tag:theconversation.com,2011:/us/topics/reduccion-de-emisiones-83031/articlesreducción de emisiones – The Conversation2023-06-08T17:34:25Ztag:theconversation.com,2011:article/2073772023-06-08T17:34:25Z2023-06-08T17:34:25ZLos actuales compromisos de reducción de emisiones podrían ser suficientes, pero hay que cumplirlos<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/530968/original/file-20230608-29-xh4rhs.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5176%2C3445&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/es/fotos/BMravfjOZPM">Abhishek Pawar / Unsplash</a></span></figcaption></figure><p>En el histórico <a href="https://theconversation.com/contradicciones-que-lastran-el-cumplimiento-del-acuerdo-de-paris-sobre-el-clima-152101">Acuerdo de París</a>, adoptado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 (COP21), 196 países decidieron que el mundo debía limitar el aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2 °C respecto a los niveles preindustriales, y a 1,5 °C por encima de los niveles actuales a ser posible.</p>
<p>Los distintos países debían fijar objetivos nacionales de emisiones teniendo en cuenta este objetivo global pero, en aquel momento, ninguno se consideró suficiente para hacer realidad un <a href="https://www.nature.com/articles/s41558-021-01206-3">futuro acorde con el Acuerdo de París</a>. No obstante, desde entonces los estados han incrementado sus ambiciones en materia de emisiones.</p>
<p>En las negociaciones de la COP26, celebradas en Glasgow en noviembre de 2021, se produjeron avances considerables. Más de 120 países mejoraron sus objetivos para 2030. Y, lo que es más importante, los principales emisores, que representan más del 70 % de las emisiones mundiales de CO₂, anunciaron o incluso adoptaron compromisos de transición hacia <a href="https://theconversation.com/decepcionantes-o-no-los-resultados-de-glasgow-son-los-mejores-desde-la-cop21-de-paris-172181">economías climáticamente neutras</a>. </p>
<p>A la cabeza de esta carrera, tanto la Unión Europea como Estados Unidos se han comprometido a reducir sus emisiones a cero neto (un equilibrio global entre las emisiones de gases de efecto invernadero producidas y eliminadas de la atmósfera) para 2050. Otros grandes emisores se han comprometido a objetivos posteriores: China para 2060 e India para 2070.</p>
<p>Nuestro nuevo análisis, publicado en <a href="https://www.nature.com/articles/s41558-023-01661-0"><em>Nature Climate Change</em></a>, sugiere que, si se cumplen en su totalidad, estos compromisos de emisiones netas cero podrían bastar para estabilizar el calentamiento global en torno a 1,7–1,8 °C en este siglo. Esta cifra se acercaría al objetivo de “muy por debajo de 2 °C” del Acuerdo de París, aunque 1,5 °C seguiría estando fuera de nuestro alcance. </p>
<p>Si bien esto parece una noticia relativamente buena, también advertimos de que alcanzar compromisos de cero neto en unas décadas implicaría acelerar las medidas de mitigación hoy.</p>
<p>Hemos evaluado hasta qué punto las políticas energéticas y climáticas actualmente en fase de implementación o planificación están alineadas con los objetivos de 2030 y a más largo plazo a nivel nacional, y hasta qué punto son alcanzables las trayectorias de descarbonización necesarias para cumplir los objetivos prometidos, en términos de retos socioeconómicos, tecnológicos y físicos. </p>
<p>Nuestro análisis del impacto de las políticas y promesas de las principales economías del mundo sugiere explícitamente que el cumplimiento de sus promesas a largo plazo requiere esfuerzos de descarbonización a una velocidad y escala sin precedentes.</p>
<h2>Una larga lista de casillas que marcar</h2>
<p>Al proyectar los resultados de temperatura de las políticas actualmente en vigor, los objetivos para 2030 (contribuciones determinadas a nivel nacional, o CDN) y los objetivos a largo plazo (incluidos los compromisos de cero emisiones netas), el estudio desglosa primero la brecha total de la acción climática en tres brechas individuales: </p>
<ul>
<li><p>Una brecha de aplicación, que refleja la diferencia de temperatura entre las políticas actuales y las CDN.</p></li>
<li><p>Una brecha de ajuste a largo plazo, que muestra la diferencia de temperatura entre las CDN y los objetivos a largo plazo.</p></li>
<li><p>Una brecha de ambición, que captura la diferencia entre el resultado de temperatura de los objetivos a más largo plazo y el objetivo final de 1,5 °C del Acuerdo de París.</p></li>
</ul>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/528548/original/file-20230526-15-wyk2jn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/528548/original/file-20230526-15-wyk2jn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/528548/original/file-20230526-15-wyk2jn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/528548/original/file-20230526-15-wyk2jn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/528548/original/file-20230526-15-wyk2jn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/528548/original/file-20230526-15-wyk2jn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/528548/original/file-20230526-15-wyk2jn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/528548/original/file-20230526-15-wyk2jn.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">La brecha de acción climática desglosada en brechas de aplicación, de ajuste a largo plazo y de ambición a largo plazo.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<p>El estudio concluye que los objetivos actuales manifestados por las políticas aplicadas van camino de aumentar la temperatura global hasta 2,1-2,4 °C por encima de los niveles preindustriales en 2100, dependiendo del modelo utilizado. Por otro lado, los objetivos declarados en las actuales CDN limitan ligeramente este aumento a 2,0-2,2 °C. </p>
<p>En ambos casos, se prevé que el calentamiento continúe después de 2100, ya que para entonces las emisiones mundiales de CO₂ aún no habrán alcanzado niveles netos cero. Si los países también cumplen sus objetivos declarados a largo plazo después de cumplir sus compromisos actuales de CDN en 2030, el aumento de la temperatura podría limitarse aún más y estabilizarse en torno a 1,7-1,8 °C. </p>
<p>Teniendo en cuenta la incertidumbre sobre cómo afectan las emisiones a las temperaturas globales, esto se traduce en una probabilidad del 75 % de que el aumento de la temperatura global se mantenga por debajo de los 2 °C, lo que podría considerarse compatible con el objetivo de “muy por debajo de los 2 °C” del Acuerdo de París.</p>
<p>También hemos analizado regiones concretas. Por ejemplo, observamos que EE. UU. y Japón han presentado CDN ambiciosas, pero al mismo tiempo sus políticas van a la zaga (la Ley de Reducción de la Inflación de EE. UU. era demasiado reciente para incluirla en este estudio), mientras que países como China, India y Rusia muestran poca ambición en sus objetivos para 2030. En cambio, la Unión Europea, pionera en la lucha contra el cambio climático, ya cuenta con políticas ambiciosas.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/528545/original/file-20230526-17-id6oab.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/528545/original/file-20230526-17-id6oab.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/528545/original/file-20230526-17-id6oab.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=344&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/528545/original/file-20230526-17-id6oab.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=344&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/528545/original/file-20230526-17-id6oab.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=344&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/528545/original/file-20230526-17-id6oab.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=433&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/528545/original/file-20230526-17-id6oab.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=433&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/528545/original/file-20230526-17-id6oab.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=433&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Evaluación de la temperatura de los escenarios modelizados a partir de los 4 modelos diferentes.</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>De las palabras a la acción</h2>
<p>Nuestro análisis sugiere que existen diferentes rutas “óptimas” hacia la reducción a cero neto, aunque cada una de estas vías se enfrentaría a diferentes obstáculos y en diferentes momentos de aquí a 2050. </p>
<p>Por ejemplo, una de las rutas hacia el balance neto cero podría suponer un reto importante a la hora de aumentar la expansión de las energías renovables en la medida necesaria, mientras que otras parecen enfrentarse a más retos en términos de cargas socioeconómicas. Como era de esperar, algunos caminos hacia el cero neto requieren –y por tanto presentan retos dominantes en términos de– aumentar el suministro de bioenergía sostenible y las tecnologías de captura de carbono.</p>
<p>Lo interesante, sin embargo, es que las principales economías se enfrentan a retos muy diferentes a la hora de cumplir su objetivo común de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C. </p>
<p>Por ejemplo, India y Japón se enfrentan a limitaciones a largo plazo en materia de bioenergía y almacenamiento de carbono, Estados Unidos tendría dificultades para lograr los recortes necesarios en el consumo de energía a largo plazo, mientras que la Unión Europea debería encontrar la manera de impulsar el despliegue de tecnologías limpias en esta década. </p>
<p>Esto nos demuestra que realmente no existe un enfoque político o tecnológico único para garantizar que el objetivo del Acuerdo de París se mantenga vivo en todo el mundo.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/528546/original/file-20230526-17-4r14j6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/528546/original/file-20230526-17-4r14j6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/528546/original/file-20230526-17-4r14j6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/528546/original/file-20230526-17-4r14j6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/528546/original/file-20230526-17-4r14j6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=396&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/528546/original/file-20230526-17-4r14j6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/528546/original/file-20230526-17-4r14j6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/528546/original/file-20230526-17-4r14j6.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=498&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Vías de emisión de CO₂ fósil y retos para alcanzar los objetivos anunciados de China, EE. UU. y la UE para los tres escenarios de este estudio: políticas actuales (CP_EI), CDN (NDC_EI) y CDN con objetivos a largo plazo (NDC_LTT).</span>
<span class="attribution"><span class="license">Author provided</span></span>
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<h2>Nuevas bases en el debate sobre el clima</h2>
<p>Una nota positiva es que la acción climática parece dar sus frutos. En un <a href="https://www.nature.com/articles/s41558-021-01206-3">estudio similar anterior</a>, publicado hace dos años, habíamos constatado un aumento de la temperatura de 2,3-2,7 °C como resultado de las políticas actuales. Esa cifra ha disminuido, lo que implica que las políticas climáticas se han reforzado drásticamente en los últimos años.</p>
<p>Sin embargo, la conclusión más deprimente es que, aunque ya no tenemos que preocuparnos por que los objetivos de los gobiernos sean escasos, probablemente deberíamos empezar a preocuparnos por las promesas vacías y dejar de exigir compromisos más audaces. Evidentemente, desde el proceso de Glasgow de la COP26, el factor más relevante para evitar una catástrofe climática es garantizar el cumplimiento de las promesas existentes de los países.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/207377/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Dirk-Jan van de Ven recibe fondos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital de España (Subvención nº CEX2021-001201-M), del Proyecto de la Comisión Europea Horizonte Europa IAM COMPACT, Subvención nº 101056306, y a través del Proyecto de la Comisión Europea Horizonte 2020 PARIS REINFORCE, Subvención nº 820846.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Ajay Gambhir recibe fondos a través de UK Research and Innovation, Proyecto 10045455, como parte del proyecto de la Comisión Europea Horizonte Europa IAM COMPACT, subvención nº 101056306, y a través del proyecto de la Comisión Europea Horizonte 2020 PARIS REINFORCE, subvención nº 820846.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Alexandros Nikas recibe fondos de los programas de investigación e innovación Horizonte 2020 y Horizonte Europa de la Unión Europea con los números de acuerdo de subvención 820846 (PARIS REINFORCE) y 101056306 (IAM COMPACT), respectivamente.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Shivika Mittal recibe fondos a través de UK Research and Innovation, Proyecto 10045455, como parte del proyecto de la Comisión Europea Horizonte Europa IAM COMPACT, subvención nº 101056306, y a través del proyecto de la Comisión Europea Horizonte 2020 PARIS REINFORCE, subvención nº 820846.</span></em></p>Un reciente estudio sugiere que los objetivos climáticos nacionales actuales podrían bastar para estabilizar el calentamiento global en 1,7-1,8°C en este siglo. Pero hay que acelerar las medidas de mitigación.Dirk-Jan van de Ven, Postdoc Researcher, BC3 - Basque Centre for Climate ChangeAjay Gambhir, Senior research fellow, Imperial College LondonAlexandros Nikas, Senior Researcher, National Technical University of AthensShivika Mittal, Research fellow, Imperial College LondonLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/2030922023-04-11T16:30:14Z2023-04-11T16:30:14ZSustituir el avión por el tren no basta para reducir la contaminación del turismo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/520197/original/file-20230411-22-4vb4j8.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C25%2C8500%2C5318&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/white-air-plane-fly-over-konyaalti-1159956367">Muratart / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>En 2018, Suecia acuñó el neologismo <a href="https://www.ecologistasenaccion.org/139557/flygskam-la-verguenza-de-volar/"><em>flysgkam</em></a> para referirse a la vergüenza de viajar en avión por sus consecuencias medioambientales. El hecho de que las tendencias sociales trasciendan al lenguaje es un indicio inequívoco de su calado en la sociedad, y la preocupación por el cambio climático es un claro ejemplo de ello. </p>
<p>El <a href="https://theconversation.com/es/topics/turismo-57545">turismo</a> es uno de los sectores más potentes. Es una importante fuente de generación de empleo, en especial para jóvenes y mujeres, y de crecimiento. Si embargo, también es un sector altamente contaminante. </p>
<p>Se estima que el turismo es responsable de alrededor del <a href="https://www.nature.com/articles/s41558-018-0141-x">8 % de los gases de efecto invernadero a nivel mundial</a>, y, en países muy turísticos, esta cifra casi se duplica. Por ejemplo, el turismo en España aportó un 12,4 % al PIB en 2019, pero su contribución a la huella de carbono española (total de emisiones de dióxido de carbono, principal causante del calentamiento global) superó ese año su contribución al PIB en dos puntos porcentuales (14 %).</p>
<h2>Turismo internacional al alcance de todos</h2>
<p>En la primera década de los 2000, el bum de las aerolíneas <em>low cost</em> y la expansión de los buscadores y comparadores turísticos <em>online</em> propiciaron un auge sin precedentes del turismo, dando lugar al término saturación turística o <a href="https://theconversation.com/saturacion-turistica-un-problema-global-creciente-100778"><em>overtourism</em></a>. </p>
<p>Para muchos, viajar a alguna capital extranjera se convirtió en una opción de fin de semana más. El turismo internacional se había democratizado, lo cual era percibido en España como algo positivo a nivel cultural. Sin embargo, los efectos negativos de un turismo desmedido aguardaban en la sombra. </p>
<p>Aspectos como la <a href="https://www.catarata.org/libro/gentrificacion_108954/">gentrificación</a>, el aumento de los <a href="https://likealocal-project.org/">precios de los alquileres</a>, la masificación de destinos y el impacto sobre el medio ambiente son algunos de los efectos negativos propiciados por un turismo de masas poco responsable. </p>
<p>A través de la <a href="https://www.unwto.org/es/declaracion-de-glasgow-sobre-la-accion-climatica-en-el-turismo">Declaración de Glasgow de Acción Climática en el Turismo</a>, el sector turístico se ha comprometido a reducir las emisiones en un 50 % en 2030 y alcanzar las emisiones netas cero antes de 2050. ¿Es esto posible? ¿Cómo se puede conseguir? </p>
<h2>2020: un año malo para el turismo, bueno para el planeta</h2>
<p>En 2020, las severas restricciones debidas a la covid-19 afectaron gravemente al turismo, cayendo el número de turistas y su consumo dentro de España. </p>
<p>Con la caída del consumo, las emisiones también se redujeron drásticamente, tal y como muestran los <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0954349X23000358">resultados de un estudio que hemos publicado</a> recientemente varias componentes del Grupo <a href="https://blog.uclm.es/grupogear/">GEAR</a> de la Universidad de Castilla-La Mancha. </p>
