lograr la atención plena y la conciencia del momento presente, sin juzgar ni rechazar la experiencia. <a href="https://akjournals.com/view/journals/2006/9/4/article-p1088.xml">Diferentes estudios</a> apuntan a que es eficaz tanto para prevenir recaídas, como para reducir la frecuencia de consumo de pornografía y los síntomas clínicos asociados.</p>
<p>Sin embargo, la validez de estos trabajos está limitada por las muestras, que son reducidas y poco variadas. Habitualmente sólo incluyen hombres adultos.</p>
<h2>Dónde encontrar ayuda</h2>
<p>En internet, existen recursos diseñados para prevenir y tratar del uso problemático de pornografía y de las conductas sexuales compulsivas. Un ejemplo es <a href="https://lapurezaesposible.com/"><em>La Pureza es posible</em></a>, un programa basado en la terapia cognitivo-conductual y desarrollado por el psiquiatra de Harvard Kevin Majeres. Está disponible en varios idiomas.</p>
<p>En España, la asociación sin ánimo de lucro <a href="https://www.daleunavuelta.org/"><em>Dale una vuelta</em></a> ofrece información en línea sobre las posibles consecuencias del uso de pornografía.</p>
<p>Recientemente, un grupo de investigadores de las universidades públicas Eötvös Loránd de Budapest y la de Zürich ha desarrollado <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32663382/">un programa de ayuda psicológica denominado <em>Hands-off</em></a>. Se estructura en distintos módulos conceptuales con ejercicios interactivos, basados en la entrevista motivacional y la terapia cognitivo-conductual, e incorpora principios de <em>mindfulness</em>. Los resultados preliminares de <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34727088/">un ensayo clínico en 264 adultos</a> respaldan su eficacia en la reducción de la frecuencia del consumo de porno, el aprendizaje de técnicas para evitarlo y el control del deseo.</p>
<p>Las intervenciones en línea como <a href="https://www.hands-off.net/">Hands-off</a> ofrecen numerosas ventajas, también entre los más jóvenes. Entre ellas, el fácil manejo, el acceso de forma anónima y la flexibilidad en la gestión de los módulos y los horarios. Cumplen la triple A, pero aquí con consecuencias saludables. Esas virtudes ayudan a derribar algunas barreras, como el estigma o los sentimientos de vergüenza por buscar ayuda, que dificultan el acceso a terapias presenciales tradicionales.</p>
<p>Tales obstáculos afectan particularmente a los adolescentes, que tardan más en identificar el problema y en pedir ayuda. Por ello, se propone en futuros estudios utilizar esta modalidad de tratamiento en línea para ellos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/191287/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carlos Chiclana Actis recibe fondos de FUNCIVA</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Giulia Testa trabaja para la Universidad Internacional de la Rioja</span></em></p>Internet facilita el acceso de los adolescentes a la pornografía, lo que aumenta las posibilidades de que la consuman de manera problemática. Varias terapias psicológicas pueden ayudar a que se desenganchen.Carlos Chiclana Actis, Associate professor, Universidad CEU San PabloGiulia Testa, Investigadora postdoctoral, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1833022022-07-17T19:22:40Z2022-07-17T19:22:40ZEl abuso del porno afecta seriamente la salud y daña el aprendizaje afectivo de los jóvenes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/474179/original/file-20220714-32290-x7iruq.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C18%2C6006%2C3818&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/depressed-teenage-boy-laying-down-on-737781658">Shutterstock / mooremedia</a></span></figcaption></figure><p>La <a href="https://www.fundacionrana.org/es/fundacion">Fundación RANA</a> de Baleares viene observando desde hace años la dificultad que tienen las personas a las que atienden para establecer vínculos sanos e igualitarios, perpetuándose la sumisión y cosificación del cuerpo. Esta organización está enfocada en la prevención del abuso infantil y en la intervención terapéutica y trabaja directamente con personas que han sido víctimas de abuso sexual en la infancia y adolescencia. </p>
<p>Vivimos en un mundo cada vez más hipersexualizado donde el cuerpo de la mujer es cosificado y mercantilizado, dejando de lado los deseos y la autonomía de las mujeres y, cómo no, su libertad. Se centra toda la atención en su cuerpo, pasan a ser objetos o meros instrumentos de placer para la mirada y el consumo masculino. </p>
<p>Los investigadores llevamos años advirtiendo de los peligros de mirar hacia otro lado mientras nuestros hijos e hijas <a href="https://theconversation.com/que-es-la-nueva-pornografia-y-como-la-consumen-los-mas-jovenes-165154">disponen de un dispositivo donde pueden acceder a la pornografía</a> sin buscarla (aproximadamente a los 8 años de edad). Por esta razón, la necesidad de una educación afectivo sexual es sumamente necesaria, ya que nuestros y nuestras menores de edad están accediendo a una información inadecuada y errónea sobre lo que es la sexualidad y las relaciones sexoafectivas. </p>
<p>Aprenden desde la pornografía a relacionarse con el otro, a través de un vínculo sexual donde no hay normas ni cuidados y se borra, en ese imaginario, el consentimiento. Asimismo, la pornografía es la única cinematográfica real, es decir, que se realiza de verdad. Si están viendo una violación grupal, la actriz esta siendo violada por un grupo en la vida real, es una <em>performance</em> de la realidad.</p>
<h2>El consumo aumentó en un 61 % durante el confinamiento</h2>
<p>Los datos más recientes nos muestran cómo durante la pandemia el consumo de pornografía se ha visto incrementado en los periodos de confinamiento. En España durante los periodos del primer confinamiento se observó <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyt.2021.623508/full">un aumento del 61 % del consumo</a>, que volvió a la normalidad tras el fin de los periodos de encierro. </p>
<p>El consumo de pornografía ha demostrado tener diversas consecuencias perjudiciales en la persona que la consume, a pesar de que el debate científico sigue sobre la mesa y existen posiciones enfrentadas. Se puede destacar <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12119-022-09943-z">un estudio actual</a> donde se relaciona el uso de pornografía con la cosificación, lo cual indica una mayor instrumentalización de las personas asociado a este uso de pornografía. </p>
<p>Respecto al impacto de la pornografía en las relaciones sexuales, podríamos destacar la asociación entre el uso de pornografía y la satisfacción sexual, haciendo que aquellas personas con un uso más frecuente presenten una <a href="https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/14681994.2017.1323076">satisfacción más baja en sus relaciones sexuales</a>. Incluso haciendo que tengan mayor preferencia por el uso de pornografía que por las relaciones sexuales reales.</p>
<p><a href="https://www.mdpi.com/2077-0383/8/1/91/htm?utm_source=thearchive.me">Otros estudios de tipo neurobiológico</a> ya nos vienen diciendo desde hace años que áreas relacionadas con las adicciones como el sistema de recompensa y córtex frontal, además del cingulado dorsal, pueden estar alterados debido a uso frecuente de pornografía. También <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352853221000080">destacan cambios en funciones neuropsicológicas</a> como la memoria de trabajo, la atención y el control inhibitorio.</p>
<h2>¿Qué ocurre si se consume durante más de tres horas semanales?</h2>
<p>Otros estudios puntualizan que <a href="https://scholar.google.com/citations?view_op=view_citation&hl=es&user=tTFImjMAAAAJ&citation_for_view=tTFImjMAAAAJ:5nxA0vEk-isC">el hecho de consumir pornografía más de tres horas semanales tiene efectos</a> en la distorsión perceptiva, deformación y formación de actitudes sin maduración previa para comprender y analizar críticamente lo que están viendo. </p>
<p>Los tiempos han cambiado. Las nuevas tecnologías, junto a las redes sociales, han invadido rápidamente nuestro entorno y la sexualidad sugiere que con frecuencia <a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12119-021-09904-y">existe una desconexión</a> entre las formas en que los jóvenes la entienden y se involucran en temas sexuales (actitudes, experiencias) y las formas en que los adultos, figuras parentales, profesorado y otros creen que lo hacen.</p>
<p>Los roles de género se aprenden mediante la educación, la cultura y, como señala <a href="https://e-archivo.uc3m.es/handle/10016/30274#preview">este estudio</a>, mediante la socialización de género. Este es un proceso donde cada individuo interioriza actitudes y valores de su género, aprendiendo a ser un niño o una niña e incorporándolo a su manera de vivir. </p>
<h2>Cómo se fomenta la desigualdad</h2>
<p>Esto hace que arraigue la desigualdad, fomentando la violencia. Por esta razón se puede decir que la socialización de género perpetúa la masculinidad hegemónica y que es desde la socialización de los géneros desde donde debemos educar, ya que los géneros no son naturales y se pueden aprender de una manera natural y saludable sin que el hecho de pertenecer a uno u otro oprima. </p>
<p>Las jerarquías de poder fomentan desigualdades y, para no seguir reproduciéndolas, todas las personas y agentes profesionales que trabajan con individuos menores de edad deberían deconstruir y desaprender. Esto significa que deberían realizar un autoconocimiento de los estereotipos y roles de género que tenemos arraigados y observar esto desde una perspectiva que les garantice analizar la realidad e intervenir desde un punto de vista feminista e interseccional que garantice el bienestar de todas las personas independiente del género, la etnia y la cultura.</p>
<p>Sin embargo, en un sistema heteropatriarcal hegemónico como este en el que vivimos es difícil darse cuenta de ciertas manifestaciones sutiles e invisibles para los ojos de algunas personas. Este tipo de violencia se puede identificar en la publicidad, mediante un lenguaje sexista, en las redes sociales, en memes… Otras violencias son explicitas y son las que se dan en la pornografía, la violencia sexual o las violaciones.</p>
