El lenguaje que usamos habitualmente genera mucha controversia sobre su carga sexista. En este artículo se desmontan algunos argumentos sobre lo que muchas personas consideran lenguaje machista.
La cuestión no es ya si el lenguaje y otras áreas cognitivas están fuertemente relacionadas o no, sino más bien cuáles son los límites de estas relaciones.
Vehemente, sencillo y templado son los tres estilos de retórica más comunes. Pero hay que saber utilizarlos para conseguir un fin. Así lo hacen nuestros políticos frente a adversarios y electorado.
La comunicación escrita, cuando se hace correctamente, da una buena imagen de quien escribe. Por el contrario, hacerlo de forma incorrecta puede suponer incluso la pérdida de un posible empleo.
Leer un texto en una pantalla o escuchar un podcast activa áreas del cerebro de manera muy similar a cuando estamos en la situación que el lenguaje describe.
Un 15% de niños con 2 años presenta un retraso en la adquisición del vocabulario. Son los “late talkers”. Con las estrategias adecuadas se puede vigilar su lenguaje antes de que sea tarde.
Profesora adjunta de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, Departamento de Traducción e Interpretación y Comunicación Multilingüe, Universidad Pontificia Comillas