tag:theconversation.com,2011:/us/topics/salario-57347/articlessalario – The Conversation2020-02-16T20:31:32Ztag:theconversation.com,2011:article/1306672020-02-16T20:31:32Z2020-02-16T20:31:32Z¿Cómo nos afectará la nueva reforma laboral?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/314760/original/file-20200211-146682-26chtx.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C6016%2C3998&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">shutterstock</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/montreal-quebec-canada-february-5-2020-1637636584">Derek Robbins / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Desde el inicio de la democracia ha habido más de una docena de reformas laborales y junto con las reformas de 1984 y de 1992-93, la de <a href="https://www.boe.es/boe/dias/2012/02/11/pdfs/BOE-A-2012-2076.pdf">2012</a> fue de las más ambiciosas. </p>
<p>En un momento en que la tasa de paro había aumentado desde el 8 % a mitad de 2007 hasta el 24 % a principios de 2012 (el máximo, un 27 %, se alcanzó a principios de 2013), se adoptaron un conjunto de medidas que intentaban favorecer la <a href="https://repositorio.bde.es/bitstream/123456789/7523/1/cap2.pdf">devaluación interna</a> a través de una mayor flexibilidad salarial como estrategia de salida de la crisis.</p>
<h2>Los grandes cambios de hace 8 años</h2>
<p>Con este objetivo, la reforma de 2012 introdujo, en primer lugar, cambios profundos en la negociación colectiva: limitó la ultraactividad de los convenios, otorgó prioridad a los convenios de empresa frente a los de provincia y sector y facilitó los descuelgues respecto los convenios de ámbito superior (el procedimiento de descuelgue permite a la empresa no aplicar algunos aspectos recogidos en dichos convenios bajo determinadas circunstancias). </p>
<p>En segundo lugar, también favoreció la flexibilidad interna para intentar frenar la destrucción de empleo posibilitando cambios unilaterales sustanciales en los salarios y otras condiciones laborales. </p>
<p>Sin embargo, no solo aumentaron los márgenes para la flexibilidad interna, dado que la reforma también redujo los costes de despido rebajando la indemnización por despido improcedente en los contratos indefinidos a 33 días de salario por año de antigüedad en vez de 45 y facilitando el despido por causas económicas con una indemnización de 20 días (se puede consultar una descripción más detallada sobre la misma <a href="https://nadaesgratis.es/bentolila/reforma-laboral-de-2012-i-costes-de-despido-riesgos-y-efectos">aquí</a> y <a href="https://nadaesgratis.es/bentolila/la-reforma-laboral-de-2012-ii-un-nuevo-equilibrio-en-las-relaciones-laborales">aquí</a>).</p>
<h2>¿Consiguió la reforma el objetivo previsto?</h2>
<p>En cierta medida, sí. Las evaluaciones realizadas por la <a href="https://www.oecd.org/els/emp/SpainLabourMarketReform-Report.pdf">Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico</a> (OCDE), por el <a href="https://www.imf.org/en/Publications/CR/Issues/2016/12/31/Spain-Selected-Issues-43192">Fondo Monetario Internacional</a> (FMI) o por <a href="https://www.bbvaresearch.com/publicaciones/los-efectos-de-la-flexibilidad-salarial-sobre-el-crecimiento-y-el-empleo/">BBVA Research</a> muestran el papel clave que tuvo el aumento de la flexibilidad salarial para frenar la destrucción de empleo en la salida de la crisis. </p>
<p>Sabemos, por tanto, que el marco anterior a la reforma laboral de 2012 no era el más adecuado para evitar la volatilidad del empleo y del desempleo que caracteriza nuestro mercado de trabajo, pero también es cierto que el marco actual tampoco ha conseguido acabar con la dualidad entre trabajadores temporales e indefinidos (y para la que se sigue sin considerar como posible solución el <a href="https://nadaesgratis.es/bentolila/el-contrato-unico-lo-que-es-y-lo-que-no">contrato único</a>) u otros problemas con importancia creciente como la dificultad de muchas personas para encontrar un trabajo a tiempo completo o la <a href="https://theconversation.com/tener-un-empleo-no-garantiza-librarse-de-la-pobreza-111554">precariedad</a> asociada a muchos de los nuevos puestos de trabajo creados durante la crisis.</p>
<h2>¿Qué aspectos se pretenden modificar?</h2>
<p>Por lo que se ha podido conocer <a href="https://podemos.info/coalicion-progresista/">hasta el momento</a>, los puntos que se pretende derogar con carácter urgente en relación a la negociación colectiva se centran en volver a introducir la posibilidad de que los convenios puedan extender sus efectos más allá de su vigencia y hasta la negociación de uno nuevo, recuperar el convenio sectorial como el prioritario en relación al de empresa y dificultar de nuevo los descuelgues. </p>
<p>Se busca dotar de un mayor poder a los sindicatos en los procesos de negociación salarial sin resolver los problemas latentes de <a href="https://www.funcas.es/Publicaciones/Detalle.aspx?IdArt=23769">representación y representatividad</a> y a costa de perder la mayor flexibilidad obtenida en la reforma anterior. </p>
<p>Si el objetivo era reducir la presión a la baja de los salarios, otra de las medidas adoptadas recientemente por el gobierno (<a href="https://www.lavanguardia.com/economia/20200123/473090819346/salario-minimo-smi-espana-evolucion-subida-950-euros-cambios-gobierno.html">el aumento del salario mínimo</a>) ya avanzaba en la dirección correcta y, sin embargo, con la derogación de estas medidas, el ajuste ante perturbaciones negativas futuras volverá a recaer en el empleo, especialmente el de carácter temporal.</p>
<h2>Pérdida de derechos de los trabajadores</h2>
<p>En lo que se refiere a la flexibilidad interna, las medidas que se pretende derogar sí que están más relacionadas con pérdida de derechos individuales de los trabajadores y tendrán un impacto mucho más directo sobre ellos. En concreto, se quiere eliminar la posibilidad de despido por absentismo causado por bajas por enfermedad, limitar la subcontratación en determinados supuestos y la capacidad de modificación unilateral de las condiciones del contrato por parte de la empresa. </p>