<p>Por esta razón es necesario acompañar a las personas menores de edad en el aprendizaje afectivo sexual, así como prestar especial atención a los factores motivacionales, ya que escuchar las motivaciones de las personas menores de edad puede ayudar a plantear <a href="https://www.researchgate.net/publication/347355532_Pornografia_y_Educacion_Afectivosexual">programas de educación afectivo sexual efectivos</a> y que tengan un impacto en los menores.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/183302/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Abusar de la pornografía afecta a la satisfacción en las relaciones sexuales, cosifica a las personas y altera áreas del cerebro. Además, impide la maduración afectivo sexual de los jóvenes.María Dosil-Santamaría, Profesora en el Departamento de Ciencias de la Educación en el área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaAlejandro Villena Moya, Investigador en las consecuencias del consumo de pornografía., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Beatriz Benavente, Profesora asociada. Doctoranda en Psicología. Especialidad Explotación en la Sexual Infancia y Adolescencia, Universitat de les Illes BalearsLluís Ballester Brage, Professor de Mètodes d'Investigació. Facultat d'Educació., Universitat de les Illes BalearsLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1774032022-03-10T22:02:01Z2022-03-10T22:02:01ZFamilia o escuela: ¿quién debe enseñar a los adolescentes sobre sexo?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/451319/original/file-20220310-15-fmo2po.png?ixlib=rb-1.1.0&rect=2%2C250%2C1914%2C827&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-vector/sex-education-kids-vector-color-cartoon-1532291855">Shutterstock / Barandals</a></span></figcaption></figure><p>En nuestro entorno se ha pasado de ver la sexualidad como algo prohibido a contemplarla como algo accesible e interesante. No solo por el placer que pueda proporcionar sino por el estatus que otorga dentro del grupo de iguales. Se relaciona una mayor conducta sexual con más atractivo físico, reconocimiento o capacidad de liderazgo dentro del grupo. Así se pone de manifiesto en el cine, la música o las redes sociales. Pero esto no significa que sepamos más.</p>
<p>Partiremos de la base de que no son ciertas muchas afirmaciones populares sobre sexualidad. Por ejemplo, que “todos nacemos sabiendo”, que “llegado el momento todo el mundo sabe lo que hay que hacer” o “que el amor todo lo puede y lo enseña”. Persistir en estos mitos solamente perpetúa patrones de relación que generan gran insatisfacción en hombres y mujeres.</p>
<h2>Del entorno familiar a las páginas web</h2>
<p>Tanto niños como jóvenes tienen dudas (y muchos adultos también) y se sienten inseguros ante este aspecto esencial de su desarrollo personal y social. También respecto a las emociones que sienten y las sensaciones que experimentan. Por eso, tal y como hacemos en cualquier otro ámbito, <a href="https://theconversation.com/que-esperan-los-adolescentes-del-sexo-172321">tratan de buscar respuestas</a>. </p>
<p>Estas dudas se expresarán abiertamente si el entorno familiar y educativo les ofrece seguridad. Si esto no ocurre, es posible que busquen el apoyo y comprensión de los iguales alejándose de los adultos de referencia. Otra posibilidad es que lo encuentren en lo que se ha convertido en su principal herramienta de información: internet.</p>
<p>En este sentido, no debemos olvidar que vivimos en una sociedad saturada de información, donde el acceso a la misma no solo es fácil sino inmediato. Los adolescentes actualmente tienen evidente acceso a muchas páginas sobre sexo, pero ¿a qué tipo de sexo?, ¿qué intereses tiene algunas de las páginas que visitan?, ¿están preparados para comprender los contenidos a los que acceden? </p>
<p>Y con estas preguntas no pretendemos hacer referencia únicamente al porno (quizás la principal preocupación de familias y formadores) sino también a cualquier contenido que puedan encontrar relativo a su salud sexual. Por ejemplo, recomendaciones sobre prácticas sexuales (muchas de ellas combinadas con el consumo de alcohol u otras sustancias) o sobre el papel que juega cada sexo en las relaciones emocionales y sexuales (en muchos casos perpetuando estereotipos de desigualdad).</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/451321/original/file-20220310-25-1abz39a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/451321/original/file-20220310-25-1abz39a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/451321/original/file-20220310-25-1abz39a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=460&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/451321/original/file-20220310-25-1abz39a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=460&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/451321/original/file-20220310-25-1abz39a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=460&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/451321/original/file-20220310-25-1abz39a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=578&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/451321/original/file-20220310-25-1abz39a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=578&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/451321/original/file-20220310-25-1abz39a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=578&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/using-mobile-phone-dark-search-pornography-361443878">Shutterstock / Portb</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>¿Cuál es el papel de la familia?</h2>
<p>El papel que desempeña la familia en la formación sobre sexualidad y afectividad es esencial. No solo a través de la educación específica sino a través de los modelos que ofrecen a sus hijos e hijas y de las relaciones afectivas que establezcan con ellos.</p>
<p>Las relaciones de pareja que mantengamos a lo largo de nuestra vida estarán determinadas por las relaciones de apego que hayamos desarrollado previamente con nuestros padres o cuidadores principales. Es decir, aprendemos a sentirnos cómodos, seguros, a mostrarnos como somos, a buscar la intimidad y a saber dar y recibir afecto a lo largo de nuestra infancia. Sobre todo, a través de la seguridad y la confianza que <a href="https://revistas.um.es/analesps/article/view/123081">hayamos recibido en las relaciones afectivas con nuestros padres</a>.</p>
<p>Sin embargo, que los padres hablen abiertamente con sus hijos de sexo sigue sin ser todo lo frecuente que debería. Recordemos que cuando hablamos de sexo no solo nos referimos a los peligros y la necesidad de protegerse (de saber decir que no ante la presión o coerción, de las enfermedades de transmisión sexual o de los embarazos no deseados) sino también de cuidarse y quererse, de saber dar y recibir afecto, de placer y de comunicación.</p>
<p>En este sentido, muchos progenitores reconocen que les avergüenza hablar de este tema. O, sencillamente, que no saben qué decir o se sienten inseguros ante sus propios conocimientos o sus experiencias. Todo ello es una respuesta natural a la falta de formación específica recibida.</p>
<p>Ante tal situación, siempre pueden buscar ayuda en el profesorado de sus hijos, en sus pediatras o médicos de familia, en lecturas científicas sobre el tema: hay grandes autores en nuestro país que han trabajado mucho para acercar la educación sexual a todas las etapas de la vida, destacando el <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=229451">profesor Félix López</a>, catedrático de la Universidad de Salamanca. </p>
<p>Pero sobre todo deben recordar que pueden ser un referente de educación emocional para sus hijos, incluso cuando reconocen desconocer algunos temas en profundidad pero se ofrecen a acompañarlos en su camino de descubrimiento.</p>
<h2>¿Cómo debe intervenir la escuela?</h2>
<p>Lamentamos tener que insistir en que la escuela tampoco está cumpliendo con su papel formador en este ámbito. Todavía encontramos que la única información sobre el tema que se ofrece a lo largo de la educación hace referencia a la reproducción y a los métodos anticonceptivos. </p>
<p>No ha existido en nuestro país ninguna ley educativa que haya incluido la educación afectiva y sexual en el currículum. No obstante, en Europa llevamos años trabajando para potenciar una educación sexual de calidad, basada en el conocimiento científico y que potencie la salud entre los ciudadanos. Para ello, se han desarrollado algunos documentos de consenso con la idea de homogeneizar unas bases generales que puedan compartir todo los países miembros. </p>
<p>Una muestra de esto es la publicación de la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud y la organización alemana BZgA, en la que establecieron unas <a href="https://docplayer.es/49097-Who-regional-office-for-europe-and-bzga.html">líneas generales</a> que ayuden a los especialistas en salud a diseñar programas de educación sexual.</p>
<p>También en nuestro país se ha intentado establecer un marco general que ayude a los especialistas, principalmente profesionales de la salud y de la educación, a desmitificar algunas creencias sobre la educación sexual y a implementar propuestas basadas únicamente en el conocimiento científico. Así nació el documento <a href="http://biblioteca.udgvirtual.udg.mx/jspui/handle/123456789/698"><em>Educación para la sexualidad con bases científicas. Documento de consenso</em></a>, que indica qué es educación sexual y qué no debemos considerar como tal. Sus conclusiones incluyen: </p>
<ul>
<li><p>Abordar un amplio número de temas relacionados con los aspectos físicos, afectivos, sociales y culturales de la sexualidad.</p></li>
<li><p>Fomentar la tolerancia y evitar juicios morales.</p></li>
<li><p>No limitarse a la prevención de enfermedades y no basarse en el miedo.</p></li>
<li><p>Fomentar el desarrollo de una actitud positiva hacia el bienestar sexual.</p></li>
<li><p>Utilizar un lenguaje apropiado y comprensible.</p></li>
<li><p>Debe basarse en el cambio de las personas en cada etapa del ciclo vital y adecuarse a sus necesidades.</p></li>
<li><p>Enmarcarse siempre en la defensa de los derechos humanos universales.</p></li>
<li><p>Cooperar con la comunidad y con las familias, entre otros.</p></li>
</ul>
<p>Seguimos necesitando <a href="https://es.scribd.com/book/444875794/Educacion-sexual-integral-Guia-basica-para-trabajar-en-la-escuela-y-en-la-familia">formación continua para los profesionales de la educación</a> en el ámbito de la sexualidad, que se reconozca la educación afectiva como un ámbito esencial en el desarrollo de nuestros niños y niñas y que se incluya en los programas de estudio la sexualidad en toda su amplitud (placer, afecto, salud, comunicación, identidad). </p>
<p>Y debemos seguir ofreciendo apoyo a las familias para que puedan encontrar formación e información realista y fiable que les ayude a educar a sus hijos de manera sexualmente sana y libre de ideologías.</p>
