Kahneman reveló los límites de la racionalidad en la toma de decisiones económicas y demostró que los sesgos y las reinterpretaciones también intervienen en este proceso.
Para la economía clásica el individuo es un ser racional que intenta tomar decisiones óptimas. Los economistas del comportamiento como Daniel Kahneman, fallecido esta semana, consideran más bien que los juicios y las elecciones se realizan de manera intuitiva.
Aunque la incorporación de la mujer a la vida económica española fue lenta y tardía, ya de antes muchas de las decisiones económicas familiares contaban con su voto. De ahí que, tras el bum económico español, la banca quisiera ganarlas como clientas.
Con la caída de Grifols en Bolsa tras el informe de Gotham ha quedado claro, una vez más, que al mercado no le gusta la incertidumbre y le asusta el riesgo.
En la empresa, ¿qué debe prevalecer a la hora de tomar decisiones estratégicas? ¿Poner el énfasis en los resultados, o la aplicación de principios ligados con la ética?
Gobierno y oposición han firmado un acuerdo que, en principio, debería facilitar el proceso electoral de 2024. Ahora, ¿cuánto está en juego con esta tentativa de apertura democrática?
Es indispensable que las personas cuenten con una formación financiera básica. Eso les permitirá identificar riesgos financieros y manejar de una manera más responsable y consciente sus recursos.
Como el fuego o el ferrocarril en su momento, la inteligencia artificial y las plataformas digitales están cambiando el mundo. Este salto tecnológico convierte al ‘homo economicus’ en ‘homo digitalis’.
Un buen vendedor es alguien experto en el arte de la persuasión. Pero para ello, debe manejar destrezas sociales que implican la escucha atenta y el interés por el otro, el cliente, y sus necesidades.
El turismo debe ser sostenible en lo económico, lo medioambiental y en lo social. Para ello, y dado el peso del sector dentro de la economía, es fundamental una gobernanza participativa en la que haya sitio para todos los ciudadanos.
Ante las decisiones importantes de la vida, a veces conviene abandonarse a la incertidumbre: en la oscuridad podemos descubrir quiénes queremos ser y conectar con nuestros valores más profundos.
Ana Tapia-Rosero, Escuela Superior Politécnica del Litoral ESPOL (Ecuador)
Cuando son muchas las personas a opinar, a menudo no es fácil llegar a acuerdos. La tecnología (y en concreto la inteligencia artificial) podría allanar el proceso.
Ante un dilema moral, mejor discernir, inferir, razonar e intentar que la decisión tomada sea la que hubiera tomado cualquier persona bienintencionada en nuestra situación.
La IA y el análisis de datos pueden ayudar a tomar mejores decisiones empresariales. Pero a veces ignoramos sus recomendaciones aunque tengan razón, principalmente por culpa de nuestros sesgos cognitivos.
El homo economicus no es tan racional como lo pinta la teoría económica clásica: más bien toma decisiones razonablemente óptimas y muchas veces se deja llevar por las opiniones del grupo.
La participación de los trabajadores en la toma de decisiones en su lugar de trabajo es fundamental para garantizar una transición ecológica justa y efectiva.
La dolarización de la economía venezolana ha sido la respuesta racional de sus agentes económicos para proteger su riqueza en un contexto de alta inflación y baja credibilidad de la política económica del Estado.
Según el filósofo escocés David Hume, la relación de causalidad entre hechos es aparente, y no tiene por qué producirse siempre en el futuro. Este escepticismo también debe aplicar a la toma de decisiones trascendentales en una empresa.
Profesor Asociado de Economía Aplicada e Investigador del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social (IAES) y de la Cátedra de Responsabilidad Social Corporativa, Universidad de Alcalá
Profesor asociado de la Facultad de Ciencias Economicas y Empresariales de la Universidad Pontificia Comillas / Director del Master in Talent Management de Advantere School of management, Universidad Pontificia Comillas