<p>Este <em>shock</em> consiguió, por primera vez, poner al sector en camino hacia el cumplimiento de los <a href="https://www.eea.europa.eu/policy-documents/2030-climate-target-plan">objetivos de la Unión Europea para 2030 y 2050</a>. En concreto, en el año 2020, la huella de carbono del turismo en España se redujo en un 62,6 % con respecto a la del año anterior, una reducción nunca antes vista. Esta es la ilustración más clara de lo difícil que puede resultar, en el contexto actual de crecimiento, el objetivo de cero emisiones netas, a menos que se produzcan cambios fundamentales. </p>
<h2>El “viaje” hacia un turismo más sostenible</h2>
<p>Este contexto plantea un dilema con dos retos cruciales: <a href="https://theconversation.com/como-recuperar-el-turismo-tras-la-devastacion-de-la-covid-19-147429">el turismo debe prosperar</a> económicamente al mismo tiempo que reduce las emisiones y aumenta su sostenibilidad y resiliencia frente al cambio climático y otros impactos externos.</p>
<p>Para lograr ambos objetivos deben ponerse en marcha medidas multidimensionales. Un análisis de distintos escenarios posibles apunta a que se necesita un cambio drástico y sistémico en el turismo para que alcance sus objetivos de sostenibilidad. </p>
<p>Los cambios en los hábitos de consumo junto con mejoras de eficiencia energética sirven de poco si se mantienen los niveles de consumo y el número de turistas del periodo precovid. </p>
<p>Si, mientras que el sector mejora su eficiencia energética, los turistas residentes y extranjeros (de países cercanos) sustituyen el avión por el tren, la huella de carbono del turismo en España se reduciría, según nuestras estimaciones, un 25 %. Esta es una reducción notable, pero insuficiente. </p>
<p>Por tanto, se necesita más ambición y cambios más radicales. Además de sustituir el avión por el tren siempre que sea posible, es crucial reducir la distancia y el número de viajes realizados, y fomentar el turismo digital como alternativa al turismo tradicional. Una electrificación más rápida del transporte también podría impactar de forma positiva. </p>
<p>En cuanto a la alimentación, cambios dietéticos ligados a un mayor consumo de productos de proximidad podría reducir las emisiones ligadas a restauración. Para promover la eficiencia energética en los alojamientos turísticos, el ajuste de la temperatura en interior y mejoras en el aislamiento de los edificios son medidas simples y efectivas que también reducirían la huella de carbono. </p>
<p>En definitiva, el turismo no se puede permitir seguir siendo responsable de tan alto nivel de emisiones. Aprovechando las lecciones aprendidas durante los años de pandemia, la actividad turística ha de reconducirse. </p>
<p>Medidas asociadas a cambios en la movilidad, alimentación y energía, acompañadas de un decrecimiento del consumo turístico generalizado, son la clave para el cambio. Como declaró Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA), “debemos pasar de la procrastinación climática a la activación climática”. </p>
<p>En Suecia parecen tenerlo claro: en contraposición a la vergüenza del <em>flysgkam</em>, ya hablan de <em>tagskyrt</em> para aludir al orgullo de viajar en tren.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/203092/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>María Ángeles Tobarra Gómez recibe fondos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y de la UE dentro del programa Horizon y ayudas FEDER a proyectos de Investigación. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>María Ángeles Cadarso, Pilar Osorio Morallón y Ángela García-Alaminos no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>La pandemia nos ha demostrado que se necesitan cambios radicales para avanzar hacia un modelo de turismo más sostenible. Las autoras han identificado medidas fundamentales como reducir la distancia y el número de viajes realizados.Pilar Osorio Morallón, Investigadora predoctoral, Universidad de Castilla-La ManchaÁngela García-Alaminos, Investigadora posdoctoral, Universidad de Castilla-La ManchaMaría Ángeles Cadarso, Catedrática de Universidad, especialista en Economía y Medio Ambiente, Universidad de Castilla-La ManchaMaría Ángeles Tobarra Gómez, Profesora Titular de Fundamentos del Análisis Económico, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1964282022-12-14T19:10:11Z2022-12-14T19:10:11ZPor qué el Mundial de Catar no es neutro en carbono<p>En respuesta a la creciente preocupación por <a href="https://theconversation.com/fr/topics/changement-climatique-21171">el cambio climático</a>, cada vez más países, autoridades locales y empresas se <a href="https://zerotracker.net/">comprometen a la neutralidad en carbono</a>.</p>
<p>Pero esta <a href="https://carbonmarketwatch.org/publications/carbon-market-watch-response-to-the-un-high-level-expert-group-on-net-zero/">proliferación de declaraciones de neutralidad de carbono</a> cuestiona la ambición real de los compromisos. Por eso han surgido varios <a href="https://presse.ademe.fr/2022/02/lademe-publie-un-avis-dexperts-sur-lutilisation-de-largument-de-neutralite-carbone-dans-les-communications.html">intentos de regularlas</a>.</p>
<p>¿La última polémica? El <a href="https://theconversation.com/fr/topics/coupe-du-monde-120635">Mundial de Fútbol de 2022</a> en Catar: sus organizadores han prometido el primer Mundial “neutro en carbono”, es decir, que no generará más emisiones de gases de efecto invernadero (GEI o <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/CO%E2%82%82_equivalente">CO₂e</a>) de las que podrá eliminar de la atmósfera por otros medios.</p>
<p>La estimación de las emisiones del evento es el primer punto de discordia: <a href="https://www.qatar2022.qa/sites/default/files/2022-08/greenhouse-gas-accounting-report-en.pdf">estimadas en 3,6 millones de toneladas de CO₂e</a> en el estudio encargado por Catar, la ONG <a href="https://carbonmarketwatch.org/wp-content/uploads/2022/05/Poor-tackling_-Yellow-card-for-2022-FIFA.pdf">Carbon Market Watch</a> y la startup <a href="https://www.sofoot.com/un-mondial-2022-neutre-en-carbone-est-ce-vraiment-credible-521661.html">Greenly</a> creen que esta cifra está subestimada… ¡a la mitad!</p>
<p>Los organizadores prometieron entonces absorber las emisiones de las que se consideran directamente responsables –sólo la mitad de los 3,6 millones de toneladas– mediante compensaciones certificadas.</p>
<h2>Polémico proyecto de compensación</h2>
<p>Aparte del cuestionable asunto de la responsabilidad de las emisiones, el proyecto de compensación plantea dos problemas.</p>
<p>En primer lugar, un <a href="https://carbonmarketwatch.org/wp-content/uploads/2022/09/Poor-tackling_-Yellow-card-for-2022-FIFA.pdf">conflicto de intereses en el programa de certificación</a> encargado de garantizar la calidad de los créditos, ya que la norma de certificación se elaboró en colaboración con los organizadores del Mundial. Así pues, el efecto real de la absorción de emisiones de estos créditos es cuestionable.</p>
<p>En segundo lugar, los proyectos financiados hasta ahora distan mucho de alcanzar la compensación anunciada. Todas estas razones han llevado a Carbon Market Watch a presentar una <a href="https://carbonmarketwatch.org/publications/plainte-aupres-du-jury-dethique-publicitaire-belge-portant-sur-la-communication-de-neutralite-carbone-de-la-coupe-du-monde-de-la-fifa-2022/">denuncia</a> por publicidad falsa sobre la neutralidad en carbono.</p>
<p>¿Es el Mundial neutro en carbono?</p>
<h2>Neutralidad de carbono, una definición y reglas múltiples</h2>
<p>La multiplicidad de definiciones de neutralidad de carbono afecta a su comprensión y aplicación.</p>
<p>Tanto el <a href="https://www.ipcc.ch/sr15/chapter/chapter-2/">IPCC</a> como la <a href="https://www.iso.org/obp/ui/en/">ISO</a> coinciden en líneas generales en el mismo concepto: carbono neutro, o cero neto, significa que las emisiones se equilibran –o “neutralizan”– con las absorciones provocadas por el hombre. Estas emisiones cubren sólo el CO₂ para el IPCC, y todos los GEI para la ISO, en un perímetro y un periodo de tiempo determinados.</p>
<p>Esta flexibilidad en la definición del perímetro considerado plantea un problema, ya que cuanto más pequeña sea el área, menor será la ambición y, por tanto, el efecto del compromiso de neutralidad de carbono. Una reflexión que puede llevar a considerar que no existe ningún evento, <a href="https://www.carbone4.com/publication-referentiel-nzi">empresa</a>, ni producto neutros en carbono.</p>
<p>En segundo lugar, las reglas para declararse neutro en carbono no están muy claras, a pesar de la norma específica <a href="https://www.aec.es/web/guest/centro-conocimiento/norma-pas-2060">PAS 2060</a>.</p>
<p>Muchos se refieren a la secuencia <a href="https://www.ecologie.gouv.fr/eviter-reduire-et-compenser-impacts-sur-lenvironnement">evitar, reducir, compensar</a>: uno evita emitir, si no, reduce sus emisiones y, por último, compensa las emisiones residuales, es decir, las que no ha conseguido reducir.</p>
<p>Pero ¿qué objetivos de reducción a pequeña escala son compatibles con la neutralidad global del carbono, que pretende garantizar la seguridad de la humanidad, pero exige esfuerzos colosales?</p>
<p>Según el <a href="https://unfccc.int/fr/a-propos-des-ndcs/l-accord-de-paris">Acuerdo de París</a>, las emisiones deben reducirse en torno a un 5 % anual, es decir, <a href="https://www.nature.com/articles/d41586-021-00090-3">el efecto de la pandemia de covid en 2020</a> ¡todos los años!</p>
<p>Así, la iniciativa Science-Based Target (SBTi), uno de los principales puntos de referencia para el compromiso con la neutralidad de carbono, recomienda que las empresas alcancen un <a href="https://sciencebasedtargets.org/resources/files/Net-Zero-Standard.pdf">objetivo mínimo de reducción del 90 %</a> de las emisiones actuales. A esto le siguen las <a href="https://sciencebasedtargets.org/resources/files/Net-Zero-Standard.pdf">normas de buenas prácticas</a> para neutralizar el 10 % máximo de emisiones residuales.</p>
<h2>Dificultades para contabilizar las emisiones</h2>
<p>El primer paso para planificar la neutralidad de carbono es saber cuánto se emite. Para cuantificarlo, coexisten varios enfoques: el <a href="https://ghgprotocol.org/corporate-standard">GHG Protocol</a>, el <a href="https://www.iso.org/fr/standard/76121.html">análisis del ciclo de vida</a> o los <a href="https://www.ecologie.gouv.fr/inventaire-national-des-emissions-gaz-effet-serre">inventarios nacionales</a>.</p>
<p>Cada método, basado en datos específicos, conduce a balances diferentes, cuya solidez no se conoce bien. En particular, los datos sobre emisiones utilizados en los cálculos varían en calidad, lo que genera incertidumbres en los resultados del modelo.</p>
<p>Al final, el significado y la fiabilidad de la evaluación no se comprenden bien.</p>
<h2>Neutralizar las emisiones: los límites de la compensación</h2>
<p>Para neutralizar las emisiones residuales, el carbono puede capturarse y almacenarse o utilizarse, ya sea por medios naturales (fotosíntesis) o tecnológicos. La neutralización financiada fuera de la cadena de producción se denomina compensación: se compran créditos por las emisiones evitadas o capturadas.</p>
<p>Los procesos de certificación de créditos pretenden garantizar el efecto real en la reducción de emisiones según <a href="https://www.bsigroup.com/fr-FR/PAS-2060-Neutralite-carbone/">4 criterios estándar</a>: adicionalidad, permanencia, fuga y doble contabilidad.</p>
<p>A menudo, en el pasado, <a href="https://www.researchgate.net/publication/316216473_How_additional_is_the_Clean_Development_Mechanism_Analysis_of_the_application_of_current_tools_and_proposed_alternatives_Study_prepared_for_DG_CLIMA?channel=doi&linkId=58f64eacaca2723d16a97b22&showFulltext=true">no se ha conseguido</a> <a href="https://theconversation.com/satellites-detect-no-real-climate-benefit-from-10-years-of-forest-carbon-offsets-in-california-193943">el efecto deseado</a>.</p>
<p>Además, los créditos plantean un problema a escala mundial: hoy en día, la mayoría de los créditos no generados por los mercados de carbono proceden de proyectos de reforestación o forestación. Estos proyectos consisten en restaurar o crear sumideros de carbono y, por tanto, santuarizar zonas naturales, a riesgo de liberar posteriormente las emisiones almacenadas, anulando así el efecto de los créditos.</p>
<p>En el futuro, estas zonas naturales no podrán utilizarse para otras actividades (agricultura, producción de energía). El uso ilimitado de compensaciones es, por tanto, <a href="https://www.carbonbrief.org/qa-can-nature-based-solutions-help-address-climate-change/">incompatible con la finitud de la superficie terrestre</a>, y urge planificar un uso del suelo que permita un futuro neto cero justo y sostenible.</p>
<h2>¿Es fraudulenta la afirmación de neutralidad de carbono de la Copa?</h2>
<p>En el caso del Mundial, la descripción del modelo de cuantificación publicado en el informe de emisiones no permite evaluar la fiabilidad de la evaluación. Esta falta de transparencia no cumple la <a href="https://www.iso.org/fr/standard/38498.html">norma de ACV ISO 14044</a>.</p>
<p>Más allá del nivel de emisiones del proyecto, el enfoque del compromiso de neutralidad de carbono no es fraudulento si se tiene en cuenta el derecho a compensar las emisiones descrito en el PAE 2060, la veracidad de los compromisos de compensación y su plena eficacia. Pero es evidente que le falta ambición.</p>
<p>En primer lugar, <a href="https://www.qatar2022.qa/sites/default/files/2022-08/greenhouse-gas-accounting-report-en.pdf">no presenta un balance de emisiones reducido en comparación con anteriores Mundiales</a>.</p>
<p>En segundo lugar, las compensaciones anunciadas son dudosas, sobre todo la calidad de la certificación, y sólo se refieren al 50 % de las emisiones de un balance de carbono ya “optimizado”.</p>
<p>Por último, los organizadores no se responsabilizan de las consecuencias futuras de la construcción de las infraestructuras necesarias para el Mundial. ¿Servirán las infraestructuras para la transición climática? Probablemente no. Por ejemplo, ¿se utilizarán los metros para reducir las emisiones del transporte en la región? Esto es dudoso. Los estadios fijos, si se reutilizan para futuros eventos, ¿no generarán tráfico aéreo? Sí, y es probable que sea la mayor fuente de emisiones, ya que <a href="https://www.qatar2022.qa/sites/default/files/2022-08/greenhouse-gas-accounting-report-en.pdf">los vuelos representan el 40 % de las emisiones</a> del evento actual.</p>
<h2>Hacer que los datos sean realmente fiables</h2>
<p>La escala de la reducción de emisiones para garantizar la vida en la Tierra es tan grande que no es razonable seguir financiando proyectos de inversión no esenciales que no contribuyen a la futura reducción de emisiones y consumen un recurso que pronto será escaso: los créditos de compensación genuinos.</p>
<p>La neutralidad en carbono debe lograrse mediante grandes <a href="https://www.naturebasedsolutionsinitiative.org/news/on-the-misuse-of-nature-based-carbon-offsets">reducciones de emisiones</a> y la neutralidad en carbono renovable, es decir, no agotando recursos finitos como nuestros espacios naturales.</p>
<p>Además, la planificación de la neutralidad del carbono requiere ante todo datos de calidad para evaluar con precisión las emisiones de las actividades humanas y las mejores soluciones de descarbonización. La investigación no da mucho valor al desarrollo y la fiabilidad de los datos. Sin embargo, la imparcialidad de la ciencia es necesaria para mejorar y completar estas bases de datos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/196428/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Anne de Bortoli es investigadora postdoctoral en el CIRAIG de la Polytechnique Montréal, e investigadora asociada en el LVMT de la Ecole des Ponts ParisTech. Ha recibido financiación de varios programas públicos de investigación de Canadá: MITACS, CIRODD y FRQNT.</span></em></p>Aunque los organizadores han prometido el primer Mundial “neutro en carbono”, un análisis más profundo lleva a otras conclusiones.Anne de Bortoli, Chercheuse en carboneutralité et durabilité des transports et infrastructure, Polytechnique MontréalLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1946612022-11-15T18:24:40Z2022-11-15T18:24:40ZCuatro señales de progreso en la cumbre de la ONU sobre el cambio climático<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/495389/original/file-20221115-19-f02xma.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C8179%2C5444&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Los países en desarrollo piden más financiación y cambios en el Banco Mundial.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/activists-demanding-climate-finance-and-debt-relief-for-news-photo/1440171310">Sean Gallup / Getty Images</a></span></figcaption></figure><p>Algo importante está ocurriendo en el desierto de Egipto mientras los países <a href="https://unfccc.int/cop27">se reúnen en la COP27</a>, la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.</p>
<p>A pesar de la frustrante esclerosis en las salas de negociación, cada vez está más claro el camino a seguir para aumentar la financiación climática con el fin de ayudar a los países de bajos ingresos a adaptarse al cambio climático y a la transición a la energía limpia.</p>
