200 años después de la desaparición de la Inquisición española, los habitantes de las zonas afectadas parecen ser más pobres, menos educados y más desconfiados.
Durante mucho tiempo, el público se sintió fascinado por la bailarina bíblica de dudosa reputación. Salomé es ahora una heroína olvidada. ¡Una injusticia que hay que reparar!