Antes de que los humanos las invadieran, las islas mediterráneas estaban pobladas por mamíferos de aspecto y tamaño insólitos, como los conejos y los erizos peludos gigantes.
Con el pelo, los humanos mantenemos una relación amor/odio. Mientras que a algunos cabellos afortunados los aterciopelamos con acondicionadores, a otros los mutilamos con cuchillas, los arrancamos con cera o los abrasamos con láser. ¿Pero conocemos realmente cuál es su función biológica?