Kenia implantó en 2010 un modelo de descentralización tras cuatro décadas de gobierno centralista. Una década después, el país está más unido, pero el desarrollo es todavía desigual.
Valoremos lo logrado como lo que realmente es: un acuerdo de cooperación entre los jefes de estado y de gobierno ante un grave problema que ha puesto en riesgo la estabilidad de la UE.
Contar con recursos propios a nivel local, provincial o regional permite articular políticas sectoriales o tecnológicas concretas, con mayor libertad y mayor capacidad de gestión, lo que ahonda en el desempeño final, tanto en términos económicos como de innovación.
Periodista e investigador especializado en África Subsahariana, Navarra Center for International Development, Instituto Cultura y Sociedad, Universidad de Navarra