Los datos disponibles sugieren que estas variantes podrían ser más transmisibles que las anteriores; pero todavía no hay datos que indiquen que vayan a ser de mayor virulencia que las que conocemos.
El repunte de casos de covid-19 menos graves en el último mes nos hizo pensar que esta variante era más debil que las anteriores. Pero, ¿es realmente menos virulenta o el éxito se debe a las vacunas?
Cuando se cumplen dos años de la aparición del más reciente de los coronavirus humanos, el SARS-CoV-2, repasamos qué variantes han aparecido y cómo pueden condicionar la evolución de la pandemia.
Estar vacunados no impide que nos infectemos con el virus, pero sí evita la forma grave de la enfermedad. Ahora también sabemos que frena la transmisión del coronavirus, incluso con la variante delta.
El 70 % de personas vacunadas era la cifra esperada para acabar con las principales medidas no farmacológicas. Pero la variante delta y otros factores disparan la cifra y se hace difícil de alcanzar.
Una nueva variante de interés entra en escena. Aunque porta mutaciones interesantes, es pronto para saber si logrará imponerse a delta, la variante dominante que circula en la actualidad.
Un estudio publicado este verano por los CDC alimentó la idea de que los vacunados contagian igual que los no vacunados. Esto no es exactamente cierto.
Las vacunas están demostrando su verdadero potencial contra la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte, también con la variante delta. Pero hay que seguir protegiéndose.
La variante delta o B.1.617.2 se identificó por primera vez en India en octubre de 2020. En cuestión de meses, se ha extendido a cerca de 100 países de todo el mundo, convirtiéndose en la variante dominante en más de una docena de ellos.
Las reglas de la covid-19 han cambiado con la variante delta. Aunque estemos vacunados, podemos contagiar e infectarnos como si no lo estuviésemos. Y, además, desarrollar síntomas que en general son leves o moderados, aunque podemos también acabar en el hospital.
Esta pandemia ya no es la misma que tuvimos el primer semestre del año 2020. Hay que redefinir conceptos, afrontarla de modo decidido y comunicar de un modo más empático y pedagógico a una ciudadanía cada vez más exhausta que no acaba de ver la luz al final del túnel.
Las variantes con una mayor transmisibilidad suponen una amenaza para los esfuerzos por controlar y mitigar la pandemia. Y los países con bajas tasas de vacunación pueden enfrentarse a nuevos brotes. Por eso es necesario insistir en las vacunaciones.
Catedrático de Microbiología, Departamento de Ciencias de la Salud, Instituto de Investigación Multidisciplinar en Biología Aplicada, Universidad Pública de Navarra