<p>Estos cambios irían acompañados, además, de una reforma del Estatuto de los Trabajadores que tendría como objetivo modernizar el marco de relaciones laborales adaptándolo a los retos actuales y futuros del mercado de trabajo. Sin conocer todavía las medidas concretas, parece razonable iniciar un proceso de revisión en colaboración con los agentes sociales de un texto que, pese a haber sido modificado parcialmente en diversas ocasiones, tiene su origen en 1980.</p>
<p>Por último, otro aspecto que también se pretende abordar es la reforma de las políticas activas y pasivas de empleo. En este sentido, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF) publicó en 2019 un <a href="https://www.airef.es/wp-content/uploads/2019/06/Estudio3-PAE/protegido_Proyecto_03.pdf">documento</a> que marca el camino a seguir en la reforma de las políticas activas: hay que diseñarlas en base a la evidencia obtenida sobre aquellos programas, servicios e itinerarios que se hayan mostrado más eficientes (mejor resultado con menor coste) y ejecutarlas a nivel local de manera coordinada con todos los niveles de gobierno que actúan en el territorio, el más cercano al ciudadano. </p>
<h2>Atentos a Europa</h2>
<p>Con relación a las pasivas, se reconoce la heterogeneidad de los desempleados y la necesidad de ofrecer una atención individualizada, así como reforzar los niveles de protección sin que se contraten las medidas a aplicar. Se trata de un ámbito en el que hay que estar también atento a los avances a nivel europeo y, más concretamente, al posible desarrollo de un <a href="http://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2014/510984/EPRS_STU%282014%29510984_REV1_EN.pdf">seguro de desempleo común</a>.</p>
<p>En síntesis, llamemos a las cosas por su nombre: revertir la reforma laboral de 2012 es llevar a cabo una nueva reforma laboral. Por lo que se conoce hasta el momento, esta nueva reforma tiene aspectos positivos en la medida en que reequilibra las relaciones de poder entre empresas y trabajadores, pero a la vez suprime algunos avances que habían eliminado rigideces de nuestro mercado de trabajo y, por tanto, puede suponer un retroceso importante en algunos aspectos. </p>
<p>Habrá que esperar, sin embargo, a conocer todos los detalles para poder analizar sus posibles efectos.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/130667/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Ramos Lobo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La nueva reforma laboral que va a desarrollar el gobierno de coalición de España pretende recuperar el equilibrio de las relaciones entre los empresarios y los trabajadores. Sin embargo, también suprime algunas medidas que habían eliminado rigideces del mercado de trabajo.Raúl Ramos Lobo, Profesor Titular de Universidad - Economía Aplicada, Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1265412019-11-12T21:39:35Z2019-11-12T21:39:35ZMujeres en el sector servicios: un análisis de la brecha de género<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/300658/original/file-20191107-10973-mbe6s6.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=86%2C0%2C4703%2C3827&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/people-shopping-food-supermarket-1097323802">industryviews / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Que las mujeres de las sociedades occidentales se han incorporado al mercado laboral de forma masiva en las últimas décadas es un hecho incuestionable. Otra cosa es que dicha incorporación sea un proceso completo y acabado dado que, a pesar de los avances conseguidos, persiste una situación de desigualdad y segregación.</p>
<p>La investigación sobre la situación de las mujeres en el mundo del trabajo ha evolucionado y se ha ampliado en dos sentidos: por un lado, se ha pasado del estudio del trabajo profesional y doméstico al estudio del mercado laboral, con lo cual se incluye la ocupación, la actividad y el paro. </p>
<p>Por otro lado, se ha dejado de tratar el trabajo de las mujeres aisladamente para pasar a estudiar las diferencias entre sexos. Así es como las investigaciones en este ámbito se han enfocado hacia el análisis de las consecuencias laborales de la negación de valor a las tareas domésticas y de cuidados, que tradicionalmente les han sido asignadas. </p>
<p>Sin embargo, los estudios realizados recientemente en este campo también se han dirigido hacia las nuevas formas de sexismo operativas en el mercado laboral, que se concretan en la brecha salarial de género para trabajos de valor equivalente, la segregación ocupacional, el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Techo_de_cristal">techo de cristal</a> y el <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Suelo_pegajoso">suelo pegajoso</a>, la presencia en la economía informal, la temporalidad, las políticas públicas para la conciliación laboral y familiar, el autoempleo o la feminización del paro que, adicionalmente, se completan con otras perspectivas sectoriales e interseccionales.</p>
<h2>Mujeres y sector servicios</h2>
<p>Desde un punto de vista sectorial hay que decir que los servicios constituyen el sector económico que genera más ocupación en España, y también es donde las mujeres tienen mayor presencia. </p>
<p>La terciarización de la economía se confirma al analizar <a href="https://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epa0319.pdf">los datos</a> de la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística para el tercer trimestre del año 2019, según los cuales 15 de los casi 20 millones de personas ocupadas en España trabajan en el sector servicios (es decir, el 76 %). De estos 15 millones, las mujeres suponen el 53 % (8 millones), de manera que son mayoría en dicho sector. Por otra parte, al calcular cómo se reparte la ocupación femenina entre los 4 sectores económicos, se vuelve a constatar su abrumadora presencia en el sector terciario dado que emplea a 8 de los 9 millones de ocupadas en nuestro país, o lo que es lo mismo, 9 de cada 10 mujeres se dedican al sector terciario.</p>
