Jorge Ortuño Molina

Nacido en Yecla (Murcia) en 1976, es licenciado y doctor en Historia por la Universidad de Murcia (1999 y 2003). De 2008 a 2010 ha sido profesor de Historia Económica en la Universidad de Zaragoza, y desde 2010 es profesor de Didáctica de las Ciencias Sociales en la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia, donde ocupa plaza de profesor Titular de Universidad. Las investigaciones se han mostrado plurales e interdisciplinares, recogidas en una amplia y variada producción científica como demuestran los once libros (siete monografías y cuatro ediciones) publicados en su mayoría por editoriales ajenas a las instituciones en las que ha trabajado; más de una veintena de artículos en revistas nacionales e internacionales (Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Brasil, Colombia…) indexadas en las principales bases de revistas científicas (Web of Science; Scopus; ERIH); una treintena de capítulos de libros, así como otras conferencias invitadas y participaciones en congresos por Europa y Estados Unidos. Ello ha supuesto el reconocimiento de dos sexenios de investigación (en activo) por parte de la Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora (CNEAI-ANECA). Si bien en un inicio las investigaciones se encuadraban en el ámbito de la historia académica, desde hace una década los trabajos de investigación se centran en el campo de la transferencia del conocimiento histórico como un puntal básico en la formación de los ciudadanos que explica y justifica la necesidad de la investigación histórica y la generación de dicho conocimiento científico. Desde el bagaje que permiten los estudios de economía, geografía, historia y sociología realizados a lo largo de la trayectoria profesional, hay suficientes garantías para afrontar el sentido de la didáctica de las ciencias sociales, especialmente la geografía y la historia, y cómo establecer estrategias educativas que favorezcan la consecución de las competencias educativas básicas establecidas desde Europa. Por este motivo un puntal básico en la labor realizada busca la transferencia del conocimiento histórico al mundo educativo formal e informal de tal manera que se complete el proceso que garantizan los estudios sociales como estudios de un alto valor social para las sociedades contemporáneas. El modo de conseguirlo apuesta por una enseñanza científica de la disciplina (pensamiento histórico) tanto como por el análisis de los contextos socioculturales a la hora de influir en el proceso de enseñanza y aprendizaje de la historia (cultura histórica), ambos de larga tradición en los ámbitos europeo y norteamericano, y que aúna el conocimiento epistemológico y la enseñanza de la historia para favorecer el desarrollo de habilidades de pensamiento más allá de la mera transmisión de conocimiento ordinario así como el uso del conocimiento histórico para la interpretación de la realidad presente.