<p>Si los padres o la escuela no cumplen con esta función se está dejando vía libre a la búsqueda de información en internet, las redes sociales o los iguales. Información que no siempre será fiable y ante la que siguen estando igual de indefensos sin la formación necesaria para seleccionarla. Si no se les ofrece formación específica, seguirán considerando la pornografía como un manual de aprendizaje básico, con todos los valores e ideales que, además de la conducta sexual, se transmite en esta.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/177403/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carmen Santín Vilariño no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Durante la niñez surgen las primeras dudas sobre sexualidad. Ante tales preguntas, los jóvenes buscarán respuestas. ¿Quién debe dárselas: la escuela o la familia?Carmen Santín Vilariño, Profesora Titular de Universidad en el Departamento de Psicología Clínica y Experimental. Área de conocimiento Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos, Universidad de HuelvaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1677732021-11-14T19:17:02Z2021-11-14T19:17:02ZLa estética pornográfica en las redes convierte a las niñas en objeto de deseo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/431256/original/file-20211110-27-161w92g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C2986%2C1994&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/concept-child-represented-by-doll-refusing-586859084">Shutterstock / Raihana Asral</a></span></figcaption></figure><p>El contenido pornográfico de la red social sin anunciantes de 130 millones de usuarios <a href="https://computerhoy.com/reportajes/tecnologia/onlyfans-como-funciona-red-social-adultos-polemica-809761">Only Fans</a> estuvo a punto de convertirse en ilegal el pasado mes de agosto. A la red se le había acusado de acoger la explotación de menores debido a la falta de control de <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-57274593">identidades falsas</a>. Only Fans tomó la decisión de cancelar este tipo de contenido por presiones recibidas por parte de los proveedores de bancos y de quienes realizaban los pagos. A los pocos días de anunciar la prohibición, <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-58335319">rectificó</a> y dijo que retrasaría los cambios.</p>
<p>La noticia de la compañía que ha generado 3 000 millones de dólares desde su apertura en 2016 hacía mención explícita a las trabajadoras sexuales. Pero la plataforma no solo se ha convertido en una fuente alternativa de ingresos durante el confinamiento. La estética y cultura nudista de muchas artistas, <em>influencers</em> y celebridades ha llevado a muchas chicas jóvenes a pensar que vender desnudos por internet es una forma fácil y rápida de ganar dinero y a adoptar tendencias de vestir como se supone que visten una <em>stripper</em> o una prostituta. Porque, como señalan los estudios, <a href="https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3247769">el imaginario de la pornografía</a> es el de la prostitución. </p>
<p>En una cultural digital de <em>pornografication</em> –la estética <em>porn chic</em>– <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/gwao.12354">domina la presión por mostrar el propio cuerpo para ganar atención</a>, fórmula que comenzó con <em>webcams</em> y blogs de citas. Hoy las redes sociales no sexuales (Instagram, Tumblr, Reddit, Kik, Facebook, Renren o You Tube) <a href="https://sk.sagepub.com/reference/the-sage-handbook-of-social-media/i3566.xml">se han adaptado para propósitos sexuales</a> al acoger <em>selfies</em> y desnudos <em>porno amateur</em> sin etiquetar para huir de la censura sustituyendo las etiquetas <em>seduced</em> o <em>exposed</em> por <em>fandama</em> o <em>daddy</em>. “En Internet saber las reglas no es suficiente, a veces las reglas no importan”, concluyen los autores de la investigación.</p>
<p>Por un lado, son noticia las campañas de youtubers contra la censura del pecho en Instagram y las <a href="https://www.larsavision.tv/virales/no-la-dejaron-subir-a-un-vuelo-por-su-vestimenta/">quejas virales</a> por considerar abusivas las prohibiciones de vestimenta transparente o escotada de varias pasajeras de vuelos. Por otro, encontramos desde hace años cada vez más campañas de concienciación para prevenir el <a href="https://www.is4k.es/necesitas-saber/sexting"><em>sexting</em></a> de adolescentes en las redes y el <a href="https://www.savethechildren.es/actualidad/grooming-que-es-como-detectarlo-y-prevenirlo"><em>grooming</em></a> ante pederastas, lanzadas por las empresas tecnológicas. </p>
<p>También son recientes los referentes deportivos que ven un abuso en la imposición de unos determinados uniformes y un maquillaje sexualizantes. Así, las gimnastas alemanas <a href="https://www.rtve.es/deportes/20210727/gimnastas-alemanas-cambian-maillot-traje-cuerpo-entero-para-evitar-sexualizacion-su-deporte/2140201.shtml">usaron un maillot que cubría las piernas el pasado mayo</a> y las jugadoras noruegas de voley reclamaron unos <em>shorts</em> <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-57969986">en lugar de bikinis</a> en los últimos juegos olímpicos de Tokio. </p>
<h2>Menores de 8 años ven contenido érótico</h2>
<p>El despliegue de recursos institucionales de ayuda a padres e hijos para evitar riesgos digitales se justifica al conocer que en España acceden a este tipo de contenidos los <a href="https://www.europapress.es/epsocial/infancia/noticia-edad-media-acceso-pornografia-menores-situa-anos-20210127125741.html">menores de 8 años sin control ni pautas</a>. También <a href="https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/32955/Tesis%20Norma%20%2830Sept2015%29.pdf">España es el segundo país en consumo de contenido pornográfico infantil</a>, <a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52385436">incrementado durante el confinamiento</a>. </p>
<p>¿Es posible que una niña de 12 años se convierta en objeto de deseo? Algunos imaginarios lo han sugerido. La <em>Lolita</em> de Nabokov en 1955, una Brooke Shields niña en 1980 <a href="https://us.fashionnetwork.com/news/Tate-modern-removes-naked-brooke-shields-photo-,502381.html">censurada para la Tate Modern</a>; los niños en ropa interior de Calvin Klein en 1990; el anuncio de <a href="https://andina.pe/agencia/noticia-brooke-shields-habla-de-escandalosa-foto-richard-avedon-para-calvin-klein-867844.aspx">Brooke Shields con 15 años para Calvin Klein</a>; las niñas de Vogue Francia que posan tumbadas, maquilladas y vestidas en estampado animal en <a href="http://50sombrasdezoe.blogspot.com/2014/01/polemica-en-vogue-paris-ninas.html">un editorial dirigido por Tom Ford en 2011</a>, <a href="https://norden.diva-portal.org/smash/record.jsf?pid=diva2%3A1535881&dswid=-1322">los comentarios al Instagram de “la niña más guapa del mundo”, la modelo Pimenova</a>, <a href="https://www.elespectador.com/entretenimiento/gente/lolita-de-12-anos-revoluciona-el-mundo-de-la-moda-483499/">la pose adulta de la modelo de 12 años</a>, las niñas que hacen <a href="https://www.metatube.com/es/videos/302716/Escadalo-Ninos-de-escuela-primaria-perreando-reggaeton-en-Cuba/"><em>twerking</em> en el colegio</a>. </p>
<p>El <a href="https://www.observatoriodelainfanciadeasturias.es/documentos/f12062017023736.pdf">Comité de los Derechos del Niño</a> llama a los Estados a ayudar a los adolescentes “en la etapa decisiva para sus futuras posibilidades en la vida, a superar los problemas a los que se pueden enfrentar en la transición de la niñez a la vida adulta”. Entre los peligros a los que se enfrenta el adolescente está la exposición repetida a experiencias que cosifican. Hace que las niñas interioricen mensajes exagerando su interés por su aspecto físico y adoptando roles y comportamientos sexualmente estereotipados, autocosificándose. </p>
<h2>La cosificación de las menores</h2>
<p>Sin ser el público objetivo de la prostitución, los menores acceden a imágenes susceptibles de ese uso y las conductas relacionadas con la erotización y la pornografía son perjudiciales, especialmente en la fase de desarrollo que experimentan.</p>
<p>Erotización y pornografía comparten una estética que se ha demostrado <a href="https://geoviolenciasexual.com/pornografia-pedagogia-de-la-violencia-sexual-y-cosificacion-de-las-mujeres/">objeto de cosificación, uso o abuso sexual</a>, ya sea transmitida por la propia persona en la autorrepresentación de perfiles propios o ya sea difundida por parte de otros, de colegas, incluso de desconocidos. La razón de su éxito podría estar en que los medios encuentren más atractivo dar visibilidad a vestimentas más reveladoras. Sin embargo, el coste personal es alto para el menor. </p>
<p>La cosificación influye negativamente en su percepción de su virginidad y relaciones sexuales (factores de riesgo en el embarazo prematuro, abortos, transmisión de enfermedades sexuales…). La sexualización “no es el desarrollo normal, saludable y biológico de la sexualidad de una persona, condicionado por el proceso individual de desarrollo y teniendo lugar en el momento adecuado para cada individuo en particular”, según el <a href="https://www.europarl.europa.eu/meetdocs/2009_2014/documents/femm/pr/904/904064/904064en.pdf">Comité en Derechos de las mujeres e igualdad de género del Parlamento europeo en 2012</a>. </p>
<p>El uso de internet por menores revela que el acceso a las redes más usadas –TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat– les da oportunidades de expresar su creatividad, aunque les aleja de las relaciones personales. Common Sense Media Inc encuestó en internet a más de 1 100 adolescentes entre 13 y 17 años en su <a href="https://www.commonsensemedia.org/social-media-social-life-infographic">estudio “Redes sociales, vida social: los adolescentes revelan sus experiencias”</a>. </p>
<p>Con la pornografía se produce una exhibición organizada en directo (aunque sea a través de las tecnologías) ante el público en la que el menor muestra una conducta sexual real o simulada o sus órganos sexuales con finalidad sexual, según la obra <a href="https://www.dykinson.com/libros/la-victimizacion-sexual-de-menores-en-el-codigo-penal-espanol-y-en-la-politica-criminal-internacional/9788413240701/"><em>La victimización del menor en el Código Penal español</em></a>. La gran mayoría de pacientes que consumen porno con regularidad tardan 10, 15 y hasta 20 años hasta que, hartos y desesperados, buscan ayuda, según señala la asociación española <a href="https://www.daleunavuelta.org/">Daleunavuelta</a>. El motivo de buscar ayuda es su fracaso como profesionales, como padres, como parejas y como personas por culpa de la pornografía. Un coste muy alto para la sociedad.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/167773/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carmen Llovet no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La educación sexual de las nuevas generaciones está quedando en manos de la pornografía. Las niñas están interiorizando mensajes exagerando su interés por su aspecto físico y adoptando roles y comportamientos sexualmente estereotipados, autocosificándose.Carmen Llovet, Profesora de Comunicación, Universidad NebrijaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1651542021-08-09T16:50:57Z2021-08-09T16:50:57ZQué es la nueva pornografía y cómo la consumen los más jóvenes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/414982/original/file-20210806-27-lvbepb.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C5%2C3870%2C2572&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/kiev-ukraine-august-30-2019-pornhub-1502317952">Shutterstock / Stenko Vlad</a></span></figcaption></figure><p>La pornografía es la producción y distribución de imágenes sobre actos sexuales o <a href="http://irep.ntu.ac.uk/id/eprint/17818/">contenidos sexualmente explícitos</a> cuyo fin es provocar la excitación sexual. La nueva pornografía se podría caracterizar por filmaciones de sexo explícito, con acceso fácil, distribución mediante internet masivamente gratuita, alta calidad, orientadas a generar excitación sexual. Se trata de pornografía distribuida por empresas capitalistas que han aprovechado las tecnologías de cuarta generación (4G) y que posicionan sus ofertas en todo el mundo.</p>
