Tras el segundo fracaso del proceso constituyente chileno se hace evidente que la apertura de estos procesos no debe ser una respuesta de emergencia a crisis momentáneas. Tal vez no sean viables en la actualidad.
El autor hace un repaso del devenir político chileno desde el golpe de Estado de 1973 hasta el actual proceso de reforma constitucional propuesto por el presidente Boric.
Chile ha decidido por abrumadora mayoría iniciar un proceso constituyente que deje atrás la constitución de tiempos de Pinochet. Además, será elaborada por una convención constitucional, compuesta por 155 personas especialmente elegidas, que tendrá carácter paritario entre hombres y mujeres.