La filósofa francesa constituye uno de los ejemplos extremos en los que la vida encarna las creencias personales, incluso a costa de la salud y de la propia muerte.
Tendencias, modas y éxito tienen muy poco que ver con la filosofía. Pero hay preocupaciones que destacan por encima de otras y nombres propios que conviene conocer.
Dedicando el tiempo necesario y prestando el suficiente interés conseguiremos decidir de manera racional si aquello que consideramos bueno y malo lo es realmente.