<p>Dediqué gran parte de <a href="https://fletcher.tufts.edu/people/staff/rachel-kyte">mi carrera</a> a las finanzas internacionales en el Banco Mundial y las Naciones Unidas y ahora asesoro a fondos de desarrollo públicos y privados y enseño diplomacia climática centrada en las finanzas. La financiación del clima ha sido uno de los temas más espinosos de las negociaciones climáticas mundiales durante décadas, pero veo cuatro signos prometedores de progreso en la COP27.</p>
<h2>Hacia el cero neto, sin <em>greenwashing</em></h2>
<p>En primer lugar, el objetivo –conseguir cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 para detener el calentamiento global– está más claro.</p>
<p>La anterior conferencia sobre el clima, la <a href="https://theconversation.com/cop26-avances-y-cuentas-pendientes-de-una-cumbre-poco-comprometida-172110">COP26</a> de Glasgow (Escocia), estuvo a punto de fracasar por la frustración de que la financiación internacional no llegara a los países en desarrollo y de que las empresas y las instituciones financieras hicieran <em>greenwashing</em>, es decir, hicieran anuncios que no podían respaldar. Un año después, algo parece estar cambiando.</p>
<p>En 2021, el sector financiero llegó por primera vez a la COP26 con toda su fuerza. Los bancos privados, las aseguradoras y los inversores institucionales, <a href="https://www.gfanzero.com/press/amount-of-finance-committed-to-achieving-1-5c-now-at-scale-needed-to-deliver-the-transition/">que representan 130 billones de dólares</a>, aseguraron que alinearían sus inversiones con el objetivo de mantener el calentamiento global en 1,5 °C, una promesa de cero neto. Esto aumentaría la financiación para el crecimiento verde y la transición a energías limpias, y reduciría las inversiones en combustibles fósiles. Fue un avance aparente. Pero muchos observadores pusieron el grito en el cielo y <a href="https://www.greenpeace.org/aotearoa/press-release/offsets-taskforce-hit-by-protest-at-cop26/">acusaron a las instituciones financieras de <em>greenwashing</em></a>.</p>
<p>En el año transcurrido desde entonces, una comisión de la ONU ha <a href="https://www.un.org/en/climatechange/high-level-expert-group">puesto una línea roja en torno al <em>greenwashing</em></a>, delimitando lo que debe hacer una empresa o institución para hacer una afirmación creíble sobre sus objetivos de cero emisiones netas. Su lista de comprobación no es obligatoria, pero establece un listón muy alto basado en la ciencia y ayudará a que las empresas y los inversores rindan cuentas.</p>
<h2>Reformas en las instituciones financieras internacionales</h2>
<p>En segundo lugar, el funcionamiento de instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial está recibiendo una atención muy necesaria.</p>
<p>En los últimos 12 meses, ha crecido la <a href="https://www.nytimes.com/2022/11/09/climate/david-malpass-world-bank-cop27-climate-change.html">frustración</a> con el sistema financiero internacional, especialmente con la dirección del Grupo del Banco Mundial. Los países de bajos ingresos se quejan desde hace tiempo de tener que pedir préstamos para financiar la resiliencia a los impactos climáticos que no han causado, y han pedido que los bancos de desarrollo asuman más riesgos y aprovechen más la inversión privada para proyectos muy necesarios, incluida la expansión de las energías renovables.</p>
<p>Esa frustración ha culminado en la presión para que el presidente del Banco Mundial, David Malpass, dimita. Malpass, nominado por la Administración Trump en 2019, se ha <a href="https://www.politico.com/news/2022/09/23/world-bank-president-not-resigning-apologizes-for-climate-science-remarks-00058612">aferrado al puesto por ahora</a>, pero Estados Unidos, Europa y otros le exigen presentar <a href="https://www.reuters.com/business/environment/world-bank-chief-says-will-keep-intense-focus-addressing-climate-change-2022-10-07/">una nueva hoja de ruta</a> para la respuesta del Banco Mundial al cambio climático este año.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="En una sala de reuniones, Mia Motley habla y gesticula mientras Ursula von der Leyen escucha atentamente." src="https://images.theconversation.com/files/494962/original/file-20221113-24-3c3mzd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/494962/original/file-20221113-24-3c3mzd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/494962/original/file-20221113-24-3c3mzd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/494962/original/file-20221113-24-3c3mzd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=430&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/494962/original/file-20221113-24-3c3mzd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/494962/original/file-20221113-24-3c3mzd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/494962/original/file-20221113-24-3c3mzd.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=541&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">Mia Mottley, primera ministra de Barbados y defensora de la reforma financiera internacional, habla con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la cumbre del clima de noviembre de 2022.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/mia-mottley-prime-minister-of-barbados-chats-with-president-news-photo/1439748312?phrase=mia%20mottley&adppopup=true">Sean Gallup / Getty Images</a></span>
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</figure>
<p>La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, una de las principales voces a favor de la reforma, y otros han pedido que <a href="https://geopolitique.eu/en/articles/breaking-the-deadlock-on-climate-the-bridgetown-initiative/">el billón de dólares</a> que ya está en el sistema financiero internacional se reoriente a proyectos de resiliencia climática para ayudar a los países vulnerables a protegerse de futuros desastres climáticos.</p>
<p>En la COP27, el presidente francés, Emmanuel Macron, apoyó el llamamiento de Mottley para que se reorganice el funcionamiento de las finanzas internacionales y juntos han acordado <a href="https://foreignpolicy.com/2022/11/11/cop27-un-climate-barbados-mottley-climate-finance-imf/">crear un grupo para sugerir cambios</a> en la próxima reunión de los gobernadores del FMI y del Banco Mundial en la primavera de 2023.</p>
<p>Mientras tanto, los bancos regionales de desarrollo se han reinventado para atender mejor las necesidades de sus países. El Banco Interamericano de Desarrollo, centrado en América Latina y el Caribe, está considerando la posibilidad de cambiar su modelo de negocio para asumir más riesgos y atraer más inversiones del sector privado. El Banco Asiático de Desarrollo ha puesto en marcha un <a href="https://www.adb.org/news/adb-adopts-new-operating-model-meet-rapidly-changing-needs-asia-and-pacific">nuevo modelo operativo</a> diseñado para lograr mayores resultados en materia de clima y aprovechar la financiación privada de forma más eficaz.</p>
<h2>La financiación privada comienza a fluir</h2>
<p>En tercer lugar, se están desarrollando más asociaciones público-privadas para acelerar la descarbonización e impulsar la transición energética.</p>
<p>La primera de estas <a href="https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/en/IP_21_5768">asociaciones para la transición energética justa</a>, anunciada en 2021, se diseñó para apoyar la transición de Sudáfrica hacia el abandono del carbón. Se basa en una combinación de subvenciones, préstamos e inversiones, así como en el reparto de riesgos para ayudar a atraer más financiación del sector privado. </p>
<p>Indonesia espera anunciar una asociación similar en la cumbre del G-20. Vietnam está trabajando en otra, y Egipto <a href="https://enterprise.press/stories/2022/11/13/us-europe-pledge-more-than-usd-550-mn-to-fund-egypts-energy-transition-86885/">anunció una nueva e importante asociación</a> en la COP27.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Kerry gesticula con una mano mientras habla con Scholz en medio de otras personas sentadas." src="https://images.theconversation.com/files/494939/original/file-20221112-18-n0vxt9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/494939/original/file-20221112-18-n0vxt9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=409&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/494939/original/file-20221112-18-n0vxt9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=409&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/494939/original/file-20221112-18-n0vxt9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=409&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/494939/original/file-20221112-18-n0vxt9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=514&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/494939/original/file-20221112-18-n0vxt9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=514&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/494939/original/file-20221112-18-n0vxt9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=514&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
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<span class="caption">El enviado especial de EE. UU. para el clima, John Kerry, que propuso nuevas compensaciones de carbono para pagar la energía limpia, habla con el canciller alemán Olaf Scholz.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.gettyimages.com/detail/news-photo/november-2022-egypt-scharm-el-scheich-german-chancellor-news-photo/1244584482?phrase=un%20climate&adppopup=true">Michael Kappeler / picture alliance via Getty Images</a></span>
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<p>Sin embargo, la financiación pública ha sido difícil de conseguir. Las arcas de los países desarrollados están disminuyendo y los gobiernos no pueden o no quieren mantener sus compromisos. Ahora, la presión de la guerra en Ucrania y las crisis económicas se suman a sus problemas.</p>
<p>La falta de fondos públicos fue el impulso de la propuesta del enviado especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, de utilizar una <a href="https://climatechangenews.com/2022/11/09/john-kerrys-offsets-plan-sets-early-test-for-un-net-zero-standards/">nueva forma de compensación de carbono</a> para pagar las inversiones en energía verde en los países que están abandonando el carbón. </p>
<p>La idea, en síntesis, consiste en que los países dependientes del carbón puedan vender créditos de carbono a las empresas, y los ingresos se destinarían a financiar proyectos de energía limpia. Los países acelerarían su salida del carbón y reducirían sus emisiones, y las empresas privadas podrían entonces reclamar esa reducción en su propia contabilidad hacia las emisiones netas cero.</p>
<p>A nivel mundial, los mercados voluntarios de carbono para estas compensaciones han crecido de 300 millones de dólares <a href="https://www.ecosystemmarketplace.com/articles/the-art-of-integrity-state-of-the-voluntary-carbon-markets-q3-2022/">a 2 000 millones de dólares</a> desde 2019, pero siguen siendo relativamente pequeños y frágiles y necesitan normas más sólidas.</p>
<p>La propuesta de Kerry suscitó críticas, a la espera de la letra pequeña, por el temor a inundar el mercado con créditos industriales, colapsar los precios y permitir potencialmente que las empresas del mundo desarrollado maquillen de verde sus propias promesas retirando carbón en el mundo en desarrollo.</p>
<h2>Nuevas normas para reforzar los mercados de carbono</h2>
<p>En cuarto lugar, están surgiendo nuevas normas para reforzar esos mercados voluntarios de carbono.</p>
<p>Se espera un nuevo conjunto de <a href="https://icvcm.org/consulta-publica/">“principios de créditos de carbono de alta integridad”</a> para 2023. Ya se ha publicado un <a href="https://vcmintegrity.org/">código de conducta</a> sobre cómo las empresas pueden utilizar los mercados voluntarios de carbono para cumplir sus pretensiones de cero neto, y las normas para garantizar que los planes de una empresa cumplen los objetivos del Acuerdo de París están evolucionando.</p>
<p>Increíblemente, todos estos avances quedan al margen del Acuerdo de París, que se limita a pedir a los gobiernos que “los flujos de financiación sean coherentes con el camino hacia las bajas emisiones de gases de efecto invernadero y un desarrollo resiliente al clima”.</p>
<p>Los negociadores parecen reacios a mencionar este movimiento de reforma generalizado en el texto formal que se está negociando en la COP27, pero no pueden ignorarlo en los pasillos de la cumbre en Egipto. Ha tardado en llegar, pero el cambio en el sistema financiero está en camino.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194661/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Rachel Kyte es copresidenta de la Iniciativa de Integridad de los Mercados Voluntarios y desempeñó diferentes funciones en el Grupo del Banco Mundial de 2000 a 2015.</span></em></p>Los temas más importantes de la COP27 tienen que ver con la financiación de los países con bajos ingresos afectados por el cambio climático. Una antigua directiva del Banco Mundial describe algunos signos prometedores que ha empezado a ver.Rachel Kyte, Dean of the Fletcher School, Tufts UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1943602022-11-11T05:40:46Z2022-11-11T05:40:46ZEl aumento de las emisiones globales de carbono se desacelera, pero sigue en niveles récord<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/494719/original/file-20221110-25-u2ntm4.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4854%2C3202&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Marcin Jozwiak / Unsplash</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>Las emisiones globales de dióxido de carbono de todas las actividades humanas continúan en niveles récord en el 2022, y las emisiones de combustibles fósiles han aumentado por encima de los niveles previos a la pandemia, según un nuevo análisis realizado por un organismo internacional de científicos.</p>
<p>El análisis, elaborado por el <a href="https://www.globalcarbonproject.org">Global Carbon Project</a>, calcula el “<a href="https://doi.org/10.5194/essd-14-4811-2022">presupuesto de carbono</a>” de la Tierra, es decir, la cantidad de CO₂ liberado por los humanos y cuánto se ha eliminado de la atmósfera debido a los sumideros de CO₂ en los océanos y los ecosistemas terrestres. Con ello, calculamos el carbono que aún se puede emitir a la atmósfera antes de que el planeta supere el umbral de calentamiento global de 1,5 °C.</p>
<p>Este año, se proyecta que el mundo emitirá 40,6 mil millones de toneladas de CO₂ procedente de todas las actividades humanas, dejando 380 mil millones de toneladas de CO₂ como el presupuesto de carbono restante. Estos niveles son muy altos y desastrosos para el clima: con las cifras actuales, existe un 50 % de posibilidades de que el planeta alcance el aumento de temperatura promedio global de 1,5 °C en solo nueve años.</p>
<p>Hemos visto un progreso significativo hacia la descarbonización y la reducción de emisiones de algunos sectores y países, particularmente en la generación de <a href="https://theconversation.com/theres-a-huge-surge-in-solar-production-under-way-y-australia-podr%C3%ADa-mostrar-al-mundo-c%C3%B3mo-usarlo-190241">electricidad renovable</a>. Sin embargo, mientras los líderes mundiales se reúnen para la <a href="https://theconversation.com/3-things-a-climate-scientist-wants-world-leaders-to-know-ahead-of-cop27-193534">cumbre sobre el cambio climático COP27</a> en Egipto esta semana, el esfuerzo global de mitigación del cambio climático sigue siendo enormemente insuficiente.</p>
<p>La humanidad debe reducir urgentemente las emisiones globales si queremos mantener alguna esperanza de evitar los impactos más catastróficos del cambio climático.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=302&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493661/original/file-20221106-52309-e3mlth.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=380&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Presupuestos de carbono a 1,5 °C, 1,7 °C y 2 °C de temperatura media global, con emisiones restantes de 380 000 millones de toneladas de CO₂, 730 000 millones de toneladas de CO₂ y 1 230 000 millones de toneladas de CO₂, respectivamente. Estos se consumirán en 9, 18 y 30 años si persisten las emisiones actuales, a partir de 2023.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Global Carbon Project 2022</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Las emisiones de carbón y petróleo aumentan, las de gas disminuyen, la deforestación se ralentiza</h2>
<p>Con datos preliminares, proyectamos que las emisiones de CO₂ del uso de carbón, gas natural, petróleo y uso de cemento (emisiones fósiles) aumentarán un 1 % el 2022 respecto a <a href="https://theconversation.com/global-emissions-casi-de-vuelta-a-los-niveles-anteriores-a-la-pandemia-despu%C3%A9s-de-una-ca%C3%ADda-sin-precedentes-en-2020-nuevo-an%C3%A1lisis-muestra-170866">los niveles de 2021</a>, alcanzando los 36 600 millones de toneladas. Esto significa que las emisiones de combustibles fósiles del 2022 estarán en su punto histórico más alto, ligeramente por encima de los niveles previos a la pandemia de 36 300 millones de toneladas <a href="https://theconversation.com/global-emissions-to-hit-36-8-billion-tonnes-beating-last-years-record-high-128113">en 2019</a>.</p>
<p>Pongamos en perspectiva el crecimiento de 2022 del 1 % (o alrededor de 300 millones de toneladas métricas):</p>
<ul>
<li><p>es el equivalente a <a href="https://www.epa.gov/greenvehicles/greenhouse-gas-emissions-type-passenger-vehicle">poner 70 millones adicionales</a> de automóviles estadounidenses en las carreteras del mundo durante un año;</p></li>
