Según muchos neurocientíficos, es absurdo pensar que somos dueños de nuestros actos, ya que el comportamiento humano está condicionado por múltiples determinantes biológicos y ambientales. ¿Existe algún resquicio para la libertad?
El libre albedrío nos ha servido como especie para aprender de nuestros errores, condicionar nuestro comportamiento futuro y convertirnos en una especie cultural.
Si no somos libres, no tenemos ningún deber, no necesitamos defendernos de nada, y la manipulación deja de ser un mal criticable (y, obviamente, también deja de ser algo evitable).
Hay un debate científico y cultural sobre si somos libres para tomar decisiones o si tal libertad no existe. Esto es lo que pensamos los neurocientíficos
Regular el manejo de las neurotecnologías evitará que se vulneren neuroderechos como los de la privacidad y la integridad mental. Y en ese proceso pueden servirnos de ayuda Batman, Iron Man o el universo Star Trek.
En tiempos en los que la libertad individual está en tela de juicio, el debate determinismo-libre albedrío vuelve a aparecer con la dificultad de siempre: llegar a un punto medio.