Los mensajes emocionales, los hechos alternativos, la preponderancia de la “percepción” sobre la realidad objetiva, han consolidado un discurso político en el que la mentira no suele penalizarse.
Una mayoría parlamentaria extremamente ajustada augura una legislatura corta en la que el gobierno PSOE-UP tendrá que integrar las demandas de cambio de una sociedad cada vez más abierta y plural, lidiar con el asunto catalán y poner las bases de reformas estructurales.
Un análisis de los programas electorales de los últimos 40 años en España no habla muy bien de sus autores. La calidad de la democracia depende de manera fundamental de estos documentos a los que los partidos no parecen prestar especial atención. ¿Cómo mejorarlos?
La España rural interesa poco a los políticos, aunque en los últimos años se ha comenzado a hablar del problema de la despoblación. Pero agricultura y ganadería siguen sin ser temas de agenda electoral por el escaso peso del voto en estas zonas.
Los programas electorales populistas tienen varias cosas en común. Por ejemplo, su desprecio a las restricciones presupuestarias que limitan su capacidad de actuación.