<li><p>es superior al 0,5 % de crecimiento anual medio de la última década (2012-2021);</p></li>
<li><p>pero es menor que el crecimiento anual promedio del 2,9 % durante la década de 2000 (que se debió en gran parte al rápido crecimiento económico de China);</p></li>
<li><p>también es menor que el 2,1 % de crecimiento anual promedio de los últimos 60 años.</p></li>
</ul>
<p>Entonces, en términos relativos, el aumento global de las emisiones de CO₂ fósil al menos se está desacelerando.</p>
<p>El crecimiento de las emisiones de dióxido de carbono de los combustibles fósiles y el cemento este año se deben en gran medida al mayor uso de petróleo y carbón, en particular del petróleo, ya que <a href="https://theconversation.com/why-the-aviation-industry-must-look-beyond-carbon-to-get-serious-about-climate-change-186947">la industria de la aviación internacional</a> que no se recuperó del todo el año pasado, lo esta haciendo este.</p>
<p>Las emisiones del carbón también aumentaron este año en respuesta a los precios más altos y la escasez de <a href="https://theconversation.com/russias-energy-war-putins-unpredictable-actions-and-looming-sanctions-could-m%C3%A1s-perturbaci%C3%B3n-de-los-mercados-de-petr%C3%B3leo-y-gas-190227">suministro</a> de gas natural. Inesperadamente, existe la posibilidad de que las emisiones del carbón en 2022 superen el <a href="https://www.carbonbrief.org/global-coal-use-may-have-peaked-iea-world-enery-panorama/">máximo histórico de 2014</a>.</p>
<p>Otra fuente importante de emisiones globales de CO₂ es el cambio de uso del suelo: el saldo neto entre la deforestación y la reforestación. Proyectamos que se liberarán 3,9 millones de toneladas de CO₂ en general este año, aunque debemos tener en cuenta que las incertidumbres de los datos son mayores para las emisiones de cambio de uso del suelo que para las emisiones de CO₂ fósil.</p>
<p>Si bien las emisiones debidas al cambio de uso del suelo siguen siendo altas, hemos visto una ligera disminución en las últimas dos décadas, en gran parte debido a una mayor reforestación. Sin embargo, las tasas de deforestación en todo el mundo siguen siendo altas.</p>
<p>Juntos, los combustibles fósiles y el cambio de uso del suelo son responsables de 40,6 mil millones de toneladas de CO₂.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493981/original/file-20221107-21-jd8qq0.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Emisiones mundiales de CO₂ de los combustibles fósiles (negro) y de cambios en el uso del suelo (marrón). Gigatoneladas de CO₂ = mil millones de toneladas.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Global Carbon Project 2022</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Previsiones para diferentes países</h2>
<p>Estados Unidos e India son responsables de los mayores aumentos en las emisiones procedentes de combustibles fósiles de este año.</p>
<p>Se prevé que las emisiones estadounidenses aumenten un 1,5 %. Si bien las emisiones de gas natural y petróleo son más altas, las emisiones del carbón continúan con una larga tendencia a la baja. Se prevé que las emisiones de CO₂ fósil de la India aumenten un 6 %, en gran parte debido a un aumento en el uso del carbón.</p>
<p>Mientras tanto, se prevé que las emisiones de CO₂ de fuentes de combustibles fósiles en China y la Unión Europea disminuyan este año en un 0,9 % y un 0,8 %, respectivamente.</p>
<p>La disminución en emisiones de China se debe principalmente a los <a href="https://edition.cnn.com/2022/11/09/china/china-Covid-guangzhou-lockdown-intl-hnk/index.html">confinamientos continuos por la pandemia</a>, que han reducido la actividad económica. Esto incluye una marcada desaceleración en el sector de la construcción y la asociada menor producción de cemento.</p>
<p>Se prevé que la invasión de Ucrania por parte de Rusia conduzca a una disminución del 10 % en las emisiones de CO₂ de la Unión Europea a partir del gas natural en el 2022 como resultado de la escasez de suministro. La falta de gas ha sido suplida en parte por un mayor consumo de carbón, lo que ha supuesto un aumento del 6,7 % en las emisiones debidas a este combustible en Europa.</p>
<p>El resto del mundo representa el 42 % de las emisiones globales de CO₂ fósil, y se espera que crezca un 1,7 % este año.</p>
<p>Indonesia, Brasil y la República Democrática del Congo son responsables del 58 % de las emisiones globales de CO₂ del cambio en el uso de la tierra.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/493665/original/file-20221106-23-o9f8cw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=425&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Emisiones globales de CO₂ fósil de los principales emisores y del resto del mundo, con estimaciones preliminares para 2022 (GtCO₂ = mil millones de toneladas de CO₂). Fuente: Friedlinsgtein et al. 2022; Global Carbon Project 2022.</span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Efecto del calor en los sumideros de carbono</h2>
<p>El océano y la tierra actúan como sumideros de CO₂. El océano absorbe CO₂ a medida que se disuelve en el agua de mar. En tierra, las plantas absorben CO₂ y lo acumulan en sus troncos, ramas, hojas y suelos.</p>
<p>Esto hace que los sumideros oceánicos y terrestres sean una parte crucial de la regulación del clima global. Nuestros datos muestran que, en promedio, los sumideros terrestres y oceánicos eliminan aproximadamente la mitad de todas las emisiones de CO₂ de las actividades humanas, actuando como un descuento del 50 % en el cambio climático.</p>
<p><a href="https://theconversation.com/no-more-excuses-restoring-nature-is-not-a-silver-bullet-for-global-warming-we-must-cut-emissions-outright--186048">A pesar de esta ayuda</a> de la naturaleza, la concentración de CO₂ atmosférico sigue aumentando. Para el 2022, proyectamos que las concentraciones atmosféricas alcanzarán un promedio de 417,2 partes por millón. Esto es un 51 % por encima de los niveles preindustriales y más alto que en cualquier otro momento de los <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1/chapter/chapter-5/">últimos 800 000 años</a>.</p>
<p>Los sumideros de carbono crecen en respuesta al incremento de CO₂ en la atmósfera. Sin embargo, los impactos del cambio climático (como el calentamiento general, el aumento de los extremos climáticos y los cambios en la circulación oceánica) han hecho que los sumideros terrestres y oceánicos, respectivamente, sean un 17 % y un 4 % más pequeños de lo que podrían haber crecido durante 2012-2021.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Río serpenteando por un bosque" src="https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/494595/original/file-20221110-23-eztluc.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=502&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Los sumideros de carbono, como los bosques tropicales, absorben la mitad de las emisiones de CO₂ liberadas por las actividades humanas.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Ivars Utinans / Unsplash</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Ha habido un progreso significativo este año en el despliegue de energías renovables, el desarrollo de políticas y los compromisos de gobiernos y corporaciones con objetivos de mitigación climática más ambiciosos.</p>
<p>Sin embargo, no basta. Debemos alcanzar urgentemente las emisiones netas de CO₂ para mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2 °C este siglo. Pero la emisión de 40 600 millones de toneladas de CO₂ procedentes de los combustibles fósiles y del uso del suelo en 2022 pone de manifiesto la monumental tarea que tenemos por delante.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194360/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Pep Canadell recibe fondos del Centro de Sistemas Climáticos del Programa Nacional de Ciencias Ambientales de Australia (NESP).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Corinne Le Quéré recibe financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud del acuerdo de subvención nº 821003 (4C), del Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural de las Naciones Unidas en virtud de la subvención NE/V011103/1 (Frontiers), y de la Royal Society del Reino Unido en virtud de la subvención RP\R1\191063. Corinne Le Quéré preside el Alto Consejo francés sobre el clima y es miembro del Comité de Cambio Climático del Reino Unido. Su posición aquí es propia y no refleja necesariamente la de estos grupos.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Glen Peters recibe financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud de los acuerdos de subvención 821003 (4C), 820846 (PARIS REINFORCE) y 958927 (CoCO2).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Judith Hauck recibe financiación del Fondo de Iniciativas y Redes de la Asociación Helmholtz (Grupo Helmholtz de Jóvenes Investigadores Carbono Marino y Retroalimentación de los Ecosistemas en el Sistema Tierra, MarESys, número de subvención VH-NG-1301).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>El instituto de Philippe Ciais recibe financiación para la investigación de la Agencia Nacional de Investigación francesa, la Comisión Europea y organizaciones privadas. Todos los resultados de la investigación se publican en literatura revisada por pares. Philippe Ciais es profesor a tiempo parcial en el organismo público de investigación del Instituto de Chipre.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Pierre Friedlingstein recibe financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud del acuerdo de subvención 821003 (4C).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Robbie Andrew recibe financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud de los acuerdos de subvención 821003 (4C), 820846 (PARIS REINFORCE) y 958927 (CoCO2) y de la Agencia Noruega de Medio Ambiente.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Rob Jackson recibe financiación de la Fundación Gordon y Betty Moore y de la Comisión de Energía de California.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Julia Pongratz no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Con los niveles actuales de emisiones, hay un 50 % de posibilidades de que el planeta alcance el 1,5 °C de aumento de la temperatura media global en sólo nueve años.Pep Canadell, Chief Research Scientist, Climate Science Centre, CSIRO Oceans and Atmosphere; Executive Director, Global Carbon Project, CSIROCorinne Le Quéré, Royal Society Research Professor of Climate Change Science, University of East AngliaGlen Peters, Research Director, Center for International Climate and Environment Research - OsloJudith Hauck, Helmholtz Young Investigator group leader and deputy head of the Marine Biogeosciences section at the Alfred Wegener Institute, Universität BremenJulia Pongratz, Professor of Physical Geography and Land Use Systems, Department of Geography, Ludwig Maximilian University of MunichPhilippe Ciais, Directeur de recherche au Laboratoire des science du climat et de l’environnement, Institut Pierre-Simon Laplace, Commissariat à l’énergie atomique et aux énergies alternatives (CEA)Pierre Friedlingstein, Chair, Mathematical Modelling of Climate, University of ExeterRobbie Andrew, Senior Researcher, Center for International Climate and Environment Research - OsloRob Jackson, Professor, Department of Earth System Science, and Chair of the Global Carbon Project, Stanford UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1768182022-03-28T20:12:30Z2022-03-28T20:12:30ZBarcos que reciclan energía para reducir las emisiones del transporte marítimo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/446608/original/file-20220215-4191-3b6vup.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=11%2C0%2C1905%2C1276&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://pixabay.com/photos/container-ship-container-transport-6631117/">Dendoctoor / Pixabay</a></span></figcaption></figure><p>El cambio climático es una amenaza real contra la que se están tomando medidas en todo el mundo reflejadas en iniciativas políticas como el <a href="https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/european-green-deal_en">Pacto Verde europeo</a> y en otras <a href="https://www.consilium.europa.eu/es/policies/climate-change/paris-agreement/cop26/">acciones firmadas en la última cumbre sobre el cambio climático</a>, la <a href="https://theconversation.com/es/topics/cop26-97674">COP26</a>.</p>
<p>Profundizando en las medidas propuestas, está claro que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) es fundamental para <a href="https://slovenian-presidency.consilium.europa.eu/en/news/cop26-significant-progress-made-but-further-efforts-needed-to-reach-the-1-5-degree-objective/">evitar que el aumento de la temperatura global del planeta no supere los 1,5 grados para 2030</a>. </p>
<h2>Las emisiones del transporte</h2>
<p>Si se analizan las <a href="https://ourworldindata.org/emissions-by-sector">emisiones de GEI por sectores</a>, se puede comprobar cómo el transporte supone un 16,2 % de todas las emisiones. </p>
<p>Se espera que la electrificación del transporte –es decir, cambiar los vehículos que funcionan con combustibles fósiles por <a href="https://theconversation.com/es/topics/coches-electricos-57956">vehículos eléctricos</a>– desempeñe un papel importante para cumplir con los objetivos medioambientales señalados. A modo de ejemplo, se estima que en 2019 todos los vehículos eléctricos <a href="https://www.iea.org/news/electric-car-sales-this-year-resist-covid-19-s-blow-to-global-car-market">evitaron el consumo de al menos 0,6 millones de barriles de petróleo por día de forma global</a>.</p>
<p>Sin embargo, pese a que se aprecia una tendencia creciente en la electrificación de vehículos de uso particular, en el caso de vehículos destinados al transporte aéreo o marítimo su desarrollo está aún lejos del de los coches. </p>
<p>Centrándonos en el transporte marítimo, la gravedad del problema de las emisiones generadas se refleja en el hecho de que si se elaborara un <em>ranking</em> de emisiones por países y se considerara el transporte marítimo como un país, <a href="https://europe.oceana.org/en/shipping-pollution-1">sus emisiones se encontrarían en sexta posición</a>.</p>
<h2>Proyecto eCCoSHIP</h2>
<p>En el <a href="https://campusdelmar.com/un-investigador-de-la-universidad-de-huelva-trabaja-en-un-sistema-que-permite-reducir-el-consumo-de-combustible-de-los-barcos-y-sus-emisiones-contaminantes/">proyecto eCCoSHIP</a>, en el que participamos investigadores de la Universidad de Huelva y de la Universidad de Jaén, proponemos la electrificación de barcos para reducir sus emisiones.</p>
<p>Los barcos se propulsan mediante <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Motor_di%C3%A9sel_marino">motores diésel de gran potencia</a> que tienen un rendimiento en torno al 50 %. Esto quiere decir que un 50 % de la energía térmica del combustible se pierde en forma de calor residual por los gases de escape (como los que salen en los coches por los tubos de escape). La temperatura de estos gases es de entre 325 y 500 °C, por lo que utilizando un sistema adecuado se podría recuperar parte de su energía térmica.</p>
<p>En el proyecto eCCoSHIP proponemos el uso de un <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ciclos_Rankine_con_fluido_org%C3%A1nico">sistema de recuperación de ciclo orgánico de Rankine</a>, conocido como ORC por sus siglas en inglés. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Apg_aEwvzGM">Su funcionamiento es similar al de una central térmica</a> en la que se genera vapor de agua en una caldera y se hace pasar dicho vapor por una turbina para producir electricidad. </p>
<p>En el caso del ORC, se sustituye el agua por un fluido orgánico que se evapora a menor temperatura, lo que nos permite utilizar los gases de escape en un intercambiador que sustituiría a la caldera.</p>
<h2>Los sistemas de propulsión de los barcos</h2>
<p>Ya sabemos que se puede recuperar energía de los gases de escape mediante un sistema ORC. La cuestión es que dicho sistema produce electricidad. Para poder aprovechar esta electricidad, ha de ser utilizada en el propio barco. </p>
<p>Existen dos sistemas de propulsión para barcos: <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0306261917301940">propulsión mecánica y eléctrica</a>. </p>
<ul>
<li><p>Los barcos de propulsión mecánica funcionan de forma similar a los coches convencionales. En los coches, el motor diésel se conecta mecánicamente con las ruedas que mueven el vehículo, mientras que en los barcos lo que se accionan son las hélices que propulsan el barco. En estos barcos es difícil reutilizar la electricidad que se genera en el ORC. </p></li>
<li><p>En los sistemas de propulsión eléctrica, el motor diésel acciona un generador eléctrico que alimenta una red a la que se conectan motores eléctricos que accionan las hélices del barco. En este caso, la electricidad generada por el sistema ORC podría inyectarse en la red y reutilizarse para la propulsión del barco.</p></li>
</ul>
<h2>Problemas y soluciones</h2>
<p>El problema de conectar la turbina del sistema ORC mediante un generador al resto de la red eléctrica del barco es su sincronización con el resto de generadores conectados a motores diésel. Esta sincronización requiere que <a href="https://www.csemag.com/articles/paralleling-generator-systems/#:%7E:text=Paralleling%20is%20the%20operation%20in,connected%20to%20a%20common%20bus.">los generadores que se conecten en paralelo</a> han de cumplir unas condiciones específicas, como por ejemplo tener su sistema de tensiones en fase.</p>