<p><a href="https://www.efe.com/efe/espana/economia/la-mujer-trabajadora-esta-en-el-sector-servicios-y-tiene-entre-35-44-anos/10003-3198565">Un tercio de estas trabajadoras</a> tienen entre 35 y 44 años, seguidas de las de mayor edad (entre 45 y 54 años). Las ramas de actividad en donde están más representadas son el comercio al por menor, la hostelería, la enfermería, la enseñanza, los servicios a las empresas, la administración pública, los servicios domésticos y los servicios personales. Esto dibuja un panorama de segregación ocupacional (la mayor parte de las mujeres trabajan en un menor porcentaje de ocupaciones, muy feminizadas y de evolución lenta). Además, dichas ocupaciones se caracterizan por requerir una gran disponibilidad de horario (por ejemplo, empleos de atención al público).</p>
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<a href="https://images.theconversation.com/files/300839/original/file-20191108-194641-1otuw6g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/300839/original/file-20191108-194641-1otuw6g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/300839/original/file-20191108-194641-1otuw6g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/300839/original/file-20191108-194641-1otuw6g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/300839/original/file-20191108-194641-1otuw6g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/300839/original/file-20191108-194641-1otuw6g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/300839/original/file-20191108-194641-1otuw6g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/300839/original/file-20191108-194641-1otuw6g.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
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<span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/0jPuWm8_9wY">Christiann Koepke / Unsplash</a></span>
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<p>En cuanto al nivel formativo, vale la pena remarcar que el sector servicios muestra un mayor peso relativo de trabajadores cualificados que el sector industrial, y que las mujeres con estudios universitarios en España suponen el 60 % del total de titulados. Aunque ellas obtienen mejores resultados académicos, ellos disfrutan de una mejor inserción laboral.</p>
<h2>Comparación de tres grandes empresas de servicios</h2>
<p>A continuación se aportan algunos <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5792538">resultados de los indicadores de género</a> calculados para tres grandes empresas de servicios (de más de 500 trabajadores y trabajadoras) ubicadas en Cataluña y que operan en diferentes ramas de actividad: la distribución comercial de alimentos, la enseñanza superior y la sanidad. </p>
<p>Las organizaciones estudiadas presentan una plantilla con más mujeres que hombres, aunque mientras que la comercial alimentaria y la de sanidad están claramente feminizadas, la empresa dedicada a la enseñanza superior se sitúa cercana a la igualdad de género (situación que se produce cuando las proporciones oscilan entre el 40 % y el 60 %, sean del sexo que sea).</p>
<p>Por otra parte, la comercializadora de alimentos genera mayoritariamente puestos de trabajo poco cualificados mientras que las otras dos ocupan a personas significativamente más formadas. Se comprueba que a menor cualificación profesional de la plantilla se produce una mayor discriminación por razón de sexo, tanto en lo que respecta a la segregación horizontal (brecha salarial, distinto salario ante puestos de trabajo idénticos) como a la vertical (techo de cristal, suelo pegajoso). </p>
<p>De esta manera, la empresa dedicada a la enseñanza superior es la que presenta mejores resultados en los indicadores de género, como por ejemplo el de la distribución de salarios entre hombres y mujeres en los diferentes tramos de ingresos (índice de distribución salarial), aunque los niveles superiores de las remuneraciones siguen siendo percibido mayoritariamente por hombres.</p>
<p>Finalmente, vale la pena destacar que las mujeres están sobrerrepresentadas en las categorías laborales inferiores –peor remuneradas– e infrarrepresentadas en el tramo superior de salarios, lo que es indicativo de la segregación vertical también presente en las grandes empresas analizadas.</p>
<p>Así pues, parece justificada la insistencia de los distintos colectivos de mujeres que desde la <a href="https://femeconomiafeminista.com/congres2019/">economía feminista</a> reclaman cambios sociales, políticos y económicos que nos acerquen a la igualdad de género, también en el sector servicios. Todavía queda camino por recorrer.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/126541/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Anna Pérez Quintana no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Las mujeres están sobrerrepresentadas en las categorías laborales inferiores -peor remuneradas- e infrarrepresentadas en el tramo superior de salarios, lo que es indicativo de la segregación verticalAnna Pérez Quintana, Profesora agregada universidad. Área especialización: Economía, empresa y género. Directora Unitat d'Igualtat UVic-UCC, Universitat de Vic – Universitat Central de CatalunyaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1115542019-02-12T21:35:01Z2019-02-12T21:35:01ZTener un empleo no garantiza librarse de la pobreza<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/258544/original/file-20190212-174890-1qshr8o.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=7%2C7%2C4737%2C3144&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Protesta contra los recortes sociales y la crisis económica en Madrid en 2013.
