tag:theconversation.com,2011:/us/topics/tiroides-97806/articlestiroides – The Conversation2022-12-27T19:29:37Ztag:theconversation.com,2011:article/1940852022-12-27T19:29:37Z2022-12-27T19:29:37ZCáncer de tiroides: ¿se ha disparado su incidencia o le hacemos demasiado caso?<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/502532/original/file-20221222-21-gfc61n.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C1005%2C5991%2C3916&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-illustration/human-thyroid-gland-anatomy-illustration-3d-746474077">Shutterstock / Nerthuz</a></span></figcaption></figure><p>Junio de 1922. Ante la grave situación sanitaria, el rey español Alfonso XIII <a href="https://ortegaygasset.edu/100-anos-del-viaje-a-las-hurdes-de-gregorio-maranon-con-alfonso-xiii-hito-de-la-humanizacion-sanitaria/">recorre Las Hurdes</a> (Extremadura) junto al médico y escritor Gregorio Marañón. Situada en el norte de la provincia de Cáceres, esta comarca fue escenario once años más tarde del famoso documental <a href="https://www.filmaffinity.com/es/film595178.html"><em>Las Hurdes (Tierra sin pan)</em></a>, dirigido por Luis Buñuel. Una tierra inundada de pobreza y enfermedad. </p>
<p><a href="https://www.youtube.com/watch?v=JIn3Iqrv2L8">Aquellas imágenes</a> muestran uno de los mayores problemas sanitarios de la época: el bocio y el cretinismo endémico. Y la causa de ambos está íntimamente relacionada con el funcionamiento de nuestra glándula tiroidea. </p>
<p>El bocio no es más que un aumento del tamaño de dicha glándula, que ante la falta extrema de yodo (un elemento esencial para fabricar las hormonas tiroideas) intenta compensar la carencia aumentando su tamaño. Este déficit, en su estado más grave, da lugar al cretinismo, que se caracteriza por alteraciones en el desarrollo y una significativa deficiencia intelectual. </p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/502445/original/file-20221221-17-4lxrlw.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/502445/original/file-20221221-17-4lxrlw.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/502445/original/file-20221221-17-4lxrlw.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=370&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/502445/original/file-20221221-17-4lxrlw.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=370&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/502445/original/file-20221221-17-4lxrlw.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=370&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/502445/original/file-20221221-17-4lxrlw.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=465&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/502445/original/file-20221221-17-4lxrlw.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=465&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/502445/original/file-20221221-17-4lxrlw.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=465&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption">Fotograma de <em>Las Hurdes, tierra sin pan</em> (Luis Buñuel, 1933), en el que se ve a una madre con bocio con su bebé en brazos.</span>
</figcaption>
</figure>
<h2>De Las Hurdes de Buñuel a nuestros tiempos</h2>
<p>La falta de yodo no fue ni es <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6822815/">la única causa de <em>hipotiroidismo</em></a>, como se llama a la falta de hormonas tiroideas en nuestro organismo, que sigue siendo una de las patologías endocrinas más frecuente también en nuestros tiempos. </p>
<p>Aunque afortunadamente, aquellas imágenes de Buñuel ya quedaron atrás: las herramientas disponibles hoy en día, en lo que se refiere a prevención, diagnóstico y tratamiento, lo han convertido en una cuestión mucho más controlada y manejable. </p>
<p>Si hay un problema de salud que nos preocupa a todos es el cáncer, cuyo origen también puede estar en la glándula tiroidea. Muchos medios de comunicación llevan años alertando del aumento en el número de personas que lo sufren. </p>
<p>De hecho, el <a href="https://theconversation.com/vigilar-y-esperar-una-nueva-estrategia-para-tratar-el-cancer-de-tiroides-190473">cáncer de tiroides</a> es la modalidad de tumor endocrino más común en todo el mundo, y el número de personas diagnosticadas <a href="https://www.cancer.org/es/cancer/cancer-de-tiroides/acerca/estadisticas-clave.html">se ha triplicado</a> en las últimas décadas. El motivo de este aumento tan significativo sigue siendo discutido entre la comunidad científica. </p>
<p>A pesar de que no hay una respuesta unánime, parece que los avances tecnológicos y el mayor acceso a diferentes métodos de diagnóstico pueden estar detrás de estos números. Esto puede traducirse en que estamos sufriendo un fenómeno de “sobrediagnóstico”: la detección de casos que, de no haber sido identificados, no habrían generado síntomas o afectado negativamente a la vida del paciente. Es decir, diagnósticos que, de no haberse producido, nos hubieran permitido vivir igual, pero mucho más tranquilos en nuestra ignorancia. </p>
<h2>¿Por qué detectamos más casos?</h2>
<p>Sencillamente porque existen herramientas cada vez más accesibles y más sensibles, como la ecografía tiroidea y las biopsias realizadas mediante punción-aspiración con aguja fina. Estas técnicas permiten detectar tumores en fases muy iniciales que de otro modo probablemente habrían pasado desapercibidos sin causar ningún síntoma. </p>
<p>Existen diferentes tipos de cáncer de tiroides: desde los más comunes e <em>inofensivos</em> hasta los más raros y agresivos. De hecho, el incremento de casos observado en las ultimas décadas <a href="https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(21)00027-9/fulltext">se corresponde casi exclusivamente con un subtipo concreto</a>. Hablamos del cáncer de tipo papilar, que es la modalidad que con más frecuencia se encuentra en su forma subclínica, es decir, antes de producir ningún síntoma. </p>
<p>Un dato más que apoya la teoría del sobrediagnóstico es que el número de muertes por cáncer de tiroides, lejos de aumentar, <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31964280/">se ha estabilizado, e incluso reducido, en los últimos años</a>. </p>