<p>Como solución, se plantea utilizar redes de corriente continua en las que no es necesaria la sincronización de los generadores. Sin embargo, la correcta operación de dichas redes requiere un diseño adecuado de sistemas de control para sus convertidores de potencia.</p>
<h2>Un sistema para ahorrar combustible</h2>
<p>En resumen, el proyecto eCCoSHIP propone el uso de redes de corriente continua sustituyendo a redes de corriente alterna en barcos con propulsión eléctrica. Esto permite la inclusión de sistemas de recuperación de calor residual y también que los motores diésel puedan funcionar alrededor de su velocidad óptima. </p>
<p>Ya hay <a href="https://dynamic-positioning.com/proceedings/dp2011/power_hansen.pdf">estudios</a> que han comprobado de forma experimental que se puede lograr hasta un 20 % de ahorro de combustible haciendo que los motores operen de esta forma. </p>
<p>Además, el cambio de la red de corriente alterna por una de corriente continua <a href="https://ieeexplore.ieee.org/document/7116681">aporta otras ventajas en cuanto a eficiencia energética</a> a través de reducciones en el peso del barco y el espacio disponible en su interior, mejorando estos parámetros hasta en un 30 %.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/176818/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>El proyecto eCCoSHIP, con referencia UHU-202051 y dirigido por Juan Pérez Torreglosa, ha sido cofinanciado por el Programa Operativo FEDER 2014-2020 y por la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad de la Junta
de Andalucía.</span></em></p>Los investigadores del proyecto eCCoSHIP han desarrollado un sistema para producir electricidad a bordo aprovechando los gases de escape del motor y emplearla para propulsar las naves.Juan Pérez Torreglosa, Profesor Titular de Universidad - Área de Ingeniería Eléctrica, Universidad de HuelvaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1736872022-01-27T18:21:05Z2022-01-27T18:21:05ZLa eliminación de dióxido de carbono, ingrediente clave para mitigar el cambio climático<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/439035/original/file-20211227-19-1lryyxv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C12%2C8400%2C3143&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/sky-polluted-co2-clouds-carbon-capture-2071816676">Shutterstock / Marharyta Kovalchuk</a></span></figcaption></figure><p>Debemos reducir drásticamente y con urgencia las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores de la economía si queremos evitar las consecuencias catastróficas del cambio climático. </p>
<p>Incluso realizando esfuerzos titánicos de reducción de emisiones, los objetivos climáticos solo podrán cumplirse alcanzando la neutralidad climática (conseguir emisiones netas iguales o inferiores a cero) hacia mediados de siglo. Para ello, <a href="https://www.europapress.es/epagro/noticia-cambio-climatico-paises-deben-trabajar-juntos-ya-eliminacion-co2-evitar-cambio-climatico-expertos-20200608170245.html">inevitablemente tendremos que eliminar miles de billones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera</a>.</p>
<h2>La necesidad de eliminar CO₂ de la atmósfera</h2>
<p>La eliminación de CO₂ es necesaria fundamentalmente por dos razones: </p>
<ul>
<li><p>Primero, porque globalmente <a href="https://theconversation.com/las-emisiones-globales-vuelven-a-los-niveles-prepandemicos-despues-de-la-caida-de-2020-171158">las emisiones siguen aumentando</a>. Por eso, muy probablemente tendremos que compensar las emisiones que a buen seguro superarán el presupuesto de carbono, es decir, la cantidad máxima de emisiones acumuladas que puede haber en la atmósfera para conseguir el objetivo de mantener el incremento de temperatura del planeta por debajo de 1,5 °C. </p></li>
<li><p>Segundo, porque será necesario contrabalancear emisiones de sectores difíciles de descarbonizar, como las procedentes de la agricultura o de la aviación.</p></li>
</ul>
<h2>Las opciones para eliminar CO₂</h2>
<p>Esta retirada intencional de CO₂ de la atmósfera puede llevarse a cabo mediante dos tipos de acciones:</p>
<ul>
<li><p><strong>Iniciativas que promueven procesos naturales de captura de CO₂.</strong> Por ejemplo, actividades de manejo en la agricultura y silvicultura que persiguen mejorar los <a href="https://theconversation.com/reforestaciones-en-espana-buenos-y-no-tan-buenos-ejemplos-126810">sumideros naturales de carbono en bosques y suelos</a>. </p></li>
<li><p><strong>Soluciones de tipo tecnológico.</strong> Entre ellas, dos tecnologías están recibiendo una gran atención: la captura directa de CO₂ de la atmósfera y la bioenergía acoplada a sistemas de captura y almacenamiento de carbono (<a href="https://www.nature.com/articles/s41467-019-10842-5">DACCS</a> y <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Bioenergy_with_carbon_capture_and_storage">BECCS</a> respectivamente, por sus siglas en inglés). </p></li>
</ul>
<p>DACCS básicamente emplea grandes ventiladores que filtran el aire y, mediante reacciones químicas, se absorbe y retiene el CO₂. Después, empleando un aporte importante de energía se extrae el CO₂ puro. El CO₂ capturado puede ser reutilizado, por ejemplo, en la industria alimentaria, o bien puede <a href="https://theconversation.com/captura-y-almacenamiento-de-co-sub-2-sub-por-que-no-debemos-temer-a-las-fugas-133274%C3%A7">almacenarse geológicamente, con lo que se consigue su eliminación permanente de la atmósfera</a>. </p>
<p>Con BECCS, el CO₂ es originalmente capturado por las plantas durante su crecimiento por fotosíntesis. Posteriormente, en los procesos de conversión de esas biomasas (por ejemplo, su combustión para producir electricidad o calor), el CO₂ que se libera es capturado, transportado y almacenado geológicamente en suelos y océanos, alcanzando de ese modo un balance de emisiones negativas.</p>
<h2>Un desarrollo e implementación insuficientes</h2>
<p>A pesar de su indudable necesidad, a día de hoy el despliegue en la práctica de las tecnologías de eliminación de CO₂ ha sido muy escaso y a escalas muy pequeñas. Según el <a href="https://theconversation.com/es/topics/informe-ipcc-2021-108504">Panel Intergubernamental de Cambio Climático</a>, estamos muy lejos de aportar las emisiones negativas que serán necesarias para cumplir el objetivo climático. </p>
<p>Estas tecnologías (DACCS y BECCS) tan prometedoras están intrínsecamente ligadas al sistema energético. DACCS consume grandes cantidades de energía, por lo que se convierte en una opción costosa hoy en día. Para que su uso a gran escala tenga sentido, la demanda energética debe ser mayoritariamente cubierta por energías renovables. </p>
<p>Por otro lado, la ventaja de BECCS es que elimina CO₂ al mismo tiempo que proporciona energía renovable. Esta energía limpia puede remplazar otra procedente de combustibles fósiles, dando lugar a beneficios ambientales diversos. Sin embargo, BECCS también puede entrañar <a href="https://theconversation.com/quemar-bosques-para-generar-electricidad-173512">riesgos ambientales</a> para los ecosistemas, sobre todo si emplean cultivos energéticos.</p>
<p>El sistema energético está en continua evolución y la transición energética está cada día más presente en las agendas políticas y la sociedad en general. En este sentido, la integración de estas tecnologías claves para alcanzar la neutralidad climática tiene que planificarse cuanto antes y de una manera respetuosa con el medio ambiente.</p>
<h2>La inacción saldrá cara</h2>
<p>La puesta en marcha a gran escala de estas tecnologías de eliminación de CO₂ <a href="https://theconversation.com/si-el-calentamiento-global-es-imparable-por-que-esforzarnos-en-reducir-emisiones-124802">debe hacerse de manera urgente</a>. Los retrasos en su integración en el sistema eléctrico conllevarán importantes sobrecostes. </p>
<p>Además, la capacidad de eliminación de CO₂ se reduce significativamente cada año que pasa, lo que pone en peligro la posibilidad de alcanzar los objetivos climáticos. </p>
<p>Estos <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-021-26680-3">riegos económicos y ambientales</a> derivan en gran medida del desaprovechamiento de recursos que tenemos disponibles y que se podrían valorizar con fines energéticos. Por ejemplo, el desperdicio o uso ineficiente de residuos de biomasa procedentes de la silvicultura y la agricultura o el desuso de tierras agrícolas abandonadas que podrían utilizarse para el cultivo de biomasa. </p>
<p>Además, existen otros desafíos importantes y grandes incertidumbres que ralentizarán aún más el despliegue de estas tecnologías. Surgirán obstáculos técnicos relacionados, por ejemplo, con la necesidad de construir una amplia red de transporte para llevar el CO₂ a zonas de almacenamiento. Además, otros problemas aflorarán a nivel político, social y ambiental que limitarán aún más la expansión de estas tecnologías. </p>
<p>Nuestros objetivos climáticos penden de un hilo. Si no queremos fallar, es fundamental fomentar estas tecnologías de captura de dióxido de carbono y que se desarrollen a corto plazo, evitando retrasos y alcanzando la escala requerida. Para ello, es necesario establecer la eliminación de CO₂ como prioridad en la agenda climática y reconocerlo como un jugador clave en el porfolio de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. </p>
<p>Los países deben incentivar acciones urgentes que garanticen y faciliten el despegue de las tecnologías de eliminación de CO₂. Solo así conseguiremos evitar la peligrosa amenaza del cambio climático que está poniendo en riesgo nuestro futuro.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/173687/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ángel Galán Martín agradece al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España el apoyo financiero a través del Programa Beatriz Galindo (BG20 / 00074).</span></em></p>A día de hoy, el despliegue en la práctica de las tecnologías de eliminación de CO₂ ha sido muy escaso y a escalas muy pequeñas.Ángel Galán Martín, Investigador distinguido Beatriz Galindo en sostenibilidad de sistemas energéticos, Universidad de JaénLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1718672021-11-15T21:17:52Z2021-11-15T21:17:52ZCinco cosas que hay que saber sobre el Pacto Climático de Glasgow<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/432009/original/file-20211115-17-9fq5q.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C46%2C5176%2C3399&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">John Kerry y otros delegados en los debates del último día de la COP26. </span> <span class="attribution"><span class="source">Rober Perry / EPA</span></span></figcaption></figure><p>Las conversaciones sobre el clima de la COP26 de la ONU en Glasgow han finalizado y el mazo ha caído sobre el Pacto Climático de Glasgow acordado por los 197 países.</p>
<p>Si el <a href="https://theconversation.com/es/topics/acuerdo-de-paris-87175">Acuerdo de París de 2015</a> proporcionó el marco para que los países abordaran el cambio climático, Glasgow, seis años después, ha sido la primera gran prueba de esta marca de agua de la diplomacia mundial. </p>
<p>¿Qué hemos aprendido de estas dos semanas de declaraciones de los líderes, protestas masivas y acuerdos paralelos sobre el carbón, la detención de la financiación de los combustibles fósiles y la deforestación, además del <a href="https://unfccc.int/sites/default/files/resource/cma2021_L16_adv.pdf">Pacto Climático de Glasgow</a> finalmente firmado?</p>
<p>Desde la eliminación del carbón hasta las lagunas del mercado del carbono, esto es lo que hay que saber:</p>
<h2>1. Progreso insuficiente en la reducción de emisiones</h2>
<p>El Pacto Climático de Glasgow supone un progreso gradual y no el avance decisivo necesario para frenar los peores impactos del cambio climático. El Gobierno del Reino Unido, como anfitrión y por tanto presidente de la COP26, quería “<a href="https://twitter.com/BorisJohnson/status/1455568026384863241">mantener vivos los 1,5 °C</a>”, el objetivo más fuerte del Acuerdo de París. Pero, en el mejor de los casos, podemos decir que el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C sobrevive con respiración asistida: tiene pulso pero está casi muerto.</p>
<p>El <a href="https://unfccc.int/sites/default/files/english_paris_agreement.pdf">Acuerdo de París</a> dice que las temperaturas deben limitarse a “muy por debajo” de 2 °C sobre los niveles preindustriales, y que los países deben “seguir esforzándose” para limitar el calentamiento a 1,5 °C. Antes de la COP26, el mundo estaba <a href="https://www.unep.org/resources/emissions-gap-report-2021">en camino de alcanzar los 2,7 °C de calentamiento</a>, basándose en los compromisos de los países, y en la expectativa de los cambios en la tecnología. Los anuncios realizados en la COP26, incluidos los nuevos compromisos de reducción de emisiones en esta década por parte de algunos países clave, han reducido esta cifra a <a href="https://climateactiontracker.org/global/temperatures/">una estimación óptima de 2,4 °C</a>. </p>
<p>Más países han anunciado objetivos netos a largo plazo. Uno de los más importantes ha sido el compromiso <a href="https://www.bbc.co.uk/news/world-asia-india-59125143">de India</a> de alcanzar las emisiones netas cero en 2070. Este país aseguró que empezaría rápidamente con una expansión masiva de la energía renovable en los próximos diez años para que represente el 50 % de su uso total, reduciendo sus emisiones en 2030 en 1 000 millones de toneladas (de un total actual de unos 2 500 millones). </p>
<p><a href="https://www.premiumtimesng.com/news/headlines/493040-cop26-nigeria-will-cut-carbon-emission-to-net-zero-by-2060-buhari-says.html">Nigeria</a>, un país en rápido crecimiento, también se comprometió a tener cero emisiones netas en 2060. Los países que representan el <a href="https://zerotracker.net/">90 % del PIB mundial</a> se han comprometido a alcanzar el objetivo de cero emisiones para mediados de este siglo.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Minibuses amarillos en una calle concurrida" src="https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=412&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=412&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=412&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/431784/original/file-20211113-61366-1qm1j2h.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Se prevé que la población de Nigeria supere a la de China este siglo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Santos Akhilele Aburime / shutterstock</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Un calentamiento mundial de 2,4 °C sigue estando claramente <a href="https://theconversation.com/cop26-what-would-the-world-be-like-at-3-c-of-warming-and-how-would-it-be-different-from-1-5-c-171030">muy lejos de 1,5 °C</a>. Lo que queda por resolver es la brecha en las emisiones a corto plazo. Parece que las emisiones globales se estabilizarán esta década en lugar de mostrar las drásticas reducciones necesarias para estar en la trayectoria de 1,5 °C que pide el pacto. Hay un abismo entre los objetivos de cero emisiones a largo plazo y los planes de reducción de emisiones de esta década. </p>
<h2>2. La puerta queda entreabierta para nuevos recortes en un futuro próximo</h2>
<p>El texto final del Pacto de Glasgow señala que los actuales planes climáticos nacionales, las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), están lejos de lo necesario para alcanzar 1,5 °C. También pide que los países vuelvan el año que viene con nuevos planes actualizados. </p>
<p>Según el Acuerdo de París, se necesitan nuevos planes climáticos cada cinco años. Por eso Glasgow, cinco años después de París (con retraso debido a la covid-19), era una reunión tan importante. Aplazar los nuevos planes climáticos al año que viene, en lugar de esperar otros cinco años, puede mantener los 1,5 °C con vida durante otros 12 meses, y da a los activistas otro año para cambiar la política climática de los Gobiernos. También abre la puerta a solicitar nuevas actualizaciones de las NDC a partir de 2022 para ayudar a aumentar la ambición en esta década.</p>
<p>El Pacto por el Clima de Glasgow también establece que el uso del carbón debe reducirse progresivamente, al igual que las subvenciones a los combustibles fósiles. La redacción es más débil que la de las propuestas iniciales, ya que el texto final sólo pide una “reducción progresiva” y no una “eliminación” del carbón, debido a una <a href="https://www.theguardian.com/environment/live/2021/nov/13/cop26-live-third-draft-text-expected-as-climate-talks-go-into-overtime?page=with:block-619012648f08b698cb951163#block-619012648f08b698cb951163">intervención de última hora de la India</a>, y de las subvenciones “ineficientes”. Pero esta es la primera vez que se mencionan los combustibles fósiles en una declaración de las conversaciones sobre el clima de la ONU. </p>
<p>En el pasado, Arabia Saudí y otros países eliminaron este tema. Se trata de un cambio importante, ya que por fin se reconoce que es necesario reducir rápidamente el uso del carbón y otros combustibles fósiles para hacer frente a la emergencia climática. Por fin se ha roto el tabú de hablar del fin de los combustibles fósiles.</p>
<h2>3. Los países ricos siguen ignorando su responsabilidad histórica</h2>