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/madrid-spain-feb-23-banners-protest-129348743"> Pedro Rufo / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>El mercado de trabajo español se ha caracterizado históricamente por su <a href="http://appsso.eurostat.ec.europa.eu/nui/show.do?dataset=lfsi_emp_a&lang=en">elevada tasa de paro</a> en comparación con el resto de los miembros de la Unión Europea, pero también por la elevada y creciente importancia de los <a href="https://www.efe.com/efe/espana/economia/el-30-de-los-contratos-fijos-firmados-en-2018-fue-a-tiempo-parcial/10003-3872612">contratos temporales</a>. Estos representan más del 20% del empleo (una cifra que duplica la europea) y del trabajo a tiempo parcial de carácter involuntario. </p>
<p>Esta situación, junto con el hecho de que buena parte de nuestros empleos se crean en ocupaciones de baja cualificación y en sectores de actividad muy sensibles al ciclo económico, se traducen en una elevada rotación laboral de muchos trabajadores, que contrasta con la estabilidad laboral de los que tienen contratos indefinidos. </p>
<p>Esta segmentación se traduce también en diferencias importantes en los salarios que reciben ambos grupos de trabajadores. De hecho, cada vez más la precariedad laboral no solo se asocia a la elevada inestabilidad contractual, sino también a los bajos salarios que se reciben. </p>
<h2>Uno de cada seis europeos tiene un salario bajo</h2>
<p>Según las estadísticas disponibles sobre este tema elaboradas por <a href="https://ec.europa.eu/eurostat/documents/2995521/7762327/3-08122016-AP-EN.pdf">Eurostat</a> y referidas al año 2014, un 17,2% de los trabajadores de la Unión Europea, es decir uno de cada seis, tenía un empleo con bajo salario. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/258535/original/file-20190212-174880-11vpot3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/258535/original/file-20190212-174880-11vpot3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/258535/original/file-20190212-174880-11vpot3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=742&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/258535/original/file-20190212-174880-11vpot3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=742&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/258535/original/file-20190212-174880-11vpot3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=742&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/258535/original/file-20190212-174880-11vpot3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=932&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/258535/original/file-20190212-174880-11vpot3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=932&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/258535/original/file-20190212-174880-11vpot3.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=932&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Este gráfico muestra en ingles los resultados de la encuesta cuatrienal sobre la estructura de ingresos, que relaciona nivel de ingresos con sexo, edad, ocupación, nivel educativo) y su empleador (actividad económica, tamaño de la empresa, etc.).</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://ec.europa.eu/eurostat/statistics-explained/index.php?title=File:Low_wage_earners_new.jpg">Eurostat</a></span>
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<p>La incidencia de este tipo de empleo en España era ligeramente inferior a la media de la Unión Europea, un 14,6%, pero muy superior a la observada en otros países como Francia o Italia, donde no superaba el 10%. Asimismo, la tasa en España es claramente inferior a la observada en los países bálticos y del este de Europa, pero también en Alemania, Irlanda y Reino Unido, donde supera el 20%. </p>
<p>Pero ¿cómo define Eurostat este tipo de empleo? Para poder facilitar la comparación entre países, un salario se considera bajo cuando es inferior a dos terceras partes de la mediana de la distribución salarial en el país. Para España, el salario por hora que representaba en 2016 el punto de corte para identificar un empleo de bajos salarios era de 6,6 euros, mientras que en Francia era de diez y en Italia 8,3 euros.</p>
<iframe title="Gráfico: Ganancia media anual por trabajador en España - Año 2016" aria-describedby="" src="https://datawrapper.dwcdn.net/bLWu5/1/" scrolling="no" frameborder="0" width="100%" height="175"></iframe>
<p></p><p></p>
<h2>La desigualdad social</h2>
<p>Más allá de la información que nos da este indicador sobre la desigualdad salarial, se trata también de un indicador de desigualdad social. </p>
<p>Tal y como se recoge en el <a href="https://www.foessa2014.es/informe/uploaded/documentos_trabajo/16102014141914_694.pdf">trabajo realizado por María Ángeles Davia</a> como parte del informe FOESSA publicado en 2014, el empleo de bajos salarios se concentra en grupos de población especialmente vulnerables y, en la medida en que afecta a las personas que forman el núcleo del hogar, las desigualdades en el mercado de trabajo se trasladan a otros ámbitos de la vida y especialmente a las nuevas generaciones. Esto afecta a sus posibilidades de conseguir niveles de renta adecuados en el futuro. </p>
<p>Además, la pobreza salarial y la elevada rotación laboral se traducen en menores bases de cotización a la seguridad social y en menores tiempos cotizados, afectando así a las pensiones futuras.</p>
<p>¿Cómo se puede remediar esta situación? ¿Qué políticas se pueden adoptar para hacerle frente? </p>
<p>Una de las opciones más evidentes sería aumentar el salario mínimo. De hecho, la reciente subida aprobada por el gobierno español para 2019 tiene a la pobreza salarial como una de sus principales motivaciones. </p>
<p>Sin embargo, un <a href="https://www.bde.es/f/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/PublicacionesSeriadas/DocumentosOcasionales/19/Fich/do1902.pdf">estudio reciente del Banco de España</a> ha analizado la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) en 2017 y ha encontrado que dicha subida habría tenido un efecto negativo sobre la probabilidad de mantener el empleo entre el colectivo de trabajadores con salarios por debajo del nuevo salario mínimo. </p>
<p>Los autores del estudio argumentan además que, dado que la <a href="https://www.efe.com/efe/espana/portada/el-gobierno-aprueba-la-subida-del-salario-minimo-hasta-los-900-euros-en-2019/10010-3849468">subida aprobada para el SMI en 2019</a> ha sido muy superior a las observadas en el pasado, los efectos negativos sobre el empleo podrían ser superiores, especialmente para algunos colectivos. </p>