<p>PornHub, una de las páginas de porno más conocidas, realiza anualmente un estudio de consumo de su sitio. Según la página web oficial <a href="https://www.pornhub.com/insights/2018-year-in-review">PornHub Insights</a>, en el año 2018 contabilizaron 33,5 millones de visitas. En el 2019, se contabilizaron 44 millones, es decir, un incremento de 10,5 millones de visitas. </p>
<p>A finales del año 2020, dicha plataforma de pornografía se vio obligada a eliminar casi la mitad de todos sus contenidos audiovisuales tras recibir diversas denuncias por difundir y monetizar vídeos en los que aparecían violaciones a menores, vídeos fruto del abuso y la explotación sexual, así como escenas de prácticas sexuales en las que mujeres aparecían siendo violentadas de diversas formas. </p>
<p>En España, el acceso de personas menores de edad a la pornografía es una de las problemáticas actuales que generan preocupación en la sociedad y, en especial, a aquellas personas adultas con menores en proceso de crecimiento. Hoy en día, el libre acceso a las tecnologías entre los más jóvenes también se relaciona con el inicio del consumo pornográfico. </p>
<p>En <a href="https://www.researchgate.net/publication/333718622_Nueva_pornografia_y_cambios_en_las_relaciones_interpersonales">un estudio realizado en 2019</a> se indicó que los menores acceden a la pornografía a edades cada vez más tempranas. Cabe destacar que, aunque los primeros contactos se realizan entre los 8 y los 9 años, la disponibilidad de pantallas y conexiones a internet son normalizadas desde los 7 años en España. </p>
<h2>España, entre los grandes consumidores de porno</h2>
<p>Además, ese mismo estudio puntualiza que la prevalencia del consumo de pornografía entre adolescentes y jóvenes llega hasta un 70 %, siendo la mayoría de los que acceden y la consumen chicos y las más explotadas las chicas. España se encuentra entre los países con los <a href="https://www.eukidsonline.ch/files/Eu-kids-online-2020-international-report.pdf">porcentajes más altos de consumo pornográfico</a>: 41 %.</p>
<p>No podemos olvidarnos de que el contexto en el que viven las personas jóvenes de hoy ha cambiado drásticamente, no solo por el libre acceso a la tecnología, como se ha mencionado, sino también por la incorporación de las redes sociales, un espacio que es un poderoso transmisor de mensajes por segundo, muchos de ellos erróneos o sesgados, sobre la sexualidad. </p>
<p>Teniendo en cuenta la etapa evolutiva en la que se encuentran las personas menores de edad y atendiendo a que la educación afectivo sexual no está muy presente en las instituciones educativas, el consumo de la pornografía puede crear graves problemas de salud psicoemocional, al mismo tiempo que perpetúa las desigualdades de género entre hombres y mujeres y la violencia machista hacia las mujeres.</p>
<h2>Buscando el placer del hombre</h2>
<p>Todos y todas conocemos que la industria pornográfica está preferentemente enfocada al placer del hombre, cosificando a las mujeres y mercantilizándolas con el fin de satisfacer los deseos del hombre. El porno hetero designa a las mujeres como seres sexuales pasivos y a los hombres como seres activos, promoviendo así un modelo de sexualidad desde un sistema patriarcal dónde las mujeres no pueden ser libres ni autónomas. </p>
<p>Como ha señalado en numerosas ocasiones la <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Rosa_Cobo_Bed%C3%ADa">investigadora y escritora feminista Rosa Cobo</a>, el porno contribuye a rearticular el yo de muchos varones, pues la globalización del porno y los altos niveles de consumo masculino no solo pornifican la cultura, sino que transforman la cultura emocional y ponen en pie nuevos modelos de sociabilidad. </p>
<p>La llamada <a href="https://insertandalucia.com/nueva-pornografia-y-consumo-jovenes-andaluces/">“publicidad del patriarcado”</a> promueve las <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31277972/">imágenes de mujeres</a> cuyo papel se reduce a la estimulación sexual y satisfacción de las fantasías de los hombres. Estas imágenes tienen un impacto negativo. </p>
<p>Si ponemos el foco en la situación de aislamiento provocada por la crisis de la Covid-19, <a href="https://www.nature.com/articles/s41443-020-00380-w">un estudio reciente</a> señaló que el consumo de pornografía había aumentado un 18,5 %. Este creciente impacto influye en las relaciones futuras entre las personas jóvenes ya que consolida el imaginario de desigualdad entre hombres y mujeres y sigue amparando las prácticas sexuales de violencia y situando al hombre en el centro como único transmisor y receptor de placer. </p>
<p>Por lo tanto, la pornografía puede generar unas expectativas dentro de la pareja inalcanzables, además del deseo de realizar prácticas que puedan llegar a ser violentas. Como ya señalaban en el libro <a href="https://redined.educacion.gob.es/xmlui/handle/11162/64463"><em>Educación sexual: de la teoría a la práctica</em></a>, de María Lameiras y María Victoria Carrera, el contenido pornográfico, desafortunadamente, no está regulado, lo cual conlleva a que los espectadores, especialmente las personas jóvenes, terminen generando expectativas irreales de las actividades sexuales. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=300&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=300&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=300&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=377&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=377&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/414984/original/file-20210806-17-10dfv8j.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=377&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption"></span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-boy-covered-her-mouth-fright-1845288145">Shutterstock / atsurkan</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Una educación sexual adecuada</h2>
<p>En <a href="https://www.researchgate.net/publication/347355532_Pornografia_y_Educacion_Afectivosexual">un estudio realizado en 2020</a> se señalaba que uno de los peores efectos del consumo de pornografía en adolescentes y jóvenes era la distorsión perceptiva, la formación o deformación de actitudes, especialmente en grandes consumidores de pornografía (unas tres horas semanales) sin la maduración emocional para comprender lo que ven, maduración que ofrecería una educación sexual adecuada. </p>
<p>Todos estos efectos, las variedades de machismo regeneradas por el porno, la distorsión perceptiva y la formación o deformación de actitudes es lo que tendríamos intentar afrontar desde la educación. </p>
<p>El objetivo de la educación afectivo sexual no puede depender del compromiso del profesorado, debe crear un modelo de sexualidad liberadora, crítica y emancipadora, favoreciendo el autoconocimiento del cuerpo, el placer, la desestigmatización de la masturbación independientemente del género, el tamaño y la forma de los genitales, entre otras. </p>
<p>En España, la actual <a href="https://www.educacionyfp.gob.es/destacados/lomloe.html">Ley de Educación</a> ha regulado la implementación de la Educación Afectivo-Sexual (EAS) en la educación obligatoria. Además, la <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2021-9347">Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia</a> también la regula con bastante rigor. Por tanto, se puede decir que se han puesto las bases legales para dar respuesta a esa necesidad. </p>
<p>Por ese motivo, sería interesante comenzar a trabajar sobre pornografía con menores como medida preventiva de las futuras relaciones sexuales violentas. Aunque son las personas adolescentes las que más pornografía consumen, son también las personas que se encuentran en una edad donde se puede prevenir ese consumo. </p>
<p>No obstante, lo más recomendable cuando hablamos de prevención es trabajar desde la infancia para poder así conseguir una alfabetización entre las personas más jóvenes, favoreciendo el pensamiento crítico y no haciéndoles tan influenciables por parte de la pornografía androcéntrica. </p>
<h2>Los jóvenes y la curiosidad</h2>
<p>Sabemos que la curiosidad entre los y las adolescentes es inevitable, sin embargo, si no tienen alternativa de educación afectivo sexual, difícilmente podrán darse cuenta de lo que están consumiendo y del efecto que ese tipo de consumo tiene en el desarrollo de su deseo y, por consiguiente, de sus prácticas sexuales. </p>
<p>Las personas jóvenes tienen derecho a una educación integral. Además de proporcionarles conocimientos académicos, tienen el derecho a recibir una educación que les ayude a desarrollarse plenamente en todas las facetas de la vida, incluida la sexual.</p>
<p>Por otro lado, los factores que provocan el aumento de la explotación sexual son el incremento del uso de las tecnologías, las redes sociales, la pornografía y algunos otros factores, como pertenecer a la red de acogimiento residencial. </p>
<p>La pornografía es una escuela para la producción y distribución de imágenes propias, así como para solicitarlas de otras personas. Ciertamente, plataformas virtuales de pornografía como la citada PornHub pueden contribuir al aumento de la explotación sexual de menores, ya que, según el informe anual publicado por la propia página, una de las búsquedas más realizadas por los consumidores en el año 2019 fue la palabra inglesa <em>teen</em> (adolescente).</p>
<p>En ocasiones, cuando se trabaja con padres y madres, suelen creer que esas situaciones de victimización solo las experimentan niños y niñas con padres negligentes o que están acogidos en los servicios de protección a la infancia y adolescencia. Pero puede pasarle a cualquier menor. Por eso es tan importante que sepan que la dinámica familiar es clave: se tiene que aprender a escuchar y hablar, aprender a observar y aprender a dar ayuda.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/165154/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Miembro del grupo de investigación consolidado UPV/EHU GIU20/003 PSIDES: Psicología del desarrollo ante los nuevos retos sociales</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Miembro del grupo de investigación KideOn</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Miembro del grupo de investigación GARAIAN y beneficiaria del Programa Predoctoral de Formación de Personal Investigador No Doctor del Gobierno Vasco.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Lluís Ballester es miembro de la Red Jóvenes e Inclusión; está sindicado en CC OO.
