Las plantas y espacios verdes contribuyen a reducir el ruido y la contaminación, paliar el calor y cambiar nuestros hábitos de movilidad hacia modos más activos y sostenibles.
Los planes de recuperación de los espacios urbanos tras un desastre, ya sea natural o humano, se pueden aprovechar para aumentar su sostenibilidad y la calidad y número de infraestructuras verdes.
Proponemos una metodología para valorar el impacto sobre la resiliencia urbana de políticas y actuaciones municipales encaminadas a la creación y transformación de infraestructuras verdes.
Las superislas de Barcelona son un magnífico modelo para replicar en ciudades de todo el mundo y mejorar así la vida de los ciudadanos y la salud del planeta.