La pandemia ha mostrado la necesidad de una institución independiente que sea capaz de recopilar y difundir sistemáticamente los datos de vigilancia de la salud pública y proporcionar orientación imparcial a las administraciones.
¿Por qué se ha de usar mascarilla en la playa mientras una está sola en una toalla tomando el sol y, sin embargo, puedo retirarla si como en un restaurante con dos amigos?
Las enfermedades no afectan a todas las personas por igual. La clase social, el nivel adquisitivo y el contexto medioambiental son determinantes en la transmisión de las enfermedades epidémicas. Y la covid-19 no es una excepción.
A medida que avanza la vacunación, nos preguntamos si podemos comenzar a ser flexibles con el uso de la mascarilla y el lavado de manos. Sin embargo, las datos indican que no podemos relajarnos.
Desconocido hasta hace poco más de un año, el coronavirus SARS-CoV-2 ha cambiado profundamente nuestras sociedades. ¿Qué sabemos de él y qué nos queda por conocer?
Sin que la denominada tercera ola de la pandemia haya haya terminado en muchas comunidades autónomas, ya se habla de una cuarta ola. La vacunación podrá aliviar los efectos más graves. Pero no será suficiente si no hay cooperación de la sociedad en su conjunto.
Últimamente ha surgido una polémica sobre el etiquetado frontal de alimentos Nutri-Score. Tienen razón quienes abogan por perfeccionarlo para que favorezca el consumo de aceite de oliva. Pero tampoco se puede obviar el respaldo científico que le otorgan los estudios epidemiológicos.
Estos largos meses de pandemia nos han confirmado, entre otras muchas cosas, la importancia de disponer de sistemas digitales de registro de la historia clínica personal de cada ciudadano.
Antes de que se hicieran públicos los primeros casos de covid-19 en Europa, los datos que circulaban en Twitter ya predecían el inicio de la pandemia. Esto podría funcionar como herramienta preventiva.
Con la información actual no podemos afirmar que ninguna vacuna sea superior a otra. Aunque esto no quiere decir que sean iguales, porque tampoco disponemos de estudios comparativos de no-inferioridad que nos permitan equipararlas.
Mucha gente cree que las vacunas funcionan como un escudo, impidiendo que un virus infecte. Pero, en la mayoría de los casos, una persona que se vacuna está protegida contra enfermedades, pero no necesariamente contra infecciones.
Las enfermedades raras son un grupo de enfermedades heterogéneas con un pronóstico muy variable que, normalmente, implican peligro de muerte o de discapacidad crónica. Y son difíciles de cuantificar.
En la gestión de la actual pandemia han sido muchos los errores. Desde la pobre respuesta de la Unión Europea aceptando contratos de suministro de vacunas opacos hasta los intentos de controlar al virus con medidas verticales sin promover suficientemente la participación ciudadana
Desde hace casi un año vivimos de medidas de control que nos causan “fatiga pandémica”, y a todos nos gustaría disponer de soluciones y atajos para “volver a la normalidad”. Pero los test de antígenos no son la solución.
Desde el día de Reyes hasta el 22 de enero se han notificado 4 907 muertes por covid-19 en España, un número comparable a los fallecidos en el atentado a las torres gemelas en 2001. ¿Por qué?
La desigualdad, los factores sociales y el deterioro del medio ambiente son determinantes para la salud de la población. Estos factores, además, afectan al nivel de vulnerabilidad de los pacientes ante la covid-19.
Profesor Titular. Dpto. de Medicina Preventiva y Salud Pública (UV). Unid. Mixta Investigación Enfermedades Raras FISABIO-UVEG. CIBER Epidemiología y Salud Pública, Universitat de València
Catedrático de Genética. Responsable de la Unidad Mixta de Investigación "Infección y Salud Pública" FISABIO-Universitat de València I2SysBio. CIBER Epidemiología y Salud Publica, Fisabio