Por paradójico que resulte, en los meses del confinamiento más estricto, con las medidas más restrictivas y con el miedo al contagio de la covid-19, se mantuvieron e incluso pudieron incrementarse las prácticas sexuales de riesgo.
Las diferentes situaciones de confinamiento que estamos viviendo propician que los jóvenes se relacionen a través de las redes sociales y que las utilicen con fines sexuales. El consumo de pornografía y el “sexting” pueden llegar a convertirse en algo demasiado frecuente en estos momentos.
Las ratas de laboratorio nos podrían ayudar a desvelar el comportamiento de los humanos durante un orgasmo. Parece que sus patrones son similares a los nuestros. Los expertos intentan desentrañar algunos misterios.