Las armas de fuego ya son la principal causa de muerte de los menores estadounidenses, especialmente en casos de suicidio. Desde el 11-S ha habido más muertes por atentados cometidos por radicales de extrema derecha que por yihadistas.
Detrás de casos como el de la reciente matanza en una escuela de Texas suele haber personas que mantienen un sentimiento de que han sido tratadas de manera injusta en algún momento de sus vidas.
De los 13 tiroteos masivos en escuelas que han tenido lugar en Estados Unidos, los tres más mortíferos se produjeron en la última década. Los datos de estos ataques ayudaron a los criminólogos a construir un perfil de los pistoleros.