<p>Los países en vías de desarrollo han pedido financiación para pagar las “pérdidas y daños”, como los costes de los impactos de los ciclones y la subida del nivel del mar. Los pequeños estados insulares y los países vulnerables al clima afirman que las emisiones históricas de los principales contaminadores han provocado estos impactos y que, por tanto, la financiación es necesaria. </p>
<p>Los países desarrollados, <a href="https://www.politico.eu/article/eu-us-block-financial-support-climate-change-cop26/">liderados por EE. UU. y la UE</a>, se han resistido a asumir cualquier responsabilidad por estas pérdidas y daños, y han vetado la creación de un nuevo fondo de pérdidas y daños, una forma de apoyar a las naciones vulnerables, a pesar de que la mayoría de los países lo reclaman. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="Gráfico de las emisiones históricas acumuladas" src="https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=459&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=459&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=459&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=576&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=576&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/431783/original/file-20211113-60020-8whsew.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=576&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Los 20 mayores contribuyentes a las emisiones acumuladas de CO2 1850-2021, en miles de millones de toneladas, desglosados en subtotales de combustibles fósiles y cemento (gris), así como de uso del suelo y silvicultura (verde).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.carbonbrief.org/analysis-which-countries-are-historically-responsible-for-climate-change">CarbonBrief</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">CC BY-NC-SA</a></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>4. Las lagunas del mercado del carbono podrían socavar el progreso</h2>
<p>Los mercados de carbono podrían suponer un salvavidas para la industria de los combustibles fósiles, permitiéndoles reclamar “compensaciones de carbono” y continuar con su actividad (casi) como siempre. </p>
<p>Seis años después, después de una tortuosa serie de negociaciones, se ha llegado a un acuerdo sobre el artículo 6 del Acuerdo de París, relativo a los enfoques de mercado y no relacionados con el mercado para el comercio de carbono. Se han resuelto las peores y mayores lagunas, pero todavía hay margen para que los países y las empresas <a href="http://unearthed.greenpeace.org/2021/05/04/carbon-offsetting-british-airways-easyjet-verra/">jueguen con el sistema</a>. </p>
<p>Fuera del proceso de la COP, necesitaremos normas mucho más claras y estrictas para <a href="https://trove-research.com/wp-content/uploads/2021/06/Trove-Research-Carbon-Credit-Demand-Supply-and-Prices-1-June-2021.pdf">las compensaciones de carbono de las empresas</a>. De lo contrario, es de esperar que las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación saquen a la luz casos de compensaciones de carbono en el marco de este nuevo régimen, cuando surjan nuevos intentos de cerrar estas lagunas.</p>
<h2>5. Agradezcamos a los activistas del clima los avances: sus próximos movimientos serán decisivos</h2>
<p>Está claro que los países poderosos se están moviendo con demasiada lentitud y que han tomado la decisión política de no apoyar un cambio radical tanto en las emisiones de gases de efecto invernadero como en la financiación para ayudar a los países de bajos ingresos a adaptarse al cambio climático y dejar atrás la era de los combustibles fósiles. </p>
<p>Pero su población y, en particular, los defensores del clima, les están presionando mucho. De hecho, en Glasgow se han producido enormes protestas, tanto en la marcha de los jóvenes de Fridays for Future como en el Día de Acción Global del sábado, que han superado ampliamente las cifras previstas. </p>
<p>Esto significa que los próximos pasos de los activistas y del movimiento climático son importantes. En el Reino Unido se tratará de impedir que el Gobierno conceda una licencia para explotar el nuevo <a href="https://www.bbc.co.uk/news/uk-scotland-57762927">yacimiento petrolífero de Cambo</a> frente a la costa norte de Escocia. </p>
<p>Se espera que haya más acciones enfocadas a la financiación de proyectos de combustibles fósiles, ya que los activistas quieren reducir las emisiones privando a la industria de capital. Sin estos movimientos que presionan a los países y a las empresas, incluso en la COP27 de Egipto, no frenaremos el cambio climático ni protegeremos nuestro precioso planeta.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=600&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/429119/original/file-20211028-13-cpiqk4.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=754&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<p><em>Este artículo forma parte de la cobertura de <a href="https://page.theconversation.com/cop26-glasgow-2021-climate-change-summit/">The Conversation sobre la COP26</a>, la conferencia sobre el clima de Glasgow.</em></p>
<p><em>Siga la cobertura completa en <a href="https://page.theconversation.com/cop26-glasgow-2021-climate-change-summit/">inglés</a>, <a href="https://theconversation.com/fr/topics/cop26-104786">francés</a>, <a href="https://theconversation.com/ca-fr/topics/cop26-104786">francés canadiense</a>, <a href="https://theconversation.com/id/topics/cop26-85556">bahasa indonesio</a> y <a href="https://theconversation.com/es/topics/cop26-97674">español</a>, <a href="https://page.theconversation.com/cop26-glasgow-2021-climate-change-summit/">aquí</a>.</em></p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/171867/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Simon Lewis ha recibido financiación del Natural Environment Research Council, la Royal Society, la Unión Europea, el Leverhulme Trust, el Centre for International Forestry, la National Parks Agency of Gabon, Microsoft Research, la Gordon and Betty Moore Foundation, el Greenpeace Fund, la David and Lucile Packard Foundation y el Children's Investment Fund.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Mark Maslin es director fundador de Rezatec Ltd, codirector de la Asociación de Formación Doctoral del NERC de Londres, miembro del Comité Asesor del Festival de Ciencia de Cheltenham y miembro del Grupo Asesor de la Crisis Climática. Es miembro no remunerado del Consejo de RSC de Sopra-Steria y del Consejo Asesor de Sheep Included Ltd. En el pasado ha recibido subvenciones del NERC, el EPSRC, el ESRC, el DFG, la Royal Society, el DIFD, el BEIS, el DECC, el FCO, Innovate UK, el Carbon Trust, la Agencia Espacial del Reino Unido, la Agencia Espacial Europea, Research England, el Wellcome Trust, el Leverhulme Trust, la Fundación del Fondo de Inversión para la Infancia Sprint2020 y el British Council. En el pasado ha recibido financiación para investigación de The Lancet, Laithwaites, Seventh Generation, Channel 4, JLT Re, WWF, Hermes, CAFOD, HP y el Royal Institute of Chartered Surveyors.</span></em></p>En la COP26 se han producido progresos graduales, pero no el avance decisivo que se necesitaba.Simon Lewis, Professor of Global Change Science at University of Leeds and, UCLMark Maslin, Professor of Earth System Science, UCLLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1667752021-08-30T21:12:50Z2021-08-30T21:12:50ZPor qué el transporte de mercancías suspende en sostenibilidad<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/418460/original/file-20210830-18-zhfxva.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5161%2C3443&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Camiones de mercacías en el puerto de Valencia.</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/valencia-spain-february-28-2020-traffic-1926801632">Shutterstock / Joaquin Corbalan P</a></span></figcaption></figure><p>El mundo globalizado no ha reducido la producción y el consumo. Los ha aumentado, incrementando aún más el transporte de mercancías. La existencia de internet y la economía de servicios no ha desmaterializado la economía, sino todo lo contrario. Vivimos en un mundo de consumo creciente y de movilidad creciente que está en un momento de transformación decisivo. </p>
<p>La pandemia, con la falta de suministros, y situaciones concretas como <a href="https://elpais.com/economia/2021-07-07/el-ever-given-vuelve-a-navegar-despues-de-100-dias-retenido-por-las-autoridades-de-canal-de-suez.html">el bloqueo del canal de Suez provocado por el Ever Given</a> nos han hecho visualizar el proceso y escala del transporte de mercancías. </p>
<p>A esto se le añade la importancia que tiene el transporte de carga en términos de sostenibilidad, a nivel territorial, por la infraestructura, y por las emisiones derivadas, en el actual contexto de crisis climática.</p>
<h2>Consumo energético y emisiones</h2>
<p>En España el transporte sigue siendo el sector que más energía consume: más del 25 % del consumo total de energía primaria o cerca del 39,5 % de la energía final. Y es el sector que más emisiones de CO₂ causa: más del 24 % del total de emisiones y en torno al 47,6 % una vez descontadas las asociadas a los autoconsumos, las pérdidas y las exportaciones, como apunta el <a href="https://www.comillas.edu/images/catedraBP/Informe_BP_2020.pdf"><em>Informe sobre energía y sostenibilidad en España 2020</em></a> del Observatorio de Energía y Sostenibilidad en España.</p>
<p>En el año 2019 la tendencia del transporte resultaba claramente creciente. El transporte de mercancías se incrementó respecto a 2018 en mayor medida (un 3,2 %, principalmente por el transporte por carretera) que el de pasajeros (1,2 %). </p>
<p>Desde 1990 a 2019 el aumento de la movilidad interior de carga ha sido en torno al 50 %, mientras se ha mantenido casi constante la cifra de su transporte por ferrocarril. Eso hizo que el transporte de mercancías por carretera supusiera el 82 % del total en 2019. </p>
<p>El crecimiento de esta actividad, por tanto, se ha producido en el modo de transporte rodado, que en clave de sostenibilidad tiene un mayor impacto, ya que cuenta con una mayor huella de carbono asociada e impacto territorial, por ocupación de suelo.</p>
<h2>Un modelo basado en el transporte por carretera</h2>
<p>España tiene un modelo en el transporte de mercancías basado en el transporte por carretera que la separa del modelo europeo. Según la <a href="https://www.mitma.gob.es/recursos_mfom/informecomisiontecnicocientificasectorferroviario1.pdf">comisión técnico-científica para el estudio de mejoras en el sector ferroviario</a>, España era en 2012 el país con la menor cuota modal del transporte de mercancías por ferrocarril. En concreto, en torno del 4 % de las toneladas por kilómetro transportadas por medio terrestre, frente a la media europea del 17 %. </p>
<p>En 2017, la actividad del sector en España <a href="https://www.cnmc.es/sites/default/files/1876653_4.pdf">se situaba en el puesto 24 de los 28 países de la UE</a>. Solo le siguen países pequeños como Luxemburgo o con escasa tradición ferroviaria como Grecia o Irlanda.</p>
<p>Ante este panorama resulta necesaria la apuesta por la intermodalidad y el transporte de mercancías por ferrocarril (del 4 % en España, 2016), que tiene un peso especialmente bajo en la Comunidad de Madrid (del 0,68 % en 2004). El objetivo es alcanzar niveles europeos (17 %) e internacionales (en Estados Unidos es del 50 %) que permitan una mayor eficiencia energética y territorial que la actual situación.</p>
<p>La búsqueda de la intermodalidad en el transporte de carga es clave. Sobre todo cuando el objetivo de la Unión Europea para el año 2050 es que el transporte de mercancías por ferrocarril sea el 50 % del transporte global como ocurre en Estados Unidos. </p>
<h2>Innovación en el transporte de mercancías por ferrocarril</h2>
<p>Desde el sector empresarial se habla en algunos casos de la versatilidad del transporte de mercancías por carretera para la preferencia y aumento por este modo. Las razones son múltiples y van desde los costes derivados del ferrocarril a la limitada flexibilidad de los tráficos. Para resultar competitivos, se requieren cargas elevadas y largas distancias. </p>
<p>Pero la transición energética y ecológica necesita cambios en el corto, medio y largo plazo que no son posibles tan rápida ni eficazmente en el transporte por carretera.</p>
<p>En este sentido, la Asociación de Empresas de Transportes de la Región Centro señala que <a href="https://www.nexotrans.com/noticia/92197/NEXOTRANS/Madrid-carece-de-la-infraestructura-para-la-renovacion-ecologica-segun-CETM.html">faltan infraestructuras para impulsar la movilidad ecológica</a>. Especialmente en términos de puntos de recargas eléctricos y de gas natural comprimido, tecnologías necesarias para vehículos industriales. </p>
<p>No existen motores eléctricos para camiones de 12 toneladas y resulta inasumible la inversión para implantar esta tecnología en los vehículos de menor tonelaje por los tiempos de amortización actuales. A esto hay que sumar la dificultad de la renovación de las flotas en el corto plazo, ya que supondría la sustitución de alrededor de 23 000 vehículos con un coste de unos 1 300 millones de euros.</p>
<p>Por ello, hay que apostar por la innovación y mejora del transporte de mercancías por ferrocarril. Los mayores retos se centran principalmente en el ancho de vía y la posibilidad de la carga de camiones completos en el ferrocarril que permitan una verdadera intermodalidad. Se trata de buscar la eficiencia del ciclo completo del transporte de mercancías.</p>
<p>Pero no serían los únicos desafíos. También lo son otras cuestiones como las <a href="https://recyt.fecyt.es/index.php/CyTET/article/view/80892">instalaciones y terminales obsoletas</a>, y la carencia de vías electrificadas en algunas terminales, como las portuarias. También la velocidad media de los trenes. En definitiva, es necesario mejorar y actualizar la infraestructura, así como la gestión del tráfico ferroviario para un mejor servicio.</p>
<h2>Electrificación, escala y planificación territorial</h2>
<p>Si se quiere alcanzar objetivos de sostenibilidad del transporte de mercancías en España es necesario un replanteamiento.</p>
<p>Esta transformación pasa por la electrificación del transporte de mercancías con la apuesta por el ferrocarril. Cuando no sea posible el ferrocarril, o para última milla, la electrificación de la flota es otra alternativa. Y siempre con un mix energético con el mayor porcentaje de energías renovables posible.</p>
<p>Además, debido a la pandemia por la covid-19, el transporte de mercancías va a sufrir fuertes transformaciones, especialmente en el sector de la logística, por los cambios en los hábitos de consumo a través de la compra electrónica, que han venido casi con seguridad para quedarse. O al menos, para aumentar su dimensión previa.</p>
<p>La escala del transporte de mercancías es algo crucial y supone pensar en el <a href="https://theconversation.com/la-emergencia-climatica-nos-impone-programar-una-desescalada-economica-166049">decrecimiento del consumo</a> y en transformar el consumo de recursos lejanos por otros de cercanía para alcanzar la autosuficiencia en un entorno más próximo. </p>
<p>Se hace necesario replantear el transporte por mercancías hacia una mejor integración en el territorio y mejores formas de distribución. Esto pasa por la planificación territorial y la armonización en todo el territorio, acciones necesarias para transitar hacia un modelo de menor consumo energético.</p>
<p>En definitiva, buscar la sostenibilidad del transporte de mercancías va a mejorar la calidad de vida de todos y la competitividad del país. Repensar el modelo de desarrollo, el territorio y las emisiones es una cuestión de máxima necesidad y pertinencia en la actual situación.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/166775/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Alexandra Delgado Jiménez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Mejorar la sostenibilidad del sector pasa por aumentar la cuota del ferrocarril, la electrificación de las flotas, la planificación territorial y la apuesta por el consumo de proximidad.Alexandra Delgado Jiménez, Profesora de Urbanismo, Universidad NebrijaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1665942021-08-25T21:20:13Z2021-08-25T21:20:13ZAlta velocidad: ineficiente, injusta e insostenible<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/417577/original/file-20210824-14-1b1x0jk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C7%2C4985%2C3323&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Un tren de alta velocidad a su paso por el viaducto de Roden (Zaragoza).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/view-highspeed-train-crossing-viaduct-roden-340412456">Shutterstock / pedrosala</a></span></figcaption></figure><p>En 2022 se cumplirán 30 años desde la puesta en marcha de la primera línea de alta velocidad en España, Madrid-Sevilla. Tras más de 56 000 millones de euros invertidos en la segunda red más extensa del mundo (3 086 km), los argumentos sociales, económicos y ambientales favorables al modelo español de alta velocidad ferroviaria se han desvanecido a la luz de la evidencia científica acumulada. </p>
<p>La emergencia climática no hace sino apuntalar el sinsentido del AVE y urge a repensar la política española de transportes con medidas concretas y creíbles, consistentes con los compromisos climáticos del <a href="https://theconversation.com/es/topics/acuerdo-de-paris-87175">Acuerdo de París</a>.</p>
<h2>Piedra angular de la movilidad sostenible</h2>
