El ataque a Salman Rushdie en el estado de Nueva York es solo un ejemplo más de cómo se está radicalizando la ciudadanía estadounidense. ¿A qué puede deberse este fenómeno?
No es descabellado pensar que los estallidos de violencia negacionista de los últimos días guarden relación con el aumento de la polarización afectiva en la opinión pública española. Hay razones para estar preocupados.
Aún no se conoce bien cuál es el proceso que conduce a una persona a usar la violencia con fines políticos y religiosos, pese a las múltiples teorías y estudios empíricos existentes.
El proceso de radicalización es un proceso complejo que no puede circunscribirse al cerebro, al comportamiento o el entorno. Se produce en la intersección de todos estos elementos.