<h2>¿Son las mujeres más propensas a desarrollar cáncer de tiroides?</h2>
<p>Los números son claros: el diagnóstico de cáncer de tiroides es entre 3 y 4 veces superior en mujeres que en hombres. Tradicionalmente se ha pensado que algunos factores hormonales podrían estar detrás de esta diferencia, pero <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35855551/">no existen datos suficientemente sólidos que corroboren la hipótesis</a>. </p>
<p>Incluso algunos de los <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34459841/">últimos estudios</a> parecen indicar que esta observación es un tanto simplista. El hallazgo casual de tumores de tiroides en autopsias realizadas a personas fallecidas por otras causas es relativamente común. Y el porcentaje de cadáveres en los que se producen estos hallazgos sigue siendo más o menos constante a lo largo del tiempo, sin ninguna diferencia entre sexos. </p>
<p>Se cree, sencillamente, que las mujeres son diagnosticadas con más frecuencia debido a la diferente vigilancia médica a la que son sometidas y al desigual uso de la atención sanitaria por parte de ambos sexos. Una cuestión que parece más sociológica que fisiológica.</p>
<h2>¿Qué peso tienen los factores ambientales?</h2>
<p>A pesar de que aún solo son especulaciones, existe la sospecha de que <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35731932/">no todo es culpa del sobrediagnóstico</a>. Algunos datos apuntan a factores como la obesidad, una condición estrechamente ligada al cáncer de tiroides. Sin embargo, aún no queda claro si también está detrás del incremento de casos en las últimas décadas. </p>
<p>También es objeto de estudio la <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33477829/">influencia de los disruptores endocrinos</a>, sustancias químicas capaces de interferir en el funcionamiento normal de nuestras hormonas, en este caso, <a href="https://www.revistaendocrino.org/index.php/rcedm/article/download/499/658?inline=1">de las hormonas tiroideas</a>. </p>
<p><a href="https://theconversation.com/es/topics/disruptores-endocrinos-83105">Este tipo de compuestos</a> han sido descritos en innumerables elementos de nuestro entorno, como pesticidas, disolventes industriales, plásticos, medicamentos e incluso alimentos. La lista de sustancias clasificadas como <em>disruptores endocrinos</em> cambia constantemente. Algunas de ellas han sido identificadas recientemente y apenas se conocen datos sobre sus niveles de seguridad o efectos a largo plazo. </p>
<p>Además, se sabe que en muchos casos es la mezcla de algunos de estos compuestos la que puede resultar perjudicial, dificultando aún más la obtención de conclusiones sólidas al respecto.</p>
<p>Como vemos, son muchas las cuestiones a las que la comunidad científica aún trata de dar una respuesta. Mientras tanto, hay medidas con sobrada evidencia científica que nos pueden ayudar a mantener nuestra glándula tiroidea en perfectas condiciones. </p>
<p>Mantener una alimentación equilibrada y un estilo de vida sano, alejado de la obesidad y el sendentarismo, es sin duda la mejor fórmula que tenemos a nuestro alcance para prevenir patologías como el cáncer de tiroides.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/194085/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Carmen Grijota Martínez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.</span></em></p>Según los datos, la incidencia de esta enfermedad se habría triplicado en las últimas décadas, pero quizá solo tenga que ver con el avance en las técnicas diagnóstico.Carmen Grijota Martínez, Profesora e investigadora del Departamento de Biología Celular en la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (CSIC), Universidad Complutense de MadridLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1904732022-09-22T17:23:06Z2022-09-22T17:23:06Z‘Vigilar y esperar’, una nueva estrategia para tratar el cáncer de tiroides<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/485603/original/file-20220920-15-flnkfm.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=26%2C13%2C8648%2C5748&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/doctor-performing-physical-exam-palpation-thyroid-639110809">Shutterstock / Andrey_Popov</a></span></figcaption></figure><p>“Me han diagnosticado cáncer y me proponen no hacer nada”. Esta es una frase que da vértigo: ¿cómo que no hacer nada? Sin embargo, <em>vigilar y esperar</em> es una nueva manera de <em>tratar</em> el cáncer. </p>
<p>Del inglés <a href="https://www.fredhutch.org/en/news/center-news/2016/10/cancer-waiting-game-when-the-recommended-treatment-is-watch-and-wait.html"><em>watch and wait</em></a> o <em>active surveillance</em>, consiste en hacer un seguimiento intensivo de la evolución del tumor en cada paciente, sin realizar ninguna intervención quirúrgica ni proporcionarle ningún tratamiento. Actualmente se está utilizando con pacientes con cáncer de tiroides, próstata y linfoma.</p>
<h2>El caso del cáncer papilar</h2>
<p>Naturalmente, esta opción no vale para cualquier tipo de cáncer. En lo que se refiere a los de tiroides, solo puede aplicarse al llamado carcinoma papilar de bajo riesgo o microcarcinoma. Pero ¿cuáles son sus características? ¿Y por qué únicamente se puede <em>vigilar y esperar</em> con esta modalidad de la dolencia?</p>
<p>El cáncer papilar <a href="https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000331.htm">es el más frecuente de los que afectan a la glándula tiroides </a>, y cada año aumenta el número de diagnosticados. Aún no se sabe por qué. Una explicación es la mejora de las técnicas de imagen, capaces de localizar tumores de pequeño tamaño (menos de 1 cm), que reciben el nombre de microcarcinomas. ¿Y de dónde viene lo de papilar? </p>
<p>En líneas generales, el cáncer de tiroides se divide en dos grupos, dependiendo de su estado de diferenciación celular, o lo que es lo mismo, de lo desorganizadas y descontroladas que están las células que lo forman. Existen, entonces, tumores diferenciados, como el carcinoma papilar o el folicular; y desdiferenciados, como el pobremente diferenciado o el anaplásico. Estos últimos son muy agresivos, con baja supervivencia y sin tratamiento eficaz. </p>