<p>La Comisión Europea declaraba 2021 como el año europeo del ferrocarril. La promoción de modos más sostenibles de transporte ha sido una de las prioridades de la política europea desde finales del siglo pasado. El objetivo ha sido reconciliar un crecimiento imparable del transporte de pasajeros y mercancías con unos crecientes efectos perjudiciales para la sociedad, el medio ambiente e incluso la propia economía. </p>
<p>El ferrocarril, central en esta nueva política de transporte, ha adquirido un protagonismo especial en el caso español en forma de inversiones masivas en alta velocidad ferroviaria. </p>
<p>Paradójicamente, entre 1990 y 2018, la <a href="https://ec.europa.eu/transport/facts-fundings/statistics/pocketbook-2020_en">cuota modal</a> del ferrocarril ha bajado del 7 % al 6 % en el transporte de pasajeros y del 10 % al 4 % en lo que se refiere al transporte de mercancías. No es de extrañar que en el periodo de vigencia del Protocolo de Kyoto, el transporte es el único sector que ha aumentado sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) (+73 %), representando en la actualidad un 31 % del total.</p>
<h2>Ineficiente en lo económico e injusta en lo social</h2>
<p>La evaluación económica del modelo ferroviario de alta velocidad español ha concluido en la ausencia de <a href="https://documentos.fedea.net/pubs/eee/eee2015-08.pdf">rentabilidad financiera y social</a> de todos los corredores. En otras palabras, la sociedad nunca recuperará el dinero invertido. </p>
<p>Detrás de estos resultados se encuentra una escasa demanda fruto de una planificación deficiente y alejada de las necesidades sociales y unas inversiones caracterizadas por permanentes retrasos, sobrecostes y corrupción –como han reflejado diversos informes de los tribunales de cuentas <a href="https://www.eca.europa.eu/es/Pages/DocItem.aspx?did=46398">europeo</a> y <a href="https://www.tcu.es/repositorio/21a00455-60f3-4c70-83f5-5ba0bd45a496/I1311.pdf">español</a>–. Todo ello convierte a ADIF-Alta Velocidad en la empresa pública más endeudada del Estado. </p>
<p>Los promotores de este modelo ferroviario destacan la necesidad de culminar una red mallada en todo el Estado para mejorar su utilidad. Sin embargo, los estudios realizados concluyen que la rentabilidad social es aún menor en la medida en que se conectan núcleos con menor demanda potencial de pasajeros. </p>
<p>Desde el punto de vista social, la escasa demanda obedece a la inexistencia de una disposición a pagar alta velocidad por parte de los usuarios (que apenas alcanza a cubrir los costes variables del servicio). Esto se traduce en una regresividad de la inversión. </p>
<p>El AVE tampoco ha demostrado favorecer el desarrollo regional ni cambios en <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0967070X14001243">productividad</a>. Sus mayores efectos se reducen a la propia construcción y a la reorganización (especulación) urbana en torno a las estaciones. </p>
<p>Otra de las consecuencias de las masivas inversiones en alta velocidad ha sido el abandono de la red española de cercanías. Esta da servicio al 90 % de los usuarios del ferrocarril en España y atiende fundamentalmente a la movilidad obligada.</p>
<h2>Insostenible en lo ambiental</h2>
<p>Dejando a un lado importantes efectos ambientales negativos, como la ocupación de suelo, el efecto barrera, el impacto paisajístico o la contaminación acústica y atmosférica, el debate sobre el carácter ecológico del tren de alta velocidad se ha centrado en el balance de emisiones de gases de efecto invernadero debido, lógicamente, a su implicación en el cambio climático. </p>
<p>Los defensores del tren de alta velocidad han argumentado, con razón, que dadas sus menores emisiones por persona/mercancía transportada, desviar tráficos desde la carretera y el avión hacia el ferrocarril de alta velocidad era beneficioso para el medio ambiente. </p>
<p>Sin embargo, estos análisis han contado con una carencia fundamental: obviar la contabilidad de las emisiones asociadas a la construcción de estas infraestructuras. Ninguna familia valoraría, por ejemplo, sustituir un electrodoméstico por otro de mayor eficiencia energética sin tener en cuenta el coste del nuevo electrodoméstico. </p>
<p>El análisis de ciclo de vida es vital en este contexto. La amenaza del cambio climático alienta numerosas propuestas de energías “limpias” que, tras ser debidamente analizadas, acaban teniendo un balance neto incluso negativo. Se ha visto recientemente, por ejemplo, en el caso del <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/ese3.956">hidrógeno azul</a>.</p>
<p>Según los resultados de <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S073988592100007X">nuestro reciente estudio</a>, el primero –del que tengamos conocimiento– que ha intentado abordar este análisis en el marco de las publicaciones académicas, el balance medioambiental neto del conjunto de la red española de alta velocidad es, sin ser perjudicial, considerablemente más pobre de lo que se pensaba. </p>
<p>Teniendo como referencia el año 2016 (últimos datos disponibles), la red española de alta velocidad requiere una media de 15 años de funcionamiento para compensar las emisiones GEI asociadas a su construcción (hasta 62 y 87 años en lo que se refiere a emisiones de SO₂ y partículas PM₁₀ respectivamente). No obstante, encontramos diferencias notables entre los corredores: 9 años en el corredor andaluz, 12 en el catalán, 20 en el corredor levantino y 79 en el caso del corredor norte. </p>
<p>Al igual que ocurría con la evaluación económica, el factor más influyente en estos pobres resultados es la baja densidad de transporte, la escasa desviación de viajeros de modos más contaminantes como el automóvil o el avión y el hecho de ser una red exclusiva de pasajeros, dejando fuera el transporte de mercancías que se realiza casi exclusivamente por carretera. </p>
<p>El estudio constata, además, que los resultados empeoran a medida que la red se expande a corredores con menor demanda de transporte. </p>
<p>El problema, sin embargo, no es solo que algunos corredores no estén justificados. Una vez ponemos en su contexto los resultados del balance climático de la red española de alta velocidad, nos encontramos con que apenas contribuye a reducir un 1 % las emisiones anuales totales de transporte en España.</p>
<h2>El AVE ante la emergencia climática</h2>
<p>Todo lo anterior debería haber servido para alentar un debate en torno a la inversión en alta velocidad ferroviaria en España hace 20 o 30 años. Habría permitido abandonar unas inversiones que se han demostrado beneficiosas para las empresas constructoras y perjudiciales para el resto de la sociedad. </p>
<p>Sin embargo, el debate actual no es –o al menos, no debería ser– este. El debate actual nada tiene que ver con estar a favor o en contra del tren de alta velocidad como modo de transporte, ya que indudablemente tiene virtudes como su rapidez, comodidad y puntualidad. </p>
<p>El contexto ha cambiado radicalmente al encontrarnos en una situación inédita global de emergencia climática. La comunidad científica mundial ha hecho un llamamiento unánime a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados. Una llamada a la acción que se está traduciendo en compromisos internacionales de reducción de emisiones cada vez más ambiciosos –neutralidad climática en 2050 y hasta un 55 % en 2030, en apenas 8 años–. “No hay plan B porque no hay planeta B”, decía recientemente <a href="https://www.elperiodico.com/es/internacional/20170602/macron-no-hay-plan-b-porque-no-hay-planeta-b-6078712">Emmanuel Macron</a> en el aniversario del Acuerdo de París. </p>
<p>Así, el debate necesario y urgente es en qué medida puede contribuir o no el AVE a la reducción drástica de emisiones comprometidas en París y que, a la luz de los resultados del último informe del IPCC, deberá ser aún mayor tras la Conferencia de Glasgow. </p>
<p>Y es en este contexto donde nos encontramos que el modelo ferroviario de alta velocidad no solo no es la solución, sino que la obstaculiza y nos hace perder un tiempo que no tenemos en la necesaria transición ecológica del transporte en España.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/166594/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Si bien el tren emite menos gases de efecto que otros medios de transporte, el balance medioambiental neto del conjunto de la red española de alta velocidad es, sin ser perjudicial, considerablemente pobre.David Hoyos, Profesor Agregado en el Departamento de Métodos Cuantitativos de la Facultad de Economía y Empresa, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaAndoni Kortazar, PhD High Speed Rail environmental assessment, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaGorka Bueno Mendieta, Profesor Titular de Tecnología Electrónica de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko UnibertsitateaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1389042020-05-19T17:15:04Z2020-05-19T17:15:04ZEl coronavirus, un punto de no retorno: lo que hagamos ahora puede cambiar el rumbo del planeta<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/336016/original/file-20200519-152288-1ef5u21.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=40%2C0%2C4457%2C2955&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Lucas Jackson/Reuters</span></span></figcaption></figure><p>El numero de gente que circula en bicicleta o a pie en espacios públicos se ha disparado durante la crisis del coronavirus. Muchas ciudades, desde Bogotá a Berlín o Vancuver, <a href="https://www.wri.org/blog/2020/04/coronavirus-biking-critical-in-cities">han expandido</a> los carriles bici y caminos públicos para dar cabida a todos los ciclistas.</p>
<p>Los nuevos patrones de movilidad, como el menor uso de los vehículos, son el resultado del distanciamiento social debido a la COVID-19. Ha cambiado nuestra manera de vivir y trabajar.</p>
<p>Pero cuando la crisis haya pasado, ¿volverá todo a la (anterior) normalidad?</p>
<p>Esta es quizás una de las muchas preguntas que están surgiendo ahora que los efectos de la pandemia sobre las emisiones de carbono están más claros.</p>
<p>Nuestra investigación, <a href="https://www.nature.com/articles/s41558-020-0797-x">publicada hoy</a>, muestra como la COVID-19 ha afectado a las emisiones globales en seis sectores económicos. Hemos descubierto que la restricción en el nivel de actividad ha resultado en un pico del 17 % de disminución de emisiones globales a principios de abril, respecto a los datos de 2019.</p>
<p>El análisis es especialmente útil en este momento en el que estamos considerando los cambios estructurales necesarios para transitar hacia <a href="https://theconversation.com/como-salir-de-la-crisis-de-covid-19-por-la-via-de-la-descarbonizacion-137927">una economía global de cero emisiones</a>.</p>
<p>Consideremos, por ejemplo, el silencio de las calles durante el confinamiento. La disminución en el tráfico por carretera es el factor más importante en la caída de las emisiones globales. Así, si fomentamos las bicicletas y el trabajo desde casa después de la pandemia, nuestros objetivos climáticos podrían ser más alcanzables.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/335902/original/file-20200519-83367-1fz17vy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/335902/original/file-20200519-83367-1fz17vy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/335902/original/file-20200519-83367-1fz17vy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/335902/original/file-20200519-83367-1fz17vy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/335902/original/file-20200519-83367-1fz17vy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=337&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/335902/original/file-20200519-83367-1fz17vy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/335902/original/file-20200519-83367-1fz17vy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/335902/original/file-20200519-83367-1fz17vy.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Emisiones globales diarias de dióxido de carbono de los combustibles fósiles. Las lineas discontinuas representan diferentes escenarios en la evolución futura de la pandemia.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Le Quéré et al., Nature Climate Change (2020)/Global Carbon Project</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<h2>Haciendo cuentas</h2>
<p>Al final de cada año publicamos el <a href="https://www.globalcarbonproject.org/carbonbudget">Global Carbon Budget</a>, un análisis de las tendencias globales y regionales de flujos de carbono. Pero las circunstancias especiales de este año nos han llevado a hacer un estudio preliminar.</p>
<p>Hemos calculado la influencia de la pandemia en las emisiones diarias de dióxido carbono de 69 países responsables del 97 % de las emisiones globales y seis sectores económicos.</p>
<p>Ello ha requerido buscar nuevos datos muy detallados de diferentes maneras y distintas fuentes.</p>
<p>Por ejemplo, hemos examinado la actividad del transporte terrestre y aéreo usando datos de TomTom y de las consultas de direcciones del iPhone de Apple, de la actividad en autopistas y de las salidas de los aeropuertos. Hemos usado datos diarios para estimar los cambios en uso de electricidad.</p>
<p>Hemos desarrollado un índice que recoge el nivel y el tamaño de la población en confinamiento en cada país para extrapolar los datos disponibles para el resto del mundo.</p>
<h2>El pico de la pandemia</h2>
<p>Durante el pico de reducción de la actividad global a principios de abril, las emisiones diarias globales cayeron un 17 % –el equivalente a 17 millones de toneladas– respecto al valor medio diario de 2019.</p>
<p>Las emisiones totales durante este periodo fueron similares a las de 2006. El hecho de que el mundo ahora emita tanto en condiciones de confinamiento como lo hizo en condiciones normales hace 14 años demuestra el impresionante crecimiento en emisiones de los últimos años.</p>
<p>El tráfico rodado ha sido el factor que más ha contribuido a la disminución de emisiones. El siguiente es el sector de la electricidad y calefacción, seguido de la industria (fabricación y producción de materiales como cemento y acero). Los tres sectores juntos son responsables del 86 % de la caída diaria en emisiones.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/335904/original/file-20200519-83397-la8v7g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/335904/original/file-20200519-83397-la8v7g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/335904/original/file-20200519-83397-la8v7g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/335904/original/file-20200519-83397-la8v7g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/335904/original/file-20200519-83397-la8v7g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/335904/original/file-20200519-83397-la8v7g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/335904/original/file-20200519-83397-la8v7g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/335904/original/file-20200519-83397-la8v7g.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Cambio (%) en las emisiones globales diarias de dióxido de carbono durante la pandemia comparado con los niveles de emisiones del 2019.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Le Quéré et al., Nature Climate Change (2020)/Global Carbon Project</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>La mayor reducción diaria en la actividad del transporte aéreo global –del 60 %– fue la más pronunciada de los sectores analizados. Pero la contribución de la aviación a la caída global en emisiones ha sido relativamente más pequeña (10 %) porque el sector es solo responsable del 3 % de las emisiones globales.</p>
<p>El confinamiento en los hogares ha provocado un pequeño aumento en las emisiones del sector residencial.</p>
<p>El estricto confinamiento en España resultó en una caída de emisiones de dióxido de carbono del 32 %, el doble de la disminución a nivel global.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/335906/original/file-20200519-83357-1t1dfdw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/335906/original/file-20200519-83357-1t1dfdw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/335906/original/file-20200519-83357-1t1dfdw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/335906/original/file-20200519-83357-1t1dfdw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/335906/original/file-20200519-83357-1t1dfdw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=413&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/335906/original/file-20200519-83357-1t1dfdw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/335906/original/file-20200519-83357-1t1dfdw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/335906/original/file-20200519-83357-1t1dfdw.png?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=518&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Cambio (%) en las emisiones diarias de dióxido de carbono en España durante la pandemia comparado con los niveles de emisiones del 2019.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Le Quéré et al., Nature Climate Change (2020)/Global Carbon Project</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<h2>Las perspectivas para 2020</h2>
<p>También hemos analizado cómo afectará la pandemia a las emisiones de dióxido de carbono del resto del año. Obviamente, dependerá del nivel de las restricciones durante los próximos meses y del tiempo que se apliquen.</p>
