El greenwashing –también llamado ecoblanqueo– y la plantación masiva de árboles sobre todo en regiones tropicales puede resultar más perjudicial que beneficioso. Antes de plantar nuevos bosques, aseguremos los que ya existen.
Los sumideros terrestres absorben cada vez menos CO₂ y es previsible que en apenas unas décadas los ecosistemas emitan más dióxido de carbono del absorbido.