<p>En un tiroides sano, las células se organizan formando esferas. En su interior se acumula la tiroglobulina, una proteína necesaria para generar las <a href="https://www.aecat.net/2015/07/16/las-hormonas-tiroideas-que-son-y-para-que-sirven/">hormonas tiroideas (T3 y T4)</a>, que ayudan a controlar el metabolismo y el crecimiento del organismo. Las células del carcinoma papilar forman papilas, como dedos alargados, de ahí su nombre. </p>
<p>En general, el carcinoma papilar tiene buen pronóstico, aunque en algunos casos puede progresar y volverse agresivo. Se trata mediante cirugía, extirpando parte o toda la tiroides, y/o con yodo radiactivo. </p>
<p>En el segundo supuesto, la terapia funciona de la siguiente manera. Las células tiroideas necesitan captar yodo para poder producir tiroglobulina y hormonas tiroideas. Al mantener cierta estructura celular, el carcinoma papilar aún tiene capacidad para captar ese mineral, y si es radiactivo, las células tumorales mueren al integrarlo. </p>
<h2>Tumores pequeños y poco agresivos</h2>
<p>Antes, los microcarcinomas pasaban desapercibidos por su pequeño tamaño –algunos se descubrían postmortem– y porque no presentan síntomas. Eso sugería que en realidad la enfermedad no progresaba y que la persona vivía de manera normal. A pesar de que actualmente se diagnostican más microcarcinomas, la mortalidad no ha aumentado. </p>
<p>Con esta idea, se realizaron <a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7042648/#:%7E:text=Active%20surveillance%20is%20a%20safe,the%20current%20standard%20of%20care.">estudios de seguimiento</a> de pacientes con microcarcinoma papilar, primero en Japón y Corea y en los últimos años en EE. UU. En la gran mayoría de los pacientes, el tumor no cambiaba de tamaño con el tiempo. A veces, incluso se hacía más pequeño y desaparecía por sí solo. Solo crecía en un pequeño porcentaje de los individuos, pero lo hacía de manera lenta. </p>
<p>Es decir, a la gran mayoría de las personas diagnosticadas con microcarcinoma papilar se les está dando un tratamiento posiblemente innecesario. Hay que tener en cuenta que la cirugía implica siempre un riesgo, y en este caso pueden dañarse el nervio laríngeo o las cuerdas vocales. Después se necesita un suplemento hormonal de por vida. </p>
<p>Y en lo que respecta a la terapia de yodo radiactivo, no solo mueren las células tumorales, sino también las sanas. La opción de vigilar y esperar no parece, pues, tan mala idea. ¿Pero en qué consiste?</p>
<figure class="align-right zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/485153/original/file-20220917-31411-ev5egv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/485153/original/file-20220917-31411-ev5egv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=237&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/485153/original/file-20220917-31411-ev5egv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=668&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/485153/original/file-20220917-31411-ev5egv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=668&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/485153/original/file-20220917-31411-ev5egv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=668&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/485153/original/file-20220917-31411-ev5egv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=840&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/485153/original/file-20220917-31411-ev5egv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=840&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/485153/original/file-20220917-31411-ev5egv.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=840&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Así se vigila y espera</h2>
<p>Primero, los candidatos tienen que presentar un tumor papilar de menos de 1,5 cm, sin invasión en los ganglios linfáticos del cuello. No pueden tener otro tipo de enfermedades y preferentemente ser mayores de 60 años. Los jóvenes, al parecer, tienden a no ser constantes durante el seguimiento, y los tumores en pacientes con más de seis décadas de vida suelen manifestar un crecimiento lento.</p>
<p>El seguimiento consiste en realizar una prueba de ultrasonido cada 6 meses durante los dos primeros años y luego anualmente. Las decisiones se van tomando según evolucione el tumor.</p>
<p>Pero los pacientes necesitan equilibrar los sentimientos de preocupación por dejar que el cáncer siga su camino, frente al riesgo de efectos secundarios y complicaciones del tratamiento. Una vez que el enfermo es diagnosticado y se considera de bajo riesgo, se le da la posibilidad de someterse a una cirugía o vigilar y esperar. </p>
<p>Hay tres tipos de pacientes: el que prefiere tratar y operarse inmediatamente, el que empieza vigilando y luego, aun sin que se produzcan cambios en el tumor, prefiere tratarlo, y el que aguanta. Padecer cáncer conlleva una gran carga psicológica, y no todo el mundo lo vive igual.</p>
<p><a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10649669/">EE. UU. nos lleva varios años de ventaja</a>: la opción de vigilar y esperar aún se está estudiando en Europa. Pero ¿estamos preparados?</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/190473/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Maria Elena Rodriguez Garcia-Rendueles recibe fondos de la Comunidad de Madrid (Atracción de talento, doctores con experiencia). </span></em></p>Consistente en hacer un control de la enfermedad sin tratarla con terapias o cirugía, esta técnica puede aplicarse al cáncer papilar de tiroides. Pero ¿están preparados psicológicamente los pacientes?María Elena Rodríguez García-Rendueles, Investigador principal: cáncer de tiroides, IMDEA ALIMENTACIÓNLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1828062022-05-10T17:22:18Z2022-05-10T17:22:18ZLo que los ojos dicen sobre nuestra salud<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/462259/original/file-20220510-26-ok0w9r.jpeg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C8%2C2995%2C1985&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/eyes-woman-young-beautiful-freckles-face-346433627">Irina Bg / Shutterstock</a></span></figcaption></figure><p>Científicos de la Universidad de California en San Diego han desarrollado una <a href="https://www.universityofcalifornia.edu/news/diagnosing-neurological-disease-home">aplicación</a> para teléfonos inteligentes que puede detectar los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer y otras afecciones neurológicas. La aplicación utiliza la cámara de infrarrojos del teléfono para seguir los cambios en el tamaño de las pupilas de una persona a un nivel submilimétrico. Estas mediciones pueden utilizarse para evaluar el estado cognitivo de la persona.</p>
