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Vía Roma, Turín, norte de Italia. Tino Romano/EPA

Coronavirus: informe semanal de la red global de académicos de The Conversation

Apenas había comenzado el año cuando comenzó a surgir una cifra preocupante de casos de neumonía en la ciudad china de Wuhan provocada por un nuevo y misterioso “coronavirus”. The Conversation publicó su primer artículo sobre el brote el 13 de enero. En ese momento, el virus se estaba propagando por China y tan solo unas pocas personas habían dado positivo en Tailandia, Corea del Sur y Japón.

Menos de dos meses después, el virus, cuyo nombre oficial es SARS-CoV-2, ha llegado a más de 100 países, se ha cobrado más de 3 800 vidas y ha infectado a más de 111 000 personas. Áreas situadas en las antípodas se encuentran en cuarentena, la economía se tambalea y multitud de vuelos son cancelados (una aerolínea, de hecho, se ha declarado en bancarrota). El miedo ha dado paso a la xenofobia y los comercios no dan abasto de productos tan básicos como el papel higiénico.

Mediante la práctica de un periodismo fiable y diligente, la red global de académicos de The Conversation ha jugado un papel fundamental en la distinción entre realidad y ficción en una época, esta, de incertidumbre a escala internacional.

Nuestros editores se han coordinado para ofrecer una cobertura exhaustiva en cuatro idiomas (inglés, francés, indonesio y castellano) que han llegado a millones de lectores. El mundo parece permanecer mucho más próximo al principio que al final de esta crisis, por lo que nos hemos decidido a publicar una columna semanal en la que repasaremos, a través de las ocho ediciones de nuestra red, los acontecimientos más importantes relacionados con el coronavirus.

Nuestros artículos cuentan con numerosas visitas y republicaciones; por supuesto, el acceso a nuestras piezas es gratuito, ya que nuestra razón de ser es la divulgación informativa y la democratización del acceso al conocimiento para todo el público. Esta nueva actualización semanal incluirá la visión de diferentes editores de The Conversation de todo el mundo sobre el virus y subrayará la calidad del contenido producido por nuestro equipo.

Lo que conocemos hasta ahora

En un principio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró que el brote no suponía una emergencia sanitaria internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés), momento en el que contamos con un experto que explicó a nuestros lectores el porqué. Sin embargo, la situación cambió de manera vertiginosa y el 30 de enero fue declarada la emergencia sanitaria internacional. Aubree Gordon, profesora de Salud pública en la Universidad de Michigan, proporcionó una perspectiva nítida de lo que dicha medida significaba.

Por entonces, la gente ya se mostraba ávida de conocimiento acerca de esta novedosa amenaza. Gracias a la colaboración con miles de expertos a través de nuestra red global, The Conversation ha sido capaz de ofrecer recomendaciones con una base científica sobre varios aspectos, desde cómo lavarse y (no menos importante) secarse las manos hasta cómo evitar la exposición de los niños, pasando por dilucidar si las mascarillas protegen de alguna manera.

La aplicación de cuarentenas masivas nos ha llevado a reflexionar sobre si es aceptable obligar a la reclusión. Simultáneamente hemos analizado los retos del teletrabajo en estas nuevas circunstancias. Sin olvidar una explicación al cierre de colegios y universidades en China, Italia y España, medidas que cobran sentido en el contexto del distanciamiento social, cuyo fin último es escalonar las infecciones e impedir una afluencia masiva de enfermas a los hospitales.

La economía, a pique

Hemos llevado a cabo una cobertura sumamente fiable en lo que respecta al creciente impacto del COVID-19 (el nombre oficial de la enfermedad) sobre la economía mundial, así como al hecho de que la ciencia se está mostrando más accesible (y los riesgos asociados que esto entraña) y a los progresos alcanzados en el desarrollo de la vacuna.

Nuestro seguimiento ha incluido la atención a las medidas que está adoptando Nigeria de cara a la preparación para un posible brote, un repaso a las decisiones que los gobiernos de los países del sudeste asiático están tomando para acabar con la desinformación y una reflexión acerca del significado de la emergencia declarada sobre el coronavirus para Canadá.

Asimismo, los autores pretenden situar el brote dentro del contexto de otras pandemias. Un investigador de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres publicó en The Conversation un mapa interactivo que permite a los lectores comprobar cómo se ha extendido la enfermedad a lo largo de estos meses. Además, compara el COVID-19 con otros brotes infecciosos, como el SARS, la gripe porcina o el Ébola. Otros autores, por su parte, viajaron más atrás en el tiempo y compararon el brote actual con la peste negra en términos tanto de su incidencia en la economía como en la difusión de información errónea.

De hecho, la desinformación y las teorías conspirativas se han expandido sin control desde que surgió el brote. La paranoia afectó incluso a los más cerveceros, ya que pudimos observar un drástico descenso en las ventas de la cerveza Corona.

En cuanto al futuro, una de las cuestiones que más inquieta a los virólogos es si el virus podría mutar hacia una forma más agresiva. O si, por el contrario, en ese proceso de mutación y selección acabarán imponiéndose los mutantes menos agresivos. Por su parte, la profesora de la Universidad de Valencia Alma Bracho baraja tres escenarios posibles: que se contenga la epidemia, que evolucione a pandemia y luego se haga estacional, o que la cosa se desmadre y acabemos con una pandemia tan extraordinaria como la gripe española de 1918. En cualquiera de los casos, la neurociencia corrobora que el pánico es un aliado nefasto para la toma de decisiones sensatas.

Una red global

El antídoto para este caos reside en una información seria y fiable, redactada de manera que sea clara y sencilla de entender para evitar así el alarmismo y facilitar la tranquilidad de la población. La red global de The Conversation cuenta con más de 70.000 autores académicos que trabajan codo con codo con periodistas con el objetivo de que la información que se publique sea fiel a la realidad y lo más actualizada posible.

Mientras la pandemia continúe avanzando, seguiremos ofreciendo periodismo de calidad de la mano de expertos que escriben desde su vasto conocimiento sobre la materia. Como red de organizaciones sin ánimo de lucro, nuestro único propósito es ayudarle a mantenerse informado.

Permanezca atento a nuestro seguimiento a lo largo de las próximas semanas, suscríbase a su newsletter local de The Conversation, lávese las manos con asiduidad y siga las recomendaciones de los expertos. Y, sobre todo, no tema: Ignacio López-Goñi, microbiólogo de la Universidad de Navarra, asegura que nunca hemos estado mejor preparados para combatir una pandemia, palabras que millones de lectores han tenido la oportunidad de leer en español, francés e inglés.

No cabe duda de que el brote continuará su curso. Hasta que llegue a su fin, aquí encontrará un contenido, elaborado por expertos de todo el mundo, en el que podrá confiar. Y recuerde: cada semana, podrá acceder a un artículo en el que, como en este, resumiremos los acontecimientos que se sucedan en torno al SARS-CoV-2.

This article was originally published in English

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