A partir de la campaña que derivó en la prohibición del Toro de la Vega, los autores identifican los procesos por los que se crean estereotipos emocionales, empleados luego para deslegitimar prácticas sociales: el discurso anti Toro de la Vega creó un estigma.
¿Son los animales conscientes de sí mismos? ¿Recuerdan algún evento especial? ¿Cambian su comportamiento en función de su entorno? La respuesta a todas estas preguntas es sí.
Cada vez hay más pruebas de que los animales son conscientes de la muerte, pueden experimentar dolor y a veces lloran o ritualizan la muerte de sus allegados.