<p>Una posible solución consistiría en introducir salarios mínimos diferenciados por colectivos o por territorios. </p>
<p>Otras opciones serían la introducción de una renta básica (para la que se empieza a disponer de evidencia a pequeña escala como la derivada del <a href="http://www.rtve.es/noticias/20170101/finlandia-reparte-renta-basica-560-euros-mes-durante-dos-anos-forma-experimental/1461222.shtml">reciente experimento</a> en Finlandia) o de impuestos negativos sobre la renta, pero lo más importante es que la lucha contra la pobreza pase a ser una prioridad política.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/111554/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Raúl Ramos Lobo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>España padece desde hace años una elevada tasa de paro y de temporalidad de los contratos. Pero en la actualidad, uno de cada seis europeos tiene un salario que no le permite mantener una vida digna.Raúl Ramos Lobo, Profesor Titular de Universidad - Economía Aplicada, Universitat de BarcelonaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1090532018-12-26T21:48:30Z2018-12-26T21:48:30ZCuando las mujeres ascienden a la cúpula, las grandes empresas son más responsables<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/251477/original/file-20181219-27749-bfzw2a.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=27%2C0%2C3056%2C2104&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">En los consejos de administración de las empresas en España la presencia femenina es hoy del 17%. </span> <span class="attribution"><span class="source">Pexels</span></span></figcaption></figure><p>En la actualidad, hay una creciente tendencia a mejorar la situación de la mujer en el ámbito económico y profesional en todos los países desarrollados, donde lamentablemente su participación no ha sido suficientemente valorada. Esto es importante ya que la mujer ha alcanzado <a href="http://www.educacionyfp.gob.es/inee/dam/jcr:5c63370d-ce1a-4e12-89ba-9ae941153990/panorama-de-la-educacion-2017-def-12-09-2017red.pdf">niveles educativos</a> similares o mayores que los hombres, y a nivel europeo representa el 60% de todos los trabajadores con educación superior, y el 45% del empleo total. Sin embargo, cuando nos fijamos en los <a href="https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925595694&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param1=PYSDetalle&param3=1259924822888">puestos directivos</a>, la diferencia es mayor, por lo que parece haber un “techo de cristal” que impide que las mujeres accedan a puestos de responsabilidad. </p>
<p>Esta <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2018.01351/full">investigación</a> parte del análisis de los consejos de administración de una muestra de empresas no financieras españolas que cotizaban en la Bolsa de Madrid entre los años 2011 y 2015, para ver la relación entre la presencia de mujeres (tanto en las reuniones del consejo como en las de sus comités de auditoría y remuneración) y la política salarial, la retribución de los ejecutivos y el voto consultivo de los accionistas sobre esos planes de pago a directivos. </p>
<p>Nuestro estudio revela que las empresas con representación femenina en su comité de remuneración muestran un menor crecimiento en el salario del máximo ejecutivo. Es decir, se moderan el riesgo y el gasto. También hemos concluido que este efecto es atribuible a las consejeras que representan a los grandes accionistas. Además, la pertenencia femenina al comité se asocia con un menor porcentaje de votos negativos al plan de remuneración de los directivos, lo que supone una medida para facilitar la gestión de la empresa. </p>
<h2>Más consejeras, salarios más racionales</h2>
<p>En general, nuestros resultados indican que las consejeras contribuyen a moderar el crecimiento de la retribución de los ejecutivos y, en consecuencia, los accionistas valoran su participación en el diseño de estos planes. Esto confirma la influencia que puede tener un grupo minoritario, como son las mujeres en este caso, en el progreso sostenible de estas empresas, a pesar de que, como ya es bien sabido, es bastante difícil desvelar los mecanismos de toma de decisiones en las reuniones de los consejos de administración. </p>
<p>Nuestros resultados apoyan los beneficios de la presencia de consejeras, no solo como una medida social o como una concesión superficial hacia este colectivo discriminado, sino también como una contribución a las prácticas de buen gobierno organizativo. Para intentar esclarecer las causas de estos resultados, podemos recordar que la <a href="https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2007-6115">Ley Orgánica 3/2007</a> sobre la igualdad efectiva entre mujeres y hombres recomendó, pero no impuso, el aumento de la presencia femenina en los consejos y órganos de toma de decisiones hasta que llegasen a incluir un mínimo del 40% de consejeras en las juntas de las empresas. </p>
<h2>Lejos del 40%</h2>
<p>La aplicación progresiva de esta legislación sobre igualdad de género favoreció el aumento de mujeres en los consejos de administración de las empresas en España, de modo que, y de acuerdo con los datos recogidos en nuestro estudio, su presencia casi se ha triplicado pasando del 6% en 2007 al 17% en la actualidad, porcentaje aún escaso y lejos del deseado 40%, más aún cuando observamos que solo el 5% de los consejeros ejecutivos son mujeres. Esto significa que la mayoría de las mujeres son consejeras sin capacidad ejecutiva. Es decir, no trabajan a tiempo completo para la empresa, sino que su vinculación se limita a ese puesto en el consejo, y en consecuencia, tienen una menor influencia en las decisiones de gestión que las consejeras ejecutivas. </p>
<p>No obstante, sabemos que existe una brecha entre el momento en que se aprueba una nueva legislación y el momento en que se lleva a cabo la aplicación habitual de tales medidas, por lo que cabría esperar una incorporación progresiva de mujeres a los consejos de administración en los próximos años. Las razones de esta escasa aplicación de la Ley de Igualdad no están claras. Es cierto que se establece explícitamente una recomendación o deseo (“tratar de alcanzar”), pero no un objetivo obligatorio. Además, no se establece ni sanción ni beneficio alguno, aunque tampoco está claro que para evitar o reducir la discriminación de la mujer en el ámbito empresarial una legislación más estricta sea más efectiva. Al mismo tiempo, como los consejos están compuestos principalmente por hombres, podemos pensar que probablemente no estén lo suficientemente comprometidos con dicho objetivo. </p>