<p>A medida que la tecnología evolucione, los ojos serán cada vez más útiles para diagnosticar todo tipo de enfermedades y afecciones porque, al ser transparentes, requieren métodos de examen mucho menos invasivos que otras partes del cuerpo. </p>
<p>Pero incluso sin tecnología, es posible detectar una serie de problemas de salud simplemente mirando los ojos. Estas son algunas de las señales de alarma:</p>
<p><strong>Tamaño de la pupila</strong></p>
<p>La pupila responde instantáneamente a la luz, haciéndose más pequeña en ambientes luminosos y más grande en condiciones de poca luz. Las respuestas lentas o retardadas en el tamaño de la pupila pueden apuntar a varias enfermedades que pueden incluir afecciones graves como la <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fneur.2019.00360/full">enfermedad de Alzheimer</a>, así como al efectos de uso de medicamentos y la evidencia del uso de drogas. </p>
<p>Las pupilas dilatadas son comunes en quienes consumen drogas estimulantes como la cocaína y la anfetamina. En los consumidores de heroína pueden verse pupilas muy pequeñas.</p>
<p><strong>Ojos rojos o amarillos</strong></p>
<p>Un cambio en el color de la esclerótica (el “blanco de los ojos”) sugiere que algo no va bien. Detrás de un ojo rojo e inyectado en sangre puede haber un exceso de alcohol o de drogas. También puede deberse a una irritación o infección que, en la mayoría de los casos, desaparece en unos días. </p>
<p>Si el cambio de color es persistente, puede ser señal de una infección más grave, una inflamación o una reacción a las lentes de contacto o a sus líquidos. En casos extremos, el enrojecimiento indica <a href="https://www.moorfields.nhs.uk/condition/glaucoma">glaucoma</a>, una enfermedad que puede conducir a la ceguera. </p>
<p>Si la esclerótica se vuelve amarilla signo evidente de <a href="https://www.nhs.uk/conditions/jaundice/">ictericia</a> y de un hígado enfermo. Las causas subyacentes de la ictericia son muy variadas. Entre ellas se encuentran la inflamación del hígado (hepatitis), las afecciones genéticas o autoinmunes y determinados medicamentos, virus o tumores.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Un ojo con la esclerótica amarilla" src="https://images.theconversation.com/files/461962/original/file-20220509-23-m9kf2e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/461962/original/file-20220509-23-m9kf2e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/461962/original/file-20220509-23-m9kf2e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/461962/original/file-20220509-23-m9kf2e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/461962/original/file-20220509-23-m9kf2e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/461962/original/file-20220509-23-m9kf2e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/461962/original/file-20220509-23-m9kf2e.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">La esclerótica amarilla es un posible signo de enfermedad hepática.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/close-girls-eye-yellow-sclera-caused-1427849894">sruilk/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong>Mancha roja</strong></p>
<p>Una mancha de color rojo sangre en la parte blanca del ojo (hemorragia subconjuntival) puede tener un aspecto aterrador y siempre es el resultado de la rotura de un pequeño vaso sanguíneo localizado. </p>
<p>La mayoría de las veces no se conoce la causa y desaparece en unos días. Sin embargo, también puede ser <a href="https://www.medicalnewstoday.com/articles/324752">un indicador</a> de hipertensión arterial, diabetes y trastornos de la coagulación de la sangre que provocan una hemorragia excesiva. Los medicamentos anticoagulantes, como la aspirina, también pueden ser la causa, y si el problema es frecuente, se podría sugerir que se revise la dosis. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Hombre con una mancha de sangre en el ojo" src="https://images.theconversation.com/files/462004/original/file-20220509-25-ujg4ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/462004/original/file-20220509-25-ujg4ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/462004/original/file-20220509-25-ujg4ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/462004/original/file-20220509-25-ujg4ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/462004/original/file-20220509-25-ujg4ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/462004/original/file-20220509-25-ujg4ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/462004/original/file-20220509-25-ujg4ki.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Una hemorragia en el ojo rara vez es tan grave como parece.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/man-having-ruptured-blood-vessels-his-1044680488">YewLoon Lam/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong>Anillo alrededor de la córnea</strong></p>
<p>Un anillo blanco o gris alrededor de la córnea suele estar relacionado con el colesterol alto y un mayor <a href="https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21742308/">riesgo de enfermedad cardíaca</a>. También puede revelar alcoholismo y, a veces, se observa en los ojos de personas mayores, por lo que el nombre médico que se le da es <a href="https://www.aao.org/eye-health/diseases/what-is-arcus-senilis">arcus senilis</a>.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Un ojo con arcus senilis." src="https://images.theconversation.com/files/461965/original/file-20220509-26-wt576b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/461965/original/file-20220509-26-wt576b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/461965/original/file-20220509-26-wt576b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/461965/original/file-20220509-26-wt576b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=400&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/461965/original/file-20220509-26-wt576b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/461965/original/file-20220509-26-wt576b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/461965/original/file-20220509-26-wt576b.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=503&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">El arcus senilis es común en las personas mayores.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/close-arcus-senilis-during-ophthalmic-examination-650829127">ARZTSAMUI/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong>Bulto de grasa</strong></p>
