A principios de agosto desaparecieron en Jalisco (México) cinco jóvenes amigos que acudían a una fiesta en Lagos de Moreno. Un video difundido poco después mostraba que habrían sido torturados.
La neurociencia puede aportar mucho al sistema de justicia, pero le haremos un flaco favor si malinterpretamos sus hallazgos y adoptamos visiones que ignoran el contexto en el que el cerebro se enmarca: cuerpo, ambiente y relaciones personales.
La mala reputación de los gitanos rumanos hace que el rechazo hacia ellos sea como un círculo vicioso sin fin. ¿Cómo podemos cambiar los esquemas mentales predominantes sobre una cultura que es considerada en muchos casos como “criminal”?