El banquete real (Alonso Sánchez Coello, 1579) en el que aparece Felipe II rodeado de familiares y cortesanos.
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Los títulos nobiliarios en España están amparados por la ley. Se trata de una prerrogativa tradicionalmente vinculada a la Corona. Sin embargo, el general Franco concedió varios como jefe de Estado.
Los reyes eméritos, en un partido de fútbol / Shutterstock.
Se puede cuestionar la Monarquía, pero también cabe defender que, desde 1978 hasta hoy, esta institución no ha sido obstáculo para políticas democráticas o progresistas.
Felipe VI y Juan Carlos I, en un acto de 2012, cuando el segundo aún ejercía la jefatura del Estado español.
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La última hoja de servicios de Juan Carlos I exige su ostracismo, pero también que renuncie al privilegio de una incomprensible inmunidad, al igual que debería hacer Felipe VI por bien de la institución.
El rey emérito puede ser juzgado por actos privados cometidos antes, durante y después de ejercer como jefe del Estado. Haría falta un desarrollo legislativo para redefinir su inviolabilidad.