<p>A veces los rasgos más alarmantes que pueden aparecer en los ojos son, en realidad, los más benignos y fáciles de tratar. Un bulto graso amarillento en la parte blanca del ojo es una <a href="https://www.specsavers.co.uk/eye-health/pinguecula">pinguécula</a>, un pequeño depósito de grasa y proteínas. Se remedia fácilmente con gotas oculares o con una simple operación. </p>
<p>Un <a href="https://www.webmd.com/eye-health/pterygium-surfers-eye">pterigión</a>, que aparece como un crecimiento rosado sobre la parte blanca del ojo, no supone un peligro para la vista hasta que empieza a crecer sobre la córnea (la parte coloreada del ojo). </p>
<p>Afortunadamente, los pterigiones crecen muy lentamente. Al igual que la pinguécula, puede eliminarse fácilmente. De hecho, debe eliminarse mucho antes de que llegue a la córnea. </p>
<p>Si se deja que siga creciendo, el pterigión formará una “película” opaca sobre la córnea que obstruirá la visión. Se cree que uno de los principales factores causantes tanto de la pinguécula como del pterigión es la exposición crónica a la luz ultravioleta del sol.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Un ojo con una pinguécula" src="https://images.theconversation.com/files/461964/original/file-20220509-20-ahmmn9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/461964/original/file-20220509-20-ahmmn9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/461964/original/file-20220509-20-ahmmn9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/461964/original/file-20220509-20-ahmmn9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=399&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/461964/original/file-20220509-20-ahmmn9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/461964/original/file-20220509-20-ahmmn9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/461964/original/file-20220509-20-ahmmn9.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=501&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Una pinguécula es un crecimiento amarillento en la conjuntiva.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/image-photo/macro-womans-eye-primopiano-on-pinguecula-2128388876">sruilk/Shutterstock</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong>Ojos saltones</strong></p>
<p>Los ojos saltones pueden formar parte de un rasgo facial normal. Pero cuando los ojos que antes no eran saltones empiezan a sobresalir hacia delante, la causa más evidente es un problema con la <a href="https://www.nhs.uk/conditions/bulging-eyes/">glándula tiroides</a>, y necesita atención médica. Un solo ojo abultado puede estar causado por una lesión, una infección o, más raramente, por un tumor detrás del ojo. </p>
<figure class="align-center ">
<img alt="Persona con ojos saltones." src="https://images.theconversation.com/files/461995/original/file-20220509-15-v6m87i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/461995/original/file-20220509-15-v6m87i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=390&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/461995/original/file-20220509-15-v6m87i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=390&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/461995/original/file-20220509-15-v6m87i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=390&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/461995/original/file-20220509-15-v6m87i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=490&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/461995/original/file-20220509-15-v6m87i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=490&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/461995/original/file-20220509-15-v6m87i.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=490&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">Los ojos saltones pueden ser un signo de un problema de tiroides, como la enfermedad de Graves.</span>
<span class="attribution"><a class="source" href="https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16115992">Jonathan Trobe/Wikimedia Commons</a>, <a class="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/">CC BY</a></span>
</figcaption>
</figure>
<p><strong>Párpados hinchados o con espasmos</strong></p>
<p>Los párpados también pueden indicar muchas enfermedades. La mayoría de ellas están relacionadas con afecciones menores de las glándulas de los párpados. Una afección común es el <a href="https://www.moorfields.nhs.uk/condition/styes">orzuelo</a> o el <a href="https://www.moorfields.nhs.uk/condition/chalazion-0">chalazión</a>. Aparece como un bulto rojo en el párpado superior y, con menos frecuencia, en el inferior, y está causado por una glándula sebácea obstruida. El orzuelo suele desaparecer por sí solo o con compresas calientes. Si persiste, hay que extirparlo con un procedimiento sencillo. </p>
<p>Un párpado tembloroso (mioquimia ocular) puede ser una irritación, incluso una vergüenza, y a menudo se percibe mucho más de lo que es. En la mayoría de los casos, es perfectamente inofensivo y <a href="https://www.nhs.uk/conditions/twitching-eyes-and-muscles/">relacionado con</a> el estrés, el desequilibrio de nutrientes o el consumo de demasiada cafeína.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/182806/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Barbara Pierscionek recibe financiación de la UE (Centro de Formación Doctoral Marie-Skłodowska-Curie) y de Rayners (beca de consultoría). Ha sido financiada por EPSRC, Fight for Sight (organización benéfica) y Essilor International (industria).
