Las expectativas generadas por los nuevos productos y la hipérbole publicitaria están haciendo que se pierda el rigor científico mientras se ignora lo lejos que están todavía estas tecnologías.
El lanzamiento de ChatGPT y de Sora han aupado la valoración de OpenAI en el último año y ya es el tercer unicornio mejor valorado del mundo. El primero es ByteDance (TikTok) seguido de SpaceX.
The New York Times ha demandado a OpenAI pues considera que ChatGPT vulnera sus derechos de autor. El resultado de esta reclamación podría marcar un antes y un después en el mundo de las tecnológicas.
OpenAI es una una empresa con intereses lucrativos en el seno de una fundación. Por un lado, sus estatutos buscan beneficiar a toda la humanidad; por otro, sus dueños e inversores quieren beneficios.
En ocasiones hay diferentes visiones estratégicas o falta de confianza entre el consejo de administración de una empresa y su director general. Cuando este es, además, el fundador, el resultado puede ser traumático.
Sam Altman regresa al frente de OpenAI con más poder que antes. Se ha deshecho del consejo de administración que lo despidió de manera fulminante hace apenas 5 días.