La ciencia es esencial para el florecimiento humano. Entonces, ¿por qué hay tanta comunicación científica que pinta un panorama sombrío y nihilista del mundo?
El modelo heliocéntrico de Copérnico, explicado en el libro ‘De revolutionibus orbium celestium’, es una de las ideas mas erróneamente trasmitida de la historia de la ciencia.
Religiosos como San Agustín y Nicolás Copérnico compaginaron su fe con la ciencia. El Vaticano dispone de su propio observatorio astronómico desde hace casi 500 años.
La Universidad ha sido y es un lugar esencial para la ampliación del conocimiento, la formación de ciudadanos integrales y de nuevas generaciones de intelectuales. Así ha sido su apasionante recorrido desde el siglo XII hasta hoy.