</span></em></p>¿Ojos saltones? ¿Con manchas rojas? ¿Párpados hinchados? Los ojos pueden revelar muchos problemas de salud, desde el colesterol alto hasta la enfermedad tiroidea.Barbara Pierscionek, Professor and Deputy Dean, Research and Innovation, Anglia Ruskin UniversityLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1631192021-06-29T21:52:01Z2021-06-29T21:52:01ZLos efectos de la radiación de Chernóbil en nuestro ADN<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/408883/original/file-20210629-11592-12cl1tw.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=0%2C0%2C4512%2C2990&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">Imagen de la ciudad de Pripyat, en la zona de exclusión de Chernóbil (Ucrania).</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/chornobyl-exclusion-zone-radioactive-pripyat-city-1338852467">Shutterstock / Sergiy Romanyuk</a></span></figcaption></figure><p>Una noche de abril de 1986, en la ciudad de Chernóbil tuvo lugar el mayor accidente nuclear de la historia. La tapa del reactor 4 estalló dejando al descubierto el núcleo del reactor y, con él, un enemigo invisible que avanzaba implacable: la fuerte radiactividad emitida.</p>
<p>Vivir en el mundo de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Fallout_4"><em>Fallout 4</em></a> desde luego no tiene que ser nada fácil. Desde los tiempos de Marie Curie sabemos que la radiactividad puede tener consecuencias severas en nuestra salud. Y, desde luego, si alguna vez hubo una zona parecida al escenario de dicho videojuego, esa fue Chernóbil el día del accidente. Tanto como para que, aún a día de hoy, sigamos <a href="https://www.youtube.com/watch?v=yT8hOVnB39Y">preguntándonos si es seguro viajar allí</a>.</p>
<h2>¿Qué hace la radiactividad a nuestro ADN?</h2>
<p>La forma que tiene la radiactividad de afectar a otras moléculas, ya sean nuestras o de cualquier otro organismo, es mediante la emisión de partículas. De tres tipos para ser exactos: alfa, beta y gamma. Dependiendo de contra qué “choquen” estas partículas, se producirá un cambio u otro.</p>
<p>Nuestro ADN está formado por una sucesión de 4 bases nitrogenadas: adenina (A), guanina (G), citosina (C) y timina (T). Una combinación asombrosamente larga (aproximadamente 6 400 millones por célula) de estas cuatro letras conforma nuestro ADN, algo así como nuestro código de barras. </p>
<p>Cuando las partículas radiactivas interactúan con alguna de las bases nitrogenadas, pueden provocar su alteración o su pérdida. Por ejemplo, puede suceder que donde debe haber una A, haya una C o una T, o sencillamente nada. Es lo que se conoce como mutación. Y puede ser peligrosa si afecta a uno o varios genes que sirvan para el funcionamiento de nuestro cuerpo.</p>
<p>Entonces, si heredamos los genes de nuestros padres, ¿podemos heredar genes mutados por la radiactividad?</p>
<h2>Los hijos de Chernóbil</h2>
<p>Los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial hicieron que muchos científicos se planteasen esta pregunta. Para comprobar si estos “genes defectuosos” pasaban a los hijos, estudiaron el genoma (todos los genes) de las personas que vivían en zonas cercanas a Chernóbil. </p>
<p>Concretamente se analizaron los genes de personas que habían ayudado a limpiar la zona y que habían estado expuestas a la radiactividad. Luego se estudiaron los genes de los hijos que habían <a href="https://science.sciencemag.org/content/372/6543/725">nacido como máximo 15 años después de la fatídica noche</a> del accidente.</p>
<p>Los genes de los descendientes de los “limpiadores” eran normales y no se diferenciaban de otras personas de la misma edad que viviesen lejos de Chernóbil. La conclusión era simple: la radiactividad de Chernóbil no tenía efectos, o eran mínimos, en los hijos de los que vivieron el accidente nuclear.</p>
<figure class="align-center zoomable">
<a href="https://images.theconversation.com/files/408043/original/file-20210623-4659-1m6kmqo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=1000&fit=clip"><img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/408043/original/file-20210623-4659-1m6kmqo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/408043/original/file-20210623-4659-1m6kmqo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/408043/original/file-20210623-4659-1m6kmqo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/408043/original/file-20210623-4659-1m6kmqo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=338&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/408043/original/file-20210623-4659-1m6kmqo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/408043/original/file-20210623-4659-1m6kmqo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/408043/original/file-20210623-4659-1m6kmqo.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=424&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px"></a>
<figcaption>
<span class="caption"></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Yodo, píldoras y cáncer de tiroides</h2>
<p>La glándula tiroides es un pequeño órgano situado en la garganta. Se trata de un órgano de gran importancia para nuestro metabolismo. Además, es el lugar donde se acumula la mayor cantidad del yodo que tomamos de los alimentos. </p>
<p>Pues bien, existe una forma del yodo, llamada <a href="https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fendo.2020.569041/full">yodo-131</a>, que es radiactiva y se produce en el núcleo de centrales nucleares, como consecuencia de la explosión de bombas atómicas y otros procesos. La radiación del yodo-131 puede llegar a causar cáncer de tiroides, ya que da lugar a pequeñas “roturas” del ADN que nuestras células no saben reparar bien. </p>
<p>En Chernóbil se liberó una cantidad importante de este yodo-131 que pudo acabar depositado en la vegetación de la zona. Y claro, algunos animales la incorporaron al comer. Sin ir más lejos, las vacas producían leche con yodo-131 que las gentes de Chernóbil podían consumir.</p>
<p>Por esta razón, durante un tiempo tras el accidente, la gente tomaba píldoras de yodo. La práctica se basaba en una simple idea: si la tiroides incorpora yodo “normal” no podrá incorporar el yodo-131 y los efectos de la radiactividad serán menores. </p>