<p>Además, hay que recordar que la gran crisis económica iniciada en 2008, fruto en buena parte de los perversos sistemas de retribución basados en los incentivos a corto plazo y en acciones y opciones, suponía un incentivo para asumir riesgos que luego fueron excesivos, quizá producto de una avaricia irresponsable. Por lo tanto, un efecto de la crisis podría haber sido la configuración de decisiones más conservadoras y asumiendo un menor riesgo en la gestión, como hemos visto en nuestro estudio donde hemos encontrado que es la presencia femenina la que favorece claramente la estabilidad de la empresa en el tiempo.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/109053/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>La presencia de mujeres en los consejos de administración tiene consecuencias positivas, especialmente en la política de remuneración de las compañías.Antonio León García Izquierdo, Profesor Titular Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, Universidad de OviedoCarlos Fernández-Méndez, Profesor titular de Economía Financiera, Universidad de OviedoRubén Arrondo García, Profesor Titular de Universidad de Economía Financiera, Universidad de OviedoLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1005382018-08-12T21:06:14Z2018-08-12T21:06:14ZLa estadística no es un chiste: cuándo podemos fiarnos de la media<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/229258/original/file-20180725-194134-1oib1qk.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C5710%2C3649&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Photo by Christian Dubovan on Unsplash</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://unsplash.com/photos/Y_x747Yshlw">Unsplash</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span></figcaption></figure><p>Un chiste dice que si una persona come dos pollos y otra ninguno, la estadística considerará que de media cada uno ha comido un pollo. Otra versión afirma que, si pusiéramos la mitad del cuerpo en un horno a 50 °C y la otra mitad en un frigorífico a cero, tendríamos el cuerpo a una media de 25 °C . </p>
<p>Dicho así, la estadística no parece una disciplina ni muy solidaria ni muy sensata. En este breve artículo queremos hacer ver la falacia que estos chistes esconden y mostrar la cautela con la que hay que tratar cualquier valor medio.</p>
<p>La media es un valor que resume un conjunto de datos. Por ejemplo, tomemos la Encuesta de Estructura Salarial en España <a href="http://www.ine.es/prensa/np720.pdf">publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE)</a> en 2012. Obtuvo que el salario medio bruto anual por trabajador era de 22.790 euros. </p>
<p>Para obtener este valor, se recopila información de los asalariados que trabajan a tiempo parcial y a tiempo completo, de los directivos y empleados, de mujeres y hombres. En todos los casos existe una notable diferencia de salarios según el colectivo escogido. Hay, por tanto, demasiada heterogeneidad en los salarios o, como se dice en estadística, variabilidad o dispersión. </p>
<p>En consecuencia, el dato así presentado puede que dé la razón a la historieta de los pollos. Muchos asalariados españoles no se sentirán representados con la cifra del salario medio.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/229257/original/file-20180725-194143-10va1lh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/229257/original/file-20180725-194143-10va1lh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=335&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/229257/original/file-20180725-194143-10va1lh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=335&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/229257/original/file-20180725-194143-10va1lh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=335&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/229257/original/file-20180725-194143-10va1lh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=421&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/229257/original/file-20180725-194143-10va1lh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=421&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/229257/original/file-20180725-194143-10va1lh.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=421&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Media y mediana.</span>
<span class="attribution"><span class="source">INE</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>Por supuesto, la estadística dispone de métodos para establecer la validez de los resúmenes que proporciona. A la hora de interpretar una media, se acompaña de una medida de la dispersión de los datos respecto a la media. Cuando la dispersión es alta, la media es poco representativa y, por tanto, no se debería utilizar como resumen de los datos. </p>
<p>¿Cómo se mide la dispersión? Hay varias formas de hacerlo pero destaca una medida llamada <em>desviación típica</em>. No entraremos en ella, solo veremos dos situaciones extremas. Por un lado, imaginemos que todos los asalariados ganan lo mismo: 22.790 euros brutos anuales. Entonces no hay dispersión y la desviación típica es cero, por lo que el valor medio da un resumen perfecto. </p>
<p>Ahora imaginemos que la mitad de asalariados trabaja gratis y percibe cero euros al año, mientras que la otra mitad recibe justo el doble de 22.790 euros. La media sigue siendo la misma, pero la variabilidad es muy alta. En otras palabras, y trasladándolo al chiste, la mitad se come dos pollos y la otra mitad, ninguno.</p>
<p>En los dos chistes, se utilizan datos muy dispersos para calcular el valor medio, por lo que este no es válido como resumen representativo de los datos. En el caso de los salarios, también hay mucha dispersión. Basten tres datos: el salario de más de un tercio de los trabajadores se aleja más de 9.000 euros del salario medio; la mitad de los asalariados, más de 6.000 euros, y el 75%, más de 3.000 euros. </p>
<p>Expongamos los datos anteriores de una forma más familiar. Imagínense que, tras consultar en todas las tiendas, obtenemos que el precio medio de un producto es de 100 euros. Sin embargo, el 35% de las tiendas lo tienen 40 euros más caro o más barato. En la mitad, la diferencia es de más de 25 euros. En el 75%, de más de 13 euros. ¿A que no daría igual comprar en una tienda que en otra?</p>