</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Nahia Idoiaga Mondragon es miembro de KideOn Grupo de investigación del Gobierno Vasco, con referencia IT1342-19 (categoría A) </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Miembro del grupo de investigación consolidado UPV/EHU GIU20/003 PSIDES: Psicología del desarrollo ante los nuevos retos sociales.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Israel Alonso, Maialen Loureda Avilés, Maitane Picaza Gorrotxategi y Naiara Berasategui Sancho no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Las nuevas formas de consumir porno por parte de los adolescentes, y también de los adultos, y la ausencia de una educación afectivo sexual de calidad en los centros educativos y en las propias familias genera machismo, explotación sexual infantil y relaciones de sexo violentas.María Dosil-Santamaría, Profesora en el Departamento de Ciencias de la Educación en el área de Métodos de Investigación y Diagnóstico de Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaAmaia Eiguren Munitis, Docente del departamento de Didáctica y Organización Escolar. Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaIsrael Alonso, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaItsaso Biota Piñeiro, Investigadora Predoctoral del Gobierno Vasco en el Departamento de Ciencias de la Educación de la UPV/EHU., Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLluís Ballester Brage, Professor de Mètodes d'Investigació. Facultat d'Educació., Universitat de les Illes BalearsMaialen Loureda Avilés, Educadora Social, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaMaitane Picaza Gorrotxategi, Doctora en educación, Departamento de Didáctica y Organización Escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaNahia Idoiaga Mondragon, Profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaNaiara Berasategui Sancho, Profesora en el Departamento de Didáctica y Organización escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaNaiara Ozamiz Etxebarria, Profesora adjunta en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1557312021-03-25T20:03:01Z2021-03-25T20:03:01ZConsecuencias del uso excesivo de pornografía en los adolescentes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/391551/original/file-20210324-17-nn84h5.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5176%2C3445&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/psycho-mental-boy-holding-smart-mobile-1540171559">Shutterstock / Indian Stock images</a></span></figcaption></figure><p>Una de las consecuencias de la llegada de internet ha sido el aumento del uso de pornografía en línea. Esto ha generado un incremento de la investigación científica centrada en las posibles consecuencias de estos materiales.</p>
<p>Sin embargo, gran parte de los estudios han evaluado exclusivamente las consecuencias en los consumidores adultos. Probablemente, el hecho de que justamente la población más vulnerable a este tipo de contenidos <a href="https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00224499.2016.1143441">sea la menos estudiada</a> se deba, entre otros aspectos, a limitaciones éticas y prácticas, y a una cierta negligencia por parte de los formadores, que no quieren creer que niños y adolescentes acceden a estos contenidos.</p>
<p>Los menores disponen de un <a href="https://www.mdpi.com/2077-0383/9/11/3625">acceso ilimitado</a> a múltiples y variados contenidos pornográficos. Sin embargo, debido a la etapa evolutiva en la que se encuentran, caracterizada, entre otros aspectos, por un cerebro aún en desarrollo, les resulta más dificultoso diferenciar entre realidad y ficción. </p>
<p>También se observa que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23621804/">los más jóvenes copian las conductas sexuales que visualizan en los materiales sexualmente explícitos</a> y los consideran una potente herramienta de educación sexual.</p>
<h2>Consecuencias negativas</h2>
<p>Aunque algún autor se ha centrado en las posibles consecuencias positivas derivadas del uso de pornografía en los jóvenes, la realidad científica evidencia un incremento exponencial de investigaciones que evalúan la asociación entre el uso de pornografía y múltiples consecuencias negativas.</p>
<p>Respecto a las conductas sexuales, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29556900/">se ha observado</a> que aquellos jóvenes que consumen pornografía presentan una mayor probabilidad de llevar a cabo sexo esporádico, sexo con amigos o sexo oral y/o anal. También refieren un mayor deseo sexual, mayor número de encuentros sexuales, múltiples parejas sexuales y una iniciación sexual más temprana, <a href="https://rodin.uca.es/xmlui/bitstream/handle/10498/23518/S%C3%A1nchez%2C%20Pazo%2C%20E..pdf?sequence=1&isAllowed=y">en comparación con aquellos adolescentes que no consumen pornografía</a>. </p>
<p>Sin embargo, cabe destacar que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26376287/">otros autores</a> no han observado efectos direccionales claros entre el uso de pornografía y el comportamiento sexual de los adolescentes, por lo que se trataría de una asociación controvertida.</p>
<p>En cuanto a las conductas sexuales de riesgo, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32275669/#:%7E:text=Conclusions%3A%20Exposure%20to%20sexually%20explicit,preventive%20programs%20in%20early%20adolescence">algunos autores</a> subrayan que existe una clara asociación entre la exposición a la pornografía y las relaciones sexuales sin preservativo en los adolescentes. Sin embargo, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21476164/">otros estudios</a> encuentran esta asociación en población adulta, pero no en el caso de los menores.</p>
<h2>¿Más conductas sexuales agresivas?</h2>
<p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32306817/">Diversos estudios sugieren</a> que los jóvenes que ven pornografía violenta podría presentar más conductas sexuales agresivas y una mayor aceptación de la violencia en el noviazgo, aunque se requiere de más evidencia empírica para poder obtener resultados concluyentes.</p>
<p>Como factores predisponentes para una mayor probabilidad de consumo de pornografía y de su frecuencia, se ha encontrado la mayor impulsividad, el uso de alcohol y otras sustancias en el año previo, una menor vinculación emocional con los progenitores, alteraciones en el funcionamiento familiar y la violencia familiar.</p>
<p>Los adolescentes que han sido víctimas de violencia familiar presentan una mayor tendencia a consumir pornografía, y especialmente de contenido violento. Aunque algunos autores no han podido evidenciar una asociación clara entre el uso de pornografía y alteraciones en el bienestar psicológico, otros destacan que aquellos adolescentes que consumen pornografía presentan una mayor probabilidad de referir sintomatología depresiva y/o ansiosa, de reportar obesidad y de usar tabaco, alcohol y otras sustancias. No se encontrado asociación con las disfunciones sexuales en adolescentes, aunque sí en adultos. </p>
<h2>Uso problemático</h2>
<p>Existe cada vez más evidencia empírica que muestra una clara asociación entre el uso de pornografía y el <a href="https://www.adolescenciasema.org/ficheros/REVISTA%20ADOLESCERE/vol8num2-2020/32-41%20Tema%20de%20revision%20Uso%20problematico%20de%20pornografia.pdf">uso problemático de pornografía</a>. Aquellos adolescentes que consumen pornografía con más frecuencia presentan una mayor probabilidad de acabar reportando uso problemático de pornografía con consecuencias negativas para su vida sexual, sus relaciones personales y su bienestar, y es más probable que refieran sintomatología depresiva y un mayor interés sexual.</p>
<p>Los adolescentes que consumen pornografía de manera regular presentan una mayor propensión a mostrar actitudes de género negativas, y cuando perciben los materiales pornográficos como una herramienta de educación sexual muestran una mayor tendencia a percibir el sexo como un mero instrumento para la gratificación sexual.</p>
<p>La asociación entre el uso de pornografía y los factores mencionados con anterioridad es altamente controvertida. Esta falta de consenso evidencia la clara necesidad de disponer de más investigaciones longitudinales en esta línea que permitan llegar a <a href="https://www.aceprensa.com/sociedad/pornografia/hay-medios-para-proteger-a-los-menores-de-la-pornografia/">conclusiones más sólidas</a> sobre el posible impacto que los materiales sexualmente explícitos pueden tener sobre los más jóvenes y qué variables pueden ser mediadoras para que la pornografía tenga esos efectos perniciosos o no.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/155731/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Gemma Mestre-Bach trabaja para la Universidad Internacional de la Rioja</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Carlos Chiclana Actis trabaja en la Consulta Dr. Carlos Chiclana, recibe fondos de la Fundación Ciudadanía y Valores y es fundador de la ONG "Necesito Terapia".</span></em></p>El consumo de pornografía entre adolescentes puede fomentar conductas sexuales de riesgo. Afecta a su percepción sobre el sexo y los roles de género y puede estar asociado con aspectos como permisividad sexual, agresividad, violencia, coerción sexual y victimización.Gemma Mestre-Bach, Investigadora postdoctoral en la Universidad Internacional de la Rioja, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja Carlos Chiclana Actis, Associate professor, Universidad CEU San PabloLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1500472020-11-24T20:02:47Z2020-11-24T20:02:47ZAsí se comporta el putero confinado<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/370852/original/file-20201123-15-dgfflp.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4792%2C3190&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/young-caucasian-man-lying-on-couch-402580582">Shutterstock / nito</a></span></figcaption></figure><p>En el actual contexto pandémico, la demanda de prostitución en España,
<a href="https://www.researchgate.net/publication/302587355_Consumo_de_prostitucion_y_construccion_de_las_masculinidades_contemporaneas_en_Espana">primer consumidor de sexo comercial en Europa</a>, no ha cesado pese al riesgo para la salud y la vida de ellas/os.</p>
<p>Hoy por hoy, la industria sexual es un mercado enormemente globalizado, con un auge en sus beneficios económicos similares a la droga o a la industria armamentística. </p>
<p>Es importante subrayar que España no solo es el primer consumidor de servicios de prostitución de Europa, sino también <a href="https://www.europapress.es/epsocial/igualdad/noticia-gobierno-advierte-espana-principales-paises-transito-destino-victimas-trata-europa-20200729193828.html">el primer destino</a> de las víctimas, <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=248857">especialmente mujeres y niñas</a>, destinadas a la explotación sexual. </p>
<p>La prostitución, además, es “cosa de hombres”: el 99,7 % de las personas que solicita estos “servicios” son varones, frente al 90 % de las personas que trabajan en prostitución, que son mujeres (<a href="https://ec.europa.eu/anti-trafficking/year/2018">EUROSTAT 2018</a>). </p>
<p>En este sentido, las lógicas del capital se traducen en la forma en que operan en el cuerpo de las mujeres, siendo puteros y dueños de la industria sexual los beneficiarios de un sector que roza el ámbito de lo criminal.</p>
<h2>Una oferta transformada</h2>
<p>Según un trabajo de campo que hemos realizado en los últimos meses en el que hemos entrevistado a diferentes ONG, a mujeres prostitutas, a diferentes asociaciones y hemos entrado en chats de puteros, durante la pandemia, el negocio de la prostitución se ha replegado a nuevos espacios más discretos y de mayor clandestinidad para seguir ofertando sus servicios. Si bien es cierto que el volumen de actividad sufrió una considerable reducción, es innegable que la demanda de este tipo de servicios ha permanecido y su oferta se ha transformado.</p>