<p>Las píldoras de yodo, consumidas a tiempo, podían prevenir el cáncer de la tiroides. Sin embargo, no evitaban el efecto del yodo-131 sobre otras partes del cuerpo que no fuesen la tiroides, ni protegían frente a otros elementos radiactivos como el cesio-137, también emitido después de la explosión de Chernóbil.</p>
<figure class="align-center ">
<img alt="" src="https://images.theconversation.com/files/408521/original/file-20210627-19-4b1sjn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&fit=clip" srcset="https://images.theconversation.com/files/408521/original/file-20210627-19-4b1sjn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=600&h=312&fit=crop&dpr=1 600w, https://images.theconversation.com/files/408521/original/file-20210627-19-4b1sjn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=600&h=312&fit=crop&dpr=2 1200w, https://images.theconversation.com/files/408521/original/file-20210627-19-4b1sjn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=600&h=312&fit=crop&dpr=3 1800w, https://images.theconversation.com/files/408521/original/file-20210627-19-4b1sjn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=45&auto=format&w=754&h=392&fit=crop&dpr=1 754w, https://images.theconversation.com/files/408521/original/file-20210627-19-4b1sjn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=30&auto=format&w=754&h=392&fit=crop&dpr=2 1508w, https://images.theconversation.com/files/408521/original/file-20210627-19-4b1sjn.jpg?ixlib=rb-1.1.0&q=15&auto=format&w=754&h=392&fit=crop&dpr=3 2262w" sizes="(min-width: 1466px) 754px, (max-width: 599px) 100vw, (min-width: 600px) 600px, 237px">
<figcaption>
<span class="caption">La Dra. Ulana Khomyuk, en la serie Chernóbil, recomendando el consumo de píldoras de yodo tras el accidente.</span>
<span class="attribution"><span class="source">Serie Chernóbil - HBO (2019)</span></span>
</figcaption>
</figure>
<h2>Consecuencias en la tiroides</h2>
<p>Recientemente se han estudiado los casos de personas con cáncer de tiroides que, de pequeños, habían estado <a href="https://science.sciencemag.org/content/372/6543/eabg2538">expuestos a la radiactividad del yodo-131 liberado en Chernóbil</a>. El objetivo era escudriñar el genoma de estas personas en busca de posibles cambios en genes a causa de esta radiación. </p>
<p>Lo que encontraron fue que la radiactividad de Chernóbil había causado roturas en el ADN, y durante su reparación por parte de las células se habían fusionado y mezclado genes. Es como si al intentar pegar los trozos de una carta hecha añicos unimos mal los trozos: la carta pierde el sentido. Exactamente esto pasa con los genes: al fusionarlos no pueden llevar a cabo correctamente sus funciones y se producen alteraciones en nuestro organismo. </p>
<p>A pesar de las consecuencias que tuvo el desastre de Chernóbil, hay que tener en cuenta que se trata de una situación excepcional, cuyos errores no deben repetirse. Pero sin renunciar a la energía nuclear, que debe ser un pilar para luchar contra el cambio climático, como sostiene <a href="https://twitter.com/OperadorNuclear">Alfredo García</a> en su libro <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-la-energia-nuclear-salvara-el-mundo/312496"><em>La energía nuclear salvará el mundo</em></a>. </p>
<p>Por otro lado, que ocurran tan fácilmente estas mutaciones nos da una idea de la fragilidad de nuestro ADN, incluso estando protegido dentro de nuestras células. Si bien, al igual que con la energía nuclear, no hay que demonizar el término “mutación”, dado que a veces estas son beneficiosas y nos ayudan a evolucionar como especie.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/163119/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>Recientemente se ha demostrado que, tras el accidente nuclear de Chernóbil, la radiactividad produjo roturas en el ADN de afectados. Y que, durante su reparación por parte de las células, hubo genes que se fusionaron de manera algo caótica.José Mora Perujo, Investigador predoctoral - Biología Molecular y Bioquímica., Universidad de MálagaDelphine Pott, Postdoctoral fellow, Universidad de MálagaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.tag:theconversation.com,2011:article/1518842020-12-21T20:05:19Z2020-12-21T20:05:19ZEl hipotiroidismo en mujeres afecta a la función sexual y a los estados de ánimo<figure><img src="https://images.theconversation.com/files/375890/original/file-20201218-15-oz9x8m.jpg?ixlib=rb-1.1.0&rect=8%2C0%2C5982%2C3988&q=45&auto=format&w=496&fit=clip" /><figcaption><span class="caption">
</span> <span class="attribution"><a class="source" href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/woman-thyroid-gland-control-senior-lady-1361088998">Shutterstock / Nenad Cavoski</a></span></figcaption></figure><p>Carmen tenía 44 años cuando empezó a ganar peso y a estar más apática y triste de lo habitual. Sus compañeras de trabajo lo achacaban a “esa edad de las mujeres” y a la menopausia. Aunque cada vez estaba peor, nadie le daba importancia. </p>
<p>Cuando Carmen empezó a ir al gimnasio, le fue bien, pero seguía triste. Su familia le recomendaba hacer régimen, “que cada vez estaba engordando más”. Pero no era capaz. El cansancio, el estreñimiento, la piel seca y el cabello quebradizo no tardaron en aparecer. Cada vez le costaba más concentrarse. </p>
<p>Muy preocupada, fue al centro de salud. Analítica de control y, ¡eureka!. Por fin se supo la causa de su situación: hipotiroidismo primario.</p>
<h2>Hipotiroidismo</h2>
<p>En España, se estima que el 9,1% de la población sufre hipotiroidismo. La cifra es mucho mayor si tenemos en cuenta los casos que aún no están diagnosticados. </p>
<p>El hipotiroidismo es el problema más habitual del tiroides, una glándula que se encuentra en el cuello. Es más común en mujeres y el riesgo de tenerlo se incrementa con la edad.</p>
<p>El tiroides libera las hormonas T3 y T4, las encargadas de regular el metabolismo. La liberación de ambas, a su vez, la regula la hormona estimulante del tiroides (TSH). </p>
<p>Si los niveles de TSH en sangre están elevados, probablemente algo suceda en la glándula tiroides. Principalmente porque no produce T3 y T4 en cantidades adecuadas.</p>
