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Cumbre de Granada: los vetos de Hungría y una declaración cargada de geopolítica

El Consejo Europeo informal que se ha celebrado en Granada los días 5 y 6 de octubre ha redactado una declaración que no resulta sorprendente. Mantiene los elementos de debate estratégicos de la Unión Europea desde hace unos años: independencia estratégica en energía y en seguridad y defensa, competitividad económica y relaciones de vecindad. Todos se resumen en uno: el futuro de la Unión Europea.

Aunque se salta la inmigración, de su lectura se deduce que pretende la consolidación del proyecto europeo que comenzó en el año 1957 con el Tratado de Roma. Y que los shocks externos están provocando mayor profundización en el proyecto común, al menos en las grandes políticas y en nuestra posición frente a terceros.

De hecho, los temas son los mismos del año 1957: energía (Euroatom), seguridad y defensa y la estructura de la Unión (quiénes son miembros y cómo se relacionan), el mercado interior y la importancia de una economía competitiva. Debates como la lucha contra el cambio climático se han convertido en “la adaptación al cambio climático” y la resiliencia, que era la palabra comodín desde hacía unos años, ha desaparecido del lenguaje comunitario.

De los temas aprobados hay que destacar el debate energético, intrínsecamente unido a la crisis de Ucrania. La Unión Europea había apostado por una política energética que era propia de los Estados miembros, cada Estado escogía un mix energético y se potenciaba con financiación el desarrollo de las energías limpias.

Esto dio lugar a una mezcla de estrategias, con Francia primando la energía nuclear, mientras Alemania aumentaba su dependencia del gas ruso. A día de hoy ya sabemos que la política energética es estratégica y que cuando hablamos de emisiones y de gasto en energía estamos hablando de geopolítica y de la búsqueda de la independencia. Como decía la presidenta Von der Leyen, tardaremos más o menos, pero va a ocurrir.

Defensa y seguridad como prioridad

Después de años sin hablar de defensa y seguridad –se consideraba que se ocupaba la OTAN de “salvarnos el pescuezo” cuando fuera necesario–, vuelve a considerarse una prioridad.

Desde marzo del 2022, con el comienzo de la guerra en Ucrania, muchas cosas han cambiado. En los pasillos de La Alhambra, la presencia del presidente de Ucrania, Vladomir Zelensky, suponía un apoyo a su política. No solamente con unas frases en una declaración, sino también con una ayuda financiera.

Durante meses, Hungría ha estado bloqueando el apoyo financiero a Ucrania mientras esta mantuviera en su lista de organizaciones que apoyan a Rusia al banco de origen Húngaro OTP. Pero hace unas semanas se produjo un cambio por parte del gobierno de Zelensky, eliminando de la lista al banco. De este modo se esperaba conseguir el levantamiento del veto por parte del gobierno de Viktor Orban, aunque siguen esperando una respuesta positiva. La presencia del líder internacional pone más presión en el presidente Orban.

¿Qué ha ocurrido con el debate migratorio?

¿Y por qué no se ha llegado a un acuerdo en materia de migración, cuando es un tema importante políticamente? La sonrisa provocadora de Orban al decir que “la Comisión Europea ha realizado una violación legal” parecía querer desencadenar una reacción en la prensa y en las instituciones bruselenses. El líder húngaro considera que las decisiones sobre el Pacto Migratorio no han tenido en cuenta los intereses de Polonia y Hungría. Se han adoptado por mayoría cualificada y no por unanimidad, como era necesario previo al Tratado de Lisboa (2009).

El debate sobre la emigración es prioritario en el contexto comunitario, sobre todo en un año de elecciones europeas (en mayo del 2024). Las posiciones de Polonia y Hungría, como parte del movimiento de Visegrado, se acercan en cuanto a la estrategia y se encuentran con las de Italia. Aun así, el liderazgo de Meloni está siendo menos beligerante en este sentido. Las barcas llegando a Lampedusa con miles de inmigrantes y refugiados cada día hacen que necesite el apoyo de las instituciones en la gestión de la crisis migratoria.

Esta declaración es importante, pues continúa afianzando la idea de una Europa unida que desarrolla políticas comunes y se ocupa de la geoestrategia, pensando en el desarrollo económico y queriendo volver a ser líder en el concierto internacional. Veremos cuántos vetos se levantan de aquí al final de la Presidencia española. Teniendo en cuenta, además, que a continuación vendrán la belga y la húngara, acompañada de elecciones europeas, elección de la presidencia de la comisión, comisarios, entre otras muchas cuestiones.

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