<p>Por un lado, se ha concentrado en pisos particulares o mediante la organización de fiestas privadas y, por otro, se ha recurrido a las videollamadas a través de <em>webcams</em> o a la pornoprostitución, nuevas prácticas en <em>streaming</em> en las que el “putero <em>online</em>” paga para que otro realice las prácticas sexuales con la mujer prostituida.</p>
<h2>Más vulnerabilidad en el confinamiento</h2>
<p>Es indudable que el impacto del confinamiento se ha traducido en un incremento de la vulnerabilidad y explotación de las mujeres en prostitución, que han sufrido situaciones de extrema necesidad alimentaria y habitacional y el aumento de sus deudas con tratantes, proxenetas y explotadores, por lo que se han visto obligadas a aceptar prácticas con clientes que en tiempos precovid nunca habrían aceptado.</p>
<p>El contraste que se produce entre la banalización de la demanda de sexo comercial frente al dramatismo de la situación de las mujeres en prostitución invita a la reflexión en torno a este fenómeno en el que la perspectiva de género no se puede obviar, y en donde la feminización de la pobreza y la denominada <a href="https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/map45_segato_web.pdf">“pedagogía de la crueldad”</a> ocupan un papel central.</p>
<h2>Semiótica y ausencia de empatía</h2>
<p>La semiótica sexista, auspiciada por gran parte de la industria cultural, de los medios y de la pornografía mayoritaria, modela a las personas para la baja sensibilidad, para la baja empatía hacia el sufrimiento ajeno, hacia un individualismo y un encapsulamiento muy cercano a lo que <a href="https://www.filco.es/hannah-arendt-destripar-mal/">Hanah Arent</a> identifica con la banalidad del mal y el totalitarismo, y que permite funcionar adecuadamente en ese orden consumidor y cosificador de vida. </p>
<p>En este sentido, toda relación humana es susceptible de convertirse en una mercancía a través de la cual la vida se transforma en cosa.</p>
<p>Si las <a href="https://www.catarata.org/libro/el-putero-espanol_45085/">investigaciones precovid</a> en torno al perfil sociológico señalaban la inexistencia de un arquetipo concreto –todas las edades, clases sociales, niveles formativos, ocupaciones, ideologías políticas y situaciones sentimentales–, sí se identificaron distintos acentos discursivos en la narrativa “putera”: relato misógino (cosifica a la mujer), relato amigo (empatiza, pero no politiza), relato consumidor (compro lo que se vende) y el relato crítico (arrepentido), en una escala gradual de subhumanización de las mujeres.</p>
<p>Durante el periodo pandémico no se ha producido un punto de inflexión que termine con estas lógicas de la crueldad, frente a las lógicas del cuidado derivadas de la situación de fragilidad vital que todas/os hemos experimentado, según las conclusiones obtenidas en nuestro trabajo de campo.</p>
<h2>Antes y durante el periodo covid</h2>
<p>En efecto, el comportamiento de los puteros durante los meses de confinamiento ha continuado siendo similar al periodo precovid –demanda compulsiva, trato vejatorio, regateo de precios, nuevas modalidades prostitucionales, etc–, alentado y promovido por el aparato publicitario de la industria sexual: la pornografía <em>mainstream</em> que empresas como Pornhub, ofertaron gratuitamente al inicio del <a href="https://twitter.com/Pornhub/status/1242264770071465984?s=20">confinamiento</a>.</p>
<p>La masculinidad patriarcal confinada ha resultado ser temeraria, irresponsable, egoísta e insolidaria. Este hecho demuestra la fortaleza actual del mandato de masculinidad tóxica y la hegemonía de un modelo de hombría fallida en su humanidad, incompatible con el momento de vulnerabilidad vital que estamos sufriendo como sociedad.</p>
<p>Debemos instalar otra “gramática de la socialidad” que desmonte, con la colaboración de los hombres, el mandato de masculinidad hegemónica cruel y letal y se inicie un nuevo contrato sexual a través del camino de los afectos que trabaje a favor de la equidad y de los derechos humanos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/150047/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Águeda Gómez Suárez recibe fondos del Instituto de la Mujer en el año 2011 en una convocatoria general de concurrencia competitiva, a fin de desarrollar la investigación que derivó en la publicación de el libro "El putero español". Catarata. 2015. </span></em></p>El putero no ha cambiado su perfil durante la pandemia. Ni siquiera su gramática cruel y sexista. Lo que sí ha modificado es su forma de acceder al sexo a cambio de dinero. El confinamiento ha hecho que se reinvente el negocio.Águeda Gómez Suárez, Área de Sociología Departamento de Sociología, Ciencia Política y de la Administración y Filosofía, Universidade de VigoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1481482020-11-05T20:48:36Z2020-11-05T20:48:36ZAdolescentes, redes sociales y sexo en pandemia: un cóctel explosivo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/367815/original/file-20201105-17-q2ub5s.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C6%2C4266%2C2833&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/attractive-six-friends-making-self-portrait-1747760630">Shutterstock / yurakrasil</a></span></figcaption></figure><p>La pandemia ha aumentado la situación de aislamiento social de los seres humanos, sociales por naturaleza. Por ello, hemos necesitado recurrir al <a href="https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0717-92272012000300008&script=sci_arttext&tlng=es.10.4067/S0717-92272012000300008">uso masivo de las redes sociales e internet</a> para poder mantener nuestras necesidades básicas de afiliación y <a href="http://201.159.222.118/openjournal/index.php/uti/article/view/315">socialización</a>. </p>
<p>Aunque este hecho parece ser positivo, las tecnologías conllevan riesgos que pueden afectarnos gravemente. Por eso es importante saber a cuáles se están enfrentando exactamente los usuarios de las redes sociales durante esta situación excepcional de crisis sanitaria.</p>
<p>Para responder a esta pregunta debemos formularnos otra: ¿para qué están utilizando los jóvenes las redes sociales e internet? Un estudio que realizamos durante la situación de cuarentena, aún sin publicar, indica que un 26.5 % de los encuestados ha enviado fotos sensuales a través de aplicaciones de mensajería instantánea o redes sociales en esos meses. </p>
<p>Asimismo, un 35.7 % ha consumido pornografía a través de internet. Además, un 28.6 % se ha descargado durante esta situación de crisis sanitaria aplicaciones para ligar. La pregunta que nos hacemos en este punto es: ¿qué delitos o riesgos está generando esta situación?</p>
<p>En primer lugar, tenemos que conocer cómo la utilización de las redes sociales o los dispositivos electrónicos <a href="https://www.scielo.br/scielo.php?pid=S1677-55382020000700104&script=sci_arttext">con fines sexuales</a> no conlleva un riesgo en sí misma. De hecho, debemos entender que los/as adolescentes se relacionan con sus iguales a través de las tecnologías, sobre todo en esta situación de crisis sanitaria que estamos viviendo. </p>
<h2>Relaciones sexuales virtuales</h2>
<p>Por tanto, sus relaciones sexuales también se han trasladado al mundo virtual. En este sentido, el envío consentido de imágenes o vídeos con contenido sexual no tiene por qué ser un peligro. Pero para que esta práctica no conlleve graves riesgos se debe realizar siguiendo una primera recomendación básica: no enviar contenido en el que se pueda reconocer la identidad de la persona.</p>
<p>En cambio, si la práctica del <em><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Sexteo">sexting</a></em> –entendida como el material sexual enviado de forma voluntaria– se realiza de forma no segura, puede llevar a producir graves consecuencias. Una de ellas podría llegar a ser la <em>sextorsión</em>, definida como la extorsión ejercida hacia otra persona a partir de la tenencia de material íntimo o sexual. </p>
<p>Este hecho hace que la víctima del chantaje sienta que sus fotografías puedan ser enviadas a otras personas y sufrir una gran humillación. Por tanto, el sentimiento de miedo, indefensión y desesperanza generado puede llevar a enviar fotografías con contenido cada vez más explícito, siendo incluso presionada para mantener relaciones sexuales. </p>
<p>Otro riesgo es el envío de material de este tipo a la pareja o amistades, ya que pensamos que son para toda la vida. El problema en este caso ocurre cuando se rompen estas relaciones y comienzan las venganzas. En este momento es cuando suele utilizarse este material para <a href="http://www.injuve.es/sites/default/files/adjuntos/2019/06/5._nuevos_riesgos_de_la_sociedad_digital._grooming_sexting_adiccion_a_internet_y_violencia_online.pdf">denigrar y humillar a la expareja</a>. </p>
<h2><em>Sexting</em> y <em>cyberbullying</em></h2>
<p>Por ello, en muchas ocasiones la práctica del <em>sexting</em> suele convertirse en una situación de <em>cyberbullying</em>, promoviendo una humillación publica y consecuencias devastadoras, como puede llegar a ser <a href="https://www.pantallasamigas.net/un-nuevo-suicidio-de-adolescente-relacionado-con-el-sexting-y-el-ciberbullying/">el suicidio</a>.</p>
<p>Este tipo de conductas podemos pensar que afectan del mismo modo a chicos y chicas, pero no ocurre así. De hecho, cuando se difunde una imagen sexual de una chica suele producir un impacto negativo en su reputación social. En cambio, si este contenido pertenece a un chico acostumbra a generar un impacto positivo en su reputación. Así, los estereotipos de género siguen vigentes en nuestra sociedad y continúan promoviendo graves consecuencias psicosociales en las mujeres.</p>
<p>En segundo lugar, la falta de educación sexual está llevando a que los y las adolescentes formen su ideario sexual a través del consumo del material que visualizan en las redes sociales. Por consiguiente, el aumento del consumo de pornografía está llevando a generar ideas distorsionadas sobre la sexualidad. De este modo, se está viendo cómo los adolescentes consideran <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7203787">prácticas sexuales violentas</a> como sus fantasías sexuales. </p>
<h2>Chicos, chicas y socialización sexual</h2>
<p>Además, en los estudios se observan <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2872482">diferencias entre la socialización sexual</a> de las chicas y los chicos, teniendo ambos fantasías sexuales diferentes y opuestas. En cambio, la asociación del papel sumiso de algunas mujeres en el sexo hace que en muchas ocasiones acepten esas fantasías sexuales de los chicos que no les generan placer. De este modo, volvemos a observar en la pornografía la reproducción de los estereotipos de género existentes en nuestra sociedad.</p>
<p>Teniendo en cuenta todos estos aspectos, la prevención de este tipo de conductas debe ser prioritaria para poder paliar las consecuencias devastadoras que generan estas conductas. Para ello, se deben generar programas de educación sexual y prevención de las conductas de riesgo a través de las redes sociales desde una perspectiva de género.</p>
<p>En estos tiempos en los que las relaciones a través de redes sociales se han potenciado de manera muy intensa debido a la pandemia es necesario que las familias ejerzan una vigilancia extrema sobre los jóvenes para evitar riesgos innecesarios.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/148148/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Las diferentes situaciones de confinamiento que estamos viviendo propician que los jóvenes se relacionen a través de las redes sociales y que las utilicen con fines sexuales. El consumo de pornografía y el “sexting” pueden llegar a convertirse en algo demasiado frecuente en estos momentos.Christian Moreno Lara, Responsable Académico Internacional y Director del Área de Jurídico de la Universidad Internacional de Valencia, Universidad Internacional de ValenciaLaura Carrascosa Iranzo, Coordinadora del Máster Universitario en Criminología: Delincuencia y Victimología , Universidad Internacional de ValenciaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1289362019-12-17T20:29:07Z2019-12-17T20:29:07ZVer porno infantiliza el cerebro<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/307528/original/file-20191217-58292-13lqjtk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=14%2C997%2C3280%2C2563&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">cerebrorn</span> <span class="attribution"><span class="source"> (Charles/Unsplash)</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">CC BY-SA</a></span></figcaption></figure><p>Hasta donde alcanzan nuestros conocimientos en historia, la pornografía siempre ha existido y se ha transformado con la evolución de los medios de expresión. </p>