<h2>Principales causas del hipotiroidismo primario</h2>
<p>El hipotiroidismo primario <a href="https://www.thyroid.org/hypothyroidism/#:%7E:text=People%20are%20hypothyroid%20if%20they,the%20thyroid%2C%20and%20radiation%20treatment.">suele estar causado, entre otras, por las siguientes causas</a>: </p>
<ol>
<li><p>La más habitual es la <em>Tiroiditis de Hashimoto</em>, una enfermedad auto-inmune. Esta hace que se generen anticuerpos que atacan a la glándula tiroidea.</p></li>
<li><p>Una extirpación quirúrgica parcial o total de la glándula tiroides, por presencia de nódulos o de carcinoma. </p></li>
<li><p>El efecto secundario de yodo radioactivo o de la radioterapia.</p></li>
</ol>
<h2>¿Cuáles son los síntomas?</h2>
<p><a href="https://www.thyroid.org/hypothyroidism/">Los síntomas más habituales del hipotiroidismo</a> son fatiga, somnolencia, aumento de peso, mialgias (dolores musculares), artralgias (dolores artículares) o disminución de la frecuencia cardiaca. También arritmias, alteración de la fertilidad, depresión, disfunción sexual, hipertensión artierial diastólica o hipercolesterolemia.</p>
<p>En múltiples estudios se ha observado que las mujeres con hipotiroidismo presentan una mayor prevalencia de disfunciones sexuales y alteración del estado de ánimo.</p>
<h2>El tratamiento habitual, la levotiroxina</h2>
<p>El tratamiento más común del hipotiroidismo es la <a href="https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-clinica-2-articulo-hipotiroidismo-primario-consideraciones-una-buena-S0025775309010070?code=90vwfAGHLpsI7y8iYCF5tKUVoZTc1k&newsletter=true">levotiroxina</a>. Suele ser muy eficaz para la mayoría de los síntomas, al normalizar los niveles de TSH. Es una medicación barata y con escasos efectos secundarios. </p>
<p>Tras el inicio del tratamiento, se suelen realizar análisis de control a las 6 u 8 semanas. Así se verifica que los niveles sanguíneos sean los adecuados. Después, se repiten los análisis a los 6 meses. Si siguen siendo correctos, se realizarán controles cada año.</p>
<p>La levotiroxina no provoca efectos secundarios importantes. Ahora bien, si se toma en mayor cantidad de la recomendada, puede provocar taquicardias, temblores o insomnio. De ahí la importancia de hacerlo en la dosis adecuada. También diariamente y en ayunas (al menos 4 horas con el estómago vacío).</p>
<p>En general, si el tratamiento se sigue de forma correcta, la sintomatología suele disminuir de forma rápida, permitiendo a las personas hipotiroideas seguir con su vida adecuadamente.</p>
<p>Ahora bien, si se toma levotiroxina y se consiguen niveles de TSH normales, ¿desaparecen todos los problemas? Aunque la mayoría de los síntomas importantes suelen disminuir, algunos no cesan totalmente.</p>
<p>Una investigación reciente de la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM) ha analizado la <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/17/12/4325/htm#B1-ijerph-17-04325">función sexual</a>), <a href="https://www.mdpi.com/1660-4601/16/23/4776/htm">los estados de ánimo </a>(depresión y ansiedad) y <a href="https://www.mdpi.com/2077-0383/9/12/3864/htm">calidad de vida</a> de mujeres diagnosticadas de hipotiroidismo primario. </p>
<p>Mujeres, además, que llevaban tomando levotiroxina al menos 6 meses y ya presentaban niveles de TSH normales. Los datos se compararon con los de las participantes que no tenían patología alguna. </p>
<ul>
<li><p><strong>Sexualidad</strong></p>
<p>Los resultados mostraron que, frente al 16,4% de mujeres sin patologías, el 31,6 % de mujeres hipotiroideas tenía disfunción sexual. </p>
<p>Los principales problemas reportados fueron la disminución del deseo, la lubricación y el orgasmo. </p></li>
<li><p><strong>Estados de ánimo</strong> </p>
<p>La depresión y la ansiedad son los problemas predominantes en mujeres hipotiroideas. Estos suelen disminuir con la toma de levotiroxina. </p>
<p>En el estudio de la UCLM se vio cómo, a pesar de tomar el medicamento y presentar niveles hormonales normalizados, un 13,1% de las participantes tenía depresión y un 29,1%, ansiedad. En las mujeres sin hipotiroidismo los porcentajes fueron 4,6% y 16,7% respectivamente. </p>
<p>Debido a la pandemia por covid-19, estos datos pueden incrementarse. De hecho, diferentes estudios están mostrando cómo la ansiedad y la depresión está aumentando. <a href="https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/brb3.1934">Sobre todo en mujeres</a>. </p></li>
</ul>
<p>Los profesionales de la salud deben conocer que, en mujeres hipotiroideas, la incidencia de disfunción sexual es alta. También que puede aumentar la posibilidad de depresión y ansiedad no diagnosticado. Incluso en aquellas que estén en tratamiento con levotiroxina.</p>
<p>En las revisiones anuales sería interesante hacer hincapié en estos aspectos para poder ser tratados. Un visión multidisciplinar (médicos, psicólogos, enfermeras, nutricionistas, sexólogos…) ante el hipotiroidismo podría ayudar a paliar mucha sintomatología.</p>
<p>Tomar de forma adecuada la levotiroxina, hacer ejercicio físico regularmente o tener hábitos alimenticios saludables, puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con hipotiroidismo. También gestionar adecuadamente las emociones o realizar técnicas que disminuyan el estrés.</p><img src="https://counter.theconversation.com/content/151884/count.gif" alt="The Conversation" width="1" height="1" />
<p class="fine-print"><em><span>Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.</span></em></p>El hipotiroidismo es el desorden tiroideo más común, sobre todo en mujeres. Uno de los posibles tratamientos es la levotiroxina, eficaz para la mayoría de los síntomas ya que normaliza los niveles de TSH.Ana Isabel Cobo Cuenca, Profesora Contratada doctora en la Universidad de Castilla la Macha (UCLM). Grupo IMCU, Universidad de Castilla-La ManchaBenjamín Romero Gómez, Doctorando en investigación sociosanitaria y de la actividad física, Universidad de Castilla-La ManchaJuan Manuel Carmona Torres, Profesor Contratado Doctor Interino en la Facultad de Fisioterapia y Enfermería, Universidad de Castilla-La ManchaLicensed as Creative Commons – attribution, no derivatives.