<p>En conclusión, un valor medio debe ir acompañado de una medida de la dispersión de los datos para poder conocer su representatividad. Cuando la dispersión es alta, una buena alternativa a la media es la <em>mediana</em>, que proporciona el valor por debajo del cual se encuentra la mitad de los individuos. En el caso de los salarios, la mediana es de 19.017 euros brutos anuales. Es decir, la mitad de los asalariados españoles gana menos de esa cantidad.</p>
<hr>
<p>Este artículo fue <a href="http://traductordeciencia.es/buen-uso-y-abuso-de-la-media/">publicado originalmente</a> en el blog de la UPNA <em>Traductor de ciencia</em>.</p>
<hr><img src="https://counter.theconversation.com/content/100538/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>José Antonio Moler Cuiral no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La estadística es una poderosa aliada, pero es necesario entender lo que quiere decirnos para no malinterpretar sus resultados.José Antonio Moler Cuiral, Profesor del Departamento de Estadística e Investigación Operativa de la UPNA, Universidad Pública de NavarraLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1009292018-08-01T21:43:10Z2018-08-01T21:43:10ZPor qué muchos trabajos en ‘granjas de clics’ deberían considerarse esclavitud digital<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/230274/original/file-20180801-136646-1bceyqu.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=3%2C6%2C1095%2C762&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><span class="source">Freer/Shutterstock.com</span></span></figcaption></figure><p>La economía digital ha creado nuevas oportunidades y formas de trabajar. Pero también ha generado millones de tareas o trabajos que suponen gran competencia, condiciones de trabajo irregulares y salarios extremadamente bajos.</p>
<p>Impulsada por el rápido crecimiento de la computación algorítmica y en la nube, la “economía de plataforma” está controlada por operadores como Uber, Facebook y los servicios web de Google y Amazon. Airbnb y Uber, por ejemplo, utilizan las <a href="http://harouneducationventures.com/blog/2016/8/29/what-the-cloud-wars-mean-for-netflix-uber-and-airbnb">últimas herramientas en la nube</a>, como los servicios web de Amazon, para impulsar su dominio y eliminar a la competencia en diversos sectores.</p>
<p>Mientras que los trabajadores de la “economía basada en las aplicaciones” suelen ganar un salario digno y tener algún tipo de protección legal, muchos de los que hacen <em>crowdwork</em> (trabajo colaborativo) o microtareas en plataformas pueden encontrarse con empleadores que les pagan por debajo del salario mínimo y sin la protección y la ética básicas.</p>
<p>Un <a href="https://www.researchgate.net/profile/Janine_Berg/publication/296638565_Income_security_in_the_on-demand_economy_Findings_and_policy_lessons_from_a_survey_of_crowdworkers/links/56d705fb08aebe4638af14a3.pdf">creciente conjunto de investigaciones</a> muestra que muchos trabajadores virtuales cualificados o semicualificados ofrecen sus servicios de forma habitual en estas plataformas por tarifas extremadamente bajas, sin acceso a los derechos y protección de los trabajadores convencionales, y con pocas expectativas de encontrar formas alternativas para llegar a fin de mes.</p>
<p>También hay <a href="http://www.telegraph.co.uk/technology/news/10281733/Digital-economy-needs-750000-workers.html">evidencias</a> de que una mayoría de esos trabajadores son jóvenes, relativamente cualificados pero incapaces (por motivos diversos) de encontrar un trabajo decente con el que obtener un salario digno. Conocidos como <a href="https://monthlyreview.org/product/labor_in_the_global_digital_economy/"><em>cibertariado</em></a>, estos empleados son invisibles, ignorados y reciben cantidades de dinero muy pequeñas por cumplir con tareas como escribir un libro, editar un documento o generar muchos “me gusta” en una página web.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/197789/original/file-20171205-22977-l1u6r0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/197789/original/file-20171205-22977-l1u6r0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/197789/original/file-20171205-22977-l1u6r0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/197789/original/file-20171205-22977-l1u6r0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/197789/original/file-20171205-22977-l1u6r0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/197789/original/file-20171205-22977-l1u6r0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/197789/original/file-20171205-22977-l1u6r0.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">‘Me gusta’.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Pe3k/Shutterstock.com</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Granjas de clics</h2>
<p>En particular, el <a href="http://ayad-al-ani.com/pdf/Rebalancing-Interests-and-Power-Structures-on-Crowdworking-Platforms-SSRN-id2817293.pdf"><em>crowdworking</em></a> está comenzando a extenderse a gran velocidad por todo el mundo como una forma de sobrevivir en una economía global cada vez más precaria, al menos para aquellos que no tienen una educación formal, un capital o unos contactos significativos.</p>
<p>El trabajo colectivo se define literalmente como colectivos de personas dispersas por la geografía y de culturas heterogéneas que trabajan sin garantía de frecuencia o salario. Atrae a millones de personas que no pueden conseguir trabajos que prometan un desarrollo profesional, personas que no son capaces de llegar a fin de mes con un trabajo cotidiano, que no pueden recibir prestaciones sociales o ayudas, que tienen grandes responsabilidades asistenciales o problemas de salud que les impiden mantener un trabajo a tiempo completo.</p>
<p>Pocos somos conscientes de que conseguir que Internet siga siendo relativamente beneficioso, divertido, seguro y lucrativo para consumidores y empresas requiere que todos estos trabajadores realicen millones de «microtareas».</p>
<p>Los trabajadores se esfuerzan durante horas para, por ejemplo, conseguir las ofertas de microempleo publicadas en portales como MechanicalTurk, ListMinute, Elance.com o TaskRabbit. Si bien muchos autónomos también ofrecen sus servicios en plataformas como Fiverr.com, hay muy pocas investigaciones sobre cómo estos proveedores de servicios organizan sus cargas de trabajo o cómo lidian con las opiniones críticas de los clientes.</p>