<p>En las ruinas de la ciudad romana de Pompeya, sepultada tras la erupción del Vesubio, se encontraron cientos de frescos y esculturas sexualmente explícitas.</p>
<p>Desde la aparición de internet, el consumo pornográfico se ha disparado hasta niveles asombrosos. Pornhub, la web de porno gratuito más grande de la red, recibió <a href="https://www.pornhub.com/insights/2018-year-in-review">más de 33.500 millones de visitas solo en 2018</a>.</p>
<p>Si bien la ciencia está dando aún sus primeros pasos en la investigación de las <a href="https://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/fullarticle/1874574">consecuencias neurológicas del consumo de porno</a>, está claro que la salud mental y la actividad sexual de su amplia audiencia están experimentando <a href="https://www.mdpi.com/2076-328X/6/3/17">efectos sumamente negativos</a>, entre los que se pueden identificar la depresión y la disfunción eréctil.</p>
<p>En mi propio laboratorio nos dedicamos a estudiar las conexiones neuronales que subyacen bajo los procesos memorísticos y de aprendizaje. Las características de los vídeos pornográficos disparan la plasticidad, que es la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse tras una experiencia determinada. Esta, combinada con la accesibilidad y el anonimato proporcionado por el consumo de porno <em>online</em>, nos convierte en sujetos extremadamente vulnerables a sus efectos hiperestimulantes.</p>
<figure>
<iframe width="440" height="260" src="https://www.youtube.com/embed/bjnXXN67plg?wmode=transparent&start=0" frameborder="0" allowfullscreen=""></iframe>
<figcaption><span class="caption">Un programa de la BBC 3 repasó los efectos de la adicción a la pornografía.</span></figcaption>
</figure>
<h2>Secuelas del consumo de porno</h2>
<p>A largo plazo, el porno <a href="https://www.yourbrainonporn.com/rebooting-porn-use-faqs/research-confirms-sharp-rise-in-youthful-sexual-dysfunctions/">parece provocar disfunciones sexuales</a>, especialmente en forma de incapacidad para conseguir erecciones o para alcanzar el orgasmo al mantener relaciones con otra persona. De la misma manera, <a href="https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs10508-016-0770-y">el grado de satisfacción con la relación</a> y el <a href="https://guilfordjournals.com/doi/10.1521/jscp.2012.31.4.410">compromiso con la pareja</a> también pueden verse afectados.</p>
<p>Con el fin de tratar de dar explicación a estos efectos, algunos científicos han establecido paralelismos entre el <a href="https://www.mdpi.com/2076-328X/5/3/388">consumo de pornografía y el abuso de sustancias</a>. El diseño evolutivo hace posible que el cerebro responda a la estimulación sexual liberando dopamina, un neurotransmisor asociado principalmente a la anticipación de recompensa que actúa también en la programación de recuerdos e información en el cerebro. Esto significa que cuando el cuerpo quiere, por ejemplo, comida o sexo, el cerebro recuerda lo que debe hacer para obtener el mismo placer que en ocasiones anteriores.</p>
<p>En lugar de dirigirse a su pareja para lograr una realización o gratificación sexual, los consumidores habituales de porno recurren a su teléfono u ordenador cuando el deseo llama a su puerta. Además, las explosiones de placer y recompensa, cuando son antinaturales, generan potentes niveles también antinaturales de habituación en el cerebro. El psiquiatra Norman Doidge lo explica así:</p>
<p><a href="https://www.penguinrandomhouse.com/books/291041/the-brain-that-changes-itself-by-norman-doidge-md/">“La pornografía satisface cada uno de los requisitos previos para el cambio neuroplástico. Cuando los pornógrafos se jactan de que están yendo un paso más allá al introducir temáticas nuevas y más fuertes, obvian que deben hacerlo porque sus clientes están desarrollando una tolerancia al contenido habitual”.</a></p>
<p>Las escenas que se pueden ver en el porno, como ocurre con las sustancias adictivas, son desencadenantes hiperestimulantes que producen una <a href="https://www.nature.com/articles/npp2009110">secreción antinatural de altos niveles de dopamina</a>, lo cual puede deteriorar el sistema de recompensa de la dopamina e inutilizarlo de cara a fuentes de placer naturales. Este es el motivo por el cual los consumidores de pornografía experimentan dificultades para excitarse en compañía de su pareja.</p>
<h2>Más allá de disfunciones</h2>
<p>La desensibilización de nuestro circuito de recompensa sienta las bases para el desarrollo de disfunciones sexuales, pero las repercusiones van más allá. Los estudios elaborados demuestran que las <a href="https://europepmc.org/article/med/15573884">alteraciones en la transmisión de dopamina</a> pueden facilitar la depresión y la ansiedad. Los resultados obtenidos indican que <a href="https://www.jsm.jsexmed.org/article/S1743-6095(15)33435-4/fulltext">los consumidores de pornografía manifiestan más síntomas depresivos, una menor calidad de vida y una salud mental más pobre</a> que aquellos que no ven porno.</p>
<p>Otro de los hallazgos concluyentes del estudio es la necesidad de un consumo cada vez mayor en los usuarios compulsivos, incluso aunque no disfruten de lo que ven. Esta desconexión entre lo que desean y lo que les gusta es una de las características distintivas de la desregulación del circuito de recompensa.</p>
<p>Siguiendo una línea de investigación similar, expertos del Instituto Max Planck de Berlín descubrieron que al elevar el consumo de porno en un sujeto <a href="https://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/fullarticle/1874574">la activación cerebral era menos intensa al exponerlo a imágenes pornográficas convencionales</a>, lo cual explica por qué los usuarios tienden a explorar gradualmente tipos de pornografía cada vez más alejados de lo habitual.</p>
<p>Los datos recabados por Pornhub revelan que el sexo convencional <a href="https://www.pornhub.com/insights/2016-year-in-review">cada vez interesa menos a los consumidores</a>, que lo sustituyen por temáticas como el incesto o la violencia.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/303576/original/file-20191125-74576-145uk2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C17%2C5714%2C3951&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/303576/original/file-20191125-74576-145uk2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C17%2C5714%2C3951&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/303576/original/file-20191125-74576-145uk2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=418&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/303576/original/file-20191125-74576-145uk2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=418&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/303576/original/file-20191125-74576-145uk2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=418&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/303576/original/file-20191125-74576-145uk2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=525&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/303576/original/file-20191125-74576-145uk2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=525&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/303576/original/file-20191125-74576-145uk2i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=525&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los usuarios cada vez eligen formas más violentas de pornografía. Esto puede deberse al efecto desensibilizador del consumo habitual.</span>
<span class="attribution"><span class="source">(Shutterstock)</span></span>
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<p>La perpetuación de la violencia sexual es especialmente preocupante, ya que <a href="https://academic.oup.com/joc/article-abstract/66/1/183/4082427?redirectedFrom=fulltext">podría influir directamente en las estadísticas de episodios violentos</a> en la vida real. Algunos científicos atribuyen esta relación a la actividad de las neuronas espejo, cuyo nombre no podría ser más acertado: se trata de unas células cerebrales que se activan cuando el individuo lleva a cabo una acción, pero también cuando observa esa misma acción elaborada por otra persona.</p>
<p>Las áreas del cerebro que se activan cuando alguien ve porno son las mismas que cuando practica sexo. Marco Iacoboni, profesor de Psiquiatría en la Universidad de California en Los Ángeles, conjetura con la probabilidad de que estos sistemas posean el potencial de estimular el comportamiento violento: <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK207238/">“El mecanismo imitador del cerebro indica que nos vemos influenciados automáticamente por todo aquello que percibimos, por lo que cabe la posibilidad de que exista un mecanismo neurobiológico que contagie la conducta violenta”</a>.</p>
<p>Aunque no es más que una mera especulación, esta hipotética asociación entre el porno, las neuronas espejo y el aumento de las cifras de violencia sexual puede hacer que se enciendan todas las alarmas. Aunque el consumo elevado de porno no tiene por qué hacer que los usuarios lleguen a extremos inquietantes, todo apunta a que puede modificar el comportamiento de otras maneras. </p>
<h2>Desarrollo moral</h2>
<p>Se ha relacionado el consumo pornográfico con el <a href="https://surgicalneurologyint.com/surgicalint-articles/pornography-addiction-a-neuroscience-perspective/">desgaste de la corteza prefrontal</a>, la parte del cerebro encargada de la función ejecutiva, que comprende la moralidad, la fuerza de voluntad y el control de los impulsos.</p>
<p>Para comprender de forma precisa el papel de la función ejecutiva en el comportamiento, es importante saber que se encuentra subdesarrollada durante la infancia, razón por la cual a los niños les cuesta tanto regular sus emociones e impulsos. El daño de la corteza prefrontal en la edad adulta, que <a href="https://www.mdpi.com/2077-0383/8/1/91">predispone al individuo a exhibir una conducta compulsiva y a tomar malas decisiones</a>, se denomina hipofrontalidad.</p>
<p>No deja de ser paradójico que el entretenimiento para adultos pueda devolver a nuestras conexiones cerebrales a una etapa temprana. Sin embargo, lo que resulta realmente irónico es que el porno se deshaga en promesas de satisfacción y gratificación sexual pero proporcione todo lo contrario. </p>
<hr>
<p><em>Artículo traducido gracias a la colaboración con <a href="https://www.fundacionlilly.com/">Fundación Lilly</a></em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/128936/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>R m N no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La neurociencia cognitiva afirma que el consumo habitual de pornografía afecta a las áreas del cerebro responsables de la fuerza de voluntad, el control de los impulsos y la moralidad.R m N, PhD Student, Neuroscience, Université LavalLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1177752019-05-28T20:06:07Z2019-05-28T20:06:07ZPor qué el porno puede crear adicción entre los jóvenes<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/276631/original/file-20190527-193510-oldjqd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3988%2C2658&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/binary-code-porn-text-1070539988">OneSideProFoto / shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En la era del consumo tecnológico, la pornografía se ha erigido como un producto más para consumo de jóvenes y no tan jóvenes. Ya hay estudios que datan la edad de inicio de visionado de <a href="http://www.infad.eu/RevistaINFAD/OJS/index.php/IJODAEP/article/view/1159">pornografía en los 12 años</a>, aunque se observan diferencias entre chicos y chicas. </p>