<p>Si el confinamiento global acaba a finales de junio, estimamos que las emisiones globales disminuirán un 4 % comparado con 2019. Si hay restricciones menos severas que continúan hasta finales del año, la reducción sería del 7 %. El rango completo de disminución de emisiones es de entre el 2 % y el 13 % si consideramos los distintos escenarios en la evolución de la pandemia y la incertidumbre de los datos.</p>
<p>Actualmente el contexto importante. Según el Acuerdo de París y según el <a href="https://www.unenvironment.org/interactive/emissions-gap-report/2019/report_es.php"><em>Informe sobre la brecha de emisiones</em> de Naciones Unidas</a>, necesitamos reducir las emisiones globales entre el 3 % y el 7 % cada año hasta el 2030 para estabilizar el clima por debajo de 2°C y 1,5°C, respectivamente. Nuestra proyección de la caída de emisiones permitiría conseguir este objetivo para el 2020, aunque por las razones equivocadas. </p>
<p>Estabilizar el clima requerirá cambios en nuestro sistemas energéticos y económicos de una magnitud extraordinaria, solo comparables a la disrupción provocada por la COVID-19.</p>
<h2>Una piedra en el camino</h2>
<p>¿Cómo podemos convertir este subproducto de la crisis –la caída de emisiones en el 2020– en un punto de no retorno?</p>
<p>Una recuperación lenta de la economía podría disminuir las emisiones durante algunos años. Pero si las crisis económicas del pasado nos han enseñado algo, es que las emisiones volverán a aumentar finalmente hasta los niveles anteriores de la pandemia.</p>
<p>Pero esto no tiene por qué ser así. La reciente disrupción forzada nos ofrece una oportunidad de hacer cambios en los esquemas que ahora rigen nuestros sistemas energéticos y económicos. Esto podría colocarnos en el camino hacia la descarbonización de la economía global.</p>
<p>Consideremos otra vez la gran cantidad de gente que ahora camina y va en bicicleta. ¿Qué pasaría si los gobiernos aprovechasen la oportunidad de fomentar esta movilidad más activa y baja en emisiones y hacerla permanente? ¿Qué pasaría si acelerásemos la implantación de coches, bicicletas y patines eléctricos para aumentar las opciones del transporte, al mismo tiempo que salvamos vidas debido a la mejora de la calidad del aire urbano?</p>
<p>Muchas ciudades alrededor del mundo planean medidas para avanzar en esta dirección, pero París es por ahora la más ambiciosa. Se ha comprometido a invertir <a href="https://www.forbes.com/sites/carltonreid/2020/04/22/paris-to-create-650-kilometers-of-pop-up-corona-cycleways-for-post-lockdown-travel/#68e41f0954d4">300 millones de euros</a> en 650 km de nuevos carriles bici para conectar la periferia con el centro de la ciudad.</p>
<p>Si las comunidades abrazan los cambios, pueden hacerse permanentes.</p>
<p>La crisis también ha abierto la vía para otros cambios estructurales. Las personas y las empresas han tenido la oportunidad de entender qué viajes son esenciales y cuándo las alternativas de comunicación remota son igual o incluso mas eficientes.</p>
<p>Finalmente, el consumo de energía y materiales disminuyó durante COVID-19. Si bien esas reducciones forzadas no son una respuesta a largo plazo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la disminución del consumo puede lograrse de otras maneras. Es posible avanzar hacia <a href="https://www.nature.com/articles/s41560-018-0172-6">una menor demanda de energía y materiales</a> a través de nuevos servicios energéticamente eficientes, como el control y la integración de diferentes aparatos electrónicos mediante teléfonos inteligentes. Esto puede permitir tanto el desarrollo ambientalmente sostenible como el aumento del bienestar, los ingresos y la actividad.</p>
<p>Podemos elegir una vuelta rápida a la antigua normalidad que implique un aumento de las emisiones. Pero si escogemos una ruta diferente, el 2020 podría suponer la sacudida necesaria para revertir las tendencias de las emisiones globales.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/138904/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Pep Canadell recibe fondos del Programa Nacional de Ciencias Ambientales de Australia. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Corinne Le Quéré recibe fondos de la Royal Society (No. RP/R1/191063) y de la Comisión Europea (Horizonte 2020) para los proyectos "VERIFY" (No. 776810), "CHE" (No. 776186) y "4C" (No. 821003). Preside el Alto Consejo para el Clima francés y es miembro del Comité para el Cambio Climático de Reino Unido. </span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Glen Peters recibe fondos de la Comisión Europea (Horizonte 2020) para los proyectos "PARIS REINFORCE" (No. 820846), "4C" (No. 821003) y "VERIFY" (No. 776810).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Matthew William Jones recibe fondos de la Comisión Europea (Horizonte 2020) para los proyectos "VERIFY" (No. 776810) y "CHE" (No. 776186).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Pierre Friedlingstein recibe fondos de la Comisión Europea (Horizonte 2020) para el proyecto "4C" (No. 821003).</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Rob Jackson recibe fondos de la Fundación Gordon y Betty Moore.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Felix Creutzig y Yuli Shan no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.</span></em></p>Una nueva investigación analiza los sectores económicos responsables de la caída global de emisiones debida a la COVID-19. Tenemos una pequeño margen de tiempo para hacer el cambio permanente.Pep Canadell, Chief research scientist, CSIRO Oceans and Atmosphere; and Executive Director, Global Carbon Project, CSIROCorinne Le Quéré, Royal Society Research Professor, University of East AngliaFelix Creutzig, Chair Sustainability Economics of Human Settlements, Mercator Institute on Global Commons and Climate ChangeGlen Peters, Research Director, Center for International Climate and Environment Research - OsloMatthew William Jones, Senior Research Associate, University of East AngliaPierre Friedlingstein, Chair, Mathematical Modelling of Climate, University of ExeterRob Jackson, Chair, Department of Earth System Science, and Chair of the Global Carbon Project, globalcarbonproject.org, Stanford UniversityYuli Shan, Research Fellow, University of GroningenLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1332742020-03-09T20:41:50Z2020-03-09T20:41:50ZCaptura y almacenamiento de CO: por qué no debemos temer a las fugas<p>La idea es muy sencilla: capturar y almacenar el CO₂ en el subsuelo antes de que sea emitido a la atmósfera para que no contribuya a incrementar la crisis climática. Las tecnologías de captura y almacenamiento de CO₂ (<em>CAC</em>, o <em>CCS</em> por sus siglas en inglés) podrían funcionar como una aspiradora gigante del CO₂ que emiten fábricas y centrales eléctricas y rellenar con él depósitos geológicos subterráneos donde se acumulan de forma natural los combustibles fósiles o el agua.</p>
<p>El primer proyecto íntegramente dedicado a la CAC, Sleipner (en la parte noruega del Mar del Norte), comenzó a inyectar CO₂ en reservorios subterráneos en 1996, y ya ha almacenado más de 20 millones de toneladas (Mt) desde entonces. Esta cifra puede parecer impresionante, pero en realidad está muy lejos de ser suficiente. </p>
<p>La Agencia Internacional de la Energía estima que se deberían capturar y almacenarse al menos 21 400 Mt de CO₂ para el año 2030 si se pretende limitar el calentamiento global a 2°C. Sin embargo, a finales de 2017 <a href="https://royalsocietypublishing.org/action/downloadSupplement?doi=10.1098%2Frsta.2016.0447&file=rsta20160447supp1.pdf">solo se habían almacenado 442 Mt de CO₂</a> a escala global.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/319326/original/file-20200309-118885-1wrht9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/319326/original/file-20200309-118885-1wrht9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/319326/original/file-20200309-118885-1wrht9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/319326/original/file-20200309-118885-1wrht9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/319326/original/file-20200309-118885-1wrht9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/319326/original/file-20200309-118885-1wrht9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/319326/original/file-20200309-118885-1wrht9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/319326/original/file-20200309-118885-1wrht9f.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">El residuo de CO₂ concentrado y purificado (proceso de captura) es transportado y, por último, inyectado en el reservorio en profundidad, donde queda finalmente almacenado.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Stephanie Flude</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<p>Entonces, ¿por qué hemos ido tan despacio en la adopción de la CAC? Un motivo importante es el elevado coste de la construcción de las plantas de captura. Si bien el proceso puede parecer muy caro, a la larga resulta mucho más rentable que lidiar con los efectos de no hacer nada para reducir las emisiones.</p>
<p>Pero también hay otras razones. El miedo a que puedan producirse fugas de CO₂ en el almacén también está retrasando el necesario desarrollo de la CAC. Si el CO₂ inyectado debe permanecer almacenado durante millones de años, pero la compañía que opera el almacén solo dura unas cuantas décadas, ¿quién debería pagar por solucionar una potencial fuga? ¿cuánto costaría un seguro que cubriera hipotéticas contingencias a siglos vista? </p>
<p><a href="https://thenoblegasbag.wordpress.com/2015/01/09/what-ccs-is-and-perhaps-more-importantly-what-it-isnt/">La información errónea sobre los fundamentos científicos de la CAC</a>, combinada con el recelo generalizado hacia la industria petrolera (incluyendo la falsa creencia de que esta tecnología es lo mismo que el <em>fracking</em>), parece haber convencido a mucha gente de que el riesgo de fuga en los almacenes de CO₂ es muy grande.</p>
<p>Por suerte para nosotros, hay muchos argumentos que nos permiten pensar que el CO₂ puede ser almacenado en el subsuelo de forma segura durante millones de años. Los principales están relacionados con los procesos naturales que ocurren durante el almacenamiento, que, además, pueden ser potenciados mediante la selección de los lugares adecuados y la optimización de los procedimientos elegidos.</p>
<h2>1. Imitar los almacenes de gas y petróleo</h2>
<p>El gas y el petróleo son fluidos que flotan. Se mueven hacia el techo del almacén a través de rocas porosas y permeables hasta que se encuentran con una capa rocosa impermeable (denominada sello). Esta capa actúa como un tapón que impide que se fuguen hacia la superficie. Los fluidos se acumulan en las rocas porosas subyacentes, en los llamados reservorios. Allí permanecen atrapados durante miles o millones de años (o al menos hasta que las compañías petroleras perforan pozos para extraerlos).</p>
<p>Este proceso, denominado atrapamiento estructural, es el que mantiene al petróleo y al gas retenidos en el subsuelo, y tiene el mismo efecto en el CO₂. Un buen almacén de CO₂ contendrá múltiples capas impermeables entre el reservorio y la superficie. </p>
<p>Pero, ¿qué ocurre si estas capas están atravesadas por una falla o un pozo antiguo mal sellado? La primera línea de defensa es contar con una buena regulación de las actividades de CAC pero, incluso si surgen problemas inesperados, contamos con la ayuda de otros mecanismos que ayudarán a mantener el CO₂ atrapado en el subsuelo.</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/319327/original/file-20200309-118913-j4hhmy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/319327/original/file-20200309-118913-j4hhmy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/319327/original/file-20200309-118913-j4hhmy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=479&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/319327/original/file-20200309-118913-j4hhmy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=479&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/319327/original/file-20200309-118913-j4hhmy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=479&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/319327/original/file-20200309-118913-j4hhmy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=603&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/319327/original/file-20200309-118913-j4hhmy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=603&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/319327/original/file-20200309-118913-j4hhmy.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=603&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="caption">Los diferentes mecanismos de atrapamiento inmovilizan el CO₂ en el subsuelo.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Stephanie Flude</span>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
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<h2>2. Atrapar burbujas de CO₂ microscópicas en los poros</h2>
<p>Seguro que se habrán fijado en que, cuando se sumerge una esponja en agua, da igual durante cuánto tiempo, siempre quedan burbujas de aire atrapadas dentro de la esponja. Este proceso se denomina atrapamiento residual. Tiene lugar en el subsuelo cuando los gases se mezclan con el agua salada (o salmuera) que rellena los poros de las rocas, haciendo muy difícil que se pueda después sacar todo el gas de la roca. </p>
<p>Cuando se inyecta CO₂ en el reservorio, este desplaza a la salmuera y parte de él se quedará retenido permanentemente en forma de burbujas microscópicas. Múltiples experimentos llevados a cabo con rocas típicas de reservorio sugieren que <a href="https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1750583614000255">este proceso podría atrapar entre el 12 y el 92 % del CO₂ inyectado</a>.</p>
<h2>3. Disolver el CO₂ en las salmueras subterráneas</h2>
<p>El CO₂ es soluble en agua. Cuando se produce la inyección en el reservorio, este comienza a disolverse casi inmediatamente en la salmuera. El carbono así disuelto solo podrá ser liberado mediante cambios drásticos en la presión, temperatura y condiciones químicas del almacén, lo que es muy improbable que ocurra de manera natural a tales profundidades.</p>
<p>Por si esto fuera poco, la salmuera saturada en CO₂ es más densa que la salmuera normal, por lo que comenzará a hundirse progresivamente hacia el fondo. Esto arrastra el CO₂ aún más lejos de la atmósfera, a la vez que promueve la movilización de la salmuera dentro del reservorio, con lo que cada vez se disuelve más CO₂ con el tiempo.</p>
<p>En cientos o miles de años, el carbono disuelto reaccionará con los iones metálicos disueltos en la salmuera y comenzará a precipitar en forma de minerales carbonatados, dificultando más si cabe su escape a la atmósfera. Este es el mismo mecanismo que se está empleando en <a href="https://theconversation.com/new-technology-offers-hope-for-storing-carbon-dioxide-underground-60707">el proyecto Carbfix para atrapar CO₂ en rocas basálticas en Islandia</a>.</p>
<h2>Merece la pena arriesgarse</h2>
<p>Los accidentes pueden ocurrir y ocurrirán. La CAC, como cualquier otra actividad humana, conlleva cierto nivel de riesgo asociado. Sin embargo, sabemos a ciencia cierta que, aunque el almacenamiento fallase, no todo el CO₂ inyectado sería liberado a la atmósfera. Buena parte de él quedará atrapado permanentemente en el subsuelo. </p>
<p>Los mecanismos naturales de atrapamiento mencionados <a href="https://www.nature.com/articles/s41467-018-04423-1">nos permiten asegurar</a> que la inmensa mayoría del CO₂ (hasta un 98 % de lo inyectado) permanecerá de forma segura en el subsuelo durante 10 000 años, pase lo que pase. Incluso en el peor de los casos, en un improbable escenario de una mala praxis junto a una regulación deficiente, es altamente probable que al menos el 78 % del CO₂ inyectado permanezca atrapado en el subsuelo de manera segura.</p>
<p>Los riesgos asociados a las fugas de CO₂ del almacén deben, pues, ser ponderados con respecto al peligro de no almacenar nada en absoluto y emitir el 100 % del CO₂ a la atmósfera, como está sucediendo en la actualidad. </p>
<p>Para industrias como la manufactura de acero y cemento, ingredientes esenciales para la mayoría de las tecnologías de energías renovables, la CAC es la única opción para reducir sus emisiones asociadas. Además, la CAC puede ayudar a los países en desarrollo a poner en marcha acciones que disminuyan su pobreza energética, a la vez que limitan las emisiones asociadas de CO₂.</p>
<p>Mantener las concentraciones de CO₂ en niveles suficientemente bajos como para evitar las catastróficas consecuencias del cambio climático <a href="https://www.ipcc.ch/report/ar5/wg3/">será extremadamente difícil, y mucho más costoso sin CAC</a>. No podemos permitirnos retrasar el uso de esta importante tecnología por más tiempo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/133274/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Stephanie Flude recibe fondos de EPSRC a través del UKCCSRC. Es miembro de The Green Party de Inglaterra y Gales.</span></em></p><p class="fine-print"><em><span>Juan Alcade recibe fondos del MICINN (beca Juan de la Cierva - IJC2018-036074-I).</span></em></p>La tecnología de captura y almacenamiento de dióxido de carbono no ha conseguido hasta ahora disminuir las emisiones globales, y se nos acaba el tiempo.Stephanie Flude, Postdoctoral Researcher in Gas Geochemistry, University of OxfordJuan Alcade, Postdoctoral Researcher in Earth Sciences, Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA - CSIC)Licensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.