"Iktsuarpok" e "ilunga" son dos palabras que nos vendría muy bien poder traducir en español porque explican situaciones que vivimos habitualmente. Pero es necesario profundizar en la relación que existe entre las palabras, el mundo y lo que somos capaces de sentir para saber cuáles son intraducibles.
Los médicos nos hablan en muchas ocasiones en un lenguaje que no entendemos. Igual ocurre con el mecánico de nuestro coche averiado o con los términos de una hipoteca. Nos cuesta entender los lenguajes profesionales específicos, cuando resulta que están pensados precisamente para nosotros. ¿Qué se está haciendo mal?
A medida que la pandemia ha ido creciendo, lo ha hecho también un vocabulario técnico poco accesible para la mayoría de los ciudadanos de a pie. Sin embargo, varias herramientas de libre acceso están disponibles para que podamos entender la terminología más complicada sobre el virus y sus consecuencias.
El objetivo que pretende la asignatura de Lengua en primaria no se corresponde con lo que en realidad se enseña en el aula. Los niños se aburren y no entienden para qué sirve lo que están estudiando. Aquí vemos cómo mejorar la enseñanza de la lengua a partir de lo que nos dice la ciencia.
Nuestra forma de hablar y de expresarnos ha cambiado desde que estamos en pandemia. Hay nuevos objetos que forman parte de lo cotidiano, como la mascarilla o el gel, y un tema de conversación que lo acapara todo de manera casi obsesiva: la pandemia.
Cada lengua tiene un vocabulario particular que está íntimamente relacionado con la cultura, e incluso, la manera de pensar, de sus hablantes. Desengaño o desparpajo son intrínsecamente españolas.
Profesora adjunta de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, Departamento de Traducción e Interpretación y Comunicación Multilingüe, Universidad Pontificia Comillas