En el aniversario del asalto al Capitolio de los Estados Unidos, el autor reflexiona sobre el futuro de las democracias en el orden liberal. Las brechas que hay que suturar son tres: de género, geográfica y generacional. Todo ello en un marco en el que se difumina la diferencia entre la verdad y la mentira.
Estatua en memoria del Caballero de La Barre, víctima de la intolerancia denunciada por Voltaire (
foto RRA
Un ensayo de Fernando Vallespín y una obra de Juan Mayorga titulada “Voltaire"comparten inquietudes en sus análisis. La sociedad actual propende a cultivar una intolerencia enraizada en el narcisismo.
La desinformación en internet apela a las emociones y la ideología para que el receptor extienda el mensaje. Esto deviene en un clima de polarización y falta de empatía que genera un contexto antidemocrático.
Los mensajes emocionales, los hechos alternativos, la preponderancia de la “percepción” sobre la realidad objetiva, han consolidado un discurso político en el que la mentira no suele penalizarse.
La posverdad actúa como una máscara: tras ella se ocultan las verdaderas intenciones de las personas que la usan. Convierten en metáfora su verdad para dar un nuevo sentido a sus argumentos.
Existe una relación entre la corrección política, nacida en forma de “tolerancia represiva” en los campus estadounidenses, y la posverdad, ese desprecio de la realidad en aras de las emociones.
Es preciso defender la libertad a decir cosas aberrantes o falsas, lo cual no implica que estas no deban contar con toda la contestación social y reprobación moral necesaria.
Detalle de Calendarios murales, Don Quijote de la Mancha ilustrado por Carl Buth y Jaime Pahissa Laporta.
BNE -Biblioteca Digital Hispánica
Leer obras literarias, especialmente si es con la guía de un crítico o un experto, ayuda a expandir la mente, reflexionar y desmenuzar los mensajes, separando “las voces de los ecos”.
Busquemos lecciones positivas en la pandemia: la filosofía nos ayuda a salir del catastrofismo; la ética, a entender lo que deberíamos hacer y no hacemos. Resistirse al desprecio de la verdad y al avance de la soledad.
Carteles satíricos de Donald Trump en el mercado de Pike Place, Seattle, fotografiados en septiembre de 2017.
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La hegemonía del subjetivismo cultural, que tiene en Donald Trump uno de sus grandes paradigmas, es la base de la nueva autocracia digital que desde la autoridad emocional desprecia el conocimiento científico e intelectual.
Una de las sorpresas de las últimas elecciones en Estados Unidos ha sido el gran apoyo que recibió el presidente Trump, derrotado por la mínima a pesar de que casi todas las encuestas le vaticinaban un batacazo. ¿Cuál es la explicación?
Un hombre sostiene un megáfono durante una marcha por la libertad frente la covid-19 en Varsovia, Polonia, el 10 de octubre de 2020.
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Las campañas negacionistas han sido tan rápidas como el virus, con consecuencias letales, pues han hecho que aumente el número de contagiados y de muertos.
La posverdad, ya prevista en los setenta por algunos pensadores, va más allá de la mentira. La posverdad no miente: desprecia la verdad, y lo que la acompaña: objetividad, evidencia, imparcialidad, contrastación.
Sin importar los detailed de la trama, las teorías conspirativas siguen un patron común.
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Discursos cada vez más institucionales, decisiones comunicadas desde la perspectiva partidista y de impacto fácil, mentiras, negación de la evidencia e hiperliderazgos. Los políticos han caído en el populismo y el electorado cada vez confía menos en ellos.
Roberto Aparici, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia and David García-Marín, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia
Las burbujas informativas no son un fenómeno nuevo. Si siempre hemos consumido los medios más próximos a nuestra ideología, ¿por qué estas cámaras de eco generan tanta atención a la hora de explicar la circulación de la desinformación en los entornos digitales? La clave es comprender los procesos que se desarrollan en su interior. No es la burbuja, es lo que pasa dentro.
Ambiente callejero de Barcelona el 30 de enero de 2017.
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El éxito electoral del populismo en la era de la posverdad está impulsado por lo digital, en concreto, por las redes sociales. Las elecciones en Cataluña (21D) están marcadas por el líder influencer.
Mítin político en campaña electoral en Álamo (México).
Ricardo Anaya Cortés / Visual
Las “fake news” y la posverdad son solo dos caras de las secuelas de la tecnología en la democracia. La política se ha desvinculado de la verdad para entregarse al emocional lenguaje del espectáculo.
Profesor de Comunicación y Educación. Director del Máster de Comunicación y Educación en la Red y del Máster de Periodismo Transmedia UNED-EFE, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia
Profesor e investigador en el Máster de Comunicación y Educación en la Red y el Máster de Periodismo Transmedia, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia
Profesor de Investigación IFS-CSIC (GI TcP Etica, Epistemología y Sociedad). Historiador de las ideas morales y políticas, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)