Hongos radiotróficos, campos magnéticos protectores o polietileno son algunos de los candidatos para proteger de las peligrosas radiaciones espaciales a los astronautas y sus naves.
El observatorio a gran altura de agua Cherenkov, o HAWC por sus siglas en inglés, en México.
HAWC Observatory
El Observatorio Austral SWGO hará posible la observación de supernovas y agujeros negros gracias a la ciencia de veinticuatro países. Lo consigue disolviendo en agua partículas veloces.
Recreación de Gaia observando la Vía Láctea. Nuestra galaxia se ubica en un ‘hueco’ del cosmos que llamamos Vacío Local en el que se ha localizado la procedencia de Amaterasu.
ESA/ATG medialab; A. Moitinho.
Según los datos recogidos, el poderoso rayo Amaterasu procede de un espacio cósmico donde no hay nada, el Vacío Local, un área desierta del espacio en el borde la Vía Láctea.
Recreación artística del Observatorio Pierre Auger y una lluvia de rayos cósmicos.
A. Chantelauze/S. Staffi/L. Bret/Nature
En Malargüe, Argentina, está instalado el mayor detector de rayos cósmicos del mundo. Detecta partículas que proceden de otras galaxias y caen sobre nosotros, como una lluvia imperceptible, después de un viaje de millones de años.
El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA captó esta imagen de una erupción solar el 10 de enero de 2023.
NASA / SDO
Los árboles registran todo lo que ocurre a su alrededor y guardan esa información en la madera, que puede revelar, incluso, cuándo se ha producido un aumento de rayos cósmicos.