<p>Hay trabajadores que se pasan el día aumentando el número de «me gusta» de páginas web corporativas. Otros <a href="https://www.theguardian.com/news/2017/may/25/facebook-moderator-underpaid-overburdened-extreme-content">rastrean imágenes inapropiadas</a> en las redes. Aunque los salarios sean constantes, regulares y estables, los trabajadores esporádicos suelen estar entre los primeros en sufrir las consecuencias negativas de las políticas introducidas, a veces sin avisar, por los organismos reguladores, las administraciones locales y las empresas. Algo así sufrieron hace unos meses los <a href="https://theconversation.com/uber-in-london-firm-must-value-its-drivers-as-well-as-its-customers-84621">conductores de Uber</a> de Londres.</p>
<p>Todos estos ejemplos señalan una relación profundamente asimétrica entre las habilidades que adquieren las personas y el salario que pueden (o no) obtener de forma estable en una economía digital, un desequilibrio propiciado cada día <a href="http://ayad-al-ani.com/pdf/Rebalancing-Interests-and-Power-Structures-on-Crowdworking-Platforms-SSRN-id2817293.pdf">por más plataformas</a>.</p>
<h2>Trabajo virtual</h2>
<p>Si bien hay datos que demuestran que el salario medio de este tipo de trabajos puede llegar a los <a href="http://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1024258916688861">20 dólares por hora</a>, son tareas que implican una gran responsabilidad y poca flexibilidad. Son los que requieren que el trabajador se presente en un lugar y a una hora determinados, como pasear perros o atender niños con discapacidades. Los trabajadores suelen rechazar estas tareas por razones indefinidas.</p>
<p>Y aunque un número muy reducido de empleados virtuales está relativamente bien remunerado (como los consultores de negocios o los gestores de proyectos que trabajan para organizaciones «exprés» montadas para atender a clientes en plataformas de alto valor y coste), la gran mayoría invierte un tiempo y una energía considerables buscando un trabajo que sea lo suficientemente rentable como para ayudar a sus familias o para mantenerse a sí mismos. Por eso hay una gran competencia por el trabajo virtual mal pagado. La mayoría de los que pertenecen a este último grupo son jóvenes de países desarrollados. Muchos de ellos trabajan desde cibercafés, bibliotecas públicas o universitarias o desde cualquier lugar en el que haya wifi gratuito.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/197788/original/file-20171205-22977-13o9j3w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/197788/original/file-20171205-22977-13o9j3w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/197788/original/file-20171205-22977-13o9j3w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/197788/original/file-20171205-22977-13o9j3w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=420&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/197788/original/file-20171205-22977-13o9j3w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/197788/original/file-20171205-22977-13o9j3w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/197788/original/file-20171205-22977-13o9j3w.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=528&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Cafeterías con Internet: la nueva oficina.</span>
<span class="attribution"><span class="source">OHishiapply/Shutterstock.com</span></span>
</figcaption>
</figure>
<p>En plataformas como <a href="https://www.mturk.com/pricing">Mechanical Turk</a> (Amazon), <a href="https://www.upwork.com/?vt_cmp=344093325&vt_adg=20934130125&vt_src=google&vt_kw=upwork&vt_device=c&gclid=EAIaIQobChMIwO3_jene2AIVVj8bCh2mPw43EAAYASAAEgKKIvD_BwE">Upwork</a> o <a href="https://www.crowdflower.com/">Crowdflower</a>, la tarifa por microtareas oscila entre unos centavos y unos pocos dólares, sea cual sea el lugar del mundo en que uno se encuentre.</p>
<p>Esta situación puede compararse con un gran acuerdo cuyas condiciones estuviesen por debajo de los niveles de salario mínimo en las economías desarrolladas. Siendo así las cosas, solo los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido <a href="https://www.theguardian.com/law/2017/nov/29/eu-top-court-rules-workers-can-claim-compensation-for-untaken-holidays">han señalado</a> que se debería proporcionar protección básica a los trabajadores esporádicos. Pero son debates que se están iniciando. En este momento, nadie sabe si llegará a aprobarse una legislación específica ni cómo.</p>
<h2>¿Esclavitud digital?</h2>
<p><a href="http://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/1024258917696233">Cada vez existe una mayor necesidad</a> de entender este tipo de trabajo en el contexto de lo que normalmente entendemos como esclavitud. Históricamente, la esclavitud se ha entendido como un trabajo en duras condiciones por muy poco o ningún salario. Ir de encargo en encargo o de microtarea en microtarea quizás no recuerde a la esclavitud, pero los trabajadores esporádicos están proliferando como los esclavos de la nueva economía.</p>
<p>Por supuesto, existen muchas diferencias entre la esclavitud histórica y la esclavitud digital que he descrito aquí. Esta vez, las cadenas no son tan visibles, pero las cicatrices pueden ser igual de duraderas. Los relatos en primera persona de los trabajos digitales en granjas de clics todavía escasean, pero casi todos lo asocian a miedo extremo y a la sensación de sometimiento que genera este modelo laboral.</p>
<p>La cuestión no es tanto quién o qué está impulsando estas desigualdades en el trabajo digital. No se culpa a los propietarios de las plataformas ni a los compradores de esos servicios. Más bien es la naturaleza de la competencia perfecta, en la que los beneficios de los vendedores merman con rapidez y <a href="https://www.theatlantic.com/business/archive/2014/09/peter-thiel-zero-to-one-review/380738/">no aparece un ganador claro</a>.</p>
<p>La economía de plataforma ha crecido y se ha expandido tan rápido por el mundo que sus implicaciones para los trabajadores, para los dirigentes políticos y para los sindicatos apenas han llegado a la opinión pública. Es hora de que lo hagan. Necesitamos reflexionar sobre cómo queremos que sea la vida laboral en el futuro.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/100929/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Ming Lim no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>La economía digital ha creado millones de puestos de trabajo que implican una intensa competencia, condiciones de trabajo no reguladas y salarios extremadamente bajos.Ming Lim, Associate Professor in Marketing and Management, University of LiverpoolLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.