Las redes sociales no pueden ser verdaderas ‘plazas públicas’. Menos aún las que tienen un solo dueño y son privadas, como va a ocurrir ahora con Twitter.
Sometemos al análisis de varias herramientas de inteligencia emocional tres tuits sobre ortografía. ¿Son capaces de entender la ironía y calibrar las emociones y sentimientos que expresan?
La cobertura de la guerra iniciada por Rusia contra Ucrania el pasado 24 de febrero nos muestra la oposición entre el periodismo libre y comprometido y la desinformación que presenta Rusia.
Un estudio que ha empleado técnicas computacionales para analizar 850 000 tuits de toda Europa entre 2015 y 2020 destaca la mayor presencia de odio en países como Italia y Grecia, algo que contrasta con los reducidos niveles de odio presentes en España, un país con unas condiciones socioculturales y económicas semejantes.
¿Cuál es el papel de las distintas redes sociales y aplicaciones de mensajería en la difusión de creencias conspirativas? Las características del funcionamiento de cada plataforma, el perfil de los usuarios y los vínculos entre ellos determinan la propagación de este tipo de argumentos.
Gabriel Boric (a la izquierda) con un meme de campaña en su camiseta, y José Antonio Kast (a la derecha) representando a Capitán América en TikTok.
gabrielboric/twitter y joseantoniokas/tiktok
Del funcionamiento de la comunicación digital de los candidatos a las presidenciales chilenas hemos aprendido el enorme valor de los directos, del contenido orgánico generado por el usuario por encima del pagado y la rápida condena pública a la desinformación.
Twitter fue el gran ganador tras la caída de las redes sociales del universo Facebook y no solo porque estuviese operativa sino porque fue capaz de generar un diálogo que le dio gran protagonismo.
Los tuits de los partidos políticos buscan generalmente dividir, más que buscar consenso. Su finalidad suele ser deslegitimar al oponente y caen constantemente en la desinformación.
En elecciones generales de 2016 y 2019 en España los candidatos no utilizaron Twitter como herramienta para el intercambio de posiciones y la confrontación de ideas con otros partidos, sino como caja de resonancia para sus mensajes, buscando el eco y la viralización.
Nahia Idoiaga Mondragon, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Amaia Eiguren Munitis, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, and Maitane Belasko, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
El movimiento #MeTooIncest, surgido en Francia a través de Twitter, podría ayudar a acabar con el tabú del abuso sexual que sufren niños y niñas y ayudarles a superar este evento tan traumático.
El incremento de la agresividad en la red social está haciendo que muchos usuarios la abandonen. Su marcha revela la falta de mecanismos que apoyen un debate sensato en el entorno digital.
Antes de que se hicieran públicos los primeros casos de covid-19 en Europa, los datos que circulaban en Twitter ya predecían el inicio de la pandemia. Esto podría funcionar como herramienta preventiva.
Busquemos lecciones positivas en la pandemia: la filosofía nos ayuda a salir del catastrofismo; la ética, a entender lo que deberíamos hacer y no hacemos. Resistirse al desprecio de la verdad y al avance de la soledad.
Por estas fechas se elige la “palabra del año”. La de 2019, “emoji”, recibió muchas críticas. Pero, ¿qué habría sido de la comunicación digital durante el confinamiento sin ellos?
Carteles satíricos de Donald Trump en el mercado de Pike Place, Seattle, fotografiados en septiembre de 2017.
Shutterstock / weberjake
La hegemonía del subjetivismo cultural, que tiene en Donald Trump uno de sus grandes paradigmas, es la base de la nueva autocracia digital que desde la autoridad emocional desprecia el conocimiento científico e intelectual.
El presidente de Estados Unidos Donald J. Trump desembarca del Air Force One en el aeropuerto internacional de Charlotte Douglas en Charlotte, N.C., el miércoles 21 de octubre de 2020.
Flikr / Official White House Photo / Joyce N. Boghosian
El autor explica los rasgos que convierten a Donald Trump en el presidente más singular de la historia de los Estados Unidos.
Manifestantes en Nueva York en junio de 2017 demandaban aclaraciones sobre la posible interferencia rusa en las elecciones de 2016.
Eduardo Munoz Alvarez/AFP
Sophie Marineau, Université catholique de Louvain (UCLouvain)
La interferencia rusa marcó profundamente la elección presidencial norteamericana de 2016. Cuatro años después, analizamos la forma y el impacto de la desinformación procedente de Rusia.
Los trolls se ponen creativos con su decepción electoral.
Planet Flem/DigitalVision Vectors via Getty Images
Lo que publican cambia con el tiempo, según la coyuntura, arman nueva propaganda; amplifican mensajes creados por otros, y su material y método varia según la red.