<p>Ahora que ha terminado una de las grandes series de culto de todos los tiempos, <em>Juego de Tronos</em>, se ha de reseñar que según webs de contenidos pornográficos como Pornhub,
el flujo de visitas a estas páginas se veía <a href="https://www.abc.es/play/series/noticias/abci-juego-tronos-consigue-pornhub-registre-datos-mas-bajos-201707201347_noticia.html">considerablemente reducido</a>, hasta en un 5 %, mientras se emitía un nuevo capítulo de esta popular serie, que incluía escenas propias de filmoteca erótica.</p>
<p>Los contenidos pornográficos venden, sobre todo porque hay consumidores dispuestos a atiborrarse.</p>
<h2>Consecuencias cerebrales</h2>
<p>Como desgranamos a continuación, estudios publicados ya han puesto de manifiesto cómo el consumo de contenidos pornográficos puede <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18241634">tener consecuencias a nivel cerebral</a>, y los consumidores se comportan de modo que desarrollan conductas adictivas propiciadas por <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28469018">las ingentes cantidades de dopamina liberadas</a> durante su visionado. La <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Dopamina">dopamina</a> es un neurotransmisor que hace que las personas se sientan alegres, satisfechas, motivadas. Asimismo, está relacionada con el <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16020148">deseo y el apetito sexual</a>.</p>
<p>Vivimos en una sociedad erotizada y de exposición en redes sociales. Es común, mientras se navega por la red, estar expuesto a diferentes anuncios de contenido sexual, por lo que se puede ser tanto <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12472332">consumidor activo como pasivo</a> de estas imágenes. </p>
<h2>Ansiedad y descontrol</h2>
<p>Hay quienes sienten que <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27982701">tienen el control y son responsables en el consumo</a> y la forma en que les influyen estos contenidos, pero lo cierto es que no todos lo consiguen, por lo que pueden verse influidos negativamente mostrando <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29450222">reacciones de ansiedad y pérdida de control.</a></p>
<p>Pero, ¿por qué los jóvenes de hoy debutan como consumidores de pornografía? La respuesta no es solo la búsqueda de este placer descrito, <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31018827">sino también el aprendizaje</a>. Hay quienes consumen contenidos, también llamados “para adultos”, en soledad, y otros en compañía. Hay parejas que lo visionan en grupo con el afán de experimentar nuevas sensaciones: en algunos casos han referido mejoras en la comunicación y satisfacción sexual, mientras que otros refierieron que el interés por la pareja se vio afectado, aumentó la inseguridad y crearon <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27393037">expectativas no realistas</a> dentro de la pareja. </p>
<p>Tal como han apuntado otros estudios, el consumo de pornografía puede llegar a convertirse en una adicción que, lejos de ser inocua, puede tener serias consecuencias negativas para la pareja, llegando a ser incluso <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27114191">causa de ruptura</a>. Otro de los efectos negativos descritos, sobre todo en hombres, es la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27216476">contribución a la aceptación de la violencia contra las mujeres</a>por las imágenes en las que se degrada o se muestran escenas violentas contra ellas.</p>
<p>Muchos son los jóvenes que inician sus <a href="http://sec.es/presentada-la-encuesta-nacional-2018-sobre-la-anticoncepcion-en-espana/">relaciones sexuales de forma cada vez más precoz</a>. Esto les lleva en ocasiones a necesitar experimentar nuevas sensaciones tomando como modelo lo transmitido por la industria pornográfica. </p>
<h2>Modas que “importa” la pornografía</h2>
<p>Uno de los ejemplos más claros que podemos observar es la moda “importada” del porno del rasurado genital. Está constatado que el vello púbico tiene una función de protección frente a infecciones. Sin embargo, la moda de vulvas y genitales ralos está presente en nuestra sociedad, y más entre los jóvenes, a imitación de lo que se ve en cualquiera de estos vídeos para adultos. </p>
<p>Otro ejemplo es el <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26752322">escaso uso del condón masculino</a> que se constata en las escenas de películas pornográficas, fomentando así el sexo desprotegido, por lo que aquellos jóvenes consumidores habituales de pornografía emplean menos el preservativo como método anticonceptivo. </p>
<p>Por tanto, no podemos obviar que la pornografía tiene una importante influencia a nivel social. Una de las formas de hacer frente a estas conductas poco saludables en sexualidad es mediante la educación sexual, programas dirigidos a jóvenes donde se aborden sus inquietudes en torno al sexo y se desmitifiquen cuestiones arraigadas en el imaginario social. </p>
<p>Esta responsabilidad debe ser compartida por la familia, la escuela y la sociedad si queremos conseguir jóvenes sexualmente competentes.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/117775/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Fátima León Larios no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La gran cantidad de dopamina que se libera viendo porno hace que no sea difícil caer en la adicción. Hay jóvenes que, además, siguen las prácticas sexuales al pie de la letra con sus parejas con resultados indeseados.Fátima León Larios, Profesora de Enfermería en la Salud Reproductiva., Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1126512019-03-05T21:33:15Z2019-03-05T21:33:15ZSexualidad y adolescencia: demasiado porno y poca educación<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/261444/original/file-20190228-106365-8sml8k.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C3866%2C2562&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/adult-xxx-porno-site-blurred-image-658807030">Dmitri Ma / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Según la <a href="http://sec.es/presentacion-de-la-ultima-encuesta-sobre-la-anticoncepcion-en-espana/">Encuesta Nacional sobre Anticoncepción 2018</a> de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), la edad de inicio de las relaciones sexuales ha bajado a los 16,37 años en el grupo de las mujeres que tienen entre 15 y 19 años, mientras que aquellas que hoy día tienen entre 45 y 49 años tuvieron su primera relación sexual a los 19,4. </p>
<p>A la luz de estos datos podemos confirmar que nos convertimos en sexualmente activos cada vez más jóvenes. ¿Pero, realmente están preparados nuestros adolescentes para una sexualidad responsable a edades más tempranas? La respuesta parece ser no. </p>
<h2>Asignatura obligatoria</h2>
<p>Que la educación sexual esté cada vez más integrada en los <a href="https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5844691.pdf">itinerarios educativos</a> de los jóvenes no siempre se traduce en una conducta sexual saludable. No obstante, hay quienes apuntan a que si fuera una <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26009222">asignatura obligatoria</a>, como sugiere la <a href="https://es.unesco.org/news/naciones-unidas-instan-aplicar-enfoque-amplio-educacion-sexual">UNESCO</a>, se podrían evitar casos de abuso sexual, integrándose como una materia curricular multidisciplinar <a href="https://www.bzga-whocc.de/fileadmin/user_upload/Standards_for_sexuality_education_Spanish.pdf">desde la infancia</a>, aunque adaptándose a cada edad.</p>
<p>A pesar de que algunos autores consideren que hablar de sexo antes de la adolescencia pueda incitar a su práctica, lo cierto es que <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17321420">los resultados son más saludables</a> cuando una buena educación sexual es llevada a cabo, observándose un retraso en el inicio de las relaciones sexuales y un mejor uso de la anticoncepción en los primeros encuentros sexuales.</p>
<h2>Las chicas, menos arriesgadas</h2>
<p>El género sigue siendo en materia de sexualidad un condicionante importante. <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29284505">Las chicas siguen mostrando una conducta de menos riesgos</a>, aunque también siguen viviendo una sexualidad más centrada en las preferencias masculinas.</p>
<p>De esto tiene culpa en gran medida el consumo de pornografía entre jóvenes que está llevando a la <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28753385">frustración sexual</a> de muchos. En la era de internet y del acceso inmediato y gratuito a contenidos pornográficos, cada vez a edades más tempranas <a href="https://www.actuall.com/familia/el-consumo-de-pornografia-en-el-movil-en-la-adolescencia-lastra-la-vida-sexual/">(11 años)</a>, encontramos chicos y chicas que toman como referencia el modelo de las relaciones sexuales que se observan en la industria pornográfica. Pero este modelo es claramente <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25466233">falocéntrico, heteronormativo y centrado en la degradación femenina</a>. </p>
<h2>Modelos importados de la pornografía</h2>
<p>Hoy día hay chicas que confiesan haber accedido a prácticas sexuales porque sus parejas se lo han pedido basándose en el modelo importado de la pornografía. Incluso algunas manifiestan haberse visto <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26951609">obligadas</a> a realizarlas para sentirse aceptadas por sus parejas.</p>
<p>El consumo indiscriminado de pornografía no solo crea problemas para las chicas, también para ellos. Cada vez son más los casos de chicos que presentan <a href="https://www.actasanitaria.com/dimes_y_diretes/la-adiccion-a-la-pornografia-conlleva-trastornos-sexuales-entre-los-jovenes/">disfunciones sexuales</a> que pasan por problemas para llegar a la eyaculación en relaciones sexuales reales ya que están muy acostumbrados a la auto-masturbación hasta por problemas de disfunción eréctil. </p>
<p>Todo esto nos lleva a no obviar el impacto de la <a href="http://institucional.us.es/revistas/anduli/13/10_Anduli_2014_Ballester_Orte_Pozo.pdf">pornografía en la educación sexual</a> de los jóvenes. Debe ser tenida en cuenta y abordarla en las sesiones educativas dirigidas a jóvenes, pues es una realidad que cada vez hay más consumidores.</p>
<h2>Consumo de drogas y alcohol</h2>
<p>Otra de las realidades a las que nos estamos enfrentando es la combinación entre consumo de <a href="http://www.cruzroja.es/pls/portal30/docs/PAGE/CRJ/BOLET%CDN%20CRUZ%20ROJA%20JUVENTUD/LISTADO%20BOLETINES%20CRJ2017/BOLET%CDN%20CRUZ%20ROJA%20JUVENTUD%20N%BA%20387/ESTUDIO%20CONSUMO%20DE%20DROGAS%20Y%20SU%20RELACI%D3N%20CON%20EL%20SEXO%20(RESUMEN%20EJECUTIVO).PDF">drogas, alcohol y sexo</a>. Cada vez es más común mantener relaciones sexuales bajo el efecto del alcohol, lo que hace que la percepción de control de lo que está ocurriendo sea solo subjetiva, produciéndose situaciones en la que uno de los participantes puede verse envuelto en una <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26260149">situación de abuso no deseada</a>.</p>
<p>La educación sexual es una necesidad y revisar sus contenidos, una obligación para nuestra contribución a una sociedad saludable sexualmente.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/112651/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Fátima León Larios no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Los datos demuestran que los jóvenes se convierten cada vez más pronto en sexualmente activos. Sin embargo, carecen de información sexual clara y real. Las chicas son las mayores víctimas.Fátima León Larios, Profesora de Enfermería en la Salud Reproductiva., Universidad de SevillaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.