Los niños que pasan muchas horas inactivos sentados frente a pantallas pueden sufrir daño cardíaco en la edad adulta temprana, según un revelador estudio.
Miquel Sendra Ortola, Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC)
¿Por qué no podemos regenerar nuestro corazón como otros animales? ¿Ha sido la evolución cruel con nosotros? El estudio del desarrollo y la reparación del corazón será clave para reducir la mortalidad por infartos.
Es necesario concienciar sobre la importancia de esta enfermedad, que afecta al 2% de la población, y la necesidad de establecer un diagnóstico temprano para afrontarla con éxito.
Las investigaciones de los autores han localizado dos proteínas que desempeñan un papel fundamental para que nuestro corazón lata -o deje de hacerlo- a un ritmo acompasado.
La irrupción de los desfibriladores externos semiautomáticos de acceso público ha supuesto un importante avance en la reducción de la mortalidad por parada cardíaca. Pero las normas de uso son distintas en cada comunidad autónoma.
El corazón es uno de los pocos órganos que no cuenta con un mecanismo globalmente aceptado para sostener su mantenimiento funcional. ¿Cómo se generan y regeneran entonces sus células?
Un comunicado para pediatras de la Asociación Española de Pediatría (AEPED) ha alertado sobre el aumento de casos del denominado “shock pediátrico”. Se trata de una insuficiencia cardíaca debida a una miocarditis.
Médico adjunto del Área de Hospitalización Pediátrica y Responsable de Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario MutuaTerrassa, Universitat de Barcelona
Enfermero en Osakidetza- Servicio vasco de salud. Profesor asociado a la Facultad de Medicina y Enfermería, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea